Partida Rol por web

—Hola, Niña Rosa —saludó con una media sonrisa—. No ganamos aún, eso es seguro. ¿No ganaremos después? ... —Bim se mantuvo en silencio durante unos segundos—. Posible, más de lo que te imaginas. Y no sé por qué te lamentas que no lo hiciste de otra forma... Yo te lo advertí, ¿recuerdas?

La seguridad y el no dejarse manipular están bien, pero cuando una idea se convierte en un dogma sin suficiente justificación para hacerlo... es un problema. O al menos lo es en caso de que la idea esté mal. Vista tu rigidez sobre el tema espero que tengas razón sobre Creepy; de no ser así, cuando mueras, si mueres, sólo empeorarás las cosas.

—Y eso fue exactamente lo que hiciste. Juro que a veces no sé para que hablo si no me escuchan —se quejó Bim, dejando salir un suspiro—. A menos que de pronto el Oso Maloso se convierta en un amable retoño de primavera y decida revivirlos a todos al final, yo tampoco creo que vuelvas —dijo torciendo el gesto y apretando un poco los labios—. Si la esperanza es inteligente y tiene la oportunidad revivirá a Bailonga y a Nudista —en el peor de los casos—. Pero recemos por que nada de eso suceda. —Bim pareció algo sorprendido al escuchar sobre el hermano de la chica—. ¿Kendo? Se lo diría pero no lo conozco. No sé cómo esperas que lo haga sin conocerlo, además incluso si—la última declaración de Niña Rosa hizo que Bim se detuviese en seco. Pasados unos segundos durante los cuales había estado seriamente reflexionando, sonrió con gentileza.

—No digas tonterías, Niña Rosa. Tú querías a Ojeras e incluso en el improbable escenario de que verdaderamente ese no fuese el caso me querías muerto. —Bim negó con la cabeza para luego estirar los brazos hacia arriba de forma conjunta—. No tiene caso que me intentes engañar: Incluso aunque lo quisiese no te puedo ayudar de ninguna forma. Lo entiendes, ¿verdad? No hay nada que puedas ganar haciendo esto. —Bim miró a los lados. Nudista aún no había hecho acto de presencia—. ¿Dónde está? Necesito preguntarle algo.

Ante las palabras de Bim me quedo mirándolo y pongo los ojos en blanco. Sólo responderé a una cosa, el resto no tiene sentido. 

- No me gustaba Ojeras, solo quería ayudarlo pero como no escucho, tú tampoco. ¿De qué sirve? - pregunto. - Considerando dónde estás tú y cual es tu situación... ¿De verdad crees que soy capaz de engañarte de esa manera? No Bim, te equivocas mucho.  Posiblemente no tienes idea de quién soy y has visto solo una parte de mi, así que no puedes creer en algo semejante cuando soy tan asesina como tú de gente inocente. 

Me encojo de hombros. 

- Haz de cuenta que no te dije nada, es totalmente innecesario. 

Lo confieso y me arrepiento de haberle dicho que podía haberme enamorado de él, es una pena. Definitivamente fue una tontería, solo espero que el final llegue y de alguna manera buscar redención. 

Bim se limitó a escuchar en silencio a Niña Rosa, y no pudo evitar sorpenderse un poco al caer en cuenta de que no tenía ninguna respuesta que encontrase coherente para algunas de las cosas que la chica decía. No acababa de comprender lo que escuchaba y en el fondo no era porque no quisiese hacerlo. O quizás sin saberlo, era justamente por eso. Una vez más, Bim permaneció inmóvil, con la mirada fija en el suelo.

—Lo contrario al amor no es el odio, es la indiferencia —citó, antes de alzar la cabeza—, Elise Wiesel. Si te soy sincero —dijo mientras se sentaba a su lado—, creo que estoy más familiarizado con lo tercero que con ninguna otra cosa. No soy ningún inocente y posiblemente sea incluso menos inocente de lo que creen pero —Bim negó con la cabeza—, ustedes no son mejores que yo.

Aunque quizás algunos lo habían olvidado, o quizás era que Monokuma no se los hubiera recordado, el más allá del Oso Maloso era bonito, hasta cierto punto.

Nudista no llegaba y Bim era casi el opuesto a la persona más paciente de la Tierra. ¿Por qué se demoraba tanto?

