Partida Rol por web

Héroes y Profecías

La Última Batalla

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03/05/2011, 01:07
Daern el Matadragones (by Akin)

Daern mutó, fue rápido, apenas un momento, y volvió a tener su tamaño, su gran tamaño, volvía a ser la bestia de casi diez pies cubierta de pelo y con garras afiladas, otro instante y de su morral sacó la armadura y el escudo, que a una orden suya se pusieron sobre su cuerpo. Otra orden suya y un instante despues era Gwin, su martillo, el que había aumentado su tamaño. Otro movimiento y del morral sacó su máscara, aquella horrible cubierta para sus ojos que le daba un aspecto tan aterrador que los mismísmos infiernos tenían miedo de él, y quizás no en un sentido metafórico.

Ya sólo faltaba un instante más, el instante de desatar su furia, una furia que llevaba demasiado tiempo reprimida, a la que no había podido recurrir durante una eternidad. Su furia, Gwin, Daern el Matadragones. Tras una eternidad separados, esos tres elementos volverían a verse en una batalla.

Y la furia se desató, más terrible de lo que nunca se había visto, un aullido sobrenatural salió de su garganta, un grito que helaría el alma de un liche, un gruñido que hizo que los mismísimos infiernos sintiesen el miedo hasta el tuétano de sus huesos, o al menos el centenar de Vrocs que se acercaban hacia ellos cayendo en picado, atancando como siempre lo hacían, pero esta vez con el miedo reflejado en su mirada, dubitativos, con su negra alma consumida por el terror que aquel aullido les había provocado. Nunca habían visto al Matadragones, pero incluso los mismos demonios tenían instinto suficiente para entender las promesas que aquel aullido particular trasmitía por encima de todos los demás aullidos del Pandemonium.

Pero a pesar del terror atacaron, empujados por la voluntad del Múltiple, él no aceptaría una retirada por miedo, la muerte a manos de aquella bestia era preferible a cualquier castigo que su señor pudiese imaginar, así que atacaron de todos modos.

Y comenzaron a caer. Su sobrenatural resistencia a los golpes no era nada ante Gwin, quien había sido bendito por los dioses del bien, quien disfrutaba siendo empuñado por aquel guerrero cuando se trataba de acabar con la vida de demonios. Algunos aguantaron dos golpes, otros sólo uno, ninguno necesitó tres. La muerte era cuestión simplemente de ponerse al alcance de aquel al que llamaban el Matadragones, y tras una eternidad siendo atacados por hordas de enemigos sin descanso alguno, un centenar de demonios menores no eran algo que el licántropo temiese.

Eran muchos, lo rodearon rápidamente pues eran muchos más y el guerrero no daba abasto. Muy pocos de ellos conseguían atravesar la armdura, de entre ellos, muy pocos lo hacían con la fuerza necesaria para hacerle daño, era simple cuestión de tiempo que muriesen todos mientras que las pocas heridas que conseguían causar los demonios se iban cerrando por si solas. Era simple cuestión de tiempo acabar con todos. No se trataba de tiempo para ver como terminaba la batalla, sino simplemente ver cuanto tiempo necesitaba para segar todas aquellas vidas como quien siega el trigo.

- Vamos gallinitas, pitas pitas pitas... -los incitaba el guerrero- Vamos amiguito, pío pío pío. Estáis tan flacuchas que necesito unas docenas para poder hacer un insulso caldo... Vamos pajaritos, asomad vuestros picos. Callad ya ese chirrío, del que yo me río.

Puede que fuese un gran guerrero, y sin duda tenía sentido del humor, pero no pasaría a la posteridad como poeta.

