Partida Rol por web

Viendo semejante horror arácnido en masa Kat hizo una mueca de asco. Soportaba a las arañas pero verlas en horda le daba asco, mas que nada por el sonido que hacían sus patas al moverse y como eran muchas era un sonido bastante fuerte.

Creyendo que podría ser una manifestación demoníaca apuntó a la maraña de arañas y conjuro:

—Lumos Solem.

Un potente destello solar inundó la estancia, aquello que fuera impío sin duda no soportaria la luz del sol. Tampoco estaba del todo segura así que observó a las alimañas para cerciorarse de que fueran.

Al ser criaturas que detestan la luz, las arañas huyen en desbandada alejándose de las chicas, dejando la habitación hecha un verdadero desastre.

La luz del sol fue efectiva, las arañas huyeron de vuelta a la oscuridad de donde habían venido.

Resuelto eso Kat fue con Jane quien estaba tendida en la cama.

—Jane, Jane, ¿Estas bien?

¡Eran muchas Kat, eran muchas! ¡Arañas por doquier! ¡No dejes que se acerquen! - exclamo, mientras me arrojo a los brazos de Kat, temblando de miedo.

Salían a borbotones por todos lados, no podía detenerlas.

—Jiji. Me alegra que estés bien.

Luego de que le devolvió el abrazo y la confortó por un rato le preguntó:

—Pero Jane ¿por que no les lanzaste un hechizo? Sólo eran un montón de arañas.

Lo hice Kat, pero cuando maté unas pocas, empezaron a aparecer por miles, fue allí cuando me congelé. - digo mientras intento dejar de temblar.

Mientras estaís abrazadas, se produce un griterío en la sala común, luego llegaron varios destellos y fogonazos, seguidos por más gritos.

La voz del prefecto se oyó con claridad. - Es inútil matarlas, espántenlas, es más eficaz. No useís fuego o nos asfixiaremos.

Tras oír semejante respuesta Kat se quedó de piedra, no creía que alguien tan fuerte como Jane se dejara paralizar por el miedo de esa manera.

Iba a decirle una palabras de apoyo cuando escucho el griterío en la sala común. Miró a su amiga con decisión y le dijo:

—Tu quedate aquí, yo iré a controlar a esas alimañas.

Dicho esto se alejó hacia fuera del dormitorio, esperando ayudar con aquella invasión arácnida.

—Despues del zafarrancho.

Kat apenas entro fue a abrazar a Jane, sin duda debió pasarlo mal ahí.

—Jane, ¿estas bien? Perdona que te dejara sola, es que las arañas invadieron la sala común. Las ahuyentamos pero tambien estas invadieron el castillo así que esto no ha hecho mas que empezar.

Dicho esto regreso al baño y termino de bañarse a toda prisa. Una vez término se vistió cuan rápido pudo y apenas se peinó para no tener el cabello desaliñado. Apenas estuvo lista tomó su varita y la daga de los Nefilim y se disponía a partir. Abrazo a Jane otra vez y le dijo endosándo una sonrisa:

—No me tardó, quedare aquí a salvo mientras terminamos con esto.

Dicho esto salio del dormitorio, había que darse prisa.

Kat llegó al dormitorio como se fue del comedor, muy cansada. Se quito los zapatos y se tendió en la cama para descansar. Cerro los ojos y dormito por un rato.

Después de varios minutos de dormir oyó un dulce canturreo lo cual la hizo alzar la cabeza: era Atoli. Contenta fue hacia ella y acarició su suave plumaje, verla ahí cantando contenta y esperarla la hizo feliz, después de todo lo pasado la sentía como una auténtica amiga, una que no la usaría ni la traicionaría. Estando sola y con su mascota por fin dejó fluir sus emociones, sentándose en su cama y poniéndose a llorar. A pesar de fingir indiferencia ante el incidente se sentía dolida, no podía creer que Mérida y Allíson la usaran así para encelar a Hellen con Artemis.

