Partida Rol por web

Las voces de los demás se podían escuchar incluso en la distancia, el sonido de mi motocicleta desencajaba particularmente, pero ¿a quien le importaba? a mi no; me estacione observando la catedral, su aroma lo sentían de forma intensa en este lugar, me intrigaba descubrir que tenia este pueblo para que ella viniese aquí.

Las dos Melknhar intercambiaban un par de frases y se les unía el otro del mismo legado; todos desconocidos mostrando esa desconfianza inicial; sentado en la moto continúe observando, las velas iluminaban de forma especial una noche destinada a celebrar la víspera de los muertos, o una tradición que con el tiempo se volvió una actividad infantil que ahora casi se ha perdido, una brisa fría recorría las calles, acariciando los rostros de los únicos que estaban afuera, los viajeros citados por...quizás que motivo, instinto o destino.

Era imposible no preguntarse ¿por que los habitantes de Oldland no estaba en las calles? ¿Qué ocultas? ¿a quienes ocultas?, me quite las gafas y el casco, inspire profundo, sin duda su ahora estaba cerca, ¿Dónde estas?. Podía imaginar tu voz, incluso tu mano acariciando mi mejilla, la esperanza de volverte a ver era mi motivación y mi esperanza, una sonrisa melancólica se dibujo en mi rostro.

Tras la maravillosa y asombrosa actuación ofrecida por Ithan no puedo más que sonrier sacar una brillante moneda y lanzársela. –Aquí tenéis como pago por vuestro espectáculo... y recuerda, no es todo oro lo que brilla.

Y así como fue el centro de atención por unos segundos este paso a un segundo plano tras la llegada de los nuevos. Por ende Madame Butterfly se acicalaba el plumaje mostrando una indiferencia total ante la actuación del trilero de poca monta.

Miro a mi alrededor y empiezo como aparecen entre las caras de amabilidad, los primero actos de sarcasmo, lo cual solo nos dice, que empezarán a aparecer las primeras rencillas.

muevo la cabeza en señal de negación y me vuelvo a Gabrielle:

- y tu Gabrielle cuéntame de donde eres y preséntame a tu compañera, también quiero conocerla- le dije mientras miraba un poco de lejos a su Compañera.

El pequeño panda comía con gusto su último trozo de pan cuando la mano de Ithan se le acercó. Nimah lo observó con atención y lanzó un garrazo hacia la mano. No quería que le retiraran la comida. Se lo terminó con gran velocidad y envolvió el cuerpo de su compañera hasta llegar al cuello y acomodarse.

Vexy mira a Ithan con un rostro de inquietud, ya que no parecía saber mucho de animales. Luego rió divertida y acarició la cola de su compañero para observar cómo todos aquellos que llegaban trataban de relacionarse. Curioso era que dos mujeres, similares en apariencia, estuvieran preguntando por un lugar para hospedarse. Al parecer, no conocían lo que había sufrido Oldland hasta ese momento, pero no era como si la pelirroja fuera a decir algo.

Mientras acariciaba a su compañero, pudo ver algo que llamó en sobremanera su atención. Un violín y un Melknhar que lo portaba. Ella nunca había podido ver uno y siempre había querido escucharlo. Con gran velocidad, corrió hacia el Melknhar y con los ojos bien abiertos, casi como si quisiera absorber toda la vista del hermoso instrumento, se dirigió al portador - ¿Es tuyo? ¿Podrías enseñármelo? - Nimah subió a su cabeza y se enroscó de tal manera que formaba una especie de turbante mullido. La chica siempre había querido escuchar un violín y el felpudo animal parecía percibir algo en el ambiente, algo que se acercaba, algo que presagiaba lo que se estaba tejiendo en Oldland.

Ithan mira la moneda lanzada por Zoar, luego la moneda que lanzo el mismo a los pies de Zoar,de nuevo la suya y la de el, Mira o bien intentas jugar conmigo a los tazos o eres un disminuido psiquico que busca suicidarse, en el peor de los casos A y B son correctas, mi consejo es que tome las dos monedas, con una intentes buscarte un "nuevo mejor amigo" y con la segunda moneda compres vaselina para que te vuelvas a follar a tu pajaro o el entre de nuevo en su nido jajajaj,  pone las manos juntas y hace como que separa algo estrecho.

