Partida Rol por web

Asiento a las palabras de la profesora McGonagall y subo a mi escoba para proteger mis aros con todas mis fuerzas, si esas chicas querían anotar, pues les iba a tocar darlo todo de si o irse a casa con las manos vacías.

Observé con detenimiento como la quaffle era lanzada al aire y las cazadoras luchaban por su control, con suerte Dana lograría quedarse con la quaffle y podría relajarme un poco, pero por si acaso extiendo mis manos listo para detener lo que sea que me lancen.

La Gryffindor era buena, estaba claro, y aquello iba a ser más difícil de lo que la francesa esperaba, igual no conseguía el puesto siquiera... 

Entonces Dana paso entre ambas y Danielle intento arrebatarle la quaffle cuanto pasó junto a ella. 

Al escuchar la voz de la Gryffindor en su cabeza Danielle la miro extraña, cierto, Arion le había dicho que los legeremantes podían hacer eso, eso que él había prometido enseñarle.

Danielle titubeó un instante, imagino en su mente las palabras e intento dejarla accesible para que Dana pudiese leerlas, pero los nervios eran demasiado y la francesa volvió a centrar su atenciónon en la prueba asintiendo a su adversaria en señal de haberla entendido. Haría todo lo que pudiese. 

Al parecer no había nada en tierra que pudiera llamar nuestra atención, por lo que tuvimos que pasar al siguiente lugar para inspeccionar. Sonriendo a Aristóteles por su encantamiento cascoburbuja, me sumergí dentro  del agua buscando cualquier cosa de interés.

Siguiendo el corredor, poco después de sumergirnos, sentí que algo nos observaba, o tal vez era mi imaginación, pero aún así le hice señas a Aristóteles de que se detuviera y miré alrededor.

La asiática puso mala cara cuando vio que la capitana de Gryffindor conseguía atrapar la pelota, ¿era necesario que hiciera trampas?, no, no hacia demasiada falta, ella sola se valía para derrotar a esa Gryffindor, dejar a su rival con 0 posibilidades de quitarle el puesto y lo que más satisfacción le hacía, dejar al guardián de los leones fuera del campo y de los partidos, estaba claro que Nina buscaba venganza en sus ojos por lo que haciendo una breve pirueta llego hasta Dana y de un coletazo hizo que soltara la quaffle, con tan mala pata que Danielle la cogió al intentar atraparla, de esa forma persiguió a la extranjera por el campo, intentando arrebatarle la pelota para poder marcar.

Para cuando queréis daros cuenta algo empieza a pincharos en los pies, los tiran del uniforme, parecen pequeños y muy rápidos. Para cuando os dais cuenta, un grupo de Plimpys se aleja intentando guiaros hacia otro lado de la cueva para seguir jugando, aun así sentir que algo mas os está mirando.

Al llegar a una parte de la cueva donde hay una pequeña abertura en el que el interior está oscuro, realmente oscuro y por donde los Plimpys quieren guiaros para seguir jugando, muchos Ramoras salen disparados hacia vosotros, parece que habéis importunado su siesta, pero siendo totalmente pacíficos os dejan totalmente tranquilos. Aristóteles te hace un gesto para adentraros en la oscura cueva. ¿Vas a seguirlo?

Cuando intento esquivar a las Slytherin, noto como una mano me arrebata la quaffle y, cuando me giro, veo como Danielle avanza hacia los aros, protegidos por Artemis. Vuelo rápidamente hacia ella, y obstaculizo con mi cuerpo a Nina, evitando que esta consiga la quaffle de manos de su compañera. Sin embargo, cuando intento recuperar la posesión, el brazo me pega un doloroso tirón que me deja imposibilitada durante segundos. Por lo que parece, esta temporada seguiré arrastrando la lesión del año pasado. 

Al recuperarme del pequeño shock provocado por el dolor, vuelo hacia Danielle, esperando llegar antes de que esta lance la quaffle, aunque, seguramente, evitar el gol ya esté solo en manos de Artemis.

Danielle sonrió satisfecha al conseguir arrebatarle la quaffle a Dana, sin embargo no paró mucho y aceleró la velocidad de su escoba para dirigirse hacia los aros como una bala notándose perseguida por las dos chicas.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Danielle alzó su brazo y lanzó todo lo fuerte que pudo la pelota hacia el aro de menor altura.

Me sorprendió notar que nos pinchaban los pies y tiraban de nosotros. Encantada, vi como un grupo de Plimpys aparecían y nos trataban de guiarnos. A pesar de que normalmente a la gente no les gustaban mucho aquellos seres, mi padre los consideraba criaturas fascinantes que daban buena suerte a los nadadores. Pero aún más fascinante fue encontrarnos ramoras en la entrada de la cueva al que nos guiaban los Plimpys. 

