Partida Rol por web

Cuando recupero la conciencia lo primero que noto es la presión en el cuello. Instintivamente llemi mano al cuello mientras intento ponerme de pie sin mucho éxito.

Luego reparo en la presencia de Daphne y al ver su rostro me sonrojo un poco.

Tú me salvaste, gracias. - digo con la voz entrecortada.

Lo siento, arruine tu uniforme, prometo compensarlo. - añado algo avergonzado mientras vuelvo a intentar ponerme de pie. - Tu nombre es Daphne ¿cierto? y tú Cameron. Jeje, me hubiera gustado conocerlos en mejores circunstancias.

Tras dos intentos fallidos de ponerme en pié, finalmente consigo sentarme en el suelo.

Cuando regresas a la sala común logras escabullirte en medio del caos sin ser notado y te diriges hacia los dormitorios, pero al notar que eres el único allí, decide volver a la sala común para ver como Cameron acaba de ingresar a la misma y se dirige hacia donde se encuentran Artemis y Daphne

Inesperadamente sentí que me rodeaba con su propia túnica. Me sentí repentinamente tímida, pero sonreí. Ya me sentía mejor.

- Gracias – me sentía mucho mejor con la túnica. Me alegré aun más cuando me dijo que Kat estaba bien. ¡Gracias a Dios!

Escuché atentamente. Me dio un escalofrío. Siempre quise ver maravillas como un dragón, pero jamás hubiera deseado que fuera a costa de todo este desastre. Cuando escuché lo del padre de Connor me tapé la boca. ¡Harry Potter aquí! ¡Y con la espada de Gryffindor!

Cameron miraba a los lados, como si temiera que otra cosa pudiera salir de la chimenea a devorarnos. Con mi mano libre apreté los extremos de la túnica para tener más calor. Se sentía más suave que la mía. Su tela estaba más gastada… bueno, comparándolo a lo que ahora era no veo a mis hijos o quizá hermanos menores (¡Merlín me proteja!) usándola.

Aprovechando que Cameron estaba cerca recargué mi cabeza en su hombro. Me sentía cansada, aunque dudo que vaya a dormir esta noche. Pensé en ir a la enfermería, para saludar a Kat y darle algo de ánimos. No somos grandes amigas, ni creo que sepa cómo me llamo, pero sería un buen gesto. Me quedan algunas grageas de la última caja que me envió papá, podrían gustarle.

Salgo de mi ensoñación: Artemis comienza a reaccionar. Trato de evitar que se ponga de pie sujetándolo de los hombros, debería descansar un poco.

- De nada – le respondí, feliz de que estuviera mejor. – No es un partido de Quidditch pero esto es verdaderamente inolvidable.

Y si, ¡caramba!

- ¿Quieres que busque a tu bisabuelo? – le pregunté, aun algo preocupada.

Al escuchar a Daphne mencionar a mi bisabuelo, empiezo a palidecer de sólo imaginar el tremendo regaño que ese viejo cascarrabias me podría echar y aunque por lo general me llevo bien con él, ya tenía suficiente con la última noche en la que incluso me amenazo con su varita.

No gracias, estoy bien así, además parece estar muy ocupado de momento. - respondo algo nervioso mientras me retiro con cuidado el torniquete.

De verdad, te doy las gracias por salvarme la vida. Y Kat ¿Cómo está? Tengo que ayudarla. - digo algo desesperado mientras hago otro inútil esfuerzo por pararme.

Demonios no es justo, estoy demasiado débil para moverme. - 

Su piel se puso aun más blanca y casi me levanto de un salto, temiendo que se estuviera sintiendo mal o algo. Casi corro a buscar a su abuelo cuando comienza a preguntar por Kat.

- ¡Cuidado! – Aun estaba muy débil y casi me dio algo cuando vi que palideció – si quieres  apóyate en mí. Kat está en la enfermería. Está a salvo, tranquilo. Muévete despacio…

Me moví un poco, ofreciéndole mi hombro para que pudiera apoyarse y tratar de levantarse. Le ayudé a terminar de quitarse el torniquete. Lo hice lo mejor que pude.

