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HLdCn: El Legado de Caín - Oldland : Diarios Perdidos – I

Un Alto en el Camino

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14/04/2016, 00:32
13 Muerto - Deidre

- Bueno...  Fiona dijo que estaba hechizada. ¿Fuiste tú Alastor? - pregunto entre risas,  me resultaba gracioso pensar que el Grovehn había hecho semejante cosa conmigo. La verdad es que no lo necesitaba al "embrujo", sin embargo podía creer que la vieja estaba senil y había comenzado a decir sandeces propias de la edad. 

Sinceramente tenía ganas de continuar con aquel pensamiento, era más divertido y no tan trascendental. Solo que el árabe me insulta abiertamente, logrando que mi ceño se frunza pero no lo suficiente como para decantar en un gesto enojado,  furioso. 

- Un segundo. - le digo al Grovehn ya que esperaba su respuesta y me incorporo del sillón para dirigirme hacia el lugar en donde se encontraba aquel hombre,  una semilla bastante especial si. Ahora portando una actitud desafiante,  siento la presencia de Tyr a mi lado, su pelaje encrespado y sus fauces se contrarrestaban con la actitud que portaba,  tal vez el sentimiento se exteriorizaba en él o no. 

- ¿Así que zorra? - pregunto acercándome tanto al punto de casi rozar mi nariz con la suya. - Observa...  Mira mis ojos, habrás querido decir "Loba" o cordera...  No zorra. - expreso sin amenaza,  tan solo le permitía desde la corta distancia, apreciar mis ojos lupinos. 

Ahora aguardando silencio,  soplo su rostro y sonrío con malicia para luego regresar junto a Alastor. -Mientes, es tu costumbre. No inventes más historias porque sé quién eres en verdad,  no me he metido contigo, no lo hagas tu conmigo. - afirmo seria mientras tomo asiento sobre una de las piernas de Alastor. 

Por obvias razones,  no le quito la mirada. Tyr regresa a mi lado para acostarse sobre mi pierna ya que la otra la tenía cruzada por encima de la que pisaba el suelo. 

Notas de juego

Descuida,  es a Deidre no a mi.  :)

Aisha yo te di el nombre. ^^

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14/04/2016, 00:41
09 Muerto - Daeron Markov

Abro la boca con cara de horror, en una expresión fija, que hace que la pipa se caiga de mi boca.  Me pongo de pie, pasándome la mano por la cabeza, espabilándome. -De verdad. Esta es... la sorpresa más desagradable que he tenido desde llegar a este maldito lugar. Si acaso la primera sorpresa.- Increíble. -Vale, detente, esto necesita ser solucionado de manera inmediata. ¿Feeling good? ¿What a wonderful world?...- Doy dos pasos hacia atrás, dándome cuenta de algo. -Ah... Vale, era una broma. Muy buena. Los tengo en auriculares, pero sí pudieses ponerlos en tocadiscos para que lo escachásemos todos, sería maravilloso.-

Miro a ambos lados, concretamente a Dereide y a Dyehuty y sonrío. -Y mejor que te des prisa. La música amansa a las fieras... y a los Eve.-

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14/04/2016, 00:55
08 Muerto - Aisha

Notas de juego

Bueno… gracias a Nimay y a ti también Deidre. No nos pongamos ahora sentimentales :P

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14/04/2016, 01:17
Olenna D

Ante la reacción de la chica del lobo pasando totalmente de su oferta Olenna se queda un instante mirándola. Sin embargo no tarda en volver a prestar atención al chico de las cartas. Lo mira extrañada y acaba por acercarse un poco, dubitativa.

—Auriculares —enuncia extendiendo la mano, en lo que a pesar de su tono hosco parece una petición. En caso de que el Grovehn se los tienda ella acercará uno a su oído, despacio, y al escuchar la música dibujará una expresión casi interrogante. Luego asentirá y, con un gesto de la mano, la música de sus oídos empezará a oírse en el lugar.

