Partida Rol por web

Entrais en clase y veis a un profesor bastante joven comparado con los que habéis tenido hasta ahora, el profesor os mira con una amplia sonrisa y os pide que entreis

- Los nuevos, ¿estais nerviosos? Yo también lo estaba en mi primera clase, mi nombre es Ernest Macmillan, seré vuestro profesor de defensa contra las artes oscuras, aunque muchos dicen que desde que el Señor Oscuro fue eliminado y sus mortifagos enviados a Azkaban, no hace falta esta asignatura, pero creo que saber defenderse siempre es bueno, ¿no creen?

Hoy os enseñaré un conjuro básico, Expelliarmus, sirve para quitarle la varita al contrario, venga, uno por uno, a ver quien me quita la varita.

2º mitad de la clase

- Muy bien, parece que lo tenéis dominado, ahora os enseñaré un conjuro ofensivo, gladii pluvia, hace que varias agujas se creen, pero es una ilusión optica, pues solo una de ellas es realmente la verdadera. Es algo más dificil que la anterior, pero confio en que consigais aprender este conjuro que os será de mucha ayuda en caso de tener un duelo. Veamos que tal se os da

Arcturus se levantó como un resorte el primero, apunto al Profesor McMillan con su varita y puso todo su enfasis en decir

-EXPELLIARMUS!!

La varita del profesor voló de su mano y Arcturus volvió contento a su asiento. Luego de que todos pasasen, el profesor explico otro hechizo. Se concienció en realizarlo.

-Gladii epluvia!!

Unas chispas brotaron pero no pasó nada de nada.

Llegué temprano como todos los días, y mirando donde se sentaría Samantha la saludé con una sonrisa, sabría que más tarde llegaría Alexander y estaría todo el equipo unido. Llevaba mi libro de mala calidad, y estaba interesado en ver de qué trataría esa clase. Escuché con atención al profesor, y fui con una sonrisa para intentar vencerlo;

-¡Expelliarmus! –Apuntando a la varita del profesor.

Tal cual como esperaba lo desarmo sin problemas, había hecho bien el hechizo. Sabía que me podría servir bastante en el futuro. Cuando nuevamente tocó el tema del siguiente conjuro, me concentré, y ocupé mi magia;

-¡Gladii pluvia! –

Y varias agujas de color negro verdoso aparecieron. Había logrado nuevos conjuros, y eso me hacía sentir orgulloso. Tendría que seguir practicando para superarme con todos ellos. Una vez tuve algo de tiempo libre, quise probar nuevamente Expelliarmus, pero de forma intensificada. Lo logré sin problemas, dándome cuenta que era un conjuro bastante simple.

Corrí por los pasillos junto a los demás chicos y chicas de mi clase hasta llegar al tercer piso y divisar la clase de defensa contra las artes oscuras.

Cuando vi al guapo profesor supe de inmediato que me iba a gustar mucho esa clase y que seguramente aprendería bastante.

Así que comencé con el primer hechizo.

-¡Expeliermus!- exclame, el profesor salio volando. me disculpe enseguida con el profesor pues no era mi intención darle tan fuerte.

(Segunda parte)

Ya llevaba dos días de clase y estaba claramente chafada con mis resultados, ya estaba esperando que el director me mandase de vuelta a casa con una carta que dijera que no valía para ser bruja…

Pero aun así, faltaba un hechizo que realizar en la clase actual y me decidí a llevarlo a cabo.

-Gladii epluvia…- susurre, unas cuantas agujas salieron de la varita pero al momento se desvanecieron como si fueran polvo.

Al llegar a clase me siento en primera fila y pongo atención hasta el último movimiento del profesor Macmillan para luego intentar el primero de los hechizos, el cual según mi padre es el arma básica de cualquier auror y lo logro.

Tan pronto logró aprender el primer hechizo, me pongoa revisar mi manual mientras escucho la clase para luego prestar toda mi atención al nuevo hechizo, el mismo que era un poco más complejo que el anterior pero eso no me iba a vencer, así que pongo manos a la obra y lo consigo.

Ingreso al aula de DCAO junto a Johan, saludo al Profesor y a mis compañeros educadamente para luego ubicarme en uno de los asientos junto al Slytherin. 

