Partida Rol por web

Martes 26 de Diciembre, 20:00 h. Hogwarts.

A lo largo de aquel día, quizá uno de los más duros y despiadados en cuanto a nivel de exigencia mental que jamás hubiesen experimentado hasta la fecha, no solo los alumnos habían estado discutiendo y debatiendo entre sí a quién deberían expulsar de Hogwarts para acabar con la amenaza imperante, si no que lentamente habían ido uno por uno depositando el voto secreto dentro del Cáliz de Fuego, con el cual sabían que estarían sentenciando a uno de sus compañeros. ¿Y si se estaban equivocando en sus elecciones? ¿Cargarían para siempre con la culpa y el remordimiento posteriores, si llegase a descubrirse que sentenciaron injustamente a un buen alumno, leal para la causa?

No tenían opción. La alternativa era permitir la caída de Hogwarts, con todo lo que eso conllevaba. Decenas de vidas inocentes morirían de igual forma entre las paredes del castillo, el nuevo Lord Tenebroso y sus esbirros controlarían uno de los Colegios de Magia y Hechicería más importantes del mundo y la Línea Ley bajo el subsuelo de la que emanaba tan ingente cantidad de magia. 

Estando ya todos en el Gran Comedor, el momento en que el Cáliz arrojaría el nombre del alumno a expulsar se aproximaba, y a diferencia de otras veces en las que todos charlaban animadamente y se divertían mientras cenaban, aquel sombrío atardecer solo invitaba a la desconfianza, seriedad y temor a ser el candidato elegido. Parecía la última cena antes del veredicto final, y aunque para la mayoría no lo sería, para al menos uno de ellos todo invitaba a pensar que así sería.

- Buenas noches Madame Pomfrey... - rompió el silencio sepulcral la profesora Pince, quién acababa de ingresar en el Gran Comedor para la hora de la cena - Acabo de llegar de la Torre de Astronomia, donde el profesor Flitwick todavía continua ejecutando conjuros para fortalecer las defensas del castillo. Le he sugerido que se tome un breve reposo, pero se mantuvo firme en que no descansaría hasta quedar completamente convencido de que nadie volvería a sabotear las defensas y cruzar los límites... - lamentó la mujer, quién entendía la vital función que estaba realizando el experto profesor de Encantamientos, pero que aún así consideraba que sin el debido descanso terminaría por desfallecer - ¿Cómo está la situación por aquí? ¿Ya han tomado una resolución conjunta? Lamento que se deba llegar a esto...   

- No creo que les sea tan fácil tomar una decisión así, y es comprensible que tengan muchísimas dudas al respecto de sus votos emitidos... Yo misma no soy capaz de emitir un juicio justo con lo que sabem... pero creo en el profesor Flitwick y la firme resolución que ha tomado de responsabilizarles y exigirles hallar a los culpables por ellos mismos... - fue respondiendo la sanadora de Hogwarts, cuando de pronto el Cáliz de Fuego empezó a cambiar de coloración e intensidad, pasando de una tonalidad verde azulada a una púrpura rojiza y crepitando fuertemente.

El momento había llegado y todos se aproximaron alrededor, para ver cual había sido el resultado...

...y tras una espera que se les hizo eterna, un único resultado visible para todos fue arrojado del Cáliz de Fuego.

"IWAN RHEON"

Siempre pensé en la democracia como un sistema injusto en el que los idiotas tenían la misma voz que los inteligentes, había tantos ejemplos de lo que acababa de pasar en toda la historia, tanto muggle como mágica.

Sonreí ante la posibilidad de salir de allí abriéndome paso entre docenas de mortífagos y llegando a Hogsmeade, pero era absurdo. Aquellas criaturas devorarían cada uno de los recuerdos felices que poseía. La visita a la tienda de varitas de Ollivanders, la primera vez que llego a Hogwarts en el tren, cuando conoció a Alice y a Miaddora. Bueno, a decir verdad no es que fueran muchos, ¿Dolería poco por eso mismo? 

Me giré hacia la puerta sin decir nada y me encaminé hacia la salida, si alguien se acercara a mi en aquel momento sería el principio de un duelo mágico, no permitiría que me sacaran como a un traidor, me iría por mi propio pie y a mi forma.

