Partida Rol por web

El coche está cerrado a cal y canto, está a un lado de la carretera apartado, no como si este hubiera perdido el control, sino como si el conductor hubiera parado ahí deliberadamente. El coche estaba apartado en el lado de la carretera del carril que venía del colegio, es decir, estaba apuntando hacia Sakurami City.

En el interior del vehículo se podía ver la maleta del profesor recostada en el sitio del copiloto, más que eso no había. Si querían entrar para ver tendrían que forzar una puerta o romper un cristal, con todo el riesgo que eso pudiera implicar, estarían infringiendo la ley... pero a estas alturas... ¿Acaso importaba?.

Suzuki toma la iniciativa al ver la maleta y, usando el mismo bate que usó para matar a Aki, se cargó la ventana del vehículo. -Iba a hacer esto de todos modos cuando finalizaramos el viaje.- Comentó a sus compañeros, tan ancha, como si eso fuese justificación para cargarse el vehículo así como así ahora mismo.

El sonido de los cristales rompiéndose de la puerta del copiloto tan solo fue opacado por la alarma del coche que empezó a sonar a todo volumen, aún con todo los alumnos fueron capaces de alargar la mano al interior del vehículo y recuperar algunos objetos pertenecientes a su profesor antes de que, pasara aquello...

El sonido parecía haber opacado los pasos de alguien que los había estado siguiendo hasta ese momento, protegido por la niebla una figura oscura se levantaba a espaldas de todos ellos.

Una persona enmascarada estaba a tan solo unos cuantos pasos de aquel grupo y sin dudar ni por un instante levanto un lanza-arpones hacia aquellos cuatro que se encontraban curioseando en el interior de aquel vehículo. Jalando el gatillo, el arpón salió disparado cruzando el aire hasta impactar de lleno en la espalda de Kamiyo Ilia.

Un grito ahogado salió de la boca de la muchacha llamando la atención del resto de sus compañeros para ver como la punta del arma la había atravesado por completo mientras esta apenas podía mantenerse en pie y sus manos iban instintivamente hacia la herida abierta; pero antes de que esta pudiera hacer nada, el hombre enmascarado que seguía en el bosque pulsó un botón haciendo que el hilo metálico que estaba atado al arpón se recogiera cual caña de pescar.

Y con esto, tiró de la joven Kamiyo Ilia lejos de aquel grupo, lejos del coche, lejos de la carretera, adentrándose en el bosque mientras dejaba un reguero de sangre de su herida abierta hasta perderse entre la espesa neblina...

Quizás la primera idea que uno podía tener era gritar, quizás alguien más valiente enfrentarse a aquella persona enmascarada, pero todas estas ideas desaparecieron cuando de la nada, un segundo arpón cruzaría la neblina y se clavaría en el capó del vehículo por un lateral, muy cerca de donde Toko Fukawa se encontraba.

Con aquel disparo fallido, el hombre enmascarado tan solo hizo un gesto, llevando su dedo índice delante de su máscara de gas, este hizo la señal de que guardaran silencio a la par que retrocedía por la neblina, aprovechando estos segundos extras que había ganado al hacerles dudar, este hombre finalmente desapareció.

No solo este había vuelto a la reconfortante neblina que los rodeaba a todos, sino que el ataque fallido que hecho contra Toko Fukawa había tenido un efecto bastante distinto al que este esperaba, es decir, la muchacha de las coletas no se había quedado quieta, muerta, sino que al contrario, estaba temblando agarrando con cada mano una de sus dos coletas en completo terror.

¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!

Y como era algo normal, esta sin dudar ni un solo instante, huyó en dirección contraria a donde el hombre había desaparecido, tratando de poner el mayor número de tierra, matojo, árbol y compañeros de la escuela que pudiera entre ella y aquella persona enmascarada y armada.

Con la huida despavorida de Toko Fukawa, tan solo Suzuki Mitsuoka y Mitsuo Shimizu se quedaron al lado del coche, las piernas de ambos temblaron debido a la amenaza repentina que aquel enmascarado representaba. Realmente no estaban solos en ese bosque, aunque ahora estaban un poco más solitarios debido a la desaparición de aquellos tres.

A decir verdad, la repentina alarma alertó a aquel hombre que tranquilamente estaba caminando por el bosque siguiendo a la siguiente persona de su lista "Kamiyo Ilia", usando aquel dispositivo para localizarla tal y como había hecho con las últimas víctimas del momento, eso sí, cuando escuchó la alarma este también se alarmó y corrió hacia su coche. -Malditos vándalos... primero destrozan mi matrimonio y ahora siguen con mi coche -Comentó para sí, preparando para disparar contra la chica, y tras acertar, recogiendo el sedal para poderla llevar en lo grueso y espeso del bosque, no sin antes tratar de acertar a la segunda y fallar aunque por poco- Una menos... ahora tengo que pensar dónde dejé el recibo para devolver las granadas de gas... pensaba que solo los noquearía, no los mataría...

Toko Fukawa no sabía por cuanto tiempo había estado corriendo sin rumbo por el bosque, con su corazón en un puño, de hecho todo lo que podía escuchar era su propio corazón golpeando en sus tímpanos, ni los rasguños de las zarzas, ni las heridas de las ramas bajas en su rostro, ni siquiera sentía el dolor de sus tobillos cuando estos chocaban contra las raíces de los arboles que emergían de la tierra. Lo único que le importaba a ella era salir de aquel bosque brumoso que brutalmente se había birlado una vida más.