- Ahora te comprendo. - digo mirando las pantallas. - Nadie se ha comparado, solo he puesto sobre la mesa algo que tú y yo tenemos en común. Yo he asesinado a una persona inocente, tú a varias. ¿En qué nos diferenciamos? En nada, Bim. 

Suspiro y desvío la mirada hacia sus ojos, él espera por nudista y yo espero que termine todo. No existen finales felices y no sé qué tanto prefiero el volver como un robot. Quizás sea mejor así, es menos pesada la culpa que siento. 

Solo lamento no poder darle una última caricia a Bim, y que me trate de acosadora, enojarme y alejarnos. De alguna manera era nuestra dinámica, muy extraña y a su vez pese a lo que se niega por ambos lados, quizás eficaz en cuestiones de acercamiento. 

- Solo sé tú antes de que vuelvas, no te pongas a hacer alarde con esto de: te lo dije... Ofrece redención, Ghosty y sé menos bobo, que te superas. - digo apenas sonriendo. 

Azura tampoco creía que podríamos revertir esto normalmente a menos que mi petición de las matralleta fuese autorizada - Es extraño que Bim venga a sembrar un poco de esperanza y Kukiko este firme con que solo queda desesperanza, Creo que estuvieron en el bando equivocado todo el tiempo 

Al parecer Niña Rosa lo entendía bastante bien, aunque no todo pasaba por asesinar o no asesinar a otros. De hecho, se podía ser no mejor que él sin haber nunca siquiera aplastado una hormiga.

—¿Que sólo sea yo? ¿Y eso qué se supone que significa? —preguntó algo confundido. Aunque no sabía si era algo bueno, estaba casi seguro de que era tan él como podía serlo la mayor parte del tiempo— Como sea, no vine a decirte te lo dije... —a pesar de que se lo había dicho. Tras escuchar la pequeña acotación de Bailonga, Bim no pudo evitar reir un poco—. No, Bailonga. Créeme que estoy en el bando al que pertenezco, y si no fue mi intención sembrar nada... Como sea —no le importaba realmente aquella cuestión—, si quieres verlo así hazlo, pero era sólo una observación. —Bim posó su mirada sobre la pantalla—. El Oso Maloso me dejó muy en claro hace un par de días que cuando no hubiese más esperanza o la desesperanza desapareciese el juego acabaría. Si no ha acabado es porque hay esperanza, y esa esperanza es fruto de la estupidez de los osos. Unos decidieron abandonar la desesperanza y otros desesperaron al ver esta situación. Aunque los que la abandonaron luego se retractaron era demasiado tarde; los que se habían desesperado cometieron un error que podría salirnos caro. En el muy probable caso de que Ojeras enamore a Niño Gato con Onee-chan a último momento, asesinando a ambos, hay tres posibles escenarios. En el primero dos de ustedes reviven, los neutrales nos traicionan y perdemos. En el segundo nadie revive pero tras la muerte de Onee-chan los neutrales nos traicionan y perdemos. En el caso de que nadie reviva y los neutrales no nos traicionen, venceríamos... —Bim se volvió hacia Niña Rosa y sonrió—. O quizás tienes razón, nada de esto sucederá y soy un bobo que piensa demasiado. En este caso Ojeras se rendirá y finalmente todo terminará "bien" —aunque de ser así Ojeras ya habría enamorado a alguien y el juego ya habría terminado, cosa que no estaba sucediendo.

- Ya tienen el juego ganado dejemos esta guerra. Solo eso... - respondo a Bim. - No eches más leña al fuego, que este resultado se debe a nuestro mal obrar y ceguera. 

Y allí estamos, sentados uno al lado del otro mientras tenemos la pantalla delante. Cuando dice que no ha venido a decir lo que ha dicho, lo miro a los ojos. 

- Fueron muy bobos, con tantos "aliados" que tenía podías haberme salvado Bim. Pero no es algo que voy a recriminarte, aunque si a ti te he perdonado la vida incluso sabiendo lo que eras. Me debes una. - confieso y me encojo de hombros. - Estabas en la mira, igual que Chiyoko. Pero Atira actuó tan mal, que se redimió un poco... Aún así, ver todo desde aquí te cambia muchísimo. 

Niego con la cabeza sobre ese hálito de esperanza. 

- Hm, dudo que Arisaka sea ese tipo de persona. Está cegado, todos lo hemos estado... Solo que en su caso se nubla por la intensidad de Yuki. ¿Las tonterías que hace el amor, no?- pregunto con cierta retórica. 