En todo caso no soy como Poe, no te avisare tres veces, ahora olvidame y ve a darle alpiste a tu pollo.

- Ni A, ni B son correctas... me ajusto el sombrero. Simple y llanamente te pago con la misma moneda. Y en algo estoy de acuerdo contigo será mejor que nos olvidemos. Levanto levemente el sombrero a modo de despedida.

Brif no se esperaba un ataque. Al ver que una chica, que había pasado desapercibida para él por estar sobre un árbol, se abalanzaba sobre él, se sobresaltó y se puso en guardia ante la repentina aparición de Vexy, llevando una mano al estuche donde guardaba su violín. No habría conseguido sacarlo a tiempo, la velocidad de la Eve era demasiado grande como para que un Melknhar pudiera competir. Por suerte, la pelirroja no quería atacarle. Era curiosidad lo que sentía.

Aliviado, sonrió a la chica y la evaluó con una mirada curiosa a ella y a su panda rojo. Vaya, que animal más curioso. No había nada parecido de donde vengo. Dijo, recuperando la compostura mientras sacaba el violín. Lo normal es encontrarse aves o animales de caza. Eran los más útiles y, de donde venía, o eras útil, o eras hombre muerto.

Tomó el violín con la mano izquierda y el arco con la derecha, con una delicadeza extrema. Me llamo Brif, encantado. Le dije, mirando a los ojos a la chica. Es difícil encontrar uno de estos hoy en día. Me costó mucho encontrarlo. Entre tanto caos y destrucción, algo tan frágil como un violín resultaba inútil e insignificante. Leña para el fuego.

Apoyé el instrumento sobre mi hombro, cerca del cuello y toqué la canción que pensé que era más adecuada para la ocasión. Era una canción tranquila, bonita y algo triste. Nostálgica. La concentración del joven se había centrado en su instrumento, como si todo a su alrededor hubiese desaparecido.

Cuando acabó, se quedó unos segundos con el violín apoyado hasta que lo bajó. Espero que te haya gustado.

No estaba acostumbrada a hablar demasiado, pero después del piropo a Nimah, quien continuaba en posición de alerta, la joven sonrió y le dijo - Soy Vexy - animales de caza. Su rostro cambia por un momento a una expresión más triste y luego se repone para continuar.

- Vengo de un lugar salvaje, así que conozco gran variedad de animales - acaricia la larga cola de Nimah, quien se sobresalta y mira a su espalda pero al ver que se trata de la mano de Vexy, se tranquiliza.

- Los pandas rojos son buenos cazadores, a pesar de su apariencia - sonríe y mira expectante el violín. El Melknhar lo toma con gran naturalidad y comienza a tocar una hermosa canción. Por un momento, recuerda su tierra, aquella pequeña casa donde pasó una buena temporada de su vida, cómo conoció a Nimah y sintió nostalgia. Estaba tan determinada a llegar a Oldland y ahora que ha llegado, descubre que aún siente tristeza por todo lo que ha ocurrido. Nimah también se veía atraído por la música y baja de la cabeza al hombro para acercarse lo más posible al violín, aunque sin tocarlo. No quería arruinar aquel momento.

La melodía termina y Nimah recoge su cuello, mientras Vexy dice sonriendo - Gracias - era como un sueño cumplido.

- ¿Cómo lo conseguiste? - miraba la fina y reluciente madera, sus terminados y su arco maravillada. Siempre había vivido aislada y poder experimentar eso la colmaba de alegría.

Su mirada danzaba de un lado a otro, en algunas ocasiones movía la cabeza para saludar e incluso sonreía con calma, pero en otras solo desviaba la mirada para no incomodar a las distintas personas que llegaban. Sus manos subieron de manera lenta sobre los brazos acariciándolos en un intento de aliviar el frío, pero después bajaron hasta quedar a la altura de los codos. Se quedó en silencio, como hasta el momento.

