Partida Rol por web

La entrada a la sala común se encuentra tras un muro de piedra de las mazmorras del Castillo de Hogwarts. Para entrar es necesario dar unacontraseña, la cual te permite acceder a un pasaje que dirige a la sala común.

Tras la pared de piedra se encuentra la sala común y las habitaciones, iluminadas por lámparas de techo de color verde con sillones de cuero negro, sillas y mesas de madera tallada cubiertas de elaborados manteles. La sala se extiende parcialmente bajo el Lago Negro, lo que le da a la sala una luz verdosa. Tiene un buen ambiente pero también es bastante frío. La contraseña para acceder a la sala común se cambia cada dos semanas, y se publica en el tablón de anuncios. Está decorada con tapices que ilustran las aventuras de Slytherins medievales famosos.

Llego al salón común con Amelia agarrada de mi brazo. Hemos estado conversando un rato sobre la lengua pársel, riéndonos intentando imitarla. Tenemos tantas ganas de escucharla... Quizás algún día un profesor nos de una sorpresa abriendo su clase hablando pársel como Salazar Slytherin. Nos reímos cómplices. Después nos acomodamos en unos sillones libres sin mirar demasiado a los compañeros presentes que hay en la sala. A veces es mejor así, no mirar según a quien. Me interesa aprender y no estar peleándome como una gallina de corral. Sin embargo dada la rebeldía de los sangre pura de esta casa me veo obligada en muchas ocasiones a sacar las uñas sin dudarlo. -Salir a los invernaderos siempre me pasa factura con el calzado. Mis zapatos están hechos un asco ¿A ti no te parece que esa profesora no se entera de nada?. Hoy que hemos hecho, transplantar unas mandrágoras. Lo bueno de todo es que Nathan se ha caído y yo he disfrutado viéndolo por el suelo. Eso le pasa por saltarse las indicaciones de la profesora. Amelia ríe con mi comentario. A continuación saco del bolsillo de mi chaqueta unas chucherías y se las ofrezco a mi amiga. Me llevo bien con ella, no podria ser de otro modo si no fuera una bruja mestiza. -A propósito de la lengua pársel. Hoy en día el mestizaje entre magos y brujas es casi inevitable. Al menos eso dicen mis padres. - comenta mientras la escucho atenta. -Es cierto que esta lengua se asocia a los sangre pura pero tu crees que es imposible que un mestizo lo hable?. Amelia se encoge de hombros. -No imposible pero si bien difícil.

Estaba saliendo de mi habitación y no puede evitar escuchar la conversación entre Lavinia y Amelia.

- Teniendo en cuenta que Voldemort, el heredero de Salazar Slytherin, tuvo un padre muggle y una madre bruja, no creo que sea tan difícil como tú dices encontrar a un mestizo capaz de hablar pársel - digo mientras me dirijo a la mestiza - ¿Por qué tanto interés repentino por la lengua de las serpientes Lavinia? Si puedo preguntar, claro - le digo dejando entrever una leve sonrisa - Si queréis, podré resolver cualquier duda que tengáis, ya que veo que andáis un poco perdidas en el tema.

Cuando Ladien empieza a hablar con las chicas, yo estoy sentado en uno de los sofás junto a la hoguera, rellenando unos papeles que me había mandado la profesora Sprout como castigo por haber matado una de sus mandrágoras por no haberle puesto abono. -Vamos McQuoid, no pierdas el tiempo con ellas.- Miro a las dos slytherin. -Lavinia, yo sé hablar pársel, ten cuidado conmigo.-Le digo con tono jocoso. Acto seguido, intento imitar el sonido de una serpiente, moviendo la lengua de arriba abajo.-Shhshhshhshh... -Suelto una carcajada.-No seáis ridículas, alguien como "vosotras" jamás podrá aprender pársel.- Hago énfasis en el desprecio puesto sobre la palabra vosotras, refiriéndome claramente a su sangre.

