Partida Rol por web

Al ver las extrañas inscripciones del brazalete, Lea recordó por qué forma parte de una organización como RAíZ. Sin saber qué es lo que había en esas marcas, la joven empresaria sintió que eran señales de un camino que podía llevar más allá, una puerta a dimensiones donde la palabra éxito adquiría un cariz distinto.

Y ahí es donde quiero ir yo.

-- Con permiso.

Lea había sacado su propio teléfono móvil y le había tomado una foto a la foto que mostraba la señora Reed. Así, con la mano de Brenda y todo. A continuación guardó la fotografía en un programa de desarrollo de scripts, un sencillo programita que convirtió la fotografía en un galimatías de ceros y unos que aparecían y desaparecían de la pantalla en un baile desquiciado.

Cualquier informático podría confirmar que esa sucesión arbitraria de dígitos binarios carecía del menor sentido, que lo que estaba haciendo Lea no servía para nada.

Pero la excéntrica mujer se había quedado absorta mirando la caótica pantallita.

Tras mirar la imagen del móvil, se apartó para que los demás pudiesen examinarla... Prefirió quedarse callado, en un segundo plano, a la espera... y escuchando y analizando las reacciones de los demás; no estaba en su mano opinar sobre lo visto, pues no era ducho en la materia... solo sabía una cosa... en la imagen, había, al menos, 3 elementos interesantes: El "qué", o sea, el objeto; el "quien", o sea, el cadáver; y el "donde" ...

[parte solo en plan introspectivo]...

Qué, quien y donde; las tres preguntas que se le ocurrían en ese rápido vistazo. Era consciente de sus limitaciones intelectuales: no había recibido una educación especialmente buena, ni específica... pero el Culto no le había reclutado por ello, sino por "sus contactos"; él no sabía nada, pero era un canal directo con "alguien" que podía saberlo todo; por decirlo claramente, solo era un interfaz, un telefonista, el chico de los recados... y no le molestaba verse de ese modo; se sentía en medio de algo importante, cuando presentía que "Ello" veía a través de sus ojos, y "ello", cuando consideraba que era oportuno, le iluminaba y se dignaba a hablarle...

Por eso, tras observar, calló y se apartó, dejando tiempo para que "Ello" recibierse el mensaje de lo que había visto... Matt solo podía especular vagamente; era extraño, aquí, en este país, la presencia de civilizaciones estructuradas precolombinas. Había algunas, sí, pero eran de pequeña escala, y en todo caso, que tuviesen algo importante para el Culto, implicaba que habían conseguido contactar, o ser contactados, con algo que les guió... pero solo eran meras especulaciones....

Se dedicó a esperar, abierto a sentir esa voz ue le pudiese orientar... y las tres preguntas... el objeto, la persona, el lugar... Tal vez se estuviesen cegando con la pregunta incorrecta, visto que el resto se obcecaban en analizar "el objeto"...

Aunque los ojos de Mathias seguían fijos en l foto, su interior estaba calmado y en silencio, algo raro en él, pero siempre era así cuando intentaba que la Voz le guiara. Sin embargo, un largo silencio siguió a su pregunta, como si la Voz pensara que no había necesidad de explicar nada. Pero entonces comenzó a sentir un hormigueo tras la oreja, un ligero pitido en sus oídos, todo señales univocas de que finalmente si iban a contactar con él.

- L-A   R-U-E-D-A   G-I-R-A.   C-O-N-S-I-G-U-E   E-L   B-R-A-Z-A-L-E-T-E.   Q-U-I-E-N   N-O   E-S   I-M-P-O-R-T-A-NT-E.   E-L-L-A   S-A-B-E   D-O-N-D-E –

Y tan rápido como la voz vino, se fue. Un hilillo de sangre resbaló por su nariz como otras veces que la había escuchado. No ocurría siempre pero si cuando más intenta era la voz. El mensaje había sido escueto pero directo. La voz quería que consiguiera lo que la mujer le enseñaba desde el móvil.

Cuando el doctor Jamal comentó si Lea podría ayudarlos a identificar los artículos, esta no se hizo de rogar, tomó su propio móvil, tomó una foto y comenzó a trabajar con el. Esto reconfortó Admad mientras escuchaba lo que Brenda tuviera que decir.

- En efecto, mi querido amigo, quisiera su ayuda para realizar la extracción. No he estado en ese lugar más de una vez, es simplemente que tengo memoria eidética por lo que no necesito más que ver una cosa una vez para recordarlo sin problemas. Me adentré lo que pude pero… el sitio tenía… un aura rara. Los símbolos de las paredes… no me pareció conveniente seguir allí sola. Por ese motivo tomé las fotos y salí de allí. –

Su rostro se mostraba incómodo, podía notarse su esfuerzo por mantenerse impasible, pero estaba claro que la incomodaba hablar de como se había sentido en la cueva.

