Partida Rol por web

[HLdCN] 2x Diez Negritos

PJs recibidos

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02/01/2015, 16:32
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Usuario:  .Luna.
Personaje:   Elisabeth Cavendish
Historia: 

Aprovechándose de su rostro dulce y angelical, siempre ha sido capaz de conseguir fácilmente entrevistas e información que a otros les resultaba bastante más complicado. Sin embargo, su principal interés es su propio beneficio, por lo que esa información, si no es lo suficiente jugosa para aparecer en la prensa, no verá la luz, o en su defecto lo hará, pero siendo totalmente tergiversada.

Hace tres años, un jugoso caso fue descubierto, donde originalmente, un hombre había hallado el cadáver de su hija tras esta haber sido violada. Él no había sido el responsable, sin embargo, había indicios que apuntaban a que sí. Elisabeth se aprovechó de esto, sin tan siquiera molestarse en indagar más allá, porque tampoco le importaba.
Cuando la noticia salió publicada en el periódico, ella recibió una visita. Se trataba de aquel hombre, del cual ni tan siquiera recordaba el nombre. Se le veía completamente desecho. Trató de hablar con Elisabeth, hacerla recapacitar, pero viendo que ella no parecía ceder, fuera ya de sus cabales, el hombre sacó de debajo de su gabardina una barra de metal. Con su labia, Elisabeth fue capaz de evitar que el hombre la golpease, mientras ella se acercaba a la mesita que había al final de la habitación, donde deslizó su mano en el interior, y sacando una pistola, disparó a aquel hombre, quitandole la vida.
Ella se encargaría después de publicar otro artículo donde declararía que el hombre se había fugado, seguramente por no querer afrontar tal culpa, pues entonces sería plenamente consciente del acto que había cometido.

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02/01/2015, 16:43
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Usuario:  Rocynante 
Personaje:   Sir Gustave Cavanough
Historia: 

A ver que te parece esto. Si te gusta el boceto lo desarrollo.

Sir Gustave Cavanough, escritor galés de novelas policíacas que ganó renombre y fama en la Common Wealth (además del título honorífico) a raíz de aprovecharse del éxito de Sir Arthur Conan Doyle o su coetánea la señorita Agatha Christie.

Su nombre comenzó a conocerse de mano de varios manuscritos de pequeños relatos de intriga que los críticos literarios tildaban de "correctos aunque carentes de imaginación" o en el mejor de los casos "nada realmente nuevo".

A pesar de eso continuó escribiendo y acabó por publicar una obra dramática de su más tarde famoso detective Charles Du Chevalier, que se instauró como la primera obra de teatro detectivesco y marcó el comienzo de su verdadero éxito.

La obra narra en realidad el sorprendente robo en cuatro etapas de una colección privada de cuadros mientras el polémico de Chevalier le sigue la pista al ladrón en tiempo real y acaba con un sorprendente final en el que el detective caza al ladrón causando su trágica muerte en la acción y esgrime una total falta de moralidad quedándose con el botín y reportando al resto de autoridades la imposibilidad de encontrar los cuadros muerto el ladrón (vamos, que al final los roba él).

El crimen de la narración está en realidad basado en un crimen real que aún tengo que definir cómo se vio envuelto exactamente mi personaje, pero la idea es que Du Chevalier sea un personaje autobiográfico de Cavanough.

Después de esa obra escribió otras 3 obras dramáticas de menor éxito pero buena acogida y actualmente estaría buscando inspiración para su próximo libro.

(Las circunstancias que envuelven a la trama de su libro exitoso pueden sufrir modificaciones, pero la idea es que sea la historia de un crimen real cometido por el propio autor y enmascarado bajo una obra "de actualidad" que le valió su éxito actual.)

Corrección sobre el relato anterior:

En lugar de un ladrón de arte, creo mejor que fuese un ladrón de joyas, diamantes a ser más exacto. El ladrón era un compañero de colegio de Gustave y su mejor amigo. Cuando por azar Gustave descubrió el botín de su amigo yendo a visitar a su casa a su amigo, este enfrentó a Gustave y le apuntó con un arma. Gustave no pudo ni reaccionar, pero tuvo ayuda divina ya que al apretar el gatillo su amigo, su arma se encasquilló y le detonó en la mano (era un ladrón de guante blanco, no solía tener que usar el arma y la tenía sucia y descuidada). Gustave agagarró un atizador y le hundió el cráneo a su antiguo amigo. Después robó las joyas y, para que no le acusaran de homicidio, se las quedó convirtiéndose además en ladrón.

Esta escena inspiraría más adelante el último acto de su obra maestra sobre el detective Charles du Chevalier.

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02/01/2015, 16:47
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Usuario:  rauldefp
Personaje:   Martin Crowden
Historia: 

Martin era un joven de 30 años. Se casó muy pronto con la mujer que amaba, a la que una terrible enfermedad se llevó pronto a la tumba. Atormentado con la vida, Martin empezó a jugar y a beber, lo que le supuso grandes deudas con algunos de los más peligrosos personajes del Londres más oscuro, algunos de ellos, vinculados a la mafia. Tras sufrir varias amenazas y agresiones por intentar siempre atrasar el pago de sus deudas, tres importantes jefes de sus acreedores le propusieron un trato: acabar con la vida de un hombre de confianza del alcalde que no les permitía desarrollar la actividad delictiva de estos tres hombres con la habitual regularidad a la que estaban acostumbrados. A Martin le dieron un revólver y unas instrucciones para deshacerse del cadáver, enterrándolo a las afueras de la ciudad. La fría y brumosa noche del asesinato, Martin siguió a su víctima a través de las empedradas calles de los suburbios pero, en vez de dispararle, su falta de experiencia le llevó a pelearse con el futuro cadáver, al que dio muerte a golpes de forma bastante desastrosa, dejándo a Martin en estado de shock en un oscuro callejón junto al cuerpo ensangrentado. Por suerte para él, algunos mafiosos supervisaban la operación, que decidieron terminar arrojando el cadáver a Little Venice, y dando el mensaje a Martin de que no volviera por la ciudad. El cuerpo fue encontrado días después, pero la policía nunca pudo encontrar al culpable, cerrando así el caso. Martin abandonó en Londres, y ahora vive aislado en la campiña inglesa, temeroso porque su pasado vuelva algún día en forma de terrible venganza.

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02/01/2015, 18:05
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Usuario:  Raangar  
Personaje:   Dr. Dumont Champlain
Historia:  

Frances, 63 años.

Antes de la gran guerra el doctor Champlain era poseedor de una pequeña fábrica farmaceutica de escaso renombre. Esto cambio durante la guerra en la que especulando con habilidad y sin ninguna moral hizo una gran fortuna, para esto no dudo en acumular antibioticos mientras cientos de soldados heridos morian para poder venderselos mas tarde al ejercito a un alto precio.

Acabada la guerra, y ya rico, el doctor Champlain adopto una posición comercial mucho mas conservadora y legal, siendo ahora un respetable miembvro de la sociedad

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03/01/2015, 10:38
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Usuario:  Tyrion Lannister
Personaje:   Yvette Mercier
Historia: 

Nacida en Vannes, en la Bretaña francesa, en el seno de una familia humilde. En cuanto cumplió los doce, se puso a trabajar para ayudar en casa.

