Partida Rol por web

Hola Melyssa, soy Charlotte.

Estaba bromeando con mi hermano, quedo que quiere claro porque es un cielo de chico y no sé si se ha notado que estaba de broma. Solo es que ya no sabía cómo pararlo y hacerle ver que está sacándolo todo de quicio de una forma un poco exagerada. Si decides ir a Egipto, nos veremos allí. Yo también voy. Dile ambas cosas a tu hermano y dile que no le haga tanto caso a Sean. Se parecen, bastante. Tenemos el cielo ganado solo con aguantarlos, me parece. ;)

Hola Omar.

No me ves, pero estoy justo detrás de la pantalla, tumbada en la cama, mirando al techo y pensando. Les he dicho al resto que me he ido, a todos, incluida mi madre. Sean está muy afectado por todo lo que le he contado, en una de sus fases de fantasía sin control y, lo reconozco, no he sabido cómo pararle los pies y me he quitado de en medio vilmente. Me alegra escuchar qué vais. Yo también.

Hey, Lottie.

Bueno, es Sean. Hace mucho que le conoces como para que te sorprenda a estas alturas. Es tu hermano. Aunque convocar esta reunión internacional con una idea conspirativa tan peregrina... Sí, se ha superado. Lo reconozco. Y sí, como te comentaba, vamos a Egipto. Aunque de primeras la idea de regresar al desierto tras lo de Siria... No tienen nada que ver, pero los recuerdos sobn aún demasiado potentes. Y aquí las cosas andan algo turbias. Emocionalmente turbias. El efecto Madagascar no ha durado gran cosa. Un viaje fuera de Londres nos vendrá bien, aunque Estel se cortaría las venas antes de reconocerlo. Y reunirnos contigo en tierra de nadie será magnífico.

- Hola a todos… Un placer – saludó Estel, casi una disculpa, una vez que Omar terminó de hablar y se hizo el silencio – Et bonsoir, tante Isabelle.  Ça fait longtemps.

Por fin la conexión reganada volvía nítido su rostro, develando el óvalo pálido enmarcado por un cabello castaño despeinado al que la llamada había sorprendido a traición. Sus ojos grisáceos observaban, encerrados por ojeras de apariencia perenne y lejana, no sólo la pantalla que mostraba a los demás participantes sino también a Omar. La sonrisa sardónica que le había devuelto se había diluido, así como esa única palabra en inglés que el grupo había podido captar cuando la conexión volvió para ellos, sin contexto y sin sentido. “Follar”.

Ambas cosas formaban parte ahora de un pasado lejano, porque Estel hacía rato que estaba seria, silenciosa, echando miradas tanto a la pantalla como al que tenía a su lado. Su ceño se había fruncido mientras Omar hablaba, y se la había visto manipular su comunicador en un momento dado, tecleando algo que quedaba fuera de la vista y del conocimiento del mundo. En el silencio, acabó por suspirar. Miró por un momento el pequeño recuadro en el que Isabelle se afanaba por mantener la calma y el cauce de todo, y le sonrió con empatía.

- Mi madre va a estar encantada cuando se entere de todo esto. Ella sería una de las primeras en decir que por qué coño alguien se está planteando esto seriamente, y qué coño se nos ha perdido allí como para que se nos ocurra volver a ese sitio luego de lo que pasó allí – dijo, con un dejo de ironía que bordeaba el afecto más profundo. Cualquiera que conociera a su madre, lo entendería… y se lo figuraría nítidamente – Al contrario de mi padre que, por supuesto y seguramente me diría que por qué lo estoy pensando tanto, por qué tantas vueltas y no probar. Y también os lo diría a vosotros.

Sus pupilas parecieron dirigirse a cada una de las de los demás, saliendo de la pantalla y posándose sobre el fondo de todos aquellos ojos que la miraban. Conocidos, no conocidos. Amados, nuevos. Los ojos de Estel pensaban, y ese pensamiento se trasladó a su rostro, que acabó por sonreír. Aunque lo hizo a una invocación, oculta como el resto de sus sentimientos, y no hacia el presente.

- No tengo mucho más para decir que lo que ya dijo Omar – siguió, hablando en inglés con un acento desprovisto de patria – Ambos estamos de acuerdo en ello, palabra por palabra como lo ha dicho. Y eso que a mí no me agradó precisamente recibir la invitación, ni me agrada ahora mismo pese a la decisión que tomamos. Y dudo que me agrade en el futuro – miró el recuadro vacío de Charlotte, y luego a su lado. La pantalla mostró su perfil, lo que duró la fugaz sonrisa irónica a Omar – Y eso que diferimos con el caballero de las mil tierras, aquí a mi lado. Para mí, lo que pasaron mis padres ha sido más, ha sido una realidad que los ha signado desde ese momento. Lo sigue siendo, para ambos – cómo no serlo. Su madre era su madre, y su padre… en fin, estaba en las enciclopedias de Historia con aquel epígrafe – Y el absurdo absoluto que supone que un desquiciado llame a doce personas a una reunión en Egipto para meterlos en un viaje de ácido en el transcurso del cual experimentaron cosas indescriptibles, que acaba en el derrumbe completo de un monumento milenario recién descubierto y el rescate milagroso de parte de esas personas entre los escombros… Bueno, ya ha sucedido anteriormente – Estel miró a su lado, a Omar, antes de volver la mirada a la pantalla – Como quien dice… la única diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción debe parecer verosímil.