Por suerte mayormente antes que por desgracia, el guardián de Gryffindor bloqueo la quaffle y enseguida procuro pasársela a su cazadora con un simple movimiento de lanzar.

Aristóteles por mantenerte a salvo decide entrar en la cueva viendo con una sonrisa que te quedabas embelesada con los Plimpys por lo que continuo solo y tras adentrarse nadando y comérselo la penumbra escuchas un ruido, más bien es como un lamento, podría ser de rabia, dolor o algo parecido, en ese momento unos cuantos seres humanoides con cola de pez se ponen a tu lado, procurando dejar distancia pero mirando hacia el interior de la misma cueva, eran una chica y un chico, parecían bastante jóvenes pero aun así la gente del agua suele variar con la edad, podrían ser mucho mayores que tu o podrían ser incluso de tu misma edad, no podías saberlo con solo mirarlos.

Volvió a sonar el sonido y viste a Aristóteles salir de la cueva, se sorprendió al ver al tritón y a la sirena a tu lado, os pidió a los tres con un gesto que salierais a la superficie de nuevo, ni que necesitara respirar el cargado aire de las mazmorras del castillo.

Me levante de mi asiento, al ver la poca animosidad de mis compañeros. A hablar sobre los posibles nuevos miembros, pero ya le dije a Dana que la animaría, Así que, al menos hay que cumplir lo prometido. Empecé a saltar con los brazos en alto y a gritar.

¡Muy buena Dana, sigue así y ponles en su lugar!

¡Venga Gryffindor, ponerle el último clavo en el ataúd a los Slytherin!

Se me ve, como un niño pequeño todo emocionado animando a su equipo en la final, solo me falta ir, con los colores del equipo y pintado.

Una cosa es atrapar la quaffle y otra muy distinta era pasarla, mis lanzamientos no eran los mejorea pero eso solía jugar a favor de Gryffindor en los partidos pues nuestros cazadores salían desde nuestra zona.

Lamentablemente, en las pruebas de clasificación, sin los buscadores para ponerle fin al partido, eso no resultaba muy a mi favor, pues el tiempo no jugaba a nuestro favor.

Poniendo mi mayor esfuerzo, lanzo la quaffle lo más lejos que puedo. 

Artemis logró atrapar la tirada de Danielle y esta quedó por unos instantes mirándole con furia. No sabía si hacia él o realmente era con ella misma por haber fallado.

Instantes después el muchacho lanzó de nuevo la quaffle y la francesa volvió en si demasiado tarde, girando su escoba con brusquedad en la ansiedad por volar hacia su objetivo, lo que provocó que perdiese el equilibrio, precipitándose su escoba hacia abajo, descendiese un par de metros, tambaleándose y casi cayendo de la escoba.

Danielle volvió a recolocarse no sin esfuerzo e inspiró un par de veces recomponiéndose del susto, después asintió a la profesora en señal de que todo estaba bien y volvió a dirigir a su nimbus hacia sus compañeros, unos metros más arriba.

Observo cómo Artemis atrapa la Quaffle lanzada por Danielle, y sonrío ampliamente a mi guardián, preparándome al mismo tiempo para su pase. Aunque la brusca y fallida maniobra de Selwyn llama mi atención, y mi brazo aún se encuentra dolorido, salgo segura y rápidamente en dirección al lanzamiento de mi amigo, esperando ser más rápida que Lovegood. Aún a sabiendas de que esta prueba no hace peligrar mi puesto, o incluso mi capitanía, siento que debo dar lo mejor de mí, y demostrar cómo y por qué voy a conducir a Gryffindor hacia el puesto más alto de la copa este año.

Sintiendo como mi húmedo y estrecho coñito era invadido por aquellas furiosas embestidas, que de manera incesante robaban gemidos de entre mis labios, mis uñas iban marcando un hermoso y rojizo camino en su espalda entre arañazos, mientras que mi cuerpo seguía sucumbiendo a la violencia y la vorágine sensorial que Pendergast me ofrecía. Jamás habría pensado que un chico como él pudiese dar tanto en temas mucho más íntimos como estos, pero fascinada por cómo esa gruesa y larga polla entraba hasta golpear de lleno con mi cérvix, pude sentir como mi orgasmo se acercaba con fuerza y extrema rapidez.

El morbo lo era todo, más aún cuando una de esas grandes y seguras manos, tomó uno de mis pechos para llevarlo hasta su boca, haciendo que un profundo gemido saliese de entre mis labios, mientras mi intimidad cosquilleaba con frenesí. Deseaba correrme sobre su hombría, bañarla con mis cálidos fluidos mientras se encontraba dentro de mi, pero fueron sus palabras, y ese dedo que comenzaba a colarse en mi trasero, lo que hicieron que el clímax llegase de manera sumamente violenta. - Estoy deseando que me llenes por todas partes. - Respondí sincera, sensual y morbosa mientras que, y gracias a la postura, comencé a mover mis caderas con mayor rapidez, buscando aquella deliciosa fricción que en tan poco tiempo, fue capaz de hacerme soltar un profundo y fuerte gemido. - Joder Pendergast...Mmmmmm. - Salió de mis labios de forma entrecortada, mientras mi cuerpo temblaba de placer. 

