Partida Rol por web

Los Prefectos esperan hasta teneros a todos alrededor para emprender la marcha.

-¡No os separeis y seguidnos sin demora!

Salís del comedor, en el que pocas personas quedan ya, y empezáis a subir escaleras. Para el asombro de muchos de vosotros, algunas de las escaleras cambian de posición sobre vuestras cabezas. Una que llevaba al ala oeste ahora te lle al ala este, la que llevaba a la primera puerta del primer piso ahora da a otro pasillo...

- Como véis las escaleras cambian a placer, pero no os preocupéis. Es fácil recobrar tu camino si por casualidad escoges la que no toca, porque hay muchas escaleras a cada piso. ¡Ojo con los escalones! Hay algunos falsos.

Os siguen llevando escaleras arriba en un ascenso que parece nunca acabar hasta que finalmente os detenéis.

- Para los que os hayáis perdido contando, estamos en el Séptimo piso.

Los prefectos se ponen a andar hasta llevaros al fondo del pasillo. SI miráis por las ventanas podéis ver que estáis en una torre. Se detienen delante del retrato de una señora gorda y empiezan a hablar con ella, recibiendo respuesta para el asombro de muchos.

- Buenas Noches. 

- Buenas noches chicos. ¿Buen banquete? - contesta la señora del cuadro, una mujer bastante...gorda.

- Como era de esperar. Para entrar - dice el prefecto a todos los alumnos - debéis decirle a la señora la contraseña. Por si os olvidáis, está colgada siempre en el tablón de anuncios y la cambiamos cada mes. La de este mes es "Colacuerno Húngaro".

La señora asiente y el retrato se abre dejando a la vista una sala circular con una enorme chimenea en el centro y decenas de sofas y sillones. Los colores rojos predominan, desde las alfombras hasta las cortinas, y el símbolo de Gryggindor también se puede ver en algunos tapices.

- Esta es la torre de Gryffindor, dónde vivimos durante el curso y sólo los alumnos de la casa pueden entrar. Ésta es la sala común, lugar para estudiar, relajarse o celebrar las victorias del Quidditch. Las escaleras de la derecha llevan al dormitorio de chicas y las de la izquierda al de los chicos. Una vez ahí, las puertas tienen números del 1 al 7, referentes a  vuestro curso. Vuestras cosas ya están allí. Ahroa todos a dormir y mañana a las 8 se sirve el desayuno. Procurad no llegar más tarde de las 8.30, o no tendréis nada que comer y ni vuestro horario del curso, lo que sería un grave problema nada más empezar. Ahora, si no hay dudas, ¡Buenas noches!

Hemos subido siete plantas y ni me he enterado ¡Qué divertidas eran las escaleras! Aunque espero no perderme mañana para las clases.

Llegamos hasta el cuadro de una señora un poco (bastante) regordeta, pero parecía muy agradable... Parecía que tenemos que entrar a nuestra sala especial (o algo así se decía) y ella era como una guardiana...

Jum... ¿qué pasaría si intentaba entrar algún intruso? ¿Se transformaría en un monstruo y lo echaría? ¡Sería muy emocionante verlo!

Me quedo con la contraseña en la cabeza...¿Qué era un "Colacuerno húngaro"? Ya lo preguntaría.

Cuando pasamos al lado de la señora del cuadro que habla, la saludo con la mano:

-¡Buenas noches, señora!

Paso dentro de la sala, donde al verla me quedo boquiabierta...¡¡Era preciosa!! Me encanta el color rojo tan vivo, esas ventanas tan grandes y luminosas donde se veía todo, la chimenea, los sofás, las estanterías... ¡Me encantaba!

Después de escuchar al chico mayor voy corriendo a la habitación para verla.

Madre mia, es majestuoso - pienso mientras sigo con la mirada como las escaleras van cambiando de lugar.

Esto es increíble - digo en voz baja justo antes de encontrarnos con el cuadro de una señora.

El prefecto explica que es la señora a la que hay que decirle la contraseña para poder pasar.

Tengo que preguntarle si se acuerda de la época en la que estuvo aquí mi madre, aunque seguro que con la cantidad de alumnos no lo hará.

Al pasar por la puerta, escucho como Mia saluda a la señora, y no se me puede escapar una pequeña sonrisa. Cuando iba a acercarme a ella para comentarle mi opinión sobre la Sala Común, sale corriendo hacia la habitación para chicas.

Es posible que sea lo mejor - digo en voz baja.

Irina, ahora nos vemos. Voy a ver la habitación, avisa a Mia y hablamos un rato antes de acostarnos si queréis.

La contraseña era "Colacuerno húngaro" Genial. Aunque antes no creía en la existencia de dragones me encantaba estudiar cada tipo de cada mitología. Mi favorito sin duda, era el galés verde. Sería fácil de recordar la contraseña. 