Sin embargo, algo en su gesto hablaba del mismo trasfondo que Omar. Aquel desliz silencioso de alguien que ha visto cosas que le impiden concebir determinados peligros. O alguien cuyo umbral de miedo o de prudencia, por lo que ha vivido, se ha ido literalmente a la mierda.

- Si realmente hay una conspiración con algún destino oculto, no hay mejor modo de desenmascararla que haciendo trabajo de campo, ¿o no? – Estel acabó por sonreír, una sonrisa traviesa que parecía una broma privada. O la superación del sarcasmo – Y si realmente existe, en realidad, ¿creéis que desaparecerá por no responder a una invitación como esta? ¿No creéis que aquello habilitaría, si realmente hay personas interesadas en lograr esa reunión por un motivo tan supremo, a que frente al fracaso usen otro tipo de tácticas menos sutiles?

Miró a Sean, y luego miró al hombre de los Yaddow, a Mike. Quizás ellos no se estaban dando cuenta de la constelación de implicaciones que escondían sus propias hipótesis, y las secuelas de estas para el mundo real del que había hablado Omar. Se sentía incómoda, consigo misma y con lo que había tras sus propias palabras, el pasado, el recuerdo. Movió la mano para coger algo, fuera de la pantalla, y acabó por encogerse de hombros.

- Consideradlo. Como ha dicho Omar, nosotros iremos. Y sobre aviso, con todo lo que nos hemos enterado, por si llegara a ser cierto - extendió una sonrisa - No haremos más, ni haremos menos. A menos que tropecemos allí con algo.

Estel había movido la mano para coger la de Omar, fuera de la vista de todos los que habían interrumpido la charla que habían estado manteniendo. Él sintió el apretón en su mano, la búsqueda de su roce, de su calor y de un ancla. Podía percibir claramente cómo Estel se guardaba para sí todos aquellos sentimientos, todo aquel dolor, culpa e impotencia, inseguridad y desasosiego, todo lo que removía en su interior la charla que estaban teniendo con aquellos otros sobre un tema espinoso. Por sus padres, por lo que significaba para ella. Pero, sobre todas las cosas, por lo que debía estar recordando sobre la guerra. Aquel mundo real, del cual los dos habían salido aún más escépticos que antes, aún más descarnados, tanto más jodidos, en el que habían visto de frente a qué punto de inverosimilitud podía llegar la imaginación, la crueldad y la ambición humana. Uno para el cual la idea de que alguien gastase recursos y tiempo en emprender una carrera en pos de la eternidad o de dioses, que no fuera matar bajo la excusa de un solo dios como en aquel desierto, era fruto de un sueño esperanzado por escapar de la tortura.

Antes, Omar había podido leer el mensaje que Estel había tecleado en su comunicador. Estaba dirigido a Charlotte. Y encerraba una preocupación, una que no había manifestado al hablar en abierto con los otros, que continuaba el mensaje que había recibido de Lottie poco antes de que saltara la llamada de Sean.

Lottie, tu hermano ha gritado algo de un hombre merodeando por Madagascar. ¿Es un delirio suyo o es cierto? ¿Querías hablarnos de eso cuando me mandaste el mensaje anterior? ¿Todo está bien?

Te lo pregunto por mensaje para no preocupar más a tu madre, que ya la veo, y porque has movido tu culo fuera de la pantalla en dirección desconocida.

Lottie se fijó en el techo, en las maderas con las que estaba hecho, mientras se arrebujaba en la almohada y leía los mensajes de Omar y Estel. Pero no les contestó enseguida. En su mente flotaba una frase de Omar.

…estoy seguro se moriría si pudiera repetir la experiencia de sus padres…

¿Es eso lo que tanto la llamaba de Egipto? ¿Repetiría ella conscientemente todo lo que sus padres vivieron? No, lo tenía claro. Ella no era tan valiente como para enfrentarse a sus miedos, a lo desconocido. Ella hubiera salido por patas a la primera de cambio. Si la pusieran ahora mismo ante sus miedos más profundos, se rompería en mil pedazos. Su madre fue una campeona.

Y lo sigue siendo, sin duda.

Lo que la llamaba era visitar el lugar en el que todo sucedió. ¿Cuantas veces había mirado mapas buscando la localización exacta, cuantos documentales sobre Egipto había visto, cuantos libros había leído? Le llamaba el misterio que transmitía esa cultura, el misterio que rodeó a la experiencia de sus padres, el creerla completamente, el saber que había algo más que la vida real que estaba al alcance de su mano. Era una puerta abierta a la posibilidad de las leyendas cumplidas, de los cuentos de niños hechos realidad en algún momento del pasado, del presente o del futuro. Era esa posibilidad lo que corría por sus venas. Y siempre había sabido que iría a aquellas tierras, sola o acompañada, ahora o más adelante. Pero siempre sabía que en algún momento de su vida tenía que ir allí y respirar el aroma del Nilo, el aroma del misterio.

Como me conoce el cabrón….pero no voy exactamente por revivir aquella experiencia, eso ni loca. Tendré que hablarlo con él para sacarlo de su error. Puedo ser cabeza loca de vez en cuando, pero no tanto. Hay límites.

Acarició las sábanas y se quitó un mosquito de la cara.

[/i]¡Maldición! ¿Por donde te has colado?[/i] preguntó mientras revisaba con la mirada el hueco que esperaba descubrir entre los dos pliegues de la mosquitera Ya me vas a dar la noche, ¡como si fuera fácil conciliar el sueño esta noche!

