Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Morgan)

Cargando editor
17/11/2016, 21:53
Guillaume Lavigne

La sonrisa de Guillaume se ladea con cierto aire lupino en cuanto te inclinas sobre la mesa y con tus palabras estira una mano para abrir la tuya y poner en la palma el pendrive. Tira un poco de ellas para que te acerques más y entonces sigue hablando.

—El cliente me ha dado acceso a la red interna del edificio y de ahí he sacado la información —explica entonces, encogiéndose de hombros—. Por lo que he entendido, es alguien de dentro que quiere hacerle la cama a los de arriba —añade, sin darle demasiada importancia—. En todo caso, ahí tienes todo lo que necesitas. Yo me colocaré en la azotea y desde allí te daré el soporte necesario. Estaremos conectados en todo momento.

Suelta tu mano con la memoria usb en ella, pero deja las suyas muy cerca sobre la mesa mientras sigue hablando.

—Lo que tienes que conseguir está en una caja fuerte de la última planta. No sé exactamente qué es, sólo que son unos documentos. Supongo que en cuanto los veas lo sabrás. Y si no, te coges todo lo que haya.

Hace una pausa y mira hacia el exterior del reservado, donde los pijos neoyorkinos siguen con sus vidas sin que parezca que nadie os preste atención y cuando vuelve a mirarte un brillo divertido ha aparecido en sus ojos.

—Oye, Morgan... ¿Te has dado cuenta de lo que parece esto desde ahí fuera? —Enarca las cejas y pone morritos haciendo el tonto. —Es una buena tapadera, ¿eh?

Cargando editor
25/11/2016, 17:09
Morgan Laurent

Unos documentos en una caja fuerte... una farmacéutica... Esto no huele nada bien, ¿por qué me gusta tanto?

Miré de nuevo el pendrive. Ahí tenía todo lo necesario, mapas, turnos, puertas, salidas, ventanas... Cuanto más detallado mejor. Además, contaba con el equipo de Guillaume, al César lo que es del César, y este tío sabe lo que se hace y cómo se hace. Además, sus cachivaches son lo más, me siento como el puto Cruise en Misión imposible cada vez que colaboramos. 

- Magnífico. Documentos, última planta. Guardias novatos. Suena bien-seguro que luego se complicaría pero... ¿qué mejor que algo de acción? Mi corazón ya comenzaba a bombardear adrenalina por todo mi cuerpo. 

Cuando hace el último comentario, doy un trago a mi whiskey, es bueno. Lo miro a él con una ceja arqueada.

¿Sabes, Lavigne? Cuando me traes estos casos tan jugosos a veces pienso que merecería la pena... pero luego abres esa bocaza y te cargas la magia-le digo con media sonrisa divertida-. Va, deja de dorarme la píldora, ¿de cuánta pasta estamos hablando y cómo la dividimos? 

Cargando editor
25/11/2016, 18:24
Guillaume Lavigne

Lejos de amilanarse, Guillaume frunce un poco más sus labios de forma que un par de hoyuelos se marcan en sus mejillas y después se encoge de hombros.

—Eso sólo significa una cosa —levanta el dedo índice y te señala para después señalarse a sí mismo alternativamente—: que aquí hay magia. Si ya lo sabía yo...

Sin embargo, no tarda en dejar la broma en cuanto mencionas la pasta y se inclina hacia delante con la sonrisa de quien se está guardando lo mejor para el final.

—Vas a flipar, nena. Nos ofrecen... Cien de los grandes* —dice entonces, alzando ambas cejas con complicidad. Y se detiene un instante antes de añadir algo más, mirándote con la expectación de quien espera que empieces a alucinar en tres, dos, uno...—. Y había pensado en un treinta para ti.

 

Notas de juego

*Cien mil dólares.
Cargando editor
02/12/2016, 18:02
Morgan Laurent

No puedo evitar soltar una risa mezclada con un bufido. Este hombre no se daba por vencido, siempre hallaba el modo de darle la vuelta a las cosas y que saliese ganando, o, por lo menos, no tan perjudicado. Tenía ingenio y carisma, eso tenía que concedérselo, aunque lo apreciaba mucho más por su trabajo y capacidades que por ser un donjuán consumado. Mientras trabajase bien, podía soportar que me tirase los tejos todo lo que quisiera... Al menos sabía que era algo en general, que Guillaume coquetea como igualmente respira. 