Amelia y yo nos miramos incrédulas. ¿Por qué tanta amabilidad? ¿No será que están tramando algo contra nosotras y nos quieren despistar?. Mi amiga se relaja sobre el sillón y da un mordisco a su chuchería. Ladea la cabeza pensativa mirando a Ladien. -Me refería a que no es muy común que cualquier mestizo pueda hablarla. - su cara se torna más seria. -Es un don que pocos magos poseen. Frunzo el ceño intrigada al escuchar a nuestro compañero hablando sobre Voldemort. -Mejor que no sepas nada del señor tenebroso Lavinia. No queremos escuchar esa historia Ladien. - replica nerviosa. ¿Y por qué no Amelia?. Forma parte de la historia reciente del mundo mágico. Yo si quiero saber más. Todavía estoy enfadada con mi compañero por su mala actitud en el invernadero pero aún asi hago de tripas corazón y respondo a su pregunta. - Me da curiosidad escuchar como suena, eso es todo. Y si hay algo más no te lo voy a decir. En ese momento Nathan se acerca a nosotras imitando la lengua de serpiente. Lo miro alzando una ceja conteniendo la risa. Amelia baja la cabeza y bufa. Lo siguiente se ve venir, me pongo roja pero no de vergüenza sino de rabia. Me bulle la cara. Jamás nos van a tratar con respeto. -¿Nathan por qué no te vas a un zoo?. - le digo sonriendo. -Ya que se te da tan bien imitar los sonidos de los animales...

Miro a Nathan muy sonriente ya que su comentario me ha hecho bastante gracia y no consigo aguantarme una leve carcajada. Cuando consigo volver a ponerme serio, centro mi atención de nuevo en las dos chicas Slytherin:

- Sí que es un don que pocos magos poseen, pero tanto de sangre limpia como mestiza - le insisto a Amelia - Solo alguno de los magos más poderosos sabían hablarlo, aunque se puede aprender - le sonrío cordialmente a Amelia, aunque obviamente en el fondo no era sincera, pero ellas no tenían porqué saberlo, entonces giro mi vista hacia Lavinia - Y claro que debes conocer la historia, le pese o no a los demás, ahora estás aquí como cualquier otro y ya que como viniendo de donde vienes no pudieron educarte como es debido, aquí estaremos encantados de guiarte - le sonrío a Lavinia intentado dejar ver el doble sentido en mi discurso, pero haciendo que no sea muy llamativo tampoco. Es muy divertido meterse con alguien de un modo disimulado y que no se den cuenta...

- Lord Voldemort, llamado Tom Sorvolo Riddle al nacer, era hijo de una squib, es decir, una nacida de magos pero que no desarrolla habilidades mágicas, justo al contrario que tú - le digo a Lavinia guiñándole un ojo - y de un padre muggle. Cuando quedó embarazada su madre, el padre los abandonó y tras la muerte de su madre durante el parto, Tom fue criado en un orfanato muggle.

Descendiente de Salazar Slytherin por parte de su madre, se convirtió en el heredero de este y aspiraba a ser el mago más poderoso del mundo mágico, llegando obviamente a conseguirlo. Durante mucho tiempo se mantuvo como tal hasta que Harry Potter, junto con sus amigos Gryffindors, se antepusieron en su camino con el fin de arrebatarle el puesto.

En la actualidad, hay gente que cree tanto que ha sido derrotado para siempre, como gente que piensa que puede y deber volver. Tú puedes ser de cualquiera de las dos partes - le sonrío a Lavinia - ¿Qué te ha parecido la historia?

Odiaba a mi compañero, lo odiaba por desprestigiarme a la mínima oportunidad. La casa Slytherin era un nido de serpientes. Lo tuve claro desde el primer momento que pisé este colegio. El odio que sentía en mi interior no se desvanecería mientras pasara mis años de estudio en Hogwarts. Lo que temía era convertirme en una chica fría sin sentimientos. Todo por culpa de ellos. -Profesores de Hogwarts murieron defendiendo a sus alumnos. - intervino Amelia. -Esta historia no es bonita ni debe tomarse a risa. -miró a todos los compañeros que se acercaron a escuchar.* Observé la cara de disgusto de mi amiga y me sentí mal. Yo era una ignorante, desconocía muchas cosas. Cierto era que había escuchado a mis compañeros nombrar a Harry Potter. La casa Gryffindor lo tenía en un pedestal, era como un héroe de guerra. ¿Y Lord Voldemort? ¿En qué lugar habia quedado él?. La historia me causó mucha curiosidad y nuevamente quise saber más. Miré a Ladien un poco indecisa, no sabía que contestar. ¿Yo tenía que posicionarme en algún bando?.-Me ha sorprendido. Tragué saliva. -Y creo que voy a investigar por mi cuenta bajando a la biblioteca porque... Bueno... toda historia tiene dos versiones. Y yo quiero saber más sobre ese niño llamado Tom Sorvolo.