Cogió de nuevo el comunicador para contestar a sus dos amigos.

El primero, como siempre, a Omar.

Es precisamente eso lo que me hace sentir mal, que consigue sorprenderme una y otra vez. Ya debería saber como es y no darle pie a cosas como esta. Esta reunión es en parte por mi culpa. Le he contado a Sean todo lo que he encontrado por Internet relacionado con el bufet de abogados que gestiona el hotel que dirige Fadil y creo que lo he asustado. Ve conspiraciones por todos sitios y ha mezclado a mi madre en esto. Menos mal que mi madre es un poco objetiva en este tema y, a pesar de todo lo que vivió en Egipto, no se va a dejar llevar por el pánico. Por cierto, la has entendido mal, lo de que estamos en peligro de muerte ha sido solo por ponerse un poco de parte de Sean y Mike y partir de su hipótesis, supongo que para darle cancha a Sean y sus teorías de la CIA. Aunque no lo sé realmente, luego hablaré con ella si no te lo deja claro a ti ahora.

¿Emocionalmente turbias? ¿Estáis bien los dos? Ya sabes que no me preocupa solo Estel, sino también tú. Confio en que me cuentes lo que ocurre allí en Londres, eres mucho más receptivo que Estel a contar eso y me tenéis realmente preocupada. Habéis pasado por algo muy duro, algo que nunca pensasteis que podría pasar…es normal que no estéis bien, pero entre todos intentaremos levantaros el ánimo. Quiero recuperaros como erais antes de ese ‘punto de inflexión’. Vale, sé que es casi imposible, pero tú me entiendes lo que quiero decir y lo que me cuesta expresarlo. Os echo de menos, pero no físicamente, es…algo más. Os siento lejos muchas veces, aunque estemos tan cerca que nos rocemos los dedos. Vernos en Egipto creo que puede ser mágico, nos distraerá a todos de la realidad…volveremos al pasado y será un viaje diferente porque parte de lo que somos proviene de allí. Ummm y ahora que lo pienso… ¡creo que yo vengo de allí directamente! ¡Creo que mis padres no esperaron a cruzar la frontera para tener el desliz que me trajo a mí a este mundo! Jajajajaja.

Cuando tenga los billetes de avión os avisaré para intentar coincidir en el aeropuerto, no me hace gracia llegar allí sola.

Hay veces que sería más fácil llamar y hablar todas estas cosas que escribir tanto… Y se puso manos a la obra con Estel. Aunque decidió que sería mejor poner tanto a Estel como a Omar como destinatarios, porque lo que tenía que decir era mejor que lo supieran ambos.

Y después a Estel.

Os pongo a los dos en el mensaje, es más fácil. No, no te preocupes Estel, está todo en orden. Pero no os preocupéis por comentar el tema con ellos si queréis, Sean se ha encargado de largárselo todo a mi madre y a los Yaddow, y ya el nivel de preocupación ha adquirido dimensiones estratosféricas, así que sin problema. Os mandé el mensaje para contaros todo lo que había averiguado del bufet que gestiona el hotel que dirige Fadil. Son dos cosas diferentes, vamos. Lo de que tenía por aquí a alguien merodeando, creo que ha sido más cosa de Sean y yo que la realidad….el día que vinisteis me tropecé en el aeropuerto con William, el dueño del bufet. Cuando se lo he contado a Sean su deducción es que había venido a Madagascar a espiarme y así se lo ha contado al resto y entre él y Mike, la han liado bien gorda. Pero en la Reserva no me han dicho que nadie viniese preguntando por mi ni tengo ningún mensaje, ni aquí ni en el hotel, me lo hubieran hecho llegar ya después de todos estos días. Yo creo que ha sido más una casualidad que otra cosa.

Por cierto, ¿habéis visto internet y olisqueado sobre el bufet y tal? Os puedo pasar los enlaces que tengo y los vais leyendo aunque…pensándolo mejor no os los pasaré hasta que pisemos El Cairo, no quiero que ¡os vayáis al equipo de mi hermano!

Fuera de bromas, sé que sois objetivos. Si queréis os los paso y lo comentamos. Si no los habéis leído ya, claro.

Estel, estoy detrás de la pantalla de mi ordenador, fuera de la vista, escuchándoos. Pero el resto no lo sabe, dije que me iba.

Es precisamente eso lo que me hace sentir mal, que consigue sorprenderme una y otra vez. Ya debería saber como es y no darle pie a cosas como esta. Esta reunión es en parte por mi culpa. Le he contado a Sean todo lo que he encontrado por Internet relacionado con el bufet de abogados que gestiona el hotel que dirige Fadil y creo que lo he asustado. Ve conspiraciones por todos sitios y ha mezclado a mi madre en esto. Menos mal que mi madre es un poco objetiva en este tema y, a pesar de todo lo que vivió en Egipto, no se va a dejar llevar por el pánico. Por cierto, la has entendido mal, lo de que estamos en peligro de muerte ha sido solo por ponerse un poco de parte de Sean y Mike y partir de su hipótesis, supongo que para darle cancha a Sean y sus teorías de la CIA. Aunque no lo sé realmente, luego hablaré con ella si no te lo deja claro a ti ahora.

