Partida Rol por web

Tras asentir con decisión, Allison o más bien Ginebra inspiró hondo y se despidió de su mejor amiga para dirigirse hacia Las Tres Escobas, echó un momento la vista atrás para decidirse a entrar al interior del local. Vamos allá Ginebra, tú con calma.

Tenía que reconocer que aunque estaba un pelín nerviosa, el hecho de sentirse más.. Adulta, hacía que tuviera confianza en sí misma. Se sentía bonita y con ganas de poder conocer a Neville un poco más, así era imposible que la viera como una niña. Bueno obviamente no la vería como una niña dadas las circunstancias pero entonces... ¡Basta Allison no es momento de preocuparse por detalles! Es verdad, vale, entremos con naturalidad y pidamos algo en la barra o..? ¿Debería sentarme?

Ginebra entró en la taberna y paseó la mirada por la estancia, intentando localizar a Longbottom, pero como si mirase casualmente en busca de alguna mesa libre o algún hueco en la barra. Se apartó un mechón de pelo de la cara y se mordió con suavidad el labio sumida en su hervidero de pensamientos.

La sala es un verdadero desastre, hay varios muebles rotos y llenos de polvo, mientras Artemis revisa una vieja mesa de billar, tu empiezas a buscar entre los sofás, llegando a encontrar un viejo pergamino que parece ser un mapa de Hogwarts bastante rudimentario.

Al revisarlo, te das cuenta que es un trabajo inconcluso, pero bastante interesante.

El lugar está bastante concurrido, pero no tardas en encontrar un asiento en la mesa de Neville quien se encuentra sentado en silencio mientras revisa un libro de herboristería.

Neville no parece haber reparado en tu presencia aún.

A diferencia de la mayoría de comensales, Neville se encuentra disfrutando de un té de hierbas aromáticas bastante fuerte.

Llevada por su curiosidad la rubita se dirigió a la cocina, lo que encontró se parecería mas a una habitación atacada por perros de pelea, de esos que ponían a matarse entre ellos en el callejón del ahorcado o el sótano del señor Smith los martes en la noche.

Sin duda la desolación y abandono de la casa le recordaban a su vecindario ¿acaso los magos eran exactamente como las personas normales?.

Viendo que estaba sola fue hacia la sala en espera de encontrarse con Artemis o Jane.

Rápidamente lo recojo, no fuera a ser que apareciera alguna sala perdida en el tiempo, lo cual estaba demostrándose bastante común, pero pronto vuelvo a centrarme en buscar en otros lugares el supuesto fantasma.

¿Qué posibilidades había de encontrar un sitio libre junto al profesor Longbottom? ¿Pocas? Pues para su sorpresa ahí estaba, tan tranquilo y con una silla libre. Debía ser una señal, y más le valía aprovecharla. 

Ginebra se acercó hasta la mesa dónde Longbottom leía tranquilamente, sonriendo para sus adentros al verlo. - Disculpe.. ¿Le importa si me siento con usted? - preguntó intentando llamar la atención de Neville al tiempo que volvía a mirar a su alrededor, si que estaba concurrido el local. - No parece que quepa ni un alfiler más en este lugar. - comentó mientras tomaba asiento, acomodándose en la silla para luego mirar sonriente al hombre. - Me sorprende haber podido encontrar un sitio libre la verdad, ah, ¿no estaría esperando a alguien? - añadió alzando las cejas, por dentro rezaba para que estuviese solo, no podía perder una oportunidad tan preciosa como esa. Que diga que no, que diga que no...

Al notar tu presencia Neville sonríe amablemente y aparta su vista del libro.

Claro que no me molesta, adelante tome asiento señorita.

Usted no es de por aquí. ¿Cierto? - pregunta Neville con amabilidad.

Este lugar suele estar atiborrado los fines de semana, entre los habitantes del pueblo y los estudiantes de Hogwarts, este lugar siempre para a reventar.

Quizá a las cinco baje un poco la concurrencia, pero tienen el mejor té de hierbas de la zona. Por cierto, soy Neville Longbottom, un placer conocerla señorita... - dice él tendiendo la mano.

Mientras Artemis revisa los tacos de una vieja mesa de billar y Hellen parece estar buscando un fantasma en la sala, Kat ingresa a la misma.

La sala está bastante descuidada, los muebles aunque cubiertos, parecen estar muy deteriorados y el lugar huele como a perro mojado, al menos para Kat.

Artemis y Hellen son incapaces de detectar el olor.

