Partida Rol por web

Ñam, Ñam, Ñam, masticó el semiorco, Grundar haber comido cosas peores cocinero, gritó mientras eructaba al acabar el plato. GLUUUURP, abrió la boca. Pero solo recordar dos o tres peores. Y tener dudas !
 

La hechicera trató de probar aquella cosa infecta, por aparentar normalidad, pese a saber que no sería capaz de digerirlo.

Bueno, solo un mordisquito, se animó tras tragar saliva ante el temible reto al que se iba a enfrentar. Cogió un pequeño pedazo y se lo introdujo en la boca.

Oh, por los dioses, esto es abyecto, pensó la mujer levantándose entre los presentes, subiendo a cubierta y vomitando lo digerido y el desayuno por la borda.

La mitad de la tripulación se retuerce en sus asientos mientras sueltan insultos de toda clase hacía la cocinera, que no parece muy afectada. Tanto Grundar y Shaun, por su parte, logran librarse del malestar por su constitución férrea y estómago a prueba de bombas. No así Anacteia, la hechicera del grupo, que se retuerce en su lugar, de la misma forma que el resto.

Tan pronto conseguís controlar los dolores, en especial Anacteia, os váis directos a las hamacas a descansar para el próximo día, que se avecina largo y duro para más de uno.

De nuevo por la mañana, el día no parecía tan apacible como ayer. Un vendabal soplaba en dirección opuesta al avance del barco, cosa que haría muy duro remar. A su vez, el capitán ordenó a Shaun, viendo que la cubierta estaría colapsada, que limpiase la sentina del barco, algo más duro que el día anterior. Viendo que Anacteia no estuvo muy bien en la cocina, la chef del barco le ordena que vaya a pescar, otorgándole una caña, a ver si con eso aplacan a los marineros ese día.

Esta vez SHAUN MICHAELS no ha tenido tanta suerte.

Pese a que lo ha intentado, el barco se cimbrea tanto, que lo unico que consigue es que el cubo se derrame una, y otra, y otra vez.
Eso, hasta que echa la papilla de la cena de ayer

¡Puaf!

La pobre joven, aun con dolor de estómago, se sentó en la barandilla de la cubierta aislándose de lo que pudiera ocurrir en el barco. No tenía ganas ni cuerpo para ello. Quería tener un momento de intimidad: solo ella, la caña, la red, las aguas y los pececitos.

Su última comida no había recibido la ovación que merecía.

Paletos incultos que no conocen las nuevas tendencias del arte culinario, pensó la hechicera. No están preparados para el nuevo estilo vanguardista de restauración... Ni yo tampoco. Ugh.

Mientras pensaba en lo acontecido el día anterior advirtió que su caña se tensaba y algo tiraba del hilo. La joven hizo todas las fuerzas que pudo y obtuvo la recompensa: un hermoso ejemplar de perca que coleteando terminó en el barril cercano a la hechicera.

No está mal. Se te da mejor que el cocinar, admitió mientras pretendía lanzar el anzuelo de nuevo y advirtió cómo estaban pasando por un remanso del río, tranquilo, donde enormes bancos de percas se arremolinaban en torno al barco.

Eeeh... humm... bueno, creo que podría probar de otra manera, pensó mientras su rostro adquiría un mirada y sonrisa aviesas. Acto seguido movió las manos y conjuró contra las abundantes peces.... ¡Y plop! Numerosos de ellos asomaron casi hasta la superficie, apenas moviéndose. La joven, con rapidez antes de que la corriente los desplazara o el barco se alejara del lugar, aprovechó para usar la red con mango y comenzó a coger numerosos peces con total facilidad e impunidad.

Oh, no está NADA MAL. Se te da MUCHO mejor que el cocinar, se dijo sonriente llenando buena parte del barril con percas dormidas, acto que repitió en varias ocasiones hasta que el barril estuvo totalmente lleno.

La hermosa estampa de ver a Shaun asomarse por la borda para echar las tripas solo pudo bordar un día fructífero.

- Oye Shaun, mira lo que hay hoy para comer - se acercó a él y le mostró macilenta una perca brillante y pegajosa, aun coleteando entre las manos, con su intenso olor a pescado. El rostro del hombre se congestionó más, se tornó verde y volvió a asomarse por la barandilla, para seguir devolviendo cosas.

¿Eso era su higado? Guaaayy.

Grundar inició el dia volviendo a su puesto en los remos. Empezó a remar con brio, pero de vez en cuando la comida del dia anterior le repetia y de vez en cuando los gases le obligaban a echar un sonoro BRUUUUULRP, tras estar un buen rato remando un retortijon en las tripas del semiorco fue el presagio de que algo malo iba a ocurrir.

- Maldita comida, acertó a decir mientras se levantaba del remo e iba a toda velocidad a la popa del barco a bajarse los pantalones. El chorro a toda presión resultado de la comida del dia anterior tardó en salir un par de horas, en las que el semiorco estuvo de cuclillas en la popa soltando todo el amor culinario que llevaba dentro.....

..... tiempo que no estuvo usando los remos, ante el alivio de los compañeros de las galeras. Imaginate que ESO nos salpica!

El transcurso de vuestra segunda jornada a bordo del navío no da tan buenos frutos como en el día anterior. Tanto el clérigo como el semiorco sienten los efectos de la cena de la noche anterior y no realizan muy a gusto sus tareas, cosa que podría repercutirles para el día siguiente. Por otro lado, la hechicera del grupo, consigue pescar unos cuantos peces y parece que esa noche cenarán algo más fresco. Sería bastante difícil no cocinar bien aquello.

