Partida Rol por web

Siguiendo el terrible sonido de los alaridos, Allison llegó junto con Merida a la sala Común dónde casi le da un susto de muerte ver aquel enjambre de diablillos que querían abalanzarse. Aún casi sin entender bien que estaba pasando, se quedó junto a su amiga con los ojos abiertos como platos.

- ¿P-pero qué está pasando!? Un ataque... ¿De quién..? Mérida ten cuidado, por favor.. - Balbuceó intentando asimilar lo que ocurría, aunque no tuvo tiempo de hacerse más preguntas cuando aquella horrible voz se instaló en su mente. Allison se llevó las manos a las sienes, dolorida mientras hacía un esfuerzo por mantener la calma. ¿Kronos? Un demonio mayor... ¿pero por qué..?

Antes de que pudiera reaccionar, el tal Kronos les lanzó una amenaza, que le heló la sangre. - ¿Dormir!? ¡Cómo se piensa que vamos a dor- ... - y sin poder terminar la frase, la pelirroja se desplomó como el resto de alumnos, intentó alargar la mano en dirección hacia Mérida, pero todo se había oscurecido y no tenía fuerzas para resistir lo que se les venía encima.

Aturdida después de la pérdida de conocimiento, Allison se incorpora al escuchar unas voces familiares, rápidamente se acerca hasta el grupo de Artemis y Alexander. - ¿A-artemis? ¿Qué...? - dijo confundida mientras miraba a los presentes.

Pero... Un momento, ¿cuándo habían llegado a este lugar? ¿Y que había pasado con Mérida? Una punzada de preocupación se instaló en el pecho de la niña, pero no tuvo tiempo de hacer preguntas, pues el ruido de pasos, hacía que saltasen todas las alarmas de lo que se llamaría instinto de supervivencia. - No creo que sea el mejor momento para discutir, escondámonos aprisa, ya tendremos tiempo de pensar un plan. - se apresuró a decir, cortando la discusión de los chicos y tomando a cada uno de un brazo para alejarse de allí a toda prisa junto al resto. ¿Dónde? En dirección contraria a esos pasos, eso seguro.

Notaba que el corazón le latía con fuerza, demasiadas preguntas y la sensación de sentirse como una presa no era nada tranquilizadora. Buscaba con avidez algún grupo de matorrales espeso o rocas dónde poder ocultarse. ¡Diantres hasta se sentía capaz de cavar un hoyo! Al menos hasta saber, de qué se trataba la amenaza.

Cuando Allison toma a los chicos del brazo, un remolino de sombras envuelve a Alexander y amenaza con devorarlos a los tres.

Por las barbas de Merlín ¿Qué es eso? - pregunto sacando mi varita y preparándome para cualquier cosa.

Conforme el vórtice de sombras se fortalece, sientes que tu fuerza vital empieza a ser consumida. Las sombras están hambrientas y tú eres su cena, pues su deseo de venganza es más fuerte que cualquier vínculo que las haya unido a ti en rl plano material primario.

Tengo que aceptar que la experiencia que me succionen mi energía vital es algo, interesante y fácilmente cualquier persona se podria acostumbrar e incluso transformarla en alguna extravagante filia, que en mi caso, no será así.

Saco mi brazo con fuerza para eliminar el agarre que la pelirroja ha hecho a mi extremidad para luego sacar mi varita, preparándome para el combate-.Lamentable-. Es lo que pienso mientras comienzo a concentrar mi magia en mi arma mágica para convocar un viejo hechizo de mi familia.

Cuando intentaban huir del claro, Alexander se zafó con brusquedad de su agarre, lo que hizo que la pelirroja se volviera confusa, y aún lo estuvo más cuando vio aparecer aquel vórtice de energía que se arremolinaba en torno al rubio. ¿Pero qué..?

Iba a disculparse por inercia, como si pensase que por haber tomado al chico del brazo hubiera provocado una reacción extraña, pero debía tener otra explicación, aunque nada de lo que sucedía tenía sentido. - ¿Alexander..!? - replicó con voz preocupada, alejándose instintivamente mientras sacaba la varita, pero ¿que se podía hacer contra algo así?

