Partida Rol por web

Héroes y Profecías

El Peso del Destino.

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26/03/2009, 18:15
Director

A través del humo de los incendios poco puede verse en esa dirección. Las antorchas ante los edificios y las construcciones que arden tras los saqueos dan un tono rojizo a todo alrededor. Pocas atenciones están muy separadas de la empalizada oeste cuando ocurre algo...

Un resplandor rojo que en seguida se difumina atraviesa las rendijas de la muralla y la neblina iluminando durante un segundo. No se parece a los relámpagos de fuego que habeis visto caer en ocasiones, más bien ha sido un fogonazo.

Un brillo azulado sucede al escarlata, igual de breve que el primero. En lado oeste de Asbrav algo está pasando, el viento arrastra voces de guerra y sonidos de caballos.

Notas de juego

asalto 7 del tablero.

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26/03/2009, 20:10
Kandalian

El cansancio y lo sorprendente de la situación desconcentran al gnomo, que encadena una ráfaga de tres golpes sin mucho acierto contra los enemigos que tiene más cerca.

Vamos, aguantad!

No puede irnos peor... Deben ser aliados... Deben ser aliados! Piensa para convencerse.

- Tiradas (3)

Notas de juego

-1 por estar cansado.

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26/03/2009, 21:08
Arkaeron

Escucho atentamente las palabras de los orcos y a judgar por las palabras de Derek sí que pueden ser aliados, los humanos pueden ser capaces de cosas sorprendentes, pero aun asi, es mejor no arriesgarse.

Vamos, aprovechad ahora, entrad todos en el almacén.

Mientras espero a que mis compañeros y los aldeanos entren estoy atento por si algún enemigo se acerca mas de lo recomendable.

Bestias inmundas, vuestra hora ha llegado, si unos poco hemos resistido el asedio, imaginaos el destino que os depara ahora que contamos con refuerzos.

Hablo utilizando el idioma de los oscos y mi voz suena amenazadora a la par que aterradora, aunque ciertamente el idioma de estas bestias siempre parece amenazador.

Notas de juego

Espero a que todos entren en el almacen y dejo preparada una accion por si se acercan enemigos, la accion seria conjurar unos proyectiles y lanzarlos

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27/03/2009, 15:07
Kandalian

Kandalian se bate en retirada aprovechando la cobertura y las indicaciones que ofrece el mago. Ciertamente ahora el quedar encerrados dentro del edificio de piedra no parece una mala idea. Si finalmente son aliados los que vienen...

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27/03/2009, 23:57
Vanth

Vanth poco quería saber de retiradas. Sin embargo los heridos y cansados hombres, aldeanos y compañeros... Diana... no podían dar más de sí.

Deseando que las esperanzas de Kandalian fueran fundadas el jóven guerrero retrocedió haciendo caso al nigromante. Amigos o enemigos. Lo cierto es que el combate habría terminado en seguida, para bien o para mal.

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30/03/2009, 21:44
Naldar

El explorador había adoptado una posición más defensiva. Antes de disparar su arco contra los orcos que se acercaban, miraba a los aliados para ver si estaban en peligro, y así, atacar a sus oponentes. Cada flecha hacía que los músculos de los brazos del elfo se tensasen ataque tras ataque.

¡Qué es eso!-exclama interiormente, sorprendiéndose al oír el cuerno, a la vez que intenta distinguir algo entre humo y enemigos.

Sin dudar demasiado, Naldar coge una nueva saeta mientras mira como sus compañeros empiezan a dirigirse hacia el almacén. Desde lo alto, el montaraz, cubre la retirada de sus compañeros.

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30/03/2009, 21:46
Director

Poco a poco los defensores entran en el almacén de piedra, los heridos se mueven con lentitud y los más sanos les ayudan a salvar esa distancia.

Afortunadamente el caos reinante y las barricadas montadas como defensa permiten a los humanos y sus aliados ser perseguidos con lentitud y poca eficacia. Orcos rabiosos empujan los trastos para pasar al otro lado y algunos gnols y osgos dan órdenes de ataque o simplemente huyen.

Las puertas del viejo y sólido almacen se cierran dejando al otro lado a los enemigos. En el interior del edificio oscuro, solo iluminado por velas y restos de antorchas, la paz y el silencio reina durante un minuto mientras los recien llegados pasean sus miradas por los asustados e indefensos aldeanos que se protegen ahi. Niños, ancianos, mujeres y heridos. El cadaver de Finrod ocupa un lugar destacado junto con otros pocos cuerpos recuperados.

