Partida Rol por web

Aunque Severus ha vuelto a su estado de "soledad", Lily mira a Mia con los ojos desorbitados.

- ¡Qué...pasada! ¡Seguro que el chico ese alucinaría si te viese hacer esto! Y no se atrevería a insultarte nunca más. - añade con una sincera sonrisa.

-Gracias.-Le sonrío a mis amigos radiante por sus halagos, no solía recibirlos. Incluso hacen que me sonroja ligeramente.

Aún sigo con hambre, asi que decido abrir mi rana de chocolate, a ver qué era lo que Brad decía que era tan curioso.

-¡Voy a ver si está rica!-abro el paquetito de la ranita y cuando voy a cogerla...¡ZAS! ¡DA UN SALTO Y SALE DE SU CAJITA!-¡AH! ¿¡Pero qué...?!-exclamo sorprendida. Después me río y voy detrás de la rana para cogerla. ¡No me esperaba que las ranas de chocolate saltasen de verdad!-¡Qué divertida! ¡Voy a atraparla!-digo sin parar de reír.

Lilith despierta de su larga siesta y cuando ve a la rana dando brincos por la habitación, da un respingo e intenta atraparla como yo, creo que piensa que es una rana de verdad... Pero no lo es, ¿no?

Sonrío mirando a Mia perseguir a la rana y suelto una carcajada al ver a la gata imitar a su dueña.

-Ya te dije que eran muy graciosas... - digo, cuando acabo de masticar la gragea. No tomo otra por miedo a que me salga algo no tan sabroso, sin embargo tiendo el paquete a Lily y Severus - ¿queréis?

Casi no se había recuperado de la sorpresa del pelo, cuando la de la rana ocupa su lugar. Su cara de sorpesa se transforma en una risueña cuándo ve a gata y dueña persiguiendo la rana. 

- Antes me ha salido una asquerosa a pimienta... No sé si me arriesgo. - contesta Lily dubitativa a Brad cuando éste le ofrece grageas. Tras unos segundos alarga la mano para coger una. - No te daré las gracias hasta saber si está buena. - bromea.

Cuándo se la mete en la boca sonríe.

- ¡Es también de malvavisco! Gracias :)

¡Ajá!

Consigo arrinconar a la rana y cuando va a saltar, la cojo con un movimiento rápido. Estoy dispuesta a darle un mordisco... pero ver como se mueve me da bastante asquito... Miro a la rana y hago una mueca de desagrado.

-Mmm... ¿y tengo que comérmela? Aish... valor...Lo siento, ranita...-cierro los ojos con fuerza y le doy un mordisco a la rana. Poco a poco relajo mi cara, ¡eh! está rica, sabe a chocolate...Mmmm...-Eeh...¡¡está buena!!-digo tras tragar mi primer bocado.

Sonrío a Lily y digo:

-Nunca me había pasado lo de dos grageas iguales en el mismo paquete... pero bueno, por lo menos no nos tocó nada asqueroso.

Acaricio a la gata cuando su dueña se apodera de la rana y respondo a Mia con una sonrisa:

-¿Cómo no van a estar buenas las ranas de chocolate? Por cierto, traen con ellas una colección de magos famosos, a mí solo me falta Paracelso para acabarla...

Me recuesto en el asiento ya vestido y con el resto de las grageas en el bolsillo de la túnica junto con la varita y miro por la ventana.

¿En qué casa estaré? me pregunto.

Asiento con la cabeza ante la explicación de Brad con lo de la colección mientras mastico un nuevo mordisco de mi rana, que ya no se mueve ni da tanto asquito.

-¡Qué guay!-opino-Voy a ver qué mago me ha tocado...

Vuelco la cajita y dejo caer sobre mi mano un cromo con un señor que no conozco, lo miro extrañada y lo muestro a mis compañeros:

-No sé quién es... ¿Lo sabéis?-digo. Ese era el primer cromo de mi colección, ¡era especial y debía saber cosas de ese mago!

