Partida Rol por web

Hasta acabar la clase, probé nuevamente a examinar la manzana tamaño pipa tal y como había hecho en clase de transformaciones con el Remifors y el Veiridicun. Al parecer el hechizo lo que hacía era eliminar el espacio sobrante, lo mismo que una pasa se hacía más pequeña pero sin perder el agua en el proceso, así que si mi teoría era correcta el Engorgio lo que lograba era aumentar los espacios de su interior del mismo modo que a cómo se hinchaba un globo.

- Engorgio.

Pronuncié nuevamente y ésta vez para mi alegría, la manzana recupero su forma , dejando en agua de borrajas que mi teoría fuera cierta o no.

- Por cierto profesor, algunas chicas estamos haciendo un concurso en el que sorteamos una caja de ranas de chocolate, auqnue más bien es el premio al ganador... y nos preguntábamos... bueno, ¿que cuántos instrumentos sabe tocar? 

Pregunto haciendo alusión a su posición como director de la banda del colegio.

Freddy llegó a toda velocidad y cansado a la clase de encantamientos. Algo adormilado escucho al profesor explicar los hechizos. Todos ellos le parecían interesantes, pero estaba distraído y quizá no había escuchado correctamente las instrucciones para conjurarlos. Trato de realizar el Engorgio y el reductio, pero solo consiguió que salieran chispas de su varita. Sin embargo, al realizar el hechizo de Alohomora, no sólo no consiguió abrir la cerradura, si no que la fundió contra el cofre y tuvo que esperar a pedir ayuda al profesor al final de clase.

Después de clase

Un poco más despejado y con la inestimable ayuda del profesor que le cambió el cofre por uno nuevo, el joven Townsend por fin consiguió realizar los hechizos. En primer lugar agrandó el cofre, para posteriormente reducirlo. Nervioso, trató de abrir el cofre y, aunque sus movimientos fueron extraños, el profesor guió su mano y consiguió abrir el dichoso objeto. Cerrarlo con el hechizo Ferma no fue difícil y lo consiguió a la primera con una gran sonrisa en su cara. Había terminado los hechizos aunque no sin problemas.

Entré en clase muy pensativa, sin apenas prestar atención a lo que decía el profesor. Por suerte, el primero de los hechizos que nos enseñó ya lo conocía por lo que no tuve problemas con él. Apunté a mi manzana y esta adquirió un tamaño mayor. Luego, lo apunté con la varita.

- Reduccio.

El conjuro reductor era muy parecido al agrandador por lo que la manzana volvió a su tamaño normal enseguida. Sin embargo, el conjuro ladrón se me resistió más.

- Alohomora - el cofre no se abrió ni un milímetro y se quedó cerrado.

Vi algunos de los alumnos hacer otro conjuro parecido y quise probar. 

- Ferma - esta era más sencilla y lo logré enseguida.

Después de clases, me quedé un rato para ensayar el alohomora y lo logré con cierta dificultad y algo de ayuda del profesor. Tan pronto como lo conseguí, le di las gracias al profesor y salí corriendo, ya que tenía un cita pendiente.

Allison llegó a clase y tomó asiento junto a Merida. Tenia que reconocer que era una de sus asignaturas favoritas, siempre aprendían algún conjuro interesante, y ese día no iba a ser menos.
Con gran disposición la pelirroja tomó su varita para comenzar con el hechizo agrandador que para su asombró bordó a la perfección. - ¡Engorgio! Hala, a mí también me interesa profesor, ¿si por ejemplo queremos compartir una porción de tarta y utilizamos Engorgio, funcionaría?- preguntó con ilusión, si de verdad se podía se solucionarian muchos problemas.

Allison siguió con el resto de ejercicios sin mucha dificultad, reduciendo la manzana a tamaño diminuto, parecía de juguete y la niña se contentó pensando los usos que podría darle a tal conjuro con una sonrisita pícara.

Sin embargo el hechizo alohomora, sin duda de lo más práctico, era también más complejo. -¡Alohomora!- pronunció enarbolando la varita, mientras el cofre parecía resistirse a abrirse, pero al final cedió al conjuro para el alivio de Allison.

Como el resto, observó el hechizo nuevo que utilizaba Hellen para cerrarlo. -Oh, ¿puedo probar? A ver.. ¡Ferma! Anda, que chuli. ¡Gracias Hellen!- dijo sonriente mientras terminaba de recoger sus cosas y se despedía del profesor.

Viendo que Merida tenía que quedarse un poco más, la pelirroja le dio ánimos y decidió esperar a su amiga fuera del aula.