- Recuerda que eres una Slytherin - le digo ahora con un tono serio - tú misma dijiste que el sombrero seleccionador no se equivoca y si estás aquí es porque debes tener los rasgos de la casa: astucia, inteligencia, liderazgo, ambición y un cierto desprecio a las reglas. Entiendo que quizá no soy tu favorito aquí...pero no te dejes embaucar por las otras casas, siempre nos han visto como a los malos, pero en el fondo, ninguno de nosotros somos malvados - miro a Nathan y le hago un gesto para que ponga cara de niño bueno - Tenemos nuestras cosas, como todos...pero si estás en esta Sala Común es por algo, ya no es nada personal, no defraudes a Slytherin, no manches los colores de nuestra casa e intenta no dejarte engañar por los que están ahí fuera, quieren vernos derrotados.

Amelia se levanta del sillón indignada. Mira a nuestro compañero con cara de pocos amigos, después se dirige a mi: -¿Lavinia recuerdas a Severus Snape?. Haz memoria su imagen nos salió en la chuchería de la rana de chocolate. No te quise hablar de él más de la cuenta porque quería mantenerte al margen de esto pero lo voy a hacer. Iremos juntas a la biblioteca. La miré con los ojos abiertos como platos. Realmente estaba muy enfadada. No era normal que mi amiga perdiera así los nervios. Asentí a sus palabras. El rostro de aquel mago se me quedó grabado en la mente. ¿Cómo olvidarlo?. *Flashback* Volví a la realidad. Me levanté de mi sillón y fui directa a encarar a Ladien. -¿Quién eres tu para darme órdenes y decirme lo que debo de pensar?. - lo miro desde una posición inferior pues él es más alto que yo y tiene más edad. -Las acatarán tus sirvientes y los necios que te siguen la corriente para que no te metas con ellos. Pero yo no respondo a tu silbato como un perro. Ahora estoy en mi casa y puedo hablar sin morderme la lengua como hice en el invernadero.

- Mmm...Severus Snape...veamos..un Slytherin, mestizo, destacado por ser el profesor más antipático y rudo de la escuela...Sí, creo que me suena - digo después de apoderarme de mi tan destacada ironía -  trabajó para las órdenes de Voldemort como un mortífago, pero en el fondo tenía un buen corazón. Si es que no todos somos tan malos como parecemos... - le digo a Amelia con una sonrisa desafiante y aproximándome bastante a su cara.

- No era una orden, solo un consejo - digo después de haberme apartado de la mestiza y dirigiéndome a Lavinia con un tono muy serio - aunque ya veo que tampoco apreciamos las buenas maneras - le digo con cara de pocos amigos - Pues aquí va otro y espero que este te lo tomes más en serio...vigila a quién le hablas en ese tono. Si juegas con fuego puede que un día aparezcas ardiendo - digo intimidante mientras mi cara se va tornando roja por el enfado - asquerosa sangre sucia - se me escapa en el idioma de las serpientes debido a la rabia que estaba conteniendo.

Al principio, mientras Ladien le contaba a Lavinia la historia de Voldermort, me mantuve al margen, ocupado con mi tarea, pero a medida que las cosas se iban calentando me levante del sofá y me acerqué a donde estaban los chicos. Cuando mi compañero le dijo a Lavinia que no se dejara influenciar por otras casas, mi cara adoptó una sonrisa, en eso estaba de acuerdo. Esos pijos de Gryffindor solo quieren que todo el mundo nos odie.-Pensé. Sin embargo, cuando Lavinia mostró su enfado vi en Ladien una expresión que no solía ver en él. Estaba enfadado. Había dejado de lado su prepotencia irónica y estaba buscando un enfrentamiento directo. Cuando escucho que habla en pársel no puedo evitar intervenir.-Será capullo... Agarro un hombro a Ladien y me dirijo a él. -Ya vale tío, tranquilo... No son más que un par de niñatas. ¿A caso nos importa lo que alguien como ella pueda pensar? Si esos comecocos de Gryffindor quieren hacerle pensar que somos los malos, adelante, no es más que la hija de unos muggles. No es nuestro problema.-Dicho esto, lo aparto un poco del grupo y le susurro al oído.-Has hablado en pársel, idiota, tranquilízate. Después vuelvo a mirar a las chicas. -Olvidemos esto, iros a la biblioteca como buenas estudiantes que sois y dejadnos en paz.