Las distintas voces que se colaban en su cabeza le sonaban del todo desconocidas, ninguna de ellas era familiar y eso la hacía sentir aún más solitaria. Quizás si él estuviese allí las cosas serían distintas, pero no era así. Desde su posición, no muy alejada de donde estaban Ithan, Zoar y Nessa, escuchó lo que ocurría. Su ceño se frunció ligeramente y después alzó la cabeza para ver que era lo que pasaba, de fondo podía escuchar la suave sinfonía de un violín, realmente sonaba bien. Era incluso relajante... Sin poder evitarlo su violácea mirada se clavó en el instrumento y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios de manera tímida. Era la primera vez que algo tan simple como aquello conseguía hacerla sonreír.

Con un suave, pero rápido movimiento su mirada se clavó en los hombres que parecían sentenciar aquella riña de la mejor forma posible. Y en cierto modo el primero le pareció realmente educado, pero el segundo... Kimberly negó despacio con la cabeza.- No deberías hablar así del animal, señor...-No estaba tan lejos como para que Ithan no la escuchase, tras eso sonrió levemente. Ella no quería meterse en aquello, no iba con ella, esa fue la razón por la que su comentario solo quería hacerle ver que si algo tenía, podría ser en contra del dueño del Cuervo, pero no de él. Eran cosas completamente distintas.

Dando unos cuantos pasos se aproximó a Zoar y alzó la mirada al cielo.- Es elegante... Tiene un color que puede hacer ver cosas erróneas, como que es un animal maldito, pero yo creo que es realmente hermoso y todo lo que hablan de él son simples mitos y leyendas atribuidas a su color o costumbres.-Bajando la mirada lo miró esta vez a él.- ¿Có-como se llama? -Parpadeó un par de veces, pero volvió a esconder su mirada. Ser "diferente" a los demás siempre la había incomodado. Cuando era más pequeña muchos la señalaban por ser albina. Piel blanca, cabello casi plateado y ojos violáceos ¿Podía haber algo más extraño para aquellos simples mortales con los que se crió? Claro que no.- No me presenté, disculpa. Me llamo Kimberly.-Esto último lo dije en un tono que si alguien aparte del hombre con sombrero estaba cerca podría escucharlo.

Ithan escucha el comentario de Kimberly, entonces se siente un poco mal, no conoce de nada a esta gente, no tiene que pelear con nadie,no es una trifulca mas de un bar lleno de la escoria de la sociedad, entonces la mira y con la mayor sinceridad del mundo le dice Lo siento si han molestado mis palabras,ehmm Kimberly? creo que te has presentado asi, siento ser tan tosco y a la defensiva,pero me senti quizas erroneamente atacado por la manera del hablar de Zoar, no os conozco de nada y toma aire por la nariz y lo suelta despacio, no sois del tipo de escoria del que suelo rodearme, es mas hacia siglos que no escuchaba una cancion tan preciosa interpretada con tal sentimiento, reitero mis disculpas a los presentes y al cuervo de Zoar.

Dicho esto se sienta en su moto y le comenta al violinista, serias tan amable de seguir tocando,por favor? 

Por delante del camino de Dante y sus dos amigas Melkhar se escucharon pasos apresurados que se acercaban a su camino, pero antes apareció entre la oscuridad un ave en vuelo rasante, una con vivos colores en contraste con los grises de la ciudad, un ave que se detuvo en seco, para posar su cuerpo en el camino, dar un salto, alzar vuelo hasta la rama mas cercana y dejar paso a la silueta de quien provenían los ruidos de carrera.

Melina salia de entre las sombras desandando lo andado al escuchar ligeramente y gracias a su amigo, aquella hermosa música que la traía recuerdos de su familia. Parada entre la ligera luz y oscuridad, se paro a escuchar, cerro los ojos y alzo los brazos dejando ver las piernas desnudas debajo de su abrigo, así como los pies negros y descalzos. Y comenzó a bailar. Girando una y otra vez con cada nota que escucho, siendo acompañada por el cabeceo de su animal, y el largo cabello que la rodeaba a cada vuelta. Hasta que la música ceso y el parloteo de la gente que dejo atrás volvió a escucharse.

