Partida Rol por web

¡Había funcionado! Estaba pletórica, no podía creerlo. Se acercó a la apertura en el suelo dispuesta a bajar por aquel extraño tobogán cuando un fantasma la sorprendió. Myrtle La Llorona, la razón por la cual nadie usaba esos baños nunca. Sin embargo, no sería buena idea enojarla de ninguna manera, no vaya a ser que fuese a hablar con los profesores sobre su aventura.

Hola Myrtle, que alegría conocerte al fin. Yo soy Hannah. Hannah Cauldfiel, de Slytherin. No sabía por qué había mentido con su nombre pero de repente sintió la necesidad de ocultar su identidad por miedo a posibles represalias. Y gracias por la advertencia de las serpientes. Tendré cuidado, no te preocupes. Bueno, pues encantada. ¡Ya nos veremos!

Y saltó. No tenía grandes intenciones de quedarse a oír la respuesta de un fantasma cuando la alternativa era visitar la famosa Cámara Secreta.

Tras terminar la clase, se dirigen a unode los patios interiores del castillo, el patio de transformaciones para ser más exactos y aunque el lugar está lleno de alumnos encuentran un lugar en donde platicar con calma.

Mientras se están acomodando, un papel cae desde un árbol cercano justo sobre el regazo de Alexander, quien al levantar la mirada sólo ve cuatro puntos rojos brillando entre el follaje.

Alexander ¿Tienes alguna idea de quien puede ser el usuario de magia sagrada? Es importante que nos encarguemos de él antes que se haga más fuerte. Tengo una idea para descubrir de quien se trata, pero no sé que tal salga todo.

Quizá con algo de suerte hasta podamos deshacernos de Dumbledore junto con él. ¿Qué dicen?

La nota dice:

"Existen algunos salones abandonados que puede usar para sus fines mi señor, pero la vigilancia en el castillo es demasiado elevada, le recomiendo buscar otro lugar para sus experimentos. Exsite una habitación en el segundo sótano que casi nadie usa y visita, pero está infestada de doxys."

-. El esbirro solo me informó que el usuario de magia sagrada es un sangre sucia, de estatura promedio, cabello castaño oscuro, ojo marrones y con una bufanda roja con negro-. Miro animadamente aquellos puntos rojos que se esconden en el follaje-. Además señorita ¿no te había dicho anteriormente que el bastardo que usa magia sacra se encuentra grave en el hospital? O ¿acaso tengo que repetir todo el informe anterior? Pido que pongan más atención en nuestras reuniones…-. Suspiro mientras guardo el papel en mi bolsillo-. En fin, antes de liquidarlo necesitamos un lugar para vuestras invocaciones y preparar de mejor forma nuestras herramientas... y sobre Dumbledore por ahora seria una accion imprudente... estara debil... pero sigue siendo un fuerte oponente... al menos por ahora-. Vuelvo a forma una sonrisa oscura-. Me acaban de informar que hay una habitación, en el segundo Sótano, que podemos usar para nuestras nobles investigaciones… solo que hay una plaga de Doxys-. Hago sonar mi delgado esqueleto-. Solo deberíamos exterminarlos o someterlos… da igual la opción-.  Una pequeña risita cómplice sale de mis partidos labios a la vez que vuelvo a mirar aquellas luces rojas mientras concentro mis energías en nuestro pacto-.Akibel buen trabajo… ahora requiero de vuestra presencia en el segundo sótano para que nos ayudes a exterminar o doblegar a los Doxys… reagrúpate con Amalek si y solo si este ha terminado con mi encargo-. Ordeno usando mi mente como canal de comunicación…

-.podemos ir inmediatamente a zanjar nuestro asunto-. Humedezco mis labios con saliva-. Tendremos apoyo así que no deberiamos tener problemas con esta mierda-.sigo caminando al lado de mis oscuros camaradas… 

El viejo está débil y vulnerable, creo que podríamos acabar con él con facilidad, usando alguna clase de veneno o algo así. Pues sé que confrontarlo directamente es casi suicidio. 

En fin,  si pprefieres esperar a que recupere sus fuerzas es cosa tuya Alexander.

Bueno pues en marcha, guíanos a nuestro nuevo santuario.

Creo que deberíamos tratar de mantener un perfil bajo hasta que tengamos mejores capacidades o, y es la otra opción, jugárnosla individualmente para matar a Dumbledore. Es decir, envenenarle es una opción y, desde luego, es una opción muy atractiva pero tenemos varios problemas.

En primer lugar que, imagino, estará bastante vigilado. No creo que sea tan fácil matarle. Pero todo tiene solución así que pasemos al supuesto de que le matamos.

¿Y si le sustituye alguien peor? Os recuerdo que una de las posibilidades es que se elija a alguien mucho más peligroso que él para dirigir este colegio. Por ejemplo, imagina que hasta nuevo aviso se queda como director en funciones Potter. Tal vez un Dumbledore enfermo sea mejor que un Potter sano.

Tenemos que tener esa posibilidad en cuenta, pues es un riesgo.

-. ¿Y tú crees que un veterano de más de cien años caería en la trampa de tres alumnos? No lo creo, aquel mago es más astuto que un zorro y creo que la edad lo ha agudizado en vez de debilitarlo… por eso mismo, propongo preparar las herramientas correctamente en vez de saltar a tontas a locas a un situación llena de incertidumbre… recuerda que la impaciencia es la antítesis del fracaso… o eso me decía mi abuelo-. Dije tranquilo mientras nos encaminamos hacia el segundo sótano…  

-. Toda la razon señor Olson... y no solo nos arriesgamos a que Potter intervenga, si no, que tambien que todo el maldito ministerio venga a por nosotros... asi que por ahora discreción...-. sonrio nuevamente para sentenciar-. Al menos hasta que consigamos la bendición de Bucon...-...