Mientras Cameron relataba los acontecimientos del combate, pudo notar la, ¿sorpresa?, por parte de Daphne, pero lo que intrigó al chico fue que no se sorprendiera por el dragón plateado, sino que mostró aquella sorpresa cuando él hablaba del que pensaba era el padre de Connor y de la espada.

De forma repentina Daphne colocó su cabeza sobre uno de los hombros del chico, lo que le puso algo nervioso. En otras circunstancias habría cuestionado a Daphne sobre ello, pero en estos momentos; en que acababan de ser atacados y algunas de sus amigos habían resultado heridos, Cameron podría entender sin que nadie le explicara. Sin duda todos estábamos sumidos en la preocupación y la incertidumbre ante estos eventos, y un hombro amigo sería de gran ayuda. De nuevo esa palabra, "amigo". Pensó.

Entonces Artemis despertó. Cameron sonrió cuando ello ocurrió, y con esa sonrisa volteó a mirar a Daphne quien cuidaba de Artemis desde quién sabe cuándo.

-No te preocupes por eso.- Respondió el chico. -Aquí todos somos miembros de la casa Gryffindor.- Exclamó un poco más animado Cameron. Tal vez empezaba a entender un poco ese sentimiento de camaradería que le era tan desconocido en el pasado.

Cameron observó e intentó ayudar en lo que pudiera a su compañero de casa, pero cuando Daphne mencionó al bisabuelo de Artemis, Cameron recordó la curiosa pregunta que quería hacerle a Daphne desde su conversación anterior.

-Daphne, esto. Cuando te conté hace un momento lo que sucedió afuera.. ¿Tu sorpresa fue por mencionar al padre de Connor, o la espada esa?- Cameron no pudo contener más su curiosidad. Le intrigaba sobremanera el saber por qué era tan sorprendente el padre de Connor, o la espada, cuando para él lo más increíble que había visto en su vida era aquel imponente dragón.

- He escuchado solo de rumores – preferí aclarar – pero su papá es Harry Potter.

Me pregunto si no será hijo de muggles, papá no dejaba de contarme que en su primer año todo era nuevo para él.  

- Harry Potter es un gran mago que libró al mundo mágico de otro mago, uno que podría haberse llamado Hitler también – un hijo de muggles entendería mejor eso. -  Es como un héroe nacional, mi mamá me hablaba de él casi como si le brillara una aureola – miro hacia atrás, temiendo de pronto que esté detrás de mí y sea un momento tan incómodo como cuando estaba burlándome de uno de mis primos y mi tío estaba detrás.

Por algo prefiero pensar que mi familia solo son mis padres, solo de recordar los comparativos de clase social sentí escalofríos.

Cameron se sorprendió al escuchar lo famoso que se suponía era el padre de Connor. Lo cual le llevo a apenarse aún más por su pregunta. Luego de aquella explicación, el joven entendió que esto era algo que seguramente sería de conocimiento básico para el resto de los chicos aquí.

-Ahhh, ese Harry Potter.- Exclamó el joven mientras reía y mantenía la mano derecha sobre su nuca nerviosamente.

Estaba claro que las mentiras no eran lo suyo, aunque el chico se esforzó en continuar en su papel.

-Ahora entiendo... Hahaha- Continúo riendo por unos instantes.

Gracias Daphne, pero creo que lo mejor es que me quede aquí por el momento. - respondo ante el ofrecimiento de Daphne.

Me alegra oír que Kat ya está en la enfermería. - digo bastante más relajado, mientras vuelvo a sentarme con ayuda  de Daphne

Luego escucho con suma atención la conversación de Daphne y Cameron.

Jeje, así que sigue usando su viejo patronus. Nunca cambiara, a mi bisabuelo le encanta ostentar, así que es mejor que no le des mucha importancia al asunto.

Tras dedicarle una sonrisa amable a mis compañeros, sigo escuchando la conversación en silencio hasta que me percato del desconocimiento de Cameron sobre la identidad de Harry Potter, pero decido ignorar el asunto, pues no creo que sea un monento oportuno para tratar el tema.

"Quizá luego de vacaciones" - pienso con calma.

- Kat está bien cuidada. Dijo Freddy con tranquilidad. - La señorita Granger estaba en la enfermería y comenzó a curarla al llegar nosotros. Además el director iba hacía allí para ver si podía ayudar.