La pequeña tuvo suerte, su madre le consiguió un buen trabajo cómo criada en la mansión de los Baptiste, la familia más pudiente de la región; dueños de la bodega y de tantos viñedos que media Vannes trabaja para ellos.

Con los años la mirada del primogénito de los Baptiste hacia Yvette cambió de indiferencia a curiosidad y finalmente a mal disimulado deseo.

Su madre se lo había repetido mil veces, “No es hombre para ti, se aprovechará de ti, te usará y te dejará” pero Jean era innegablemente atractivo, cinco años mayor que Yvette y ella se enamoró como una tonta.

Se entregó a él y durante un tiempo mantuvieron su relación en secreto. Fue la época más feliz de Yvette creyéndose amada hasta que un buen día Jean llego a casa y les presento a toda su familia a Clarice, su prometida. Tras la cena, cuando  Yvette pudo reunirse con Jean en la biblioteca este tan solo se rió de ella y le hizo ver que había hecho lo mismo con casi todas las criadas. Sin siquiera pestañear le dijo que ya no necesitaba sus servicios, le lanzó una bolsa con doce francos de plata y la invitó a abandonar la casa.

Yvette, no podría decir de donde había salido el abrecartas, pero le seccionó la yugular al primogénito de los Baptiste. Aturdida, sin  asimilar lo que acababa de pasarle permaneció de pie, durante varios minutos, mirando sin ver cómo Jean se desangraba a sus pies. Cuando oyó la voz de Clarice llamando a su prometido por el pasillo salió del shock y escapó por el balcón de la biblioteca.

Tres días después subía a un barco en Brest, el patrón del barco, un pescador mal encarado y patizambo accedió a cruzar el canal de la Mancha y dejarla en la costa inglesa, sin preguntas, por doce francos de plata.

En veinte años jamás había salido de Vannes y ahora se encontraba sola, sin papeles, sin dinero, en una tierra extraña, con un idioma que no conocía.

Subsistió los primeros meses de lo que robaba por los campos, después encontró una posada a las afueras de Exeter, los ancianos dueños le permitieron quedarse y trabajar  a cambio techo y comida. Finalmente, tras varios años Yvette ha encontrado un trabajo de criada, bien remunerado, en una mansión en una pequeña isla cercana, La Isla del Negrito.

Por fin la suerte le sonríe.

Tras conocer su rol de Titiritero, se introduce la siguiente variante a la historia:

Mis orígenes fueron muy humildes. Lo que dijo el gramófono era verdad, maté a Jean Pierre Baptiste, aunque lo que nunca nadie sabrá es que no era el primogénito de los Baptiste, cómo diré si alguien me pregunta, sino un octogenario solterón.

Entré a trabajar para él siendo una niña y durante años soporté el acoso sexual al que nos sometía a todas las doncellas, lo que llevó a otra de las sirvientas, mi amiga, otra niña de mi misma edad a suicidarse. Aquel viejo pervertido era un asesino, un cerdo y el ser más despreciable bajo la faz de la tierra, pero con su dinero, su poder e influencia era intocable. Allí, durante mi infancia perdí la confianza en la justicia de los hombres y comprendí que si quería justicia tendría que hacerla por mí misma.

Conforme yo iba creciendo y madurando el acoso se intensificaba y una noche cedí a los deseos del pervertido, no solo cedí sino que me empleé a fondo para satisfacerlo. El viejo se encaprichó conmigo y en cuanto tuve la edad mínima exigida por la ley se casó conmigo. Al día siguiente de la boda se cayó por las escaleras en nuestra mansión.

Pese a las suspicacias nadie pudo demostrar nada y heredé la fortuna de los Baptiste. Desde entonces he estado obsesionada con castigar a quienes se creen por encima de la justicia. Esta isla es mi forma de hacer justicia.

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04/01/2015, 12:50
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Usuario:  John Deadlier -> Por baja voluntaria, poseído por MoonEyes (Ágape)
Personaje:   Erasmo Gaylord
Historia:  

Estafador y envenenador de mujeres. 

Nació en los barrios pobres de Londres. Entre el carbón y el hollín y las voces de las prostitutas las carreras por un trozo de pan y los polis y sus porras y silbatos. Su padre era un borracho,  deshollinador de profesión y a veces contrabandista en el río. Su madre costurera algo borracha también y el menor de cinco hermanos. Uno muerto por el opio, dos en la cárcel por contrabando y Julia, su hermana, casada con un empleado de banca llamado William o puede que Mortimer. Un tipo pijo con aspiraciones y bigote fino y pelo grasiento. Alguien  muy elegante para mezclarse con la chusma.  

Erasmo descubrió su don cuando, Celeste, una ricahona se encaprichó de sus ojos azules y su pelo despeinado y su descaro. Su marido era rico y le había puesto una tienda de sombreros para que estuviera entretenida. Pero aquello no le bastaba. Celeste le pagaba dos chelines por una tarde y le compraba ropa nueva y lo hacían en plan salvaje justo antes del anochecer en cualquier sitio: en la trastienda, entre los barriles de cerveza del pub de Tom Hardy, y a veces en la bodega de su marido. Entre los vinos de dos libras la botella.

Luego fue Bridget, que había heredado un fortunón de su marido, un almirante de la marina inglesa y después Doris, Evelyn y por supuesto Kathleen. Kath tenía 40 años, era fea y algo gorda de pelo rizado imposible y era dueña de una farmacia. Preparaba los potingues con guantes de seda y siempre olía a alcohol medicinal, y otras cosas químicas. Estaba forrada y soltera. Erasmo se aprovechó bien de ella: ropa cara, coche de caballos, cenas de lujo, buen vino pero ella quería más que el polvo semanal pactado y la cosa se complicó con las insinuaciones de matrimonio y Erasmo tuvo que hacer algo y no se le ocurrió otra cosa que echarle veneno en la comida y la tía palmó echando espumarajos violetas por la boca y  antes de largarse se llevó algunas joyas, no todas, dinero en efectivo, una maleta llena de ropa y un libro bien gordo de como hacer venenos...

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06/01/2015, 22:08
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Usuario:  Potty
Personaje:   Margaret Beddingfeld
Historia:  

(35 años, casada, dos hijos de 4 y 2 respectivamente)

Margaret es una mujer de clase humilde que tuvo la fortuna de conocer a Peter Beddinfeld, un contador londinense diez años mayor que ella que decidió desposarla en contra de los deseos de la madre de él, luego de que finalizara la guerra.

Se conocieron en servicio (ella era enfermera, él soldado herido en una pierna, lo que le ha dejado una leve cojera) e inmediatamente entre ellos nació el amor. Sin embargo, cuando Peter la presentó ante Anne, su madre, la mujer la despreció por sus orígenes humildes y por su profesión (una señorita de bien no andaría metida en lugares atestados de hombres, suturando, atendiendo, asistiendo a médicos, etc.). Que los cuidados prestados a su hijo fueran, en gran medida, los que lo habían salvado de la gangrena la tenían sin cuidado.

A pesar de las protestas de Anne, Peter siguió adelante con los planes de boda y poco después, Margaret se encontraba viviendo en la casa de su suegra, siendo víctima de los hostigamientos de ella.