El poderoso martillo se agitó una y otra vez, una y otra vez, como si los brazos que lo impulsaban fuesen incansables. Si lo eran, no fue en esta ocasión cuando se vio por primera vez: cuando los enemigos empezaron a escasear, el bárbaro miró a su alrededor, sólo para ver como sus fieles amigos habían decidido unirse a la fiesta.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me apetecía hacer la tirada de intimidar, pero si lo sé no gasto ese 20 en algo así :D

Podeis tener en cuenta que todos los vroc que no pasen una tirada de voluntad de dificultad 61 llegan a vosotros estremecidos. Por si lo queréis tener en cuenta en vuestras narraciones.

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04/05/2011, 16:21
Roerkas

Roerkas había guardado silencio. No tenía, ni quería, hacer visible los sentimientos de su interior. La torturada venganza personificada de Merlivert, el poder en bruto de Daern o el alma vacía de Camus no podían entender sus motivaciones, sus aspiraciones mas secretas y comprender sus decisiones.

¿Manejado? ¿Libre? El Destino es el juguete favorito de los Dioses y el bien mas preciado de los mortales.

Una vez mas, pongo en juego todas las piezas y la partida ya no puede pararse. Sin embargo ya no soy el mismo que fui. Nunca volveré a serlo.

El fin del tunel y el cielo viviente, marea de negras alas y violentos deseos de muerte, no le asustó. Realmente era complicado asustarle por medios mundanos ya que Roerkas siempre veía la vida con una pesada capa de distanciamiento y preparación sobre todo aquello que pudiese volverse contra él. Un asalto de infernales no era algo que no hubiese calculado. Al igual que, si bien no estaba atemorizado, si mostraba una correcta cantidad de precaución por la cantidad de enemigos.

Vrocs...

El basto conocimiento acumulado de Roerkas en un instante pareció fluir en su interior y traer a la superficie de su mente todo el conocimiento necesario sobre sus adversarios. Solo era cuestión de segundos que empezasen a morir. Desdeñando, como siempre, los impulsos salvajes de Daern, Roerkas se mantuvo alejado, en la entrada del tunel donde podría esgrimir su aterrador poder sin interferencias.

Las manos comenzaron su danza, recorriendo el aire y dejando estelas de poder en bruto, mientras susurraba palabras arcanas, moldeando la magia, sometiéndola a su voluntad para que obedeciese sus designios. Extendió una mano y con una última palabra arrojó una pequeña pepita de pulsatil luz rojiza ambarina. Sin que pasase mas tiempo que el latido de un corazón, otra pepita luminosa surgió de sus manos, invocada a una velocidad inconcebible para mentes inferiores.

Entonces se desató un infierno de llamas que hizo palidecer a aquel que los vrocks llaman hogar. Sin embargo, a pesar de la destrucción, la zona afectada estaba calculada de forma magistral y Daern se encontraba entre ambas, incólume por a penas dos palmos de distancia.

- Tus rimas hacen llorar a las piedras. ¿Porqué eres tan cruel con nuestros enemigos? - Comentó al terminar su despliegue mágico.

 

- Tiradas (1)
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05/05/2011, 02:49
Merlivert el de los 9 Puñales

Daern comenzó su terrible danza en cuanto los infernales se pusieron a tiro de sus terribles armas.

Roerkas no necesitaba esperar. Su basto poder le permitía llevar a la auténtiva muerte a aquellos, no solo a un simple destierro temporal.

Mi estilo era otro...

Una bandada de Vrocs que evitaban claramente a Daern vio en mi a una presa más fácil de abatir. Se lanzaron en una caótica formación de vuelo rasante, buscando con su número el llevarme por delante. Sus ojos demostraban sus ansias por probar la primera sangre. No les daría ese placer.

Me mantuve firme con una sonrisa en los labios. Aquellos seres alados y demoniacos gozaban normalmente del miedo ajeno como primera arma para abatir a sus presas. Pero conmigo ese juego no valía. Es más lo usaría en su contra. Esperando casi al último momento, me di la vuelta hacia la pared de mi espalda y comencé a correr. Evidentemente, los Vrocs me alcanzarían si me encerraba contra la pared, pero mi táctica era otra. Cuando llegue a la misma, salte hacia la pared que se alzaba frente a mi. De ahí, flexioné mis piernas y usé la pared como trampolín, proyectándome hacia atrás en una voltereta imposible. Lo rasantes Vrocs pasaron debajo de mi, atónitos por la maniobra de despiste ejecutada, y uno a uno les lance mis armas, segun pasaban por debajo.

