Partida Rol por web

Mi bisabuelo uso la condenada piedra esa, según sé, el método de Herpo es un tanto más convencional y oscuro.

Según decía un viejo tomo que encontré en la biblioteca, él convirtió a su mascota en un horrocrux y luego empleo una serie de oscuros ritos para prolongar su vida. 

Aún no entiendo porque ese par de viejos anda tan obsesionado con la inmortalidad. - digo algo incómodo.

Bueno ¿Quién se anima a entrar?

- Yo - respondió Freddy a su compañero sin pensarlo. Llevaba queriendo entrar allí desde que conociera el pueblo.

Espero a que alguién más se uniera y entró preparado para lo que pudieran encontrar.

No me hacía mucha ilusión, pues seguía sin verle nada al entrar en aquel lugar, pero tampoco me apetecía retractarme de nada de lo que había hablando con Artemis.

Al oír la palabra "Horrocrux" la rubita sintió tremendo calosfrio, era como sí la palabra en si también fuera algo muy tenebroso y con que no se debía jugar.

-Uff, eso de los Horrocruxes se oye espantoso. No puedo imaginarme quien se metería con algo tan truculento.

Si bien era interesante el tema de los magos de larga vida parecía que Artemis quería investigar la mansión. Sin pensarlo mucho siguió al joven mago hacia la mansión, no podía dejarlo ir sólo y más con los demonios rondando por ahí.

Kat se tira de cabeza a la mansión.

Tras rodear la casa, finalmente logran encontrar una ventana abierta, por la cual colarse.

La mansión es bastante grande una casa de al menos dos pisos, la gran mayoría de los muebles están destrozados como si hubieran sido atacados por fieras.

Le lugar se ve bastante descuidado y desierto.

La pelirroja se tomó un momento para serenarse, respondió el abrazo de su amiga estrechándola con algo más de fuerza debido a los nervios, pero contaba con la suerte de que Merida siempre sabía que decir para animarla. Tiene razón, nos esforzamos mucho para hacer la poción, se lo debo a ambas. 

- Vale, vale. Es cierto, b-bueno... Pues entonces... ¡Vamos allá! - decidida abrió el frasco con la dósis de la poción envejecedora y bebió el contenido de un trago. No sabía especialmente rica y poniendo una mueca miró a su amiga, suspiró hondo y asintió sonriente. - ¿Cuánto crees que durarán los efectos? Ginebra suena bonito mhmm. - comentó mientras se miraba con nerviosismo las manos esperando el cambio.

Por suerte había elegido un vestido de lana amplio y sus botas ya le quedaban grandes para que durasen un par de años más, tenía ganas de ver en que clase de adulta se convertiría, y si realmente sería el tipo del profesor Longbottom...

Creo que tienes un par de horas. - respondo mirando anonadada a Allison.

¡Wow! Estás líndisima. Ahora ve, no hagas esperar a tu príncipe azul y si puedes consígueme una cerveza de mantequilla, jejeje. - agrego con una sonrisa.

Yo estaré aquí por si me necesitas Allison o debería decir Ginebra.

Los alrededores de la Casa de los Gritos pareció más interesante que la casa en sí. Las conversaciones captaron inmediatamente mi atención.

- Creo que sería muy interesante investigar en la biblioteca - contesté a la pregunta de Kat - cuando volvamos podemos echar un vistazo. Me interesa todo eso de la inmortalidad que está contando Artemis.

Vi como el trío calavera entraba en la casa y me animé inmediatamente, quería ver qué tramaban dentro de esas viejas paredes.

- Yo también voy, no me lo perdería por nada.

Al ingresar a la casa, rápidamente se dividen y empiezan la exploración de la misma Jane va al segundo piso.  Kat por su parte se dirige a la cocina.

Artemis decide inspeccionar la sala.

Mientras revisas la cocina, encuentras que el empapelado de la misma está todo rasgado, como si dos garras gigantes se hubieran ensañado contra  las paredes, la mesa del centro está volcada y las sillas parecen haber sido mordidas por un animal de gran tamaño.

Llegas con cierta dificultad al segundo piso, pues la escalera está semi derruida.

Una vez arriba, encuentras una habitación con la puerta abierta, otrora un magnífico estudio con una bien abastecida biblioteca, lamentablemente la gran mayoría de los libros están inutilizables. Todos presentan marcas de mordidas. 

Algunos de ellos están partidos por la mitad, tal cual como si hubieran sido mordidos por un enorme perro.

Aunque Freddy no solía pensar en su supervivencia, sí se preocupaba por sus amigos y la idea de separarse en esa casa le parecía arriesgada así que decidió seguir a Jane al piso de arriba.

- Avisad si veis algo sorprendente. - dijo el joven Townsend, emocionado, a sus compañeros que se quedaban en el piso de abajo.

Lógicamente acompañé a Artemis a la sala, aunque me mantenía a cierta distancia de él mientras observaba el lugar sin demasiado interés, lo único que me movía era un atisbo de curiosidad por descubrir al fantasma que había dado tanta fama a la vieja casa.