Partida Rol por web

Freneticas corrieron detras de los demonios miniatura, no bastaba que ellos las estuvieran molestando durante un buen rato y ahora se echan a corren, tocaba desquitarse.

En eso Kat y Jane se encontraban con los amigos de siempre en una situación de siempre -¿Que no podian ser como los amigos normales y jugar con ellos en el cesped?-. Dejo de lado pensamientos tontos y apúnto su varita al diablillo restante:

-Flipendo.

Dicho esto disparo un potente hechizo hacia el diablillo.

Los diablillos poco pudieron hacer contra los jóvenes magos, quienes los abatieron con premura.

Hellen y el patronus de Freddy cobraron rápidamente su cuota de sangre, despedazando dos diablillos en apenas un parpadeo.

Por su parte los certeros hechizos de las chicas de Ravenclaw, quienes fueron las últimas en unirse a la refriega, segaron sin problemas la vida de los diablillos restantes. 

Una vez acabada la reyerta, Allison, con mucha dificultad, logró estabilizar a Slughorn, quién pese a estar estable, aún no se encontraba fuera de peligro.

Al parecer la situación empezaba a estar controlada. Habiamos acabado con todos los diablillos y juntado los suficientes como para poder enfrentar a las criaturas del bosque que vinieran con malas intenciones, así que al final recuperé mi forma humana, la cual daba la sensación de haber salido de alguna película de terror al tener toda la cara, pecho y brazos llena de sangre de los demonios. Y sabía a rayos, por lo que lo primero que hice fue escupir, sin disimulo alguno, para intentar quitarme ese asqueroso sabor de la boca.

- Qué asquerosos.

Protesté a continuación mientras me acercaba a ver el estado de Slughorn, acompañando el trayecto con varios escupitajos más, hasta que al final me decidí por limpiarme de una vez.

- Fregotego.

Realicé el hechizo sobre mi misma, aunque a pesar de haber quedado inmaculada, seguía teniendo ese desagradable sabor en la boca.

- ¿Cómo se encuentra Slughorn?

Pregunté a las improvisadas enfermeras mientras vigilaba que Artemis no estuviera demasiado herido y fueran sólo arañazos. Menuda manía tenía de acabar siempre camino a la enfermería.

Acabados con los diablillos, mientras Allison y Daphne asisten al profesor malcarado y Hellen se acerca a Artemis, mantengo la varita en mi mano, observando atentamente el perímetro, manteniendo la guardia alta por si vuelve a aparecer alguna otra criatura de esas.

- Artemis, - digo sin dejar de mirar al bosque - ¿qué ha pasado? ¿Sabes qué le ha ocurrido al profe?

Cuando iba a buscar ayuda, escuché un grito y vi a unos diablillos que parecían estar arrastrando a alguien, así que decidí seguirlos. 

Cuando los alcance, encontré al profesor Slughorn siendo atacado por esas cosas. Con ayuda de Falcor, logré quitárselos de encima mientras él perdía la consciencia.

Luego pedí ayuda. Lo demás ya lo saben. - respondo con calma, mientras me desabrocho la túnica.

Demonios, ni ha terminado el primer día de clases y mi uniforme está hecho un desastre. Bueno creo que mejor atiendo mis heridas, no quiero visitar a Madame Pomfrey tan pronto. - digo mientras empiezo a quitarme la chompa y la camisa, dejando a la vista mi torso.

¡Episkey! - digo mientras apunto mi varita hacia mi cuerpo. El hechizo no basta para curar por completo mis heridas, pero al menos consigue cerrarlas adecuadamente.

Ahora el uniforme. - digo poniéndome de pie, dejando a la vista las ccicatrices que me dejó el ataque del año pasado, las mismas que son un constante recordatorio de que debo mantenerme alerta todo el tiempo.

¡Reparo! Bueno, ya quedó, lástima que está hecho una mugre. - digo resignado, mientras me visto de nuevo.

Siempre que usen un hechizo de curación, sumen a su tirada su habilidad de primeros auxilios, para saber cuanto sanan.

Las cicatrices de Artemis os llaman bastante la atención, salvo a Freddy quién ya las había visto el año pasado. No en vano comparten dormitorio.

Inspiro con profundidad al ver las heridas de Artemis y no precisamente por las nuevas, sino por las ya cicatrizadas. ¿¡Pero cómo eran sus entrenamientos!? Una cosa era el haber conocido al viejo Flamel y descubrir su contundencia, pero era imposible que su padre le hiciera pelear hasta esos extremos ¿verdad?

- Fregotego.

Vuelvo a repetir mecánicamente aunque bastante preocupada por él.

- ¿Pero qué hacía por aquí Slughorn? Quiero decir, nos dijeron que teníamos nuevo profesor de pociones y jefe de casa, no había motivos para que estuviera aquí.

Señalo antes de pensar levemente en el tema y acabar señalando al profesor con mi varita y susurrar algo.

Era un conjuro más allá de mis capacidades, pero debía intentarlo.

- Legeremens.

Pronuncio y noto cómo la magia me lleva a la mente del profesor, pero las imágenes pasan con demasiada rapidez como para ver nada.

