Partida Rol por web

A la sala común de Hufflepuff se accede desde el mismo pasillo que a las cocinas de Hogwarts, por lo que siempre huele a pan recién hecho. Pasando delante del bodegón que forma la entrada a las cocinas, se encuentra una gran pila de barriles en un hueco oscuro en la piedra, a la derecha del corredor. El segundo barril empezando por abajo, en medio de la segunda fila, se abrirá si se golpea al ritmo de Helga Hufflepuff. Como método de seguridad para disuadir a los estudiantes que no son de Hufflepuff, si se golpea el barril incorrecto o se golpea un número incorrecto de veces o a destiempo, la tapa de uno de los otros barriles se abre y ducha a la persona con vinagre, quedando marcados. La sala común está llena de armarios, banderines amarillos y probablemente un pizarrón donde los estudiantes colocan todo tipo de información, como noticias, avisos de pérdida y hallazgo, posters, etc.

Los dormitorios de Hufflepuff están localizados en el sótano, con puertas perfectamente circulares que salen de la sala común hacia estrechos túneles. Uno de ellos se dirige al dormitorio de las chicas, mientras que los otros hacia el de los chicos. En cada dormitorio hay cinco camas, presumiblemente decoradas con cortinas amarillas y afiches de Hufflepuff.

_{De izquierda a derecha, Constance Madison River, Jeremy Gonzo, Erika Vitale Anderson, Effie Goldwing, Miaddora Mitchell, Julius Sinclair y Valentina Sexton, miembros de séptimo año de la Casa Hufflepuff}

¡Votaciones rápidas y sencillas!

¿Alguien más quiere ser la prefecta? ¿Julius? Si nadie se opone a mi candidatura, yo tomaré la responsabilidad.

Que demonios, yo también me apunto - comentaba alzando la mano - así al menos si gana Gonzo no se puede quejar de que no hubo competencia jijiji...

Me presento para prefecta pero voto por Erika, lo de votarme a mi misma no lo veo una opción. Lo siento Jeremy pero creo en el poder femenino como algo superior.

OooooohhhhhH, que bonito - mientras miraba a  Miaddora con una sonrisa un tanto embobada - Pues toma voto Mía, que estamos en épocas de dar y recibir...

El aroma a repostería recién horneada procedente de las cocinas anunció la llegada de Effie, como minutos más tarde ocurriría en el Gran Salón. 

¡Así me gusta! ¡Poder femenino! Yo también voto a Erika. ¿Una galleta Jeremy? Son de mi Yaya

¡Mis intentos de señuelo se diluyen! ¡Llamar la atención de los Caballeros y proteger a mis compañeras poderosas será más complicado de lo que esperaba!

Querido abuelo, aconséjame,
tú que no me oyes, pero sí me lees:

Mujeres valerosas como ninguna, conscientes de sus talentos, en el punto de mira.
¡Sí! ¡Lo prometo! ¡Mi juramento sigue en lo alto de la cima!
¡No dejaré que sus uniformes se manchen más que con barro...

Olisqueo algo que se acerca dulce y delicioso, ¿qué es?

... y harina!

¡Mmm, cookies! Gracias Effie, ¡yum!

Agarro una y me la como.

Yo voto a Jeremy, ¡vamos a darle un poco de emoción al asunto!, que me puede la diversión por encima de que nos llamase cobardes, tontos y poco espabilados... más o menos.

Van 1 [Miaddora] - 1 [Jeremy] - 2 [Erika] y faltan 4 por votar.

- Mi voto va para Jeremy. Ha demostrado la determinación necesaria que nos define realmente a los Hufflepuff, fuera de todo lo que se diga. Solo la acción cuenta, nada más.

Sonó algo sombrío al decir eso mientras otorgaba su voto ya definido de antes, sin favoritismos ni nada, solo pragmatismo. Últimamente lo mejor para la casa Puff era lo que correspondía, y quién saliera aseguraría eso, creía.

Mmm... - murmullaba Valentina mientras movía la cabeza de lado a lado. - Menos mal que son tres los candidatos, ni uno más, ni uno menos. Mi adivinación con el té solo funciona con ese número en particular. - hablaba de forma muy tranquila, con los ojos entre cerrados.

Se cruzó de piernas y se sentó en el suelo. Inspiró profundamente para sacar todo ese aire lentamente, poco a poco, de una forma lenta y relajada, empezó a preparar un té. - Necesito un pelo y algo de saliva de cada candidato dentro del té. Puedo hacerlo sin ello, pero ya sabéis que es mucho menos preciso. - miró uno por uno, cambiando muy lentamente la mirada, a los tres candidatos. - Por favor, acercaos y ayudadme a decidir.

  UuuuuUuuuuu interesante... - comentaba Erika ante la propuesta de Valentina, a lo cual comenzó a acercarse mientras tiraba fuertemente de una hebra de cabello - Ten, aunque lo de la saliva... me resulta un tantito vergonzoso de hacer - explicaba la muchacha con un ligero rubor.

-Oh, ¡predicciones! -Dice sentandose cerca para poder observar lo que hacen, dejando atrás la pizarra con las votaciones de los prefectos, donde se podía ver:

Erika	2
Mia	1
Jeremy	2

¡Gracias Julius! ¡Quedas oficialmente invitado a las barbacoas de verano! Trae bañador.

¡Jaaaaa zzzup!

¡Aquí tienes Valen! Decides tú. Yo no quiero empatar con mi voto, así que si tú votas a Erika, yo también, y si votas a Mia... ¡Es a mí a quien voto!

