Partida Rol por web

Se escuchan murmullos en la sala, rápidamente las alianzas quieren gestarse, provocaciones. Mauren es una chica tranquila y pacífica, pero con una determinación de hierro. Solo observa y analiza mientras sus latidos retumban en la cabeza y los estridentes compañeros comienzan a hacerse invitaciones. - ¿Entonces lo que quieres apostar es en quien morirá, Yoru?- mirándolo con ojos inquisitivos - Apuesta a que yo moriré - luego cambia su gesto a una mirada fría - Me encargaré de cazar de una u otra forma a cada oso mugr-oso que se vendió al bicho ese de dos caras... sea en votaciones o sea mediante sus propias cacerías. - queda silente de nuevo, observando y esperando.

El hecho de que no tuviera respuesta por parte de su querido Kenji-chan parecía haber molestado nuevamente a Yoru Bochi, más aún si cabe que otra persona decidiera de forma traicionera meterse en aquella conversación para presentarse voluntaria a desaparecer.

-Si, si, si... -comentó mirandose la mano entretenido- Como tu digas...

Volviendo al asunto en particular, el muchacho volvió a girarse hacia su querido Kenji-chan. No iba a irse sin una respuesta por su parte.

-Supongo que puedes escogerla a ella... aunque no creo que lleguemos a probar la leche en nuestros labios si así lo hacemos... Así que... ¿Por que no volvemos a lo de antes?.  ¡Respóndeme con un nombre!. ¡El que tu quieras!.

¡Kenji-chan! ¿Quien quieres que desaparezca?.

La joven rubia terminó su nuevo dibujo tras unos minutos con mucho cariño y elegancia en cada trazo que imprimió en la lámina, como si en verdad estuviese acariciando el rostro que estaba dibujando con todo detalle. El dibujo que realizó resaltaba por la predominancia en tonos azules, siendo la hermosa Kukiko Batsuda la representada con una cálida sonrisa, la misma que había ofrecido al acercarse a Shiina por primera vez. Al finalizar su obra, Mashiro le entregó el retrato con ambas manos como un regalo o presente para la joven pelirroja, que esperaba aceptase con agrado.

- Es para ti. Un regalo. - y tras aquello, la joven guardó los lapiceros en su estuche, que junto al bloc de notas, los colocó con mimo en su mochila para una nueva ocasión en la que volviese a pintar. Me gusta el azul.

Sorprendida por el hermoso dibujo que hizo Mashiro, sonrío complacida y le doy un abrazo muy sentido. 

- ¡Muchas gracias Mashiro-san! - digo y me pongo roja. - Lo siento... Es que nadie ha dibujado algo para mi antes... es super importante y lindo esto. 

Luego de aquel momento que para mi es emotivo, siguen las palabras y ahora que el chico de las gafas se había calmado, sigue el de la leche dale que dale. Nadie quiere tirar la piedra, y es lógico, una persona en su sano juicio no estaría cayendo en este juego peligroso. Se convierte en un asesino y quién sería capaz de admitirlo abiertamente... ¿Nadie?

- Nosotras juntas, esto es muy peligroso... - susurro en el oído de la rubia. 

El chico, insistente como él solo, parece haberse molestado por no recibir respuesta por mi parte. Pero es que a cada palabra que me dirige, mi paciencia empieza a verse más y más agotada; y eso que soy una persona que siempre intenta mantener la compostura y las formas. "Está obsesionado con la leche y ahora diría que está obsesionado conmigo. Esto es genial" -pienso con la intención de darme media vuelta para alejarme de esa zona.

-Por favor, déjame tranquilo, Yoru... -digo con gesto cansado. Esta vez ni he utilizado el sufijo de afecto-. Ya te he dicho que no voy a acusar ni señalar a nadie. Vete a molestar a otro... -pese a mi tono de voz, es más una súplica que una orden.

El rostro de Yoru cambia completamente, como si el infantil y alegre muchacho amante de la leche hubiera sido convertido en un grotesco monstruo salido de las pesadillas más profundas de un adolescente trastornado. El ojo visible se abrió de par en par y las venas comenzaron a enrojecerse y marcarse, a la par que una macabra sonrisa se desdibujaba en el rostro del muchacho.

