Partida Rol por web

Imitando a Anne, tras el aviso del chico mayor con la insignia de la P, busqué en mi baúl la túnica y me la puse sobre mi ropa. Me ajusté el sombrero que mi hermano me había regalado, aunque no estaba segura si podía llevarlo al tener que ir uniformada. Compartía la emoción de Anne, pero no lo expresaba tan efusivamente.

- Sí...Parece que ya llegamos. - dije sonriente mientras me sentaba abrazando con más fuerza mi violín y acariciando a mi gato, que ronroneaba en el asiento.

Cuándo entró Irina la saludé con un gesto de la mano.

Lily y Severus se pusieron las túnicas al igual que tú. Por primera vez Severus parecía emocionado, incluso nervioso, tamborileando los dedos en las rodillas.

El primero que se levantó obediente a obedecer al prefecto fue Remus, quién en un abrir y cerrar de ojos tenía la túnica puesta y volvía a sentarse. El resto no tardó mucho más en hacerlo, entre risas y bromas, claramente para ocultar el nerviosismo de la inminente llegada.

Comimos los pasteles tranquilamente. Auri, mientras yo comía, se dedicó a intentar robarme algo de comida, sin éxito. No podía permitirme darle azúcar o chocolate. Eso la mataría.

Estaba a punto de contestarle a la chica del pelo raro cuando de repente se levanta y se va. Cerré nuevamente la boca y volví a juguetear con Auri.

La niña del pelo raro vuelve al compartimento, justo después de que pasen los prefectos. Dicen que hay que ponerse las túnicas. Abro mi baúl y saco la mía, que está justo encima de todo. Mi abuela está prevista de todo. La saco y me la comienzo a poner.

-Sí... ya llegamos.- digo con cierto nerviosismo en la voz. ¿Cómo será la escuela? ¿Y los profesores? ¿Y los demás alumnos? Qué nervios...

Miro a todos con las túnicas puestas y digo:

-Debería irme ya, tengo la túnica en el vagón - explico - nos vemos en la cena, ¿vale? Hasta luego.

Sin duda este grupo estaba bastante bien, eran más animados que el de mi vagón, excepto tal vez la joven Mia. Salgo al pasillo y me dirijo a paso rápido a mi compartimento.

- ¡Nos vemos en la cena! - dice James mientras todos se despiden con la mano.

De camino a tu compartimento te vas cruzando con prefectos que avisan a los alumnos o alumnos nerviosos que vuelven a sus compartimentos a prepararse, pero ninguna cara conocida.

Cuándo llegas a tu compartimento están todos con sus túnicas y por primera vez Severus parece mostrar emoción e incluso nerviosismo, con los ojos brillantes y los dedos tamborileando en sus rodillas.

- ¡Hola de nuevo, Brad! - te saluda alegre Lily - ¿Has conocido a alguien interesante?

Brad vuelve al compartimento y Lily le saluda alegre.

- ¡Hola de nuevo, Brad! ¿Has conocido a alguien interesante?

-¡Hola, Brad!-le saludo. Y doy una vuelta sobre mi misma para enseñarle mi túnica.-¿A que es bonita? ¡Qué ganas tengo de llegar!

Cuando Lily preguntó si había conocido a alguien me acordé de mi incidente con el chico de la serpiente.

-Eso, ¿has conocido a alguien simpático? Yo conocí a unos chicos, uno se llamaba Dean y el otro era el chico que fue picoteado por la lechuza y se llamaba Donnie, parecen muy simpáticos. Pero después me topé con el chico este...el de la serpiente, lo conoces, ¿no? ¡Es un borde! Me empujó y pisó mi sandwich de mantequilla de cacahuete y me llamó... em... ¿cómo era?-me quedo pensativa un momento. ¿Qué diantres había dicho? ¿Piel sucia...Pelo sucio...cabeza sucia...?-¡Ah! Sí, me llamo "sangre sucia". No le entiendo, realmente, ¿cómo se puede ensuciar la sangre? Que yo sepa, la mía está limpia, si no, cuando me corto se vería de otro color, ¿no? ¡Ah! y después me pisó... Menos mal que vino uno de esoso chicos mayores que son como los profes... aunque ese también era un poco borde. ¡No entiendo por qué la gente es tan desagradable!-hablo rápido y atropelladamente, contándole todo a mis compañeros. Termino cruzando los brazos y negando con la cabeza-¡Así no van a tener amigos!