- Llámalo magia como podrías llamarlo "paciencia"-respondo. Le doy un sorbo a mi vaso y lo saboreo. Quizás estoy bebiendo demasiado... ¿lo necesito? Sí, eso también es cierto. 

¿30-70? Los cojones.

¿Un treinta? A ver... Soy yo la que se juega el culo colándose. Vamos, que dependo de mi agudo ingenio y mi físico para no caerme con todo el equipo e irnos los dos a la mierda. Es mucha responsabilidad y mucho riesgo; tú estarás en la azotea, yo tengo que moverme por todo el edificio, procurando no ser vista, tengo que buscar, tengo que asegurarme de no dejar huellas, tengo riesgo de que me pillen y de sufrir otros daños...-comienzo a enumerar-. Vamos, Lavigne, no soy nueva. No voy a aceptar menos de un cuarenta y cinco... Y porque eres tú. 

Cargando editor
02/12/2016, 21:19
Guillaume Lavigne

Guillaume pone los ojos en blanco en cuanto llega tu pregunta, aunque cierto brillo en su mirada te sugiere que encuentra divertidas tus protestas, probablemente por el regateo en sí mismo. Su sonrisa se ladea, aunque no tarda en quedar oculta por el vaso que lleva a sus labios para beber un pequeño trago. Y cuando terminas con esa concesión, deja de nuevo la copa sobre la mesa y abre las manos enseñando las palmas.

—Pero ma chérie —dice, con un francés fluido y musical—. Yo soy quien ha conseguido el trabajo, quien hace de intermediario con el cliente y quien ha diseñado todo el plan... —Suspira ostentosamente—. Sin embargo, tienes razón en algo. No eres ninguna novata y por eso te he buscado a ti.

Hace una pausa y cuando habla de nuevo parece estar haciendo una concesión aunque algo en su expresión te dice que está en el punto al que pensaba llegar desde el principio.

Ok. Ni para ti, ni para mí. Que sea el cuarenta. ¿Qué me dices?

Cargando editor
03/12/2016, 01:47
Narrador

Es justo entonces, cuando la pregunta de Guillaume todavía flota en el aire, cuando te das cuenta de que no estáis solos en el reservado. Y una vez sientes que no necesitas mirar para saber que está ahí.

Se trata de un chico de unos treinta años, moreno y atractivo. Su piel es olivácea y sus ojos tan oscuros que parecen completamente negros. Incluso con la ropa que lleva puesta puedes percibir que sus músculos están bien definidos y los rasgos de su expresión hablan de alguien que suele reír a menudo. Sin embargo, en este momento puedes sentir que hay algo que le turba. Además recibes una punzada de dolor en la mano que él tiene vendada. Y como sucedió anteriormente, sientes una extraña familiaridad también con él. La certera sensación de estar bien acompañada, de que este es su lugar. A tu lado.

El hombre mueve un poco la cabeza y cuando vuestras miradas se encuentran de nuevo algo en tu cerebro y en tu pecho parece encajar, conectando con él. Es como si lo conocieses de siempre, a pesar de no haberlo visto nunca. Como si pudieras confiarle cualquier cosa.

Ese hilo invisible que ya empiezas a conocer bien parece atarse entonces, uniéndoos de una forma que tu mente no puede racionalizar ni explicar, pero que sientes de una forma tan innegable como inexorable.

Cargando editor
03/12/2016, 01:50
Narrador
Cargando pj

El lugar donde te encuentras está decorado en tonos arena y dorados. La iluminación cuidadosamente escogida crea ambientes íntimos en las zonas más cercanas a las paredes pero ilumina la barra y la zona central del local.

Todo aquí dentro parece de calidad, los muebles, las lámparas, incluso la impecable manicura francesa de la camarera que, vestida con un vestido negro que se pega a sus curvas como una doble piel, contempla a los clientes con una mano posada en jarra en su cadera y sus largas pestañas postizas aleteando en un gesto acostumbrado a recibir atenciones.

 

Estás sentado en uno de los reservados junto a la pared y no necesitas mirarla para saber que está ahí, a tu lado, charlando con un tipo atractivo, vestido con un traje gris que le sienta como un guante.

Ella es una chica de unos treinta años y puedes percibir en su mirada el mismo reconocimiento que tú sientes.