¡ME DIRÁS UN NOMBRE O EL QUE DESAPARECERÁ SERÁS TU! 

¡ESTA ES TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD! ¡KENJI-CHAN!

¿HA QUEDADO BLANCO Y EN BOTELLA?

El muchacho había tenido una transformación, y lo que antes parecía ser una súplica o incluso una extraña forma de jugar, ahora se había vuelto una amenaza con la voz gutural que este amante de la leche había puesto acompañado de esa macabra sonrisa. Sin lugar a la menor duda, había mostrado, la que quizás fuera su verdadera cara...

El repentino cambio en su rictus y esa mueca de locura que ensombrece su rostro me pilla por completa sorpresa. Es como si de un momento a otro un ente hubiera poseído el cuerpo del chico. Sin embargo, a pesar de la sorpresa inicial, intento serenarme respirando hondo y pensando en notas musicales y en partituras que he interpretado en otros momentos de mi vida para relajarme y no cometer una estupidez. Hasta que suelta una amenaza velada hacia mí en forma de ultimátum. Estaba sobrepasando los límites de mi paciencia.

-De acuerdo. ¿Qui-quieres un nombre a toda costa, no? Pues diré el tuyo, ¡Yoru Bochi! -exclamo, apretando los puños-. Y ahora, si ya estás satisfecho... déjame en paz.

Sírveme votando y usando tu Monotool en quien sientas que debas hacerlo, durante todos los días.

Note que el pequeño me dio ya ordenes, pero me acerco y me agacho. Con una actitud sería le hablo al pequeño.

No puede, eso es ser egoísta  con los demás, solo puedo obedecer hoy y aun no puedo usar mi monotool hoy, así que hasta hay llega tu favor junto a mis capacidades, espero haberle servido bien.

Con eso me pongo derecho y me pongo en medio para ver si alguien me pide un favor, mientras me quedo viendo al chico Leche y al chico de gafas numero 2 con mucha curiosidad. 

La sonrisa macabra se desdibujó del rostro de Yoru Bochi tan rápido como Kenji le dijo un nombre, y aunque el nombre que le había dicho no era el mejor de todos, a fin de cuentas era el suyo propio, al menos tenía bastante claro que su querido Kenji-chan no lo estaba ignorando. Al contrario, pareciera como si este lo tenía muy presente, tanto como para ser el primer nombre que este muchacho nombrase en una situación de tensión. ¿Acaso confiaba tanto en Yoru Bochi?. ¡Qué bonito!.

¿No ha sido tan difícil, verdad?

¡Aunque me apena tener que abandonar tu lado tan rápido!

¡Pero si Kenji-chan dice que yo soy el que desaparecerá tendrá razón!

¡Antes de que llegue el próximo día, yo ya me habré ido!

¡Si alguien se despierta temprano, quizás me vea marchar de madrugada!

¡Soy un simple lechero! ¡Y la leche es mi pasión!

¡Pero que tu boca no se agrie Kenji-chan! ¡Aún tenemos tiempo para pasarlo juntos!

¿Qué cosas sueles hacer para divertirte? ¿Qué es la leche según tu opinión?.

Veo a la tal hermano del Kazuki, al parecer son como dos gotas de agua, mientras ve el Show del chico Yoru y Kenji. y me reí un poco porque el Mayordomo no puedo cumplir la orden de Kazuki.

_jeje

Mientras yo ya sentía como la sangre se estaba hiendo a mi cerebro, ¡Ahora todo la sangre esta en mi cerebro y con ello mi inteligencia! ahora haré mi jugada maestra.

Me paro y me acerco al mayordomo .

¡¡¡EN ESE CASO, ES MI TURNO DE PEDIR UN FAVOR!!!

Con la actitud mas sería y con mucha confianza, pido el favor al Mayordomo.

¡Has me un licuado!

Al oír a la pequeñaja alabar mi inteligencia, sonreí con alegría y de dirigí rápidamente hacia ella. ¡Qué niña más mona!

