Partida Rol por web

Cuando Hellen me toma del brazo, no puedo evitar sonreír, pero esto es una práctica de duelo y más me vale ponerme serio o de lo contrario me puede ir muy mal.

Adelante, vamos. - respondo mientras subo ayudo a Hellen a subir a la plataforma para luego asumir mi posición.

No era mi primer duelo y tampoco sería el último.

"Así que el objetivo es hacerla retroceder, pues bien aquí vamos. Dado que mis hechizos no pueden dañarla, pues que sea filipendo."

Tras subir a la plataforma Hellen y Artemis asumen sus respectivas posiciones y luego de la reverencia el feroz duelo inicia.

El primero en atacar es el joven Gryffindor quien con haciendo gala de una gran puntería logra acertar de lleno en su rival con un potente Filipendo, forzándola a retroceder un paso, pero la  habilidosa Slytherin no se queda atrás contraatacando con un poderoso petrificus Totallus, el cual por  fortuna para Artemis salio desviado, pues de impactar hubiera puesto fin al duelo de inmediato.

Sólo dos aciertos más separaban al joven Gryffindor de la victoria y justo al inicio del segundo intercambio de conjuros llego el segundo acierto, un segundo Filipendo que forzó a Hellen a retroceder un segundo paso, las poderosas restricciones de la plataforma impedían que los combatientes puedieran lesionarse y eso era conocido por ambos, pero no impedirían que el segundo Petrificus Totallus hiciera todo su efecto sobre el joven Gryffindor, pero un mal movimiento de muñeca provoco que la varita de Hellen resbalara de sus manos.

Aunque esa era una buena oportunidad para el joven Gryffindor de acabar el duelo, él decidió esperar a que su adversaria recuperara su varita para luego lanzarse como un relámpago al ataque, pero las prisas tienen su costo, pues en esta ocasión quien perdió la varita fue Artemis, siendo Hellen la que le permitió recuperarla para luego intentar arrebatársela com un Expelliarmus, pero para mala fortuna de la joven Slytherin, Artemis logro evadir el conjuro por un pelo.

Y es así, como al inicio del cuarto asalto el duelo llega a su fin, pues el incesante ataque de Artemis le concede el tercer punto y fuerza a Hellen a retroceder fuera de la zona de combate. La victoria queda en manos de Artemis, pero por muy poco.

Al llegar, noto que Samantha no se encuentra en la clase, por eso mismo detecto la presencia de un compañero de casa-. Eliphastus, ¿eh?-. Me digo a mi mismo mientras me acerco a él para proponerle que sea mi pareja de práctica.

-. Señor Emblordemwright, soy Alexander es un gusto ¿te gustaría ser mi pareja de entrenamiento?-. Pregunto mientras lo miro de forma inerte, sin ninguna expresión en mis ojos….

Una vez arribo en la plataforma de duelo me preparo para el entrenamiento…

-. Expelliarmus-. Pienso al momento de empezar el duelo… 

Llegué al club de duelos después de dejar la carta, por lo que limpié y ordené bien mis ropas. Escuché con atención las palabras del profesor, por lo que presté atención, buscando con quién hacer pareja. Me sorprendí que Alexander decidiera hablarme, por lo que hice un gesto de asentimiento y respondí;

-Pues será un honor para mí compartir un duelo contra ti. –

Dije, para luego, cuando fuera nuestro turno, observar cómo se preparaba mi oponente. Alexander fue mucho más rápido que yo, increíblemente más rápido, pues cuando recién estaba tomando posición, él ya estaba preparado para enfrentarme. Observé sus conjuros venir. Me pareció bastante extrañado la forma de la cual me atacaba… ¿Planeaba hacerme inflar hasta estallar con Inflatus? Una muerte horrible, seguramente, pero realmente un arte muy ingeniosa. Me preparé, y siendo un poco más rápido que él, me protegí de sus ataques;

-¡Protego! –

Dije, a la vez que una luz azulada purpúrea me cubría, en cada ataque. Finalmente, cuando me decidí a atacarlo, conjuré;

-¡Impedimenta! –

Y segundos después, quedé congelado, mientras mi varita salía volando. Pasaron unos segundos mientras Alexander me esperaba, sorprendentemente, para ser exactos, y fui a buscar la varita, finalmente lo volví a atacar, esta vez resultando, para luego lanzarle un trío de llamaradas de Incendio.

Al iniciar el duelo, me lanzó por todo contra Hellen, pues sé muy bien que sin importar que tan potentes sean mis hechizos, no voy a causarle ningún daño.

