Partida Rol por web

Había algo que los llevaba hacia un lugar diferente, su propio recinto seguro, un lugar escondido de esas ruinas, pero no era algo físico, sino que su mente viajó a una pequeña guarida, donde sus cuerpos no eran humanos, sino cuerpos de muñecas. Jessie, Erika y Mike.

En ese oscuro lugar, se reunían aquellos que continuarían lo que un día comenzó, una venganza que tiene siglos de antigua, solo que nadie parece conocer la verdad.

Solo podrán cazar a un personaje por noche. Deben elegir uno de ustedes que será el verdugo y otro que será el vigía. El vigía deberá tirar 1D20 para realizar la vigilancia nocturna.

Me sentía como volando, seguramente debido al colocón que llevaba, pero llegó un momento en el que paró. Parpadeé un par de veces y miré mis manos, pero sorprendido, seguí mirando, mis brazos, mis pies, mi cuerpo, era...era...¡¿Una muñeca?!

Pero era extraño, seguí viendo aquella habitación el donde estábamos todos, pero aquí era diferente. Era como si estuviese dentro de mi mente. ¿Debía dejar la marihuana?

-¿Ho..hola?-Dije al notar que había alguien más.

Cuando quise darme cuenta, desperté, visualizando una perspectiva diferente a la que estaba acostumbrada.

—Pero, ¿qué…?— murmuré, cuando intenté fruncir el ceño ante aquella nueva visión—. ¿Dónde estoy?

Cuando miré mis manos, fue el momento en que todo en lo que creía se vino abajo. Era una muñeca. Igual que las que había apartado hacía nada para montar la tienda de aquella mujer. Una de las muchas que estaba desperdigada por aquellos lares.

—¡Hola!— exclamé al escuchar la voz.

Llegué a la altura de aquella otra muñeca, y lo reconocí a duras penas. Sonreí, al ver que era igual que su forma humana.

—Tienes hasta el gorro y todo— indiqué, sonriente, señalándolo con un dedo articulado.

Miré a mi alrededor, tratando de reconocer el lugar.

—Oye, ¿sabes dónde estamos?— le pregunté, ladeando la cabeza.

Cuando me saludó y me indicó que llevaba gorro, miré hacia arriba y al no poder verlo, giré la cabeza hacia atrás, más, y más, hasta caer de espaldas, con extraño sonido debido a que era una muñeca.

Me levanté, recobrando la compostura e intentando salvar la poca dignidad que me quedaba después de aquello.

-Ah, si claro, te creo, ya..esto.. ya lo sabía. Esto ha sido una broma.-"Creo que ha colado."

-¿Qué si se donde estamos? Claro. En Yupi, en el "Mundo de Yupi". Te explico, es un lugar en mi cabeza donde ocurren cosas extrañas debido a una sustancia llamada maría.-Dije totalmente convencido-No te preocupes, se está bien aquí, aunque, es la primera vez que me veo como una muñeca. Es gracioso. Por cierto...¿Quién eres?-Miré a aquella muñeca un tanto confundido. Intentaba sacarle parecido a alguna famosa o alguna actriz porno, vamos, las cosas que suelen aparecer en mi cabeza en momentos así si.

Que... que ha pasado? Mike se sentía extrañamente confuso y, al mismo tiempo, libre de las ataduras que le habían ligado toda su vida.... comenzó a caminar sin rumbo buscando a alguien que pudiese ayudarle...

Hola?? Mientras andaba se dio cuenta de que su cuerpo... su cuerpo no era el suyo.... El miedo se apoderó de su mente mientras seguía andando...

Hola???

Sonreí ante las bromas de Jessie, y me pregunté cómo alguien tan divertido podía desear tanto odio. Pues, por eso estábamos ahí, porque albergábamos oscuridad en nuestro interior.

Atendí a la explicación de aquella muñeca rubia, y ensanché la sonrisa, sin poder contener la risa. Realmente, aquel muchacho, ahora muñeca, tenía una imaginación increíble.

—Vale, es por la maría— dije, finalmente, sonriente.

Me presenté señalándome con el brazo articulado.

—Soy Erika Stolness— indiqué—. Tú eres Jessie— lo señalé—. No hace falta que te presentes. Sólo tú podías dar una explicación a este lugar de tal forma— y reí de nuevo.

Cuando las muevas voces llegaron, alcé la vista, y grité a su vez:

—¡Hola! ¡Estamos aquí!— dije, haciendo aspavientos con las manos—. ¡Aquí!

Miré de nuevo a Jessie, y cogí aire.

—Bueno— me puse más seria—, creo que nos toca dar un nombre.

Torcí el gesto, y recordé a la gente que venía con nosotros. Sus rostros, sus gestos, y sus voces. ¿Quién podría ser el primero?