Durante la clase voy tomando nota de las explicaciones y cuando al fin me sentí segura doy inicio a las prácticas. Por suerte el Expelliarmus parecía simple al lanzarlo y conocía lo efectivo que puede ser por ejemplo en un duelo ya que de acuerdo a la potencia del hechizo podrías quitarle la varita a tu contrincante o empujarlo en el aire mediante un derribo.

Satisfecha por mi desempeño observo a Johan para ver que tal le sale. -Vamos que no es difícil,  seguro saldrá muy bien.

--- Segunda Parte---

Al finalizar la primer parte de la clase con éxito,  ahora me tocaba aprender un nuevo hechizo. Atenta a las explicaciones y sobre todo a la pronunciación para lanzarlo agito la varita diciendo: - Gladii pluvia - y a los pocos segundos los resultados estaban a la vista, a diferencia de transformaciones DCAO era lo mío. 

Con unas ojeras negras, Alexander caminaba sonámbulo por el salón de clase para dirigirse hacia donde estaban sus interesantes camaradas, luego de saludar se sienta al lado de Richard para posteriormente mirar el pizarron, cuando el profesor empieza a hablar y menciona que Lord Voldemort fue destruido susurra con un poco de indignación-. Las sombras son eternas… ya verán-.

Con una cara de rencor Alexander agita su varita y al momento de pronunciar-. Expelliarmus-. Con una voz gutural llena de desprecio hacia todos los presentes en aquel salón, despoja sin ningún problema la varita del profesor…

Segunda parte:

Al explicar el segundo hechizo el malhumorado mago con una cara sádica, saca de su bolsillo a un pequeña cria de gato, que había cogido en el jardín hace ya varios días, lo posiciona en una mesa y mientras se lamia sus labios de forma libidinosa, exclama apuntando con su varita a aquella moribunda cría-. Gladii epluvia-. Al momento que pronuncia esas palabras centenares de agujas rodean al pobre gato y una a una perforan el vulnerable cuerpo de la pequeña criatura que por instinto chillaba de desesperación, hasta que la verdadera aguja traspasa su cráneo abriéndose paso por unos de sus ojos hasta salir por el otro lado, cubierta de Líquido cefalorraquídeo-. Jajajajajaja esto fue excitante-. Lame su varita de forma pervertida-. Ahora Nergal a comer-. Le ordena su Murcielago que inmediatamente lo devora de un solo bocado, mientras su amo vuelve a su puesto junto a sus oscuros camaradas...

Me dirijo a la clase más esperada somnolienta. Defensa contra las artes oscuras me emocionaba. ¡Quiero ser la mejor en esta asignatura! Y creo que mis nervios se notaban mucho.

Me senté en los asientos de adelante, pero no en los de la primera fila y escuché atentamente lo que decía el joven profesor. Saqué mi varita y después de unos compañeros fui la siguiente en intentar desarmar al profesor.

-¡¡Expelliarmus!!- exclamé con todas mis fuerzas, logrando desarmarlo sin dificultad. 

Segunda parte

Estoy sonriente y con mucha más confianza que antes, pero ahora tengo que superarme con algo más difícil. 

¡Gladii pluvia! exclamo. Pero no sucedió nada. 

Frustrada, decidí intentarlo de nuevo. -Gladii pluvia..- dije nuevamente, con pocas ganas. Esta vez fue peor que la anterior.

Volví a sentarme en mi lugar, resoplando. Tendré que practicar mucho en mi tiempo libre.

Finalmente Samantha había podido despertarse en la mañana sin ningún problema, por lo que una vez se hubo arreglado, llegó temprano a clases. Allí se reunió con Alexander y Richard saludándolos con un gesto de mano, manteniendo su máscara de acero, su rostro siempre serio. No le sorprendió que el profesor fuera joven, pues durante la guerra habían muerto muchos magos, de hecho, le sorprendía que los otros profesores fueran tan…decrépitos. Pasó después de sus compañeros, y concentrando sus energías dijo;

Expelliarmus

Dijo, y la varita salió volando a una velocidad increíble, por poco y se rompía en trozos contra una pared. El Expelliarmus de Samantha había sido muy potente. Luego de eso, a medida que avanzaba la clase, el profesor explicó un nuevo conjuro, el Gladii pluvia…le parecía inservible, pues no le gustaban las ilusiones. Se concentró, y lanzó el conjuro;

