Partida Rol por web

Ginebra estaba escuchando casi embelesada como el mago iba contándole acerca de su trabajo, cuando se dio cuenta de que había terminado su taza de té. Y al oír mencionar sobre la alumna curiosa sonrió al darse cuenta de quién hablaba, no cabía duda alguna con esos datos. Normal, mi Mérida es la mejor del mundo. - Vaya, debe ser una niña muy inteligente. - comentó asintiendo levemente, aunque bajó la mirada unos instantes para volver a su rostro afable de siempre.  Supongo que Allison no tiene mucho que ofrecer.

- ¿Sí? ¿No te importa? No quisiera ser una molestia, pero siento mucha curiosidad sinceramente. - añadió tan pronto cómo Neville le invitó a enseñarle el libro. - Oh por cierto, se me acabó el té, y debo reconocer que tenías razón. Estaba delicioso, ¿te apetece tomar otro conmigo? A esta invito yo, claro. - comunicó alegremente, sin dejarle opción de réplicar por el pago, mientras llamaba a la camarera para pedir dos tazas de té de hierbas y sacaba un pequeño monedero.  A ver... Serian 12 sickles si mal no recuerdo. 

Neville sonríe ante tu comentario y acepta el ofrecimiento sin protestar al tiempo que te ofrece el libro.

Está bien acepto, venga ese té. -dice Neville mientras se sienta un pooc más cerca de ti y abre el libro.

Mira la página 38, aquí habla de un modo que tienen los muggles de cruzar dos especies diferentes de plantas y obtener algo totalmente nuevo, lo llaman injertos, es bastante interesante, creo que voy a probarlo en la escuela, quizá hasta consiga crear una nueva variante de mandrágoras que no sean tan escandalosas. - dice con una sonrisa.

Mi pregunta quedó sin respuesta, pues nada más detectar el movimiento me dirigí hacia las escaleras con la varita preparada. Poco importaba que fuera el fantasma, Emblordemwright y Olson, o incluso un desconocido, la cuestión era andarse con cuidado y asegurarnos de que Freddy no sufriera un percance, al menos por un tercero.

Ginebra miró atenta dónde Neville le indicaba, el libro hablaba sobre un modo de cruzar especies vegetales conocido como injerto, la pelirroja asentía a la explicación de este, y al mencionar la idea sobre la mandrágora giró la cabeza emocionada, quedándose peligrosamente cerca del hombre. ¡Miles de orejas que podrían ser salvadas!

- ¡Eso sería un avance estupendo! Pero ten cuidado, tengo entendido que sus gritos pueden llegar a ser mortales. - al darse cuenta de lo cerca que estaban y su repentino entusiasmo, se puso algo roja, volviendo a bajar la vista hacia el libro rápidamente. - Aunque eso ya lo sabes de sobra, que aquí el profesor eres tú. - añadió a modo de disculpa por su repentino arrebato, riendo un poco. 

- ¿Tienes pensado con qué cruzarlo? Quiero decir, me estaba preguntando si las especies podrían sufrir a causa del método del injerto. - preguntó mientras apoyaba la cabeza sobre su mano para seguir examinando la página 38.

Freddy señaló hacia la escalera y, tratando de no llamar la atención, le dijo a sus compañeros que había visto una sombra escabullirse hacía allí.

Decidido a descubrir lo que era la siguió pensando en nuevas aventuras y emociones.

La verdad,aún no tengo idea, pero sé que algo se me va a ocurrir, debe ser una planta con ccaracterísticas más o menos. 

En fin, ya se me está haciendo un poco tarde, debo empezar a reunir a los alumnos, pues en una hora nos toca volver al castillo.

Bueno Ginebra ha sido un verdadero placer, si algún día vas a Londres durante los meses de Julio y Agosto date un salto por el Caldero Chorreante, allí podrás encontrarme. - dice Neville mientras se prepara para tomarse su última tasa de te.

La rubita regresó rápidamente con los demás en la sala, no era muy diferente de la cocina pues al llegar percibió un aroma a perro mojado.

Repentinamente pudo oír un crujido en los pisos superiores lo cual la puso en alerta, siguiendo la sugerencia de Fredd siguió a los demás a la parte de arriba con varita en mano, tenían que ser cuidadosos.