Los hechizos de Hellen son buenos, pero no pienso sponersela fácil.

Turno 1: "Rayos eso paso demasiado cerca, será mejor que me cuide o si no esto podría acabar en un parpadeo." - pienso con calma mientras recuerdo mis lecciones en casa.

Turno 3: Ánimo Hellen, recoge tu varita, que a todos nos pasa alguna vez. - digo mientras le doy tiempo de recoger su arma para luego atacar al tiempo que mi varita sale volando de mi mano - "¿En serio? Y hablando de ironías" - pienso mientras mi varita se escapa de mis manos.

Turno 4: "Vamos que este es el bueno." - pienso mientras marco el último punto para luego acercarme a Hellen con una sonrisa.

Gracias por el duelo, estuviste genial, sé que te ira mejor la próxina vez. - digo mientras le ofrezco mi brazo para acompañarla a bajar de la plataforma.

Mientras bajamos de la plataforma digo: Suerte con tu prueba, estaré esperándote en el muelle.

Samantha llego al club de duelos como era esperado. Al ver que no tenía compañera, ni compañero con quién practicar, observó a todos entre los presentes, hasta que finalmente vio que Ian Johnson no tenía compañero. Por lo que lo miró y le dijo;

Yo tampoco tengo pareja. Te reto a un duelo en la plataforma, Ian.

Dijo, mirándolo, esperando que aceptara y que fuera su turno, para empezar a combatir. Samantha sabía que no sería tan rápida en su actuar, ni tampoco, tan precisa con sus ataques, pero si sabía una cosa, sus conjuros no fallarían. Observó a su oponente, y en cada uno de los turnos, se preparó, y conjuró una y otra vez;

¡Gladii Pluvia!

El conjuro de las espinas ilusorias aparecían una y otra vez, rodeando el oponente, intentando apuñalarlo en uno u otro lado con intención de que el miedo se apoderada de él, haciéndolo caer de la plataforma. Samantha sabía que podría haber ocupado el hechizo de Gladii Elementum, para haber envenenado a su oponente, pero no quería usar el conjuro de su propia creación en ese simple evento.

Agradezco a Artemis el detalle de ayudarme a subir. Luego aprovecho mientras el se coloca en posición para atusarme la túnica mientras vuelvo a mostrarme distraída con acontecimientos futuros hasta que el señor Weasley nos indica que nos saludemos y la lluvia de hechizos comienza con el resultado que ya esperaba.

Y es que mis hechizos eran potentes y bien ejecutados, pero a la hora de apuntar quedaba en evidencia que no estaba en ello, lo que se evidenció cuando en mi segundo sortilegio la varita salió volando y me ví obligada a recuperarla.

Mientras tanto, iba recibiendo una y otra vez los de Artemis. Siempre por los pelos, si, pero acertabdo que era lo importante.

De todas formas, ambos podríamos haber omitido las protecciones de la pasarela, pues ninguno habíamos intentado realizar hechizos letales, aunque de haber impactado uno de mis hechizos paralizadores tenia claro que habría terminado el combate en un suspiro.

- Gracias.

Respondí a sus intentos de consolarme por el resultado del duelo, pero ya estaba mirando hacia la puerta esperando a la profesora de Transformaciones.

La llegada al club de duelo pareció reactivarlo. Le gustaba mucho ver combates entre magos. Así que al entrar cogió un buen puesto desde el que seguir la clase, y se preparó para la pareja que le asignaran. ¿Quién sería?¿Otra serpiente?¿un león quizás?

Cuando Merida dijo que tampoco tenía pareja, Freddy se ofreció a que practicaran juntos. Cuándo sus compañeros acabaron el duelo subió a la plataforma y saludo a su oponente.

Seguro que sería divertido.

Me encontraba nervioso, sería mi primer duelo y no sabía qué hacer, debía encontrar un contrincante, me parecía qué lo mejor era enfrentarme a alguien ajeno a mi casa para evitar tener problemas con alguien de la misma, pero no tenía valor para acercarme a alguien qué no fuera de Ravenclaw, así qué me acerque a mis compañeros de casa.

-H-hola, ¿alguien está interesado en ser mi pareja de duelo?- me dirigí a mis tres compañeros de casa qué estaban presentes, pero mi pregunta iba más para Elipahstus y Janelle, Alexander me daba un poco de miedo y no deseaba tener qué enfrentarme a él.

Tras alzar la mano, Weasly 'número indeterminado' me empareja con Freddy y le dirijo una sonrisa al chico.

- Bueno, espero que podamos ayudarnos mutuamente a aprender algo.

