Partida Rol por web

HLdCn: El Legado de Caín II - Semillas de Destrucción

Un Sitio a Recordar

Cargando editor
16/12/2013, 00:56
Zyllah

Escuché todas sus palabras sin decir nada. Memorizando mentalmente las señas y sumándolas a las anteriores. - Tocar el arma para el voto. Muñeca para ir de farol. Pan para el pajarito si nos contaminan. Mp3 para pedir más tiempo. - En cierta forma recitarlo mentalmente hacía que pareciese más fácil. Como si fuese un juego. Como las apuestas de las primeras noches. Sin embargo, era plenamente consciente de que eso ya había pasado. 

Asentí a su propuesta de caminar en silencio y solté su mano un instante para ponerme de pie sin tener que soltar a Àine. Una vez en pie, esperé a que él también se levantase para coger su mano de nuevo antes de empezar a andar, perdida en mis pensamientos y con la mirada baja. Sentir la seguridad de que fuese como fuese iba a morir antes de las siguientes votaciones me provocaba un intenso frío por dentro, que ni el agradable sol de Zagam conseguía remitir.

Cargando editor
16/12/2013, 01:23
Eko Létang

Los pasos de Eko junto a Zyllah eran lentos, pero firmes. Se esforzaba en actuar como si se hubiera recuperado de lo de antes, a pesar de que su mente volvía una y vez al pasado.

Tardó más de lo habitual en reaccionar a lo taciturna que se encontraba ella. Mientras caminaban, ya perdida la posición en su regazo, Àine les acompañó aleteando a su lado durante algunos segundos, antes de subirse a uno de los hombros de ella. Aún no había terminado de acostumbrarse a su caminar, pero sólo era cuestión de tiempo. Y de alguna manera el pájaro también sentía que estos momentos eran un bien cada vez más efímero.

- Eh, niña. - Le dijo Eko tras un rato caminando juntos. - Sabes que si el Lince decide hacer el idiota Àine va a estarte esperando, ¿verdad? - Preguntó, dándole un pequeño empujón amistoso para apartarla de sus pensamientos.

Cargando editor
16/12/2013, 01:32
Zyllah

Su empujón me hizo levantar la cabeza y lo miré, haciendo un esfuerzo por esbozar una pequeña sonrisa mientras asentía levemente. - Lo sé. Aunque no sé si quiero que lo haga. - Respondí, encogiéndome de hombros antes de permanecer un par de segundos en silencio y apartar de nuevo la mirada. - Sabes que si van a por mí esta noche lo más probable es que ya no tenga ninguna posibilidad, ¿no? - Intentaba hablar de ello con naturalidad, como si estuviese hablando del tiempo, a pesar de que mi voz dejaba traslucir lo mucho que me afectaba la idea. - Si eso pasa... No quiero que te preocupes por mí, ¿vale? Me... quedaría más tranquila si supiera que seguirás adelante y todo eso. No quiero que malgastes nada en traerme de vuelta para que Yormund vuelva a matarme. Seguro que encuentras formas mejores en que usar lo que tengas. Aunque si puedes salvar el sello por mí, pues te lo agradeceré mucho desde el sitio ese de Kaldreade. 

Cargando editor
16/12/2013, 01:46
Eko Létang

Eko escuchó las palabras de Zyllah. La noche se acercaba cada vez más, y desde luego esta prometía ser la más incierta hasta el momento.

- Bueno, - Respondió. - tengo un par de planes al respecto. Y sólo uno de ellos pasar por matar a Tetsuo. - Añadió como si se tratara de una broma. - No voy a contarte nada, porque no quiero darte falsas esperanzas. - Le dijo luego. - Pero desde luego no voy a dejarte tirada.

Después Eko se quedó unos segundos callado, sin saber muy bien qué más decir. Era extraño pensar que por una vez ella fuera el objetivo prioritario de alguien que ni siquiera era un traidor. Había que ser gilipollas. ¿Quién esperaba Yormund que se quedase guardando el sello?

Mientras tanto, en la otra realidad, Eko se acercaba a Andrew, y en esta una media sonrisa se iba formando en su rostro al hablar allí.

- Chúpate esa, Andrew. - Murmuró satisfecho.