Azura interviene y una risa apagada surge. 

- Corrían el riesgo si me ponían con ellos de que me lleve un par por mi monotool, insisto... Les beneficie el juego sin querer. Tendría que haber sido otra osa. - respondo y miro a Bim. - Tu me debes un beso. 

Niña Rosa pensaba igual que el resto de osos. Aunque no quería perder, una parte de él deseaba que Ojeras hiciese lo que tenía que hacer para hacerles perder y así él después poder decirle a todos "se los dije". Bim le devolvió la mirada cuando la chica le recriminó que podría haberla salvado.

—Eras una de las más peligrosas y sospechabas de mí. Aunque inicialmente había propuesto dejarte para el final y que Niño Espada —Hitoshi— bloquease tu Monotool antes de que acabásemos con tu vida, la muerte de este oso hizo este plan un porque al final te llevarías al menos a un oso contigo con toda seguridad... Además, con Creepy bloqueada y tú diciendo que si morías moriría no sólo Creepy sino también Niño Bola pero que luego lo cambiarías, pocas razones para no asesinarte nos dejaste. Y en ese entonces no sabíamos que no era necesario eliminar a los enamorados así que no era como si tuviésemos muchas opciones. —Bim alzó una ceja—. ¿Me has perdonado la vida sabiendo lo que era? —Él no estaba tan seguro de eso—. Creo que si en verdad hubieses sabido lo que era me hubieses llevado a mí y no a Creepy "o a Niño Bola", ¿no crees? Como sea, supongo que ahora da igual.

Se mantuvo en silencio, observando la pantalla con detenimiento mientras Niña Rosa hablaba de ceguera y de amor... De pronto ahora todos los osos eran de peluche y querían salvar a la esperanza, y de pronto ahora los alumnos esperanza, quienes habían odiado a los osos como judíos a nazis, decían que en realidad los osos no tenían la culpa y otras estupideces varias. Aquella hipocresía desmedida era algo que enfermaba a Bim, aún cuando irónicamente él era igual a todos ellos en cierto modo. Por lo que había escuchado sobre el amor no había nada escrito, lo que sólo podía significar que era muy subjetivo y como con todo lo subjetivo carecía de cierto sentido. Sólo restaba ver si el supuesto amor de Ojeras sería suficiente para hacerlo rendirse.

A pesar de que Bim parecía ser ahora mismo alguien centrado, insensible, inamovible e imperturbable, Niña Rosa nunca se cansaba de decir cosas que sin que pudiese hacer nada al respecto acababan echando por la borda toda su aparente paz interior.

—¿Y-yo? ¿Un... beso? —fue todo lo que atinó a decir. ¿De qué hablaba? ¿Por qué decía algo así tan de repente? ¿Acaso...? Bim no estaba seguro de si se trataba de alguna clase de broma o si lo decía en serio. Bim se señaló a sí mismo con el índice—. Soy uno de los que te ha asesinado, ¿lo entiendes verdad? Si no fuese por mí y los demás ahora estarías viva —dijo antes de mirar a su alrededor. No veía ningún posible motivo por el cual la chica estaría fingiendo, que de estar ambos vivos habría sido lo primero y único en lo que habría pensado. No entendía por qué entonces le decía algo así.

- Pero es que con la coartada de Chiyoko, ustedes tenían vía libre para matar a Niño bola que era quien revivía. No podían dejarlo vivo, estratégicamente no les conviene. Lo mismo Yuki, si saben que copia para que mantenerla con vida. No tiene sentido... Lo mismo el que encierra. - comento haciendo un análisis. - Tenían opciones muy viables, gente que podía marcar la diferencia, como Miyamoto, la misma Azura. 

Y me quedo pensando en todo esto, está claro que al nombrar a Niño Bola como víctima de mi Monotool pensaron que me llevaba dos inocentes, pero aún seguían quedando algunos que dan por culo. 

- Igual comprendo que el riesgo era yo, un día más y los condenaba yo misma. Te entiendo. - termino por decir. - Sabía lo que eras, pero te perdoné. Da igual quien mate a quien Bim, la verdad en todo esto es que yo era una asesina confesa desde un principio. Ninguna vida es justificable, no dejamos de ser personas y el precio a pagar es muy caro cuando tienes en tus manos la posibilidad de matar. Oso o yo, estamos en la misma. ¿Quien soy yo para hacer algo semejante? ¿Quienes son ustedes para hacer lo que hacen? Somos víctimas de este juego macabro, pero que sea de la esperanza no me convierte en una persona buena. No... 