Su pelo es castaño y oscuro, y está cortado sólo un poco por debajo de los hombros. Lo lleva suelto y va vestida con una ropa informal que desde luego desentona con el ambiente del local. En su brazo, cerca del hombro, una venda rodea su piel, y puedes sentir una punzada de dolor viniendo del mismo lugar en tu propio cuerpo. Sus ojos claros tienen un visible contorno de maquillaje, pero el resto de su rostro parece bastante natural. Además sus pupilas parecen cargadas de preguntas sin respuesta, de incertidumbre y de preocupación. De emociones contenidas y contradictorias, que acarician las tuyas a contrapelo.

Y en el momento en que vuestras pupilas se encuentran de nuevo sientes esa emoción familiar, como si acabaseis de conectar y siempre os hubierais conocido. Nunca la has visto, pero tu confianza en ella es tan grande que sabes que podrías confiarle cualquier cosa. Ese hilo invisible parece atarse una vez más, uniéndoos de una forma que tu mente no puede explicar, pero que sientes de una forma tan cierta como que lo tienes delante.

Cargando editor
05/12/2016, 14:32
Devendra Balabhadra

De vuelta al ruedo, siento que podría acostumbrarme a este tipo de viajes alrededor del mundo. Nunca jamás había estado en un lugar como aquel, algo tan elegante solo lo conocía de películas o falsos escenarios en los que rodaba.

Mis ojos se mueven de un lado a otro como si quisiera recordar cada uno de los detalles. La chica es el nexo que me une a este viaje. ¡Y otra mujer guapa!, no iba muy desencaminado ayer cuando repetí esas palabras a la chica alérgica a la suciedad. Excepto Hyun, el pobre Hyun no, supongo que será la excepción que confirma la regla.

Ella está hablando con un hombre, lo mismo que mi anterior viaje. Si la distraigo demasiado de su conversación podría llegar a molestarla. Por ello solo levantando una mano en alto, con la mejor de mis sonrisas y terminando en una muy breve inclinación de cabeza a modo de saludo.

- Buenos días, creo - explico con fingida timidez. - Mi nombre es Devendra, para servirte.

¡Esto es la leche!, pienso asombrado por completo. Ay, si mi abuelo pudiera haber visto lo que yo he visto. O Alisha, no sé si ella habrá estado en un lugar así en su vida.

Cargando editor
12/12/2016, 12:34
Morgan Laurent

Estoy escuchando a Guillaume, no se baja del carro. Esta es una parte que odio de este trabajo: la negociación. Nadie quiere ceder, todos quieren cuanto más dinero mejor, es lógico. Todo el mundo quiere ganar, no gustan los empates, y menos cuando el trabajo no está compensado con la cantidad de dinero que te dan. A veces prefiero trabajar por separado precisamente porque todas las ganancias son para la menda, no tengo que andarme comiéndome el coco con "es que yo he hecho esto y tú no". Por eso, cuando Lavigne insiste, no puedo evitar poner los ojos en blanco. 

Abro los labios para hablar, cuando veo que aparece un chico de la nada. Joder. ¿Ahora? ¿Tenía que ser ahora? ¿Otra vez? Suspiro. A pesar de lo completa y lo sincronizada que me siento ahora, comienzo a odiar esta sensación. Esta vez es alguien que no conozco, pero eso va a cambiar ahora. 

Devendra... Ok, check.

Asiento mirando al nuevo "invitado" y vuelvo mi atención a Guillaume. No puedo ponerme a hablar con Devendra en su cara pues él no va a verlo...

Eres lo puto peor, Lavigne-le digo antes de apurar mi bebida-. Tú serás el intermediario y tendrás los planos y los cachivaches, pero soy yo la que se arriesga más...-gruño, exasperada-. Está bien. Cuarenta. Sabes que merezco más, pero me lo cobraré en otro momento. Esta vez le toca a Morgan ceder-cuando pronuncio mi nombre, miro un instante a Devendra. Me cruzo de brazos e inclino la cabeza hacia uno de los reservados-. ¿Tienes algo más para mí o está todo en el pendrive?

Cargando editor
12/12/2016, 13:26
Guillaume Lavigne

El hombre sonríe encantador y encantado con la valoración que Morgan hace de él. Lejos de ofenderse o molestarse, se lleva la copa a los labios para beber un pequeño sorbo y después asiente.

En el pendrive tienes todo lo que necesitas empollarte —confirma y su sonrisa se amplía un poco más—. Incluso te he grabado unos audios explicándote el plan con detalle, para que puedas escucharlo mientras miras los planos. No dirás que no te cuido, ¿eh, nena?

