Partida Rol por web

Jacob se encontraba a unos pocos pasos de Elizabeth y pudo ver todo lo que paso comodamente. Aunque su cara permanecio en su semblante serio se divirtio con la audacia del gato y la sorpresa que se llevo Elizabeth.

Lo siguio con la mirada mintras parecia volver loco a cada animal con el que se acercaba. Decepcionado nego con la cabeza l ver el caos que habia empezado a reinar tan rapido entre los del legado de Eve. Solo cuando nota que el gato no esta con ellos y que el masuleo empieza a caerse a pedazos, nota el umbrar que da a unos pasillos. Observa a Elizabeth un segundo antes de empezar su tranquilo avance donde se encontraba el felino.

Sentir cómo Doko y todos los animales perdían el norte a la vez... para acto seguido escuchar el rugido de un oso a medio metro hizo gritar a Cristie, sintiéndose perdida y asustada a la vez.

Minutos después agradecería en silencio que de tanto ruido, probablemente nadie se fijara en ella, lo cual le ahorraría la verguenza. 

Como toda defensa, finalmente se sienta, estrangulando... abrazando cariñosamente a su perro por el cuello para que no se alejase de ella, mientras escucha cómo los pasos de la gente a su alrededor empiezan a dirigirse todos en una dirección ¿Pero porqué? - ¿Qué hay hacia allí que sea tan importante? no me gusta este sitio...

Finalmente se levanta, reuniendo toda la dignidad de la que era capaz, y mira en la dirección en la que había oído una voz que llamó su atención antes de el concierto de las bestias.

- Escoria, tu nombre apesta - Suelta sin más. Coge su bastón, y lo despliega casi con furia para ayudarse a tantear el suelo antes de empezar a andar - Algo tenemos en común.

Me encontraba observando la catedral, intentando identificar cualquier amenaza. Esos ruidos que había oído me habían puesto algo nervioso. Todo estaba en calma, solo las conversaciones de mis compañeros rompían aquel silencio sepulcral. Sin embargo, algo ocurre y de repente los animales de mayor tamaño se vuelven locos, rompiendo cualquier armonía que pudiera haber habido en el lugar. Veo que se encuentran persiguiendo a un gato negro pero no me da tiempo a más porque Raven, asustado por las bestias, creo, se pone a graznar como un loco. Intento calmarlo, pero es en vano. Me está avisando de algo.. Justo entonces veo caer trozos de la catedral y corro hacia Elizabeth y Jacob para ponerme a cubierto.

-Cuidado!-Grito, mirando atrás, hacia Valfar y Mark.

  Todo se presentaba como si las ventiuna personas, o por lo menos una haya sido verdaderamente convocada a este lugar; una construcción sin duda antigüa, pero con la belleza de distintas artas incluyendo la contemporanea. Naturalizando todo y cada uno de los hechos que hasta ahora ocurrieron Diarmuid caminó entre los últimos, percibiendo la historia que era contada por los elementos presentes, desde los vitros rotos hasta la piedra y el marmol.

  A pesar de la lentitud de sus pasos, estos eran constantes e ininterrumpidos, poco a poco los demás seres se tornaban estáticos en algún lugar, Diarmuid seguía caminando como si estuviera abstraido de lo que estaba aconteciendo, de esta manera llego al corazón del lugar, al umbral. Se agacha manteniendose con las piernas retraidas justo en el medio de ese lugar, empieza a despejar restos dejando un pequeño pero directo espacio al piso, coloca su mano en ese lugar y empiezá a decir algo con voz ténue pero clara -Gua..- cuando algo se presentó.

  Un gato negro aparece dejando caos por donde pase, haciendo demostración de sus poderes. Una sonrisa tétrica es creada en el rostro de Diarmuid, algo que es interrumpido por el caos creado manifestado en los allí presentes, él les lanza una mirada funesta a todos ellos, dado a que cortaron el tranze que había obtenido con el gato negro. Entonces se reincorpora y se para, y como hasta este momento empieza a caminar de manera lenta pero constante con dirección a la del pasillo de la derecha.

