Partida Rol por web

Aléjate de ellas escoria, mientras yo siga respirando, jamás podrás tocarlas. ¡Regnum Solaris! - digo al tiempo que tres circulos de llamas azules rodean a mis amigas creando una barrera infranqueable entre ellas y el demonio, quien parece bastante cabreado.

Al parecer te puse de malas, mejor, pues yo también ando muy cabreado, así que te voy a hacer pomada.

Kat, recuperas el control de tu mano derecha, pero no tienes la varita a mano. 

Así que lo único que me impide comer es que tu respiras niñato estúpido. Pues bien vamos a solucionarlo. - dice el demonio bastante cabreado mientras carga contra Artemis con la espada en ristre.

El enfrentamiento es bastante corto, pues el demonio no tarda en hacer desaparecer la distancia que había entre él y Artemis. 

La velocidad y fuerza del demonio probaron demasiado para el joven Gryffindor quien lo atacó con todo lo que tenía, logrando desarmar a su adversario, antes que este lo estrellara contra la puerta de la biblioteca con una violenta carga de hombro dejándolo sin aliento.

Veamos ahor como conjuras sin poder hablar. - dijo el demonio mientras levantaba a Artemis del brazo derecho hasta posicionarlo a la altura de su rostro, para luego empezar a presionarle el brazo.

¿Lo sientes verdad? Se están rompiendo, muy pronto te quedarás sin armas y quiero ver que tan rudo eres sin tu querida varita. - le espeta el demonio mientras un sonoro crujido resuena en la habitación seguido por un grito de dolor del Gryffindor.

Vamos grita y suplica, nadie puede oírte, esta habitación está sellada por mi magia. - dice el demonio mientras la varita de Artemis cae de la mano del Gryffindor dando tumbos por la habitación y rodando cerca de Kat.

Maldición es demasiado rápido tengo que.....- pienso mientras esa cosa se me viene encima.

No, mis huesos se van a......- Arrrrghhhhh. - rompió mi brazo.

¿Estás idiota o qué? ¿Acaso crees que soy un llorica inútil que no puede hacer nada sin varita? - le increpo al demonio con la voz entrecortada.

Soy un mestizo, imbécil y aprendí a hacer esto antes de siquiera tener varita. - digo casi sin resuello al tiempo que suelto un potente puñetazo en la mandíbula del demonio, enfureciéndolo aún más, lo que lo lleva a azotar mi maltrecho cuerpo contra la puerta de la biblioteca.

Conforme la varita de Artemis se acerca a vuestra posición, sientes como si una oleada de rabia te invadiera, lo extraño es que, esa rabia no parece provenir de ti, sino de la varita del Gryffindor.

Cada segundo que pasaba el asco y la repulsión de Kat se incrementaban a medida que los labios del demonio se iban acercando. Estaba inmóvil e indefensa, no podía sentirse mas humillada.

-Asco asco asco asco asco asco........

Aún pensaba hasta las lágrimas estando a punto de ser devorada por el ente. Por suerte Artemis vino al rescate usando sus poderosa magia apartó al demonio de Kat, esto liberó a la Rubita parcialmente al menos eso ella sentía. Mientras intentaba moverse para su horror Artemis estaba siendo apaleado y en la contienda este voto la varita del mago la cual cayo cerca de Kat.

Por impulsó intento pararse e ir con el para ayudarle pero todavía no tenia fuerzas. En este esfuerzo noto que podía sentir la mano, la movió girando la muñeca despacio, movió los dedos, si, podía usarla. En esta forma y con la varita de Artemis al alcance ya sabia que hacer. Haciendo fuerza estiró los dedos hasta poder tomarla, alzó cuanto pudo la mano apuntadole al mago y exclamó con escasa fuerza:

-¡¡Aquí Artemis!!.

Dijo para después arrojarla con cuanto tenía.

Cuando Kat intenta arrojar la varita de Artemis, esta última parece aferrarse a la mano de la Ravenclaw al tiempo que un espiral de runas empieza a trepar por su antebrazo.