Todo lo que queda de Asbrav está encerrado entre estas paredes, ahora será todo o nada.

La calma termina cuando unos golpes sacuden la construcción. Las dos puertas del almacén quemado están siendo golpeadas con fuerza, la que se acaba de cerrar, la puerta que da al interior del círculo de defensa, es la más débil de ambas.

Los cuernos sonando dominan la quietud, el brillo rojizo  del fuego se filtra por las rendijas de las puertas y por las estrechas ventanas situadas cerca del techo.

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31/03/2009, 00:09
Naldar
Sólo para el director

El explorador había adoptado una posición más defensiva. Antes de disparar su arco contra los orcos que se acercaban, miraba a los aliados para ver si estaban en peligro, y así, atacar a sus oponentes. Cada flecha hacía que los músculos de los brazos del elfo se tensasen ataque tras ataque.

¡Qué es eso!-exclama interiormente, sorprendiéndose al oír el cuerno, a la vez que intenta distinguir algo entre humo y enemigos.

Sin dudar demasiado, Naldar coge una nueva saeta mientras mira como sus compañeros empiezan a dirigirse hacia el almacén. Desde lo alto, el montaraz, cubre la retirada de sus compañeros.

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01/04/2009, 02:29
Director

A pesar de su privilegiada posición sobre el edificio, Naldar escruta los alrededores con dificultad por culpa del humo de los numerosos incendios. Muchos efectivos enemigos huyen sin ningún órden, sin embargo un buen número atraviesan las barricadas para atacar el edificio donde se han guarecido los defensores supervivientes.

Unas dos docenas de orcos y gnols asaltan el último bastión. A pesar de que la mayoría son un blanco fácil para las flechas, cuando se amontonan contra las dos puertas del edificio quedan a cubierto del elfo. La entrada de la parte oeste del edificio no aguantará mucho.

Algo de movimiento se intuye a través de las brumas, una explosión ígnea más en el exterior de la empalizada permite ver durante un instante una masa de caballos atravesando las caídas puertas de entrada a Asbrav. Cuando vuelve la oscuridad el misterioso refuerzo se vuelve casi invisible tras el humo. Las únicas impresiones que ha podido sacar Naldar de lo que ha visto son que se dirigen hacia el centro del pueblo y que no son tan numerosos como había imaginado.

- Tiradas (1)
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01/04/2009, 02:46
Director
Sólo para el director
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01/04/2009, 02:47
Diana

Maldita sea...

Diana parece algo confusa y mareada por el dolor de su profunda herida y tras haber recuperado la conciencia gracias a los cuidados de Derek sale de su aturdimiento poco a poco.

¿qué hacemos aqui dentro? exclama mirando a su alrededor ¡si nuestros refuerzos han llegado no hay nada que temer, salgamos fuera a perseguir a esas alimañas!

 

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01/04/2009, 03:00
Director

Derek niega con la cabeza y se acerca a Diana, susurrándole algunas explicaciones. Sin duda su pérdida del sentido y la confusión siguiente, no han permitido a la guerrera hacerse una idea clara y realista de la situación. Su compañero de armas le narra los extraños resplandores y le recuerda que cientos de millas deberían separar aún a cualquier posible refuerzo de Berfôska.

Pero... ¿qué otra explicación hay? y, si parte del poderoso ejército de caballeros ha llegado hasta aquí...  ¿por qué parece demorarse tanto en entrar triunfante, liberando la ciudad cuando sólo se enfrenta a unos centenares de gnols asustados y desorganizados?

Catorce lanceros, Kandalian, Derek, Diana, Amnyin, Vanth y Arkaeron (además de Naldar, que quedó fuera, sobre el edificio) son lo último con lo que cuenta Asbrav para defender a los inocentes niños, a las mujeres. A los indefensos presentes en esta sala que hace poco era un almacén de víveres. Las dos puertas, norte y oeste, tiemblan por golpes. Con las débiles maderas por medio, sólo unos palmos separan a osgos, gnols y orcos armados de niños y ancianos.

La puerta del oeste cruje, el brazo de un osgo la ha atravesado junto con su maza.

Notas de juego

Rolead y acciones.

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01/04/2009, 20:07
Kandalian

Kadalian no se siente del todo a salvo. Ciertamente si lo que vienen son refuerzos... ¿por qe no han expulsado a los invasores ya?

Lleno de ira e impotencia, Kandalian propicia un puñetazo aturdidor al gnoll que ha conseguido romper la madera de la puerta oeste.

Muere, alimaña indigna! Grita en orco el gnomo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Puñetazo aturdidor.