- Tan sólo tienes que leer su nombre... O creo que Brad puede decírtelo. - dice Severus cuándo mira el cromo.

-¡Es verdad! ¡Qué tonta, no me di cuenta! Gracias, Severus.-digo riéndome por lo despistada que he sido.

Al leer el nombre veo que es el cromo que decía Brad. ¡Qué suerte! Se lo voy a dar, ya que es el único que le falta y a mi no me importa empezar la colección con cualquier otro mago, además, me gusta hacer feliz a la gente y creo que esto va a hacer que se ponga muy contento. Se lo tiendo :

-Toma, Brad.-le dedico una amplia sonrisa-Es el que te falta, ¿no? ¡Te lo doy! Así ya tendrás la colección de cromos completa.

Lilith maulla a mi lado y le hago un par de carantoñas, hacía un rato que apenas le prestaba atención.

Observo el cromo que le tocó a Mia. No me suena, pero no puede ser, cuando Severus le dice que me lo enseñe abro la boca incapaz de hablar y mis ojos se salen de sus órbitas.

-Es... es... es... WOW...

¿¡¿Le ha tocado Paracelso?!?

Miro a Mia con una amplísima sonrisa en la boca que se refleja ahora también en mis ojos.

-¿Para mí? Joooo, WOW Mia, muchísimas gracias, es alucinante - sonrío, la miro extendiendo la mano para coger el cromo y digo - ¿cómo puedo agradecértelo? Ya sé... tengo la colección en casa, pero los cromos de las ranas de hoy me han salido repetidos, son tuyos.

Tiendo a Mia cuatro cromos, todos de grandes brujas conocidas.

-Estas cuatro brujas fueron posiblemente las mejores en lo que hicieron, Morgana fue la amada de Merlín y enemiga del Rey Arturo; Gwenog Jones fue la mejor jugadora de quidditch de la historia, se retiró hace tres años*; Artemisia Lufkin fue la primera Ministra de Magia y Rowena Ravenclaw cofundó Hogwarts y fundó la casa de su nombre. Ojalá algún día seáis como ellas y demostréis lo equivocados que están los que os insultan - digo, muy convencido de ello; sonrío a Mia y aclaro - cógelos, son tuyos.

Termine por encogerme de hombros indiferente ante su silencio. Al menos habia conseguido lo que queria, ¿quien iba decirlo? Lucius Malfoy se habia tragado un farol. Si, la verdad es que un poco de informacion que pudiera ser util era toda una novedad en este mundo de disfraces y mentiras, y ahora sabia que iban a reunirse...

Comence a ponerme la tunica pensativa. Detestaba la idea de no ser yo quien controlara mi vida.

-Eventualmente lo haremos...- Respondi al comentario de Deborah. Claro que lo hariamos, aunque no de una manera agradable. Probablemente la respuesta vendria en forma de irrechazable sugerencia (por no decir orden) sobre alguien con quien te convendria entablar una bonita y fructifera "amistad", en el mejor de los casos...

¡Qué contento se ha puesto! Es genial poder ayudar a la gente así, ha sido una verdadera suerte que me saliese a mi justamente el cromo del mago que le faltaba.

Abro los ojos como él cuando me tiende los cromos. No conozco a ninguna, y de una de ellas no entiendo muy bien a qué se dedicaba.