Le explico con toda la paciencia del mundo, descubriendo que con Bim puedo hablar muchísimo y dadas las condiciones, la situación en sí, no tengo nada que perder. Entonces aprovecho para saldar cuentas, como he estado haciendo hasta ahora y también dando un poco de realismo a una situación que al fin de cuentas nos excede sin importar el bando. 

- ¿Y que más da? - pregunto. - ¿Te crees que eso es un justificativo para qué? ¿Odiarte? ¿Entonces Chiyoko conmigo? Estamos en las mismas, en definitiva es como dije... Somos víctimas de un juego manipulado por una mente siniestra, adolescentes jugando a ser asesinos. No le veo diferencia... - aclaro. - Soy tan igual que tú. ¿Te guardo rencor? No, no te guardo rencor. Ni siquiera a Yoru y a Kumiko.

—En ese entonces daba igual el orden a seguir: debíamos eliminar a toda la esperanza. Si te asesinábamos nos llevábamos a Creepy y Niño Bola a la vez y al mismo tiempo nos ahorrábamos el problema de que cada vez fuesen quedando menos candidatos para tu asesinato doble... El detontante para tu asesinato fue que dijeses que tenías "trampas" puestas sobre personas ya definidas y que aunque una estaba sobre Niño Bola la ibas a quitar. Teníamos que aprovechar la oportunidad.

Bim volvió a dejar que su mirada recorriese la pantalla tras aquellas palabras. Era cierto que desde fuera todo se veía más apacible.

—¿Víctimas? —repitió dejando que su ceño se frunciese—. Aquí no hay víctimas —dijo negando con la cabeza—, sólo hay cómplices. Cada uno por su lado y cada lado por su uno —incluso cuando intentaba hablar en serio las metáforas seguían sin ser su punto fuerte—, nadie aquí es una víctima de nada. Todos matarían por vivir un día más, con o sin justificación. Quien no lo haga es porque no lo necesita o porque no puede, y no siempre quien puede mata porque lo necesita. —Bim sonrió un poco y sacudió durante breves instantes la cabeza de un lado al otro. Estaba yéndose a terrenos lejanos—. Como sea...

—Definitivamente no eres una buena persona, ¿pero quién lo es? Si mi esperanza de que existiese alguien así estaba a punto de desaparecer mucho antes de este juego, después de algunas cosas que he visto y oído aquí ha desaparecido por primera vez y para siempre de forma total y absoluta. Dime algo, Niña Rosa —pidió entonces, tras una breve pausa—, ¿tú crees que alguien en verdad haga cosas por los demás? ¿Que existe alguien que no lo hace todo por sí mismo? Imagina a una madre —dijo, abriendo grandes los ojos—. Ella ama a su hijo, lo cuida, lo protege... ¿Pero cómo puedes asegurar que realmente lo hace por él? ¿Cómo puedes asegurar que no lo hace por su propia satisfacción de verlo feliz? Si partimos de la base de que ninguna madre hace nada por su hijo sino que lo hace por sí misma, ¿puede entonces existir alguien que sea genuinamente una "buena persona"? —Antes lo dudaba, ahora tenía muy claro que no—. Lo siento, me estoy yendo de tema —se disculpó mientras las comisuras de sus labios dibujaban una ligera sonrisa en su rostro.

—El punto es que no necesitas ser una buena persona ni tener ningún tipo de justificación para odiarme, incluso siendo que estoy casi seguro de que motivos no deberían faltarte. De hecho, aunque haya dicho que no estoy bastante seguro de que Creepy te odia... —Bim acercó su rostro al de Niña Rosa y señaló a Creepy de forma muy directa con su índice mientras la miraba con ojos entreabiertos—. Mírala, y mírala bien. Después de que la hayas acusado, inculpado, humillado, desacreditado, degradado, despreciado, doblegado, abatido, maltratado, pisoteado y hasta asesinado, ¿en verdad crees que puedes darte el lujo de pensar no te odia y que por el contrario te considera de pronto una fiel compañera que "cometió un error"? ¿Incluso después de la nota que dejó tras su muerte? —Bim asintió lentamente—. No viste la nota que te dedicó, ¿o sí? —Esta vez Bim negó con la cabeza pero con la misma lentitud—. Llena de odio, un odio más puro y negro que la muerte misma —señaló antes de hacer une breve pausa—. ¿Y bien? —preguntó, bastante seguro de su propia lógica—. ¿Sigues creyendo que no tienes motivos ni derecho de y para odiarme?