¿Emocionalmente turbias? ¿Estáis bien los dos? Ya sabes que no me preocupa solo Estel, sino también tú. Confio en que me cuentes lo que ocurre allí en Londres, eres mucho más receptivo que Estel a contar eso y me tenéis realmente preocupada. Habéis pasado por algo muy duro, algo que nunca pensasteis que podría pasar…es normal que no estéis bien, pero entre todos intentaremos levantaros el ánimo. Quiero recuperaros como erais antes de ese ‘punto de inflexión’. Vale, sé que es casi imposible, pero tú me entiendes lo que quiero decir y lo que me cuesta expresarlo. Os echo de menos, pero no físicamente, es…algo más. Os siento lejos muchas veces, aunque estemos tan cerca que nos rocemos los dedos. Vernos en Egipto creo que puede ser mágico, nos distraerá a todos de la realidad…volveremos al pasado y será un viaje diferente porque parte de lo que somos proviene de allí. Ummm y ahora que lo pienso… ¡creo que yo vengo de allí directamente! ¡Creo que mis padres no esperaron a cruzar la frontera para tener el desliz que me trajo a mí a este mundo! Jajajajaja.

Cuando tenga los billetes de avión os avisaré para intentar coincidir en el aeropuerto, no me hace gracia llegar allí sola.

Os pongo a los dos en el mensaje, es más fácil. No, no te preocupes Estel, está todo en orden. Pero no os preocupéis por comentar el tema con ellos si queréis, Sean se ha encargado de largárselo todo a mi madre y a los Yaddow, y ya el nivel de preocupación ha adquirido dimensiones estratosféricas, así que sin problema. Os mandé el mensaje para contaros todo lo que había averiguado del bufet que gestiona el hotel que dirige Fadil. Son dos cosas diferentes, vamos. Lo de que tenía por aquí a alguien merodeando, creo que ha sido más cosa de Sean y yo que la realidad….el día que vinisteis me tropecé en el aeropuerto con William, el dueño del bufet. Cuando se lo he contado a Sean su deducción es que había venido a Madagascar a espiarme y así se lo ha contado al resto y entre él y Mike, la han liado bien gorda. Pero en la Reserva no me han dicho que nadie viniese preguntando por mi ni tengo ningún mensaje, ni aquí ni en el hotel, me lo hubieran hecho llegar ya después de todos estos días. Yo creo que ha sido más una casualidad que otra cosa.

Por cierto, ¿habéis visto internet y olisqueado sobre el bufet y tal? Os puedo pasar los enlaces que tengo y los vais leyendo aunque…pensándolo mejor no os los pasaré hasta que pisemos El Cairo, no quiero que ¡os vayáis al equipo de mi hermano!

Fuera de bromas, sé que sois objetivos. Si queréis os los paso y lo comentamos. Si no los habéis leído ya, claro.

Estel, estoy detrás de la pantalla de mi ordenador, fuera de la vista, escuchándoos. Pero el resto no lo sabe, dije que me iba. Me estaba agobiando demasiado y no me gusta cuando hay gente con la que no tengo confianza delante...ya me conocéis...

Gracias por la aclaración, Charlotte, me dejas mucho más tranquila, la verdad. Me encanta saber que dentro de poco podremos estar disfrutando de la cafetería de ese hotel, tomando un café y charlando tranquilamente mientras nuestros hermanos estarán durmiendo, jajaja. Ya se lo digo a Mike, aunque creo que ya está husmeando mis mensajes. Un abrazo y hasta pronto ;-). 

A Sean casi se le saltan las lágrimas cuando oye a Estel dándole la razón. Su Estel. La besaría ahora mismo si no estuviese en una pantalla de ordenador y todos lo pudiesen ver. Sobretodo su madre. Estel es la única que le comprende y comparte su visión de las cosas. También Mike... aunque ese apoyo ya no le hace tanta ilusión.

¿Qué si conozco a Batman? ¿A qué viene esa pregunta? ¡Frikazo! Con la cantidad de pelis y videojuegos que han salido de él en los últimos diez años... ¿Cómo no lo voy a conocer? Típico de los yankis, se creen que a Europa no llega la civilización. Mira que me lo había prometido... Sean, que la gente no te caiga maaaal; esfuérzate en ser una mejor persona; que la última vez que te cayó mal alguien murió atropellado por una moto...

Cerró los ojos y se puso las palmas en la mejilla sintiendo cómo el calor de la ira le subía por las arterias. Mientras dejaba que los demás hablasen, trató de concentrarse al estilo zen-taichi-yoguesco. Como hace antes de cada partido, de tenis o de baloncesto. Como hace antes de los exámenes de la uni, salvo aquellos de asignaturas impartidas por profesoras heterosexuales, que las tenía en el bote y le aprobaban igual.

Tetas... Tetasssstetas. Estoy en un prado verde. Un prado de tetas verdes. Solo exite el prado y yo... y las tetas verdes. El universo está en perfecta armonía. Tetas. El viento fluye lentamente meciendo con suavidad las tetas verdes. Fluyo como el viento. Me deslizo con el viento. Majestuoso. Como un sostén llevado por el aire. Pierdo altura. Los tirantes del sujetador rozan suavemente el suelo de tetas verdes. Aterrizo en perfecta calma y paz interior, encajando exactamente sobre dos de las tetas verdes.

Vale... Primero vamos a hacer un pequeño resumen para los que estuvieron desconectados. Estel... Omar... lo que ha pasado en los últimos minutos es más o menos esto:

A Charlotte le atacó una cría de mono con cola anillada, de esos con los que trabaja en Madagascar. Risas mil, ja-ja-ja. Y como es doña importante, y siempre pasa de todo, de pronto esta conversación deja de ser prioritaria y se va con sus monos. Y como es una desastre con la tecnología, deja el ordenador encendido y la webcam funcionando. Ahí, gastando batería. Con conciencia ecológica, esa es mi Lottie. Por eso sale la imagen de su cabaña vacía.