Fue solo entonces cuando abrió los ojos y sorprendida se sintió observada.
-¡El es al otro lado!-Grito su amigo antes de echar vuelo de nuevo y desaparecer por el camino que llego.

Melina un tanto sonrojada simplemente sonrió, hizo una reverencia exagerada y se dio la vuelta para volver por donde había llegado, el camino que daba como final la catedral.

La posición de Marion, estudiándola como un enorme felino, hizo que la sonrisa de Lylian aumentase mientras sus ojos adquirían un brillo plateado. Y al escuchar la voz del hombre su ceja se arqueó suavemente adoptando una expresión divertida ante sus palabras que desvelaban la sabiduría de su legado. 

Ofreció su mano enguantada para estrechar la suya y asintió, respondiendo a la sonrisa del hombre con la suya propia. - Hay llamadas que no es posible eludir. - Dijo entonces, estudiando los ojos del hombre más de cerca. - Lylian. El placer es mío. - Hizo una pausa, dejando que Dam saludase también a Marion y escuchó los ecos de una discusión lejana. Sus ojos se aguzaron pero no fue capaz de distinguir quién discutía o por qué antes de que una melodía tan hermosa y dulce como melancólica llegase a sus oídos poniendo un color aterciopelado y acorde a la noche.

Y por lo que pareció, la música también sirvió para amansar a las fieras, pues la agresividad de las voces se disolvió. Aunque algo le hacía pensar a la mujer que no tardarían en alterarse nuevamente. 

Con las últimas notas del violín discurriendo por cada recodo de las calles de Oldland, Lylian volvió a mirar a sus acompañantes. - Yo también vengo de Francia. - Comentó hacia la otra joven antes de mirar a Dam. - ¿Y usted? ¿Desean que caminemos juntos? Al fin y al cabo, terminaremos todos en el mismo lugar. - Terminó, encogiéndose de hombros con un gesto descuidado pero cargado de una elegancia y una languidez innatas.

Aprieto los puños casi preparado para saltar ante una posible pelea cuando noto la tensión creciente entre el hombre del cuervo, Zoar y el Melknhar Ithan. Y no es hasta que se acerca más gente y la situación parece pasar a una tensión... distinta que no relajo ligeramente los puños y vuelvo a ser consciente de mi entorno por completo. Me inclino ligeramente ante el cuervo Butterfly a modo de saludo y cuando Kimberly menciona el mal augurio no puedo evitar añadir un pequeño matiz.

"En la cultura árabe son considerados animales guardianes de la sabiduría además de un símbolo de vida."

Y sin mucho más que añadir, parece que varios comienzan a dirigirse hacia la enorme catedral, además de fijarme en una torre de reloj que se alza cual vigía. Me encojo de hombros, ese destino me parece mucho mejor ahora mismo que cualquier otra opción así que comienzo a encaminarme.

Ithan se enciendo un pitillo y ofrece a los presentes, Intenta no hablar,por el momento a hablado demasiado pero se queda mirando el cuervo, la verdad que es un animal precioso.

Me propuse volver para cambiar algo en mi vida,pero buff despues de años errante con la minima compañia de mi moto, no es que se me de muy bien el relacionarme......

Nessa se ofendió mucho con el insulto de Zoar ¿Cómo se atrevía a llamarla payasa? Solo había intentado ser simpática con él, incluso se interesó por su oficio como artista callejero. Agachó la cabeza un poco avergonzada y arrepentida de su efusividad, se sentó de nuevo de espaldas al tronco y continuó observando a los presentes esta vez en silencio.

- Um... - Murmuró con la mirada clavada en las dos chicas, Marion y Lylian, que decían ser de Francia hasta que las perdió de vista. Desde que empezó a llegar gente junto al árbol ellas dos eran las más misteriosas, el resto parecía ir a su aire pero ellas en cambio parecían saber algo que Nessa ignoraba. 

¿Y por qué no hay nadie de la ciudad entre nosotros?

Estrechó la mano de la Melknhar con suavidad pero firmeza, parecía que el bastón no le hacía más falta que a cualquier otro miembro del legado. La mano del hombre no estaba enguantada, era tan pálida como el resto de su rostro, si Lylian no llevase guantes podría notar que es suave al tacto, a pesar de lo resquebrajado de su piel. Una sonrisa afable se dibujó en su rostro.