¿Qué ocurre chicos? - pregunto un tanto confundido mientras sigo a mis compañeros hacia la escalera que conduce al segundo piso.

Yo no he visto nada. - le comento a Freddy mientras llegamos a los pies de la escalera.

Condenada escalera, tengan cuidado. - comento mientras eevalúo la derruida escalera. - Quizá una o dos runas de resistencia basten para que aguante nuestro peso sin problemas

​Iratze.

- Dos sombras han subido.

Susurro a Artemis antes de que el otro Gryffindor apareciera y confirmara lo que había dicho. Comenzaba a sentir cómo un escalofrío nervioso me recorría la espalda, pero más de nerviosismo que de miedo, pues podía ser que no fueran más que otros alumnos o quizás el auténtico motivo por el que la casa de los gritos recibía ese nombre.

- Vamos.

Añado cuando asegura la escalera por medio las condenadas runas. Sólo esperaba que estuvieran aprovechando esas clases extras.

¿Ya? Lechugas por mí me pasaba aquí la tarde entera, ¿cuánto ha pasado una hora tal vez? Pensó mientras volvía a revisar la hora en un reloj del local. - Ah.. Es una lástima, me hubiera gustado pedirte que me acompañaras a visitar la famosa Casa de los Gritos, aunque fuera con tal de dar un paseo. - dijo sin poder ocultar la pena en sus ojos al ver que se iba a marchar. 

- Bueno, supongo que ya he abusado demasiado de tu tiempo.. - añadió esforzándose por sonreír. Al tiempo que apuraba su té también y se ponía en pie para ponerse su abrigo. - Lo mismo digo, me ha encantado poder pasar este rato tan agradable contigo. Gracias Neville. - iba a acercarse para... ¿Para qué exactamente? ¿Un aprentón formal de manos y un adiós? Ginebra se quedó un segundo parada frente al hombre. ¿Y por qué no? 

Sin más miramientos, se acercó un poco más colocando su mano sobre el hombro del mago y aprovechó para darle un fugaz beso en la mejilla. - Cuídate mucho. - dijo en voz baja, rozando con sus labios la mejilla de Neville apenas un segundos, antes de apartarse sonriendo.

Sin darle un momento para quejarse o protestar, la pelirroja realizó un giro rotundo haciendo que su melena cobriza dibujara un arco al tiempo que se disponía a salir del local con paso firme.

Neville sonríe amablemente y se despide de ti. Sales de la taberna.

Tras salir de las Tres Escobas Ginebra echó un vistazo a su alrededor y decidió alejarse del local un poco buscando resguardo de miradas curiosas. Bueno, espero que Mérida escuche los silbidos... Me pregunto que estuvo haciendo, espero que no se quedase esperando aquí fuera con este frío...

Ginebra silbó con fuerza tres veces, mientras esperaba la aparición de su mejor amiga con ciertos nervios. Tendría que tener cuidado de no encontrarse con Neville si es que salía también del local. Al menos, no junto con Mérida o sería.. ¿sospechoso?

No fue fácil llegar al piso de arriba, pero por suerte era bastante ágil y finalmente lo conseguí. Al llegar arriba me entusiasmé al ver la biblioteca para rápidamente desilusionarme al ver su estado. Miré hacia todas partes intentando encontrar algo más interesante. Tal vez alguna sala más o algún libro que no estuviera tan destrozado.

Encuentras un libro antiguo, el cuál hablaba de la historia de Herpo "el loco", dentro del libro encuentras un documento un tanto antiguo, lleva la firma de Dumbledore y habla de una transferencia de propiedad.

Te parece escuchar pasos provenientes de la escalera, pero no estás del todo segura si se trata de pasos o sonidos propios de las casas viejas.

Cogí el documento y lo guardé en el bolsillo rápidamente al escuchar pasos, o lo que me parecieron pasos. El libro no entraba en mi bolsillo, por lo que lo llevé en la mano. Quería inspeccionarlos con más cuidado más tarde en la tranquilidad de algún solitario lugar o en la seguridad de mi habitación. 

Me acerqué a las escaleras para ver si alguien subía o a qué se debía el ruido que había oído.