Siempre había defendido en lo que creía, incluso ahora.

Me giré justamente en el alfeizar de la entrada y miré a mis amigas, luego me volví hacia Victoria. 

- Tu reto Victoria, ¿Quieres saberlo? Pero antes de que Victoria o cualquiera pudiera contestar proseguí.

- Da igual, eres una gryffindor, tendrás que hacerlo ¿No? [Drama time]

- Haz que paguen los traidores que asesinaron a la niña, júzgalos y mátalos a todos.

Dicho aquello me giré, pronto me desvanecí entre la mezcla de niebla y copos de nieve, a continuación algunos fogonazos mágicos, gritos de dolor y aullidos extraños. Luego, el silencio más absoluto.

Los alumnos respetaron su última voluntad, aunque en muchos casos desearon inmovilizarle, aturdirle y sacarlo a rastras del lugar, creyéndole responsable de la muerte de la pequeña Gryffindor. Apuntándole con sus varitas, le siguieron en la distancia hasta asegurar que salía de los límites, forzando así su expulsión de Hogwarts.

Todos sabían cual sería el destino que le aguardaba al joven de la Casa Slytherin. El "perfecto prefecto" les haría una visita a los dementores del exterior, quienes le corresponderían como buenos anfitriones succionándole el alma con el tan temido "Beso del Dementor".

La velada terminaría de forma abrupta tras la expulsión, regresando los alumnos a sus respectivas casas de Hogwarts, aguardando un nuevo amanecer distinto a lo que habían vivido. ¿Habrían resuelto definitivamente el conflicto y ya no tendrían que experimentar algo similar, logrando hacer justicia por la asesinada? La mañana traería respuestas... o nuevas sorpresas.

Peter pensó que lo peor del día había pasado, pero no. Ver como sus compañeros casi se abalanzan como acromántulas sobre Iwan le heló el alma. No pudo hacer nada. Menos mal que Iwan pudo contenerles. ¿Así era la gente? ¿Con esta facilidad le dan a uno la espalda? Más que nunca, deseó ser draconólogo y abandonar esta sociedad.

Que Iwan Rheon obtuviera tantos votos sobre su cabeza no era algo que sorprendiera a la mayoría, había actuado de forma demasiado caótica para que no le pasara factura. Y aunque Félix Cited trató de hacer algo al respecto, no parecía que esto fuera a funcionar en un primer lugar...

-Allá va el Perfecto Prefecto... puede que no fuera el Prefecto que quisiéramos, o el que necesitábamos, pero claramente era Perfecto... o algo así... Intentemos estar más atentos en las próximas votaciones y no echemos a la gente por tener un padre con un novio congoleño... o algo así...

De los nervios no podía comer, cada segundo me pesaba lo que había dicho, lo que había hecho y también todo lo que no había realizado durante el día. Mi cabeza ibas. Mil pensando en que cosas se nos escapaban y rogaba estar equivocado tanto como todo lo contrario.

Cuando el caldero se torno rojo, las manos me temblaron y todo entonces sucedió como en un sueño, un zumbido en mis oídos me mantuvo alejado de todo, las quejas, los forcejeos, algunos gritos. Lo busque con la mirada a Iwan. Susurré Perdón, yo no quería hacerte esto...

Mire a Felix en nuestra mesa, a esta altura me caían lágrimas silenciosas y cálidas por los ojos sin que pudiera controlarla. 

No estaba contento con el resultado, ni un poco. Miró a Iwan y pensó en lo que él mismo le dijo, lo tomaría a corazón y pensaría en el futuro. Al contemplar lo que sucedió claramente sintió escalofríos y a su vez ira, primera vez que la expresaba durante el día, molestia y desagrado por cómo esta gente podía vender a los suyos sin más, sin dudarlo ni un poco. Julius no había mostrado alguna otra expresión, incluso sintió ganas de irse contra el idiota de Cited por hacer ver todo esto como una broma cuando seguro que él mismo puso un voto contra Iwan. Podía hasta deducirlo sin siquiera necesitar de esta oh gloriosa magia.

Se apartó entonces, como siempre hacía, pero no sin antes observar a todos por encima aún siendo un enano. Menuda mierda.

