Partida Rol por web

Me había sentado apoyada en Wardjan, mientras acariciaba sus patas, atentas a las discusiones que continuaban y los celos que se mostraban, pero cuando Olenna hizo tal acusación mi mirada cambio a seriedad absoluta.

-¿Estas segura de eso Olenna?- pregunte esperando su confirmación, después mire a Katalina con frialdad, sintiendo como el sentimiento de odio comenzaba a gestarse, en cierta forma confiaba en la palabra de Olenna, ¿por qué no lo haría?, creo que es demasiado directa y sincera en sus palabras y claro, no todos comprenden y aceptan su personalidad tan peculiar.

-Por favor explícate, por que juro que si ella mato a Roy y Linda, deberá pagar...-

Aprieto los puños al ver cómo se desencadenan los actos. Sencillamente increíble, a mitad de paso entre lo asombroso y magnífico y lo brutal y visceral.

Se veía venir...

Mascullo entre dientes. Y traté de advertirle.

Y lo que sigue es una discusión sobre comida, cadáveres, humanidad... Saco el viejo libro y lo abro para buscar unos versos, mientras de reojo alzo la cabeza para prestar atención a sus gestos no hablados. Cuando la gélida mujer habla del portador de la peste cierro el libro y vuelvo a guardarlo, sin mediar palabra. Me acerco al cuerpo del caído y veo que ya está cargándolo y sencillamente le presto mi hombro para que, al igual que el chico del panda, pueda tener al menos algo de dignidad.

Sin embargo, me detengo en un momento dado cuando escucho claramente una acusación. Giro el cuello para prestar un poco más de atención, sin dejar de cargar el cuerpo.

¿Algo de sabiduría?

Pregunto en un susurro al aire, con expresión interrogativa en mi rostro.

Cuando Theora se acerca asiento a sus palabras ya que compartíamos el mismo pensamiento,  por ello la sigo con la mirada hasta que toma asiento en un lugar apartado. Al incorporarme en cuestión de segundos, admiro lo mordaz y directa que Olenna puede ser, aquella actitud me agradaba notablemente. 

 - En la discusión por el panda no me he metido y respeté sus opiniones al respecto. Prefiero como dice Sylvia que mi lobo coma una rata,  que exactamente fue lo que hizo, para saciar su hambre y continuar de forma pacífica con lo que sigue. Recuerda los animales que nos rodean y lo difícil que será controlarlos si no logras compensar en algún aspecto. A pesar de ello me agradas. Tenía que decírtelo. - respondo a la chica del bastón esbozando una media sonrisa mientras que me dirijo hacia donde estaba Theora,  tomando asiento a su lado. 

Desde aquel lugar alejado,  noto como Katalina es declarada una asesina. Olenna era muy directa y algo debe haber captado para realizar tal incriminacion, lo importante es que la pequeña reacciona ante ello rápidamente. Desconocía los motivos de aquella mujer para asesinar a un muchacho que siempre se mostró benevolente y su panda era inofensiva, esto era crueldad en su máximo desarrollo. 

Y gracias a esta declaración, sujeto la mano de la niña unos segundos en señal de apoyo y continuó atenta a las conversaciones en general. Obviando claramente las indirectas mordaces. 

Aquella acusación le sorprendió muchísimo, tanto que incluso olvido la provocación anterior para enfocarse lo que era verdaderamente importante. “Sigue sin ser gracioso, en especial porque viene sin mayor razón que para confrontarme.” Comento tras recuperarse un poco de la sorpresa que había recibido.

“Yo no mate ni a Roy ni al panda. No he matado a nadie de los que han muerto.” afirmo no solo a la mujer del palo sino a los que parecían empezar a creerle. “Confieso que me sorprende que decidas señalarme a mí de todas las personas presentes. Aunque no me parece extraño que señales a alguien rapidamente, despues de todo debido a que lo ultimo que has hecho hasta ahora ha sido acercarte a otras personas para cuestionarlas como si hubiera algo malo en ellos.” Devolvió aunque era claro que quien tenia que decir mas era Olenna que había echado la acusación al cielo como si no hubiera consecuencia alguna por su acción. "Continua por favor no retrocedas ahora."