-Hola de nuevo - saludo con una sonrisa.

-Bueno, cuatro chicos, a dos ya los conocía, uno de ellos es muy divertido, bueno, todos lo son, pero James* lo es más - digo con una sonrisa a Lily* y a Mia.

Me siento, saludo a Severus y cuando me estoy poniendo la túnica escucho a Mia.

-¿QUÉ TE HA LLAMADO? - exclamo - Ese tonto... menuda forma de hacer amigos... - cuando veo que la chica no sabe que significa digo - Es casi el peor insulto que se le puede dar a un mago, es meterse con su familia, un "sangre sucia" es aquel cuyos padres no son magos... lo que te dije antes, en la estación.

Acabo de ponerme la túnica, serio.

Lily parece bastante consternada ante el relato de Mia.

- Qué chico más tonto. Yo tampoco soy hija de magos, pero no creo que eso sea algo cómo para insultar. Mis padres son buenas personas y están contentos de que yo sea bruja. Es estúpido insultar a alguien así... ¿Y por qué sangre sucia?

Severus habla después de su largo silencio.

- Es por la herencia. Siempre se ha dicho que los hijos tienen la sangre de sus padres. Diciendo que tu sangre es sucia dicen que tus antepasados son basura y que tú lo has heredado. Te ha llamado basura. - explica Severus ante la pregunta de Lily, aunque añade esto último mirando a Mia.

Su mirada es inquisitiva, esperando alguna reacción de la niña. 

Asiento a la explicación de Severus.

-Además, a la vez que dice que tu familia es basura, intenta decir que tú, como maga, también lo eres por el hecho de ser hijo de quien eres.

Me uno a las miradas a Mia, esperando su reacción.

Jopé, si que parecía un insulto terrible, parece que incluso peor que gili-loquesigue...* Pero no le doy demasiada importancia, ya vería ese chico lo buena bruja que soy y seguro que deja de pensar eso, además, pienso recordarle siempre que pueda que me debe un sandwich... Es gracioso hacerle rabiar, es como con Jack, solo que... Algo diferente.

Me encojo de hombros con indiferencia.

-Bah, no pienso darle demasiada importancia. Estoy orgullosa de mis padres, son los mejores del mundo, aunque no sean magos. No les hace falta serlo para demostrar lo especiales que son... Papá se sigue sorprendiendo, pero sé que está orgulloso y mamá... Bueno... Ella se hubiese alegrado igual. -un ligero atisbo de nostalgia me invade, pero no dejo que afecte a mi voz a la hora de decir con tono seguro:-Sé que tengo mucha magia en mi interior, y pienso aprender a usarla, ¡Seguro que ese chico cuando nos vea a Lily y a mi haciendo magia igual, o mejor, que él, cambia de idea! ¿verdad?-sonrío feliz. Después cambio la sonrisa a una un poco más juguetona y misteriosa y añado:-Y seguro que él no sabe hacer ésto...-comienzo a cambiar el color de mi pelo rojo a azul celeste y termino abriendo los brazos:-¡Tachán! Mi hermano me dijo que muy pocos magos saben hacer esto, ¿a que es divertido?- Me río al acordarme de Charlie, él se estaría tronchando de la risa.

Muevo la cabeza para mostrar bien mi pelo azulado con una gran sonrisa. ¡Seguro que aquel niño arrogante no sabía hacer eso!