  En esos momentos recuerda a Belcebú, “príncipe de los dioses falsos”, esa es la denominación favorita de Diarmuid. "Ba´al Zebûb” o “Beelzebub”, con su título que significa “Señor de las moscas”. Los hebreos aplicaron de forma despectiva a Hadad y a los otros dioses semíticos que los paganos veneraban bajo el título de “Baal” (“señor” en español). De allí que piensen que Baal y Belcebú sean la misma entidad, aunque la interpretación que Diarmuid posee es que son dos demonios distintos. El hecho es que Bael, una reminiscencia de Baal se presenta con tres cabezas, con la de sapo, con la de hombre, y con la de gato, por lo que podría estar presente y eso lograba que Diarmuid haya vuelto a su comportamiento apacible, casi extasiado manifestado en sus pasos. Y todo lo que ha causado en solo unos instantes es más que suficiente para hacer valido esta suposición, el "principe de los dioses falsos", todos piensan que saben quién es o como se manifiesta, pero en verdad ¿lo saben?.

Cristie alza el brazo hacia su rostro y antes de darle su consentimiento, un gran estruendo de gruñidos hace temblar las débiles paredes de la catedral. La causa, un gato negro descubierto por Elizabeth y que hace que todos nuestros animales se sientan amenazados con su presencia. Su estela fantasmal me deja boquiabierta, intento calmar a Nanuk mientras lo sigo con la mirada:

Tranquilo, tranquilo...solo es un gato...- dije susurrándole en su peluda oreja-.

La intención del gato no era sino que lo siguiéramos, algunos de los presentes hicieron caso y se adelantaron a seguirlo. Tras varios segundos de indecisión, miré a Cristie, asustada tras el suceso y le dije:

- Si quieres, puedes subirte al lomo de Nanuk, te será más fácil, dado que todo esta lleno de piedras y el suelo tiene irregularidades- dije mirándola-.

Curioso, pensé cuando el extraño gato pasó a través de mí para materializarse nuevamente en otra posición. Entre la locura de los animales, me reconfortaba que Akerbeltz se mantuviese tranquilo. Una levísima sonrisa se dibujó en mis labios al ver los problemas de mis hermanos de la sangre de Eve con sus hermanos animales. Parece que no todos teníamos el mismo grado de empatía con nuestras "mascotas"...

Mi sonrisa duró una fracción de segundo, hasta que observé el rostro de Jacob. Venga, dilo. "Yo tenía razón". Joder, al menos intento acabar con esto cuanto antes. Quiero saber con qué objetivo hemos sido convocados aquí de una puta vez.

Sin más, empecé a caminar, esta vez tras él, para que fuese su pecho el atravesado en primer lugar por el próximo gato.

- Tch Tch Tch - Indica a Bheka para que se calme, no tenía para que intervenir aún. Le dio un par de palmadas en la cabeza al animal, quien dejo escapar un pequeño sonido de impaciencia, mientas agitaba el muñon que tenia por cola, ansioso de seguir a la siga del animal. 

Se puso de píe, sacudiendo un poco sus ropas, mientras se acomodaba el gorro que cubría su cabeza. Se rasco un poco la barba, y se encamino, a paso lento y paciente hacia el pasillo por el que se fue el gato espectral. 

- Tal parece que el show esta por comenzar. -

A la oferta de Avla, Cristie no supo qué responder de inmediato. No todos los días te invitan a subirte a un oso, pero eso de no controlar el suelo que pisaba... no le terminaba de convencer. Y aunque detestaba reconocerlo, era cierto que llevaba un rato bastante perdida. Odiaba esa sensación.

- ¿Estás... segura de que me dejará? - Un oso era un oso. Algo así imponía respeto.

La joven morena se encuentra explorando el lugar cuando percibe un movimiento de reojo y en un instante pierde su gesto indolente para ponerse en guardia.

En cuanto ve al extraño gato intangible Nybras siente la tensión de los músculos de Nyx en los propios. Sus manos se crispan con la misma fiereza con la que se preparan las garras de la pantera. Sus ojos felinos se entrecierran al unísono con los del animal y siente cómo su piel se eriza con la de su compañera, entremezclándose los instintos de ambas como si fuesen un solo ser. La imagen podría estremecer a cualquiera que no estuviese acostumbrado a ver a un hijo de Eve en plena comunión con su compañero animal.

