Partida Rol por web

Al verse superado en número, el centauro decidió que era hora de atacar con todo lo que tenía, así que sin moverse de su lugar, el feroz guerrero agitó su lanza sobre su cabeza y lanzó una feroz estocada hacia firenze al tiempo que sus manos inferiores se encendían en llamas, tomando por sorpresa a Firenze.

El enorme centauro creo una bola de fuego en cada una de sus manos libres, las mismas que arrojó contra las dos niñas que lograron evadir el ataque apartándose de su protector, quien colocó otra flecha en la cuerda de su arco y apunto directo al torso de su rival enterrando otra flecha en el mismo, haciéndolo rugir de rabia.

Esta segunda flecha no se hundió tan profundamente en el cuerpo de su adversario como la primera, pero igual lo hizo sangrar profusamente.

Pelear contra una criatura capaz convocar llamas me hizo preguntarme, por un instante, si podría disiparlas mediante otro un hechizo antes de que llegaran a surtirnos efecto, pero no podía liarme con cosas sobre teoría mágica en mitad de un combate, lo cual me hizo usar un hechizo al que estaba mucho más acostumbrada.

- ¡Serpent Sortia!

Ni que decir que la serpiente terminó muy lejos de su objetivo, pero ese no era su objetivo, sino comenzar a llenar el área de adversarios para que el centauro mutante cada vez tuviera menos opciones para evitar nuestras arremetidas. Y siempre podía crear un sucedáneo de basilisco si luego la aumentaba de tamaño.

Si no lograba concentrarse no podrían repeler el ataque de aquel monstruo, lo último que quería era que Hellen o Firenze salieran heridos. La pelirroja se mordió el labio, tenía que intentar frenarlo, luego podría pensar con más claridad pero en aquel momento estaba nerviosa.

- ¡Depulso! - agitó su varita con cierto temor, y puede que fuera ese miedo lo que le hiciera errar el blanco. Vamos, Allison concentración..

Al ver la mala puntería de las jóvenes brujas, el centauro decidió concentrarse en su mayor amenaza el centauro quién ya había conseguido herirlo más de una vez.

Primero tú, luego las mocosas. - ruge el centauro mientras entierra su lanza a un costado del cuerpo de Firenze haciéndole un enorme corte que empieza a sangrar profusamente.

Sin embargo el profesor de adivinación no iba a rendirse con tanta facilidad, por lo que tensó la cuerda de su arco y clavo otra flecha se enterró en el torso de su rival.

Venga niñas váyanse de aquí yo me haré cargo de él. - las urge el profesor mientras se deja caer su arco y desenfunda una espada que llevaba a la espalda.

¿¡A dónde!?

Si podíamos escapar y dejar al profesor, pero desconocíamos dónde se encontraran los centauros, de ahí que fuera reluctante a seguir la directriz, por no mencionar ¡qué perdernos en el Bosque Prohibido no era parte del plan!

- ¡Serpent Sortia!

Volví a connjurar otra víbora aunque con la puntería usual, sólo que me empezaba a llenar el lugar de ellas y no eran precisamente pequeñas, de ahí que no esperase a darles órdenes.

Y con dos iba siendo hora de dar órdenes precisas.

- ¡Apoyad a Firenze!

Les exigí a las dos que ya habían aparecido.

Allison soltó un gritito ahogado cuando vio como aquel "centauro" de cuatro brazos hería con su lanza al profesor Firenze. ¡Tenían que hacer algo pronto! Quizás una barrera de protección, pero tenían a aquel enemigo demasiado encima como para que funcionase... Quizás si conseguían quitárselo al profesor de encima podrían intentar abatirle.

Lo que tenía claro es que no iban a abandonar al profesor, no cuando encima estaba herido. Además quién les decía que no había más como ese.. - ¡Déjalo en paz! ¡Expecto Patronus! - se concentró inspirando hondo, intentando tener un pensamiento feliz en medio de tanto caos. Una densa nube plateada surgió de la punta de su varita, se podían discernir unas alas, aunque aún no tenía una forma totalmente definida. 