Ni siquiera vio el desnivel que tenía delante hasta que su pie no tocó más el suelo firme y la joven se despeñó por la pendiente a unos cuantos metros abajo en donde aterrizó en algo más blandito de lo que pudiera imaginar.

Ay... Suerte que mi Quirk me ayuda a no sentir el dolor...

Un quejido proveniente de aquel muchacho se deslizó de sus labios mientras empujaba a un lado a la muchacha que había caído encima de este. Tras un esfuerzo este finalmente lo logró, realmente el muchacho se encontraba herido, al parecer había tenido el mismo destino que Toko Fukawa, tan solo que este no había caído sobre algo blandito, sino sobre las rocas afiladas del fondo.

-No siento las piernas... -Comentó mirando a Toko Fukawa- Un loco me estuvo persiguiendo por el bosque desde que me adentré a el, creo que es el Fantasma de la Academia que nos persigue. ¡Tenemos que volver!. ¡Tienes que llevarme!.

El grito del muchacho hizo que este se percatara de vuelta en la situación en la que se encontraba, malherido, inmovilizado y claramente a merced del entorno, por lo que volvió a bajar la voz y se lo indicó a su compañera.

-Shhhhh...

Al parecer Toko Fukawa no quería hacerle caso...

Quizás decir "Soy un NPC crucial para la trama sería metagaming" por lo que Koguma Kyoki buscó algún otro argumento para que Toko Fukawa pudiera llevarlo de vuelta a la Academia con un motivo de peso más o menos convincente, si esta lo aceptaba o si por el contrario lo rechazaba era cosa suya.

-Si no me llevas no tendrás coartada. -Indicó el niño- Quizás piensen que después de huir del enmascarado te reuniste con él como era parte de vuestro plan desde el principio. En cambio si me llevas puedo decir que estuviste conmigo todo el rato y que durante esta noche no hiciste nada.

Por un momento Koguma Kyoki estaba tentado de decirle que sí, por el contrario simplemente alargó sus brazos hacia Toko Fukawa y la comenzó a escalar cual intrépida persona adinerada que viajó al Tibet para contratar a locales que lleven su equipaje para escalar una montaña llena de cadáveres congelados y cacas heladas.

-No. -Comentó Koguma agarrandose a la espalda de la chica- Vamos juntos.

Era evidente que la gente a partir de cierta edad no sabía llevar del todo bien la tecnología, en particular cuando el mismo problema que antaño había dejado de lado y por imposible, volvía a ocurrir cuando seleccionaba "Toko Fukawa".

-¿Qué?. -Exclamó mientras deambulaba por el bosque- ¿¡Por que me sale "ABAJO"!?. ¿Qué se supone que es "Abajo"?. ¿Tengo que excavar bajo mis pies o algo?. ¡Maldito trasto!. Como sea... ya lo intentaré de nuevo en otra ocasión... ¿Dónde está Galatea "ponedora de chinchetas" Bakemoshi?.

Tras volver a leer el dispositivo que tenía entre manos, el hombre se volvió a dirigir hacia la escuela, esperando que, no tuviera que seguir con tantos trotes a partir de ahora.

Por suerte para Mitsuo este pudo robar algo del coche de su profesor:

Botiquín de Primeros Auxilios de Emergencia

(1 Solo uso) - Puede sanar heridas... es inmediato. (Cura de Malherido a Herido y de Herido a Sano).

En cambio Suzuki Mitsuoka tan solo se limitó a recoger lo que había en el interior de la guantera del profesor, pero al parecer la joven tenía demasiadas cosas en la cabeza como para echarle un vistazo exhaustivo a lo que allí había escrito más allá de que trataba sobre muchas caras conocidas.

Toko Fukawa no se encontraba por ningún lado, en algún momento ambos habían perdido la pista de aquella extraña y escuálida muchacha, y lo que era peor, cuanto más se adentraban en el bosque más sentían que se habían perdido; alejándose de la carretera, del coche del profesor y cada vez más en la bruma estos perdieron la orientación, vagando sin rumbo por el bosque durante minutos, quizás horas... y el sol a lo lejos se estaba ocultando, y aunque no lo podían ver por la espesa niebla, sí notaban como todo se estaba oscureciendo más y más...

Quizás fuera por la paranoia, quizás porque no confiaba demasiado en su compañero, sea cual fuere el motivo, Suzuki Mitsuoka dejó que Mitsuo Shimizu se adelantara un poco mientras ambos deambulaban por el bosque y cuando este parecía lo suficiente distraído, sacó el bate de beisbol y lo golpeó desde atrás en la cabeza.

Dejando al muchacho tendido en el suelo, y ahora algo más tranquila de que este no se le ocurriera ninguna idea rara, la chica comenzó a arrastrarlo de camino de vuelta a la Academia, o al menos por donde esta creía que era la Academia, rehaciendo el camino que habían hecho hasta el momento.

Mientras aquel dúo seguía caminando por el bosque, sin rumbo fijo, en busca de Toko Fukawa, algo ocurrió, con un repentino dolor en la parte posterior de su cabeza, Mitsuo Shimizu cayó hacia delante quedando inconsciente, siendo absorbido por la oscuridad que comenzó a reinar en su campo de visión.