Tras explicar aquel chiste la actitud y la mirada de Olenna han recobrado el desafío implícito, sosteniendo aún la mirada de la mujer flotante. Sus iris, normalmente marrones, se habían convertido en sólo un delgado anillo alrededor de una pupila totalmente dilatada.

Desde esa posición, con los músculos sólo en la leve tensión de quien se mantiene todo el día en guardia, escucha las preguntas de la niña y asiente lentamente con la cabeza. También oye las de la mujer lobo, pero no se detiene a responderlas: no es momento.

—Segura —afirma con determinación. Sin embargo un poco más tarde, cuando la niña pide explicaciones, niega—. Explicarme es decirles qué tengo y qué sé—enuncia, y por si no ha quedado claro añade unas palabras más—. No voy a decir qué tengo y qué sé. Pero ella mató a Roy y a Linda —asegura antes de tomarse un segundo para inspirar y exhalar sin prisa, y en ese momento dedica una mirada a la niña y se lleva un dedo a la sien, tal y como había hecho un rato antes—. Y a Katie.

Tras esas palabras presta atención a la respuesta de la mujer flotante. Su mirada vuelve a ella con la misma convicción, y no la aparta en ningún momento.

—Es gracioso —insiste—. Pero no lo entiendes porque estás ocupada asustándote. —Tras esas palabras ladea un poco la cabeza—. ¿Por qué te sorprende que te señale a ti? —pregunta entonces—. ¿Creías que disimulabas y nadie te veía? —prosigue antes de que vuelva a aparecer el atisbo de una sonrisa.

—Cuestionar no es malo —responde entonces, como si con esas cuatro palabras estuviera desmontando la pobre argumentación de la mujer—. Matar inocentes es malo. Cuestionar sirve para encontrar culpables —expone antes de que su sonrisa se amplíe con una mezcla de desafío y orgullo—. Yo he encontrado una. Al menos.

Fiona desde su posición observó como el Eve de las ratas era ajusticiado y como la niña mostraba la naturaleza de la que estaba hecha, pese a la crueldad de la escena la abogada no se inmuto, había visto muchas cosas como humana y la sangre de su legado era fuerte...

 Mientras todos iban exponiendo sus acusaciones y sus pullas Fiona le dedicó una mirada a Raffariel, que permanecía a su lado, la presencia de aquella chica le resultaba agradable e incluso se permitió alisarle con la palma de la mano una arruga que se le había hecho en el cuello de la camisa de la chica.

- Es una niña... pero un semidemonio a la vez- contestó a la preguntada lanzada al aire por Raffariel- pero me gusta más ahora que se ha mostrado como es- sonrió mientras buscaba un nuevo cigarrillo se lo ponía en la boca y lo encendía con un chasquido de dedos. La abogada dejó que el humo la envolviera mientras escuchaba con atención las acusaciones, las últimas palabras de Olenna consiguieron que sus ojos se posaran primero en ella y luego en Katalina. Dio una calada con la elegancia que la caracterizaba, con las piernas cruzadas y recostada ligeramente hacia atrás... como si fuese una mera espectadora y permaneció callada, haciendo sus propias conjeturas.

Vyka sonrió levemente ante las palabras de Smel solo escuchó cómo todas las discusiones se desarrollaban. Ante la pregunta de Smel solo dijo - Sí, se repetirá -. Al sentir los aplausos del Grovehn, Vyka se gira con una mirada fulminante hacia él y decide no decirle nada. No podía estar más de acuerdo con Nora, la hipocresía era abundante en ese lugar.

Lo último que reveló Olenna hizo que Vyka no pudiera sino girarse hacia ella con asombro. Era increíble pero el cómo no quería saberlo, no sin exponerla ante aquellos que querían asesinarlos. Miró a Katalina y luego a Alastor y a Deidre y dijo - Eso explica por qué Katalina se ha alejado de Alastor. Es posible que estén juntos en esto y por ello, apenas nos hemos visto encerrados, decidieron separarse un poco, para no ser relacionados. Además, también explica por qué el Grovehn parecía tan decidido a luchar antes de entrar pero apenas nos vimos encerrados, no hizo sino tratar de mostrar que no quería luchar, incluso ignorando de frente una crítica por su afrenta - sonrió de medio lado y miró a Olenna.