La sala común era muy acogedora y me entraron ganas de ponerme a leer un libro delante de la chimenea. 

Mia se fue corriendo para las habitaciones de chica y yo me dispuse a seguirla. Dean me dijo que luego si quería podíamos charlar un rato con mi nueva compañera de habitación también. 
- ¡Claro que sí, echo un vistazo y bajo!- Le contesto con entusiasmo dirigiéndome a mi habitación. - Lily, ¿vienes tu también?- Le digo a la chica pelirroja y callada.

Al llegar a mi habitación veo que ya están allí todas mis cosas y también mis mascotas.

- Hola chiquitines, ¿me habéis echado de menos?- Mi cama estaba enfrente de la puerta de entrada y pensé que me gustaría más estar en una esquina. Pero me conformé. - ¡Está bastante bien esto!- Dije sentándome en mi cama y dando saltitos. - Dean dice que podemos charlar abajo si quieres, yo ahora voy.- 
 

Cogí a mi camaleón sin nombre, un pergamino y una pluma y bajé a la sala común. Me senté enfrente de la chimenea y comencé a escribir una carta para mi padre diciéndole que estoy en gryffindor y que todo esta yendo genial. 

Subí a la habitación de nuevo para atarle la carta a mi lechuza y le dije claro y alto que era para mi padre. Él me había enseñado a enviar cartas vía lechuza pero... Aunque me hubiera repetido seguidas veces que ellas ya saben a quién se la tienen que mandar, no me fiaba del todo y preferí chillarlo bien. 

- ¿vienes?- Le dije a Mia y bajé a la sala común otra vez, sentándome en la misma butaca que antes.

Llego corriendo a la habitación y busco con la mirada la cama que tenga mis cosas.

Veo una cama que está justo al lado de una ventana, donde está mi gatita blanca tumbada en el alféizar mientras mira el paisaje. Reconozco que debe ser la mía porque mi baúl está a los pies de ésta. ¡Es preciosa!

Emocionada, salto sobre mi cama y me tumbo. Lilith parece advertir mi presencia y se despega de la ventana para tumbarse en mi tripa y maullar, ¡seguro que me ha echado de menos! La acaricio con cariño y la cojo para darle un beso en su cabeza.

Entonces, Irina entra y me pregunta si quiero bajar para hablar.

-¡Claro que quiero! Ahora mismo bajo.-no he terminado de decir la frase cuando ya estoy bajando con rapidez a la sala tan bonita, con mi gatita en brazos.

Me siento a su lado en uno de los sofás y miro el fuego de la chimenea. Veo que Lilith lo mira todo con curiosidad, ya se acostumbrará...

-¡Qué boniiiiito es todo! ¿no?-le digo sonriente.

- Demasiado bonito en mi opinión... Es más, creo que esto debe ser un sueño.- Digo pellizcándome y cerrando los ojos. Los vuelvo a abrir y añado. - Ah, pues no... Sigo aquí ¡Que bien!- Me río. 

Mi fijo en mi pequeño compañero felino y estiro la mano para acariciarlo. 

- ¿Cómo se llama? Yo tengo un camaleón pero aún no tiene nombre... Y he pensado en llamarle Hermes, pero claro, le pega más a una lechuza... Por eso de ser mensajero y tal... ¡Me encanta la mitología! ¿A ti no? 
 

Creo que empezaba a ser pesada así que sonreí y me callé.

Tras comprobar y observar cual iba a ser mi habitación, busque mi cama y allí encontré todas mis cosas.

¿Me habrá enviado ya Mamá a Cliodne? - pienso antes de cerrar la puerta.

Al bajar me encuentro, tanto a Irina como Mia.

Hola chicas, ¿Qué tal vuestra habitación? - les digo con una sonrisa

Me río de su broma también, parecía una chica divertida y me gusta la gente que hace bromas.

Acaricio a mi gatita, que olisquea con aire desconfiado la mano de Irina mientras respondo:

-Se llama Lilith.-digo sonriendo-¿La mitología? Sé algunas historias, son como cuentos, ¡me encantan los cuentos y las historias! Y... Podrías llamarle... -me quedo pensativa... Un nombre para un camaleón...para un camaleón...¡Ya está!-¡Podrías llamarle Arcoiris! Ya sabes, como cambia de color... -me río. Qué curioso eso de tener un camaleón como mascota.

Entonces veo que Dean baja y se sienta con nosotras, le sonrío de forma amable mientras le saludo con la mano.