Notas de juego

Siéntete libre de escoger canción, Daeron. :)

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14/04/2016, 11:57
Olenna D

Aún esperando la respuesta del chico de las cartas Olenna vuelve a hablar. Lo hace con seguridad y levemente crispada, pero aún así su tono sólo se diferencia del que acostumbra ser en alguna leve inflexión.

—La que grita ha confesado con mentiras. Dice que ella mete, pero que no iba a meter más. Dos —dice señalando a la chica de cara pintada y al hombre alimaña— han muerto porque acusó de meter a la de cara pintada. Pero aún así dice que iba a confesar pronto, dice que es buena y dice que no quiere meter a todos. Pero hasta ahora siempre ha metido.

—En su cabeza yo pregunté de quién era la cabeza. Estaba, y no dijo. Volví a preguntar, dijo que no sabían nada. Pero quiere que crea que iba a decir. No.

—Ha explicado que si todos estamos dentro seremos su ejército, pero que no tenemos que ir por ella, que tenemos que ir por semillas. Yo digo que prefiero muerta que ejército. Que de muerte se vuelve, y si no se vuelve no pasa nada. Todo el mundo muere. —Se desvían entonces sus ojos un instante hacia el hombre elefante—. Es lo normal, con rueda o sin rueda.

—Nadie más habla, sólo ella y yo discutimos. Ella dice que no mintió, sólo ocultó como yo oculto. Pero en su cabeza habíamos dicho que había dos peligros: el negro y quien mete. Alguien dijo que mataría a uno, y que el otro lo matábamos al atardecer. La que grita aceptó. Ella —hace un gesto hacia la de cara pintada— murió.

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14/04/2016, 12:04
Yaiza Gray

Una nueva llegada me sobrepuso, pues Raffariel y Sarghagas llegaban - siento que hayáis tenido que acabar aquí - expresé sincera, sin embargo, Nimay me contestó y volví a fijar en él mi atención.

- Desconocía el hecho de que fuera tan fácil ser o dejar de ser semilla - dije pensativa, anclando mis ojos claros en sus ojos oscuros.

- ¿Lo conoces? - le pregunté abiertamente al hombre del elefante mientras se iba caminando, - refiriéndome al rostro que había mencionado-.

Antes de conocer la respuesta, le contesté a Olenna - sí, tres, si no me equivoco...Daeron, Deidre y Oliver .

En un nuevo suspiro atendí brevemente a dispersos comentarios, pero me fijé en Daeron. Ladeé la cabeza y me levanté de la hoguera para acercarme a su posición - me resulta interesante saber que no sólo somos del mismo legado, si no que además iniciamos nuestra vida con monjas de orfanato - sonreí levemente.

Luego lo vi levantarse, la primera vez que veía el horror en su rostro. ¿Escuchar música? pensé al oír lo que le proponía a Olenna. Sinceramente me resultaba divertido, y ante todo, lo más entretenido que podría hacer allí en la muerte, donde todo parecía importarme mucho menos.

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14/04/2016, 12:19
09 Muerto - Daeron Markov

Cojo mi ipod y me pongo un auricular en la oreja mientras me pongo a repasar todas las canciones que llevo guardadas -Un momentito. Por si acaso de verdad resulta que esta es tu primera experiencia con el género, debo asegurarme de que escuches algo que sea bueno de verdad.-  Sonrío, y le doy el aparato con los auriculares. -Ella Fitzgerald. How high the moon. Es muy buena, ya verás. Suena mejor en tocadiscos, como los antiguos.-

Tras ello, me doy la vuelta, y vuelvo a recostarme medio tumbado en el suelo, encendiendo nuevamente la pipa prendiéndole fuego a las hierbas con mis nuevos poderes, mientras me giro para mirar a Yaiza. -A mi lo que me parece interesante es el como podemos ser tan similares y tan diferentes a la misma vez.- Le doy una calada a la pipa. -Podríamos haber sido un equipo interesante. Bueno, si hubiésemos estado en el mismo equipo, supongo.-

 

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14/04/2016, 12:53
Olenna D

Al escuchar la respuesta de Yaiza Olenna la mira por un instante antes de asentir con la cabeza.