El impacto de mis armas no tenía la brutalidad de los golpes de Daern ni la implacable capacidad destructiva de Roerkas, pero a favor mío contaba con la precisión. Todos y cada uno de mis puñales iban dirigidos al cráneo de mis enemigos. Todos entraban pr la cuenca del ojo alojándose en el cerebro, y aniquilando todas sus funciones vitales en un instante. El mensaje era evidente: mirarme tan solo podía traerles la muerte, y me aseguré que ese fuera su último pensamiento antes de dejar de existir.

Según iban desapareciendo, mis armas volvían a mi por arte de magia. Cuando varios de aquellos engendros hubieron probado el sabor de mis armas, mi salto comenzó a llegar a su máxima curvatura y comencé a descender. La proyección había sido excesiva y caería al vacío. Pero aquel era un movimiento calculado, y me aproveché de la situación. Más Vrocs se mantenían en vuelo, molestados por sus congéneres de vanguardia, sin percatarse de lo que había pasado. Aterricé sobre el lomo de uno de ellos y un puñal apareció en mi mano cuando descargaba el arma contra su cráneo, hacia su sien derecha. La izquierda hizo otro tanto por su lado, y aquel desdichado casi me dio pena... Casi, pero reconozco que disfruté con el sonido a melón reventado que escuché. El vroc comenzó a caer entonces a plomo, muerto sin remisión, salté de nuevo con una pirueta y volvía aterrizar sobre el lomo de otro engendro, repitiendo mi mortal ataque.

Aquello me divirtió, pues nunca había combatido sobre plataformas voladoras mortales y asesinables. Comencé a carcajearme mientras saltaba de un vroc a otro, repitiendo la táctica. Finalmente, aterricé de nuevo en el saliente cuando juzgue que el paseo había sido fructífero. Para mi sorpresa, no estaba solo. Un Vroc especialmente grande y monstruoso, que había estado estudiándome mientras exterminaba a sus congéneres, se posó justo frente a mi y con un pensamiento se multiplicó en 7 más, habiendo un total de 8 engendos frente a mi, todos enormes feos y amenzantes.

- ¡¿Y ahora que, humano miserable?! -dijo en su obsena lengua gutural llena de graznidos y chasquidos- ¿Saltaras sobre mi? ¡Vamos, te espero!

Miré por un momento a las 8 amenazas que se me presentaban. Con mirada insolente y velocidad cegadora me agaché al suelo y agarré un puñado de aquella tierra arenosa, llena de gravilla y piedras sueltas. La arroje en un arco horizontal sobre lso 8 Vrocs y las 7 creaciones ilusorias desaparecieron en la nada, quedando solo su sorprendido dueño. Si n solución de continuidad, arroje mis armas y 8 de mis 9 puñales se alojaron todos y cada uno de ellos en las cuencas de sus ojos.

- Apuesto a que ahora te sientes como un completo imbecil..., ¿no? -el vroc cayó lenta y pesadamente hacia atrás mientras mis armas volvían a mi- Es evidente que con quien hablo es contigo, deidad de pacotilla... -susurré al aire- ¿Es esto todo cuanto puede lanzarnos...? Mándanos más. Será un placer acabar con toda tu progenie. Así seremos mucho más fuertes cuando nos enfrentemos a ti... Colaborarás en tu propia caída. No lo sabes aun, pero estás fortaleciéndonos... JAJAJA. Parece que aparte de castrado no posees tampoco ese don de omnisciencia que se presupone a toda deidad... ¿Acaso no sabes que te traemos la muerte... la verdadera y genuina...? El deicidio no será término suficiente para acuñar lo que te vamos a hacer... Pues serás tan olvidado que ningún ser vivo podrá recordar siquiera lo que un día fuiste... Sigue crecidito y ahuyando... que te vas a llevar una sorpresa...