-¡Hola! Nuestra habitación es preciosa, ¿verdad, Irina? Mi cama está justo al lado de la ventana y, como estamos en una torre muuuuuy aaaaalta, lo puedo ver todo... Aunque si me asomo seguro que me da vértigo, aunque no suelo tener miedo a las alturas, pero siete pisos son siete pisos... Pero a mi no se me hizo nada largo subir tantos, ni siquiera me di cuenta de que habíamos subido hasta aquí, creo que es por las escaleras mágicas que se mueven, que nos facilitan llegar hasta arriba... pero también nos pueden despistar, ¿os imagináis que nos perdemos por culpa de las escaleras? Buf, espero que no, no me gusta llegar tarde a los sitios... ¿¿Y si nos caemos?? Supongo que tendrán un sistema mágico para que si nos caemos no nos hagamos daño...-me doy cuenta de que estoy hablando demasiado rápido y paro. Me río por lo despistada que soy.

Lily se había quedado estudiando la sala mientras vosotras ibáis a las habitaciones. Cuándo bajáis a charlar, en cambio, se da cuenta de la hora que es.

- ¡Qué tarde! Yo me voy a la cama. ¡Nos vemos por la mañana!

Cuando ha pasado un rato charlando, le digo a mis compañeras:

Chicas, creo que me voy a ir a dormir, mañana empiezan las clases y me gustaría estar descansado, aunque con tanta emoción no se si seré capaz - digo con una sonrisa.

Buenas noches.

¡Qué majos que son! Pienso tras charlar un rato con ellos.

Entonces escucho a Lily y a Dean y miro mi reloj de pulsera, ¡qué rápido pasa el tiempo!

-¡Es verdad, qué tarde!-exclamo. Me levanto del sofá cogiendo a Lilith en brazos, que se había quedado dormida en mi regazo. Y me despido con la mano.-Yo también me voy a dormir, nos vemos mañana por la mañana, ¿vale? ¡Qué ganas tengo de empezar!

Dicho esto, subo las escaleras hasta mi nueva habitación y, tras escribirle una carta a Charlie, me voy a dormir. Mañana la enviaría junto con la caja de grageas...

Seguro que le gusta... Es lo último que pienso antes de quedarme dormida con mi gatita en la tripa.

Te has quedado sola en la sala común. ¿Te vas a la cama?

Amanece. Muchos alumnos tienen sus alarmas preparadas y a las 7.00 suenan.

Después de una agradable charla me quedé un rato en la sala común escribiendo mi día en mi diario y dibujando. No tardó en entrarme el sueño y me fui a dormir, mis compañeras ya estaban dormidas. Me tumbé en la cama y no tardé en quedarme dormida.
Al día siguiente, desperté antes de lo previsto por los nervios, me puse la túnica y bajé a la sala común por si había alguien.

Cuando el despertador suena, me levanto rápidamente al recordar las palabras de los prefectos sobre la importancia de no llegar tarde el primer día.

Me coloco la túnica y me aseo, mientras compruebo como parte de mis compañeros siguen durmiendo.

Hay gente que ni esto le quito el sueño.

Tras terminar bajo a la Sala Común para reunirme con el resto de mis compañeros.

En cuanto suena el despertador salgo de mi cama de un salto, ¡No había sido un sueño! ¡Estoy en Hogwarts y voy a aprender magia!

Me visto con rapidez con la ropa de colorines de siempre y mi ligera túnica nueva. Cojo a Lilith que seguía un poco dormida y le doy un beso en la cabeza.

-¡Vamos, pequeña!-la animo a que se despierte. Sin embargo que mira con los ojitos entreabiertos y vuelve a dormirse... Será vaga...

Antes de salir, cojo la cajita de grajeas y la carta para mi hermano Charly, para poder dársela a Jack y que la envíe. Bajo las escaleras a saltos y me reúno con mis nuevos compañeros, saludando enérgicamente con la mano y con una sonrisa radiante en la cara. Hay que empezar el día con alegría y energía.

-¡Buenos días por la mañana!-saludo contenta.-¿Habéis dormido bien? Mi cama es súper cómoda y me quedé dormida al instante. Me he levantado con mucha mucha energía, será que he dormido requetebién, pero ahora tengo hambre, ¿Vamos a desayunar? ¿Qué creéis que tendrán para el desayuno? A mi me gustan las tostadas con mermelada y las tortitas, ¿Habrá tortitas? Espero que si, a mi me gustan mucho con sirope de caramelo, ¿Y a vosotros os gustan? ¡Están muy ricas!

Si que deben estar ricas - le digo a Mia con una sonrisa.

Pues sí, será mejor que bajemos a desayunar antes de que se nos haga más tarde. Si no, nos vamos a quedar sin los horarios y no creo que empezar sin saber que hacer sea lo mejor.

-¡Sí! ¡Bajemos ya!-digo deseando ir ya para comenzar las clases cuanto antes.

Además, tengo mucha hambre y quiero desayunar algo. También quiero ver a Jack y darle la carta que tengo para Charly para que la envíe, yo no sé dónde hay que ir, ¡y de paso saludaré a Brad y a Severus!

Salgo de la Sala Común, asegurándome de que mis compañeros me siguen también.