Todo estaba sucediendo tan deprisa, había intentado distraer al demonio para ganar tiempo para Kat, pero las palabras no lograban salir de su garganta. Cuando parecía que su fin había llegado, escucharon una voz familiar. N-no puede ser, me volveré loca si siguen así. Es el tercero ya...

Para su sorpresa, y si no se volvía loca antes, esta vez era un Artemis dispuesto a ayudar. ¿Artemis!? ¿De verdad? ¿Pero cómo? La cara de Allison reflejaba, confusión y miedo, pero también alivio al ver que tenían una oportunidad. Pero aquel demonio parecía demasiado incluso para el joven de Gryffindor. - ¡Artemis! - gritó horrorizada, al presenciar la fuerza bruta que el íncubo ejercía en su amigo. 

- ¡No le toques sucio engendro! - chilló, mientras intentaba por todos los medios moverse para ayudar, aunque era inútil. Su cuerpo no respondía por mucho que quisiera ponerse en pie y darle una lección a aquel demonio. Notaba como le hervía la sangre de rabia e impotencia. Si no hacemos algo le matará y luego a nosotras. Agh, vamos Allison.

- ¡Dale fuerte Kat! - dijo animando a su amiga, al ver cómo unas runas le cubrían el brazo, no sabía que potencial tenía pero estaba segura de que Katherin también tenía cuentas pendientes con aquel aprovechado asqueroso.

Cuando ese cobarde ser está a apunto de absorber el alma de Kat, un hechizo le golpea. Y veo, en la periferia de mi visión aparecer a Artemis. Espero que esta vez sea el de verdad.

Pese al alivio que trae su aparición, no puedo evitar sentir la rabia ante mi propia impotencia aumentar, viéndome reducida a una damisela en apuros. Menuda gracia me hace eso...

Pero el alivio pronto se esfuma y el demonio desarma rápidamente a Artemis. Esto no va bien.

La varita de nuestro amigo sale volando y cae cerca de mí, noto la rabia que irradia, casi como un eco de la que siento dentro de mí. Intento forzar mi cuerpo a moverse, a acercarse hacia la madera, pero mis músculos me ignora.

- ¡Lechuzas! - exclamo, pero por suerte, Kat si que consigue asir la varita - ¡Eh, bicho cobarde! - grito al demonio para distraerlo - Si tú, la cosa esa tan fea que no puedo ligar ni en el infierno y tiene que disfrazarse de otras personas para que la gente se le acerque. Aunque, claro, con una cara con la tuya, a mi también me daría vergüenza que me vieran por la calle. Seguro que no te has mirado en un espejo en siglo, ¿verdad? No me sorprende, en cuanto empiezan a reflejarse, estallan en mil pedazos. - y estallo a reír, el sonido rezumando sarcasmo.

Y, sólo me queda esperar que mis pullas surtan efecto y capten la atención de ese demonio, dándole tiemp a Artemis y Kat de hacer algo, lo que sea.

Al escuchar las voces de las chicas el demonio nota que algo va terriblemente mal, pues su magia debería impedir que hicieran otra cosa que observar.

Es en ese momento que deja caer a Artemis al suelo y ve como el espiral de runas está reptando por el brazo de Kat, lo que desata la ira del Incubus quien sin pensarlo dos veces decide cargar contra la Ravenclaw, quien haciendo un esfuerzo sobrehumano logra apuntar la varita de Artemis contra aquél demonio, pero ya es demasiado tarde para eso.

Súbitamente, tres pequeños seres de luz surgen de la varita del Gryffindor en medio de una potente explosión de magia al tiempo que Kat pronuncia las palabras: Deamonis exortias in nomine Raziel.

Los tres pequeños seres de luz impactan al demonio con una violencia sin igual azotándolo contra el techo de la biblioteca, para luego estrellarlo contra el suelo de la misma fisurándolo severamente.