Ginebra correspondió la sonrisa del mago, agradecida por encontrar un lugar donde poder sentarse. - Gracias, es todo un alivio. - iba asintiendo sonriente mientras este le comentaba lo concurrido que solía estar el local. - Aha, ya veo.. Ciertamente, estoy de visita. - comentó apartando un mechón de pelo tras su oreja. Desvió la mirada hacia el té de hierbas e inspiró el aroma antes de volver la vista hacia su interlocutor.

- ¿De veras? Tenía entendido que lo más famoso del lugar era la cerveza de mantequilla. De hecho tenía la intención de probarlo, pero ahora que lo comenta no puedo negarle que ese té huele deliciosamente bien. Mm.. ¿Me lo recomienda entonces? - comentó divertida, aunque cuando el hombre se presentó una lucecita en su cabeza le hizo reaccionar. ¡Boba si ni te has presentado primero!

- Ginebra. - dijo parpadeando mientras acercaba su mano para estrechar la de Neville, en el contacto, notaba las mariposillas en el estómago. Ay, ni se te ocurra tartamudear.  - Que cabeza la mía que ni me he presentado, es un placer Neville. - entrecerró los ojos sonriendo fugazmente, aunque sin apartar el contacto hasta que él lo hiciera. Puede que no se hubiera dado cuenta que aún estaban así.. O puede que sí... Ginebra eres mala, ¿eh?

Tras soltar tu mano Neville asiente con la cabeza. 

Claro que te lo recomiendo, es el mejor que he probado, venga que te invito el primero y ya me comentas lo que te parece. - dice él llamando a Rosmerta con la mano y tras cobrarle 6 sickles, la camarera se aleja a paso lento.

Bueno ¿Qué te trae a Hogsmade?

- Oh, pues en ese caso lo probaré encantada. - estaba a punto de buscar a la camarera para pedir el té recomendado, pero Neville se había adelantado invitándole a una taza. A Ginebra le había dado un vuelco el corazón, no sabía si eso de ser invitada le agradaba, no quería hacerle gastar dinero. No es que ella tuviera mucho para derrochar pero había logrado ahorrar un poco. Iba a replicar pero el joven ya había pagado a la camarera y sería descortés quejarse ya con el té frente a ella.

Ginebra frunció ligeramente el ceño mirando al hombre, notaba como el corazón se le aceleraba y las mejillas empezaban a encenderse. - N-no hacía falta que te molestases, gracias. - respondió ligeramente azorada, pero se recompuso con rapidez, cuando le preguntó sobre que hacía podía sentir como se le hacía un nudo en el estómago. Se simple, sin ahondar en detalles.

- Tan sólo estaba de paso, siempre había oído hablar bien de Hogsmeade y me decidí a descubrir de primera mano si los rumores eran ciertos.. Y realmente parece un lugar agradable. - comentó alegremente al tiempo que se encogió de hombros despreocupadamente.

- ¿Y tú? ¿Vienes mucho por aquí? Porque pareces conocer muy bien todo esto, ¿sabes de algún sitio de interés para visitar? - añadió curiosa, fijando la vista en los ojos claros del mago.  Lechugas creo que nunca había podido verlos así de cerca... pensó esbozando una tímida sonrisa.

Soy profesor en Hogwarts, así que aprovecho para darme una vuelta cada vez que puedo.

Por cierto, ¿Cómo sabes de Hogsmade? Es decir, resulta evidente que no eres muggle, pero tampoco eres de aquí. - pregunta Neville algo intrigado por tus respuestas, las cuales no le terminaban de cuadrar del todo.

Ginebra entreabrió los labios sorprendida por la reacción del mago. Y ahora es cuando saltas por la ventana y huyes a toda prisa. ¡Maldición! ¿Me habré pasado de lista? 

- Yo.. - comenzó, mientras rodeaba la taza de té con las manos para calentarlas. ¿Sería correcto hablar de su familia? Realmente no eran mentiras, pero no podía tampoco ser muy concreta. - Bueno, tengo familia que estudió en Hogwarts. Las historias que me contaban siempre me parecieron fascinantes, así que decidí que sería una bonita experiencia venir de visita. - comentó ladeando la cabeza. 

No podía afirmarlo con total seguridad pero notaba como el ambiente no era tan agradable como cuando llegó, ni siquiera le había contestado a su anterior pregunta, y esos ojos claros que antes la miraban con amabilidad le daban la sensación de que ahora la escudriñaban. No seas así mujer, piensa en positivo, eres una desconocida es normal. - ¿Tan raro le parece? - preguntó confundida, parpadeando para evitar mirar tan fijamente a Neville, y procuró centrar su atención en el té de hierbas, que decidió probar ahora que estaría más templado.