Gladii pluvia

Nuevamente, salió una tremenda cantidad de agujas, y el conjuro resultó un éxito. El poder de Samantha demostraba que esos conjuros estaban muy lejos de ser los que le venían a su nivel, por lo que se dispuso a practicar a forzar su magia para hacer los conjuros más poderosos. Volvió a lanzar Expelliarmus, una, dos veces, cada vez más potente, hasta que sintió que era lo suficientemente fuerte. Probablemente con ese expelliarmus podría lanzar una varita muy lejos. Luego de eso intentó lanzar otra vez el Gladii Pluvia, pero no lo logro. Aún le faltaba más entrenamiento para poder mejorar ese conjuro.

Por fin una asignatura que me gusta. Escucho la explicación del Profesor y asiento.

- Allá vamos. - digo mentalmente cuando me toca realizar el primero de los Conjuros.

- Expelliarmus. - digo apuntando al profesor consiguiendo desarmarlo sin ningún problema.

- Bien. - me digo a mi misma.

Segunda parte

La segunda parte de la clase parece más interesante.

- Curioso. - pienso.

Cuando me toca avanzo impasible.

- Gladii pluvia. - digo con hilo de voz casi inaudible.

Evidentemente no pasa nada.

Carraspeo.

- Perdón, se me fué la voz.

- ¡¡Gladii pluvia!! - digo esta vez con voz bien alta y total determinación.

Al instante se forman infinidad de Agujas que salen disparadas hacia Alexander clavándose en el hombro donde se encontraba su murciélago ensartando el ala de este. Dos por el precio de uno. Una aguja no hace mucho daño a un niño pero al ala de un murciélago ... tal vez aunque no lo creo.

- Así aprenderás a dejar de ser tan desagradable. - digo sonriendo.

Ya estaba harta del trío siniestro.

- Bien hecho Arietis. - susurro llegando hasta mi compañera.

Allison se había levantado temprano ese miércoles, le hacía mucha ilusión asistir a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, y no pensaba llegar tarde. 

Le sorprendió ver a un profesor más joven que el resto de maestros,  al entrar le saludó y se sentó junto con el resto de sus compañeros. Escuchó las explicaciones del profesor Macmillan y se dispuso a probar el hechizo Expelliarmus contra la varita de su maestro.

-Vale, allá voy profesor Macmillan... ¡¡Expelliarmus!! - dijo con firmeza enarbolando su varita y con una fuerte sacudida, la varita de Ernest Macmillan salió despedida por los aires, Allison abrió mucho los ojos sorprendida. - ¡P-perdón! -  dijo al ver el efecto de su hechizo, aunque realmente lo había hecho bien.

En la segunda parte de la lección, aprenderían otro nuevo hechizo, uno que según su maestro era especialmente útil en duelos. ¡Muy bien! Veamos si me sale...

- Gladii pluvia. - Pero cuando se dispuso a lanzar el conjuro, tan sólo unas finas agujas aparecieron que en cuestión de segundos desaparecieron - Ah... Casi lo tenía... - refunfuñó para si misma, se volvió a concentrar una vez más ignorando al resto de compañeros, para no distraerse y lanzar bien el hechizo.

- ¡Gladii pluvia! - dijo con firmeza y esta vez las agujas se volvieron claramente visibles y aterrizaron sobre la mesa en la que estaba sentada. Pero sólo la que no era una ilusión perforó ligeramente la madera del pupitre. - ¡Sí! - exclamó satisfecha con su resultado.

Observé como la chica atacaba a Alexander y le dije al profesor;

-¡Profesor, una compañera esta atacando a Alexander sin causa alguna! -

Y luego de eso, la miré y conjuré;

-¡Expelliarmus!-

Intentando desarmarla para evitar que siguiera atacando a más compañeros sin razón alguna.

Vi como Stella Malfoy había lanzado el hechizo Gladii pluvia a Mengele porque este había lanzado el hechizo a una cría de gato, dios mío…cuando me di cuenta la pobre cría estaba siendo comida por el murciélago de mi compañero de clase.

Olson había llamado al profesor para que le llamara la atención a Stella.