Cargando editor
16/12/2013, 02:01
Zyllah

Me encogí de hombros ante sus palabras. Ya suponía que tendría miles de planes, pero la verdad es que no se me ocurría ninguno que funcionase a tiempo. No podía hacer más que pedirle lo que ya le había pedido. Solté su mano despacio para desatarme el jersey de la cintura y giré un poco la cabeza para hablar hacia Àine. - Pajarito, tienes que levantarte un momento... - Le dije suavemente antes de ponérmelo. 

Metí entonces la mano en el bolsillo para sacar el hilo y empecé a jugar con él mientras caminaba. Estaba sucio y desgastado y de nuevo eso me parecía una especie de metáfora. No estaba prestando mucha atención a lo que sucedía en el otro lado, así que cuando Eko habló de nuevo no supe a qué se refería exactamente. Asentí distraída con la cabeza, mientras seguía dándole vueltas al hilo, una y otra vez. Hasta que finalmente suspiré y hastiada lo retorcí entre mis dedos hasta que se rompió. Dejé caer entonces los dos pedazos al suelo y me metí las manos en los bolsillos buscando alguna piedra con la mirada para darle patadas mientras caminaba. 

Cargando editor
16/12/2013, 02:13
Eko Létang

Cuando Zyllah se dirigió a él Àine se mantuvo suspendido en el aire, con su particular zumbido, mientras ella se ponía el jersey. Y en cuanto lo pasó por su cuello se subió a su cabeza, esperando a que terminara para bajar de nuevo a su hombro.

- Mimí poseía el Último Legado. - Le recordó entonces Eko, insistiendo. - Creo que morir al menos una vez es una costumbre en tu familia. Y no es tan malo. - Dijo entonces con un suspiro, caminando ya separados. - Le pasa a los mejores.

Luego Eko continuó caminando a su lado, sin nada más que decir por el momento. Comprendía que se sintiera así, por muy poco que le gustara.

Cargando editor
16/12/2013, 02:41
Zyllah

Tras un par de minutos caminando en silencio, ensimismada en mí misma, suspiré. No tenía que ser muy lista para darme cuenta de que Eko estaba intentando animarme. A su manera. Después de lo que le había hecho yo hacía un rato, todavía se esforzaba por intentar que me sintiera un poco mejor. Tragué saliva, sintiéndome culpable y arrepintiéndome de mi actitud e hice un esfuerzo por sobreponerme y apartar mi mente de todo eso. Lo busqué con la mirada y me acerqué a él antes de hablar con voz suave, forzando una pequeña sonrisa.

- No te preocupes, ¿vale? Estaré bien. Es sólo que se acerca la noche y ya sabes que la incertidumbre no me sienta muy bien... - Intenté  hablar como si esta noche fuese igual que las demás. - ¿Por qué no nos sentamos y me tocas algo? - Propuse, intentando relajar el ambiente. - ¿O me abrazas sin más?

Cargando editor
16/12/2013, 02:50
Eko Létang

- Anda, ven aquí. - Dijo Eko de inmediato, extendiendo los brazos para rodearla con ellos. Una mano comenzó a acariciar su espalda con firmeza, intentando reconfortarla, mientras la otra iba por costumbre a su nuca. - Ni Àine ni yo vamos a dejar que te quedes atrás. Si no confías en mí, hazlo en él. Palabra de pájaro. - Susurró en su oído. - Y si finalmente no viéramos cómo, nos encargaremos de que el sello no se abra por lo menos hasta que vuelvas.

Luego se quedó un par de segundos callado, liberando la mano de su nuca para acariciar su pelo y su cara.

- Y a mí me parece que la incertidumbre te sienta muy bien. - Le dijo entonces. - Se te ponen los ojos del color de las nubes en tormenta. Y eso a Àine le encanta.

Cargando editor
16/12/2013, 03:01
Zyllah

Sus palabras me sacaron una sonrisa. Triste y pequeña, pero sincera, mientras rodeaba su cintura con los brazos y escondía la cara en el hueco de su cuello. - Palabra de pájaro... - Como si el pobre pajarito pudiese hacer algo... 

Cuando continuó hablando moví la cabeza para buscar sus ojos. - ¿Y a ti? - Pregunté, esbozando una sonrisa de medio lado e intentando que dejase de excusarse siempre en el pajarito.