—¡Graaaacias!  —exclamé, y a continuación le pellizqué cariñosamente las mejillas con ambas manos—. Tú también tienes pinta de ser muy lista. Seguro que trabajando en equipo podemos cazar a los malos —le dije, con el tono de quien habla con un bebé—. Por cierto, ¿cómo es que estáis vosotros dos aquí? ¿Tenéis algún hermano mayor en la escuela? —pregunté finalmente, con curiosidad.

El chico gordo se mantuvo en silencio dándole vueltas a todo: la muerte de un compañero que nunca llegaría conocer, el hecho de que el director fuera un oso de peluche espeluznante y adorable a partes iguales y simétricas, que estuvieran atrapados y deban buscar a los acólitos del Oso llamados... Lobo-Osos..., que todos tuvieran Monotools de características diferentes, por lo que era normal pensar que los que los querían muertos, también tuvieran mas capacidades ademas de atacarlos, todas aquellas reglas que fácilmente se podían retorcer como hiciera el chico de los lentes y sobre todo la que mas le hacia dudar de si mismo. Que afuera había ocurrido algo que habían olvidado y no pudieran ni imaginar. Eso ultimo le hizo pensar si realmente solo estuvo inconsciente treinta minutos aquel día antes de la presentación o fueron muchos mas, tantos como para pasar algo malo en el mundo que no podamos imaginar.

Cuando estaba a punto de tener sus pensamientos en orden para poder ordenar a sus cortas piernas que reaccionaran alquilen lo hizo por él.

-¿Que? -Alzó la vista para ver la mano de Bim Von Bam. -Ehh... ya, gracias. -Dijo ayudándose de su compañero para levantarse del suelo y limpiar sus rodillas acto seguido. -Solo... solo necesitaba un minuto para intentar comprender todo esto. -Mintió, ni en una semana podría tranquilizarse. -Es que esto es de locos... Se que somos el escalón mas bajo, ¿Pero hacer este tipo de cosas con nosotros? ¿Por que? -Siendo una clase de reserva entendía que el resto los miraran por encima del hombro, pero de eso a obligarlos a matarse entre ellos era algo grotesco.

Aunque sus preguntas se vieron ligeramente opacadas por la conversación entre dos de los chicos, uno de ellos hasta empezaba a dar miedo. -¿Que están haciendo? Realmente hay gente muy rara, ¿Crees que lo que dice es cierto?

Azura estaba sollozando en el suelo cuando empezó a escuchar que todos hablaban muy tranquilos y sin preocuparse de que habían asesinado a uno de sus compañeros, así que comenzó a limpiarse las lágrimas de los ojos - así que al final si era una broma de novatos - la peliazul ya había asumido que este juego no era real y decidió dejar de parecer débil.

Viendo como la pelirrosa no parecía hacer demasiado caso a la chica con mirada somnolienta, decidí acercarme al otro chico con gafas que miraba hacia la nada.

– De verdad crees que todo esto es un sueño? En cualquier caso si eres consciente de que estás soñando, sería un sueño lúcido y no es algo que pase a cualquier – dice mientras mira de arriba a abajo al chico.

Vi como nuestra 'sospechosa', la chica con la que íbamos a hablar, nos ignora por completo, yéndose a hablar con la recién presentada, Katsumi.

Me quedo durante unos pensando; ¿Debería insistir?

No creo que nos sea de utilidad, no hasta que muera alguien y se de cuenta de que esto no es ningún juego.

Miré a los presentes en la sala, aprovechando que ahora todos se habían presentado. Había algunos que eran bastante sospechosos o raros, como el chico de la leche -Yoru Bochi-, o el gamer -Kadogemu Monka-, pero ya había gente encargándose e ellos.

Entonces, miré al mayordomo -Miyamoto Aoyama-. Quizás podía sonsacarle algo de información.

Tú, chico.

Me acerqué a él, no sin antes mirar a mis dos compañeros de investigación. El chico se había ido a hablar con uno de los que estaban en pánico. Asentí y seguí con el chico.

Si no te importa a quién servir, entonces supongo que no te importará decir tu bando, monotool y objetivo, no?

