Partida Rol por web

Te despiertan unos ligeros toques del gnomo, respondes con un ligero gruñido pero agarras tu espada y te despejas todo lo rápido que puedes para estar atento a la guardia.
Lentamente transcurre el tiempo, nada sospechoso ni peligroso. En un instante oyes un ligero ruido entre matorrales, te levantas y te acercas para saber qué ha sido pero cuando miras no ves nada. Posiblemente un animal pequeño. Cuando intuyes que tu guardia ha terminado despiertas al elfo para que continúe y vuelves a dormir.

El orco te despierta y con un ligero gruñido se acuesta y vuelve a dormirse. Empieza tu guardia y, sentado en un roca oyes la respiración rítmica de los demás con tu agudo oido. Todo parece en calma. El tiempo pasa sin que ocurra nada extraño hasta que se acerca el amanecer.

El elfo estaba meditando cuando un gruñido del semiorco le hace volver en sí. Parece que ya había llegado su guardia. El explorador se incorpora y se dirige a la roca dónde se había situado el gnomo a vigilar.

El orco estaba montando guardia...no me fio...

Luego mira al grupo que está durmiendo placenteramente. Mientras, Naldar, piensa que podría buscar algo de comida por la zona mientras la bate y hace un poco de reconocimiento.

Cuando esta buscando alimento agudiza sus sentidos para intuir cualquier posible peligro.

Encuentras algo de comida y agua potable en los alrededores, sin alejarte del camino. Suficiente para al menos un día de viaje. En tu búsqueda encuentras algo más, al norte del sendero unas huellas que parecen dirijirse hacia el oeste. Entonces recuerdas, las huellas que seguían los gnols.

Te acercas, interesado, a las huellas. Hincas la rodilla en tierra, leyendo las marcas con destreza. Echando un vistazo puedes ver que bordean el camino en el lugar en el que estás, atraviesan el camino brevemente y vuelven a cruzarlo dirijiéndose hacia el Oeste dejando el sendero hacia el Sur.
Sólo con mirar puedes ver mentalmente a las criaturas que han dejado estas marcas, las conoces muy bien... Orcos
Son, con bastante seguridad, seis orcos avanzando con rapidez. Rápidamente llegas a la conclusión de que entre los gnols debía haber un muy buen rastreador ya que las huellas tienen varios dias, posiblemente una semana de antiguedad y puedes ver que incluso ha llovido una noche desde entonces, casi borrando el rastro excepto para un ojo experto como el tuyo.

El amanecer ya está cerca y prometiste al mago que le despertarías temprano.

¡Orcos! Maldita sea... Si llego a estar hace una semana aquí... - dice con enfado el elfo mientras endurece sus bellas facciones. Luego se le pasa por la mente seguir al grupo de orcos, pero estarán demasiado lejos. La idea es tan fugaz que dá paso a otra.

Debo despertar al mago... espero que no sea demasiado pronto...

De camino al improvisado campamento guarda un poco de comida y agua en su mochila. Una pequeña parte se la va comiendo durante el pequeño trayecto, para ir cogiendo energía. Al llegar deposita la otra parte del alimento cerca del grupo, con intención de que puedan desayunar un poco.

Arkaeron, Arkaeron - murmura el elfo mientras zarandea el cuerpo del mago. Naldar insiste hasta que Arkaeron despierta.

Luego, percibiendo que pronto se despertarán el resto de compañeros, se aleja un poco de la zona y emite un leve silbido, como el de la mañana anterior. Después de eso, fija la vista en el cielo, esperando la llegada de su amigo volador para ver como ha pasado la noche.

Arkaeron, Arkaeron
La llamada del elfo te despierta, vacilas un instante pero recuperas rápidamente toda tu consciencia. Te incorporas observando el paisaje en la oscuridad, aún no ha amanecido pero no debe faltar mucho.
Esta mañana hace algo de frio aunque hay menos viento que durante la noche.
El explorador silba y segundos más tarde ois un graznido conocido, el halcón gris aparece entre la penumbra hasta posarse en el brazo de Naldar.

Despejándose rápidamente el nigromante mira a Naldar
¿Si? ¿ya es la hora? bien, descansa un poco, te vendrá bien
El mago saca un libro, se acerca un poco a la luz y comienza a preparar sus conjuros

No hará falta, ya medité el tiempo necesario. Hay que aprovechar el tiempo -responde Naldar ante las palabras del mago.

Luego, posa su mano sobre el plumaje del halcón.

Calma amigo... - susurra mientras acaricia las suaves plumas, desde la cabeza hasta la mitad del cuerpo. - ¿Qué tal la noche?
La actitud del elfo cada vez que estaba cerca de su amigo volador era relajada, rebosante de alegría. Aún siendo un animal, el ave había compartido los últimos años al lado del elfo, quién había estado muy solo desde la muerte de su mentor.

Después de eso, sin esperar respuesta, salvo la relajación del animal, pierde la vista en el cielo.

Poco a poco el tiempo pasa y llega el amanecer. Todos despertais al notar los primeros rayos de sol, el elfo Naldar y Arkaeron, el mago, parecen llevar un rato despiertos. Naldar tras su guardia y Arkaeron seguramente preparando su magia, que es lo que está terminando de hacer en estos momentos.
Encima de una piedra alta y plana, entre los compañeros, hay bastante fruta con buen aspecto y algunas raices comestibles. Un buen desayuno completo para todos.
Hace un poco de frio, ya no hay viento pero el día está nublado, sobre todo al norte.