Sean se mantuvo unos segundos en silencio, para comprobar si de verdad su hermana se había ido, o saltaba desde el ángulo ciego como una posesa y cae en la trampa.

No... no sale. O se ha ido de verdad o se mantiene oculta para fastidiarme a mí.

También hemos tomado en consideración ciertas medidas. Los que vayan a Egipto deben mandar foto o sms o llamar cada 24 horas para que sepamos que la cosa marcha bien. En principio se recibirían en el móvil de mi madre. Además, Melyssa tiene un "amigo"... comillas... que es gendarme. Allá creo que lo llaman polisman. Le ha llamado y ahora está investigando a Willy el Malo.

Me fío yo de ese tal Patrick, claro. Seguro que trabaja poniendo multas a los coches y lo único que va a hacer es buscarlo en la wikipedia. Menudo investigador estará hecho el comedonuts.

Por último, lo dicho por Melyssa. Ya lo habéis oído. Que quisiera yo saber cómo formuló nuestra Miss América la pregunta y la cara que puso Fadil cuando leyó si "la invitación era suya o de alguno de sus inversores". Un diez en esfuerzo, Mel. Si Fadil está en el ajo, acabamos de poner a Willy el Malo en sobreaviso de nuestras sospechas. No pasa nada, son las cosas del directo: un mensaje se manda en un tris, y a veces no pensamos. Nos está bien empleado por no someter primero las cosas a debate y votación.

¿O lo hiciste intencionadamente, eh, Mel la Mala? Nah, si es Mel la Mala podría haber avisado igualmente al terminar la videoconferencia.

En resumen, van a ir Melyssa, ella sabrá el porqué.... Mike porque va Melyssa... Omar por escéptico a las conspiraciones y Estel por aventurera. No vamos Lottie y yo, solo que Lottie aún no lo sabe. Pero ya hablo yo con ella y le dejo las cosas bien claras, no os preocupéis.

Isabelle recuperó su anterior alegría cuando vio activarse de nuevo las ventanas de Estel y de Omar. Les saludó alegremente, respondiendo a sus saludos y palabras en su lengua materna. Eran un cielo, los dos, los quería como si fueran sus hijos.

-Bonsoir, Omar y Estel. Es una alegría teneros de nuevo con nosotros –sonrió a la pantalla sin saber muy bien a que ventana mirar primero- Omar, no, no lo digo en serio. Sobre todo después de ver que estáis aquí de nuevo, de la contestación de Fadil y de que a tu hermana no le ha llegado ninguna invitación, solo quería partir de esa idea para ver a donde llegábamos en nuestras suposiciones. Sean y Mike están seguros de que detrás de esa invitación hay algo muy negativo. Pero queda descartado que sea un complot para haceros daño a los hijos de los herederos, tu hermana lo demuestra al no haber sido invitada. Y creo que Estel tiene razón, trabajo de campo –lo dijo con cuidado, adivinando las implicaciones que conllevaba aquella definición- sí, creo que la única forma de saber que ocurre es ir allí… -miró de nuevo a la ventana en la que hasta minutos antes había estado su hija- Si vais vosotros dos y se unen los hermanos Yaddow –miró la imagen de Mike sin estar segura de que él fuera o no a ir- sois cuatro personas que, como dice Estel, vais juntos y sabiendo todo lo que sabéis. No estaréis solos. Yo desde aquí, con Sean, intentaré averiguar también lo que os he dicho antes –había dejado a su hija apartada de la conversación pues, aunque está había expresado su deseo de ir, Sean parecía empeñado en convencerla para que no fuera, así que lo mejor sería no pronunciarse en ese tema y que ellos dos se entendieran a su debido tiempo y tomaran cada uno su decisión- Por cierto, no es necesario que todos me deis el parte del día –dijo con una sonrisa divertida- me basta con que solo uno me informe de que todos estáis pasándolo bien. Y Sean, por favor, Melyssa intenta ayudar...-bajó la voz a un tono casi inaudible, aunque se escuchó a través de la conexión-...no tienes porque referirte a ella así, no es educado y no es propio de ti. Con tu hermana tienes confianza pero no con ella...

Charlotte estaba leyendo el mensaje de Melyssa cuando su hermano empezó a hablar de nuevo.

¡Eh! No me atacó listillo. Tiene la costumbre de saltar sobre mí de esa forma, solo que con tanta tensión me ha pillado desprevenida. Tanto hablar de William parece que está detrás de una preparado para atacarme. ¿Que soy QUE?  ¿Qué paso de TODO? ¡SI HE SIDO YO QUIEN LO HA AVERIGUADO TODO! Charlotte saltó, literalmente, de la cama, dispuesta a ponerse delante de la cámara del portátil y decirle cuatro cosas a su hermano, se estaba pasando tres pueblos con todos aquellos comentarios improcedentes e hirientes delante de los Yaddow, con los que no tenían ninguna confianza. Pero se quedó congelada justo antes de entrar en el ángulo de la cámara, cuando escuchó a Sean decir que era un desastre con la tecnología. Cuando dijo claramente que no tenía conciencia ecológica, simplemente, se sintió herida y profundamente triste. Ella allí, preocupada por dejar bien a Sean delante de Melyssa y él poniéndola de vuelta y media en directo en la conferencia. A ella, que estaba a miles de kilómetros de su casa por su trabajo que, justamente brillaba por lo contrario a lo que su hermano le estaba echando en cara. Da lo mismo, no sirve para nada... pensó mientras se daba media vuelta y se dejaba caer de nuevo sobre la cama, mirando el techo de nuevo, pero sintiendo un vacio helado en su estómago.