Visto que Miaddora no colocaba lo requerido y se estaba haciendo algo tarde, Valentina hizo la adivinación con los materiales que le entregaron los otros dos candidatos. Removió el té un par de veces y finalmente se lo bebió, para observar los posos que estos habían dejado. - Entiendo... Entiendo...

Tres candidatos son, tres futuros diferentes, aunque todos convergen en un destino servicial. - cerró los ojos, para dar con toda la calma del mundo, su predicción. - De una no tengo muchos detalles de su futuro, pero veo una buena amistad, con otra persona... No, varias de hecho. - asentía con la cabeza. - No se hará odiar.

De la segunda chica veo... - parecía bastante más dubitativa que con la predicción anterior y no era de extrañar, pues tenía algo más de información. - Veo también grandes amistades, cierto liderazgo por su parte, pero lo que veo es que será capaz de liberarse de cualquier inconveniente que o atadura que tenga a la hora de cumplir sus planes.

El último de ellos, es interesante. - admitía. - Tus energías están o estarán más bajas que la de los demás, aunque te esfuerces por demostrar lo contrario. - abrió los ojos y lo miró con detenimiento. - Pero tus dudas se van a aclarar y acabarás consiguiendo algo que ya dabas por perdido, a pesar de que lo tenías al alcance de la mano.

Finalmente, Valentina había tomado una decisión. - Los posos han hablado y según mi predicción, quien debe conseguir algo es Jeremy. Quizá no es esto exactamente de lo que hablaban, pero no soy yo quien para oponerse a la voluntad de los posos, por lo que con mi voto y el tuyo, el ganador eres tú.

Que Jeremy ganara con su propio voto fue repulsivo pero muy propio del apellido Gonzo, su hermano era igual de ególatra en el campo de Quidditch.

- Tsck.

Se le hizo tarde para poder aportar, pensó en qué modo usaría incluso y todo, muy como siempre se le había visto como el niño de los dibujos y esquemas durante todos estos años, y las predicciones le parecieron interesantes a tope. ¿Ya no podía hacerse otra vez? Quería preguntar en voz alta, pero el Julius molesto de esos días, deliberado o inconsciente al serlo ya no existía, así que no lo hizo. Tenía la mano lista en su corto pelo y un dedo para sacarse saliva, cual examen de ADN pero reverso (O cósmico) pero al final nada. Siempre era tarde...

- Felicidades, Jeremy. Gracias, pero dudo que pueda... -Pensó en ir a buscar su bañador a su hogar y mejor se detuvo.- En fin, gracias.

Se sentía algo mejor pudiendo mostrar un poco de ánimo entre su gente de Hufflepuff, eran amables y representaban lo que la Casa demostraba: Balance, amistad, nobleza y trabajo legítimo. Jeremy haría un buen trabajo, y sí, admiraba el carácter rudo de Mia, ciertamente. Al parecer eso de darles diminutivos a todos era el único vestigio de un Sinclair pasado. Asintió.

- Eff, por favor, ahóganos con tus galletas. Lo requiero.

Ah, una broma, pero a mal tiempo. Se calló, dejó su cabeza posada de uno de sus brazos con el codo sobre la mesa y la palma sujetando su rosto de eterno enano. Suspiró.

Jeremy esperó en las puertas de la común hasta que entrasen todos los alumnos, o quienes quisieron entrar, y finalmente se agachó por el hueco del barril llegando a su interior. Cerró la puerta y con los brazos extendidos hacia ella, mano derecha abierta y varita en mano izquierda, susurró algo. Guardó su varita y avanzó por la alfombra castaña.

—Pensé que irían a por mí, lo siento. —Se sentó en el suelo de un trastazo y agarró de sus rodillas, pensativo—. Algo me dice que esto no ha acabado aquí. Debemos protegernos y compartir lo que sepamos. Confío en vosotras, pero si pudiéramos entre todas asegurarnos de que no somos los malos sería lo ideal. Un grupo de siete personas de pura confianza.

Se echó hacia atrás, sus manos al suelo y sus ojos al techo botánico. Suspiró. Ojalá ser una planta ahora mismo.

—De momento, podemos compartir alguna información leve, pensamientos, nada comprometedor. Por ejemplo, yo creo que no nos fiemos de las reglas del Cáliz. No sé si escuchasteis a Félix Cited, pero hay algunos que pueden cambiar el resultado de las votaciones. Prueba de ello es que se emitieron 29 votos cuando somos 28 alumnos de séptimo.

Miró a las compañeras que recibieron votos una por una y luego al pequeño Julius, casi escondido por su altura.

—¿Tenéis alguna idea de quién y por qué os votó a vosotras? Effie, yo no me explico tus tres votos, creo que has sido víctima de una votación doble o triple. Julius, espero que tu voto no sea tuyo propio o te arreo. ¡Grr!

Por fin, entrar al calor familiar de la sala común, alejandose de la desastrosa sensación que tenía desde que habia visto el cáliz cambiar de color. Al menos, ya no estaba pálida.
-¿Cómo? ¿Qué información compartimos? Han votado a alguien solo por su casa, por rymores estúpidos sobre su sangre, ¿cómo podemos salir mañana como si nada hubiera sucedido?-Aunque ella se fiaba completamente de su prefecto,  pues no en vano habian sido siete años de compartir casa con él, ahora todo se le venía encima, podían hablar, podían compartir la información que tenían pero ¿haría eso que otros no los votasen?
-Yo solo sé de quien me fio, Jeremy, no quiero votar solo por... rencores pasados o buenos momentos... -Era una idiotez, pero ella no iba a preguntar a quien habían votado. Fuera quien fuera el nombre que dijeran, ella era igual de culpable porque tambien habia votado a alguien.