—Tres —enuncia dándole la razón.

Luego, cuando el otro le habla como si eso de los auriculares fuera algo realmente importante ella permanece entre curiosa y expectante. Toma el aparato cuando él se lo tiende y se acerca uno de los cascos a la oreja. Probablemente de no estar ahí, a salvo dentro de su propia cabeza, no aceptaría algo así de un desconocido —y más aún, de un asesino reconocido—. Pero la certeza de que allí nada puede dañarla la empuja.

Al empezar a oír lo que sale del auricular lo retira un instante para mirarlo, extrañada, y acto seguido lo vuelve a llevar a su oído. Puede verse entonces cómo toda su expresión cambia de la extrañeza a la desconfianza, y de ahí a la curiosidad. Pero finalmente hace ese gesto con la mano que hace que la música suene en el lugar. Parece venir de todas partes y de ninguna al mismo tiempo, como si los propios árboles y el fuego se unieran a la melodía.

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14/04/2016, 13:13
Yaiza Gray

Lo vi recostarse, y yo, siendo como un espejo de sus actos, actué como su reflejo: sentándome con él - me resulta igual de fascinante a mí también - musité observándole con curiosidad - lo mismo un día podemos coincidir en algo, tenemos toda una eternidad - sin pensarlo, esbocé una sonrisa y me mordí ligeramente el labio.

Olenna asintió a mi afirmación e hizo sonar seguidamente la música. El gesto de la chica en un primer momento al mirar al auricular me resultó ser uno de los recuerdos de la cara más amable de Oldland, y es que ante todo: éramos mitad personas.

Con la magia del momento, pues el sonido nos envolvía, finalmente me dejé caer al suelo, apoyando la espalda en la tierra, y dejándome guiar por los pensamientos mientras miraba aquel extraño cielo. 

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14/04/2016, 13:29
Nimay Radhav

Nimay escuchó el mensaje de Theora que Olenna le transmitía y se quedó pensativo un instante, bajando la mirada al suelo. Sentía la hierba bajo sus pies descalzos y también bajo las patas de Haathee. Subió los ojos y los cruzó con los del elefante en un entendimiento mudo y profundo. 

—Dile que no esté triste y que mantenga la esperanza. Que la rueda seguirá girando para mí, pero no todavía —dijo tras un par de segundos, buscando la mirada de la chica del palo—. Puede que después del atardecer. Puede que mañana. —Hizo una pausa y añadió algo más, con entonación interrogativa. —A no ser que me necesitéis para mirar correctamente.

Después miró a Yaiza y se encogió levemente de hombros.

—Conozco el rostro de alguien que hace lo que has dicho. Pero Olenna dice que no es el mismo que tú conoces. Así que no lo sé. Yo tampoco sabía que era tan sencillo ser o dejar de ser. Y no sé si hay más rostros que hacen lo mismo.

Ambos, hombre y elefante detuvieron sus pasos, quedándose en esa línea invisible a partir de la cual el calor de la hoguera daba paso al frío de la muerte. Ahí, en el borde, se sentaron por primera vez desde que habían llegado a ese bosque. El hombre cruzó las piernas y contempló en silencio a los que se reunían en ese extraño lugar en el que se había detenido la rueda. Algo estaba mal en aquel lugar de tránsito demasiado estático, la vida no fluía hacia otra reencarnación como debería ser, siempre hacia delante. Pero al mismo tiempo, algo estaba bien. Víctimas charlaban con sus asesinos compartiendo hoguera, música y recuerdos. Era antinatural, pero tenía al mismo tiempo una belleza extraña.