- Yo apoyo tus palabras. La hipocresía ronda aquí - miró a Deidre esta vez y luego a Nora con una sonrisa, mostrando su aprobación a sus palabras. No podía entender cómo unos Eve no podían comprender lo que era ello. Si bien el hombre de las ratas no debía ser perdonado, el hecho de irrespetar su cuerpo le parecía algo poco reflexionado.

- Tal vez debería comerse solo una pierna de la panda, es lo mismo, ¿Verdad? Si regresa, aún estará su compañera, así le falte una pierna - lo decía con tono de reprobación pero no dijo más. Nunca había conocido a unos Eves así, realmente le parecía increible.

- Siguiendo las palabras de Olenna -, esperó un momento para confirmar que hubiera dicho su nombre correctamente - tiene sentido que aquellos que quieren asesinarnos estén tratando de no ser relacionados entre ellos, así como es de esperar que no todos hayan ido por Sarghagas. Sé que lo he señalado porque lo consideraba culpable, en cambio ustedes atacan para simplemente desacreditar a los otros y retirar miradas de su parte. Tal vez el bajo perfil es más conveniente para un asesino que llamar demasiado la atención - sin decir nada más, miró a Olenna con el rostro firme y una media sonrisa.

- Increíble. Soy probablemente el único que está promoviendo un espacio de conversación tranquilo y en el que podamos organizarnos para ver que está pasando y se me acusa así. ¿Perfil bajo? Me he expuesto el que más, he hablado claro para que todos me escuchen y he atraído la atención sobre mi mismo. No hago más que tratar de que hablemos sin disputas y se me acusa más que cuando metía cizaña. - Saco mi cuchillo y le doy un par de vueltas - Pues listo, como prefiráis. Aunque veo claros instigadores del caos aquí la verdad.

Apunto a Vyka con el cuchillo.

- Tratad de justificaros cuando queráis por cierto. Habéis matado a Sarghagas, y con la cantidad que érais le podíais haber reducido sin problemas, pero era más sencillo y placentero matarle, ¿eh? Y luego ir acusando como si otros fueran culpables. ¿Tienes planeado algún paseo nocturno hoy, encanto? Seguro que sí. Si no llego al día de mañana ya sabéis que ha pasado... Pero me da lo mismo. Si venís a por mi más o vale que sea en manada o me llevaré al menos a uno conmigo.

Dicho lo cual escupo en el suelo con disgusto y me retiro a la estatua del angel de nuevo, donde me dedico a darle vueltas a mi cuchillo. Suficiente de tratar de ser el chico bueno, la mayoría de esta gente no parece querer trabajar en equipo.

Kat la miraba seria y molesta mientras seguía provocándola con lo gracioso de la situación. “Seguro que es gracioso para ti, vos sos la que acusa a otra persona de ser asesina y te aprovechas de su sorpresa junto a la imposibilidad de probar algo a estas horas de la noche. Porque como vos, yo no puedo explicarme o confirmar nada.” Le devolvió suspirando mientras se cruzaba de brazos.

“Por mi parte no entiendo bien porque pretendes que disimule, yo hace años que no disimulo lo que en verdad me da algo de felicidad en la vida que son los hombres y las formas en que los hago sentir. Aunque tampoco voy a quedarme con el mismo si este no se interesa por mi y se va con la primer pelirroja interesada que encuentra…” sentencio no solo mirando mal a Alastor, sino también a Dreida y por ultimo a Vyka. “Fue eso lo que nos separó aunque no es que no lo haya estado mirando hasta ahora.” Comento con una pequeña sonrisa que desapareció rápidamente ya que no era el momento de esos pensamientos.

“Cuestionar en tu sentido es ir acusando gente con unas pocas palabras esperando que ellos se defiendan de alguna forma. No vayas a decir que no ha sido asi, la diferencia que ahora has decidido seguir acusándome a mi y supuestamente te has expuesto mas.” Le corrigió sus palabras esperando que no fuera la única que notaba su hosca actitud con la mayoría.

Poco a poco Olenna va sintiendo en sus hombros las miradas de muchos de los presentes, pero tampoco es que le preocupe. Así sucede, por ejemplo, con la anciana, que aunque no dice nada al respecto la chica entiende que las está mirando. Aún pendiente de la mujer globo oye a la chica de los gritos.