A pesar de los esfuerzos de la señorita Reed por mostrarse hermética, para un ojo clínico como el de Admad, la mujer era como un libro abierto. Su postura denotaba cierto nerviosismo, los movimientos de sus ojos, los cambios en la tonalidad de la voz, todo ello signos de vergüenza contenida. Así mismo, como se rompían las palabras al describir el lugar. Las pausas entre palabras, los movimientos con las manos, todo ello indicaba que, incluso ahora, sentía miedo al describir aquella cueva.

En definitiva, parecía que Brenda Reed había entrado en esas cuevas pero lo que allí vio la incomodó y la puso suficientemente nerviosa como para querer salir. No pensaba que fuera algo que pusiera en riesgo su vida directamente o no querría volver por lo que no era algo físico. Los signos de vergüenza parecían focalizar más en ese sentimiento de temor que tenía. Todo esto solían ser señales presentes en personas supersticiosas y creyentes cuando se enfrentaban a los miedos nacidos de dichas supersticiones y creencias.

El doctor Jamal sonrió internamente al comprender que aquella mujer que se mostraba tan segura de si misma, parecía ser supersticiosa y el llamarlos parecía haber nacido más del miedo irracional que de una necesidad real de que ellos estaban allí.

Sin embargo, la pregunta del padre Graham la hizo recuperar su aplomo.

- Como ya sabrán, soy una profesional y no solo porque se me de bien encontrar piezas, sino porque se analizar a quien le va a ir mejor – Sonrie ampliamente – Así es más fácil conseguir que paguen el precio máximo jajajaja – Su postura estaba más relajada y podía verse que estaba disfrutando con la conversación – Que los objetos van a ser útiles para su… organización… – Dijo esto con un deje, dando a entender que, como mínimo, sabía que eran algo más que una ONG venida a más. - …es innegable, muestra de ello es lo contentos que se pusieron cuando se lo comuniqué. Pero en particular, realmente creo que dentro de su organización, son ustedes los que pueden sacarle mayor potencial. –

Graham intentó utilizar sus conocimientos teológicos para analizar las imágenes que tenía delante pero poca información podía sacar. Había dos grupos de símbolos en aquellos brazaletes, los primeros eran extraños y no le recordaban a nada que hubiera visto antes, pero los segundos eran claramente símbolos egipcios lo que le extrañó enormemente. ¿Qué hacía algo egipcio en aquel lugar?

Brenda se giró entonces hacia Samantha cuando esta la preguntó sobre conexiones con México a lo cual, la mujer esbozó una amplia sonrisa.

- De hecho parecen tener mucho que ver mi querida amiga, pero no en lo que respecta a la nigromacia sino… -

Entonces enseñó una segunda foto de una de las paredes de aquella cueva en la que podían verse varias pinturas hechas en ella. Eran símbolos arcanos, representaciones amorfas de animales y sobre todos ellos, un círculo perfecto atravesado de arriba abajo con una línea.

- ¿Te resulta familiar?-

Y vaya si la resultaba familiar. Samantha no podía olvidar el enorme mural de aquella sala funeraria de aquella pirámide Olmeca. Todo en aquel lugar había sido bastante básico salvo por el enorme dibujo de un círculo atravesado por una línea, exactamente igual que el que ahora le enseñaba Brenda en el móvil. Parecía que ese símbolo tenía algún significado de importancia si ya había aparecido en dos lugares tan distantes entre sí.

Rowan rompió el silencio que los había envuelto a todos cuando Brenda les enseñaba la segunda imagen para mostrar entusiasmo por lo que parecía que iban a descubrir. Brenda rió divertida.

- Ese es el espíritu jovencito. Me gusta el chaval. No obstante, como consejo personal. Yo no enseñaría ciertos artículos a unos cualquieras. No todo el mundo puede apreciar la elegancia e importancia de los artículos que yo obtengo. –

Ajena a toda la conversación, desde que Lea tomó la foto, había estado trabajando con su aplicación, buscando las líneas de interconexión que podían unir aquellos objetos al todo del mundo y así, poder averiguar más sobre ellos. Decenas de terabytes circulaban a través de su smartphone, movidos por fuerzas más allá de la tecnología mundana mientras los ojos de la tecnóloga se movían rápidamente de un punto a otro analizando dichos datos.

Al principio todo parecían mensajes inconexos, movimientos sin sentido, un completo caos. Pero entonces comenzó a verlo, como las líneas se conectaban entre ellas poco a poco formando un todo. Y entonces algo la golpeó en la mente y dejó de estar en aquel bar de Arizona.