- Pero, dígame... ¿Acaso intentamos eludirla? - platea con una sonrisa astuta.

Mira hacia atrás al escuchar la discusión. Se queda un momento escrutando a quienes discuten, escuchando el intercambio de comentarios. Chasqueó la lengua y negó con desaprobación la actitud, parecía bastante decepcionado con la actitud de su igual. Entonces, otro hermano comenzó a tocar el violín, una melodía tan agradable que hizo que todos los ánimos se calmasen. Miró al muchacho del violín y le dedicó un silencioso aplauso, mientras inclinaba la cabeza a modo de admiración: "Me quito el sombrero" parecía decir. 

- Disculpen - dijo volviéndose a sus compañeras -. La música es algo que me fascina, no he podido evitarlo - sonrió con algo de inocencia en su divertido gesto -. Será un placer caminar con tan agradable compañía. Tras ustedes. 

Dejó que las mujeres comenzasen a andar para empezar él a seguirlas. 

- Oh, ¿de dónde vengo? - volvió a retomar el tema -. Inglaterra. Pero al fin y al cabo... ¿no somos todos parte de un mismo lugar, de este, nuestro mundo?

Escucho brotar entre las notas de un violín el idioma de los dioses. Una vez terminada la pieza observo con algo de preocupación la reacción de los presentes. Siendo de gran agrado el ver que no hay comentarios despectivos hacia el Melknhar y su música. Es mas a conseguido todo lo contrario, loable, muy loable.

- Es todo un placer escuchar una buena pieza y más si con ella satisfaces los deseos de una bella dama. Dedico una mirada a Vexy. En ese momento un graznido suena en la quietud de la noche y dirigiéndome a Madame con una sonrisa en la boca. -Mejorando lo presente...  sois una presumida incorregible.

Al poco una voz tímida suena detrás mía y para su sorpresa se trataba de la mujer albina que salía en defensa de Madame Butterfly. Escucho la conversación que mantiene con Ithan y una vez han terminado.

-Disculparme un segundo Kimberly debo de zanjar cierto asunto y estaré con vos.

Vuelvo mi atención a Ithan. -Os guste o no os guste me considerare como parte de los presentes. Y no hay nada más sabio por vuestra parte que el saber disculparse en el momento oportuno. Y yo sería un necio por mi parte el no aceptar esas disculpas. Así que por lo que a mí respecta asunto zanjado. Busco con la mirada a Madame la cual sigue acicalándose como si con ella no fuese el asunto. -Mmm... Esto ya es harina de otro costal pues es orgullosa y testaruda  como nadie. Esta noche mantendré una conversación con ella y la hare entrar en razón aunque no será fácil. Me masajeo el entrecejo unos instantes. Esperaos cualquier cosa de ella...

- Bien, lo prometido es deuda Kimberly. Me agrada escuchar vuestras palabras aun así no os preocupéis. Pues allí donde fuéramos siempre nos miraran como pájaros de mal agüero. Es algo que ya tenemos más que asumido... ¿verdad que si preciosa? Digo a Madame la cual responde con graznidos. -Su nombre es Madame Butterfly y ella os da las gracias por...  Está al escuchar su nombre se estira orgullosa pues sabe que está siendo observada. -Sois incorregible Madame. Ladeo la cabeza incrédulo. Acepto ese pitillo... si no hay reparos. Vuelvo a dirigirme a Kimberly Os da las gracias por alagarla y llamarla elegante.

Cuando Speeir le preguntó de dónde venía, la expresión de Gabrielle se entristeció. - Vengo de lejos... - Empezó a responderle, pero sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando escuchó la discusión que se estaba llevando a cabo allí al lado. 

No pudo evitar dirigir su mirada hacia los dos hombres que discutían y su ceño se frunció. Ithan, el mismo que había entrado haciéndose el simpático y dándole alimentos a los animales que allí se estaban reuniendo, acababa de amenazar a uno del legado de Eve con matar a su cuervo. Instintivamente se volvió para mirar a Dama, no soportaría que alguien le hiciera daño. Cuando ella estaba mal, el dolor se agarraba a su alma y apretaba con garras de acero. No iba a permitir que nadie se acercara e intentara darle de comer. Después de lo que acababa de presenciar, no pensaba fiarse de nadie que no fuera del legado de Eve. 