Su cuerpo y su cabeza le dicen que ese no es momento para analizar sus palabras, así que las deja en algún lugar del suelo de su memoria para recogerlas más tarde. No parece que se haya planteado las cosas como ella lo hace, ni de una forma tan racional ni relacionando las cosas de esa manera, pero tampoco parece en desacuerdo. Como conclusión no opina ni a favor ni en contra más que para asentir mostrando que entiende lo que dice, y más cuando la otra asegura que apoya sus palabras.

Cuando el falso rey habla ni se plantea responderle. Esa no es la batalla que está librando en ese momento, y los enemigos hay que mantenerlos a raya, pero enfrentarlos uno a uno. Sin embargo es evidente en su expresión corporal que no tiene ninguna fe en las cosas que dice.

Y al final llega la nueva respuesta de la mujer globo, cómo no. Es cada vez más claro que la situación divierte a Olenna sobremanera, como si la mujer fuera un animalillo que está metiéndose más y más a la desesperada en una trampa que ella misma se ha puesto.

—¿Me he aprovechado de tu sorpresa? —pregunta apenas ella empieza a hablar, frunciendo un poco el ceño, como si no entendiera a qué se refiere. Luego sigue oyendo sus argumentos y se encoge de hombros, aunque no tarda en corregirla—. Tú sí puedes explicarte y confirmar —le dice—. Ya has hecho las dos. Yo también puedo explicarme y confirmar, pero no quiero —expone, haciendo un breve gesto hacia la niña para indicar que ya le ha explicado a ella los motivos. Después vuelve a las preguntas.

—¿Es hora mala para que te acusen? —enuncia antes de negar con la cabeza—. Si mañana es como hoy es la mejor. Queda toda una luna y un sol para ti... —dice, y al mismo tiempo que una sonrisa se dibuja en su rostro una de sus manos señala al chico de las cartas—. O no.

Luego deja que siga hablando, pasando por alto por el momento el asunto de los hombres que tan poco parece importar a Olenna y dejando que siga explicándose después, cuando habla sobre lo que es o no es cuestionar.

—Cuestiono a todos —dice entonces, como si eso reforzase todas sus palabras anteriores, mientras su sonrisa se ladea—. Te acuso a ti. No he acusado a más.

Y después de todo eso la cabeza de Olenna vuelve al asunto de los hombres. Por un momento evalúa a la mujer, preguntándose cómo será la versión de ellos al respecto. El brillo de sus ojos vuelve a ser como si algo acabase de hacer clic en su cabeza, pero esta vez no ríe, sino que niega con la cabeza.

—No es gracioso —dice entonces a la chica—. Porque dices que te da felicidad cómo los haces sentir, pero se van a otras y tú flotas a otro enfadada—entonces ladea un poco la cabeza, mirándola con una pizca de curiosidad—. ¿Cómo los haces sentir entonces? —pregunta antes de negar con la cabeza—. No importa: es triste. Eres triste. Asesina graciosa y mujer triste —Entonces sí vuelve a reír—. Eso sí es gracioso.

Las palabras de la pelirroja eran la excusa fácil para eximirse de sus pecados,  puesto que señalando con el dedo o usando un tono imperante se cree la soberana de la verdad.  Admirable,  sin embargo es la primera en exponerse cuando la sangre corre.  Muy inteligente,  si señor... Pienso al ver como se asocia a Nora buscando confrontación porque la idea es clara, necesita a alguien para poner en la horca. 

Negando con la cabeza, observo como apoya a Olenna ya que la cree fuerte pero es ella quien no tiene una justificación sólida. Solo busca carroña, en cambio la chica del bastón va directo y sola se hace cargo. Aquí era una espectadora,  no me agradaba meterme en conflictos mundanos porque no era lo mio. 

Acariciando el lomo de Tyr contemplo la escena,  a mi lado se encontraba Theora y pese a que sentía aprecio por la niña, permanecía a su lado en silencio. Claro está, analizando la conversación reinante y las excusas de Katalina sobre los hombres. Lo gracioso es que no me acerqué a Alastor para seducirlo y las féminas así lo creían por las caricias a mi lobo.  

Ignorantes...

Musito para mi,  cualquier excusa era buena para señalar. Veremos que sucede cuando sea al revés. 