Se encontraba en medio de un desierto bañado por la luz roja de una luna color sangre que había en el cielo y frente a ella una pirámide negra. De pronto, algo tiró de ella, como si la sujetaran del pecho y la lanzaran. Todo a su alrededor se movió y cuando todo se detuvo vio que estaba en medio de una ciudad en ruinas, de altos pilares y piedras preciosas. Una sombra se arrastró frente a ella y se la abalanzó pero de nuevo, aquel tirón la arrancó de la realidad mientras esta tomaba otra forma a gran velocidad. Se detuvo una vez más, su cabeza daba vueltas por los viajes. Ahora estaba en medio de una montaña helada, una terrible tormenta caía. Sonó un rugido en el cielo y cuando alzó la vista vio que una gran bola de fuego caía sobre ella. Un nuevo tirón y una arcada hizo que quisiera echar la poca comida que había comido durante el viaje a Arizona. Entonces se detuvo una vez más y vió que estaba en un vacío negro y frio, todo parecía dar vueltas a su alrededor, no conseguía enfocar nada, vueltas y más vueltas, un ciclo sin fin y entonces vio dos serpientes formando un círculo y cada una devorando a la otra. Y entonces, un último tirón la devolvió a aquel local en Safford. La arcada se hizo mayor.

De pronto, al lado de todos, Lea había pasado de estar tecleando a quedarse con los ojos en blanco, fijos en la pantalla. Y de pronto, comenzó a convulsionar. Su cuerpo se agitaba y temblaba pero no emitía ningún ruido y no respondía a llamadas ni estímulos. Entre varios intentaron sujetarla pero sin éxito. Y de pronto, su mirada volvió en sí y su cuerpo se detuvo. Se les quedó mirando unos segundo y finalmente giró la cabeza hacia el pasillo y vomitó en el suelo.

- Veo que su compañera ha confirmado que lo que les ofrezco es realmente interesante e importante- Se giró entonces hacia Lea - ¿Te encuentras bien, querida? En seguida limpiarán este estropicio –

E hizo un gesto con la mano y la camarera apareció con una fregona. A vuestro alrededor, algunas personas curiosas se habían girado cuando la empresaria había comenzado a convulsionar y sus miradas seguían clavadas en el grupo.

- Ya le dije querida que el Bourbon de aquí era fuerte.- Brenda se giró hacia el público y esboza una amplia sonrisa – Gente de ciudad –

Y comenzó a reír. Esta explicación pareció bastar a todo el mundo ya que los curiosos volvieron a sus comidas, bebidas y conversaciones. Brenda esperó a que Lea se recuperara antes de continuar hablando.

- Así que… ¿Están interesados? De ser así, habría que tratar otro tema, mis honorarios. En este caso creo que un 30%-70% estaría bien. Se quedan ustedes lo que saquemos de la cueva y la autoría del hallazgo y yo me quedo con la mayor parte del dinero. Creo que es un trato justo. –

Entonces se sentó erguida con los brazos cruzados frente a ella esperando una respuesta por parte del grupo.

Cuando Miss Reed terminó de hablar, Matt sintió como si.. se le cayese un moco... pero sabía que no era eso, no estaba resfriado, y sabía perfectamente lo que sí era; tomó una servilleta de papel, y se limpió la gota de sangre que le empezaba a salir por la nariz, evitando que fuese a más... ya había bastante espectáculo con lo que le estaba pasando a Miss Erfolg... "espectáculo" que le hizo pensar... no era normal... las convulsiones... Pero.. ¿qué era normal?

Él era un simple chófer, pero sabía lo que era importante y no... no solo para RAIZ, sino... per se.

Miró al resto de componentes del sexteto del que formaba parte, e hizo un leve asentimiento de cabeza; él sabía todo lo que necesitaba... lo demás,... bueno, daba igual.

[Rollo introspectivo]

"- L-A   R-U-E-D-A   G-I-R-A.   C-O-N-S-I-G-U-E   E-L   B-R-A-Z-A-L-E-T-E.   Q-U-I-E-N   N-O   E-S   I-M-P-O-R-T-A-NT-E.   E-L-L-A   S-A-B-E   D-O-N-D-E –" ....

Estaba claro, totalmente...  El tiempo corre, es imperativo conseguir el brazalete... Eso quería decir... Referencia a lo de la Rueda: implica tiempo, la rueda del tiempo; y si gira, es porque urge, quizá porque haya otros poderes tras ella. Eso es malo. Si la voz se ha dignado a dar la orden, es que es importante...