_{- Fuck you all.}

Dijo en un tono de voz bajo pero audible. No estaba de ganas.

Ya era la hora del Traidor entre Traidores, el Judas Reverso.

Prepararía su hecho entonces, manos en los bolsillos y concentrándose mucho.

La Maldición del Duplicador, Gémino.

Su poder más funcional y directo. Su enfoque iría en Felix Cited, intentaría copiar tanto alguno de sus objetos, artefactos y su uniforme, el cual escondería y guardaría pretendiendo abrir su mochila o más bien abriéndola como quién rebuscaba objetos entre la misma y luego la volvía a abrir, cosa que la réplica de dichas prendas dobladas y listas más lo que pudiese obtener, quedase ahí dentro.

Ver como Iwan fue besado por los dementores no le hizo ninguna gracia a Amy... Pero después de todo lo que había surgido en aquel día, era normal que estuviera preparada para verlo así. El mismo se lo había buscado al tener aquella actitud haciendo que todos se fijaran en el. El principal objetivo era Holly, por el Patronus, si tan solo no hubiera discutido tanto, o si tan solo hubiera pensado en alguien más que en si mismo y su grupo, ahora mismo hubiera hecho que la mestiza se hubiera arrepentido de no votarle al ser prefecto.

-Un perfecto idiota... - Suspiró acompañando las opiniones de todos frente al veredicto de Iwan. - Hubiese sido o no un traidor, hay uno menos entre nosotros. Por mucho que duela o que complazca a los demás, no podemos bajar la guardia. Esperemos que el profesor Flitwick sea capaz de protegernos a todos con sus hechizos. Será mejor que nos protejamos mutuamente esta noche, en especial aquellos que más han resaltado hoy - No miró directamente a Holly, pero estaba claro que se refería a ella. Aún no se quitaba de la cabeza lo del Patronus, pero si tantos confiaban en ella, estaba claro que si el pilar de protección más grande de entre nosotros era de los nuestros, iban a ir los traidores a por ella.

Con un poco de cara de frustracción Amy se acercó a Effie esta vez buscando su protección aunque al tiempo la acariciaba para reconfortarla. - Me da rabia no poder hacer más que pensar... - Y aún así, no llegaba a nada

El resultado del Cáliz no sorprendió a nadie, es lo que sucede cuando se insiste en una acusación irracional. La ira de los inocentes se ve potenciada solo por los traidores que aprovechen cualquier movimiento en vano a su favor. Su ida tampoco sensibilizó a Jeremy, quien enfrentó sereno la situación. Simplemente lo vio partir hacia su destino oscuro.

Regresó al Cáliz y observó el listado detallado de votaciones. El resquemor ardió en su cuello.

"Siete votos emitidos contra él, ¿de los siete Ravenclaw? Imposible. Si Rheon resultase inocente, ¿lo serán también quienes votaron por él? Nadie lo sabe." A partir de la segunda posición no tuvo aguante y expresó sus pensamientos en alto.

—¿Victoria, cuatro votos? Eso es extraño, puede ser alguna llamada a votarla en conjunto ¿de Rheon? No sé —lo apuntó en su libreta—. ¿Pero quién ha votado a Effie? ¡POR FAVOR! —Se dio cuenta de que estaba hablando en alto y giró su nariz hacia quienes lo observaban—. Lo siento, hablaba solo.

Dicho eso, esperó un poco más para dirigir a los Hufflepuff hacia sus aposentos.

Aunque la votación fue conjunta y todos habían votado, ver el pequeño papel con el nombre salir del cáliz hizo que Constance se diera cuenta de repente de la realidad de todo aquello que hasta momentos antes no parecía sino una horrible pesadilla. Habian matado a un compañero. Podía ser culpable o no, pero esa era la realidad. Y todos sus planes de futuro se desmoronaron delante suyo. Ella no quería ser auror, no estudiaba para ello, pero en el momento en que Iwan atravesó las puertas del castillo solo, Constance estuvo segura de que aquello iba a ser la mayor de las torturas. Siete años compartidos con sus compañeros ahora se volverían contra ellos, porque debían votarse para morir.
-Creo que voy a vomitar -Murmuró hablando sola pero, sin atreverse a volver a la sala común sin compañía, se quedó cerca de su prefecto, esperando encontrar algo de frialdad antes de emprender la vuelta, lo último que querí ahora era una lluvia de vinagre rancio por equivocarse al entrar sin estar demasiado centrada.