Así transcurrieron casi diez años, durante los cuales la enfermera perdió dos embarazos, otro motivo más para darle que hablar a Anne. Margaret se hacía mayor y aún no le había dado nietos.

Un buen día, harta de todo aquello, decidió quitarse de encima a su suegra. "Accidentalmente" dejó caer un pequeño frasco de perfume en uno de los escalones superiores de la escalera que comunicaba la planta alta con el recibidor, tendiéndole la trampa a Anne. Tal como había previsto la enfermera, su suegra bajó las escaleras con la vista al frente, como era su costumbre y no vio el pequeño frasco que la hizo resbalar, caer y terminar desnucándose. Antes de que la servidumbre llegara al lugar, Margaret retiró el frasco, sintiéndose a salvo pues no había habido testigos de lo ocurrido. Poco después de la muerte de Anne, Margaret volvió a quedar embarazada y esta vez, su primer hijo nació sano y fuerte. Dos años más tarde, tuvo una niña.

Margaret no se arrepiente de lo que hizo. El hecho de haber podido concebir y llevar adelante dos embarazos después de la muerte de la bruja la convencieron de que ella era la culpable de sus abortos. Ante su esposo la llora, pero por dentro agradece al cielo el haber tenido el valor para quitársela de encima a tiempo.

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06/01/2015, 22:18
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Usuario:  Perroloco  
Personaje:   Prudence Bennett
Historia:  

=1892=

Nacimiento de Prudence Bennett, la primera niña de una familia de otros 5 hijos todos ellos varones. Donde eran los dueños de la casa y ella junto a su madre de manera prematura tuvo que aprender a cuidar la casa y ayudarle en sus quehaceres pues lo único que hacían en casa sus hermanos menores era ensuciar y comer.

A los 14 años ya hacia todo el trabajo de la casa puesto que su madre llevaba en cama desde el verano pasado por culpa de una fiebre que no terminaba de curar. A menudo se quedaba sola en casa al cuidado de su madre y sus 5 hermanos. Su padre salia a trabajar y buscar dinero extra para poder comprar los caros medicamentos que necesitaba su esposa, por lo que pasaba mucho tiempo unicamente con 2 gemelos de 5, uno de 10 otro de 11 y el mayor de todos ellos de 13, el mas difícil de tratar ya que le rivalizaba en edad y se creía mejor que ella.

Con 16 cumplidos fue testigo de su primer funeral, tras dos años de dura enfermedad sufridos por su madre, su padre la acompaño a los dos años por culpa de una cirrosis causada por la botella y la pena. Y dos años mas tarde perdería a los gemelos por culpa de una pulmonía.
Los cuatro años restantes, ella y sus 3 hermanos malvivieron como pudieron en aquella destartalada casa, trabajando cada uno en lo que buenamente pudieron hasta que estallo la guerra en el 1914 donde sus hermanos fueron llamados y alistados y ella les siguio como ayuda sanitaria.

=1916=

Los años durante la guerra fueron duros, pero ella estaba acostumbrada a las situaciones mal lamentables, como ver morir a sus hermanos o padres, acto que se repitió un año después de empezar la guerra muriendo su hermano menor tras ser invadido su puesto de avanzada. Por su parte ella se mantenía en retaguardia junto con los heridos, haciendo lo que había hecho toda su vida, cuidar de la gente que lo necesitara. De sus otros dos hermanos apenas sabia nada pero, dos años después del comienzo de la guerra, se encontró con el segundo de los mayores, herido de muerte, con una pierna serrada y delirando. Verlo en aquella situación pudo con ella y deseo que su dolor terminara pronto, por lo que al ser su hermana pensó que era ella quien debía darle una digna muerte, una muerte en paz. Y en una noche sin luna recogió una almohada y tapo la cabeza de su hermano hasta que este exhalo su ultimo aliento, dándole esa muerte digna que ella promulgaba y así continuo con la menos un par de pacientes mas durante los dos años siguientes.

Tras la guerra, y con 28 años se caso con un conocido doctor que conoció durante la misma y se puso a trabajar como enfermera en su hospital. Aquel hombre era un importante cirujano por lo que, al ser su esposa contaba con una buena posición en aquel hospital llegando a ser la jefa de enfermeras y eso le abría las puertas a continuar dando misericordia a los que realmente lo necesitaba, ocultando sus muertes, como paros cardíacos o infartos gracias a que tenia acceso a todas las tablas medicas.
Su vida personal era de un nivel nunca imaginado por ella, y gracias a eso pudo dar a su único hermano vivo un buen hogar, hasta que este mismo se recuperara e hiciera su vida, manteniendo estrecha relación con el en lo quedaba de vida. Por desgracia, a diferencia de sus padres, ella nunca tuvo hijos, pero si sobrinos, dos gemelos para ser exactos.

=193X=

Ahora con cuarenta y tantos. Y aun casada, felizmente he de añadir, con su esposo, con al menos 21 muertos, o liberados como le gusta decir a sus espaldas, vive con la conciencia tranquila y sin mayor preocupación que la de querer a su esposo y sobrinos, así como mantener una actitud recta pero cordial con sus compañeras de trabajo, quienes la consideran toda una institución de como debe ser una enfermera.

Ahora, con una carta en su regazo, esta indecisa en ir o no, puesto que su marido esta fuera por trabajo y por el hecho que no esta dirigida a ellos, si no directamente a ella.

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08/01/2015, 16:18
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Usuario:  Jotade  
Personaje:   Sean Arbuthnot
Historia:      

Nombre: Sean Arbuthnot

Procedencia: Londres

Profesión: Director (ahora si) único de la empresa de Refrescos "Pumba" 

Asesinato en calidad de criminal de: George Conery, antiguo accionista al 50% de Refrescos "Pumba"

Sean de ascendencia Irlandesa se crió en Londres con su famila, la que se dedicaba al trasporte de mercancías desde el puerto fluvial del Támesis al resto de la ciudad. La familia de Sean era acomodada, lo que le permitió ir a la universidad de Oxford. Allí se licenció en Química. Durante la carrera, experimentó numerosas veces con un compañero distintas mezclas todas encauzadas a la alimentación. Intentaron copiar al prodigioso refresco que se empezó a consumir cada vez más y que por aquellos entonces ya llevaba bebiendose unos 30 años... Y tras muchos intentos consiguieron que naciera lo que llamaron "PumbaCola", una receta parecida a la otra pero más dulce, con menos azúcares y un toque a limón avainillado con retrogusto de cereza que los hizo triunfar. En menos de 5 años y tras una fuerte apuesta de las familias de ambos, disponían de una fábrica a medias de Pumbabebidas: Pumbacola, Pumbanaranja, PumbaLimón, Pumbapiña y Pumbaplatano. Todo exitos enormes. Sean siempre tuvo el sentimiento de que la fabrica, la bebida,  el trasporte (de su familia)...era más meritorio por su parte que por la parte de su compañero. La envidia fue creciendo hasta que un día tras quedar a altas horas de la noche con su compañero para presentarle una nueva combinación de una posible Pumbamelocotón a la que había drogado previamente, lo dirigió hacia las pasarelas superiores y lo empujó de cabeza a una de las ollas gigantes donde se cocinaba la Pumbapiña y sus ropas se quedaron atrancadas en las aspas que removían el líquido, dando un final muy tropical a la vida de su compañero.