Kat llego a clases con la cabeza baja, estaba pensativa ya que le habian pasado varias cosas, cosas regulares. La niña mejor dejo esos problemas de lado y tomo aciento para la clase, los hechizos a aprender esta vez eran muy interesantes haciendo que Katherin soñara con infinitas posibilidades como agrandar una palomita a tamaño camioneta o encogerse para que le rindiera una barra de chocolate. Primero tocaba el conjuro agrandador, apuntando su varita a la manzana de pruebas conjuró:

-Engorgio

Solo es escuchó el sonido de trompetilla de su varita, Katherin gruñó molesta por esto. De momento se concentro en el siguente hechizo, apunto de nuevo a la manzana que juraba que le hacia caras y conjuró:

-Reduccio

De manera casi comica la fruta se encogio a escala minuscula, esto hizo que Kat soltara una risilla por el efecto que acababa de pasar. Ahora tocaba intentar abrir el cofre cerrado, apunto a este y conjuró:

-Alohomora

Nuevamente escuchó la trompetilla de su varita. Sintiendose derrotada regreso a su asiento y se dedico a ensayar el giro de muñeca para intentar los hechizos que le fallaron despues de clases.

Despues de clases:

Katherin quedo fascinada por el hechizo de cerrado de Hellen y queria intentarlo, fue hacia el cofre que habia sido abierto por otros de sus compañeros y conjuró:

-Ferma

Con un sonoro ¡¡Clack!! el cofre se cerró de golpe y no parecia querer abrirse de manera natural. Kat se sentia orgullosa por este logro.

Mis felicitaciones jóvenes, las clase ha terminado, lo han hecho muy bien, aunque algunos no hayan logrado dominar todos los conjuros mostraos, se nota que han mejorado bastante desde el primer día. Aquellos que deseen quedarse a practicar aquellos hechizos que no lograron dominar, pueden hacerlo,con los deás será hata el próximo año.

Una vez que el profesor termino de dar las notas, se dirigió hacia Mérida.

Señorita Becket aunque la cantidad de comida aumenta, su sabor y valor nutricional decrece un poco, por lo que no se recomienda mucho exagerar con este hechizo.

Señorita Greystoke, en cuanto a su pregunta, actualmente se tocar aproximadamente 15 instrumentos diferentes.

Mientras todos se van marchando del aula, ves como Aremis arregla sus cosas y tras hacer alunas anotaciones en su cuaderno se retira del salón sólo y en silencio.

Justo antes de que él parta del salón, observas aquella mirada en los ojos de Artemis que indica que el joven Gryffindor trama algo. No sabes bien si es algo bueno o quizá alguna travesura.

Kat al ver sus notas sintió una mezcla de alegría y tristeza, no había reprobado pero tampoco eran notas dignas de celebración.

Iba a quedarse a practicar los hechizos que le salieron mal cuando notó que Artemis actuaba extraño, mas de lo normal. Cuando este salió con prisa Katherin no lo pensó 2 veces, tomó sus cosas y fue detrás de el, intentando no ser notada.

A Kath le había ido regular con los hechizos, pero se había quedado con las ganas de aprender el Engorgio, sino ¿como iba a agrandar una barra de chocolate?. Luego de las clases preguntó al profesor sobre como hacer el Engorgio, ya habiendo entendido un poco mejor tocaba intentarlo otra vez. Apunto a la manzana y conjuro:

-Engorgio

Para su alegría la manzana se agrando bastante, Kat brincoteo de gusto al ver semejante milagro. Ahora tocaba intentar el Alohomora. Fue nuevamente hacia el cofre cerrado y conjuro:

-Alohomora

Su varita solto esa burlona trompetilla, Katherin hizo una mueca rancia ante esto, no le gustaba nada que su varita se burlara de ella. Lo intento una vez mas y fue lo mismo, Kat regreso derrotada a su asiento y se sentó en su asiento para poner las manos en la cabeza mientras intentaba lidiar con la frustración.

Nuevamente llego tarde a clases ¿el motivo? Cansancio, quizás las últimas actividades que me he visto comprometido han consumido mis energía-. Requiero de un descanso-. Es lo que pensé al momento de comenzar con la práctica educacional…

El primer intento fallo miserablemente para luego seguir con un éxito y finalizar con otro fracaso, me sentía incompetente pero sabía que si me esforzaba más podria dominar al menos el setenta y cinco por ciento de esta tarea.

Me quedo después de clases y lo intento de nuevo solo fallando con el hechizo más importante que era Alohomora, pero no había que preocuparse más tarde lo entrenaría,,,

me despido cortesmente de la asquerosa criatura que tengo como profesor y me retiro del lugar, pensando que pasos seguir este dia...

La respuesta del profesor no me resulta un trago agradable, aunque quizás sea debido a que no me pongo en cabeza.

- Ves Mérida, más de doce.

Señalo a la chica de Huflepuff como una de las integrantes del torneo, pero claramente ninguna de las dos íbamos en cabeza a juzgar por mi expresión.

Asiento a la respuesta del profe taponcete acera de los efectos de Engordio en la comida. Interesante. La verdad es que pueda dar pie a muchas cosas.

Luego, responde a la pregunta de Hellen y frunzo ligeramente el ceño.