Hace una pequeña pausa, que aprovecha para beber otro sorbo y después parece dar por concluido el momento de tratar negocios. Sus dedos se deslizan despacio por el talle de su copa y se echa un poco hacia atrás en el asiento.

—¿Te han dicho alguna vez que te pones preciosa cuando te mosqueas? —pregunta, arrugando la nariz con un gesto gracioso y seductor—. ¿Te quedas a tomar otra copa?

Cargando editor
13/12/2016, 21:07
Devendra Balabhadra

Al ver la discreción de Morgan yo mismo me percato de que quizá, y solo quizá, mis padres estén alucinando un poco viendo cómo me presentaba, Si, deben estar preguntándose por qué narices les estoy diciendo mi nombre. Debo ir con sumo cuidado y no alertarles demasiado, que estoy un poco ido lo saben desde ayer, pero no quiero asustarles hasta el punto de llamar a una ambulancia.

Esbozo media sonrisa y observo al tipo que parecía haber salido ganando en la negociación del pendrive. 

- ¿Donde estamos? - pregunto a bote pronto en un repentino ataque de curiosidad, mirando a mi alrededor todavía maravillado por lo sórdido que me parece este lugar.  

Cuando termina de hablar y empieza con aquel piropo no puedo evitar sonreír más todavía.

Levanto un poco las manos en alto y con un gesto conciliador intento tranquilizar a mis padres, estén donde estén en este plano. - Papá, mamá, por favor no hagáis caso de lo que estoy diciendo... Es precisamente esto lo que os quería explicar ayer. 

Cargando editor
16/12/2016, 18:56
Morgan Laurent

Cojo el pendrive que me ha tendido antes y lo guardo en el bolsillo, a buen recaudo. Ahí estaban los planos, los turnos de guardia, todo... solo había que esperar a mañana por la noche para entrar. Ahora mismo, no podía evitar sentirme como una niña la noche antes a navidad, antes de abrir todos los regalos de Santa Claus. Para que luego dijeran que era difícil contentarme...

- Es decir, que además tendré que escucharte incluso estando en casa...-resoplo-. Qué remedio. Son 4 de los grandes-me encojo de hombros. 

OGH. Lavigne. No. En serio. Para.

En el fondo, muy en el fondo (muy, muy, muy en el fondo) casi que me gustaba ese rollo que Guillaume se traía. Me gusta como me tira los tejos de forma totalmente indiscreta, pero creo que lo que más me gusta realmente es rechazarlo. No puedo evitarlo, me encanta rechazar a tíos así. Seguramente, ya me habría acostado con él si no fuese tan... Así. Pero estoy segura de que perdería todo el interés por él y él todo el interés por mí una vez suceda. Estamos cómodos en este tira y afloja, y más si hay pasta de por medio cada vez que lo veo.

- Deberías ver lo preciosa que me pongo pateando culos como el tuyo-respondo y me levanto, mirando a Devendra, que ahora parecía hablar con sus padres... ¿también lo estarían viendo a él? Los encuentros que he tenido yo, siempre han sido a solas prácticamente, por lo que no sé hasta que punto nuestros entornos se conectan-. Quizá en otro momento, tengo otros asuntos pendientes. Mañana te veo. Gracias por la copa y...-me palmeo el bolsillo donde guardo el dispositivo que me ha dado-. Llámame o mándame un mensaje con el lugar y la hora y lo que quieres que lleve. Hasta luego, Lavigne.

Dejo el vaso vacío en la mesa y salgo del reservado, dedicándole una mirada a Devendra y un cabeceo para que me siguiese hacia otro reservado vacío. Una vez lo encuentro me siento e invito a mi compañero que haga lo mismo. Lo miro de arriba a abajo, como hice con Wes y Milka en su momento. 

Ok. Devendra entonces, ¿verdad?-le digo-. Soy Morgan. ¿Has aparecido aquí de repente, has hablado con Milka...? Cuéntame. No sé cuánto tiempo tenemos-suelto, tan directa como siempre.

Cargando editor
17/12/2016, 01:51
Guillaume Lavigne

El hombre deja escapar una risa entre dientes cuando Morgan le da la vuelta a sus palabras y después frunce los labios en una exagerada mueca de fingido dolor con la agresiva mención de la chica a su culo. Asiente con la cabeza, todavía con los dedos prendidos del talle de su copa.