-disculpe profesor pero no creo que se permita hacer lo que Mengele a echo en clase y menos tener a las mascotas en las horas lectivas….-dije al profesor y después mire a Olson enfadada.

-como tampoco veo normal que se ataque a una compañera en clase sin el permiso del profesor….-seguí diciendo.

"Maldito Mengele se lo tiene merecido" - pienso mientras intento recordar en dónde he escuchado su apellido antes. Estoy seguro que mi madre lo ha mencionado alguna vez voy a enviarle una lechuza.

Al rato escuche la voz de Olson quien apuntaba su varita contra Stella, así que decidí intervenir.

Olson estoy seguro que fue un accidente, así que ¿Por qué no nos calmamos todos y bajas tu varita? Dejémos que el profesor Macmillan resuelva esto. - digo intentando tranquilizar a Katherin quien parece estar muy enfadada, al tiempo que me acerco a ella.

- Buen intento. - digo asiendo la varita sin que esta se mueva lo más mínimo.

Al recibir la aguja directa en el hombro, Alexander con una sonrisa exclama feliz-.OOOOOOHH DOLOR COMO TE EXTRAÑABA JAJAJAJAJAJA-. Reía el joven mago de forma psicótica-. ¿O no Nergal? ¿No te recuerdan a los castigos del abuelo?-. Le pregunta a su murciélago que también había sido herido-. Pero parece que la sangre de los Malfoy sigue igual de cobarde que sus antecesores, lastima….-. Coge a su mascota y le saca la aguja, para luego mirar de forma burlesca a Stella-. Como hubiese deseado que el innombrable castrara al cobarde de tu padre así nos hubiéramos ahorrado el desperdicio de oxigeno que significa tu asquerosa existencia-. Sonríe mientras pone a su murciélago en su hombro herido, para que este se alimente de su sangre.  

Entró en cuanto pudo para tener un sitio bastante decente junto con los de su casa y los más interesados en aquella materia. Sin duda era algo importante saber toda la materia y los conjuros de los que aquellos libros para combatir las artes oscuras hablaban. Él sabía bien que había cosas dentro de los libros, frecuentemente los antiguos, que jamás deberían ser hechas o creadas.

Se colocó en situación y afianzó su varita a su mano para, cuando llegó su turno, lanzar los hechizos que el profesor amablemente les enseñaba - Expelliarmus - Proclamó esperando resultado alguno mas de la punta de su varita nada salió dejándolo algo apenado.

- Concéntrate, Gabriel, el siguiente tiene que salirte - Pensaba mientras se iba a un rincón para probar suerte esta vez. Cogió la aguja y apuntó con su varita para ver si esta vez salía algo más decente - Gladii pluvia - Dijo en alto para observar cómo aquel filamento de acero se levantaba un milímetro de la mesa para terminar por caer sin realización alguna del hechizo.

Iba a probar nuevamente el primer conjuro con el profesor pero en cuanto oyó a Mengele hablar de aquella forma a una Slytherin se enfadó de tal manera que por pura rabia lo apuntó con la varita - Callate - Pensó intentando contenerse para lanzar lo que tenía planeado mas no contra él sino contra el profesor - ¡Expelliarmus! - Proclamó iracundo desarmando a su mentor. No le gustaba la gente como aquel chico, odiaba los malostratos a todo ser viviente y Alexander se estaba pasando de la ralla en aquel momento aunque incluso antes cuando mató a aquel pequeño gato.

Cálmate Mengele, además si me lo preguntas tú te lo buscaste por asesinar a ese gato sin razón alguna. - digo malhumorado ante la mención de Voldemort.

"Este psicopata se la esta buscando" - pienso mientras observo su reacción - "¿Quién rayos es su abuelo y cuál es su relación con el señor tenebroso?"

Al final de la clase me acerco a Stella - ¿Qué fue todo eso Malfoy? ¿Sabes que pueden expulsarte por eso? Trata de controlarte un poco la próxima vez. Sé que las palabras de un mestizo como yo poca influencia pueden tener en tí pero odiaría ver que alguien con tus convicciones sea expulsada por culpa de un idiota sádico. - le digo mientras trato de irme con ella a un lugar apartado donde podamos conversar en privado.