Viendo que el peligro había pasado, o al menos por el momento, Allison se gira para mirar al resto mientras conversan. Por suerte Artemis saldría de esta sin visitar la enfermería... Pero, por todos los dioses, ¿cómo es posible que un chico pueda tener tantas cicatrices? Realmente el incidente del año anterior había sido terrible.

Aunque ahora había cosas más importantes en las que pensar, la pelirroja sacudió la cabeza levemente y centró su atención en Hellen, que apuntaba a un dato curioso. - Es cierto, es bastante extraño que él esté aquí. Aunque... Antes de ponernos a buscar respuestas... - la niña miró al cuerpo del profesor, que todavía parecía inconsciente. - Deberíamos salir de aquí pronto y regresar al castillo pero.. ¿Cómo vamos a transportarlo? Hay que llevarle a la enfermería para que lo traten. - preguntó al resto, mientras ella misma intentaba pensar en algún modo de hacerlo. No me veo capaz de levantarlo a pulso, y mucho menos moverlo... Hmmm.. tal vez..

- ¿Usando Wingardium Leviosa, quizá? - añadió mientras se ponía en pie y vigilaba sus alrededores.

Fuera lo que fuera lo que hubiera hecho, comienzo a parpadear con rapidez antes de acabar por trastabillarme al volver a mi ser cuando Allyson pregunta sobre la forma de regresar con el profesor.

- O haciéndolo más manejable - sugiero una vez me estabilizo - Podemos encogerlo o hacernos más grandes.

Expongo dos opciones más a la lista, pues en cualquier caso no podíamos esperar más ayuda con el incidente de la torre de Ravenclaw que tendría a todo el mundo pendiente en el interior del castillo.

- Doctoras...

Bromeo levemente para que Allison o Daphne tomaran una decición al respecto, pues mis conocimientos médicos casi se limitaban a señalar y decir cuánto me dolía.

Con la mirada clavada en la espesura del bosque, escucho la explicación de Artemis, mientras asiento.

- Hay algo raro en todo esto. Unos diablillos como estos no deberían de haber sido capaces de poder con un profesor como el malcarado. Aqui hay algo que huele mal. Tendremos que preguntarle cuando se recupere.

Voy andando por el perímetro del claro, varita en ristre cuando empiezan a hablar de como trasladarlo.

- Bueno, también podriamos intentarlo con una camilla. Hay un montón de madera por aquí, con un par de Reinifors no deberías tener problemas con eso.

Gracias linda, ahora sí quedo como nuevo. Debo aaprender ese hechizo.- le digo a Hellen con una sonrisa.

Luego centro mi atención en Slughorn.

¿Y si llamamos a la caballería? Aunque la opción de las camillas es buena. Unos cuantos difindos para cortar la leña. Y luego la transformamos entre todos.

No puedo creer que Slughorn sea tan débil. 

Quizá lo tomaron por sorpresa como a mi.

Aunque el agradecimiento de Artemis me hace sonreir levemente, la alegría de esa sensación no perdura.

- Es un patán - señalo inmisericorde - Es incapaz de diferenciar un encantamiento de otro, quizás sólo tenga talento para las pociones.

Podía sonar cruel, pero era lo único que me había demostrado el profesor en mi primer año en Hogwarts y su estado actual no ayudaba a mejorar mi impresión de él.

Las palabras de Hellen me toman por sorpresa. Sabía que detestaba a Slughorn, pero nunca imagine que tanto.

Decidí abrazarla para calmar un poco su mal humor. 

Bueno, voy a cortar unas ramas y luego las convertimos en camilla, con algo de suerte regresamos al castillo antes de la cena. 

Por cierto Kat, Jane. ¿Qué pasó allí arriba?  - pregunto mientras me enfoco en unos árboles cercanos.

¡Difindo! - digo apuntando mi varita hacia un árbol dejándolo sin varias ramas. - ¡Creo que se me paso la mano! - agrego rápidamente con algo nervioso.

Ya con diablillos muertos tocaba el recuento de los daños, Kat vio aliviada que todos en el grupo eran lo bastante autosuficientes para antender sus heridas y dolencias. Entonces Artemis mostro su torso lleno de cortes -Santo cielo ¿Que te paso?-Se pregunto en sus pensamientos, no lo dijo en voz alta por que no parecia el momento y el lugar para hacerlo.

En eso Artemis pregunto el como es que habian llegado ahí a lo que Kat se limito a responder medio-sorprendida:

-Estaba tomando una siesta cuando de repente el dormitorio exploto, en eso Jane me tomo del brazo y volamos en su escoba hacia los jardines, no paso mucho cuando vimos una bengala roja y bajamos a ayudar.

Kat dijo lo que sabia, aparte de que hace media hora estaba dormida no sabia mas, esperaba que Jane pudiera darle respuestas despues.

Me dejo abrazar por mi novio sin objeción alguna. Lo mucho que me desagradara el profesor no era motivo suficiente para rechazarlo, además Kat pronto reveló no ser la culpable de la explosión en la torre, lo cual también era un peso encima menos. Estaba segura que aquel desastre traería consecuencias.

- Reinifors.

Pronuncio una vez están todas las ramas en el suelo y demostrando mi pericia con el conjuro y su escuela al dar lugar a una excelente camilla.