Chiyoko había "desaparecido" un momento de su lugar, o más bien se había quedado en stand-by... Era difícil de explicar, pero de pronto sacudió la cabeza, como si acabase de volver. Parecía más tranquila por algún motivo y se quedó observando la conversación entre Bim y Kukiko antes de decidir intervenir. Se encogió de hombros cuando Bim la señaló y sonrió sin más remedio. 

- Bim-kun tiene razón, Kukiko. Sí te odio, sería hipócrita o simplemente no tendría corazón si te digo que no es así. Si estoy aquí es por ti y en vida tampoco me hiciste pasarlo bien. Culpabilizaste y defendiste a los bandos equivocados en todo momento. La nota de la purpurina la escribí sobre la tercera o cuarta noche, porque sabía que con mi poder, la única forma inmediata de morir era por tu culpa. Así que por mucho que dijeras que daba igual que precisamente tú confiases o no en mí, realmente eras la única que importaba. Te he perdonado, sí, pero eso no significa que volvamos a empezar de cero. Simplemente que no volveré a discutir contigo porque efectivamente: Todos cometemos errores. - se giró hacia Bim, casi medio riéndose - Tampoco nos pasemos con que fuera un odio tan fuerte... Aunque es verdad que esta muerte es bastante cómoda. 

Chiyoko se dejó caer al medio de la nada, quedándose flotando alegremente. Como si hubiera recordado algo, se levantó y extendió su mano enguantada hacia Bim con una sonrisa. 

- Por cierto, tal vez no me odies... Pero tu aparición final como Chiyoko2 ha sido bastante retorcida. En cualquier caso, felicidades. Ni siquiera yo me habría imitado mejor. Y aunque no seamos del mismo "bando", lo habéis hecho bastante bien en este juego. Teníamos pocas oportunidades de ganaros. Y está claro que ahora mismo aquí no podemos hacer nada... Pero me gustaría pedirte un favor para allí fuera, Bim-kun. - después sonrió y le hizo un gesto con el dedo de que se acercase para decirle algo al oído.

- Da igual Bim, no te odio. No soy como ella, no necesito escribir notas ni mucho menos. -digo y me encojo de hombros. - Sé lo que siente, puedo imaginarlo pero tampoco es que puedo cambiar aquello y tampoco me parece correcto que metas el dedo en la llaga a alguien que tiene todo a flor de piel. No por mi, sino por el hecho de que el otro puede no gustarle aquello. Pese a todo, un poco de empatía nunca está de más. 

Le respondo al chico y luego desvío la mirada hacia Chiyoko, sin sorprenderme en absoluto. 

- Es un juego macabro. ¿Qué esperas? - pregunto a Chiyoko y le hablo. - Se hizo lo que se pudo, confié erróneamente en personas que me terminaron matando... ¿Qué le voy a hacer? ¿Y que gano teniendo rencor? - vuelvo a la carga pero con Bim. - Me da igual, no tengo sentimientos encontrados con nadie. Así que Bim, asúmelo. No hallarás eso en mi, sorry. 

Tras decir aquello desvío la mirada hacia la pantalla y los dejo que se susurren sin meterme. 

Hasta muerta me sigues cayendo mal - digo a Kukiko después de que se aleje de Bim y Chiyoko - No te odio pero si que metiste la pata conmigo y Chiyoko, y culpar al juego es una forma de no sentirte tan mal - sonrío - Si puedo odiar a alguien sería a Yoru quiero revivir solo para matarlo a él - reí de manera malvada

A Creepy le había parecido una buena idea confirmar algo que ya todos sabían, y esto era que Bim tenía razón.

—¿No tan fuerte? Que preparen un mes antes de tu muerte una nota que te acuse de cosas horribles al mismo tiempo que se burla de ti de todas las maneras posibles me parece suficientemente fuerte —dijo mientras desviaba su mirada hacia Niña Rosa—, ¿tal vez suficientemente fuerte como para que te haga... —No, de seguro ni siquiera eso haría que odiase a Creepy, Niña Rosa parecía decidida en no odiar a nadie y ya había quedado claro que no era fácil convencerla de algo en lo que no quería creer. Suspiró, rendido—. Está bien, está bien, no odies a nadie —acabó diciendo, algo contrariado.