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01/04/2009, 21:46
Arkaeron

Me acerco con paso sereno hacia la puerta donde esta Kandalian.

Rápido, apuntalad las puertas con los que podáis, empezad por la del norte, yo los retrasare lo que pueda en esta.

Tras el golpe del mediano, comienzo a conjurar y acerco la mano hasta la puerta, sacándola levemente por el agujero que dejo el enemigo

Al instante, unas llamaradas de un intenso fuego salen de mi mano quemando todo lo que tocan. Tras el conjuro, retiro la mano lo mas rápido posible y saco la daga maldita.

Que alguien vaya a ver a Naldar y nos informe de lo que sucede fuera

- Tiradas (1)

Notas de juego

Manos ardientes restadas, 12 de daño

La idea es poner la mano mas o menos a la altura de la puerta para que al lanzar el conjuro no la queme y las llamaradas salgan fuera quemando a los malos jejeje

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02/04/2009, 00:47
Director

Kandalian golpea al osgo recién aparecido y deja paso a Arkaeron, que conjura envolviendo en llamas a los atacantes. El osgo aturdido por el golpe del gnomo es incapaz de esquivar y es convertido en cenizas junto con un desafortunado gnol. El resto de los asaltantes recibe el conjuro no tan directamente o se aparta convirtiendo la muerte ardiente en solo quemaduras graves.

Las bestias humanoides no parecen cejar en su empeño en la puerta oeste, que solo ha sufrido ligeros daños por el fuego y aún resiste en pie aunque rota. Los dos caballeros acuden a la segunda línea de esa entrada, tras el mago. Amnyin y varios aldeanos se ocupan en reforzar la puerta del norte, que ahora parece con diferencia la más sólida.

A la órden del nigromante siguen varias preguntas de Derek a los aldeanos que contestan al respecto: no hay acceso desde el interior del almacen al tejado. Las unicas vías serían las dos puertas asediadas y las altas y estrechas ventanas.

- Tiradas (2)
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02/04/2009, 18:17
Kandalian

El gnomo se muestra frustrado e impaciente. Esto no es normal...

A las palabras de Arkaeron, Kandalian escudriña el recinto en busca de la manera de subir al tejado desde el interior.

Si alguien es capaz de trepar con habilidad ese es el monje. Además, desde arriba podré satisfacer mi curiosidad acerca de la naturaleza de ese cuerno que ha sonado...

Se coloca debajo de la ventana más cercana, corre y salta en pos de ella...

- Tiradas (2)
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03/04/2009, 16:58
Derek

¡Aguantad!

el caballero avanza para ocupar la puerta evitando la entrada de los magullados y quemados enemigos. La puerta se agita por los golpes desde fuera.

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04/04/2009, 18:14
Vanth

Vanth mira a su alrededor intuyendo que la defensa en el almacén durará poco más que un par de minutos. Arkaeron ha demostrado su eficacia y los dos caballeros protegen la puerta más débil por lo que el jóven decidió comprobar la seguridad del acceso norte antes de ofrecer su espada en el otro lado.

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04/04/2009, 18:47
Director

Los golpes contra las puertas continúan pero la del norte aguanta y la del oeste, con una grieta del tamaño de un brazo humano, recompensa a los enemigos que se acercan con fuego mágico o flechas disparadas por los arcos defensores desde el interior.

Arkaeron plantado frente a la entrada está listo para impedir el paso, los dos caballeros mantienen la distancia preparándose. Kandalian se aleja dirigiéndose a una de las pequeñas y altas ventanas. No es hasta varios golpes después, en el instante en el que otra gran brecha se abre en la madera dejando ver a un gnol, que Kandalian logra, con ayuda de una mesa, trepar hasta la abertura y franquearla desapareciendo.

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04/04/2009, 19:01
Director

Encaramándose por el borde del tejado, Kandalian aparece encima del almacén donde se encuentra con Naldar.

Los fuegos dispersos por toda la aldea iluminan todo, por si la luz de la luna llena no fuera suficiente. Sobre el edificio la vista es privilegiada y permite distinguir desde las calles más cercanas a la puerta principal hasta la plaza central del pueblo, al norte, y la empalizada sur y este.

Alrededor no parece haber ningún grupo de importancia, las tropas que aún están a la vista se dan a la fuga o marchan hacia otros lugares que saquear de la aldea. Sin embargo al menos una treintena de los enemigos que asaltaban las barricadas hace un minuto, continúan el ataque sobre la última defensa de los humanos y ya han atravesado los obstáculos, lanzándose contra el viejo almacén.

Notas de juego

asalto 9 del tablero.