... Da igual que esa mujer no acuerde un precio por sus honorarios... él se encarcaría de ello en el peor escenario... a fín de cuentas... ella también, como él, es prescindible...

- Bien... - El padre asintió a la vez que hablaba. - Dejémonos de tonterías. Está claro que si estamos aquí, es porque esos objetos pueden tener características... - Y entonces Lea comenzó a convulsionar. - ¿Qué demonios? - Preguntó sorprendido el padre. Una expresión curiosa para un hombre de fe. Por suerte aquel episodio no duró demasiado tiempo. - ¿Está bien señorita Erfolg? - Le preguntó. - Decía que los brazaletes deben ser artefactos con características, arcanas por llamarlo de alguna forma. - Miró a Reed. - ¿Me equivoco mucho? - Inquirió. - Tiene motivos egipcios. Eso también es curioso... - Y se quedó pensando. Treinta a setenta. A él le daba igual. RAIZ no estaba por unos cuantos dólares más o menos. Si querían esos objetos no era precisamente para sacar beneficio económico.

No todo el mundo puede apreciar la elegancia e importancia de los artículos que yo obtengo. –

- Entonces deberemos contar con los expertos presentes... - Admitió cediendo a sus  palabras.

Las cosas se sucedieron rápido, el padre comenzó a dar por saco provocando la más, a sabiendas del carácter que acababa de demostrar, pero aquello perdió todo interés cuando a Lea comenzó a darle un ataque.

Rowan se incorporó para ponerse a su lado y mirar que le ocurría. Por suerte se recuperó rápido, aunque vomito y obligó a Rowan a echarse hacia atrás para no acabar perdido. Cuando hubo acabado de vomitar, con cuidado de no pisar el charco ocasionado se acercó nuevamente a ella.

-¿Estás bien? - Le preguntó en un susurro - ¿Necesitas algo de aire?

Aquello no había sido casual. No podía serlo.

Mientras miraba pensativa la foto, le iba dando golpecitos al vaso de refresco, acercándolo al borde de la mesa. 

Ø

El símbolo parecía perseguirlas. Los recuerdos de la última cámara a la que intentaron acceder en Nuevo México aún conseguían despertarla por las noches. Tuvo que recurrir a todo su ingenio y lo aprendido por otros encargos del culto para hacer frente a la situación. Salieron airosas, aunque no por mucho. 

Samantha esperaba encontrarse medidas de seguridad parecidas, y si Brenda había conseguido acercarse para sacar las fotos, otro tipo de amenazas le parecían imposibles. Ninguna de las dos estaba preparada para enfrentarse a ninguna amenaza que no pudieran superar con su ingenio o su velocidad. 

- Supongo que no podremos descubrir que hacen hasta echarles el guante. - comentó ignorando como se les escapaban fluidos corporales a algunos de los presentes y manteniendo la compostura. 

En medio de la urgencia por el horror de lo visto y los presagios aterradores, Lea no puede evitar pensar en la vergüenza de estar vomitando en medio de un bar de mala muerte en Arizona, rodeada de unos desconocidos que poco puede importante lo que piensen. Es igual de paradójico que, ahora que ha tenido de verdad una visión de algo más allá, ahora que el camino hacia poderes desatados se encuentra frente a ella, lo único que desea Lea es meterse en la ducha y pasar horas con el agua llevándose todo lo que ha visto en el galimatías de números.

Rowan y el padre Graham me echan una mano, la gente ríe el chiste de Brenda, pido otro vaso de agua, me lavo la cara en el baño.

Al sentarme en la mesa, con mi cara pálida y sin maquillaje que recuerda una col, susurro algo que supongo que es obvio para todos los presentes:

-- He tenido una visión.

Una visión no es una explicación de nada, me doy cuenta cuando intento dar cuenta de lo que he visto.

-- Una pirámide negra en el desierto, bañada por una luna roja. Unas ruinas, donde las sombras atacan. Unas montañas, y los rayos atacándome en ellas... Es... No ha sido agradable ser arrastrada a esos sitios.

Rowan se aseguró que Lea estaba bien y de que fueran a limpiar el charco de vomitona mientras estaba en el servicio. Al volver Lea ya estaba sentada de vuelta y escuchó esas palabras.

-  El camino hacia el éxito rara vez es un campo de rosas. Seguro que lo sabes mejor que yo. - Dijo tratando de lidiar con el desanimo que parecía  gobernar la ahora. - Los campos de rosas pocas veces lo son tampoco. - Bromeo - Uno se preguntaría si las rosas si quiera existen.

ya hablarían en privado de la visión, la mujer de la barra se acercó con cara de fastidio a allí para fregar el suelo. Rowan se apartó de la mesa para que pudiera hacerlo cómodamente.