—Aunque ya sobre el final no me preocupé tanto por qué tan bien saliese la imitación —dijo a Creepy—, sí que lo hice al principio, antes de que Ojeras y Happy decidiesen desobedecer y revivir...

Tú eres la retorcida, Creepy...

—Tu forma de hablar, de moverte, de pensar, de reaccionar, hasta de sonreír... TODO fue extremadamente difícil de imitar por lo extraña que eres. Creo que no podría haber escogido a alguien peor. —Quizás Niño Gato era la única persona que podría haber representado un reto mayor. Mientras que más simples o complejos todas las personas solían actuar según cierto patrón medianamente reconocible, aquel chico era una caja de sorpresas aleatorias que simular con precisión le habría sido imposible al peliblanco—. No tenían tan pocas oportunidades de ganar. De hecho, Niño Leche sirvió su bandeja en una cabeza —... No, no era así, pero daba igual. No recordaba cómo era la frase exactamente— desde los primeros días con sus mil y un mentiras, y yo quedé más que en evidencia desde el día 1 o 2 con la no-aparición del Oso Maloso tras la revelación de mi nota... Lo tenían perfectamente ganable. Además, los neutrales estaban con nosotros porque creían que íbamos ganando. Si de pronto hubiesen comenzado a caer osos seguramente nos habrían traicionado.

Las últimas palabras de Creepy, pidiendo un favor, indignaron a Bim, quien no movió ni un pelo a pesar del poder que la chica debía creer que ejercería su dedo sobre el cuerpo virtual del oso.

—Qué extraño, no recuerdo haber aceptado ser el recadero de los muertos. Sí, sí, colaboré para que todos ustedes llegasen aquí pero no por eso es mi responsabilidad ni tarea cumplir con todas las actividades que no pudieron realizar en vida, hubiesen aprovechado mejor su tiempo —se quejó, visiblemente molesto. Ya bastante tenía con haber aceptado decirle a alguien que no conocía ni sabía dónde vivía que su hermana a la que él había asesinado lo quería mucho, no necesitaba más recados—. No pienso moverme, estoy cómodo aquí —además, estar no sólo en aquel lugar sino además sentado a un lado de Niña Rosa había resultado ser hasta cierto punto más relajante y agradable de lo que había imaginado—. Si quieres pedirme algo tendrá que ser en voz alta o deberás acercarte para decírmelo, y en caso de que sea algo muy complicado mejor ahórrate la saliva porque no lo haré —explicó con tranquilidad, antes de dirigirse una vez más hacia Niña Rosa.

—¿Y qué hallaré entonces? —preguntó, curioso—. ¿Nada? ¿Una muerta asesinada injustamente que en lugar de volverse un alma en pena o algo más interesante ahora sólo siente paz eterna y todas esas cosas? —La mirada de Bim divagó por el lugar—. Qué aburrido.

Al oír por último las palabras de Bailonga, el chico no pudo hacer más que asentir. Aunque no estaba muerto, a él también le habría gustado revivir sólo para asesinar a Niño Leche. Aunque todo aquel que no fuese un oso no se había enterado, su relación con el amante de la leche no había sido de las más sanas.

—Por cierto... ¿por qué te llamas Bailonga si nunca has bailado? ¿Sabes bailar? —le preguntó a Azura.

- Míralo desde un lugar más simple, me lo tenía merecido. Pero más no puedo hacer, está tan muerta como yo. - digo en total tranquilidad. - Ya hice leña de la rama caída, no sé qué pretendes con todo esto Bim... ¿Qué me adjudique tu culpa? ¿Qué te odie porque es el único sentimiento que conoces y sabes manejar? - pregunto. 

Le llueven las preguntas, es que al fin de cuenta tanto que busca en mi algún tipo de rechazo, no se aleja o se retira. Más aún cuando tiene todas las posibilidades de hacer otra cosa, pero no, aquí está a mi lado. Si bien no sé que diantres le pasa por la cabeza, hay acciones que si revelan puntos interesantes. No se me pasan por alto, habré estado en lo cierto en algunas cosas y en otras me equivoqué como la mejor, pero al fin de cuentas ya está. 