—Mañana te aviso. Pero tu parte serán cuarenta de los grandes*, no cuatro. —Alza entonces la mano libre con una exagerada expresión de inocencia que resulta deliberadamente encantadora—. Salvo que quieras hacerme un buen regalo, claro, en ese caso no me voy a quejar —enuncia con una sonrisa antes de echarse hacia adelante, mirando a Morgan con intensidad—. ¿Alguna vez has visto tanta pasta junta en tu vida?

Sin embargo, no espera a obtener respuesta a esa pregunta y empieza a ponerse él también en pie. Se coloca los puños de la chaqueta y sale del reservado casi a la vez que Morgan, al parecer dispuesto a marcharse dejando la pregunta flotando en el aire como toda despedida.

—Eh, nena —dice, girándose tras dar apenas un par de pasos—. Guárdame entonces la copa para mañana. Tendremos mucho que celebrar.

Y con un guiño de ojo cargado de picardía vuelve a darse la vuelta y se encamina hacia la barra, donde la sonrisa de la camarera le espera.

Notas de juego

*Cuarenta mil dólares.

Cargando editor
18/12/2016, 22:58
Devendra Balabhadra

No espero a pensarmelo dos veces, directamente obedezco y la sigo hasta el lugar en el que se sienta, despues lo haga yo y continuo mirandola fijamente. Me pregunto cuanto podria alejarme de ella, si podria salir de este local y ver que hay fuera. En cualquier caso no es que me apetezca abandonar este lugar, aunque es una pasada no deja de ser eso, un bar de lujo. Prefiero averiguar que esta sucediendo antes que hacer el cabra e intentar explorar donde estoy.

- Es un placer Morgan. Su pregunta tan directa al grano me coge por sorpresa un poco, entonces sonrio algo confundido. -Lo siento, no se quien es Milka y para serte completamente sincero no se como he acabado aqui - comento alzando un poco las cejas. - Ya ha sucedido antes, han venido a verme otras personas, y del mismo modo he ido yo hasta uno de ellos. Giro una de mis manos con la palma hacia arriba y mi postura pasa a ser mucho mas relajada. - Todavia estoy intentando entender.

De nuevo echo un vistazo a mi alrededor. - Hace un momento estaba en mi pueblo natal, y ahora... - medito un poco la respuesta, y me fijo tambien en si hay alguna decoracion caracteristica que me ayude. - Dejame adivinar! Estados Unidos? - Pregunto con cierta efusividad y alegria.

Notas de juego

Tengo serios problemas con el teclado, se me ha puesto en formato americano y no tengo forma de poner acentos y otros. Lo corrijo cuando pueda!

Cargando editor
19/12/2016, 01:06
Morgan Laurent

Oh, vamos, no me jodas, tráete los deberes hechos de casa por lo menos...

Resoplo. Me cago en la puta, ¿tengo que ser yo la que vaya contándole a todo el mundo lo que pasa aquí? Estoy tentada de pedirme otro whiskey, pero me he tomado más cervezas de las que soy capaz de contar en un solo día (totalmente justificado y necesario, todo sea dicho) y no creo que sea buena idea meter más alcohol en el cuerpo; tengo una gran resistencia, pero no quiero forzar la maquinaria. Tomo aire. Tal vez un whiskey no, pero un buen cigarro sí que me fumaba... 

A ver, Devendra...-me pinzo el puente de la nariz-, ¿a quiénes conoces? ¿a dónde has viajado?-le pregunto.

Me recoloco en el asiento, la mierda que viene ahora, es larga y rara de explicar... veremos a ver cómo se me da. Me acerco a él, casi me pego a su oreja. Lo que voy a contarlo no es plan de contarlo a gritos en mitad de una discoteca,  además, la música está a tope. 

Te explico... somos sintientes ¿qué es eso? Ni puta idea. Por lo que sé, somos personas conectadas entre nosotras. Somos ocho: Wes, Milka, Rena, Wamai, Ruth, tú, yo y me falta uno por saber el nombre. Por ahora solo he podido contactar con Wes y con Milka-tengo que sacar mi libreta de notas, donde tengo todos los nombres apuntados, además de otras notas personales-. Annabelle nos dio el "ser", la capacidad de conectarnos, deduzco... Ah, Annabelle es la tía a la que le volaron los sesos la otra noche, la tuviste que ver-comento como si nada. Deformación profesional de la policía, o empatía en el culo, supongo-. El caso es que tenemos unos cabronazos que nos buscan para vete-tú-a-saber-por-qué. Son la BPO, el peor es un tal Whispers. El caso es que tenemos que cuidarnos los unos de los otros y Milka está en peligro, se la quieren quitar de en medio y no podemos dejar que eso pase. Además, su marido es un inútil-resoplo-. Está en el hospital de Hamburgo y tenemos que sacarla de ahí cuando llegue el momento-me paro un momento y lo miro-. Demasiada información, ¿verdad? Bueno, imagino que tú tendrás tus propias suposiciones y deducciones... Vamos, ¿qué sabes?