Durante algunos segundos ambas parecen estar a punto de saltar y sería difícil decir a ciencia cierta cuál de las dos sería más letal en su ataque. Sin embargo, la serenidad de Nybras se impone sobre ambas y con un sólo movimiento y un chasquido de la lengua, las dos recuperan su apariencia apacible y lánguida sin haberse movido ni un milímetro. 

Nybras emite una risa ligera mientras posa su mano sobre la cabeza de Nyx, acariciando sus orejas. - Será mejor que pospongamos la caza por ahora, pequeña. - Dice suavemente hacia su pantera con naturalidad, al parecer sin percatarse de la ironía del apelativo con el que se ha dirigido cariñosamente a ella. Nyx responde frotando su mejilla con la pantorrilla de la joven, mostrando su conformidad, lo cual no resulta sorprendente en dos seres tan íntimamente ligados que comparten cualquier sentimiento.

Tras este intercambio, las dos comienzan a caminar a la vez, de nuevo con paso acompasado, siguiendo a la comitiva que se mueve detrás del pequeño felino fantasmal.

Extiende la mano y de debajo de su manga asoma una abeja que va hasta la yema de su dedo.

Vuela.

Es cuanto dice, mientras extiende el brazo hacia delante. Como si de una orden se tratara, la abeja vuela hacia delante, cinco o seis metros delante de todos ellos, y tras ella cuatro o cinco más, explorando la zona antes de ellos. Él no detiene sus pasos. De reojo observa a su compañera llamada Escoria, y a pesar de haber estado tentado a detenerse e intervenir en su favor en el enfrentamiento con Cristie, aunque al no advertir malicia en sus palabras, decide acelerar su paso.

Con calma,suspira mientras ve como los grupos avanzan hacia aquel animal. Hace lo mismo, y emprende la marcha tras el felino mientras volvía a escribir en su bloc.

-Si hubiera querido atacarnos, lo habría hecho. Vamos. Nuestro destino nos espera.

Comentó en voz alta casi sin darse cuenta: Resultaba normal para él soltar discursos inspiracionales. Como si fuera algo que lleva haciendo mucho, mucho tiempo, aunque realmente no es en absoluto así.

Desde que se presento no dijo una sola palabra mas. Simplemente se mantenia apartado cabilando y con una sonrisa en su rostro.
-Es interesante toda esta gente, aunque son demasiados animales...-Como una simple sombra caminaba siguiendo los pasos de los mas nerviosos, entre intrigado y cauteloso. Por le momento seguiría callado, observando.

Ante el grito de Azhariel, me giro rápidamente hacia atrás solo para ver como todos los herederos de Eve siguen tratando de calmar a sus resepctivas mitades. Jamás podré entender el tipo de unión que tienen con sus compañeros animales, pero las respetaba, quizás les sirviesen de ayuda para percibir el peligro, es sabido que los nimales suelen tener mejor instinto para los peligros, y quizás este fuese un buen momento para demostrarlo.

-Un felino de humo no va amedrentarme - Comento volviendo a girarme para proseguir en mi avance, observo como Mark manda a sus insectos hacia delante... bueno, no es algo que me incomode... en exceso.

luego de ver como se desmoronaba el lugar por donde entramos, me acerco lentamente a Cristie y le digo...- la verdad es que estoy tan perdido como al parecer tu también lo estas en este lugar, vine a buscar a mi abuelo y me encuentro entre medio de otros seres, que si bien son maravillosos, también me producen una sensación de intranquilidad, pues varios de ellos pareciera que saben porque estamos acá... no te dá la misma sensación a ...- no termino mi pregunta cuando de pronto veo la aparición del gato...

Después de ver el pequeño espectáculo del gato de Humo y como dejó nerviosos a los animales, me dí cuenta que realmente estábamos viviendo algo que marcaría nuestras vidas... y quizás las vidas de los demás...

- la verdad Cristie, es que creo que debemos estar atentos, creo que nos deparan muchas sorpresas y si no estamos preparados, quizás la pasemos mal..-

El gato termina de acicalar su largo cabello a la vez que Jacob llega hasta su lado. Como despertando de un trance, el gato se entremezcla en sus piernas, mientras ronronea para terminar en un débil maullido que no es sino el disparo de salida de la siguiente carrera que inicia el animal.