- Es extraña si, lo cual por su forma de ser sembró sospechas. No la culpo. - agrego y me encojo de hombros. - El niño leche cuando se sirvió en bandeja, yo lo respaldé... Además era difícil al principio refutar a la "supuesta vidente", de verdad que no teníamos chance. Una esperanza pasota en todos los sentidos tampoco ayudó y los chicos que murieron al volver, quería hacer algo pero ya era demasiado tarde. - explico. - Con Kibou sin querer nos convertimos en unos aliados perfectos, mis argumentos fueron sostén para mantenerse vivos y una excusa perfecta para ganar. Al fin de cuentas, sin mi o Kibou, jamás hubieran ganado. 

Lo confieso, es que ya es muy simple. ¿Por qué Bim imitó a Chiyoko habiendo tanta gente? No, porque Chiyoko desde el día 2 fue acusada por mi, entonces comenzaron a respaldarme y los osos lo usaron como baza para ganar confianza. Y así una cadena de sucesos, yo siendo una inocente de alguna manera era creíble y el niño leche se apoyó de eso. Incluso cuando sus mentiras eran totalmente sospechosas. 

- Ahora yo planteo esto porque hay algo que sí debo darle la razón a Bim... Chiyoko te rendiste. - digo y miro a Azura. - Tú preferías no hacer nada cuando siempre pudiste manipular las votaciones. ¿De qué sirve tu enojo? ¿Qué me detestes? Si no has hecho nada, solo usaste tu monotool para contradecirme. ¿Entiendes? - pregunto y suspiro. - Todos los que estamos aquí fallamos de alguna manera, sería lindo que lo asuman y dejen a los que asumimos esto en paz. Yo me disculpé con aquellos que les hice daño, soy una asesina confesa y ya está. No sé... ¿Me pongo a llorar? ¿Por qué? - pregunto. - Están como él... buscando algo de mi que no me nace. 

Y ya pueden acusarme de psicópata, me da igual o tal vez lo soy. Luego escucho sobre el alma en pena y que se aburre porque no encuentra lo que quiere en mi.

- Ah, que morboso eres Bim... - respondo y lo miro a los ojos. - Paz eterna, si... Y estoy viendo a Dios entre las nubes... - digo sarcástica. - No te odio, así que nada.... Si le das vueltas al asunto, me pongo en modo confesora y te vas a poner incómodo. 

A ver si con eso para y deja de insistir que lo odie. 

Bailar? Claro que se hacerlo, después de todo se supone que para entrar a la academia necesitas una especialidad, así que mejor planteo una mejor pregunta ¿Cuál es la especialidad de ustedes? - Contesto a Bim haciendo que el tema de la culpa con Kukiko termine 

- Concertista de cello, al menos a eso aspiraba. - respondo a Azura. 

Al menos se había cambiado el tema de conversación, una buena.

Tengo una duda...- opinaba luego de un buen tiempo de total desconección en el que no tenia mucho interés en meterme con problemas de pareja o quien tenia la razón o no  - cuando elegían a quien atacar... ¿ como lo hacían ? - mirando a Bim - si había empate o no estaban todos de acuerdo ¿ como lo solucionaba Monokuma ?

Aunque ante la pregunta de Azura, no puedo mas que alegrar algo el semblante.

Al menos intentaba llegar a volverme Poeta... aunque por la critica creo que me faltaba bastante para lograrlo.

Chiyoko se encogió de hombros, dejando caer la cabeza hacia un lado y poniéndose a la pata coja cuando Bim la acusó de ser retorcida. 

- Vaya, vaya, haber estud... elegido a alguien más fácil. - se corrigió - Sobre Yoru yo tenía dudas desde el principio. Pero como Kumiko-chan era quien llevaba la voz cantante y obviamente no le iba a señalar como oso, nadie se preocupó por él. 

Cuando Bim se negó a acercarse Chiyoko chasqueó la lengua y dejó caer los hombros con gesto cansado. Observó la pantalla donde se veía a los vivos y frunció los labios al ver a Monokuma allí. Volvió a mirar al peliblanco. 