Antes de que acabéis vuestra jornada de trabajo algo pasa. Sentís el crujido de maderas romperse y luego algo grande, que cae al agua. Corréis hacía el lugar del que proviene el ruido para observar como parte de la barandilla de madera se ha desprendido, cayendo al agua y llevando consigo a un pobre semiorco, el que limpiaba junto con Shaun.

- ¡Hombre al agua! Vamos, estas aguas están infestadas de cocodrilos, no hay tiempo que perder. ¡Mirad, allí vienen los primeros a por carne fresca! - Gritaban los demás, pues casi ninguno de los mestizos a bordo sabía nadar, cosa extraña pero cierta.

Si los "avezados" marinos que no sabían nadar (¡Dios mío!) esperaban que ella se lanzase al agua a ayudar al semiorco caído, estaban muy equivocados. Anacteia era una artista chapoteando en la bañera mientras se lavaba, pero en un río con corriente, sin duda alguna, se hundiría como una piedra. Por otro lado, lanzarse supondría, además de una inconsciencia y una estupidez, un reclamo para que los enormes cocodrilos se olvidaran de la vieja y dura carne semiorca y se lanzaran a por la tierna y joven carne humana. Ni hablar.

Pero si no podía ser de ayuda allá abajo, lo sería desde la altura de la barandilla. Allí, sin tiempo que perder, conjuró contra los animales, esperando afectar a alguno.

Por su parte, SHAUN MICHAELS tampoco tiene mucha idea de natacion, asi que hace lo logico.

Coge un flotador, de esos atados a sogas que hay en los bordes de todos los barcos, y se lo lanza al compañero que se ha caido

"¡Bob!" (Suponiendo que se llame Bob) "¡Sujetate fuerte!"

El lanzamiento no es ninguna maravilla (podria ser peor) pero le cuesta tirar de la soga

"Tripulacion, ayudadme!"

Grundar valora el echarse al agua durante un instante, pero comenzar a traer primero animales acuaticos que entretengan a los cocodrilos antes de ponerse a luchar en su elemento.

Si no saber nadar, pintar mal para marinero. Ser cuatro cocodrilos ser muchos

Uno de los reptiles se coloca panza arriba en el agua, señal de que la magia de la hechicera ha surtido efecto, durmiendo al cocodrilo en mitad del río. Sus congéneres pierden la atención del semiorco cuando una serpiente acuática se materializa en el agua junto a ellos, dando vía libre a que el grupo tire del mestizo para subirlo nuevamente a bordo de la nave.

Una vez arriba, entre todos conseguís que escupa el agua del río y vuelva a respirar el pobre mestizo.

- Cof, cof, cof. Estaba limpiando la varandilla y de pronto se fue toda al agua. No se que ha podido pasar pero gracias a todos por rescatarme, nunca lo olvidaré. Estaré en deuda con vosotros. Mi nombre es Froug, por cierto. - Comentó el semiorco presentándose.

- Grundar alegrarse de tu no ser comida para cocodrilos, Froug. Ser raro que barandilla ceder, echar un vistazo.

Grundar echa un vistazo exhaustivo a la barandilla rota. No sabe porque, pero se huele algo malo
 

Anacteia respiró tranquila cuando advirtió cómo un cocodrilo se dormía y el resto se merendaba a una serpiente de río, convenientemente invocada por Grundar, posibilitando el rescate del marinero semiorco.

Froug, como se dio a conocer, agradeció la ayuda dispensada. El hecho de parecer sorprendido ante la ruptura de una parte de la barandilla de la nave llamó la atención a la hechicera. No apareció la típica y esperada excusa sobre que el barco era viejo o estaba mal cuidado. Por ello, cuando Grundar comenzó a inspeccionar el borde, la joven no pudo evitar mirar los restos rotos con él.

SHAUN MICHAELS le da un par de golpes en el hombro

"No pasa nada, Froug. Mira, para eso estamos... y tranquilo, que le haré algun par de trucos al barco para que estas cosas no pasen"
"Por el momento, cuentame ¿Que es lo que ha ocurrido? El barco no esta en tan mala forma como para que se rompa una barandilla ¿No?"

Luego se acerca al grupo

"Hay algo raro. Cuando estabamos fregando, Froug... o como se llame, no hablaba bien el común. Ahora en cambio, lo habla sin problemas"

Cita:

Cita:

El mestizo os mira y atiende a todas vuestras preguntas.

 - Yo solo limpiar barandilla barco, como cientos de veces antes. De pronto, crujido y Froug al agua. No saber que pasar, pero barandilla ayer estar bien y hoy no. - Contesta a Shaun, a quién está sumamente agradecido.

Entre Grundar y Anacteia investigan la barandilla para darse cuenta que  la gran parte está en el agua. El lugar donde estaba situada en el barco tiene roturas en las uniones de la madera, pero les salta a la vista que hay zonas que parecen más bien cortes limpios, como si las hubiesen serrado previamente.

Tras todo el alboroto y las averiguaciones, pronto volvéis todos a terminar vuestras tareas, llamados por el capitán. Más tarde aún, vais al comedor a dar buena cuenta del pescado que capturó Anacteia, que a la parrilla tiene más buen sabor que la comida del día anterior. Durante la comida, Froug, el mestizo agradecido, se sienta junto al clérigo y le ofrece más pescado del suyo.

- Malas noticias tener, dice Grundar a sus compañeros en voz baja, no haber sido accidente.

Barandilla estar serrada. Tener un enemigo en barco. Se encoge de hombros, Que hacer, ¿ decir a capitan ? o vigilar nosotros ¿?