Va, dime que no soy la única cabeza pensante... 

Cargando editor
19/12/2016, 22:18
Devendra Balabhadra

De lo más normal del mundo. pienso a medida que asiento y asombrado por su forma de ir al grano. La creo, sé que no me miente y ahora que empieza a salir de ella esa explicación todo cobra un poco más crudeza. Es sin duda muy místico tal y cómo lo propone, la mujer de aquella vez, ¿la misma que se me presentó en el rodaje nos dio este don?

- Tengo muchas preguntas señorita Morgan, pero te aseguro que lo único que quiero ahora es que todo el mundo esté sano y salvo. Así que... - señalo las copas. - En algún momento cuando tengas más tiempo tendrás que compartir una conmigo para que así pueda entender todo esto.

Esa es su forma de explicarlo, tiene lagunas o eso parece. Quizá, quizá el abuelo hubiera tenido respuesta para esto. Pero así como las hubiera podido tener el abuelo también las puede tener mamá.

- El último es Hyun Park - digo recostándome un poco más sobre el asiento. - Un pianista en apuros, y que desgraciadamente no pude ayudarle demasiado. Le explico creyendo cada una de sus palabras. Ocho sintientes, yo soy uno de ellos. - En la ciudad, en Mumbai, Rena me visitó. Estaba tan perdida que creí que era una extranjera de negocios que no acababa de ubicarse, pero hablaba perfectamente y eso... bueno, creo que ahí empecé a sospechar algo.

Lo que me cuenta es sumamente trágico y de lo contrario estaría dando botes de alegría por haber sido tocado (por los dioses) de esa forma. Ahora solo quiero ayudar y algo me dice que ella no es la única en peligro de muerte.

- A Ruth también la conocí, pero... Espera. Ahora... bueno, no, ayer... - no dejaba de dudar sobre mis propias suposiciones pero había algo... - Ayer sentí de todo, si, recibí las visitas algunas personas y vi a la mujer de la que hablas en dos ocasiones. Pero hay algo más - explico frunciendo el ceño ligeramente y atando cabos. - Ayer alguien recibió un tiro en el abdomen, yo lo sentí, estuvieron a punto de llevarme al doctor... Y referente a tu amiga, Milka, mi madre habló con las palabras de otra persona: dijo que estaban preparando el quirófano para alguien. Como si fuera la consulta de un médico. Dijo que la iban a operar a las siete... señora Bendji o algo muy parecido.

Cargando editor
12/01/2017, 19:12
Morgan Laurent

Tras soltarlo todo, me recuesto ligeramente en mi sitio. Si mal no había entendido el funcionamiento de esto... la gente no lo ve a él, pero sí que me ve a mí. Al menos con Wes en el tiroteo fue así. A decir verdad, no sé qué ocurrirá cuando "dejas" tu sitio... siempre que lo he hecho, he procurado estar a solas, por si acaso. Aunque, a decir más verdad aún, sé cómo estar a solas y la gente no se suele extrañar cuando me da la "neura" y dejo el sitio sin más. 

Esto es todo lo que sé, pero dispara si tienes alguna pregunta-me encojo de hombros-. Quien me dio información ahora mismo está...-en manos del FBI acusado de terrorismo gracias a...-... en apuros-termino con un gruñido. 

No fue tu culpa, Morg. Tú no sabías nada. Hiciste lo correcto.

Aún no había tenido tiempo para pensar sobre ello y el incómodo pellizco que notaba en el estómago. Joder. No fue culpa mía, no pudo serlo, no hice nada mal... ¿verdad?

Hyun Park... Y tú de Mumbai...-murmuro, garabateando el nombre en los apuntes. Cierro la libreta y la guardo, suspiro. Me meto el boli en la boca y lo sostengo entre los labios, como si fuese un cigarro. Y pensar que hace una semana comencé a dejar de fumar y ahora no puedo pasar unas horas sin un pitillo... Puta vida esta-¿Has hablado con alguien de esto?-vamos, pedazo de vagos, no puedo ser la única que se esté dejando el culo por averiguar qué mierdas está ocurriendo.