No tenemos que dar parte todos, imbécil, con uno es suficiente, lo que le faltaba a mamá, tener cuarenta llamadas al día diciendo que va todo bien... ¿Mis América? ¿Melyssa? no pudo evitar abrir los ojos por la sorpresa de estar escuchando lo que estaba escuchando La estas cagando Sean, si te gustaba esa chica, la acabas de cagar bien cagada. Si a mi alguien me llama Mis Francia, te juro que le hago la cruz para el resto. Suena irónico. Olvídate de ella... olvídate de ella... la has cagado con la chica sentenció conforme su hermano seguía hablando. Hacía mucho tiempo que no le veía meter la pata así con una mujer ¿QUE NO VOY? ¡JA! Claro, porque tu lo digas listillo. Solo desistiría de ir si mamá o papá me lo prohibieran, y estoy segura de que no lo van a hacer. Que vas a intentar convencerme...ya...claro... Lo que no te imaginas es que te voy a seguir el rollo. Estoy en Madagascar listo, a ver como evitas que coja un avión para El Cairo en lugar de para París...

Se puso las palmas de las manos sobre los ojos, intentando relajarse un momento. Su hermano la estaba empujando a ir a Egipto, estaba consiguiendo justo lo contrario a lo que intentaba impedir ¿Es que no se daba cuenta? No era la primera vez que pasaba aquello. Le pasaba pocas veces, sí, pero que alguien intentará imponer una opción por la fuerza, por ‘que lo digo yo’, solía provocar en ella la reacción contraria.

Bien, mamá... ¡Tu sí que sabes! A ver lo que contestas a eso Sean... Pero no se rió, no sentía la más mínima gana de hacerlo, se sentía triste. No se esperaba aquello de Sean...

Lo sé, mamá... ¿Pero has visto cómo defendió al abogaducho? No confío en ella. Puedes ser como Estel o como Omar, intrépidos, y encarar los peligros... ¿Ir a Egipto pensando que todo es piruleta? Esa mujer es una inconsciente, les traerá a todos problemas...

Sean se volvió hacia la webcam, con una amplia sonrisa.

Ha-ha-ha-ha... Lo del mensaje a Fadil era broma, Melyssa. Lo retiro. Lo has hecho muy bien.

Omar y Estel parecían un poco escépticos ante las ideas de Sean y las suyas, aunque también un poco temerarios pues estaban dispuestos a lanzarse hacia Egipto sin más, como si una vez allí no fuera tarde para arrepentirse. Mike prefería seguir investigando antes de tomar una decisión alocada, aunque el resto no estuviera de acuerdo y Sean había llevado las cosas quizás y tan solo quizás, un poco lejos, seguía habiendo algo que no encajaba.

-Creo que lo más prudente es averiguar lo posible antes de ir, yo no se si podré descubrir algo más, pero al menos puedo intentarlo. Una vez allí, si Sean y yo tenemos razón estaremos a merced de los que han planeado todo esto. Y si al final vamos y no pasa nada, pues disfrutaremos de una buena fiesta todos juntos.

No le gustó el modo en el que Sean se dirigió a su hermana, nadie se metía con ella excepto él, ni tampoco que la señora Dunne insistiera en llamarlos los hijos de los herederos.

¿Herederos de qué? Lo único que heredaron la mayoría es salir un poco transtornados de aquel viaje, lo mejor que pudieron haber hecho es callarse y no decirle a nadie lo que piensan que pasó realmente. Partituras celestiales, guerras cósmicas... No se que tipo de gas inhalarían allí abajo pero nada bueno.

Finalmente Sean se disculpó, aunque a Mike no le pasó desapercibido que su madre había tenido algo que ver con todo aquello, aquel chico parecía muy visceral e imparable cuando se ponía con algo, eso le gustaba, pero parecía gustarle llevar las cosas al extremo.

-Sean no se si conseguiremos averiguar más cosas en la red, me temo que no, si ni siquiera la policía ha encontrado nada... pero estaremos alerta. No se si iré a Egipto, yo también quiero hablar con Melyssa tranquilamente, pero en todo caso si te apetece venir a Miami estás invitado, seguro que nos lo pasamos bien. Y por supuesto el resto también podéis venir cuando queráis.

Se volvió hacia su hermana de nuevo.

-¿Estás segura de todo esto? ¿No te has planteado hacerme caso aunque solo sea por una vez? No es que me haga gracia que Sam esté ahora allí, pero eso ya no se puede evitar, además ella no tiene nada que ver con todo este asunto. Podemos esperar a que vuelva y hacer ese viaje que teníamos pendiente. Egipto sigue siendo un lugar realmente horrible aunque sea para ir de vacaciones solamente.