Sean lleva años como director general y único accionista de la fábrica, haciendose inmensamente rico.

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09/01/2015, 21:25
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Usuario:  VeroAC   
Personaje:   Alfred Dyle
Historia:     

Alfred Dyle es un  hombre entrado en los cincuenta años, su lustroso pelo negro ha dado paso poco a poco a las blanquecinas canas las cuales con el paso de los años han ido arrinconando a los oscuros cabellos.

De complexión media y de estatura normal la serenidad de su rostro hace imperceptible la pesada cadena de culpa que lleva cargando desde hace diez años.

Alfred nació en el seno de una familia humilde rodeado de otros siete hermanos y un padre ausente, supo lo que era el hambre y el frio desde que era pequeño, pues por más que su madre trabajaba largas jornadas hilando en la fábrica el escaso salario junto a sus numerosos hermanos hacia que lo poco que entraba en el hogar tanto de comida como del resto de cosas básica tuviera que ser repartido lo mas buenamente que su madre podía.

Un día se encontraba mendigando en una calle se acerco a una señora entrada en edad y bien vestida que lejos de apartarlo entre gruñidos le dijo que si quería dinero tendría que ganárselo, aquella señora vivía en una gran mansión y necesitaba que alguien cuidase de su caballo en vista del aparatoso accidente que hacía poco había sufrido el anterior mozo de cuadras y así fue como el pequeño Alfred entro al servicio de lady Heartrow. Poco a poco el chico además de las cuadras se fue haciendo cargo de otras tareas llegando con los años a convertirse en el mayordomo personal de la señora Heartrow.

Sin embargo cuando Alfred tenía veinte años la señora murió, lo que supuso un duro golpe para Alfred ya que lady Heartrow había sido siempre buena con él y con todas las personas a su servicio.

Meses después de esta desgracia uno de los amigos más jóvenes de la señora Heartrow, el señor Whitewood se puso en contacto con Alfred, precisaba de un mayordomo y al haber visto a Alfred tanto tiempo por allí sabía cómo trabajaba y quería tenerlo a su servicio.

Todo fue bien…todo iba bien hasta el año en que Alfred cumplió los treinta años, al contrario que lord Whitewood un hombre educado, sabio y de carácter apacible su hijo Jonas Whitewood había sacado un temperamento agresivo e impredecible.

La trágica noche en la que sucedieron los hechos Whitewood el joven había estado discutiendo fuertemente con la que era su prometida la joven Lina Rospberry, al escuchar lo que parecían ser gritos procedentes de la habitación el joven señor, Alfred acudió corriendo al dormitorio para encontrarse como Jonas había asesinado a Lina con el grueso atizador de la chimenea, Alfred se quedo petrificado al ver la sangre y a Jonas reírse como un loco mientras sostenía aquel atizador.

El padre de Jonas llego a la habitación poco después y fue entonces cuando el señor Whitewood creó el plan, sabía que su hijo era un asesino pero por nada del mundo su único heredero acabaría en la cárcel, había que inculpar a alguien, buscar una cabeza de turco y así fue como la escena del crimen fue cambiada y las pruebas que conducían a Jonas eliminadas para que una de la criada (Irina Aldrich) ocupara el lugar en prisión de su hijo.

Al principio Alfred quería negarse pero Whitewood se lo dejo claro o la criada o Alfred, por lo que en un acto de cobardía que perseguiría hasta la muerte a Alfred este ayudo a desarrollar el horrible plan.

Durante el juicio y mientras Alfred testificaba en contra de la criada está juro que se vengaría en esta vida o en la siguiente, aquella mujer y aquellos actos siguen persiguiendo a Alfred como una sombra.

La criada fue condenada a muerte.

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12/01/2015, 11:12
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Usuario:  milady
Personaje:   Eleanor Morstan
Historia:  

Eleanor Morstan, de 24 años. Reside en Londres. De un barrio humilde y de pobre familia, tuvo que dejar la escuela sabiendo apenas leer, para intentar trabajar y ayudar a sacar adelante a sus dos hermanos. Comenzó a trabajar como doncella en casa de Madamme Ledò, una viuda rica del West End que apenas se relacionaba con amigos. De carácter agrio, a Eleanor le costó hacerse con su confianza.

Tanta fortuna y tan pocos parientes lejanos.. Cada vez estaban más cerca, oliendo la herencia. ¡Malditos sean! Era Eleanor quien la cuidaba.. Como la señora tenía visos de muchos años de buena salud, decidió acelerar lo inevitable, y poco a poco unas gotas de extracto tóxico de una conocida planta se deslizaron en los tés de la señora, a la vez que malmetía en contra de sus oportunistas parientes y se aseguraba ella misma una buena renta de parte de la señora por encima de los propios parientes de la anciana.

Cuando falleció, aparentemente por causas naturales, en el testamento se descubrió la sorpresa. Madamme Ledò, inexplicablemente, le dejaba una cuantiosa suma a su doncella. Los sobrinos montaron en cólera, pero ya era tarde. Eleanor recogió sus pertenencias, el dinero que por ley le correspondía, y se estableció tranquilamente cerca de Hyde Park.

Sin embargo alguien sabía...

Recibió una misteriosa carta donde se la invitaba a acudir a un evento. Se dejaba entrever que alguien sabía lo que había hecho, con pruebas irrefutables. El misterioso remitente quería que trabajase una última vez como doncella en una fiesta, unos días. Después de eso, destruiría las pruebas de su crimen.

No podía negarse.

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13/01/2015, 16:02
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Usuario:  Horlog  -> Por inactividad, poseído por rauldefp (Crowden)
Personaje:   Leonard Clement (Rvdo. Padre)
Historia:  

Mi nombre es Leonard Clement. Hasta hace pocos meses he sido el vicario de la Iglesia situada en el pueblo de St. Mary Mead, pero una serie de hechos desafortunados han aconsejado mi salida de dicha aldea. Mi esposa, Griselda, se ha quedado allí pero yo me veo necesitado de un tiempo de desconexión hasta que las aguas vuelvan a su cauce.

Mi mujer tenía razón, estaba bastante irascible los ultimos meses llevando mi afán por predicar e imponer la palabra de Dios nuestro Señor hasta límites cercanos a la locura.

Pero es que la depravación y la lujuria habían invadido St. Mary Mead.

Era un domingo lluvioso. Los fieles, con sus mejores galas, acudían al sermón dominical, dispuestos a dejarse llenar por mi oratoria y por un recordatorio de las beatíficas virtudes de las que todos hacían gala, pero pocos practicaban.

En ese momento mi mente lo vio claro, era el día y el momento. Subí al púlpito y con una gran tranquilidad, fui contando públicamente los aspectos más oscuros de mis parroquianos. Poco a poco fui pasando desde la farmacia ilegal del Dr. Hayckok a las herencias poco claras que iban a caer a manos del Sr. Petherick, abogado y miembro del turbulento Club de los Martes.

Mis ojos se posaron en los del Coronel Lucius Protheroe y mis labios hablaron de como su esposa Anne no era la única que ocupaba su lecho matrimonial sino que se hablaba de cierta joven a la que visitaba con fines poco militares. El coronel osó enfrentarse a mí, plantarme cara en la casa de Dios, a quien puse por testigo de que pronto, el coronel, estaría pagando sus pecados en el inferno.