Perdona que vaya tan directa, pero tu discurso me ha hecho sospechar algo, y quiero confirmar si es lo que pienso o no.

Veo que alguien se acerca, y es chico de hace rato que se había apartado del grupo, su orden me levanto la ceja, pero una favor es un favor.

Mañana en la mañana tienes tu licuado... aun hay que saber si hay cocina.

Se acerca una chica y esta hace preguntas a mi persona.

Por la reglas, no puedo decir directamente, es eso o tener mi cabeza como trofeo, pero si te puedo decir que mi objetivo es no ser asesinado por la noches y que mi gran secreto, es que mi voz vale el mas. 

Espero haberte servido con mucho gusto.

¿Sinceramente? Estaba satisfecha con su respuesta; por ahora era el que más había colaborado, y había ayudado a saber para qué podría ser útil.

Asentí y me retiré.

Estaba cansada; quería sentarme en el suelo y despertar cuando todo hubiera pasado, pero sabía que eso no era posible, así que seguí con mis deberes.

Busqué entre la sala quienes pensé que me podrían dar más información o ayudar, y me hice una pequeña lista tras las normas. Pensaba pasar por todos, pero estaba segura de que no quedaba mucho hasta la primera noche y quería asegurarme de tener un mínimo de conocimiento sobre todos.

Como estudiante, siempre llevaba un bolígrafo en alguna parte, así que lo saqué de mi bolsillo y me puse a escribir.

Una vez estuve, me dirigí a uno de los chicos que más interesante me había parecido, el poeta.*

Antes estabas hablando bastante y ahora estás muy callado, ¿Estás pensando en algo, o te has quedado sin versos que recitar?

Hmmmmmmm...

Miguel llevaba un rato un tanto alicaído para cuando Ito se le acerco a hablarle.

Pensando.. meditando entre las rimas y todo éste juego...

no sabría decirlo... me parece muy incierto..

¿ por que el da ese nombre...? ¿ o por que ella elije azul ?

¿ tendrán consecuencias mas adelante...? ¿ o serán simple Swoosh...?

Apuntando tanto al chico con gafas o a la tipa con el dibujo en mano, aunque luego de unos segundos deja escapar un suspiro y recupera su animo normal.

gracias por su tiempo señorita aletargada...

quizás en este día conocí a una aliada...

pues sin tantas dudas y molestias en mi cabeza...

puede que a Miguel se le ocurran rimas mas frescas...  

El cambio de Yoru me descoloca más si cabe. Ha pasado de mostrar una sonrisa macabra a una sincera y cercana; es como un chico que sufre un trastorno de personalidad múltiple. Niego con la cabeza al escuchar lo que dice de que desaparecerá antes del amanecer.

-No digas tonterías... -comento antes de darme media vuelta.

De inmediato lo ignoro y me voy a otro lado de la estancia, acercándome sin mediar palabra a los alumnos que parecen racionales y no tienen la mente en la vía láctea o en la dimensión de la leche, que es donde juraría que la tiene el chico. Permanezco, entre las idas y venidas, atento y abriendo bien los oídos a lo que comentan los demás.

Viendo que la pelirrosa parecía estar demasiado ocupada con absolutamente nada, Chiyoko ladeó la cabeza y miró a su compañera investigadora. Hay más que investigar... Sonrió al escuchar al mayordomo y estiró los brazos a su espalda. Nos queda poco tiempo. Dando saltitos, avanzó hasta donde estaba el chico grande con la gorra murmurando referencias (Kadogemu). Al llegar, apoyó el brazo contra la pared en la que estaba apoyado, acercándose incluso demasiado a él y ladeó la cabeza.

- Oye, oye, suenas a que te sabes muchas referencias. Dime, ¿alguna vez has visto algún juego de este estilo? ¿O una película que se le parezca? ¿Cómo crees que acabará? ¿No te preocupa morir? - con cada nueva pregunta, ladeaba la cabeza de un lado a otro, todavía sonriente. No parece que se haya asustado por nada pero tampoco parece importarle nada. O nada de esto, al menos.