Pensó mentalmente que quería que se lanzase sobre el enemigo y le arañase los ojos, algo, con tal de alejarlo de Firenze, pero la nube pasó algo errada en su trayectoria. ¡Lechugas pero que diantres le pasaba!? ¡No podía fallar así! ¡No ahora!

Las serpientes rodean al centauro e intentan morderlo sin éxito mientras sisean furiosamente.

Por su parte el enorme centauro intentó arrancar la cabeza de Firenze con su lanza, pero el docente bloqueo el ataque con su espada y arremetió contra su rival.

La espada de Firenze surcó el aire sin encontrar donde aterrizar, el combate ae ponía cada vez más encarnizado.

DANOSSSS FUERZAAA, HAZNOS GRANDES. - sisean a gritos las serpientes.

¡Cómo si necesitaran decírmelo! Después de esto me aseguraría de que aprendieran su lugar y se ahorraran semejantes exigencias, pero ahora sería mejor seguir la sugerencia, exigencia o como quisieran llamarlo.

- ¡Engorgio! - pronucié el hechizo y conforme crecían fui incapaz de contener una palabra adicional - Basilisco...

Cierto que era incapaz de traer a semejante criatura, posiblemente incluso controlarla de toparme con una, pero ninguno de los presentes sabía ese dato y eso me llevó a pronunciar el nombre de la criatura con malicia antes de que una de las serpientes comenzara a crecer casi sin control.

El combate se volvía cada vez más intenso, la lanza de aquel monstruo pasaba siempre peligrosamente cerca de Firenze. Pero fue entonces que Hellen había llenado toda la zona con serpientes, que estas empezaron a reptar por la criatura, y... ¿iba a llamar a un basilisco? Allison miró a Hellen algo perpleja, pero no tenía tiempo de hacer preguntas.

Aprovechando el momento intentó uno de los hechizos protectores que había estudiado. Por si al Centauro-monstruo se le ocurría usar su magia contra ellos. Luego tendría que tratar a su profesor. Si... Conseguían acabar con ese enemigo claro.

- Protego Totallum. - dijo mientras conjuraba un pequeño escudo cúpula para cubrirles a los tres. O al menos actuar de barrera entre ellos y el enemigo.

La enorme serpiente se yergue orgullosa y lanza un ataque frenético contra el centauro quien lo desvía con cierta dificultad para luego devolver el ataque con su lanza, haciendole un feo corte en el costado.

El ritmo del combate cambió con una velocidad verteginosa, pues gracias a la ayuda de la enorme serpiente invocada por Hellen, la misma que añadió otro enemigo del cual preocuparse.

El hechizo protector de Allison era una oportunidad ideal para evitar agotarme usando más magia, aunque la alternativa supusiera acercarme a la altura del arma de nuestro enemigo, porque entonces descubriría que era un hueso mucho más duro de roer de que lo que pudiera imaginar, es por ello que vislumbré mi momento y me lancé contra él.

Además tenía ventaja y no me refería a la superioridad númerica que disponíamos, sino a que con tanta extremidad, sería fácil romperle una. O eso creía, dado que una vez logré ponerme a su lado, realicé uno de mis golpes más fuertes contra su rodilla, claramente intento de partírsela, pero a pesar del poderoso impacto, la articulación no cedió.

En el fragor del combate, Hellen se lanzó con la artillería pesada contra el monstruo, intentando seguramente inmovilizarlo de por vida con aquel brutal golpe. Allison por su parte, deseaba interiormente que la barrera aguantase un poco más, pero tenía que ayudar de algún modo.

En condiciones normales hubiera optado por intentar sanar al profesor Firenze, pero viendo que Hellen estaba cuerpo a cuerpo con aquel engendro de cuatro brazos le ponía la piel de punta que pudiera pasarle algo malo. 

Las curas tendrían que esperar un poco más. - Profesor, aguante por favor. - le suplicó con cierta preocupación en su voz mientras se situaba cerca de él y apuntaba a la criatura con su varita, concretamente a sus múltiples brazos, para que Hellen lo tuviera más fácil a la hora de pegarle una tunda. - ¡Impedimenta! - conjuró, aunque algo le decía que aquel no era su día de suerte...