-¿De verdad? ¡Jo, muchísimas gracias, Brad!-cojo los cromos entre mis manos. ¡Mis primeros cromos! Sonrío radiante y me lanzo para darle un fuerte abrazo a Brad, en señal de agradecimiento. Después me separo de él todavía con una sonrisa.-Pero hay cosas que no entiendo... Es decir, sobre las brujas de los cromos.-digo mirándolas.-¿Qué es el quidditch? Mi hermano me dijo que es un deporte de magos que se juega sobre escobas voladoras, pero nunca me ha explicado en qué consiste exactamente, es que él no juega, no le gustan los deportes...-comienzo a desvariar-...porque claro, aunque es alto, no es muy fuerte ni atlético, es más bien larguirucho, no es como papá o como yo, a mi me encantan los deportes y jugar, por eso me gustaría aprender a jugar al quidditch, ¿Creéis que nos enseñaran en Hogwarts? Espero que sí, sería muy divertido, ¡Ah! Jack también me dijo que se juegan partidos, ¡con una copa y todo! Si se me da bien a lo mejor me apunto al equipo de mi casa, soy bastante rápida, aunque bueno, no consiste en correr, depende más de tu escoba entonces, ¿no? ¡Eh! ¿Todas las escobas tienen la misma velocidad? ¡Y otra cosa! Si no tengo escoba voladora ,¿me dejarán participar en el equipo de quidditch? A lo mejor alguien puede dejármela...-me detengo después de toda esa verbarrea, creo que he perdido el hilo otra vez...-...Creo que me he desviado un poco del tema.-digo para después reírme. Sigo mirando los cromos con mucho cariño, es el primer regalo que me hace algún amigo mago, además de los primeros cromos de mi colección, ¡pienso guardarlos muy bien!

Me pongo un poco colorado cuando me abraza, pero enseguida me echo a reír al escucharle otro discurso de nuevo.

¡Qué rápido habla!

-Es un deporte muy complejo, que se juega en todo el mundo. Gwenog Jones fue alumna de Hogwarts y fue, como dije, la mejor jugadora de la historia. Vale, pues irás conmigo a las pruebas de quidditch, todos los miembos de mi familia han jugado, capitaneado y ganado siempre en equipods Hogwarts, por las casas de Gryffindor o Ravenclaw... Y YO YA SÉ JUGAR - digo, muy animado - pero supongo que nos enseñarán también en el colegio. Pero este año no me dejan... no pude ni traer mi escoba...

Paro para coger aire y procedo a explicarle el tema de las escobas.

-No, hay muchos modelos distintos, algunos incluso varían según la posición en qué juegues... y Hogwarts cuenta con escobas para aprender, luego deberías comprarte una, pero ya veremos, aún queda mucho.

Lo miro sorprendida:

-¿Los de primero no podemos participar en el equipo? ¡Jo! Qué rollo...-digo desilusionada. Me hacía ilusión aprender a jugar para poder participar en el equipo.-¡Pero, eh! ¿Y si caemos en casas distintas? ¡Tendremos que enfrentarnos!-me alejo de él de un salto exagerado y le miro bromeando con cara de enfado-¡AARGH! ¡¡Seremos rivales y nos enfrentaremos!!-sigo bromeando con un tono de voz gruñón y con el ceño fruncido. Después comienzo a reírme solo con imaginar la cara que tengo que haber puesto.

Me quedo pensativa unos momentos, ¿y valdría hechizar la escoba de mi casa para que volase y pudiese jugar al quidditch?

-¿Y cuánto puede costar una escoba de esas? ¿No vale la de mi casa? Cuando era pequeña jugaba a que era una bruja y esa era mi escoba voladora...-bueno, de vez en cuando lo sigo haciendo cuando juego con Charlie... ¡Ahora podría hacerlo de verdad!

Suelto una carcajada y replico:

-Ya podrás correr si no quieres que te tire de la escoba - guiño un ojo anunciando que estoy de broma. Suelto otra carcajada cuando contemplo su rostro fingiendo cabreo y explico - no, no vale, las escobas voladoras están hechas de forma distinta, son objetos mágicos... no creo que nadie pudiera hechizar una de casa para hacer una la mitad de efectiva que la más anticuada escoba voladora... evidentemente las hay muy caras, como las que usan muchos profesionales, pero en Hogwarts se suelen usar escobas más o menos normales, que no son demasiado caras*.