Aquel orgasmo fue violento, sumamente fuerte pero exquisito en su totalidad, sentía su polla presa dentro de mi convulso interior, y deseando que me llenase por completo,lejos de quedarme quieta, seguí moviéndome buscando su propio climax, uno que quería recibir en cada centímetro de mi. 

Notaba sus arañazos aferrándose a mi espalda, esa pequeña parte de dolor

era considerada por el Hufflepuff como algo morboso y excitante, de esta forma siguió embistiendo aunque de repente sin que lo entendieras paro, estaba esperando el momento en que tu cavidad trasera estuviera totalmente dilatada para dejarle entrar, notando que por fin habías llegado al clímax y dejando escapar con un gruñido toda su simiente dentro de ti, al terminar de llenarte por entera, simplemente sacando su enorme miembro de tu húmeda cueva para dejarle paso tras quitar ese dedo que había estado dilatando tu ano de forma tan delicada procurando no hacerte demasiado daño, su miembro entro dentro de ti con una embestida de nuevo y así ese dedo junto con algunos mas siguió masturbando tu delicado y húmedo coño, al principio de forma lenta y concienzuda para que te acostumbraras a tenerle dentro de tu bonito y excitante trasero, haciendo realidad tu deseo de llenarte por entera.

De esa forma empezaron de nuevo las embestidas fuertes, haciendo que también tu coño se excitase por el frenesí de la masturbación de sus manos, sin tener mucho que decir nada más que gruñir incesantemente por la tensión sexual que albergaba estar metido en tu trasero, y anteriormente entre tus piernas, dejando tus pechos libres comenzó a decir:

-después de esto no vas a querer probar otra polla que no sea la mía-

Cuando Artemis lanzo la quaffle, Dana salió disparada para cogerla, Danielle no pensó que el lanzamiento fuera tan potente y le paso por su lado sin llegar a darle en la cabeza de milagro, entonces fue Nina la que viéndola de lejos salió disparada hacia ella, dando de bruces contra Dana a la que golpeo al intentar llegar a coger la quaffle.

Madame Hooch miro de reojo a la profesora Mcgonnagall al llegar al campo y dijo:

-voy a soltar unas bludgers, mas os vale tener cuidado. Quien consiga marcar una sola vez se queda con su puesto, gracias por sustituirme Minerva, han desaparecido un par de alumnos...-

Una de las bludgers se dirige a Dana y Nina, las cuales deben esquivarla para que no les golpee, otra de ellas se dirige a Danielle y otra hacia Artemis.

Llego hasta la quaffle que había lanzado Artemis sin problemas pero, mientras la recojo, recibo un doloroso golpe por parte de Nina en el estómago que me provoca unas ligeras arcadas. Mientras yo intento recuperar la compostura, observo cómo una de las Bludger liberadas por la profesora Hooch se dirige hacia nosotras. 

Rápidamente, apoyo mi pierna izquierda sobre la escoba, y me impulso hacia arriba, pegando un gran salto mientras abro las piernas para esquivar la dura pelota. Cuando caigo de nuevo sobre la escoba, aprovecho la inercia para avanzar y alejarme del contacto de Nina. Una vez lejos de ella, me giro y, con una socarrona sonrisa, hablo.

- Fíjate bien en lo que haces con esas manos, Lovegood, que aún ni has tocado prácticamente la Quaffle.

Tras esto, vuelo en dirección de Artemis y Selwyn, pero sin pasar demasiado cerca de la Slytherin, esta vez no me voy a confiar, tendrá que alcanzarme si quiere tener la oportunidad que arrebatarme la Quaffle.

Mientras vuelo, me permito reflexionar sobre las palabras de Hooch. Así que han desaparecido varios alumnos... me pregunto si el basilisco habrá tenido algo que ver con esto. Parece que, cuando acaben las pruebas, tendré que hablar con McGonagall para contarle lo ocurrido en los baños, si es que no lo sabe ya... 

Mientras esperaba que Dana anotara un gol, la señora Hooch soltó las bludgers y estas empezaron a hacer su trabajo, intentando alcanzarnos a todos.

Una de las bludgers fue tras de mi, lo que me forzó a esquivarla sin perder de vista la quaffle y a las cazadoras que se la disutaban, algunas de las cuales tenían como objetivo mis porterías.