Escucho con atención lo último que me cuenta acerca de Milka. Mantengo el ceño fruncido y meneo el boli entre mis labios, mordisqueando la punta por la ansiedad de no estar aspirando el humo del tabaco. 

Elegí un mal día para dejar de fumar...-pienso, acordándome de esa famosa escena.

- ¿En el abdomen?-le cuento con el boli entre los dientes, el cual aparto de mi boca con la mano izquierda y empiezo a hacerlo girar entre mis dedos. Frunzo el ceño. Miro mi hombro, definitivamente no fue lo mío. Wes tampoco... a no ser que la escena continuase. Espero que el muy cabeza hueca no siguiese empeñado en demostrar que tenía la polla más grande que nadie - es una estupidez si además te estás peleando con negros... jaja Morg, qué graciosa eres-¿Recuerdas algo más? ¿Sensaciones, sonidos, olores... viste algo?-pregunto, no sé hasta qué punto tienen fuerza nuestra conexión, supongo que depende del momento y del destino o de los dioses o lo que quiera que sea que se encargue de hacernos viajar-Piensa sobre ello, ¿va? Nos vendrá bien saberlo.

Por si acaso, saco el móvil y escribo un escueto mensaje a Wes:

Dime que tu abdomen está bien y que no tienes plomo en el estómago. Si no eres tú, a alguien de los nuestros le han hecho pupita.

Sí, esa es Milka...-suspiro y el boli vuelve a mi boca-. Le he dicho que consiga que alguien le lleve ropa y que pueda escapar así del hospital. No sé cuántos de nosotros podremos estar simultáneamente en un mismo sitio, pero creo que necesitaremos ayuda y aprovechar que los visitantes no son vistos en la casa que visitan, ¿me sigues?

De repente recuerdo algo que Budy me dijo y miro con intensidad a Devendra.

Ah, precauciones. No mires a nadie a los ojos. Hay otros sintientes... o algo así... Bueno, que hay gente de los chungos que pueden conectarse con nosotros si nos miramos a los ojos, ¿sabes? Y esa gente nos quiere pillar y no es buena idea mirarlos a los ojos.

Cargando editor
14/01/2017, 13:30
Devendra Balabhadra

- Hyun Park también parecía estar en apuros, ojalá pudiera tener la oportunidad de ayudarle de nuevo. Creo que alguien le seguía, la policía no le estaba haciendo ningún caso... 

Es mucha información para entenderla ahora mismo, sensates, BPO, y gente con malas intenciones. Parece que de verdad esté sacado de un guión de una de las películas para las que trabajo.

- Ayer me emborraché sin haber probado una sola gota de alcohol, pero llegados a este punto no parece muy grave - explico moviendo las pupilas de un lado a otro tratando de recordar. - Soy especialista de cine, ¿sabes? - le digo con mucho orgullo y sacando una de las mejores sonrisas que tengo, me hace feliz mi profesión. - El caso es que ayer durante el rodaje vi a la mujer de la que hablas, Anna... belle. La explosión del gigatón la envolvió y ya no no la vi más.

Hago una mueca como si aquello fuera todo cuanto recuerdo, ya le he explicado a quien he conocido.

Levanto las manos en un gesto de impotencia. - Es posible que me haya sucedido algo más pero lo debo haber pasado por alto, lo lamento Morgan - comento antes de volver la vista al local de nuevo. ¡De verdad que esto es alucinante! ¿Estaré hablando en perfecto inglés? 

- ¿Y cómo voy a saber quien esa "gente de la chunga"? - pregunto entonces volviendo a tener algo de sentido común después de admirar de nuevo el lugar. ¿Cómo puedo ir a ayudarla? Todo lo que sé de esto es que a veces la realidad se difumina y acabo en otro lugar.

Cargando editor
14/01/2017, 16:10
Morgan Laurent

 ¿Qué tipo de problemas?-pregunto rápidamente cuando vuelve a aportar información sobre Park-. Alguien le seguía... ¿sabes si fue antes de que empezase todo esto? Si es algo de antes, no es sobre nosotros... por lo que he averiguada, nosotros acabamos de "despertar" o algo así. Por lo que no éramos de interés para la BPO hasta ayer-comento. Vuelvo a sacar la libreta y hago un par de garabatos, un par de conceptos que no quiero olvidar.