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05/05/2011, 03:22
Merlivert el de los 9 Puñales
Sólo para el director

Notas de juego

Sigo con mi embuste, por si el dios está escuchando. Quiero que se haga una paja mental comiendose las uñas pensando en a que me refiero: como si tuvier algo gordo, como un arma nuclear en una maleta con un lazo para él... No se si me explico... T_T

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07/05/2011, 01:28
Camus

El antaño poderoso clérigo, ahora despojado de casi todo su poder es solo una sombra de lo que fue. Aún así, es bien capaz de manejar a las abominaciones que salen a su paso, y eso dice más sobre su poder más que cualquier otro hecho. Balanceando la que muchos llamaban Maza de Cuthbert - si en algún momento perteneció a la deidad, es un misterio - el sacerdote aplasta huesos y esparce un poco de justicia divina, demostrando que él tampoco está indefenso. Sus viejos compañeros están haciendo la mayor parte del trabajo, sí, pero no quiere decir que Camus no pueda divertirse un poco.

Un rayo de luz cegadora abandona la maza para abrasar los restos ya maltrechos de un vroc cercano. Camus sonríe, pero más por la inminente victoria, lo hace por el mensaje que esta significa sobre el verdadero enemigo.

- Tiradas (1)
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07/05/2011, 01:41
Bohemond

El extraño sacerdote, Bohemond de Shurlav, conjura con facilidad poderes a medio camino entre la brujería y la magia divina.

Sin empuñar arma alguna, el Comandante de los Caballeros de la Redención mueve el guantelete derecho trazando círculos en el aire. Siguiendo el ritmo de su mano, parte de la bandada se agita y bulle, como si el cielo manchado de enemigos no fuera más que una sopa que el clérigo remueve con una cuchara. Mientras grita órdenes en idioma abisal, algunos de los vrocs se matan entre ellos mientras que otros simplemente quedan paralizados o parecen confusos.

La destrucción en las filas enemigas creadas por Bohemond no es comparable con las matanzas de los Héroes Antiguos, pero no le deja en mal lugar. Rodeado de demonios de voluntad débil, un Redentor se encuentra en su ambiente; como si todos los enemigos fueran marionetas con sus hilos enredados.

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07/05/2011, 01:51
Folcard

El líder de los Caballeros del Cáliz también está en su ambiente, aunque por razones muy distintas. Ha sido entrenado, perfeccionado, para acabar con los demonios, la máxima personificación del Caos y la Maldad. Toda su vida, entrenamiento y voluntad han sido puestos al servicio de una única misión sagrada: erradicar a las bestias demoniacas.

Alterna esgrima con magia, invocando explosiones de castigo divino o protegiendo a sus aliados contra el mal. Su poder de conjuración está a un mundo de distancia del de Roerkas. Ni sus golpes son tan fuertes como los de Daern, ni tan rápidos como los de Merlivert. En todo caso, comparte con este último héroe la habilidad con el uso de dos armas. Sus dos cimitarras consiguen impactos en las zonas más vulnerables, no con la precisión cirujana de los puñales del Héroe Antiguo, pero con suficiente rabia como para destrozar a uno detrás de otro.

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07/05/2011, 02:04
Director

El combate parece una marea horizontal cayendo sobre el pequeño grupo de - en apariencia - insignificantes mortales. La piel azulada y las plumas color espuma sucia refuerzan esa similitud con una inmensa ola golpeando - de arriba a abajo - con un peñasco, pero, como el mar, la marea se rompe contra la piedra y se disipa sin fuerzas. Docenas en la vanguardia mueren a manos de Daern, y los siguientes son descuartizados por Merlivert... con ayuda de Folcard, Hagen y, en menor medida, de Parthalan.