Pido disculpas ya que se me olvido ciertas partes de las tiradas de combate y deseo atacar a la primera sombrita que se me acerque.

Pd: usted es malvado master esta haciendo practicamente que Alexander mate a sus propios hijos  u.u

No tengo idea qué rayos sucede, pero no me gusta nada. Allison no te alejes de mi. Si cualquier cosa sale de allí dale con todo lo que tengas. ¡Sanctorum Repellum!  - grito mientras levanto mi varita y creo un escudo de energía luminosa entre nosotros y el vórtice de sombras.

¡Rápido Alexander ven aquí! - clamo mientras empiezo a concentrar mi energía en el escudo.

¡Vamos resiste! ¡Por lo que más quieras, resiste! - pienso mientras pongo mi mayor empeño en reforzar el escudo.

Después de lanzar mi primer hechizo escucho lo que el mestizo me dice y con una enorme sonrisa lúgubre comienzo a desplazarme detrás de su escudo mientras concentro nuevamente magia en mi varita e impregnarme con otro arte arcano heredado de mi gente.

-.Llanto del hereje-. Susurro calmadamente mientras de mi varita sale un humo oscuro con caras deformes que protegen a su invocador…

Tenía que pensar que acción me podria dejar en mi optimo, todo esto me ha resultado… intrigante

Miro incrédula como, a pesar de todo, Eliphastus y Richard deciden ir por su cuenta y se alejan de nosotros corriendo. Dirijo mi mirada a Janelle, en un claro gesto de no entender nada.

Cuando Janelle se acerca a ayudar a la niña atrapada, la cubro desde lejos con la varita. Y, lamentablemente, había necesidad para ello. 

La niña resulta no ser más que una trampay mientras la niña muestra su verdadera forma, cadenas aparecen de las paredes lanzándose a por Janelle.

- ¡Exordio! - exclamó lanzando una bola de luz dorada, que debería ser muy efectiva contra este tipo de criaturas.

Sorprendida, vi cómo unas cadenas me ataban. Tal como habíamos sospechado, la niña no era lo que aparentaba, pero había que probarlo. Un repentino miedo me recorrió al escuchar al demonio, pero procuré que no se me notara soltando bravuconadas. La bisabuela da más miedo, Janelle, da bisabuela da más miedo, se-seguro...

- ¿Es que a los demonios no os dan de comer? Qué manía con co-comernos.... ¿o es que queréis asustarnos? Pues no te servirá de nada, diablillo, la bisabuela Elora da más miedo que tu, a su lado no eres más que un gatito gruñón - aquello no era del todo cierto, pero igual me ayudaba a ganar algo de tiempo. Rápidamente, apunté con la varita a las cadenas y pronuncié - engorgio.

Sospechaba que las cadenas serían mágica, pero con suerte podría hacerlos lo suficientemente grandes para sacar la mano. En caso contrario, tendría un´último as en la manga.

Sin rechistar Allison se apresuró a ponerse junto a Artemis. Y aunque quiso ayudarle a reforzar la barrera, la advertencia que hizo su amigo fue suficiente para que la pelirroja apuntase con su varita hacia aquel amenazador remolino negro, dispuesta a atacar si hiciera falta. Por favor que desaparezca...

- Ten cuidado Artemis, no te fuerces demasiado, p-puedo ayudar con sanctorum también. - añadió con gesto preocupado y aún en tensión. Lo peor no era solo la naturaleza desconocida de aquel fenómeno, sino también los hechizos tan raros que lanzaba Alexander. ¿Dónde ha aprendido a hacer eso?

Cuando Samantha se fue Freddy soltó un bufido. No solía enfadarse nunca, pero la inconsciencia de la chica era absurda. Irse en solitario a enfrentarse a lo que hubiera allí...

- Pues si quiere ir sola que así sea. - dijo mientras se acercaba a la casa. Sería el primero en pasar cuando el grupo entrara. Nadie podría quejarse de que un Gryffindor no tenía valor suficiente para enfrentarse a lo que hubiera allí dentro.

Preparó su varita y, cuando sus compañeros estuvieron preparados, atravesó la puerta.