-¡Primero tendrías que pillarme! ¡Seré la más rápida de todas!-anuncio mientras me río.-Mm... ¡pues este año ahorraré para poder comprarme una escoba!-digo con decisión.

Seguro que el quidditch tenía que ser un deporte super divertido ¡Volar en escoba debía ser genial! Aunque a lo mejor era peligroso y te podías caer... ¿jugarían muy alto?

Sonrío a Mia y vuelvo a girarme para ver a Severus y a Lily, ajenos a esta conversación llena de frases dichas nada más pasaban por la cabeza*. También miro por la ventana.

No debe quedar mucho tiempo...

Cuándo el tren para los alumnos más mayores salen de sus compartimentos charlando animados, pero los más jóvenes parecen algo perdido. Los mismos chicos y chicas que avisaron sobre las túnicas les repiten que salgan del vagón sin coger nada y sigan las instrucciones fuera del tren.

En el andén, un hombre enorme, con barba espesa y ropas aún más voluminosas que él, llama a todos los alumnos de primero sosteniendo una enorme lámpara de aceite.

- ¡Todos los alumnos de primero aquí, por favor! ¡Venid conmigo!

-¡¡HEMOS LLEGADO!!-exclamo emocionada pegándome al cristal de la ventana. Está oscuro y apenas veo qué hay, ¡qué nervios!

Cojo a mi pequeña Lilith y la meto en su jaula con mi nombre en una etiquetita. Sé que no le gusta demasiado, pero no me la puedo llevar, cuando cierro la puertecita, ella maúlla quejándose.

-Lo siento, Lilith... pero pronto te soltaré, ¿vale?-cuelo un dedo entre los barrotes y le rasco la cabecita.

Me giro a mis compañeros con una sonrisa de oreja a oreja, mi cabello pelirrojo se ve más rojizo que antes. Doy saltitos en mi sitio, con nerviosismo y ganas de salir ya, así que me dirijo a la puerta del compartimento y digo:

-¡¡Vamos!!-realmente lo digo mientras salgo, no me da tiempo a esperarlos, ya que voy corriendo a bajar del tren, esquivando a mis compañeros.

Una vez abajo veo a ese hombre TAAAAAAAAAAAAAN grande y abro con sorpresa la boca. ¡¡Qué guay!! Ojalá fuese tan grande, llegaría a todos los estantes de mi casa, seguro.

-¡Hola!-le saludo con una sonrisa-¡Qué grande eres! Es genial, ¿no? Eres así porque has comido mucha verdura, ¿verdad? Mis padres dicen que para ser grande hay que comer mucha, pero no pensaba que se pudiera crecer tanto... ¡Desde ahora me las comeré todas!-decido, más diciéndomelo a mi misma que a él. Me quedo a su lado, esperando a los demás.-¿Nos vas a llevar a Hogwarts?-le pregunto con una sonrisa encantadora y emocionada.

Me despedí de Redwing acariciandole la cabeza con mi dedo índice. Siempre parecía que nos... "llevaramos mal" (dentro de lo mal que se puede llevar uno con una lechuza), pero cuando teníamos que separarnos se demostraba el cariño que nos teníamos. Se despidió de mi con un ulular triste antes de que saliera por la puerta.

Me encontraba en el andén. Que guay. Tenía los ojos abiertos como platos, mirándolo todo como si pudiera verlo (ya que estaba bastante oscuro y casi no se podía ver nada). Me acerqué al enorme gigante que se encontraba de pie al lado de una chica que parecía de mi edad, así que supuse que debía dirigirme ahí.
-Hooooolaaaaaa giiiigaaaaanteeeeee! Eeeentieeeeendeeees miii idiooooomaaaaaa? -mi madre me dijo que los gigantes eran un poco... tontos. Aunque me dijo que los respetara siempre. También me dijo que eran... mucho más grandes que el que tenía delante de mi. Pero supongo que sería una exageración -Podeeeemoooos seeer aaamiiiiiiigoooos! -y me quedé sonriéndole.