Los que conservan la distancia son desintegrados por los conjuros de Roerkas. Bohemond parece divertirse con los enemigos, más que acabar con ellos. Parece valorar el hecho de que las muertes las provoquen ellos mismos. Redención antes de la Muerte Definitiva.

Aterrados por el oso-humano, diezmados en apenas unos minutos, los enemigos intentan dispersarse. Como una bandada de frágiles palomas, tratan de encontrar el cielo y solo encuentran filos de acero, garras y colmillos, fuego...

Solo cuatro de los demonios logran salir de la zona mortal de las armas de cuerpo a cuerpo y los conjuros de corto alcance. Malheridas, las figuras con forma de buitre se alejan más despacio de lo que querrían. Vuelan hacia su Señor, única protección contra la Muerte que portan los humanos en apariencia débiles.

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09/05/2011, 14:08
Roerkas

No hay movimiento. No hay sonido alguno. Sin embargo un haz eléctrico salta desde el mismo cuerpo de Roerkas y cruza el aire. Sin duda los vrocs están lejos y huyen con todas sus fuerzas. Sin embargo la distancia no es algo que suponga un problema cuando esta puede ser superada por la propia voluntad que impulsa la magia.

El arco eléctrico cruza el aire, cientos de metros de distancia, e impacta infalible en uno de los demonios huidos. Este se estremece y sacude, finalizando su miserable existencia en una explosión de vísceras y pequeñas llamas. Sin embargo antes de morir otros arcos electricos saltan de él hacia sus compañeros, segando sus vidas con furia implacables.

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09/05/2011, 17:20
Merlivert el de los 9 Puñales

- Lastima... -comenté con falso tono triste al ver a los demonios reventando como melones al sol- ...Hubieran sido unos mensajeros excelentes... Aun así, ante la duda son cuatro bastardos menos...

Melinvert sacó un lienzo y, haciendo levitar varios de sus puñales con la acción de sus malavarismos, fue limpiando la sangre negra y espesa, parecida a brea, de sus filos. No es que la sangre fuera a embotar las armas, pues su resistencia era grande, pero había una imagen que mantener, y detestaba que sus pequeños resultaran ensuciados por aquella pringue.

- ¿Todo el mundo está bien? -me interesé mirando a nuestro equipo- ¿Algún herido...?

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09/05/2011, 17:59
Hagen

Ciertamente Hagen ha recibido algunas heridas de poca consideración. Aunque el Comandante de Berfôska es uno de los mayores guerreros de su tiempo, no se había medido aún con hordas demoníacas en un abismo aullante. La cota de mallas que protege las zonas vacías de su armadura se ha soltado en algunas partes, y tiene algo de sangre en la cara. Aún con todo, sería el último de la expedición en quejarse.

Nada importante. Hará falta mucho más que eso para detenernos...

Y sin duda lo habrá.

Hagen respira pesadamente, sabiendo que será difícil para los caballeros de Berfôska seguir el ritmo de los Héroes Antiguos.

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09/05/2011, 19:07
Daern el Matadragones (by Akin)

- Si queréis descansar y recuperaros, puedo hacer algo de caldo de pollo. Pero os advierto que se me da peor que hacer rimas.

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09/05/2011, 19:16
Parthalan

No, gracias.

Dice el líder de los Discípulos Divinos, gran clérigo de Heironeous. El optimismo y la euforia de la batalla no hacen mella en él, porque sin sus poderes sabe que está casi indefenso. De no haber sido por Hagen, seguramente estaría muerto ya.

Aún así, será un sacrificio que hará con la cabeza alta.

Sigamos.

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10/05/2011, 01:16
Director

Tras preocuparse por el estado de sus compañeros, Merlivert no se ha distraido con la charla, sino que ha prestado atención a su entorno. Enfrente del saliente de piedra en el que se encuentran hay una pared aparentemente infinita salpicada aquí y allá por formaciones rocosas con forma de afiladas agujas. Sin duda esa pared será un nuevo suelo cuando consigan salvar la distancia con ella.