Al día siguiente El coronel Protheroe yacía de bruces sobre mi escritorio; a su alrededor se había formado un charco con la sangre que manaba de su cabeza atravesada por un balazo. Yo había ido a la ciudad, ha visitar al arzobispo. Nunca se probó nada. Se habló de cierto marido celoso que, alertado por mi sermón, había decidido ayudar a la justicia divina.

Por todo esto he dedicido pasar un tiempo fuera de St. Mary Mead, para dejar que las aguas vuelvan a su cauce y poco a poco el asunto se olvide. Además rezo al Padre para que nadie caiga en la cuenta del pequeño retraso con el carruaje hacia la ciudad llevaba ese día....

Reciba mis bendiciones.

Rvdo. Padre Leonard Clement

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20/01/2015, 15:26
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Usuario:  j7mascis
Personaje:   Gabriel Kerrigan / Wesley Barrow
Historia:  

Gabriel Kerrigan nació en Irlanda, concretamente en Belfast, hace casi treinta años en el seno de una familia enteramente dedicada al campo. Él era el mediano de tres hermanos, teniendo uno cinco años mayor y una hermana tres años menor. Desde joven destacó por su atractivo, su complexión fornida y su absoluta tranquilidad. Siempre detestó el trabajo en el campo, y a los catorce años cuando sus padres murieron a causa de unas fiebres aprovechó la oportunidad que su hermano les brindó: mudarse a Londres y tener una vida mejor en la ciudad, lejos de la escasez del campo, y donde guardaba la ilusión de que progresaran los tres.

Una vez ahí las cosas no fueron tan fáciles, ya que para encontrar dinero ambos hermanos acabaron pasándose al lado criminal de la sociedad londinense, uniéndose a grupos de contrabandistas, extorsionadores y, sobre todo, ladrones. A Gabriel no le costó adaptarse a esto, ya que comprobó de mala gana cómo llevar una vida honrada en esa ciudad era casi imposible, por lo que seguir a su hermano fue una decisión lógica. Por su corpulencia e inclinación a la violencia participó en apuestas ilegales de boxeo, ganándose una merecida fama en ese submundo. En una mala época en la que estuvo lesionado, su hermano, que llevaba las apuestas, salió mal parado por las deudas al seguir apostando por Gabriel pese a que este perdía y murió apuñalado en el portal del bloque donde vivían con su hermana.

Tras este duro golpe Gabriel decidió dejar las peleas, buscar en serio un trabajo en el gremio de la automoción, que parecía que estaba en auge, fundándose los primeros talleres y fábricas y así cuidar de su hermana para que esta no tuviese que llevar una mala vida. El tiempo, sin embargo, demostró que necesitaban dinero extra para vivir cómodamente, de modo que se especializó en el robo de autos y piezas, así como participando en hurtos planificados.

Las cosas marcharon mejor, pero hace cuatro años su hermana murió por unas fiebres, quedándose absolutamente solo. Trabar amistad con la clase de criminales que había conocido no era una opción, y vivir solo en ese piso se hacía pesado. Determinó que vivir a salto de mata, entre pensiones sucias y robos pequeños con grandes aventuras sería más estimulante y le ayudaría a llevar mejor su soledad. Recorrió muchos callejones, golpeó y le golpearon una infinidad de veces  en robos exitosos e infructuosos de automóviles de burgueses e industriales, así como al entrar en casas a buscar cuberterías de plata. Todo con una sonrisa, ya que no tenía nada que perder. Resultaba de cierto modo liberador hacer esas cosas sin ataduras.

Su suerte cambió una noche que, cansado de no tener rumbo, se echó a dormir en el asiento trasero de su coche, medio borracho de whisky y con posiblemente un par de costillas rotas. Cuando se despertó, una chica preciosa estaba conduciendo su coche. Lo primero que creyó es que era su día de suerte, o que estaba soñando. No era su coche, así que, ¿qué importaba? Se lo tomó bien, tranquilo, y trató de mantener a su compañía interesada en él.  Puede que por ser guapa, por sentirse solo o por dar un giro a las cosas. El tema es que salió bien, y pasaron la noche juntos. También la noche posterior, y así el resto hasta el momento para su sorpresa.

Para ella siempre sería Wesley Allen, nativo de Londres y sin pasado. Con esta oportunidad, revivir heridas era una mierda de idea. Ahora solo hay lugar para la pasión, la aventura y éxitos ilegales. El paso del tiempo fue avivando la llama, y en este momento no cambiaría estar con ella, y los celos por las técnicas de sus hurtos en los que la vende como su hermana casadera a las víctimas lo vuelven loco, pero hasta ahora ella siempre ha vuelto. Eso significa algo, ¿no? El negocio marcha bien y el sexo es bueno, ella es bella como la noche que robó el coche. Todo marcha correctamente.

En estos momentos a todo el mundo se le presenta como Wesley Barrow, hermano mayor de Penny, y así llevan sus estafas.

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20/01/2015, 15:29
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Usuario:  Morgian  
Personaje:   Margaret Sheppard / Penny Barrow
Historia:    

Margaret Sheppard era la única hija de un hombre rico cuya esposa había fallecido cuando la niña era apenas un bebé. El hombre volvió a casarse con una mujer que no podía tener hijos y que veía en la pequeña Maggie un recordatorio constante de ese hecho. La niña odiaba a su madrastra casi tanto como la mujer la odiaba a ella y la infancia y la adolescencia de Maggie vinieron marcadas por esa batalla constante. 

Cuando la mujer empezó a hablar sobre que había llegado el momento de buscar un buen marido para Maggie fue cuando la entonces jovencita decidió largarse de allí. Fue un terrible accidente que la mujer la sorprendiese cuando se escabullía en la noche dispuesta a no volver. Y fue una desgracia que con los ojos llenos de un rencor satisfactorio y una pistola ne la mano, amenazase con empezar a gritar si Maggie no volvía a su cuarto. La mujer y la joven terminaron forcejeando, peleando por el arma, y lo cierto fue que la muchacha ni siquiera tuvo claro en qué momento la pistola se disparó, ni quién había apretado el gatillo.

Sin embargo, parecía más que probable que la culparan de asesinarla y no estaba dispuesta a terminar en la cárcel o ejecutada por culpa de la mujer que le había amargado la vida. Continuó con su plan de marcharse y tiró la pistola al Támesis al pasar por encima de él. 

Pasaron años en los que Maggie pudo mantenerse gracias al dinero que había robado de la caja fuerte de su padre antes de marcharse. Se mezclaba entre grupos de jóvenes de buena sociedad y fingía ser una más entre ellos. Fue entonces cuando empezó a aprovecharse de su lindo rostro para conseguir regalos, alhajas o invitaciones en restaurantes finos. 

No tardó en comenzar a aprovechar las invitaciones a sus fiestas para deslizarse en sus mansiones y llevarse objetos caros que pudiera vender en el mercado negro de Whitechapel. Y pronto sus pequeños hurtos fueron subiendo de nivel. Descubrió que con un vestido negro era sencillo colarse en los velatorios de la gente bien y una vez que estaba en el interior, no le costaba demasiado pasearse por la casa en busca de una caja fuerte que desvalijar. Y con el propietario muerto, la gente no solía saber exactamente qué faltaba en la caja.

