Partida Rol por web

A donde te diriges?

ok, voy a preparar la escena de tu templo

ire poniendo una escena para cada lugar de Dynaj y movere a los jugadores por ellas segun vayan de un sitio a otro

las escenas seran reutilizables y podreis ir y volver

Ariminden llega en medio de la noche a la casa del solaz, donde el hermano portero le reconoce como uno de los suyos.

La paz contigo, hermano. -dice franqueandole la entrada.

Caminas por el interior de marmol limpio y cortinajes verdes, a traves de amplias estancias y pasillos donde reinaba la paz espiritual.

Los monjes descansaban a esas horas de la noche, salvo algunos que meditaban en los estanques del templo.

El Abad se hallaba bajo un sauce observando el reflejo de la luna en el agua.

Me acerco al sauce todo lo sigilosamente que puedo, para no perturbar la paz del Abad. Luego, siguiendo la tradición, bajo la cabeza mirando la puntera de mis botas en señal de humildad esperando a tres cuerpos el tiempo necesario para obtener su permiso para hablar.

Pasados unos minutos, un leve roce proveniente de sus ropajes me indican que mira en mi dirección, y me atrevo a levantar la vista a mi vez. Camino despacio con pasos cortos, arrodillándome ante él a la distancia de un cuerpo.

Este siervo no puede lamentar más haber interrumpido vuestra meditación, Excelencia - hablo despacio, como sopesando cada palabra - pero los sucesos que me han acaecido me inquietan sobremanera, y no sabía a quién más acudir en busca de consejo...

Viajaba con un grupo de compañeros, de cuestionable ética, es cierto, pero valientes y tenaces la mayoría - continúo - pues enfrentaron a no muertos con valor y entereza, erradicando el mal, quizá sin pretenderlo, es cierto, pero con eficacia.

Más al acercarnos al Templo de la Congregación de los Muertos, sin otro interés que una transacción comercial completamente lícita, antes siquiera de que pudiéramos ofrecer nuestra mercancía, fuimos atacados por un gran número de lo que parecían turbados acólitos...

A duras penas otro de los componentes del grupo y yo pudimos escapar, pero el resto ha sido apresado en el interior del Templo. Por lo que puede inferir, era voluntad del mismo Sumo Sacerdote del mismo que fuéramos apresados.

¿Qué aconsejaríais, oh Maestro, a este que os habla desde la humildad? - pregunto por fin - ¿Querría el Pacificador Nuestro Señor que toda esta violencia inexplicable, tanta ira, triunfara?. Yo no lo creo, y por ello me he atrevido a pedir vuestro consejo...

El abad era consciente de la presencia de Ariminden mientras observaba el agua, y estuvo largo rato sumido en sus pensamientos hasta que volvio la cabeza y habló:

Hijo mio, el Pacificador te ha traido en horas oscuras. Pronto llegara la conjuncion del cosechador de las almas y Senchet Amon esta esperando ese momento.

Hace tiempo que se ha hecho demasiado poderoso, y gobierna la ciudad segun oscuros designios. Nos roba los cadaveres de la gente que fallece para enterrarlos segun sus ritos impios. Desde sus torres siniestras convoca demonios y hace pactos con ellos.

Bajo su yugo sangra la ciudad.

Busca la inmortalidad, es lo unico que necesita para gobernar la tierra, pues todo lo tiene ya.

Desconozco que es lo que quiere encontrar en el desierto para conseguirla, pero el Pacificador ha tenido a bien advertirme de tu llegada.

Eres el que ha entrado a la tumba y vuelto a salir, debes averiguar que busca Senchet Amon en el laberinto de los siete sellos y destruirlo.

Ve en paz, el hermano Voldan te dara nuestra bendicion.

Tras sus palabras vuelve a mirar el reflejo de la luna en el agua y se queda en silencio.

Un clerigo se ha situado discretamente tras de ti tal como tu hiciste, cuando notas su presencia te saluda humildemente y te indica con un gesto que le sigas.

Te acompaña hasta la puerta y te ofrece un pesado cajon de limosnas para que te lo lleves.

Cuando ya has salido meditando en lo que te han dicho y abres la tapa para ver que hay dentro el brillo de las monedas bajo la luna te deslumbra.

Aún a la vista de los muros del templo, reflexiono unos momentos sobre los últimos acontecimientos antes de reanudar la marcha.

Senchet Amón..., ese es el nombre de tu enemigo, Oh Padre Misericordioso. Seguro que antes de convertirse en lo que es fue un miserable mediano, una criatura odiosa en vida que se ha convertido en más odiosa aún...

Guardo cuidadosamente el cofre en el interior de mis vestiduras, y antes de darme cuenta ya tengo el odre de vino en los labios. Me ayuda a pensar con más claridad...

¿Qué haré ahora?, ¿Cómo debo emplear la ayuda que tus fieles, con tanto sacrificio, han donado a esta incierta causa...?. No hay, desde luego, suficiente para contratar mercenarios que puedan asaltar el Templo donde mis compañeros permanecen cautivos. Debo guardarlo con mimo, hasta tener claro el destino que en tu infinita sabiduría han previsto...

Sin embargo, no debe haber preocupación alguna para ti, Oh Pacífico, Señor de la Tranquilidad. Es el mejor de tus fieles quien está a cargo de esta empresa, y no te fallaré, ¿Cómo podría? - añado, algo más confiado gracias al benéfico efecto del licor.

Permanece alerta, Chulú - ordeno acariciando cariñosamente al perro élfico - Tú también, Azazot - añado, acariciando también al perro guardián. No debemos descuidarnos ni por un instante. Esto es un nido de ladrones medianos, esos miserables no conocen la piedad y nos asaltarían sin dudarlo...

Vayamos a la posada, Niarlatotep. Te daré un terrón cuando lleguemos... - el caballo, atento a mis palabras, comienza a avanzar al paso, resonando sus cascos por los callejones desiertos.

 El templo del Pacificador abre sus puertas para recibir a un acólito estudiante más...

Durante varios días acudes puntualmente a clase... recibiendo las bondades de la sabiduría de los clérigos instructores...

Desde el principio te sumerges en el remanso de paz que inunda todas las dependencias del sagrado lugar...

Un día en que el abad se encontraba mirando a los nuevos discípulos candidatos a subir de nivel, se desarrolla una conversación teológico-moral entre tú y el profesor, en la cual señalas cláramente su error de concepto. No tarda en correrse la comidilla de que eres más sabio que tu propio maestro... lo cual es muy bueno para que te inviten a una copas los alumnos, a que ligues más con las acólitas, y finalmente para que el propio abad te llame "a charlar".

Pues las "charlas" se suceden día tras día, y acabas dándote cuenta de que estás aprendiendo mucho más en esos ratillos perdidos con tu superior máximo, que en las clases propiamente dichas...

Sales de alli tras el periodo de instrucción con la moral por las nubes, y una mención "Cum Laude"...

 El edificio del Templo del Pacificador, la Casa del Solaz, se encuentra en una zona tranquila de la parte norte de la ciudad, donde la muralla interior se une con la muralla norte... está llana de canales y jardines.

Es un edificio de tres plantas, que ocupa una extensión considerable... las grandes puertas dobles son de recia madera, con incrustaciones de metal. 

Dentro, unos pasillos os llevan hasta donde Bromindar, el Abad de Geonea, espera ya junto a varios asistentes...

Sed bienvenidos a la Casa del Solaz... Akalaseeruxoo... akalaseer naelain...