Entonces, el profe anuncia que la primera pareja van a ser Hellen y... ¿Artemis?

Parpadeo varias veces mientras veo a los dos subiendo a la plataforma. Y mi mirada se dirigue a Allison. No entiendo nada. Ayer el chico nos vino a pedir una pareja para practicar y hoy se va con otra. Tengo que hablar con mi amiga luego.

Aún así, paso de ver la práctica en la plataforma y me giro para hablar con mi futura pareja de prácticas.

- ¿Qué tal te van las clases, Freddy? La verdad es que está semana está siendo muy intensa, ¿no crees? Entre empezar el club de duelo y que anunciaron las pruebas para los equipos de Quidditch... Por cierto, ¿vas a presentarte? - siempre está bien saber quienes pueden ser mis posibles oponentes, ¿no?

Cuando llega nuestro turno, subo a la plataforma. Ya que ésta va a proteger a Freddy, aprovecharé para practicar mi hechizo ofensivo favorito, Incendio. ¿Qué pasa? Me gusta el fuego.

Freddy vs. Mérida

El segundo combate inicia un tanto lento, pero pronto Freddy marca la pauta. Sin embargo, su ataque es algo precipitado y erra el objetivo por muy poco, mientras que Merida responde con un potente hechizo Incedio, el cual Freddy esquiva con cierta dificultad.

Al iniciar el segundo asalto, Mérida evade con cierta dificultad el ataque de Freddy, lo que causa estragos en su puntería, fallando por mucho su objetivo prendiéndole fuego a una esquina de la plataforma, el mismo que el profesor Weasley controlo de inmediato.

Pese al pequeño incendio iniciado por Mérida, el duelo continúo con total normalidad, dándole al joven Gryffindor la posibilidad de marcar su primer punto con un preciso hechizo Diffindo, el cual forzó a la Hufflepuff a retroceder. Sin embargo, Mérida no estaba dispuesta a conceder la victoria sin luchar, lanzando un poderoso ataque que puso a Freddy en líos, dado lo cerca que estuvo de alcanzarle de lleno.

Fienalmente, tras cuatro tres reñidos intercambios de conjuros, el joven Townsend puso fin al duelo al inicio del tercer asalto con un poderoso Petrificus Totallus que dejó a Mérida incapacitada para continuar y así el duelo llegó a su fin.

El tercer duelo de la tarde tuvo lugar entre Eliphastus y Alexander

El primero en atacar es Alexander quien se lanza contra su rival con una ferocidad sin par, forzando a Eliphastus a recurrir al encantamiento Escudo durante el primer y segundo asalto, pero la ferocidad del ataque de Alexander empezó a jugarle una mala pasada, pues la puntería de este iba de mal a peor.

Al inicio del tercer asalto Alexander lejos de darle un respiro a Eliphastus continúo lanzando conjuros a mansalva mientras los cuales su rival empezaba a evadir con cierta facilidad, al tiempo que empezaba a leer el patrón de ataque del joven Menguele, por lo cual decidió dejar de protegerse y pasar al contraataque lanzando una poderosa ráfaga de fuego, que el joven Mengele evadió con algo de dificultad.

Los siguientes dos intercambios de conjuros siguieron la suerte de los anteriores, por lo que el profesor decidió declarar el duelo un empate, dado que ninguno de los dos competidores era capaz de conseguir un impacto directo sobre su rival.

Justo cuando el profesor estaba por subir a la plataforma para designar a la siguiente pareja, surgieron dos nuevos voluntarios Ian y Samantha, pero antes de que iniciara el duelo, la profesora McGonagall ingresó al salón.

Buenas tardes señor Weasley, el director me ha enviado a recoger a la señorita Greystoke.

Jovencita si tuviera a bien acompañarme, se lo agradeceré mucho. - dice con amabilidad la profesora antes de abandonar el aula con Hellen a la zaga.

Aunque lo esperaba, en cuanto la puerta se abrió no pude evitar dar un bote por el susto.

Al final había llegado la hora y pese a la amabilidad de la profesora no me terminaba de fiar de ella. Estaba segura que fingía esa actitud para que una vez quedáramos a solas mostrar su verdadera cara. Sin poder remediarlo, abracé a Artemis nerviosa y con un hilillo de voz le anuncié.

- Nos vemos luego.

Después fui con la profesora casi como si acudiera al peor de los castigos.

Tras la salida de Hellen y la profesora Mc Gonagall, Ian y Samantha suben a la plataforma. (Narración pospuesta hasta las tiradas de Ian Gaunt)