Mientras los demás se dirigen a sus respectivas casas, ustedes dos esperan ocultas en un pasillo cercano a que el director abandone el comedor.

Afortunadamente, no tienen que esperar demasiado, puesto que el profesor Dumbledore no tarda mucho en salir de la habitación en compañía de la profesora McGonagall y Harry Potter.

-Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas, cuatro ovejitas, cinco ovejitas, seis ovejitas, siete ovejitas............354 ovejitas........-

Katherin contaba ovejitas una tras otra mientras esperaba a que todos se fueran a sus dormitorios. Sentia que la espera se hacia eterna.

Por suerte todos ya se habian ido y habia via libre. La brujita iba a ir ha tocar la puerta cuando el director salio de la oficina, no iba solo, estaba con el la profesora Macgonagall y Elegido, Katherin intento evitar verlo a los ojos o la cara en general. Con esta actitud la brujita se acerco al grupo de profesores y declaró en voz baja:

-Buenas noches Director Dumbledore, Profesor Potter, Profesora Macgonagall. He estado investigando por mi cuenta desde que atacaron a Artemis y logre averiguar que lo ataco, fue un diablillo, como los que nos atacaron en el lago el otro dia.

Dicho esto espero a que los adultos terminaran de asimilar lo que habia dicho. Luego concluyó:

-Estoy segura que el responsable de los ataques esta usando diablillos para sus fines. Posiblemente sea un estudiante o profesor.

Nos quedamos escondidas esperando al profesor Dumbledore. Cuando lo vimos, me pareció genial que estuviera con la profesora McGonagall y Harry Potter. Era conveniente hablar con todos y saber qué opinaban, puede que ellos supieran algo y eso nos diera alguna pista sobre lo que estuviera pasando.

Nos acercamos a ellos, y dejé que Kat hablara, dándole mi apoyo silenciosamente y mirando las reacciones de los adultos a sus palabras.

Muy buenas noches señorita Darling, señorita Rose. - responde Dumbledore inclinando levemente la cabeza.

¿Diablillos? ¿Aquí en Hogwarts? Bien tendremos que ocuparnos de eso a la brevedad posible. Aunque, por otro lado señorita Darling, sus acusaciones son bastante serias. ¿Tiene Usted alguna prueba de ellas? - pregunta el director en tono calmado.

Ante las palabras Dumbledore, Harry y McGonagall las observan fijamente, esperando vuestras respuestas.

- Katherin, ¿te acuerdas de lo que pasó con el diablillo petrificado? ¿Quien se lo guardó? - le susurré a Kat cuando el profesor Dumbledore nos pidió pruebas. No esperaba que nos creyera a la primera, pero ya habíamos pasado alguna aventurillas como para tener al menos algunas pruebas - también podemos enseñarle la ropa rasgada de Artemis y el libro donde encontraste la información.

Las palabras del profesor Dumbledore pusieron a sudar a Katherin, no esperaba que le pidieran pruebas a sus palabras, por suerte estaba Jane a su lado susurrandole buenas ideas. Volteó los ojos de manera lenta y sutil y le susurró a su amiga:

_{-No me acuerdo donde esta la estatua ahora mismo, pero lo demas.........}

Dijo para luego regresar con el profesorado y decir:

-No se si le sirva pero encontre marcas de arañazos en las ropas que llevaba Artemis el dia en que fue atacado, luego de investigar un poco en un libro sobre criaturas perversas averigue que las marcas eran de las garras de un Diablillo. Tambien esta una escultura de un Diablillo que fue petifricado luego de el y unos de sus amigos nos atacaron en el lago..........espere-Dijó Katherin mientras cruzaba los brazos para tratar de hacer memoria, hasta que luego de algunos segundos de meditación burda recordó algo-Ya me acorde, lo dejamos petrificado en la orilla del lago, sus amigos lo dejaron abandonado luego de que mate a uno y neutralizaron a otro.

De repente la pequeña se acordo de algo mas venido de su memoria, volteó hacia Jane y le dijó:

-Creo que ya se por que atacaron a Artemis, ¿te acuerdas esa extraña magia que uso en esa pelea?, los diablillos dijeron que el era muy peligroso y trataron de matarlo antes por eso.

Dicho esto volvio a mirar los profesores, esperaba que eso sirviera como la evidencia que ellos necesitaban para creerle.

¿Extraña magia? - pregunta Harry bastante interesado. - ¿A qué clase de magia te refieres? ¿Recordarás el nombre del hechizo pequeña?

Aparecen en medio del patio de transformaciones en compañía de Dagoba, quien, erguido mide casi dos metros de alto. Frente a ustedes se encuentran Akibel y Amalek, quienes se acercan a Alexander para luego saludarlo con una reverenia, siendo Akibel el primero en hablar.

- Mi señor, el usuario de magia sagrada ya no se encuentra en la enfermería, pero mis esbirros lo están buscando en este momento y no creo que tarden mucho en localizarlo. - dice Akibel mientras se pone de pie y espera órdenes.

- Sólo muéstrame el camino maldita alimaña y yo me haré cargo de ese imbécil por la gloria de Bucón. - dice Dagoba azotando su lanza estrepitosamente contra el suelo, lo que provoca una muestra de desagrado por parte de Amalek.

- Mi señor si seguimos haciendo tanto alboroto, podríamos atraer atención no deseada y si eso sucede no sería prudente que lo encuentren en nuestra compañía. - protesta Amalek mientras observa con desagrado a Dagoba, quien a su vez le muestra los filosos colmillos.