Partida Rol por web

Samantha caminó con soltura hasta el lugar, y reuniéndose con sus compañeros, preparó sus energías mágicas, y en un tono completamente serio dijo;

Quemaré a la plantita. Incendio

Dijo, y después de eso, una llama mucho más potente que la de Alexander o Richard salió disparada contra la planta, como si la varita hubiera resonado y quisiera rugir. Tal cual como un lanzallamas.

Sonrío ante el reto y más teniendo en cuanta que la Casa Slytherin es la más numerosa en esta sala.

- Incendio. - digo sumándome al resto de mis compañeros de clase.

La llama resultante no es tan llamativa como la del resto pero ... sin duda será de ayuda para quemar la planta.

Siguiendo las indicaciones de la profesora Sprout, Allison llega al Invernadero 1 junto con el resto de compañeros, sentándose en una de las mesas libres. Al ver a la otra tentácula venenosa gigante tan cerca, la joven pelirroja se remueve en su silla algo inquieta.

Miró al resto y vio como algunos estaban agrupándose en torno a otra de las plantas venenosas, aunque no entendía muy bien por qué, si la maestra les había dicho que tenían que ocuparse ellos mismos de las pequeñas que estaban en cada mesa. 

Encogiéndose de hombros, sacó su varita y realizó el conjuro incendio como le habían pedido. - I-incendio.. - dijo quebrándosele la voz, y aunque algunas chispitas brotaron de su varita no llegaron a alcanzar al vegetal.  ¡Maldición!

En respuesta, la planta se zarandeó amenazadoramente lo que hizo retroceder a la chica para evitar uno de sus tentáculos, que afortunadamente eran demasiado cortos. Inspiró varias veces, y alzando la varita una vez más pronunció de nuevo el conjuro con mayor determinación que antes.

- Muy bien, toma esto... ¡¡Incendio!! - exclamó con decisión concentrada en su objetivo, esta vez, unas llamas anaranjadas salieron despedidas por su varita de fresno, dirigidas contra la Tentácula venenosa. 

Entramos en el invernadero y nos encontramos con un montón de tentaculas gigantes. Miré con un poco de miedo la que me tocó. Me puse lo más alejada posible de la mesa y lo apunté con la varita. - Incendio - unas enormes llamas salieron de la punta y comenzaron a quemar la tentacula.

Segundo día - Primera clase - Mañana tras el desayuno - Clase herbología

Llevaba bajo el brazo el libro de herbología para consultarlo si tenía alguna duda respecto a lo que se iba a ver en el invernadero aunque de poco le sirvió puesto que antes de proseguir se les pidió que usaran el incendio para comprobar si lo manejaban bien o eran algo más torpes y deberían ir al invernadero 2 en lugar del 1.

Nada más agitar la varita ni siquiera salió una pequeña llama, nada pasó cosa que lo decepcionó bastante pues creía dominar bastante bien ese encantamiento.

Invernadero 2

- Parece que el hechizo incendio se os resiste, no os preocupeis, hoy veremos la siguiente planta, los arbustos puntiagudos. Los Arbustos puntiagudos son arbustos con espinas que crecen fuera de ellos. Se puede disparar estos picos en los seres humanos, pero pueden ser destruidos con el hechizo impedimenta. El Encantamiento Impedimenta es un hechizo que impide el movimiento hacia adelante, bien ralentizando su movimiento, o inmovilizando por completo durante un corto periodo de tiempo. Usareis ese hechizo con estas plantas. Así que repetid conmigo, ¡Impedimenta!

Seguí a los demás que habían fallado el hechizo incendio para seguir con la clase en el invernadero 2.

Nos colocamos para aprender el siguiente hechizo que nos iba a enseñar.

-¡impedimenta!- exclame pero no salio nada y las espinas de los arbustos se me clavaron en la mano de la varita.

Segundo día - Primera clase - Mañana tras el desayuno - Clase herbología - Invernadero 2

Tras el fracaso del incendio en el invernadero común la profesora Sprout los decidió llevar a otro invernadero donde se iban a enfrentar a unas plantas más sencillas: Los arbustos puntiagudos. Tenían cierto riesgo pues podrían lanzar sus púas contra quien los manejaba o intentaba moldearlos a placer.

Cogió la varita y pronunció - Impedimenta - Evitando que unas espinas se clavasen en la mano de Katherin. Sonrió tanto por poderla ayudar como por haber realizado correctamente el conjuro que le habían enseñado.

Entré al invernadero emocionada, hasta que vi que hay una gran tentacula venenosa en cada mesa. Voy hacia mi mesa dejando un poco de distancia entre ella y yo.

Saco mi varita y apunto hacia la tentacula venenosa. -Incen..dio- digo nerviosa.

Apenas unas pocas llamas logran salir de mi varita. Limpio el sudor de mi frente y tomo mi varita con más decisión.

Apunto hacia la tentacula nuevamente. -¡Incendio!- exclamo. ¡Lo logré! una gran llama de fuego sale de mi varita. Pero al parecer no causa mucho daño.

-Vamos de nuevo..- susurro para mí misma. -¡Incendio!- exclamo nuevamente. Otra llama sale de mi varita, menos potente que la anterior, pero al menos logro ver que esté causando más daño.

Ahi esta la tirada de rapidez.

Rapidez

Para la clase de herbología debían salir afuera y Johan estaba muy contento con eso. Fué caminando con algunos de los chicos de su casa, habñia trabado una buena amistad con ellos y cada día estaba mas emocionado por estar en Hogwarts.

Al llegar a la clase les explicaron sobre la Tentaculosa Carnivora y le pareció una planta por demás interesante. No se sentía muy cómodo incendiando la planta, algo en eso no se sentía adecuado... iba a estar haciendolo, solo para aprobar una clase.

De forma tímida levantó la mano -Profesora, un conjuro de incendio... va a matar a la planta o solo la repelerá un poco?- No estaba seguro de si sería lo suficietemente valiente de decir lo que diría a continuación, pero sus convicciones lo empujaron a hacerlo -Si mi conjuro va a matar a la planta... prefiero reprobar la clase, profesora.-

Allen recordaba ese hechizo de la clase anterior... y tambien recuerda el fracaso que tuvo con el... aún así hizo de tripas corazon y lo intentó.

Por suerte fui elegida para dirigirme junto al resto de mis compañeros al invernadero 1, como no conocía mucho a los niños que me acompañaban salvo las chicas de mi casa aguardo silencio un tanto expectante. -No cometas errores Arietis... - pienso deliberadamente.

Solo fue cuestión de entrar en el lugar y ver a la tentácula justo en el medio para que mi cara se volviera blanca como la nieve y mientras escuchábamos las indicaciones correspondientes de Pompona intentaba no quitarle la vista vigilando sus movimientos.

Sin dudarlo demasiado saco la varita y lanzo el incendio haciendo caso a las indicaciones otorgadas. Como era de esperar el resultado fue de inmediato, eso me garantizaba no recibir lesiones por parte de esta peligrosa planta. Manteniendo la atención puesta en nuestra profesora espero por nuevas indicaciones.