—Estoy por entre alguno de los orientales, como Geonwoo o Kim o Saoko, o, directamente, ese tal Salvatore— dije, recordando cómo fue dando besos en las manos de las mujeres— ¿Qué opináis vosotros?

Me acaricié la nuca con una de mis muñequiles manos mientras sacaba la lengua(Tengo lengua? D:) cuando vi que comprendía la situación.

Entonces, otra voz se escuchó y vimos a un...¿Ken? Si...eso debía ser un Ken de esos.

-Hola Ken.-Le saludé alzando la mano. Bienvenido a Yupi.

Me llevé una mano al mentón, pensando.

-Entiendo perfectamente que alguien como tu estés en una de mis fantasías, cumples los requisitos y de sobra.-Miré a la muñeca de arriba a abajo imaginando a la Erika real. La verdad es que esta fantasía era un tanto macabra, ¿Muñecas? ¿En serio? Pero entonces entrecerré los ojos mirando al Ken y abrazando a Erika-Lo que no comprendo muy bien es que hace el en la fantasía, pero ahora ella es mía, mi fantasía, mi Erika.

Entonces salió el tema de elegir a alguien. Notaba eso dentro de mi, esa extraña sensación, difícil de describir.

-Si, debemos hacerlo, yo también había pensad en Kim, pero luego pensando, preferiría a Janko o esa tal Samantha...mmm...¿Qué opiinas Ken?

Pestañeé varias veces, sonriendo con algo de dudas acerca de las intenciones de Jessie, pues no llegaba a comprender cómo habíamos pasado de estar tramando planes para acabar con alguien, a estar en la fantasía depravada de Jessie.

—Esto…—murmuré, mirando a Jessie ante ese nuevo contacto físico—. Jessie, me parece bien que sea, por ejemplo, Samantha— opiné, tratando de apartarme de él.

El pobre muchacho deliraba, aunque no podía culparlo, yo también me encontraba extraña, y presintiendo que el horror volvería de nuevo. Y acrecentado.  

—Eso, Ken— dije, copiándoseme el alias que le había puesto Jessie—. ¿Te parece ir esta noche a por Samantha?— le pregunté. 

Mike se dirigió rápidamente al origen de las voces....

Yo... yo... no soy Ken, soy Mike... Mike Straton...

La situación le superaba pero cuando oyó la palabra nombre, algo en su interior se activó, un ansia de sangre terrible que le obligaba a decir un nombre...

Sinceramente... si tuviese que acabar con alguien sería Salvatore... habla demasiado... no me gusta... aunque también siento predilección por la más joven del grupo... Ekaterina... su juventud me da envidia...

-Mmm... Salvatore, ¿eh?- Murmuré, algo divertida. Fue una de mis opciones. Salvatore, pues.

Me encogí de hombros levantando los brazos y cerrando los ojos.

Supongo que no hay que discutir más. Simplemente quería dejarle vivir un poco más, quería ver como le saltaba alguna vena por coquetear con su preciosa hermana...-Sonreí con inocencia.-Pero...-Hice un movimiento como el del mazo de un juez-Se ha dictado la sentencia.

Sea Salvatore entonces... Una mueca de sonrisa salió de los labios del nuevo Mike...

La caza comenzó esa noche, todos muy ansiosos de poder aprovechar la oportunidad para cazar a alguien. Con gran sigilo, buscaron el refugio de Salvatore y se escabulleron con gran agilidad. Jessie dio unas cuantas puñaladas al joven dejándolo como una flauta. Satisfechos, se iban a retirar pero entonces, Erika escuchó algo y pudo ver a Luis merodeando, parecía desorientado, buscando algo.

Antes de que pudiera verlos, Jessie se escondió y Erika también. En una emboscada, Erika atravesó la espalda del latino, acabando con uno de sus riñones, esperando que muriera con eso, pero parecía resistirse. No pudo más y cayó al suelo mientras su sangre salía a borbotones por la herida. Para asegurarse, Erika abrió el cuello del hombre, así no tendría opción de quedar vivo.

-Juro solegnemente que mi marihuana no ha producido tales alucinaciones-Respondí en comentario a la japonesa-¿O si? A lo mejor este es el mundo real y aquel es el de Yupi...al fin y al cabo, la gente es asesinada y se levanta cual zombie.-Me di un golpe con el puño en mi cabeza mientras sacaba la lengua divertido.-Supongo que Salvatore no le había llegado su hora, pero lo que si me preocupa es el Luis ese, menudo sustito. Creo que es mejor acabar con el, me da miedo la gente que se levanta por las noches a fumar...bueno...yo lo hago...pero...yo no debería dar miedo, el fuma puros.

Miré a los otros dos.

-¿Qué opináis? ¿A que tampoco os gusta eso?

A mi no me ha gustado que se haya levantado ninguno.... creo que debemos observar a todas y cada una de las personas del grupo...