Cargando editor
16/12/2013, 03:09
Eko Létang

- A mí me gustan siempre, no sólo en la tormenta. - Respondió Eko con tono seguro, mirándola a los ojos como quien los examina para emitir un veredicto. Poco a poco en sus labios se formó una leve sonrisa y sin decir nada más los acercó a los de ella, dejando un lento y cálido beso en ellos. El pájaro, mientras tanto, había dado un pequeño saltito del hombro de ella al de él, huyendo del contacto físico que ambos mantenían. Sin embargo, se había girado para poder observarla de cerca, con cuirisidad,

Sus dedos se detuvieron en su cuello, y durante un instante su mente volvió a cómo antes los sucesos de la otra realidad una vez más los habían interrumpido. Y todo lo que pasó después.

Pero no era momento de eso. Eko apretó un poco más su abrazo, sintiéndola contra sí, antes de emitir un corto suspiro.

- Aún no sé por qué lo hice, - confesó - pero me alegro de haberte besado. - Le dijo mientras una media sonrisa se tomaba forma en su boca. - Creí que me pegarías.

Cargando editor
16/12/2013, 03:25
Zyllah

Sus palabras y sus labios no eliminaron el frío que sentía crecer desde mi pecho, pero al menos lo detuvieron, impidiéndolo extenderse más. Me apreté contra él intentando que algo de su calidez se me pegase y traspasase mi piel. 

Con sus últimas palabras no pude evitar una risa suave, que no terminaba de concordar con la tristeza resignada que había en el fondo de mis ojos. - La verdad es que yo aún no sé por qué no lo hice. - Confesé, recordando aquel momento que había cambiado todo. Mis ojos buscaron los suyos y arrugué la nariz antes de bromear. - Debería haberte dado una buena tunda por propasarte así conmigo. 

Levanté un poco los talones para besarlo yo ahora, dejando simplemente mis labios sobre los suyos varios segundos sin moverlos, sintiendo su suavidad y la calidez de su aliento. - ¿Podemos sentarnos? - Pedí cuando nos separamos, recordando lo bien que me sentí entre sus brazos la noche anterior.

Cargando editor
16/12/2013, 03:43
Eko Létang

Eko recibió el beso que Zyllah le daba aparentemente calmado, como si fuese uno más. Sintió el tacto de sus labios, el pequeño hormigueo que le provocaba en los suyos y finalmente su aroma alejándose,como si aplazase algo que volvería a suceder pronto.

Con un asentimiento de cabeza Eko se separó de ella, comenzando a caminar con el brazo en sus hombros. - Sí, debiste dármela. - Afirmó entonces, en un claro tono de broma. Luego se encogió levemente de hombros. - Pero supongo que no pudiste resistirte a mis encantos. - Añadió apretándola levemente contra él.

Mientras sus pasos los guiaban lentamente hacia la parte de fuera del arco que solían compartir, Eko no paraba de darle vueltas a qué hacer si a ella realmente le pasase algo. Era algo inevitable, que poco podían hacer para cambiar. Y más síólo un rato antes del anochecer.

Una vez allí Eko no esperó a que ella se sentara. Se colocó cerca del bajo, para no tener que levantarse luego si quisiese tocar, y le hizo un gesto para que volviese a colocarse entre sus piernas.

- Oye, ten cuidado. - Bromeó antes de que ella se se moviera. - A ver si te va a resultar incómodo. - Le recordó con una media sonrisa.

Cargando editor
16/12/2013, 04:04
Zyllah

- Claro... Será eso... - Musité en respuesta a sus palabras mientras caminaba pegada a él hasta el lugar donde estaba el bajo en su funda. 

Cuando se sentó me coloqué como la noche anterior, de lado, para poder mirarlo, y apoyé la cabeza en su pecho, soltando una risita ante su advertencia. - Ese día habría sido incómodo. Y muy raro. Aún no te conocía. - Terminé, encogiéndome de hombros y pensando durante un instante en cómo había cambiado todo entre nosotros. 

Cargando editor
16/12/2013, 12:10
Eko Létang

Cuando Zyllah se recostó sobre él Eko la rodeó con los brazos. Una pierna se encontraba en vertical, doblada en contacto con su espalda, y la otra apoyada de lado contra el suelo. De inmediato Àine buscó su lugar, tal y como se encontraba en la otra realidad.