Kandalian se levanta fresco como una lechuga. pasa revista a la pequeña tropa dando ánimos e intentando ser positivo...

Vamos remolones, arriba. La ciudad está aún lejos y cuanto más durmais más de lo bueno de la vida os perdeis! Que qué es lo bueno de la vida? Pues está claro, vivir!!!

El gnomo corretea por el campamento. Lleva en la mano una pequeña figura de madera que parece recién tallada.

Naldar, que había perdido la vista en el cielo, no se inmuta ante la salida del Sol y el cambio de luminosidad. Ni ante el movimiento del grupo.

El elfo estaba intentando averiguar que tiempo iba a hacer... Después de estar un rato mirando fijamente hacia un punto gira sobre sus talones una vuelta entera, mirando al horizonte.

Luego, el explorador baja la vista al halcón, le da un par de palmaditas en el cuello y susurra:
Vuela amigo...- mientras extiende el brazo dónde estaba el ave.

Cuando el halcón alza el vuelo, Naldar se dirige hacia el grupo y dice:
Comed algo y partamos hacia Suzail, cuanto antes lleguemos mejor.

las nubes que estan al norte anuncian lluvia, y el viento es como ayer, dirección sur. Hacia vosotros y Suzail. Posiblemente al poco de caer la tarde empezará a llover y predices que durará al menos medio día. Aunque no es probable que sea una gran tormenta sí descargará bastante agua.
Por lo demás el tiempo permanece relativamente estable, te imaginas que pasados los nubarrones, volverá a hacer buen tiempo. Aunque la calidez de ayer es dificil que vuelva.

Finrod hace lo lo que repite por sistema cada dia. Al amanecer se levanta y se aleja unos cuantos metros para hacer sus rezos diarios durante unos minutos. Luego vuelve al campamento y le dedica el tiempo necesario ha colocarse la armadura como es debido. Tras esto, se sienta y come el desayuno lo mas relajadamente posible.
Mientras que esta comiendo hace una pausa y se dirige a los tres que han montado guardia durante la noche incluido el semiorco:

Gracias por vigilar el campamento durante la noche. Permitis que los que necesitamos dormir mas para recuperarnos lo hagamos en paz y con la confianza de estar seguros.

Como te ha venido pasando ultimamente, notas la presencia de tu Dios Heironeous esquiva. Te cuesta unos minutos alcanzar el enlace que antes lograbas con sólo un pensamiento. Tras el rezo, al fin, notas cómo la magia divina vuelve a ti.
Tras tus rezos, colocarte la armadura y recojer tus cosas estás listo para continuar el viaje.

En mitad de la perorata que el gnomo va soltando por el campameto escucha el agradecimiento del paladín. Continúa hablando al grupo y en mitad de su disertación añade: de nada maese Magnuson. A la gente pequeña nos gusta sentirnos útiles, y si encima esa utilidad es agradecida, pues mejor que mejor. Vamos, el sol se levanta y hay que partir!

El elfo, al escuchar las palabras del paladín y luego las del gnomo puntualiza:
No es ningún problema, compañero. Creo que entre todos tenemos que cubrir la posibles flaquezas como grupo si queremos estar unidos. Posiblemente ayer no empezamos con buen pie -recalcando esta última frase mirando al resto- pero estoy seguro que somos un grupo fuerte.

Después de eso Naldar permanece unos segundos sin decir nada, mirando al suelo mientras piensa, luego concluye:
Daos prisa, comed algo y partamos. Parece que esta tarde lloverá, me gustaría estar en Suzail para entonces.

Cuando el elfo termina de hablar, echa mano al arco para comprobar que lo lleva bien asegurado, luego a las espadas y por último su mochila.

Bien, parece que estoy listo...
El explorador al no tener nada más importante que decir espera alguna respuesta de sus compañeros, estando él ya listo para partir en cualquier momento.

Orphen busco un buen sitio para estirarse, y poder descansar.
una vez localizado un sitio sin demasiadas piedras, saco unas ropas y las enrollo en una piedra para que sea algo blando y utilizarlo como cojín.

Por la mañana

Orphen con el principio de ruido del campamento abre algo los ojos apenas perceptible...dios mio pero esta gente no sabe descansar o dormir mas de 6 horas sin tener que hacer algo raro...refiriéndose a los rezos, a las andadas del mediano y el estudio de magia del mago... seguidamente tira la manta hacia arriba para quedar completamente tapado y que no le entre la luz.
Esta claro que Orphen la parte de levantarse no lo lleva demasiado bien.

El nigromante cuando acaba de preparar sus conjuros se sienta a comer algo, la magia consume muchas energía y tendrá que estar a pleno rendimiento si quiere sobrevivir, al terminar se levanta y se estira las ropas comprobando que todos los componentes están en sus saquitos y a mano y que el resto del equipo esta en su lugar.
Bien yo ya estoy listo. Partimos en cuanto queráis
Se sienta en una roca a esperar a sus compañeros.