Partida Rol por web

Arrastrado por un firme brazo en la multitud, Adreim fue sacado del tumulto a lo largo de la muralla por un mendigo mutilado que parecia saber donde iba.

Renqueando con su pata de palo te dice: ...los guardias te buscan, a ti y a varios de los que iban contigo, pero habeis sido generosos y os mostrare otro modo de entrar a la ciudad.

Tras un giro del muro hay una acequia (ya lejos del tumulto) cubierta con juncos y con la reja de la entrada (3x3 metros) arrancada.

Señalando al agujero te indica:

esta es la red de cloacas y acequias que entran y salen de la ciudad, desde ahi se va a dar a un distribuidor general que te llevara a cualquier parte, pero ten cuidado. es un laberinto intrincado, no te aventures mucho.

toma la primera boca del distribuidor, te llevara al puerto de la ciudad. sale por debajo de uno de los pantalanes

Uno de los mendigos mutilados me arrastra fuera de la multitud y me libra de que me puedan identificar los guardias. En la puerta secreta a las cloacas me doy cuenta del gran tamaño que tienen.

Quizá entren los camellos.

Vaya, creo que te tengo mucho que agradecer, buen hombre. Creo que nos has salvado de un gran lío. Pero dime, los guardias pueden identificarme tanto a mí como a mis otros compañeros? Por qué nos buscan?

Meto mi mano en el saco de monedas de cobre y tomo dos puñados.

Toma este dinero, es para ti. Te lo mereces. Además, quiero daros una moneda de estas (enseñando una moneda de platino) para ti y quien te ayude a vigilar a mis compañeros, informarnos de posibles peligros, guiarnos y distraer a los guardias o cualquier ayuda que podamos necesitar, eso sí, sin poneros en peligro. Quieres ganar esta moneda para ti y los tuyos?

Espero su respuesta.

Bien, voy a por los compañeros que se han quedado fuera y nuestros animales, necesitaré que nos guíes hasta la posada. Allí nos alojaremos. Luego podrás encargarte de lo que te pido. Esperame aquí un rato, voy a por la gente.

Le doy sonriente una palmada en la espalda. Eh, estás fuerte, has sido aventurero en tus años jóvenes, eh? Se nota.

Salgo pitando hacia el tumulto en busca de los compañeros y los camellos.

El mendigo coge las monedas que le ofreces y las examina....

Estas monedas son muy antiguas.... no habreis entrado al laberinto de la necropolis?

Dios mio!! alli perdi yo mi pierna, me la arrancó una bestia mientras trataba de escapar del pozo

En efecto en mis años mozos era como tu, pero ahora solo soy un triste mendigo. Los dioses me castigaron por mi arrogancia* y una bestia casi me mata en esa tumba. Nadie quiere nada con un viejo cojo maldito por los dioses....

Te agradezco tu generosidad, aventurero. Si necesitas algo de los mendigos buscame en la leproseria al norte de la ciudad

Te dice adios y se marcha, cuando quieres darte cuenta ha desaparecido tras los juncos.

El mendigo es alguien honorable y no se deja sobornar por mi dinero, lo cual me impresiona.

Espero que la fortuna te sonría! Digo ya al vacío.

Entonces guardo mi monda deplatino y corro hacia el tumulto en busca de mis compañeros.

Escuchas el tumulto y miras un poco

Arafel y Cifuentes estan con dos individuos que portan cuchillos junto a los camellos

Cerca de ellos esta Sirë que le ataca un verdulero sin pantalones con una estaca

A Bolrak lo acorralan dos semiorcos contra un carro de naranjas volcado

Corro hacia mis compañeros, los cuales están enfrascados en sendos combates.

Eh, vaya, es que no me esperáis? Jajajaja.

Evalúo rápido la situación y decido hacer lo más lógico para mí:

Corro por detrás de uno de los semiorcos y le estampo la espada en toda la cabeza.

Mientras de reojo veo al verdulero con la estaca, pienso:

Desde luego no me metería en esa fiesta privada ni loco.

Adreim saca su espada, embraza su escudo y se lanz a defender a Bolrak atacando a uno de los semiorcos por la espalda

El niño desaparece como alma que lleva el diablo en cuanto se hace evidente que pretendéis meteros en el túnel maloliente que sale de las entrañas de la ciudad...

¡Yo no quiero entrar ahí...!

Con vuestro hacer habitual, entrais uno a uno:
Arafel, lleva a chini de una rienda, tirando de él con palabras tranquilizadoras pero firmes.
A continuación va Adreim, llevando a güini con buena fortuna igualmente.
Luego va el bardo, mirándolo todo con gestos odílicos, alumbrándose a sí mismo, declamando bulerías y decretando epifanías.
Detrás va el mago Sirë de Yawë llevando a mini, también con buena fortuna, pues le resulta la mano de un elfo más liviana que la de un humano, y no digamos la de un enano...
Cierra la marcha Bolrak.

El tunel es estrecho, con un canal en el medio por dónde fluye el.... líquido (dejémoslo así) que destila la ciudad con mimo y dedicación...

A cada lado del túnel hay una estrecha cornisa por dónde se puede transitar con los pies en seco (al menos de momento).

El túnel avanza con curvas a la derecha y a la izquierda, pero sin bifurcaciones, excepto por los tubos de diversos diámetros que confluyen en su curso y enriquecen el delicioso cóctel...

Una reja os detiene.

Al otro lado se puede ver una sala, vista como desde abajo.

Los elementos que más destacan desde aquí son:

Una cubeta que recoge todos los fluidos elementos inmediatamente al lado de la verja. Es de perímetro paralelepipédico (ja, ja) y tiene un borde a cada lado a modo de bordillo por donde se puede (una vez traspasada la verja) transitar. En el lado más alejado, de frente a los valientes del Sindicato Saja Raja (SSR), una cascada de m... llena la cubeta y cae desde un nivel superior del que no se puede ver desde aquí otra cosa que las amplias bóvedas del techo.

Debe ser una sala muy amplia.

Desde el bordillo parten unas escaleras que llevan a las alturas malolientes: unas a cada lado de la verja donde estáis (al otro lado, por supuesto)

La verja tiene un grueso candado, que afirma con claridad los derechos de paso de una imponente cadena que rodea la verja...

Dado el volumen de apestoso brebaje que sale de la piscina que hay al otro lado de la verja, tal vez se pueda pasar por debajo, sumergiéndose... y dejando atrás a los animales.

Sire, pon a los camellos contra la verja, vamos a pelear. Bolrak, prepara tu ballesta y mira ese candado si crees que lo puedes abrir. Arafel, junto a mí. Nomberto, prepara tu "pote" de aceite. Pero ten cuidado, no queremos accidentes. Que no toquen a los camellos! Sire, tu los tranquilizarás y defenderás con tu bastón si es necesario. Té queda poder mágico?

Preparo mi escudo y mi arma. Y lanzo mi conjuro: Luces danzantes. Una vez lanzado, envío las bolas de luz hacia la oscuridad y los chapotéos para descubrir qué se nos está acercando.

Muevo una de las luces danzantes hacia los ojos del primer bicho y, le acierte o no, muevo rápidamente la bola alrededor de su cara para intentar espantarlo. Si le puedo cegar con la bola, mejor.