- Nimiedades. - Respondió cuando ella habló, bromeando, antes de permanecer unos segundos en silencio, intentando darle algo de calor. Quizá se había precipitado escogiendo a Megan. Había sido un impaciente y un avaricioso. Viéndolo ahora, si en lugar de ella hubiera tomado el poder de Alice, seguramente ahora no tendrían nada que temer. Sí, Yormund probablemente se tomase su venganza, pero después se quedaría desarmado, y ellos aún tendrían una cadena.

Por suerte tenían a Tetsuo, que ya volvía a ser el de siempre.

- Tú también has cambiado mucho. - Le dijo entonces. - Y no sólo conmigo.

Cargando editor
16/12/2013, 12:56
Zyllah

- Yo no he cambiado. - Respondí, encogiéndome levemente de hombros y dejándome abrazar. - Lo que pasa es que no sabes cómo era antes porque nunca te habías fijado en mí. 

Guardé silencio entonces, haciendo un esfuerzo por dejar de darle vueltas a lo mismo una y otra vez y finalmente estiré el cuello para posar los labios en el suyo, bajo la oreja. - Por si acaso pasa algo y no volvemos a vernos... - Comencé a hablar de nuevo con tono tenue, sabiendo que no le gustaría que lo dijese en voz alta, pero sintiendo dentro de mí la necesidad de despedirme una vez más. Como haría Yannick. - Quiero que sepas que me ha gustado mucho conocerte. Que Àine y tú sois lo mejor que he encontrado en este lugar... Y que esté donde esté pensaré en vosotros. Sé que saldréis adelante si eso sucede. Te agradezco todo lo que me habéis apoyado estos días y si todo fuese diferente, me encantaría que pudiéramos seguir conociéndonos con calma... 

Suspiré, sin saber muy bien cómo poner en palabras lo que sentía, era demasiado grande y demasiado intenso como para que algunas pocas sílabas le dieran realmente significado. Me incorporé para mirarlo y busque su mirada entonces con el rostro serio y empecé a hablar en voz baja de nuevo. - Bésame hasta que nos duerman, por favor. - Pedí, escrutando el interior de sus ojos oscuros. Necesitaba dejar de pensar, dejar de sentir miedo a lo que sucediese de noche, esconderme de todo al menos durante un rato. - Y no te detengas pase lo que pase allí. - Estaba harta de que nos interrumpieran siempre. Al final nunca nada era tan importante como parecía. Y si lo fuese tampoco íbamos a poder cambiar nada ya. Las cartas estaban echadas y ya no se podía cambiar de mano.

Cargando editor
16/12/2013, 13:39
Eko Létang

Cuando Zyllah comenzó a hablar Eko levantó una ceja, escéptico. ¿Que no había cambiado? Estaba claro que no se veía a sí misma desde fuera.

Luego, cuando se acercó a susurrar cerca de su oído, un escalofrío recorrió la espalda de Eko. Sus palabras se mezclaban con el calor de su aliento, marcando cada sílaba y dándole aún más relevancia. Escuchó todo lo que tenía que decir, mientras poco a poco las palabras iban calando en él. Habría correspondido de forma recíproca, pero este no era su momento.  Sobre ella, Àine se movió ligeramente cuando pronunció su nombre, antes de acurrucarse un poco más, pero Eko sólo asintió con rostro serio.

Al volver a encontrar su mirada de nuevo estuvo tentado de actuar en la otra realidad. De liarse a tiro. Entre Àine y él podrían con prácticamente todos los que quedaban. O si no morirían en el intento. Sin embargo, simplemente suspiró.

Entonces ella hizo su petición, y algo se tensó dentro de él. Verla así en esta realidad y tan ausente en la otra se le hacía extraño, y le hacía sentir impotencia.

Buscó la mano de ella, entrelazando los dedos de ambos desde atrás, con la palma en su dorso, y se acercó a sus labios. Este no sería ni mucho menos el último beso, él se encargaría. Sin embargo, sólo por cómo se encontraba ella y porque ella sí lo sentía así decidió no echar la solemnidad del momento explicándoselo.

El primer roce fue lento extremadamente lento. Besó su labio inferior antes de tomarlo entre los suyos, despacio, dando comienzo al beso más tierno que habían compartido.