Effie levantó la mano.

Había permanecido en silencio con lágrimas en los ojos primero y luego abiertamente llorando cuando Iwan fue expulsado. No por Iwan especialmente, sino por que habría sentido esa enorme tristeza fuera quien fuera el expulsado... a su muerte.

Aún ahora, a penas podía hablar sin que se le quebrara la voz.

_{Y-yo. Yo v-voté por m-mí.}

Abrió la boca para decir algo más, pero no pudo. Solo escondió su cada en Amy y lloró ahí.

Los nervios estaban a punto de hacerme explotar mientras esperábamos el resultado del dichoso cáliz. Aparecerá un papel con escrito "Victoria"?. Aparecerá uno con mi nombre?. Aparecerá uno con alguien inocente, culpable? Era una situación extremadamente sobrepasante, sucia y confusa.

Y cuando salió disparado aquél trozo de papel y leyeron el nombre de Iwan. Mis ojos como platos y mi cara muda me dejaron clavada en mi lugar. Mucha gente decidió votarle. Y la escena de expulsión fue horrenda de soportar. Estaba blanca, pálida, helada, quieta y muda, con cara de miedo, mientras lo echaban. Aquello era REAL.

Al final resultó que todos creyeron que Iwan sería el culpable, y en mi mente pensaba que así sería y así será. ¿se lo merecía? Sí, tenía que ser, Iwan sería culpable. Seguro. Y esperaba rezando para mis adentros que no tuviera que repetir esa experiencia nunca jamás.

-Vicky... estás bien?... - me salieron las palabras con un hilillo de voz. Pues en realidad lo más preocupante fueron los votos que tenía Victoria. Le puse una mano en su brazo. Entre aquello y las últimas palabras de Iwan, esta expulsión debió ser especialmente dolorosa para ella.

Siguió a los demás en silencio, sin poder apartar la mirada de Iwan aun cuando recibió el Beso.

Todo se sumió en un pesado silencio tan solo roto por pensamientos en voz alta de los demás que no iban en ninguna dirección concreta. Rachel apretó los puños con rabia.

—Siete personas votaron por Iwan. Siete personas son responsables. Y, sin embargo, ¿todos nos tenemos que sentir culpables por ello? Que los profesores a cargo hayan decidido que seamos los alumnos de último curso quienes decidamos la suerte de uno de nuestros compañeros y mandarlo directo a algo peor que la muerte... Pienso poner una queja en el Ministerio.

Escucho las palabras de Rachel y me levanto del asiento, mi cara es una máscara de tristeza, con los ojos completamente enrrojecidos.

Hablo con una voz rasposa y quebradiza.

yo personalmente asumo la culpa de su expulsión...y de...de lo que le hicieron allá... Digo sin poder siquiera mencionarlo, siento como si las tripas se me fueran a salir por la boca de solo pensar en sus últimos momentos, saliendo a la niebla y la noche con aquellas criaturas de pesadilla avalanzandose.

Yo apunte los dardos hacia el, y otros me han seguido. Alguno quizá fuera el asesino que aprovecho para cargarse otra víctima, otros seguramente indecisos o aquellos que no han querido asumir la responsabilidad de algo tan terrible como condenar a un inocente. Yo me hago cargo, le grite. Me exasperó, llevaba sin cesar de repetir aquello de que Holly no era leal y que su Patronus no significaba nada y solo por eso le vote, para que se callara. Y ahora está silenciado para siempre, cargaré esa cruz hasta que yo mismo le acompañe en sus pasos o que me torture los caballeros de Walpurgis, pero mientras esté acá tomaré también el reto de Victoria para mí, me encargaré de que los asesinos paguen!

Danio no podía creerse el resultado del cáliz. Se quedó quieto, como un pasmarote, viendo como Iwan se despedía de todos y enfrentaba su destierro con la cabeza bien alta. Quería confiar en él, en que sería capaz de abrirse un camino seguro hasta Hogsmeade, pero aquellos gritos y silencios contaban una historia muy distinta.