Esperaba que con esta información sus compañeros se quedarán tranquilos y no se preocuparan por ella. Sin embargo varias ideas descabelladas cabalgaban por su cabeza.

¿Cómo pudo entrar un demonio y sus diablillos en Howards? ¿No tenemos encantamientos protectores para evitar estos problemas? Quería encontrar respuestas, pero quizá esté no era el mejor momento para ello.

Entonces se fijo en que Artemis estaba herido. No se había dado cuenta al llegar mientras estaba ocupado con sus pensamientos.

¿No prefieres que te miren eso en la enfermería? Puedo ayudarte a llegar rápidamente. terminó solicito.

Tranquilo Freddy ya mi bisabuelo se encargo de eso. Y ahora que sé que Kat está a salvo creo que es mejor que vayamos a descansar antes dw que ese par nos suban a rastras a las habitaciones. 

Cameron, Freddy. ¿Les importaría ayudarme? Y Daphne, muchas gracias, no olvidaré esto jamás. - respondo con una sonrisa amable, mientras estiro los brazos hacia mis compañeros.

Cameron reía y rascaba su nuca cuando Artemis solicitó ayuda.

-E-Esto, sí claro.- Se mostró ansioso por ayudar a su compañero, o lo vio como una oportunidad por cambiar la conversación anterior, aunque de eso ya se habían encargado Freddy y Artemis sin que el joven se percatase.

Se acercó a un costado de su compañero para que este pudiera apoyarse en él.

- De acuerdo, vamos.- Dijo Freddy ayudando a su compañero a incorporarse para ir a los dormitorios. Sería bueno descansar lo que restaba de noche. Tenían muchas cosas que hacer al día siguiente.

Cuando Daphne llega a la sala común, se encuentra con un estudiante dormido sobre una mesa llena de pergaminos, aquel joven parece haber pasado parte de la noche en vela estudiando.

Conforme Daphne se acerca a aquel estudiante, nota que se trata de Artemis, quien se quedo dormido con la varita en su mano derecha y una pluma en la izquierda.

Al ver a Artemis durmiendo, decides cubrirlo con tu túnica mientras echas un rápido vistazo a su trabajo.

Al parecer el joven ha estado estudiando hasta tarde como realizar runas nórdicas y para que sirven.

Con cuidado de no despertar a Artemis, coges la pluma y el tintero para ubicarlos donde él no pueda tumbarlos y luego guardas su varita en el bolsillo de su túnica mientras te sientas en uno de los sillones de la sala común intentando conciliar el sueño nuevamente.

Al menos él si puede dormir.

- ¡No es justo! – suspiro, frustrada.

Me recuesto en el sillón, cerca de Artemis, jugando con mi varita en los dedos. Me gusta mucho, aunque siempre trato de imaginar de qué estarán hechas las demás. La de la niña Riddle (me da escalofríos solo verla) debe de ser de cuervo o serpiente, con ese apellido no puede venir nada bueno. La de ese niño de Hufflepuff… ¿Cómo se llama? Lo vi una vez hablando con Connor y otra niña y me pareció de lo más engreído.  

- Pluma de avestruz con madera de cerezo… no, hiedra. – tiene que ser. – mmm… - hay otro, un Gaunt. No sé por qué les permiten estudiar en Hogwarts. Papá dice que nos haría iguales el cerrarles las puertas, porque sabe cómo se siente que te rechacen por nacer con una familia que no eliges, pero una cosa es ser hijo de muggles y otra hijo de magos oscuros.

Volteo hacia Artemis, que sigue dormido. Con curiosidad y cuidado de no despertarlo le quito la varita de las manos. ¿De qué será?

- ¿Fènix? – pregunto, recordando lo de su abuelo.

Bostezo una y otra vez. Sin ser consciente de ello, poco a poco me va ganando el sueño. Lo último que supe es que mi varita y la de Artemis resbalaron de mis manos cuando ya no pude abrir los ojos.

Nuevamente las pesadillas te sacan de la cama y la curiosidad te lleva hacia la sala común de Gryffindor, en donde encuentras a Artemis revisando el mismo viejo pergamino de siempre con un pluma en la mano y un pergamino con algunos extraños dibujos en él.

Aparentemente son runas, pero no sabes muy bien de que va todo eso.