Haathee podía percibir a través del suelo cómo los pasos de unos y otros se volvían nerviosos según se acercaba el atardecer. Nimay también. Y los ojos de ambos recorrían a los presentes, deteniéndose en algunos más que en otros. Hasta que de repente la agresividad que se olía en el ambiente terminó desatándose. 

Hombre y elefante miraron a ese que se había erigido como un rey sin súbditos, lo cual a ojos del hombre era lo mismo que no ser rey. Y a su vez sintieron una mirada que provocó extrañeza en ellos. Cuando todo pasó, contemplaron a la mujer melknhar con el ceño fruncido, respetando, pero no comprendiendo. 

Nimay no se inmutó al ver a la niña bebiendo sangre, pero cuando sintió que la pequeña buscaba su mirada, asintió con la cabeza. 

—Eres lo que eres, Theora. No hay marcas en tu piel, necesitas la sangre para vivir —resumió, con el mismo tono con el que un padre podría explicar a su hijo que el día sigue a la noche. Y al hilo de eso, dedicó una mirada a los que querían devorar las ratas del eve que había caído—. Sin embargo, vosotros... Justificáis la gula y la venganza como supervivencia. Pero somos semidemonios, no necesitamos comer cadáveres como unos Aghori para poder mantenernos. Un poco de sangre es suficiente. Y ella tiene razón —añadió, señalando a Vyka con un leve ademán—. Hacéis lo mismo que os irritaba de él. Sus ratas son parte de su alma. Todos los cadáveres merecen respeto.

Miró a Olenna con esas palabras. La joven había vuelto a explicarle uno de sus chistes y si la situación no fuese tan tensa, tal vez se habría reído, más con el hecho de que lo hiciese que con el chiste en sí. Sin embargo, negó con la cabeza sólo esbozando la sombra de una sonrisa. 

Sus ojos se dirigieron a la disputa que estaba teniendo lugar entre Olenna y la mujer flotante. Su mirada incluyó también a Alastor cuando Vyka lo nombró y asintió levemente mientras ambos, hombre y elefante se acercaban con el mismo paso acompasado hasta llegar junto a ella. 

—Tienes sabiduría. Como ellos también la tienen —añadió, mirando al anciano vietnamita y a la mujer de piel oscura. 

No dijo más, en aquel momento le parecía más importante escuchar y observar las cosas que podían salir a la luz. Se cruzó de brazos y dejó que su mirada se deslizase entre Olenna, Katalina y Alastor, contemplando cada detalle y atendiendo a cada palabra. Sin embargo, también tenía un ojo puesto en la niña. No había reaccionado a tiempo para protegerla en el combate por estar mirando hacia otro lado y aunque no había sido necesario, no quería que eso volviese a suceder.

Asintió a la pregunta de Smel, antes de mantener fija la mirada de asombro al observar en vivo sus mayores temores, producidos por las peores historias se hacían realidad. Incluso la mas mínima duda hacia objetivo a un hombre que su única marca fue la amabilidad del resto, dudar de aquello y señalarlo, por eso ¿En que situación le ponía al hombre?

Con esta evidente duda, se quedo callado expectante, observando la hipocresía occidental ante los muertos. Al parecer un muerto era distinto a otro, por el hecho de que uno murió por juicio violento y otro no. Pero poco le importaba eso al vietnamita, lo importante empezaba a florecer. Las disputas y acusaciones abiertas. Y como era de esperar de una mujer directa una acusación directa.

-Ahora solo queda creer a una o a otra o esperar el resultado de todo esto mañana.-Comento en alto sin quererlo.-Y lo peor, es que si ninguna de las dos lo son y los asesinos en la noche, optaran por matar a una u otra, seria un blanco fácil en la mañana aquella que quedase, para nosotros, que no sabemos la verdad de ninguna.-Se rasco la gorra y apunto estuvo de perderla.-Esto ya ha empezado me temo. Y según el resultado de esta noche, en la mañana sera peor. Pronto empezaran los bandos y las guerras de poder. Pronto, no importara quien llego con quien o quien hablaba con quien. Pronto todo sera caos, excepto para unos pocos, aquellos que desearan controlarlo todo.-Nói estaba en un mar de dudas, ahora que era una realidad, no estaba seguro que paso era el siguiente, por fin el presente dejo atrás al pasado y se sintió desnudo, como el resto, sin respuestas reales que dar.