Volvió a centrar su atención en Speeir y una sonrisa nerviosa aleteó en sus labios. 

- Perdona, ¿qué me habías dicho? - Sus ojos negros se estrecharon al escuchar como alguien rasgaba las cuerdas de un violín. El ambiente parecía relajarse, pero ella continuaba sintiéndose incómoda. - Dama, sí, me pedisteis que os la presentara, pero ella es tímida y si no conoce a alguien no le gusta que la toquen - . Se volvió e hizo un gesto para que el gamo se acercara. Dama se puso a su lado y olisqueó un poco el aire, apoyando finalmente su hocico en el la mano extendida de Gabrielle. 

La extraña joven dirigió de nuevo su mirada hacia la ciudad. El descanso había terminado, debía continuar su camino hacia la catedral. - Tengo que llegar allí - Murmuró y se mordió el labio. ¿Qué era lo que ocultaban aquellas piedras? Hacía mucho tiempo que sentía que tenía que viajar a esa vieja ciudad, pero no se había decidido hasta hacía unas semanas, y por fin allí estaba. 

Volvió a mirar a Speeir y sus labios se torcieron en una suave mueca. - Perdona, he de continuar mi camino - . Le dijo mientras se recolocaba su mochila en la espalda.

Dando un pequeño brinco se gira hacia Ithan cuando habla, con un rápido movimiento de cabeza niega mientras sonríe levemente.- Sí, me llamo Kimberly, podéis decirme Kim...-Aclara. Tras eso se queda pensativa unos segundos, pero después vuelve a hablar con calma.- No debes disculparte conmigo, tan solo quería... Que vieses que tus palabras fueron erróneas en ese momento. Todos tenemos motivos para exaltarnos, pero creo que no debemos pagarlas con quienes no hicieron nada. Aún así, te has disculpado con ambos y eso dice mucho de ti, quizás otra persona se hubiera girado tranquilamente y se hubiese alejado sin mediar palabra. Pero tú no.-Alza levemente los hombros, para después volverse hacia el cuervo, mirándolo en silencio. Ella esperaba la respuesta de Zoar y este se la dio, aunque no la esperada. Asintió suavemente siguiéndolo con la mirada.

Girándose levemente observó al otro chico que se unía a la conversación. Nathaniel.

Sin perder palabra alguna sobre lo que decía el otro joven asintió con la cabeza.- Lo sé, yo tan solo quería dejar ver que lo que suele decirse sobre los Malos Augurios no es cierto. A mí me parece un animal noble y elegante.-Su mirada se clava en Nathaniel.- No solo los Árabes tenían esas creencias, los nórdicos también lo veían como un símbolo de sabiduría por su gran inteligencia. Pero por ejemplo en la mitología griega es todo lo contrario e incluso en la biblia se le ve con malos ojos... Idioteces nada más.-Cruza sus brazos a la par que retira la mirada y niega con la cabeza. Cuando él se aleja lo sigue con la mirada. La catedral, ese enorme y majestuoso edificio.

Antes de darse cuenta Zoar estaba de vuelta. Le dio nuevamente la bienvenida con una calmada sonrisa.- Cómo le decía a el otro joven, creo que eso no son más que tonterías ¿Por qué un ave tan inteligente se la asocia a algo así? ¿Por su pelaje? ¿Por el comportamiento? Me parecen cosas tan infantiles que me hacen reír.-Un leve rubor apareció en sus mejillas, pero al ser tan clara el efecto pareció doblarse.- Discúlpame... Hablo demasiado, pero llevaba tantos días sola que...-Sacude la cabeza y alza la mirada hacia el cuervo.- Es un placer, Madame Butterfly y no debéis agradecerme nada.-Respondió cuando él se la presentó y transmitió ese mensaje. Volviendo a mirarle se quedó unos segundos callada, dudosa.- ¿Y usted es...?