Corre por el pasillo que apenas recorre abovedado un metro para salir a los pies de una escalera que parecer revolver el camino andado hasta la segunda planta.

Todos seguís al felino, pero con una diferencia… ahora vuestros animales parecen más calmados como si ahora si siguieran vuestro mandato, incluso Doko, el lazarillo de Cristie parece más dócil que antes, aunque ella sube ahora a lomos del oso de Avla.

Ya en el descansillo podéis ver un arco que deja ante vosotros una sala, donde una anciana de espaldas a vosotros parece estar sentada a la luz de un viejo candil… Justo tras ella, el gato descansa en el suelo mirándoos con los ojos bien abiertos…

Tan solo unos metros os separan de ella… sola, bajo una luz cálida, depositando sus manos sobre la astillada mesa que guarda su silencio.

Me desperezo, estirando las patas hacia atrás... doy un leve bostezo y voy junto al arco de la puerta.

Me siento al lado derecho de la entrada y miro inquisitivamente a aquellos que aún esperaban en el recodo de las escaleras, preguntandome que es lo que harían ahora.

Avanza tras el félido con un ademán seguro, sin temor, mientras algunas de las suyas se han adelantado a evaluar el terreno. Así llega, junto a todos los demás, a la anciana que aguarda.

Mark Zynne. Eve.

Es la escueta presentación que ofrece a la señora. Aguarda en posición firme, dando un paso a un lado para que pasen cuantos van con él, a que sea ella quien decida darse la vuelta, responder, hablar, o cuanto desee.

Cuando Jacob llego y el gato le muestra cariño, no hace ningun movimiento o agradece el gesto. Solo se lo queda mirando expectante por intenta atravesarlo como al resto. Cuando larga el maullido para volver a su carrera lo siguió tratando de imitar la velocidad del pequeño animal, corriendo por las escaleras hasta llegar al cuarto.

Jacob cruza el umbral concentrándose mas en la anciana sentada, que en el gato que parecia vigilarlos. La serinidad de Jacob era algo que habia aprendido hace mucho, no dejar ver a los demas la incertidumbre que pueda tener en momentos asi. Pero para los mas observadores Jacob apreto con mas fuerza su martillo preparándose para usarlo.

Buenas Noches. fue lo unico que dijo a la anciana de forma cordial.

Antes de subir por aquellas escaleras, una de las voces jóvenes que la rodeaban se había dirigido a ella. - Parece que necesites más explicaciones que yo. - Se hubiese parado a hablarle de los legados y todo lo demás, pero entonces la ayudaron a subirse al animal y se pusieron en movimiento.

Cristie, por su parte, no dijo nada. No estaba boquiabierta, porque se esforzaba con apretar los labios. Ni sorprendida, porque... porque... bueno, eso puede que sí lo estuviese un poco. 

El concepto de OSO para una persona que no concibe el mundo por imágenes, sino con sensaciones, tacto y olfato tiene sus limitaciones. Los dibujos en relieve ayudan, pero aquello de estar montada Sobre uno era como... como... un poco de todo. Si, eso era. un poco de todo. Un poco de miedo de que al bicho le molestase la presencia de una extraña, un poco de asombro al sentir bajo sus piernas y manos la fuerza de semejante animal... un poco de desconcierto al notar cómo se movía, dando largos pasos perezosos que, pudo intuir, los llevaban a ascender por unas escaleras hasta llegar a una nueva sala en la que lentamente todos los pasos se iban deteniendo una vez más, como si allí pudiese haber algo más que ver a parte del silencio.

- Wow - Dijo al fin, aún subida a aquel animal. 

Alguien le había hablado justo antes de empezar a moverse, pero aquello  había sido

Si me sorprendió la presencia de aquella anciana, ningún músculo de mi cuerpo dio reflejo alguno de ello. Me quedé en silencio observando su canoso pelo a la luz del candil, mientras el gato tenía su mirada fija en nosotros.

Aquí tenemos a nuestra anfitriona, pensé. Sin decir nada, mientras los demás hacían los saludos de rigor, esperé las palabras que la vetusta mujer tenía que decirnos.