Claro, ya nos conocemos, Lottie. Ya nos valdría luego de tantos años! Por eso te he mandado el mensaje y no he esperado a que “volvieras” ;)

Pásanos los links que dices, y les echamos un vistazo. Nosotros no vimos nada, ni por Internet ni por otro sitio, pues no hemos tenido tiempo. Apenas discutimos sobre la invitación, que también nos sonó ridícula, sospechosa, y entre esos dos extremos, todos los adjetivos que te imagines. Nos estamos enterando de todo ahora, aunque ya has oído lo que opinamos. Bueno, sobre todo Omar, con su elocuencia legendaria… que no habilidades orales.

Lo dejo ahí, Omar. Lo dejo ahí. Tendrías que ver la sonrisa de este, aquí al lado. Los otros estarán alucinando en la videoconferencia.

Mira, Lottie. Creo que tu hermano y Mike, de los Yaddow, están en una verdadera paranoia por verlo de un modo demasiado inocente. Incluso Melyssa lo está haciendo. Todas las cosas que están diciendo que les dan grima o les tranquilizan parecen demasiado obvias, demasiado visibles,  y si alguien quisiera hacer una conspiración mundial de este tipo, creo que no habría nada obvio. Y si una mera investigación por Internet puede echar abajo parte del plan milenario de un grupo de locos, vamos, no hay nada que temer.

Temería más qué pasaría si no fuéramos, Lottie, si realmente esto es una conspiración.

Los ojos de Estel se aprestaron a seguir las conversaciones, c omo la observadora que era al costado del camino. Arqueó las cejas cuando habló Melyssa y casi se echó a reír, lo cual amenazaba con una risa visceral y repentina, algo que acabó sin embargo en una sonrisa tatuada en dos labios que hablaban incluso en silencio. Miró por un instante a su lado, a Omar, como si fuera a decirle algo, pero bajó la mirada a su muñeca antes donde tenía el comunicador. 

Estel arqueó las cejas de nuevo, sonrió, negó y, mientras Sean iba desgranando los antecedentes de esa charla, pareció escribir otro mensaje en el comunicador, aunque casi no apartó los ojos de los participantes de la videoconferencia. Aquella era una habilidad entrenada por largos años, producto de la costumbre. Su rostro adquirió una expresión de sorpresa frente a la acusación de Sean, no, frente al tono, y en parte frente a las palabras de Isabelle. Estel mantuvo un momento la expresión, y luego, suspiró. Joder, cuando se enterasen sus padres… 

Imaginó la cara de su padre ante las últimas palabras de Mike. Seguramente, había sido la cara que le había puesto a Benjamin Yaddow, cuando había dicho cosas semejantes, una historia que siempre le había hecho reír. 

- Egipto es un lugar totalmente diferente, claro, si es a Miami a lo que estás acostumbrado – dijo Estel, que sonreía, una vez que volvió el silencio – E incomparable con algo como Miami, o Estados Unidos. Lamento que no te guste, aunque aún no la conoces, pues es una tierra extraordinaria – agregó, con un deje de cariño y nostalgia en la voz. Transitividad del amor de su padre por su patria elegida, adorada, que también era suya. 

Pero ella no era Harold Highwater convenciendo a Benjamin Yaddow, no. Ella era Estel, y aquí era más su madre, era más sangre de mar. 

- Te agradezco la invitación, Mike. Sin duda, parece un plan genial para algún día, volviendo a cruzar el océano – respondió, con una sonrisa agradable, antes de negar – A ver, no tengo intención de convencer a nadie de nada. No tenemos, vale, pues Omar aquí tampoco la tiene. Quienes quieran ir, irán, y quienes no, no. ¿Por qué habría de ser de otra manera? – Estel se acomodó en su sillón, y movió la cabeza –  Pero creo que estáis viendo el tema desde un ángulo sesgado. Y creo que estáis sacando conclusiones también sesgadas por ello. Si me permiten, les diré lo que veo. 

Hizo una pausa, esperando que le permitieran hablar, y preguntándose cómo exponer en palabras lo que ella veía en su mente en imágenes. Omar podría haberlo hecho en un segundo, si hubiese querido hacerlo. Ella, bien, era otro cantar. 

- Si realmente existe una conspiración internacional de esta magnitud, como sospechan, ¿en verdad creen que sería tan descuidada de dejar datos en Internet, accesibles a cualquiera, para que sus víctimas se enteren de todo con un click y no cooperen? – aquello iba más allá de toda verosimilitud – ¿No sería más sensato creer que dejaron esa información adrede, para que quien la encuentre saque determinadas conclusiones y actúe de determinada manera? Sobre todo, teniendo en cuenta que la conspiración se habría encargado de que la policía – joder, hostia – no pudiera encontrar nada al respecto.  Pues con estas conclusiones están asumiendo, por un lado, que la conspiración es la suma de todos los secretismos y, por el otro, que es tan descuidada de olvidarse de borrar ciertos datos de Internet. ¿Les parece algo coherente? 

Pero aquello no era lo más grave, no a los ojos de Estel. Se había puesto seria nuevamente, una seriedad que traslucía muchas más cosas que las que su propio rostro podría manifestar. 

- También creo que están partiendo de una premisa falsa, si realmente creen que hay una conspiración internacional con un objetivo claro. Están asumiendo que, sólo estando en un sitio determinado, estaremos a merced de la conspiración. Pero, más aún, están asumiendo que si no concurrimos a ese sitio determinado les estaremos desarticulando los planes – su mirada pasó por las pequeñas pantallas y todos los rostros – Si realmente existe una conspiración internacional, ¿realmente creen que ya no estamos a merced de ella? ¿De verdad creen que se sigue que si no aceptamos, lo van a dejar allí? Para mí, al contrario – dijo, tras un momento – Para mí, se sigue que si ésta existe y su objetivo es que concurramos, frente a no hacerlo, tomarán otras medidas para que lo hagamos. Y el peligro, Mike, Sean, ya no va a ser sólo para nosotros. 