Danio dio media vuelta, preparado para refugiarse en su habitación, cuando cambió de idea. No era momento de esconderse, debía hacer algo. Así que sacando una pluma y buscando una hoja en blanco de su libro, empezó a anotar las votaciones. Cualquier cosa con tal de distraerse de lo que acababan de presenciar.

-Podrían ser seis. Una persona coló dos votos en el cáliz.-puntualizó las palabras de Rachel, señalando la lista de resultados. No sabía hasta que punto estaba siendo útil, pero quizás si seguía el hilo conductor de lo que veía llegara a algo.-Veo que mucha gente siguió lo de votarse a sí mismos. 

Ahora veía que había descartado ese plan demasiado rápido. Muchas más personas de las que se esperaba lo habían seguido, aunque también habían otras tantas que no.

Dwen salió a clamar responsabilidad por lo ocurrido con Iwan.

-Es posible que los mortifagos se hayan aprovechado del odio hacía Iwan para expulsar a un inocente, sí. En ese caso, esas seis o siete personas que votaron a Iwan estarán entre aquellos que no han recibido ningún voto. Incluido tú.

Claro que los detalles eran más complicados que lo que estaba diciendo. Pero decidió terminar, antes de seguir mareando a sus compañeros con algo que todavía no tenía claro.

Valentina seguía detrás de Jeremy, cumpliendo su objetivo de pasar por aquello sin que la molestaran demasiado y sin tener que hablar tampoco en exceso. Era algo que no iba con ella y agradecía no tener que hacerlo para salvar el cuello.

No tenía mucho que decir ni que aportar, por lo que simplemente comentó, de forma tranquila, pero contundente. - Tan perfecto no ha sido si le han echado el primero. - cerró entonces los ojos y se quedó medio adormitada, para sorpresa de todos, pues todo su esfuerzo en aquella noche, de momento, solo había sido decir eso.

La aparente debilidad de Dwenrigar le dejó un poco descolocada. —Sé que fue un bocazas... Tampoco sabemos si al final era culpable o no— trató de relajarse un poco. —Culpar a los que han votado tampoco es correcto. Al fin y al cabo, es algo que nos han obligado a hacer.

Miró a Danio arqueando una ceja. —No me voté a mí misma porque no hubo unanimidad. Fue una idea que me pareció pragmática, sí, pero no todos iban a llevarla a cabo. Yo voté por Félix— miró al muchacho de Ravenclaw sin un ápice de culpabilidad. —Llegó a la biblioteca buscando razones por las que culpar a Iwan, así como refuerzos supuestamente "inocentes" con los que sentirse respaldado.

—Luego le escuché defender a Iwan, sí, pero el daño ya estaba hecho.

El comentario de Valentina terminó por amenazar la poca paciencia que le quedaba, por lo que se marchó a la Sala Común de Slytherin para poder tranquilizarse.

Silencioso me acerque a Valentina, había recordado que esa misma tarde había dicho que le preguntamos.si queríamos saber más tarde.

Valentina, has notado que hasta ahora éramos 28 como los arcanos mayores del tarot? Te manejas con ello o tu especialidad solo es leer las posas del té, si es así. Podrías leer que hay en la mía? 

Abrió los ojos, aunque no demasiado, lo suficiente para ver que delante de ella había una persona que no era su Prefecto. - ¿Tarot? - ladeó enormemente la cabeza hacia la derecha, hasta el punto de que casi se cae hacia ese lado. - Algo sé, pero no es para nada mi especialidad. - admitió. - Y si bien éramos veintiocho... He preferido verlo como que tenía veintisiete compañeros, que es múltiplo de tres y el tres es el mejor número.

No me apetece más té hoy, así que eso lo dejaré para mañana, después de dormir. - asentía. - Siento si te decepciona la respuesta, pero tomar tanto té es malo para el organismo, además de que leer un poso, también es cansado. - dicho eso, volvió a cerrar los ojos para esta vez, cabecear hacia delante. Valentina parecía apunto de dormirse, aunque como ella era siempre de una forma tan relajada, a nadie debía sorprenderle.