- Jo, estaba convencida de que serían ocho. Pero, ya verás, Hellen, voy a conseguir ganarte. - termino con una amplia sonrisa.

Buenos días jóvenes, es un gusto verlos de nuevo, me informan que tenemos estudiantes de intercambio de Durmstrang y Beaubaxtons, sean bienvenidos a Hogwarts.

Como es usual, la clase de hoy se dividirá en dos partes, la primera de ellas será dirigida por la señorita Pendragón mientras que yo me haré cargo de la segunda, así que les agradeceré que presten mucha atención, pues el día de hoy veremos dos encantamientos utilitarios. Bauleo y Epoximise.

Ahora sin más que decir, los dejó con la señorita Pendragón.

Buenos días niños, soy Amy Pendragón y el día de hoy les voy a mostrar el encantamiento Bauleo, un hechizo muy práctico que les ayudará a ahorrar un montón de tiempo empacando su equipaje.

Como verán, aquí tengo un baúl que tomé prestado de un ratoncito, perfectamente empacado, pero para efectos de la clase esto no nos sirve. - dice la joven profesora mientras vacía el baúl en el suelo ante la atenta mirada de Flitwick y el resto de la clase.

El baúl contenía un uniforme viejo, algunos libros usados y una túnica de gala bastante pasada de moda.

Muy bien observen. - dice Amy mientras, apunta su varita y tras una breve floritura dice - ¡Bauleo! - Instantáneamente el contenido del baúl regresa su lugar, quedando perfectamente empacado. - Y listo, ahora ustedes.

Muy bien chicos, lo habeís hecho muy bien ahora presten atención. El encantamiento reparo es muy útil para arreglar cosas rotas o descompuestas, pero ¿Qué ocurre en aquellos casos que los objetos no están rotos, sino simplemente desarmados?

Pues bien, en esos casos el encantamiento reparo no puede ayudarnos, para eso tenemos el encantamiento Epoximise, este encantamiento nos permite pegar firmemente dos objetos, es muy útil para armar maquetas, y atrapar pequeños insectos.

Observen por favor. - dice el profesor mientras realiza un pequeño movimiento de varita y apunta a una pieza de una maqueta de la escuela que había sobre su escritorio. - Epoximise

Luego, con mucho cuidado, coge la pequeña pieza entre sus dedos y la pone en su lugar, para finalmente voltear la maqueta y demostrar que la pieza se encuentra firmemente pegada a la base de la misma.

Ahora ustedes jóvenes, hay suficientes piezas para todos. - dice el profesor con una sonrisa.

Primera parte

Tras desayunar, llego a la clase con tiempo de sobra, así que me siento en mi lugar de siempre.

Al poco tiempo, llega el profesor Flitwick junto con la profesora Pendragón. La clase pinta muy interesante, sólo penasr el tiempo que me ahorraré con este conjuro me hace sonreír.

Trasatender la explicación de la profesora Pendragón, me pongo de pie y camino hacia el baul.

¡Bauleo! - digo con firmeza al tiempo que las cosas empiezan a volver al baúl con cierta lentitud, quizá debi poner más energía en el conjuro.

Segunda parte

Una vez que completamos el primer ejercicio, el profesor Flitwick retoma el control de la clase y nos muestra un encantamiento que me parece muy útil, en especial si quieres ponerle una trampa a una parvada de diablillos.

Presto mucha atención a los movimientos de varita y cuando llega mi turno de intentarlo, cojo la miniatura del muelle, apunto mi varita y digo: - Epoximise

El conjuro funciona perfectamente, pues el pequeño muelle queda pegado firmemente en la base de la maqueta.

Richard fue a la clase sin muchos problemas, había logrado comprar todos los implementos para sus clases por lo que no tendría problemas para asistir a estas. Una vez allí, se dedicó a prestar atención, observando con mucho cuidado la nueva ''profesora'' y practicar los dos conjuros que les pedía. Los logró sin grandes problemas, y después de eso se retiró de la clase.

Asistí a la clase sin mucho ánimo. Realmente no me gustaba asistir a clases durante las mañanas, y era un hábito que no se me iba a quitar. Presté atención directamente a lo que nos enseñaba la profesora, por lo que repetí el conjuro sin problemas;

Bauleo

Y después cuando paso el otro profesor, lo hice de la misma manera, aunque por más dominio que poseía de los hechizos, no era innegable que me había costado;

Expoximise

Volvemos de nuevo a las clases y, junto al profe taponcete, se encuentra la profesora nueva, Amy Pendragon. Mmm... ¿Me pregunto si tendrá relación alguno con el rey Arturo? Se lo preguntaré más tarde.

Tras lo que sucedió ayer, la verdad es que me cuesta mostrar interés por hechizos tan banales. Comprendo la necesidad de aprender estos hechizos de utilidad, pero, con lo peligroso que es nuestro mundo, se me hacen un tanto aburridos.

Sin ponerle demasiadas ganas, logro conjurar ambos hechizos sin problemas