Cuando Maggie forzó la cerradura de aquel coche para escapar antes de que nadie pudiera descubrir que había vaciado la caja fuerte de ese difunto ni se imaginaba cuánto cambiaría su vida elegir ese coche y no cualquiera de los otros que había en la calle polvorienta de las afueras de Londres.

Arrancó el vehículo y se alejó lo más rápido que pudo del lugar. No fue hasta que había recorrido un par de kilómetros que un carraspeo en el asiento de atrás la sobresaltó, haciendo que diese un respingo.

Y allí estaba él. Wesley Allen. Atractivo y con un brillo socarrón en la mirada. Maggie siempre recordaría lo que el hombre le dijo: "Espero que te guste mi coche". Durante un instante la joven no supo ni qué decir, hasta que finalmente se aventuró con un "Oh, ¿es su coche? He debido confundirlo con el mío". Se ofreció a parar, pero él con una carcajada le pidió que continuase su camino. 

Varias decenas de kilómetros después él terminó confesando que el coche realmente no era suyo y se detuvieron delante de una hospedería donde se harían pasar por un matrimonio joven y bien avenido.

Fue cuando la recepcionista preguntó por sus nombres cuando Maggie metió la mano en su bolsillo, buscando inspiración para inventar uno falso y encontró algunas monedas en él. "Penelope Sinclair", dijo entonces. Y mirando a su acompañante una sonrisa pícara se deslizó en sus labios. "Penny", añadió en un chiste privado por la referencia al nombre coloquial de los peniques.

Esa noche Wesley durmió en el sillón y Penny en la cama, pero a la mañana siguiente decidieron continuar viajando juntos y apenas unos días después pasaron de compartir vehículo a compartir sábanas. En unas semanas empezaron también a compartir el trabajo y encontraron que hacían un buen equipo. Penny era la parte más racional, la que planeaba las estafas más elaboradas y era capaz de seducir a cualquier caballero con una caída de ojos. Wesley en cambio, se encargaba de la parte más sucia, de colarse en la mansión mientras Penny cenaba en algún restaurante elegante con el propietario y despojarlo de sus objetos de valor. 

Penny sabía perfectamente que ella era la lista de su asociación, pero no le molestaba lo más mínimo. Al fin y al cabo ella era la mujer, era lógico que fuese también la mente pensante. Adoraba a Wesley por su frescura y su picardía. Sin embargo, había algo que ambos sabían que no debían tocar: el pasado. Desde el principio habían dejado claro que en su relación sólo existía el presente. Ni el pasado ni planes de futuro en común tenían lugar. Ambos tenían secretos que guardar y ninguno de los dos creía en el amor romántico o en recitarse poemas a la luz de la luna. Compartían lecho y trabajo, nada más.

Pronto empezaron a planear un golpe mayor y fue entonces cuando surgió la idea de fingir un lazo fraternal. No tardaron en encontrar una presa apropiada para sus fines, un anciano caballero que no tenía familia y al que le gustaban las carreras de caballos. Fingir un encuentro casual en el hipódromo y resultar encantadora fue sencillo para Penny. Mostrarse como un hermano protector, incapaz de separarse de su querida hermana fue tarea de Wesley. En unos meses se celebró la boda y no mucho después el pobre anciano murió en un terrible ataque que sufrió en su mansión la noche en que casualmente su esposa había salido para cenar con su hermano. 

Una vez con la fortuna del hombre en los bolsillos y habiendo conseguido librarse de las preguntas de las autoridades, Penny y Wesley decidieron alejarse un poco y cambiar de aires. Tenían dinero suficiente para vivir en buenas condiciones una temporada y la pantomima de ser hermanos les había resultado de lo más útil, así que decidieron continuar con ella por el momento. 

Fue entonces cuando recibieron una invitación para acudir a La Isla del Negro en Devon. No sabían de dónde provenía la invitación, pero parecía una oferta interesante, una forma de poner un poco de espacio con los acontecimientos recientes y al mismo tiempo un lugar delicioso para pasar unas vacaciones ahora que tenían una fortuna que dilapidar. Y quién sabe, tal vez allí encontrasen un nuevo objetivo. Barrow sería un buen apellido para presentarse allí como hermanos. Penny y Wesley Barrow.

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20/01/2015, 15:40
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Usuario:  Deveraux
Personaje:   Frederick Von Baach
Historia:  

Frederick Von Baach, y su mujer Julia Pollmann, eran una pareja perfecta, jóvenes y guapos, de hecho eran llamados Barbie y Ken, tenían todo lo que alguien podía envidiar, aunque solo tenían una pequeña diferencia con tan perfectos muñecos, y es que los dos eran culpables de 12 muertes y 43 terribles asaltos sexuales.

Pero las parejas perfectas no existen, y un buen día Frederick y su mujer se pelearon llegando a la violencia física, y Julia, consciente de las terribles cosas que podía hacer su guapo marido, llamó a la policía y contó el oscuro secreto que se escondía tras la perfecta pareja, poniendo fin al idílico matrimonio que todos hubieran deseado tener, cenas románticas, un anillo de compromiso de diamantes, una boda en carroza tirada por caballos, una luna de miel en Hawai…multitud de agresiones sexuales, torturas, asesinatos, decuartizamientos, en fin, lo normal en toda relación, y por si fuera poco, como hobby tenían grabar a sus victimas en video mientras eran torturadas, al igual que sus voces agonizantes. Así comienza su historia.

Frederick nació en Ontario, Canadá el 27 de agosto de 1901, tuvo una infancia feliz hasta los 16 años, cuando descubrió que su padre era en realidad su padrastro y comenzó a odiar a ambos. Comenzó a transformarse en un atractivo joven que guardaba un oscuro secreto, disfrutaba con el dolor ajeno. En 1924 con 23 años, conoce a una canadiense de padre Alemán llamada Julia Polmann, de 17 años, una autentica chica modelo en conducta y estudios a la que Frederick no tarda en seducir. Julia era la mayor de tres hermanas.

En diciembre de 1930, Frederick le propuso matrimonio a Julia, y se casaron el mismo año en una ceremonia digna de cuento, por todo lo alto, en carruaje de caballos y con una idílica luna de miel en Hawai, para los invitados eran la pareja perfecta, guapos, se querían y estaban compenetrados, sobre todo para matar. Pronto cambiaron su apellido por “Teale”, que era el nombre de un asesino que Frederick había visto en una película.

Pero la perfecta pareja de puertas afuera guardaba oscuros secretos que salieron a la luz 4 años después. El 27 de diciembre de 1934, Frederick agredió brutalmente a Julia y ella alegó en su trabajo que los golpes eran debidos a un accidente de coche, pero sus compañeros no lo creyeron y avisaron a sus padres que la llevaron al Hospital General de St. Catharines. Cuando fue dada de alta, recibió la visita de la policía y se derrumbó confesando que su marido era el buscado violador de Scarborough, y que junto a él, tenían una terrible trayectoria de violaciones y asesinatos, muchos de ellos grabados en video.