Lo dejó allí. Miró por un instante la ventana donde se veía Isabelle, y luego miró a Omar. 

- Todo esto, por supuesto – agregó, finalmente, volviendo la mirada hacia la pantalla – si realmente creemos que existe la conspiración.

-Bueno Estel, siempre puedes intentar convencerme. Le guiñó un ojo y sonrió, estaba tan acostumbrado a hacer eso que no pensó que a su novio podía sentarle mal. Espero que Omar no sea celoso. Y por supuesto podéis venir cuando queráis, tu y Omar. ¿Habéis estado aquí antes?

Mientras Estel argumentaba su opinión sobre todo el asunto de Egipto, el hotel y lo que estaba pasando Mike no pudo evitar fijarse en su camiseta, la falta de atención de la que hacía gala en ocasiones le había causado más de un problema.

¿De que color dirían Mel y Sam que es esa camiseta? ¿Burdó? ¿Burdeaux? ¡Va! ¡Granate de toda la vida!

Mike se acercó al portátil de su hermana, donde se le veía ahora detrás de ella después de haber apagado el suyo, para comprobar si cambiando el ángulo de visión el color era diferente.

-Yo no se si se trata de una conspiración internacional que nos quiere ofrecer en sacrificio para algún oscuro fin. Perdona Mel. Mike se apoyó un instante en uno de los hombros de su hermana y alargó su brazo para mover la pantalla del portatil hacia arriba y hacia abajo. Bueno da igual. Estaba comprobando la cámara, parece que va bien. De lo que estoy seguro es que ese tal Will, siempre está metido de alguna manera en todo lo relacionado con alguno de nosotros o con lo del encuentro del hotel y me parece demasiada casualidad como para no sospechar algo. Ya se que es un empresario de éxito, que no nos conoce, o al menos a la mayoría, que es el hombre del año cada año y que no tiene antecedentes, incluso que en navidad ayuda a Papá Noel a repartir los regalos de los niños, todo demasiado bueno y todo demasiado conveniente. ¿Para qué? No tengo ni idea, eso es lo que llevo tratando de averiguar un tiempo, pero la verdad es que no he tenido mucha suerte. ¿En peligro? No creo, la verdad. Quizás me decantaría más por algo como lo que ha dicho Charlotte antes, un intento de promoción de su hotel, aunque no se como lo iba a hacer porque nosotros no somos nadie, al menos yo, quizás el resto seáis personas de éxito en vuestros trabajos y tengáis cierta fama de la que piensen aprovecharse. Sea como sea sigo sospechando que hay algo raro. En un principio Egipto no me llama nada, quizás si nos pagaran el viaje me lo pensaría menos, pero al fin y al cabo creo que lo que hay allí no merece la pena el precio del viaje, se me ocurren sitios mejores y tampoco necesito un hotel de lujo cuando salgo por ahí, no es mi estilo, en este caso no diré nada porque esa es la parte gratuita de todo esto. Bueno, quizás Estel sea capaz de hacerme cambiar de opinión respecto a Egipto.

De todas formas la cabezona de mi hermana está empeñada en ir y Sam estará por allí, creo que me guste o no no tendré más remedio que cambiar los planes, pero no pienso dejar este asunto olvidado, seguiré buscando.

Mike saltó apoyándose en el respaldo del sofá y se situó justo al lado de Melyssa. Movió un poco el portátil para que ambos quedaran centrados en la imagen y esperó a ver si alguien más tenía algo que decir.

Escuchar a Estel fue un regalo. Le fascinaba la inspiración innata que tenía para componer frases tan coherentes y explicar los hechos con tanta objetividad y con tanta naturalidad que acababa de quitar hierro a toda la conferencia. Tenía razón. El único lugar seguro era Egipto. Ir allí descubrir que estaba sucediendo y, entre todos, aclarar la situación. Ya se lo había dicho a Sean, ya lo había pensado ella antes… Si no iba a Egipto y sabía de primera mano porque había sido organizado todo aquello y si tenía que ver o no con la aventura de sus padres treinta años antes, no se lo perdonaría en la vida. No podría vivir con aquella incertidumbre.

Respiró hondo y suspiró. Parecía que la conferencia estaba tocando a su fin, tal ver era un buen momento para aparecer y despedirse de todos, aunque la conversación con su hermano no la iba a poder evitar, intentaría que fuera en privado. No quería otra discusión entre hermanos con testigos del nivel de los recién conocidos Yaddow. Y si tenía que decirle a su hermano que no iba a ir a Egipto para que se quedara tranquilo en París, mejor sin testigos.

Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta de la cabaña. La abrió con cuidado para que no hiciera ruido y entonces la cerró con fuerza, para que pudieran escuchar el sonido en la conferencia. Después, exageró los pasos, haciendo ruido innecesario, y contestó a la parrafada de Mike, como si hubiera entrado en esos momentos en la cabaña y hubiera escuchado lo último dicho, porque si le contestaba a Estel abriría otro debate, y no le apetecía. Se tragó el enfado que tenía con su hermano y se prometió a su misma no entrar de nuevo en ninguna discusión con él, por su madre sobre todo. Ya hablaría con ella en otro momento.