A decir verdad, al acabar con la vida de esos huidizos vrocs, el mago ha revelado un detalle más sobre el camino. Los cuerpos muertos, quebrados por la magia, de los demonios no cayeron hacia ninguna de las superficies que se podrían llamar "suelos". En lugar de eso, los cadáveres flotan, siendo arrastrados sin cesar por un extraño viento en forma de torbellino. Tras varias vueltas, uno de los cuerpos abandona el bucle y sale disparado hacia la pared, ensartándose en las agujas rocosas. Los otros tres infernales prosiguen su danza. Seguramente están condenados a pudrirse en el aire, a lo largo de siglos.

Ahora los compañeros saben una zona que evitar. Aún así, deberán salvar la distancia entre la terraza y la pared. Puede ser una labor difícil - por las rachas de viento adversas en el camino - y peligrosa - por el viento a favor en el último tramo, que parece destinado a clavar a las víctimas en las puntiagudas rocas -.

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10/05/2011, 14:26
Daern el Matadragones (by Akin)

- Supongo que podría tender una cuerda entre esa agradable pared y donde estamos, si tenemos una cuerda lo suficientemente larga. Aún así supongo que con o sin cuerda no será fácil pasar.

Cargando editor
10/05/2011, 15:02
Merlivert el de los 9 Puñales

Le dirijo una mirada a Daern sopesando su idea, pero no demasiado convencido en mi interior. Lo cierto es que es un sitio ideal para una emboscada y si bien soy demasido arrogante para sentirme intimidado por un posible ataque de infernales mientras hago piruetas sobre una cuerda, si que temo por la salud de nuestros acompañantes embutidos en metal. No es el equipo ideal para la escalada o el equilibrismo.

Entonces sopeso la opción de seguir convirtiendo las dificultades que el multiple nos pone enfrente en oportunidades para achuchar su arrogancia e infalible seguridad en si mismo. Quizas necesitemos una nueva prueba de feurza y poder que envíen un mensaje alto y claro: estamos determinados, tenemos recursos y vamos a por ti... Roerkas y sus artes quizás sean los más adecuados para solventar el lance.

- Roerkas..., ¿no existe la posibilidad de barrer las asperezas de ese terreno o moldearlo a nuestro gusto con tus habilidades? Me aburren las tonterías que un dios es capaz de poner en nuestro camino para demostrar... algo... ¿Que es muy astuto...? Porque me lo estoy imaginando felicitándose por semejante reto... si tienes una cebolla por cerebro, claro... -mi tono es evidentemente despectivo, y es fácil adivinar contra quien lo dirijo mientras elevo la voz para elevarme sobre el auyante viento, que irónicamente llevará mis palabras a donde quiera que nuestro anfitrión se encuentra...

Cargando editor
11/05/2011, 12:25
Roerkas

Notas de juego

Si no me equivoco es así, no? (Perdon por la cutrez xDDD)

Cargando editor
11/05/2011, 14:29
Director

Notas de juego

Exacto! lo has entendido perfectamente. Entre la raya horizontal que pusiste abajo (vuestro suelo) y la pared habría un abismo.

 

Cargando editor
13/05/2011, 10:12
Roerkas
Sólo para el director

Notas de juego

Me ha desaparecido un post :S

De todas formas, antes de escribirlo, supongo que viendo el punto exácto al que quiero ir, con un teleportar en masa sería suficiente y con la exáctitud necesaria, no? O podría haber interferencias pro estar en un plano divino?

Cargando editor
13/05/2011, 15:06
Director

Notas de juego

Como dije en el primer post de esta escena, "la teleportación está obstruida".

No significa que sea imposible necesariamente - si no se te ocurre otra cosa, puedes tirar de eso - pero Erythnull (si sabe de vuestra existencia, cosa casi segura) puede influir totalmente en el conjuro. Es decir, podría hacer que fallara, que funcionara a medias, o que la teleportación os llevara a cualquier sitio que él quisiera.