Eso, centrémonos en disfrutar el momento y si la cosa se pone fea pues, adiós y buenas tardes. Mmm, pero que bien huele. Pensó mientras cerraba los ojos para degustar con pequeños sorbos. Daba gracias interiormente por no ser un manojo de nervios tartamudeantes hasta el momento.

Sólo me pareció un poco raro que nunca hayas visitado el pueblo, eso es todo, pero dado que al parecer tampoco estudiaste en Hogwarts,  ya todo tiene un poco más de sentido. - dice Neville ya más relajado.

Hogsmeade es un pueblo pequeño, su principal atracción turística es la casa de los gritos, una casa encantada en las afueras del pueblo, que según dicen es el lugae mas embrujado de todo Inglaterra, pero en mi opinión exageran un poco.

Y Ginebra, cuéntame un poco más de ti, ¿a qué te dedicas, dónde estudiaste? - pregunta Neville genuinamente interesado.

Ginebra suspiró aliviada para sus adentros, había evitado el desastre o eso creía ella. La pelirroja asintió con la cabeza entendiendo el razonamiento del mago, tenía todo el sentido del mundo. Cuando mencionó la casa de los gritos frunció el ceño. No había escuchado mucho sobre eso, quizá a algunos alumnos comentarlo por los pasillos pero tampoco había prestado demasiada atención. - La verdad es que sólo con ese nombre no dan ganas de acercarse demasiado.. - comentó riendo, y recuperando la sonrisa bebía de su delicioso té de hierbas mientras escuchaba hablar a Neville. - Bueno, si tú crees que exageran me quedo más tranquila. - añadió sonriente. 

Tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantener la sonrisa, cuando Neville volvió a preguntarle. - Mm, nada extraordinario a decir verdad, estudié en un instituto corriente, muggle. El resto me lo enseñaron mis padres. - aclaró con sencillez, notando como se ruborizaba. ¿Vergüenza? ¿Nervios? Tenía que improvisar sobre la marcha, y a pesar de que estar tan cerca de Neville era genial, cada vez que tenía que inventarse algo notaba un nudo en la garganta. ¿Oficio? ¿Qué te gusta Ginebra? - No sé si yo lo llamaría un oficio, me gusta pintar paisajes. Es.. Más una pasión que una obligación. Aunque ahora mismo lo que busco es inspiración. - añadió, llevándose un dedo a los labios pensativa. ¿Artista? Bueno no está mal... Bien hecho Ginebra. Creo. - Hogsmeade es bastante pintoresco, y sus gentes parecen encantadores. - comentó volviendo a cruzar la mirada con el mago, sonriendole amablemente.

La próxima vez Mérida y yo vamos a preparar un papel con unos datos básicos. Eso, o me voy a hacer vieja de verdad con tanto sobresalto.

- ¿Y qué tal la vida de profesor en Hogwarts? - preguntó con interés, los ojos le brillaban de la emoción a medida que se metía en su papel.

Es bastante divertido, trato con muchos alumnos y ahora que la profesora Sprout se retira voy a tener a mi cargo a todos los estudiantes.

Aunque a veces no es muy glamuroso, pues la materia que dicto es herbología, pero a mi me encanta, desde pequeño fue mi pasión, soy una especie de granjero mágico, incluso en ocasiones Harry y Ron bromean mucho con eso, ellos dicen que soy capaz de hacer crecer un baobab en el desierto, son un par de exagerados.

Así que te gusta la pintura, me gustaría ver alguno de tus trabajos. ¿Tendrás alguno aquí por curiosidad? - pregunta Neville expectante.

Samantha se movío junto con Richard y Eliphastus para entrar al lugar. Saco su varita y le hizo una señal al resto para que hiciera lo mismo, y conjuró;

Orate

Y tras eso, miró a sus compañeros y les dio un mensaje mental.

Entremos al último. Veamos que encuentran....si por casualidad se dividen, atacaremos. Debemos fijarnos que no haya testigos...esa es la mejor idea posible. Los objetivos proritarios son Hellen, Alisson y Artemis.

Y tras eso, siguió su camino hacia el lugar.

Richard observó a su grupo e compañeros y vio como el resto de los compañeros iban entrando a la casa. Observando que Katherine subía sola al segundo piso...miró al resto de sus compañeros e hizo una señal una vez todos se metieron dentro de la casa, asintiendo a las palabras de Samanta y uniéndose al grupo, aunque buscó con la mirada que había pasado con Hellen.

Asentí con la cabeza a mis compañeros y también desenfundé mi varita, y mirándolos, comencé a avanzar en mucho silencio para que el resto no notara a donde nos habíamos ido, con intención de seguir a Katherine que había subido a solas arriba.