De hecho la policía encontró varios videos y grabaciones de audio donde las victimas eran vejadas, violadas y torturadas de manera salvaje antes de ser asesinadas.

Frederick al entrerarse, escapó y no puedo ser pillado.

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22/01/2015, 23:09
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Usuario:  Vixvapurus
Personaje:   Owen Cray
Historia:  

Hijo de una prostituta a la que nunca conoció, sobrevivió como huérfano en unos suburvios que lo hicieron más rápido, más inteligente y, sobretodo, más cruel. Durante los turbulentos años veinte, pasó de repartidor a guardia personal de un importante mafioso. No tenía nada: ni familia, ni dinero...ni escrúpulos. No tenía problema en disparar desde un coche en marcha al interior de un restaurante si dentro había un objetivo importante. En uno de esos tiroteos, tras la ráfaga inicial entró al restaurante a acabar con Domenico, el jefe rival. El interior del restaurante estaba lleno de cristales y sangre, de gente retorciéndose. Y entre ellos un chaval vestido con ropa remendada y una gorra marron oscura de la que no paraba de manar sangre. Aquel niño le recordó tanto a él mismo que, por primera vez, notó el peso de que había hecho: se dió cuenta de que quizá aquellos trozos de carne habían sido personas antes de que él acabara con sus vidas y rompiera la felicidad de sus familias. Nisiquiera remató a Domenico, se marchó de aquel restaurante, de aquella ciudad, de aquel condado... con un peso en el estómago que no paraba de crecer y de devorarlo, que le producía vértigo.

Encadenó trabajo tras trabajo, ciudad tras ciudad, mes tras mes. Pero nunca le duraban demasiado, no porque no fuese trabajador, tampoco porque no aprendiese rápido, sinó porque siempre sentía que "allí" no estaba pagando sus deudas. Pero no solo la culpa le perseguía. Un día de invierno entró un hombre en la pequeña tienda de alimentos en la que trabajaba y le pidió una barra de pan. En el mismo momento que se giraba lo intuyó, pero ya era demasiado tarde: la ametralladora retronó en aquella tienda mientras botes de cristal y cajas de alimento saltaban por los aires.

Sobrevivir a una ráfaga de siete balas, aunque mermado, fué para él como una prueba -y a la vez, un castigo- de un ente superior, o quizás del destino, por todos sus pecados. Sea como fuese, Owen sobrevivió al ajuste de cuentas. Su cuerpo le protegió entrando en coma durante siete semanas, "una por cada bala", decía él mismo a las enfermeras. Meses después, el mismo día que su "enfermera particular" -así le gustaba llamarla- le dijo que le daban el alta, él le propuso matrimonio: y ella dijo Sí.

Así que ahora, con sus cuentas ya pagadas y alejado de cualquier actividad ilegal, trabaja en lo que se le presente ya que, dentro de unas semanas, será padre.

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22/01/2015, 23:16
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Usuario:  Diluvi el Corb  
Personaje:   Benoni Fausto Predatore
Historia:    

En los años veinte fue el capo de una de las familias italianas más importantes de EEUU. Estableció su imperio en Nueva Orleans. Dirigía su famiglia en el negocio del contrabando de drogas bajo la tapadera de una conocida línea de ristoranttis italianos. A diferencia de otros iguales y del gran más grande de todos ellos: Al Cappone. Fausto jamás fue detenido por sus crímenes contra la sociedad, puesto que siempre actuó en las sombras y nadie (salvo la organización) supo cual era su rostro, dejando que la opinión pública creyese que la cúspide de la organización era Aldo Puzzo, su Consigliere.

Actualmente, su fortuna y negocios los ha reconvertido en plena Gran Depresión a tráfico de personas y órganos humanos trabajando para la industria farmacéutica consiguiendo sus víctimas bajo la tapadera de centros de acogida e inmigración. También tiene un contrato con una facción secreta del gobierno (algo que sí existió) que experimenta con humanos, muchos de ellos negros.

Para terminar. Fausto es un apasionado de las carreras de caballos y el golf.

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23/01/2015, 23:20
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Usuario:  MoonEyes  
Personaje:   Ágape Stolness
Historia:    

"Mi nombre es Ágape Stolness, y maté a mi marido hará unos cinco años..."

Si comenzara unas memorias acerca de mi vida, comenzaría por esa frase. Siempre me ha entusiasmado ser directa, breve y concisa, sin irme por las ramas, ser sincera. Ante cualquier cosa y situación. Mi nombre y mi mayor crimen del que, al contrario de lo que pudiera parecer, estoy orgullosa. 

Me casé joven. Aunque, debería de decir que mis padres concertaron un matrimonio con un empresario de siderurgia que estaba haciendo mucha fortuna. Vieron un buen negocio, y la boda se celebró en un par de meses. La primera vez que vi a mi marido, fue el día de la celebración, en la iglesia. Estaba guapo, pero nunca consiguió que un escalofrío me recorriera la espalda como hacían otros hombres cuando me miraban. 

Además, a él le gustaba tenerme controlada... A su manera. Y yo estuve aguantando por mis padres, porque me decían que sus consuegros los tenían "pillados" o algo así. Vamos, mis padres aceptaron casarme con aquel hombre porque mis suegros prácticamente lo decidieron así. Por lo que, ni mis padres ni yo pudimos pensar otra alternativa que no fuera aquella. Es lo que ocurre cuando uno se endeuda hasta las cejas, y puede llegar a tener un yerno rico. La codicia es lo que tiene. No los culpo, ciertamente.

Sin embargo, después de ver cómo mi marido vejaba a mis padres, y los dejaba algo en ridículo por su falta de metálico, y cómo le gustaba sobrepasarse conmigo en la intimidad, decidí que el final llegaría. Y fue de la única manera en que no me imaginé.

Mis padres murieron primero. Debían de hacerlo, si quería que mi plan saliera bien, aunque ése fue un paso que yo no calculé. Ante las deudas que les pedía el banco, decidieron quitarse la vida, ahogándose en el lago que había cerca de casa. Al parecer, fue rápido, y no sufrieron demasiado. 

Después, le llegó el turno a mi marido. Me encargué de que no fuera tan rápido como el de mis padres. 

Tras crearme una coartada plausible (saqué un billete en el tren del Orient Express para fingir que me iba de vacaciones unos cuantos días), una noche abordé a mi marido con una pequeña pistola que tenía mi padre escondida en su escritorio, como él me decía, "por si acaso". La tomé con seguridad, y esperé en la quietud de la noche a que llegara mi esposo.

Me levanté, apunté, y el fogonazo iluminó toda la sala. Tras ello, salí de la casa, y desaparecí unos días hasta que, supuestamente, mi viaje en el Orient terminaba. La fortuna me sonrió en aquella ocasión, pues hubo altercados en aquel tren que después la prensa desveló, y nadie le daría por mirar la gente que había subida, tras lo que ocurrió.

Volví con mi equipaje a mi casa, cuando un policía me interrumpió, y me lo contó todo. "Su marido tenía enemigos". "La industria donde trabaja se está volviendo peligrosa". "Lo sentimos". 

Si hubiera elegido alguna otra profesión, habría sido actriz. Porque mi rostro congestionado, y mis lágrimas que desbordaban mis mejillas, cumplieron perfectamente su misión. 