—Es sencillo anclarse en la quietud —reflexionó finalmente, tal vez para sí mismo pues no parecía dirigirse a nadie—. Olvidarse de fuera. Aquí no se está tan mal si no fuese por esa sensación de estar detenido en el tiempo. ¿Merece la pena hacer girar la rueda en sentido contrario para luego volver a morir? 

Al enunciar aquella pregunta sus ojos buscaron a los que habían visitado ese lugar más de una vez. Yaiza. Daeron. Sarghagas. Si se le pasó por la cabeza preguntarles al respecto, no lo hizo. Pero su mente siguió dándole vueltas a ese asunto mientras la música iba llenando el lugar.

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14/04/2016, 14:36
Olenna D

El sonido de la música había distraído durante unos segundos a Olenna. Aquello se le hacía extraño. No necesariamente desagradable, pero sí extraño. Conforme la canción suena ella da un par de pasos atrás, sin saber muy bien cómo comportarse. Observa a Yaiza relajarse, y ante las palabras del hombre elefante le mira por unos instantes.

—Ahora digo —enuncia—. Pero está tonta. Se está ofreciendo a morir. Dice que otros son más útiles, que las semillas la maten a ella. —Después de eso hace una pausa—. No sé si necesitamos para mirar: está la mujer de fuego. Ella no tiene oídos, pero sí ojos.

Después de eso guarda silencio algunos segundos más. Al final sigue hablando.

—Yo sé tres rostros —asegura—. Tres que reviven. —Y tras esa afirmación guarda silencio, dejando que la música suene dentro de ella, en su pecho y en su cabeza. Sus ojos permanecen unos segundos en el suelo antes de que haga un gesto, como que va a señalar lo evidente.

—No mueras —dice, como si la solución fuera así de sencilla—. Muchos van a morir. Hay dos semillas. Hay la que grita. Hay tiempo de que demuestres que dices verdades —expone antes de hacer un gesto con la mano—. Olvidarse está bien, pero mejor es vivir. —Ladea entonces la cabeza. Entonces señala hacia un sito vacío—. La rueda giró al derecho para Roy, y no va a estar con su hija —mira entonces al hombre extrañada—. Si la rueda gira al derecho para ti, ¿con quién va a estar la tuya?

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14/04/2016, 20:49
12 Muerto - Dyehuty

Cuando la mujer de los cabellos de fuego se me acerca tanto... apenas me inmuto, escucho lo que dice con una sonrisa tranquila. Cuando vuelve a su posición asiento.

Sí... con colmillos. Así estás mucho mejor. Eres un poco más digna de tu historia.

Reconozco. Me pongo en pie casi de un salto tras escuchar a Yaiza.

Robar una historia. La muerte de una niña. El capricho de Oldland que te obliga a ayudar a otros. No es fácil, no, aunque lo parezca. Vemos lo que queremos ver, pero nada cambia lo que somos.

Extiendo mis manos boca arriba.

Antes de querer arrebatarle la historia a un Júpiter sin truenos, intenté buscar la tuya, arquera. No obstante, los traidores se me adelantaron. Mi historia sería muy distinta entonces.

Le dedico una media sonrisa. Pronto se escucha música y la mujer del bastón y el hombre elefante intercambian palabras. Avanzo un par de pasos hacia ellos.

¿Cuántos sois dentro, y cuántos fuera?

Pregunto, con cierta curiosidad, pero rápidamente me giro hacia la compañera del búho, recordando algo.

No tienes que dar las gracias. El poco tiempo que coincidimos en aquel cubil me agradaste.

Le dedico un gesto sereno inclinando levemente la cabeza antes de volver a la conversación, no obstante, dedicándole una mirada larga a Gámbito, ahora experto en música, ladeando la cabeza: este chico es realmente peculiar.