-¿Sabemos al menos que eran los muertos en vida? ¿Si acabar con una u otra nos dará la respuesta de quien mentía o decía la verdad? Porque si no es así, seguiremos como al principio pero sin una o dos de ellas.

Y volverá a pasar... - Tengo mis ocasión para ser fuerte, mas que ellas.

La verdad es que me satisface que Aisha y Diehuty se lleven el cuerpo de Sarghagas hasta los limites, porque su estampa no era muy confortable para la vista. Pero la conversación se extendía con que si se engullía a los eruditos caídos para sustento de los Eve, o no. Para mi fortuna los cocodrilos bien alimentados pueden afrontar hasta una semana de privación debido a su lento metabolismo, y tanto Quón como yo vivimos bajo un talón de dolares que podría cubrir a 2 generaciones familiares mas, así que...  antes crujirá mi estomago semi-humano que el de mi enorme reptil. No me incluiré en susodicho tema.

Cuando se denuncia de manera directa a la mujer que flota arrugo mi expresión - Espera Quón, quieto aquí - señalo al suelo mientras este emite un resignado respiro nasal. Vuelvo a pasar por encima de él con un ligero brinco.
En principio no sé muy que decir de la mujer del bastón, pero lo cierto es que la reacción que provoca en la mujer que acompaña al letrado meador de colonia me parece muy forzada. Aunque no voy a decir nada que no emita mi propia expresión, o aquello que pueda apoderar una simple pregunta - ¿Te inquieta ella, Dreide? - pregunto a la mujer lobo estirando mi manchada camiseta hacia abajo. ¿Te inquieta Olenna?...

Le hablo a Alastor entonces - Yo no te creo de los mas asesinos, Alastor. Pero orienta tu cuchillo hacia otra dirección – le pido, casi amablemente, tras su gesto hacia Vyka. Y no entiendo ni pipa de lo que intenta decirnos Katalina con su ultima intervención. Bueno... si la entiendo, todas las intervenciones empiezan a parecerme un poco mas raras de lo debido.

Atiendo a Nói - ¿Ninguna de las 2, Nói? Olenna parece segura de lo que dice - o mas o menos dice.

Escuché atentamente el cruce de palabras entre Olenna y Katalina, tratando de ver en quien se podía confiar, pues estábamos a tal grado de desorientados en quien poner la confianza, que los detalles marcarían la diferencia.

Camino unos pasos aquí y allá, sin dejar de mirar a las mujeres en disputa, escuchando además al Chino sus palabras y asentí con la cabeza a ellas; finalmente me acerco a Olenna y le digo:

- Comparto lo que dice Noi y es por eso que quiero preguntarte: tienes alguna prueba de lo que dices?, pues creo que no tenemos margen para equivocarnos, tengo la impresión que los errores los pagaremos caro si no somos juiciosos en encontrar a los que quieren matarnos por las noches; anda pues y dinos claramente el porque la acusas.- le pregunté.

El hombre salio de sus pensamientos al escuchar a Smel.

-¿Como? Hablo de confianzas, tal vez la mejor defensa es un buen ataque. Sin saber lo que eran los muertos da lo mismo quien lance la primera piedra. Pero tus palabras me dicen que ya has elegido a quien creer.-Sonrió a la mujer.-Yo aun estoy esperando al día para hacer un juicio con cada una. Las historias que leí me enseñaron que esto ya paso antes y volver a pasar y no siempre la mas segura es quien dice la verdad. Por eso lo dije lo que dije. Aun hay mucho tiempo hasta el siguiente juicio.-Así decidió llamar al linchamiento que sucedió horas antes.

La pregunta de la chica con el cocodrilo logra que conteste en cuestión de segundos, no sabia a que venía ni como había surgido. - No,  no me inquieta para nada.  - afirmo muy segura sin bajar la mirada y con un tono claro.  No había sorpresa, intimidación o nada similar. 

Eso si,  las palabras del hombre mayor aún seguían rondando en mi mente. Era muy sabio en su línea de pensamientos,  algo a tener en cuenta.

Solo soy capaz de avanzar varios metros con el cuerpo de Sarghagas cuando Olenna vuelve a acusar. Su interrupción e importunó me fastidio. Detuve mis pasos para ver de qué se trataba esta vez.