- Está bien. Lo vas a oír de todas formas, pero debo advertirte. - su gesto se volvió más serio de pronto - No me importa que vayas contando todo esto entre los vivos... Pero ten cuidado y sé discreto. Por lo que he podido averiguar, esta es una zona más "segura" que allí fuera. O por lo menos estamos menos controlados... - bajó ligeramente la voz y miró a todos para que pudieran escucharla - Por ella. Es largo de explicar ahora y puede ser peligroso que lo diga, pero tengo motivos para suponer que este juego lo ideamos nosotros. Antes de perder la memoria. No sé por qué motivo, ni en qué circunstancias pero así fue. ¿Recordáis las fotos? Pues ya éramos alumnos de la Hope Peak antes de que todo esto ocurriera. Creo que he empezado a... recordar, o algo así. - sacudió sus manos enguantadas sin querer darle importancia, con una sonrisa que parecía excesivamente forzada, incluso para ella - Aunque es imposible según Monokuma-san, así que todo esto es una tontería. No es como si hubiese alguien que nos pudiera ayudar a todos... En ese caso sería muy útil recordar quién era pero vaya, vaya, no podemos hacerlo...

La sonrisa duró apenas unos segundos más, antes de volver a la seriedad y echarle a Bim una última mirada de advertencia. Cambiando su humor repentinamente de nuevo, se llevó la mano a la barbilla con su sonrisa habitual, dispuesta a responder el resto de preguntas.

- Miguel-kun, cuando hay empate Monokuma-san tira de una ruleta o un dado, y así se elige al Cadáver Definitivo... Y sobre quién era: - puso las manos como si de una mantis religiosa se tratase, con una sonrisa macabra.

- Mi "sueño" era ser la Ocultista Definitiva. No por comunicarme con los muertos, no. La verdad es que ni siquiera creía en fantasmas. Era más para destapar leyendas urbanas, mitos sobre muñecas asesinas y similares... Básicamente destapar mentiras. - se encogió de hombros - Claro que después de esto... Es complicado seguir queriendo hacerlo.

- ¡Ah, sí! - dijo al momento, como si hubiera recordado algo al mirar a Bim otra vez - Te iba a pedir que hicieras de recadero igualmente, claro que puedes elegir no hacerlo. Simplemente... Puedes decirle de mi parte a Kazuki-kun que estoy en un lugar mejor. Y que hizo bien, pero que si va a ser del otro bando, no está bien que vaya repartiendo Esperanza por ahí.

—No, no... no —repitió, riendo un poco—. No es que quiera que me odies, y no seas tan cruel conmigo... ¿Cómo que es eso de que el odio es el único sentimiento que conozco? Que tenga muy claro que todos incluyéndome somos hipócritas y egoístas no significa que odie todo ni mucho menos. De hecho, creo que no odio a nadie en particular de nuestra clase —si se le podía llamar así—. Quiero decir, sí, ok, reconozco que si pudiese le cortaría las cuerdas vocales a Niño Leche y a Niño Gato le partiría algo en la cabeza... ¿Quizás eso califique como odio? No lo sé, puede ser. Mi insistencia se debió a que... bueno, no es normal no odiar a alguien que conspiró para asesinarte y todo eso, o al menos no estoy familiarizado con que así sean las cosas. Pero que la paz eterna no es aburrida no me lo puedes negar... Si me das a elegir entre verte convertirte en una monja budista que medita veinticuatro siete y siente y muestra indiferencia por todo o que me odies, prefiero mil veces que me odies. La Niña Rosa de mal genio que de vez en cuando es... —Bim tragó las palabras que había estado a punto de dejar salir mientras desviaba la mirada hacia un lado—. Bueno, esa Niña Rosa me parece más interesante, eso es todo. Y por si no quedó claro: ahora mismo te asemejas más a la monja budista que a la Niña Rosa de mal genio.

—Entonces baila —le respondió a Bailonga, en un tono que hacía ver que aquello le parecía más obvio que el agua—. Yo sé matar y mato, no espero a que nadie me lo pida... ¿Por qué tú sí? —le cuestionó a la chica, algo molesto por aquella injusticia—. No, Creepy —corrigió tras escuchar la respuesta de cómo se elegía la víctima—, las votaciones de los osos debían ser unánimes. Con que un oso votase a alguien diferente bastaba para que no hubiese asesinato nocturno. Las noches en la que esto casi sucede fueron... Bueno, las dos últimas.

Bim escuchó con atención la teoría de Creepy. Era sumamente interesante y no hacía más que confirmar lo que ya sabía: todos eran igual de egoístas y no tenían excusa alguna para su comportamiento que los acercase al ideal de "buenas personas".

—¿Por qué debería tener cuidado y ser discreto? ¿Qué riesgo corro si lo grito a los cuatro vientos? —quiso saber—. ¿Quién es "ella"? —Bim sentía cada vez más curiosidad por aquel tema—. ¡Explícate, Creepiest Creepy!