Cargando editor
17/12/2013, 00:26
Zyllah

La música se abrió camino hasta mi cerebro lentamente, atravesando capas y capas de sopor mientras me hacía consciente poco a poco de que mis pulmones seguían moviéndose. Me quedé en silencio sin abrir los ojos, temerosa de lo que encontraría al hacerlo, dejando que mis sentidos se llenasen de lo que me rodeaba. El olor a sangre de la otra sala me golpeó con fuerza. Mi mente seguía dividida en tres. Y sentía los rayos del sol calentar mi rostro. Moví los dedos imperceptiblemente y la suavidad de Àine me llegó a través de ellos. Estaba viva y no podía creérmelo. 

Abrí los ojos entonces, despacio, respirando profundamente aliviada y moví la cabeza, que descansaba sobre el cuello de Eko, para buscarlo con la mirada. Me sentí avergonzada por todos mis miedos de la noche anterior. Había estado tan segura de que no podría abrir los ojos esta vez... Aún me quedaba el otro problema, pero con el amanecer y pudiendo respirar, me era difícil preocuparme por ello.

Con mucho cuidado para no despertar al pajarito me giré un poco, poniendo los labios exactamente en el punto donde la oreja de Eko se unía a su cuello, y empecé a susurrar. - Buenos días... 

Cargando editor
17/12/2013, 01:07
Eko Létang

Eko se resistía a despertar. La certeza de que si uno solo de los asesinos había creído en la teoría de Yormund de que todos debían morir al menos una vez probablemente habrían ido a por Zyllah le hacía temer el amanecer. Sin embargo, aún notaba su calor. Esperaba que no fuera el de su cadáver reciente, al menos. ¿Cuánto tardaba un cadáver en enfriarse dentro de una ilusión? ¿Realmente desaparecía como le habían contado, o eso también sería distinto esta vez?

No recordaba en qué punto exacto se habían quedado dormidos a este lado. Sólo el miedo de ella, el frío que parecía sentir, y ese beso eterno, que deshacía los minutos uno tras otro, sin ningún tipo de prisa ni apuro.

Un leve movimiento le sacó una sonrisa. Estaba claro que estaba viva. Eso, o Zagam era un auténtico hijo de puta, pero se decantaba más por la primera opción. Y cuando su voz le acarició de esa manera esa sonrisa se amplió. Entreabrió uno de sus ojos, con fingida somnolencia, antes de hablar.

- ¿Cinco minutos más no son una opción, verdad? - Le preguntó con la voz ligeramente ronca, de un humor inmejorable. Sólo dos muertos. Y aunque Gabriel era alguien en quien confiaba, desde luego era mejor noticia que la falta de ella.

Cargando editor
17/12/2013, 02:00
Zyllah

- Incluso diez más si quieres. - Respondí bromeando, sintiendo cómo la felicidad de estar viva crecía en mi interior desde mi estómago. 

Recogí al pajarito con la mano que lo rodeaba y lo subí hasta la altura de mis ojos. - Hola, pajarito... - Le dije con una sonrisa enorme antes de acercarlo a mis labios para darle un beso en la cabeza. 

Entonces Tetsuo se quitó la vida en el otro lado y me quedé inmóvil en este lugar mientras mi boca se abría por la sorpresa. - ¿Pero qué...? ¿Por qué ha hecho eso? - Dije en los dos sitios al mismo tiempo antes de girarme para buscar los ojos de Eko. - ¿Está loco? ¡Ya no podrá traer a nadie de vuelta!

Cargando editor
17/12/2013, 03:05
Eko Létang

Con una suave modorra Eko tiró un poco de Zyllah, mientras iba despertando en ambos lados de realidad. Annie estaba viva y Gabriel muerto, lo que eran malas noticias. Pero desde luego no eran las peores que podría haber.

Cuando besó a Àine, el animal comenzó a moverse un poco, dejando de estar acurrucado para mirarla durante algunos segundos, moviendo un poco las alas al nuevo día.

Sin embargo, cuando Tetsuo decidió por propia iniciativa quitarse la vida, Eko abrió los ojos de golpe, sin entender qué coño estaba haciendo. Y ya cuando Marceline dijo que no estaba con los demás su expresión fue de horror.

- Mierda... - Murmuró - Ya no podré tomar su don. - Dijo, como si eso fuera lo realmente importante. Y es que la opción de traer a la gente a la vida se esfumaba entre sus manos.