Mientras lloraba su Fénix se posó en su antebrazo y acarició su rostro con su cabecita, este gesto le hizo mostrar una débil sonrisa, sin duda su Fénix le era muy fiel.

Ya mas animada se sintió con ganas de intentar la ultima runa que no pudo hacer, quizás con el entrenamiento a la Jackie Chun podría hacer la runa. Saco de su tocador el libro y un pergamino con pluma y tintero teniendo así lo necesario para trabajar. Fue increíble, la runa salió de un trazo ágil y veloz con la pluma; instintivamente se tocó uno de sus ojos y le pareció que se sentían distintos como si pudiera visualizar las runas con mayor perspectiva a antes. Se miro ante el espejo y sus ojos estaban igual ¿se lo habrá imaginado?.

Además de ver su cabello de bruja lo cual la espantó llevándola a cepillarse el pelo con vigor por varios minutos, así hasta que estuvo presentable. Una vez término de aliñarse se puso los zapatos y salio al club de duelo.

—Jueves/Mañana.

Ya era un nuevo día, Kat se paro al ritmo del canto de Atoli como siempre habría hecho desde que la tenia, lo cual agradecía ya que la alarma del reloj despertador era irritante.

Saludo a Jane y fue a la ducha con la cual se baño para asearse, no era de su gusto esa norma de aliño pero tampoco se sentía a gusto si no se bañaba al menos una vez al día. Salió en bata de baño y se vistió, ahora le tocaba cepillarse el cabello y así dejarlo manejable.

En lo que hacia lo primero estaba pensando en el club de duelo, Hellen había mostrado una gran mejora en su magia, ahora era capaz de hacerse invicible y gigante, no podía estudiar con la intensidad de ella pero tampoco se podía quedar atrás. Ya era hora de trabajar en lo mejor que sabía hacer como bruja. Lo primero seria comprar unos lentes en Hosemade......

Una vez estuvo lista salió del dormitorio para ir a desayunar.

Había estado estudiando hasta tarde y me costó levantarme al día siguiente. Saludé a Kat y me desperecé. Sù canturreaba dulcemente pidiéndome comida. Le eché un puñado de su comida y la observé mientras comía plácidamente. Hacía tiempo que no entrenaba con ella, tal vez algún día de estos podríamos dar una vuelta y hacer algunos trucos nuevos.

Me levanté y miré a Kat mientras me desvestía, parecía distraída. ¿En qué estaría pensando? Mientras estaba en la ducha escuché la puerta cuando la rubita salió y me di prisa en seguirla.

Mientras descansas plácidamente en tu cama, escuchas una voz que te llama, al abrir tus ojos te encuentras frente a frente con Rowena Ravenclaw quien te ofrece su mano y sonríe con amabilidad.

Katherine, tu amiga Janelle necesita de tu ayuda, si estás dispuesto a ayudarla, por favor toma mi mano y acompáñame, no hay tiempo que perder. - dice Rowena con calma mientras espera tu respuesta con su mano extendida.

Reposando como estaba en su lecho Kat dormitaba por el cansancio que tenia. Repentinamente la aparición de la fundadora de la casa la sorprendió. De un sueño en donde se llenaba con donas de Cresppy Crean (incluso una de sabor carne) ahora estaba frente a la aparición.

Iba a preguntarle al fantasma de otros tiempos cuando esta le dijo que Jane peligraba. Sin pensarlo mucho tomó su varita y su bolsita de mano y le estrecho sin preguntar nada.

—No hay tiempo que perder, vámonos.

Rowena te conduce hasta un largo pasillo que termina en una gran puerta de roble.

—¿Aqui es?—Pregunta Kat curiosa.

Curiosa miró la puerta, parecía una puerta más, mas común que corriente, pero no se podía dejar engañar. En sus lecturas había leído que el colegio estaba lleno de secretos y temores, cosas que no podían tomarse a la ligera.

Rowena asiente con la cabeza y desaparece mientras la puerta se abre sin dilación.