Metiéndome el último trozo de rana de chocolate que me quedaba en la boca, me subo a mi siento y cojo mi túnica del baúl.
-Bien bien bien chicos! YA LLEGAMOS!!!
Bajo, me la pongo y me quedo de pie con los ojos abiertos y mirando al infinito
-Y ahora... ahora que hacemos... esperamos...? Pero... que... vacío me siento. -Abro la puerta del compartimento y chillo con todas mis fuerzas -BIEENVENIDOS A HOOOOOGWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRTTTSSSS!!! -la cierro en cuanto me callo y recupero el aire apoyando la espalda en la puerta.
-Perdonad... es que... me da...

Me acerco a Redwing y cerrando los puños colocandolos delante de mi cara le hablo:
-Ya sabes Reddy! Debes ser la mejor lechuza del colegio! QUE NADIE TE ADELANTE CUANDO TENGAS QUE TRAERME ALGO EH! -me giro a mis compañeros de compartimento -Y vigilad a las vuestras... "compañeros"... -dije mientras señalaba con mis dos dedos sus ojos y mis ojos dándoles a entender que los vigilaba.
No lo decía con mala intención, ni como amenaza, pero sabía que mucha gente se lo tomaba así...

Despierto cuando un prefecto entra en nuestro compartimento un prefecto del colegio para darnos instrucciones a seguir.

Vaya, debo de haberme quedado dormido después de comerme todo lo que le compré a la señora del carrito...

Tras estirarme un poco, despierto completamente cuando, de repente, Donnie se pone a chillar, así que decido seguir las instrucciones y ponerme la túnica para cuando lleguemos.

¿Cómo os imagináis el colegio? Llevo años deseando que llegara este día...

-No me cabe duda ninguna de que vais a ser grandes brujas - digo a mis amigas.

Contemplo a Mia mientras habla sin saber a qué se refiere, pero lo entiendo cuando su pelo cambia de color.

-WOOOOOOW, no puede ser... eres metamorfomaga, ¡qué pasada! - digo, solo conocí a uno en toda mi vida, un amigo de mi abuelo que murió hace dos años, siempre cambiaba su nariz por la de un cerdo para hacerme reír, aún lo recuerdo, era muy divertido.

-Oh, claro, berilios -asenti conciliadora -las piedras semipreciosas no son lo mio. -añadi inocentemente.

Una vez se hubieron largado las miradas reprobatorias de Kight y Gray brillaron como afiladas lanzas en mi direccion. Sonrei de medio lado - ¿que? -conclui con suavidad.

Me sobresalto cuando Donnie empieza a gritar.

¿Qué le pasa a éste? - pienso mientras miro con cara rara a Donnie

De pronto, comienza a hablarle a la lechuza y hacer señas con dedos y ojos.

Se le ha ido la cabeza. Aún no hemos llegado y se le ha ido la cabeza. - pienso mientras miro fijamente a Donnie.

Cuando Michael habla me relajo un poco:

Yo el colegio casi lo veo en mi cabeza. Mi madre me ha contado muchas cosas sobre el castillo y estoy deseando llegar para conocerlo a fondo. Si de verdad es como mi madre me ha dicho, nos va a llevar mucho tiempo registrarlo y siempre quedará algún lugar al que no hayamos ido. No quiero contaros más porque para mí será también emocionante entrar por sus puertas.

Me río, halagada por el comentario de Brad. Parece muy emocionado y sorprendido; me encanta sorprender a la gente.

-Sí.-digo asintiendo. Después vuelvo a cambiar el pelo a mi color natural-Pero sólo he aprendido a cambiar el color de mi pelo y mis ojos... Si me concentro mucho, mucho, puedo cambiar la tonalidad de mi piel, pero me cuesta mucho... Aún así, a veces el color de mi pelo y mis ojos cambia según mi estado de ánimo.-explico. No era mucho lo que sabía, pero algo es algo.

-Te quedaba mejor de color rojo - comento, con sinceridad.

Miro a mis compañeros de compartimento, esperando una reacción y saco una de las últimas grageas que me quedan del segundo paquete.

-Mmmm... Malvavisco* - digo, tras probarla, ya que ese sabor ya me había tocado alguna otra vez.