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15/04/2016, 00:24
09 Muerto - Daeron Markov

Fumo relajado, concentrado en la música. Esta bien, creo que curiosamente le pega al lugar de cierta manera extraña. Miro a Nimay, que no para de hablar de la rueda, sea lo que sea. -¿Que si merece la pena?- Me encojo de hombros. -A mi la verdad es que me da bastante igual, aquí hago lo mismo que cuando estoy vivo y tengo tiempo de relajarme. Con el beneficio añadido de no poder morir de sobredosis... Creo. Pongamos esa teoría a prueba, ¿os parece?- 

Continuo mirándole, y me quito brevemente la pipa de la boca para señalarle con ella. -Aún así, estar vivo es una cosilla saludable que hecho durante la mayor parte de vida. Llámalo un hobby saludable. Aún así te daré un consejo: Si vas a tener una crisis existencial o religiosa...- Le doy un par de toques a la pipa, señalándola. -Una de estas te ayudará una barbaridad.-

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15/04/2016, 00:38
13 Muerto - Deidre

Continuaba sentada sobre Alastor y caigo en la cuenta de que no le he preguntado si le molestaba. - ¿Molesto aquí o quieres que vuelva al brazo del sillón? - la pregunta en si era muy tonta en comparación con los temas tratados. Sin embargo,  la opinión del Grovehn no pasaría desapercibida.

Ahora mientras esperaba una respuesta,  escucho a Yaiza y Daeron,  al parecer entre tanta ida y vuelta estaba naciendo el amor, aunque me llamó la atención que ambos eran huérfanos como yo. - No quisiera cortarles el ambiente, también soy huérfana. A eso me refería cuando estaba viva,  busco un pasado que me negaron. - agrego sin extenderme demasiado,  se notaba que en el fondo me afectaba aquello más de lo que podía manejar. 

De repente una melodía resuena en el lugar... 

Cierto era que amansaba a las bestias y a los Eve porque luego de tanta discusiones, tensión y acusaciones por doquier,  finalmente puedo relajarme y disfrutar del momento. Ya estaba bien muerta, mucho no tenía por hacer y no me venía mal un poco de paz. 

- De momento no hace falta la cama Olenna. No sé  que pensará Alastor. - recuerdo que le debía una respuesta y se la doy como es debido. No estaba en mis planes brindarle un show con el Grovehn al resto. 

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15/04/2016, 00:53
Olenna D

Con calma Olenna pone atención a las palabras del árabe. Con la música todo parece un poco más suave, aunque la cercanía del atardecer parece tensarla. En el momento en que se dirige a ella no tarda en responder.

—Cuatro dentro, cinco fuera —enuncia—. Pero la que grita ahora dice que la protección no es de atardecer, es de semillas.

Después de eso escucha hablar al chico de las cartas. Sus ojos se desvían al hombre elefante un instante. Y parece a punto de decir algo, pero finalmente lo guarda de nuevo en su garganta. A las palabra de la chica lobo, sin embargo, asiente.

—Si luego quieres, di. —Se encoge entonces de hombros—. Si la rueda gira para adelante puede ser última oportunidad. Unos drogan, otros piensan, otros beben. ¿Qué quieres hacer tú?

Y tras esas palabras su postura parece afianzarse un poco. Es evidente que se prepara para el combate, y ya las esquirlas plateadas empiezan a tomar forma sobre el fuego.

—No sé quién cae —reconoce—. Pero una cosa digo antes de que venga. Cosas cambian. Algunas digo, otras no. Es momento de no ser hormiga.

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15/04/2016, 01:03
07 Muerto - Alastor Grovehn

Continuaba sentada sobre Alastor y caigo en la cuenta de que no le he preguntado si le molestaba. - ¿Molesto aquí o quieres que vuelva al brazo del sillón? - 

Por respuesta solo me río un poco y le pongo una mano en la cadera a Deidre.