Es en ese preciso instante, cuando el control que el demonio ejercía sobre las chicas termina, recuperando estas su libertad, al tiempo que los tres pequeños seres de luz se estallan dejando al demonio muy mal herido e indefeso.

Asombrado observó como Kat le patea el trasero al infeliz que me rompió el brazo y no puedo evitar sonreír, pues esa escoria estaba por recibir lo que merecía, sólo hacía falta una palabra mía para deshacer los aros de fuego, la misma que pronuncié inmediatamente. - Finite.

Ahora las chicas terminarían con este patán de una vez por todas y yo las ayudaría con gusto o al menos eso creía hasta que intente pararme, al parecer ese infeliz me había roto algunas costillas además del brazo.

El sólo respirar me producía un dolor casi insoportable, el mismo que trataba de disimular con una sonrisa.

Por fin, el control de demonio se debilita y mi cuerpo responde a las órdenes de mi cerebro. Con movimientos calculados, me incorporo, moviéndome con una calma mortal, en los labios una sonrisa torcida, mi mirada gélida. Como si toda la furia ardiente que había sentido se hubiera consumido para dejar atrás algo duro, acerado. Algo mortal.

Casi con teatral lentitud, apunto la varita hacia el demonio y mi sonrisa se ensancha.

- ¡Exordio! - y una deslumbrante de bola de luz sale despedida estallando contra el demonio.

Allison contempló con asombro como Kat anulaba casi por completo al demonio con aquel potente hechizo, las tornas giraban al fin a su favor y con el engendro debilitado, recobraban por fin la libertad de movimiento. 

La pelirroja se puso en pie echando mano de su varita, aferrándose con fuerza a su madera mientras clavaba la vista en el íncubo. Te vas a enterar asqueroso. Despacio apuntó a su enemigo, aún notaba como la sangre le hervía y sino fuera porque no quería provocar otro incendio, lo abrasaría allí mismo con mil hechizos de fuego. Pero había algo mejor que el fuego normal y corriente...

- Vete al infierno sucio demonio, ¡Exordio! - exclamó al tiempo que agitaba su varita, llamas azules brotaron dirigidas con avidez a la carne del íncubo. La hufflepuff mantenía el semblante serio, pero su mirada destilaba odio hacia aquel sucio ser.

Haciendo uso de toda la fuerza que tenía la Rubita intento lanzarle su varita, eso quería mas no se esperaba esto, como si la varita de Artemis tuviera voluntad esta cubrió con simbología a Kat, no solo eso sino que la hizo ejecutar una magia más allá de su compresión. En ese segundo carecía de toda conciencia o voluntad, como si sus acciones fueran llevadas por una mano ajena.

Cuando recuperó la conciencia de si misma Kat se encontraba de pie y aún con la varita en alto. Dando un vistazo rápido notó que el demonio estaba pecho tierra y bastante herido, como si lo hubiera atropellado un tren en medio de la sala.

Esta era la oportunidad, con la varita de Artemis en mano apuntó al ente demoniaco y conjuro:

-Iridium.

De esta varita solo salió un molesto:

-Haw haw..

Con gesto agrio miro con recelo la varita de su amigo.

-¡¡¿Tu también?!!. Coopera.-apuntó otra vez y repitió-Iridium.

Una potente descarga voltaica salio de la varita. Iba a ser un duro golpe.

Con cada nuevo impacto el demonio se retorcía de dolor al tiempo que maldecía su suerte, sin embargo su sufrimiento no duro demasiado pues luego de recibir el conjuro de Kat el cuerpo del demonio empezo a crepitar mientras al tiempo que su piel adquiría un tono ceniza.

Malditas zorras, volveremos a vernos y entonces no contarán con el mocoso para que las salve. - dice desafiante el demonio mientras su cuerpo se desvanece lentamente.

Luego de que el cuerpo del demonio se desvanece, Artemis sonríe y se recuesta en la puerta de la biblioteca intentand inmovilizar su brazo roto con la ayuda del brazo opuesto.