Borrachera sin haber tomado alcohol... Probablemente alguien haya tenido una fiestecita. No todo son recibir disparos ajenos, ya sabes-tal vez me estaba sintiendo a mí, lo cual demostraría que la tolerancia al alcohol no es transferible. Aunque también podría tratarse de otra persona... O un vano intento de autoconvencerte de que tu vida no es tan triste, Morgan. Cuando veo la expresión que se le crea por ser especialista de cine, lo miro con una ceja arqueada... Me importa más bien poco a lo que se dedique... Lo apuntaré en mi libreta de "cosas que me importan una mierda". No verbalizo mis pensamientos, con él y con el resto (los llamaré, "la pandi"... reír por no llorar) me siento bien, cómoda y, no sé, podría decir que me importan. No sé por qué, pero me importan y no quiero hacerlos sentir mal-. Así que en un rodaje la viste... Entiendo... No pasa nada si no recuerdas nada más, si lo recuerdas, házmelo saber...-esto me recuerda a mis tiempo de poli, a los interrogatorios a los testigos y gente relacionada. Deformación profesional, o algo así.

Pues... ni puta idea, Devendra-digo en un suspiro-. Pero no te fíes de nadie más que de tu gente más cercana y nosotros, ¿vale?-me siento un poco ahora mismo como la "hermana mayor" de todo esto. Primero voy a salvarle el culo a Wes, luego a Milka, ahora estoy dándole lecciones de sintiente a Devendra... Si tan solo se me hubiese dado la mitad de bien antes de esto... No puedo evitar apretar los puños. Hacía mucho tiempo que no pensaba en ella, ni que tengo noticias suyas ni... Joder, Morgan, no es el momento, ahora no. Frunzo el ceño y vuelvo a bufar, descargando algo de tensión-. De acuerdo, para ir en ayuda de alguien... A veces podemos "pedir ayuda", ¿sabes? No sé cómo se hace... las veces que he conseguido viajar hasta donde estaban los demás ha sido porque me han "llamado". A Wes le dispararon y lo sentí yo... así que me concentré en el dolor y en la urgencia de saber si estaba bien, cerré los ojos y al abrirlos estaba en California. Con Milka igual, estaba en problema, me necesitaba... relajar, cerrar los ojos, respirar y... ¿dejarse llevar? ¿sentir la fuerza? Yo que sé, no soy jedi ni ninguna movida de esas... Supongo que, aunque suene a coña, tienes que pensar muy fuerte, muy fuerte, en la persona a la que quieras ver en ese momento, creo.

Cargando editor
17/01/2017, 19:07
Devendra Balabhadra

- ¡Vale! - exclamo con una sonrisa y moviendo la mano de la frente hacia adelante al modo militar, su sugerencia de no confiar en nadie más que mis cercanos era muy acertada. No va a ser muy difícil, tampoco es que ahora mismo quisiera indagar mucho en el tema o empezar a conocer nuevas amistades tal y cómo se me presentan los próximos días. A menos que... No... él viene por cosas del pasado, del asesinato Pierdo mi mirada en la mesa y a la vez frunzo el ceño tan solo un momento y después volví a relajar para mirar de nuevo a mi interlocutora. 

Sobre Hyun, ¿qué le cuento? No es que yo sepa demasiado sobre él, y tampoco había podido averiguar nada. - No, Hyun... Hyun está en apuros, pero no sé quien le persigue o si realmente eso. Fue todo confuso, estaba presentando una denuncia creo y... juraría que escondía algún tipo de secreto pero eso será mejor si lo explica él. De esa manera saldremos de dudas sobre si está en peligro o no - comento pausadamente tratando de pensar en el bien del asiático. - Si te topas con él, por favor dile que lamento no haber podido ayudarle.

Puedo meditar, sé hacerlo, mi abuelo me enseñó. A lo mejor Morgan se refiere a algún tipo de trance o estado de paz, ella cree que es una tontería pero podría no serlo. Esta mujer es muy despierta, ¡me cae bien y de qué manera!

- Voy a hacerlo, tengo una idea sobre cómo hacerlo gracias a ti - digo abriendo los ojos un poco. - Si necesitas algo de mi solo tienes que.... bueno, tu sabes mejor de lo que hablo. Hablo demasiado. ¿Cómo es el resto? - me apoyo de ambos brazos sobre la mesa y la miro con mucha admiración.