Tras observar la acusación en toda regla de Olenna hacia Katrina me sorprendió comprobar cómo esta vez su modus operandi era totalmente diferente.

Hasta ahora siempre había lanzado la piedra mientras llamaba la atención de la víctima, si la esquivaba, cambiaba de objetivo y vuelta a empezar. Pero esta vez no, se lanzo a la yugular con una acusación directa y tajante.  En ese momento siento el peso de Sarghagas sobre mis espaldas y lo deposito en el suelo mientras escucho los comentarios de unos y otros.

Vuelvo a cargar a Sarghagas sobre mis hombros y avanzo hacia la linde del bosque, una vez he avanzado varios metros. -Enhorabuena a las dos, al menos esta noche no se fijaran en vosotras, estáis dando demasiado el espectáculo.

Miró a Alastor con severidad y sin una gota de miedo en su semblante. Aunque Smel intervino, Vyka no tenía miedo, ella ya conocía la verdadera cara del mundo.

- ¿Acaso quieres que te acompañe en tus excursiones nocturnas, Grovehn? - sonrió de medio lado - Nunca, repito, nunca implantaste posibilidades de conversación. Es más, lo primero que mostraste fue un fuerte deseo por llamar la atención. ¿O acaso no recuerdas cómo actuaste hasta que nos encerraron? Siempre mirando mal, siempre tratando de mostrar cómo eras superior. No hay necesidad de ostentar el tamaño de tu miembro para que se note que eres feliz haciéndolo. Solo lo hiciste al vernos encerrados - ese hombre comenzaba a irritarla realmente. A veces no sabía cómo lograba su padre mantener siempre la calma.

- Además, con tus últimas palabras, muestras que deseas ser tomado inocente y ponerme a mí como un blanco. Quieres mostrar que eres inocente pero estás condenando a otro inocente para luego atacar por la espalda durante la noche. ¿Que por qué digo esto? El solo hecho de que digas "Si no llego al día de mañana ya sabéis que ha pasado...", muestra tu necesidad de aprobación y tu deseo de ser apoyado - Nimay se le acercó y Vyka le agradeció con un asentimiento. Era la primera persona, aparte de Smel, que parecía apoyarle en el asunto.

Mientras escuchaba las palabras de Olenna, asintió y luego dijo - ¿Saben qué es lo más gracioso? Que Alastor no desmintió en ningún momento mi asociación entre los dos. Para mí, ambos son sospechosos, a menos que se demuestre que no es así, pero al menos yo creeré en las palabras de la Grovehn. Y claro que una semilla de la destrucción buscaría algo en lo que escudarse para mostrarse inocente, algo como señalar a aquellos que fuimos por el Eve de las ratas - dijo con tranquilidad y luego la miró por un momento. Le recordaba a alguien, a alguien cuya actitud era muy similar y apenas ahora comenzaba a darse cuenta cuánto extrañaba a esa persona.

Entonces Vyka miró a Smel por un momento y le puso la mano en el hombro con gentileza para agradecerle su gesto con una leve sonrisa. Después de todo, habían prometido cuidarse las espaldas.

La matanza del horrible Eve no me interesó para nada. Sonreí mostrando mis dientes a Smel, al ver su mirada acusadora hacia mi, e hice un gesto de desagrado por compartir la opinión con Alastor. Eran unos hipócritas, habían buscado la primera excusa buena para no ser ellos las víctimas. Tampoco a mi me había agradado que las ratas se pudieran dar un festín, pero en este juego de máscaras, parecía natural. ¿Desagradable? Sin duda, pero seguramente aunque no compartiese su punto de vista, más sincero que muchos de los presentes.

Entonces estalló un cruce de acusaciones y sonreí. Si Olenna tenía razón, Alastor acabaría muerto. Si mentía, ella acabaría muerta. En el peor de los casos, al menos un Grovehn más moriría. En el mejor, se acabarían matando mutuamente. Estaba casi a punto de apoyar el bando "débil", a ver si con suerte la cosa acababa suficientemente equilibrada para que eso ocurriese. Pero ahora no era momento de hablar. Mañana lo sería. Si uno ya amanecía muerto, podría acusar al otro tranquilamente. Y si ambos sobrevivían, entonces tomaría partido. Pero iba a dormir feliz, ante la posibilidad mañana de abrir un cráneo Grovehn con mi martillo...