En una semana, me vi millonaria, con mis suegros totalmente hundidos por lo sucedido, y yo escribí un libro acerca de lo que había pasado con mi marido, contando el mal trago que pasé, y lo mucho que sufrí, para tener al público cerca de mí, apiadándose de una muchacha que había perdido tanto a sus padres, como a su marido en un corto periodo de tiempo.

Por otro lado, mientras dejaba que mi reputación creciera, y las ventas también, me dediqué a estudiar el arte de la hipnosis, la cual me atrajo desde el primer momento. 

Me encontraba en reuniones de hipnosis, parapsicólogos, algo místicos, y demás, disfrutando de mi nueva libertad, y pensando en que los gusanos estuviera teniendo un gran festín con el cuerpo de mi difunto marido. 

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29/01/2015, 10:04
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Usuario:  Morkay
Personaje:   Everet Schuls  (Celador)
Historia:   

Ernest es un chico apagado, no tiene mucha confianza en si mismo y da la razón a los demás  por no discutir, su vida siempre a sido la misma en los últimos 15 años, cuidar a su madre, ir a trabajar y volver a casa, sin olvidar ir a misa los domingos, su tristeza y melancolía fue en aumento ya que no sabia salir de ese circulo de desesperación al que se veía inmerso. Hace años su madre se hizo con una buena fortuna, fortuna heredada de su marido viudo George, pero la tiene a buen recaudo, ni un céntimo se mueve y el pobre Ernest trabaja por los dos en una institución mental, él da medicación, hace recados, friega suelos, pero lo que se le da mejor es pasar desapercibido hasta que su voz interior le habla, explota y hace pequeños accidentes, suicidios que no lo son, golpes en la ducha y un sinfín de pequeñas y sádicas cositas que hacen que libere esa gran carga sobre sus hombros, su madre.

Nadie sabe de su secreto, ni siquiera Sue, su pareja desde hace un año,ella le atiende y le da buenos,consejos, le ayuda a hablar en publico y ambos están ahorrando para ir a vivir juntos.

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29/01/2015, 10:09
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Usuario:  Whisper -> Por abandono, poseída por Deveraux (Frederik von Baach) -> Por baja participación, re-poseída por milady (Eleanor)
Personaje:   Jacqueline Dupont
Historia:      

Alò? ¿Está el micro grabando? Je m'apelle Mademoiselle Dupont, y esta es mi historia. La mediana de una familia adinerada de la campiña francesa, siempre quise ser actriz. La mayor, Gertrude -se cambió el nombre al enamorarse de un oficial alemán durante la primera guerra mundial- heredera de las tierras de mis padres, nos dejó a mi hermana pequeña, Lucille, y a mí, teniendo que buscarnos la vida para llevarnos el pan a la boca. Por suerte, Lucille nació con el talento de nuestra madre por la poesía, y se fue a vivir a París, dónde -creo- aún vive, escribiendo bajo el pseudónimo Le garçon. En sus últimas cartas me informaba de lo bien que le iba la vida y de lo impresionados que estaban sus editores por que tras esas faldas y esa apariencia de niña hubiera un Rimbaud.

Mi fortuna no fue tan gloriosa como la de mis otras dos hermanas. Con la posguerra en mis espaldas empecé a trabajar en una compañía teatral como costurera. Los míseros francos que ganaba los gastaba en un apartamento diminuto sin luz, y en clases de canto, que por aquel entonces era el camino fácil al estrellato. Fue entonces cuano conocí al que sería mi primer marido, Antoine Chardin, pianista y compositor, que se enamoró de mi y no paró hasta llevarme al país de la esperanza: los Estados Unidos. Una vez ahí, me pidió en matrimonio y, a pesar de no estar muy conforme con su forma de tratarme como una muñequita incapaz de pensar por si misma, me interesaba ir del brazo de ese hombre con tantísimo talento y contactos.

Fue una noche, en nuestro apartamento en Broadway, dónde conocí a James Caan, productor de cine mudo y antiguo miembro de la RKO. Fue un flechazo. En el momento en que le serví su primera copa de champán, me tomó por el guante, lo besó y nuestros ojos se perdieron los unos sobre los otros. A pesar de las exigencias de mi esposo, que quería que estuviera por el resto de invitados, James y yo nos escapabamos para hablar. Yo, fascinada, por la promesa que tenía frente a mi, apenas hacía otra cosa que sonreir y beber, a sorbos minusculos, como la dama que me habían educado ser. Al finalizar la velada, me dió su tarjeta: "no olvides llamarme mañana, me dijo, voy a hacerte una gran estrella".

Sin saltarme la cita, pero tal vez la llamada de rigor, me presenté en su despacho preparada para que me ayudara a cumplir mis sueños realidad. Al llegar, ya habían una costurera preparada para tomarme las medidas, un maestro de dicción para quitarme, como el lo llamaba, ese horrendo acento gabacho, y un director de protocolo, que me enseñara a comportarme en situaciones de extremo glamour. En tres meses estuve lista, y, de su mano, fuimos al primer cásting. Sentadas en la sla habían decenas de jovenes buscando su minuto de gloria en la gran pantalla, pero yo, de mano del que sería mi segundo marido, sabía que ese papel iba a ser para mí.

Desde entonces, vinieron tres películas más, el gran escándalo por mi divorcio con Antoine y mi consiguiente matrimonio con James. Nos fuimos a vivir a una mansión en Hollywood Boulevard, y, cuando mi sueño ya se hubo cumplido vino la catástrofe. Un accidente de coche se llevó a James de mi lado, y con él, las películas, la mansión y el glamour. Eso fue lo que los tabloides dijeron, por supuesto. La realidad fue muy diferente. Una noche, en una de nuestras grandes fiestas, encontré a mi esposo besándose con una joven del servicio. Recuerdo que era de noche, pero la morena tez de la joven brillaba a la luz de la luna sobre la opaca y casi siniestra faz de James, devorándole el cuello y deslizandole las manos bajo las faldas. No perdí los estribos porque era la anfitriona, y una dama nunca debe de montar una escena en público, pero juré que esos besos prohibidos iban a ser su perdición. Al acabar la fiesta, y reunirme con mi esposo en la cama, le llevé la que sería su última copa de champán. Bien mezclado con arsénico, el coctel se deslizó por su garganta hasta que el infeliz yació inmovil dejando caer la cosa y romperse contra el suelo. El estruendo despertó a Charlie, nuestro hombre de confianza, que vino corriendo al dormitorio preguntándose que estaba pasando. Sin hacerle partícipe del porque, cargamos a James hasta el coche y dejamos que el motor y la arboleda que rodeaban la casa se encargara del resto.

Preparada para empezar una nueva vida, emigré entonces a Inglaterra. Con lo que saqué de la venta de la mansión, me compré un apartamento en Londres, y me mantuve a la espera de que algún productor hubiese visto mis películas y quisiera llamarme para seguir trabajando.

De eso hace ya dos años, y ahora me consumo entre Ginebra y cigarrillos, siempre pendiente del teléfono y el servicio postal. Ayer recibí una invitación muy especial, probablemente enviada por uno de mis viejos amigos de Hollywood que se ha apiadado de mi y busca que vuelva a brillar entre las estrellas. Definitivamente pienso asistir.