- No quiero que vayas a ningún lado, cordera. Ahí estás perfectamente. Pero en cuanto a la cama... bueno, deja que te lleve a cenar primero y en privado hablaremos de eso. Aunque no hablaremos demasiado - concluyo en un susurro en todo medio broma medio en serio. Luego le dedico una mirada seria al árabe. - Y tú, hermano, deberías medir tus palabras... de tus historias debes saber bien que un cambiacapas no es normalmente querido en ningún bando. Y parece que te esmeras en no hacer amigos... Trata de medir tu vocabulario con las damas. Un caballero está por encima de menosprecios como ese. - No es una amenaza ni trato de que mi tono lo sea, ni mucho menos. Solocreo necesario recordarle este hecho en base a su manera de dirigirse a Deidre últimamente, sobre todo al llamarla "zorra".

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15/04/2016, 01:03
13 Muerto - Deidre

- ¿Me necesitas allí por los rastros? - pregunto a Olenna en base a su respuesta y  la contemplo durante unos segundos pensando. Aquí estaba demasiado bien,  si tenía que volver preferiría que fuera con Alastor. Linda sorpresa se llevarían y más de uno cerrará su boca. - musito en silencio, al menos me divertía pensar en ello. 

Aún centrada en ello imaginando la escena de regreso, es Alastor quien rompe el silencio ofreciendo una respuesta y ante sus palabras,  se nota aquel tacto en mi cadera y la sinceridad rebosante al expresarse. 

- Me quedo aquí a tu lado o regresamos juntos para enloquecerlos. - replico entre risas,  mitad en broma, mitad en serio. Salvo por el detalle de la cena y la conversación en privado sumado al susurro,  donde mi rostro pálido intentó sonrojarse,  mantuve la compostura y me alegró que se dirigiera hacia el árabe de esa forma. 

- Esta bien,  cena y "conversación privada". Podemos comenzar por lo primero. -sugiero entre risas,  bizarro sería hacer todo eso ahora, aunque lo mágico del momento era justamente aprovecharse de ello y soñar un poco. 

Una vez que dejo aquel coqueteo entre palabras con Alastor,  me dirijo hacia Olenna. -Suerte y ya veremos quien cayó. - no tenía más para decir, en cierta forma era un aliciente. 

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15/04/2016, 01:23
Director

Y mientras la luna acariciaba a los vivos... el alma de Oliver llegaba al lugar...

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15/04/2016, 14:11
17 Muerto - Oliver Swamp

cuando la mujer me habla, instintivamente me acerco y me siento a su lado- Por fin... a pesar de saber que este sería mi destino, no imaginé que sería así; prefirieron matarme antes de terminar con la que estaba armando su ejercito- moví la cabeza - espero no se equivoquen y termine todo yéndose al carajo... Olenna?, donde está Alastor- le pregunté 

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15/04/2016, 15:19
Nimay Radhav

Nimay acusó las últimas palabras de Olenna como si la chica le hubiera dado un puñetazo directo en el estómago. Apretó los puños y sus labios formaron una fina línea. Sus ojos centellearon y sus músculos se tensaron de inmediato. Al mismo tiempo, el elefante elevaba su trompa. Ambos, hombre y bestia, se la quedaron mirando en completo silencio durante un tiempo. Hasta que alguien nuevo llegó al lugar. 

Miró a Oliver y luego a Daeron. Asintió con la cabeza, agradeciendo el consejo del joven rubio y su posición empezó a relajarse de nuevo, recuperando tan sólo la tensión propia de la meditación. 

—No será hoy —le dijo a Daeron—. Pero te lo agradezco. 

Tras esas palabras volvió a mirar a Olenna y después elevó sus ojos al cielo de ese lugar en el que se había atascado la rueda. Sentía el frío de la muerte a su espalda y el calor de la hoguera en el rostro. Y ese contraste le hacía sentirse vivo. 

Comenzó entonces a murmurar entre dientes un mantra hacia Brahma invertido, en un susurro cadencioso que se mezclaba con la música de fondo.