-Si, Severus. Un ejemplo a seguir para todo mago o bruja de Slytherin. Un honor para esta casa. No todos son malos pero tu no demuestras lo contrario. Deja ya de manipular e infravalorar a los que no somos como tu. Y... que corra el aire. - replica Amelia clavando los ojos en Ladien. Todos nos estamos poniendo nerviosos por su prepotencia y falta de sensibilidad. ¿Esto le divierte?. -No necesito nada que venga de ti. Solo escupes veneno por la boca serrrrpiente. - digo haciendo énfasis en la "r". Lo que pasa a continuación me deja helada. Recibo una primera amenaza. He soportado desprecios, insultos pero una amenaza es motivo de peso para ir a hablar con la dirección del centro. Se que no habla por hablar, me tiraría escaleras abajo si pudiera. ¿Pero acaso no lo haría yo también?. Si, claro que lo haría porque deseo verlo sufrir. -Cuídate tú porque quien sabe que te puede pasar... en una situación en la que necesites ayuda no seré yo quien te tienda la mano. Me giraré y te dejaré tirado como estés. Su cara se pone roja. Él nunca se enfada, hasta Nathan se muestra preocupado. Doy unos pasos hacia atrás porque creo que me va a empujar. De repente dice algo y dejo de parpadear. Me quedo quieta. Espera un momento... ¿Ha hablado en lengua pársel?. Amelia se acerca a mi y me toma de la mano. Me pide que nos vayamos a la habitación. Nathan interviene también para calmar a Ladien. No quiero seguir en este lugar, no quiero ver sus caras. -Si Nathan, con quien me junte no es problema vuestro. ¿Una hija de muggles es insignificante verdad?. No sé como me miráis o dirigís la palabra. Y por supuesto que nos vamos.

N-no tienes porque irte Lavinia, aunque no seas sangre pura, esta es tu casa ahora.... quiero decir, tendrás que volver para dormir y eso - James había permanecido apartado, con la barbilla en su pecho, jugueteando con un reloj de bolsillo dorado en su mano izquierda. Al notar las miradas sobre él tan solo pudo mirarles escondido tras el tupido flequillo que caía frente a él.

Estaba muy enfadado...- Una asquerosa sangre sucia hablándome de esa manera - pienso - ¿con quién se cree que está hablando?. No soy uno de su amiguitos del mundo muggle, con un golpe de varita podría hacerle mucho daño. Estoy en mi mundo, se me ha ido la cabeza durante unos segundos hasta que Nathan me da un golpe y escucho:

Has hablado en pársel, idiota, tranquilízate.

En ese momento me quedo en shock, con los ojos abiertos como platos hasta que vuelvo a la realidad y me doy cuenta de todo lo que acababa de pasar. 

- Hostia, tío - le respondo a Nathan sobresaltado - no sé qué me ha pasado - digo mientras agito la cabeza - esa niñata ha conseguido sacarme de mis casillas, pero tranqui, estoy bien. No voy a dejar que una repugnante sangre sucia me ponga de esta manera.

Una vez he vuelto en mí, vuelvo a mirar a Lavinia y me echo a reír - Tranquila mujer, que no muerdo - le digo sonriente - por lo menos por ahora. Mira que gracioso...- suelto dirigiéndome a Nathan mientras me río de nuevo - las dos niñitas cogiditas de la mano para protegerse...tampoco hace falta que huyáis. Siento si os han asustado mis...maneras - me disculpo irónicamente agachando la cabeza, mientras que una sonrisa nace solo de mi comisura derecha al ir levantándola de nuevo.