Partida Rol por web

Hiciste la foto rápido, nerviosa y el flash te sorprendió, antes del flash el policía estaba de pie, después había caído, o lo había dejado caer.

Otro relámpago iluminó el cielo y pudiste ver más nítida mente la escena y se te clavo en las retinas, nunca podrías olvidarte de ello. La mujer te miro con una mirada terrible, si hubiese sido ella la bala te habría atravesado justo entre los ojos; estaba claro que era el momento de correr. Aquellos ojos no presagiaban nada bueno y aquella boca... Tenía colmillos ¿Que se había hecho aquella loca en la boca? ¿Antes también los tenía?

Pero al volverte pudiste ver claramente como Dieter, tu compañero de piso, estaba detrás tuyo a apenas unos pasos acercándose con cara de susto. Seguramente venía a comprobar que pasaba al oír el disparo.
El también estaba empapado como tu y caminaba encogido por el frío cerca de la fachada tratando de evitar el viento que parecía cortar..

En aquella situación te resulto terrorífico el sonido de la risa de aquel hombre que le volvió a brotar como si todo aquello fuera un jodido chiste, seguro que estaba demente.

Desde donde estas pudiste ver a Marie hacer una foto con flash y tras un segundo como si se cercionase de que había retratado en aquella fotografia se dio la vuelta dispuesta a irse de allí con urgencia, cuando te vio.
Un relámpago y una risa macabra que flotó en el ambiente se sucedieron mientras ella se daba cuenta que tu estabas allí y tu tomabas consciencia de que pasaba algo malo por la expresión de su cara.

No voy a dejarla a Mary allí, no voy a abandonarla. Le tomo la mano, sin decir nada, e intento que me acompañe para alejarme de allí. No quiero ni saber qué hay en ese sitio, qué ha descubierto. Solo quiero que escape, que escapemos.

Un relámpago, una risa macabra... mierda, vámonos, por favor. Tiro de ella, e intento alejarme, sin mirar atrás, solo alejarnos lo más rápido que podamos. Intentando no hacer ruido, en caso que no nos hayan escuchado, pero alejarnos lo más que podamos.

Las gotas de lluvia que corren por mi cara se empiezan a mezclar con las gotas que salen de mis ojos. ¿La habré conseguido salvar o la habré condenado por seguirla?

Apenas podía apartar la vista de aquellos dos.

Sus ojos, su boca... la sangre... El flash de la cámara me había mostrado mas de lo que quería o podía soportar. Mi instinto me decía que no podía seguir allí. Me habían visto! Es mujer me traspasaba con la mirada, y la risa del otro hombre helaba mis venas de por si ya frías por la lluvia que no dejaba de caer.

-N-No puede ser...- Balbuceaba

Di un par de pasos de espaldas, intentando dominarme. ¿Era real? No podía ser de otra manera. Lo sentía dentro de mi. No podía estar tan asustada de no ser así. Me volví dispuesta a correr cuando Dieter me interceptó en la calle.

-No! No, suéltame - Grité asustada por el susto de no esperármelo en ese momento y sentir que alguien me agarraba.-Dieter! - Dije sorprendida y aliviada a la vez. Le miré asustada a los ojos. - Vámonos! Corre! Tenemos que irnos.- Tiré de su mano para irnos mientras volvía la cabeza para ver si nos seguían.

La duda bastó para que la ventaja que la sorpresa os pudiera haber dado se esfumara y aquel hombre apareciese a vuestro lado con la velocidad de un atleta profesional.
¿Nunca os dijeron que la curiosidad mató al gato? dijo divertido.
Su mueca burlona se os antojo desquiciada.
Dame esa cámara. Fue todo cuanto os dijo a continuación abandonando su actitud histrionica y aquello sonó a ultimátum.
Habló mientras no paraba de correr como si no necesitara respirar mientras que vosotros que acababais de empezar a correr comenzabais a sentir el ahogo que llegaba con la fatiga.

La mujer tampoco se quedaba atrás. En lugar de hablar o maldecir corría tras vosotros en absoluto silencio, ganando terreno segundo a segundo. No tardaría en alcanzaros, su mirada no presagiaba nada bueno para nadie.

Por mucho que corriéramos esos hombres nos alcanzaron.

Ese hombre corría como un lobo, y sus dientes eran igual que los de ese tipo de bestias. Sus comentarios retumbaban en mi cabeza, jocosos como su risa estridente. Cuando la otro chica nos cercó, directamente supe que no podíamos escapar así, así que paré cansad e correr y me abracé a Dieter.

-No!- Dije ante el comentario de darle la cámara. Si lo hacía no tendría pruebas de nada. Pero por otro lado, al girar la cabeza hacia la mujer, mi valentía, la valentía de una reportera novata se empezaba a esfumar. - Habéis matado a ese policía... asesinos.-

Dejé caer la cámara al suelo. Podía comprarme otra, pero esa foto. Maldita sea, prefería seguir viva!

- Lleváosla.- dije con asco en mis palabras, aún temerosa, mientras me apretujaba mas  al cuerpo de Dieter. - Marcháos o gritaré! Alguien me oirá y os verán!

Mary se abraza a mi, pero yo aún no estoy cansado. Deja caer la cámara, igual eso nos de tiempo suficiente para escapar. Aprovechando que me tiene abrazado, la cojo en brazos y hecho a correr con toda la fuerza que me permite mi cuerpo perfectamente formado. Estoy acostumbrado a entrenar todos los días, a correr kilómetros de distancia. Igual si estos tipos no se distraen no podría nada contra ellos, pero quizá una distracción nos permita alejarnos tanto como para escapar de ellos.

Es lo único que puedo hacer.

Escucho las palabras de Mary, pero no las entiendo. Solo sé que Milliner parecía tener razón, y no debió seguir a esos tipos. No debió buscarlos. Pero no es momento de los debería y no debería, es momento de escapar. Si podemos.

Corristeis por las calles de Berlin, casi sin sentido hasta que os disteis cuenta de que ya no estaban las dos personas de las que corríais. Al menos mientras corríais el frío no había sido tan horrible, pero ahora necesitabais aire y cuando parasteis el frió, el sudor, la lluvia que os calaba volvieron.
Ahora estabais en mitad de ninguna parte, en un callejón cualquiera, escondidos, casi a oscuras, recobrando el aliento. No os sentíais seguros pero no os sentíais amenazados directamente por nada.
"¿Que había pasado ahí atrás?" era la pregunta que estaba en la cabeza.

Como si de un mal recuerdo se tratara, la imagen de aquella figura en el callejón volvía a ti, sin ninguna causa aparente.
No estabais muy lejos de donde la habías visto y no estabas calmado como para desechar semejante ridiculez de tu cabeza; en semejante estado, ese callejón, el recuerdo y las susodichas dos personas que os habían perseguido te estabas poniendo histérico por momentos.

Tenemos que irnos, Mary, tenemos que alejarnos. No podemos quedarnos aquí, no estamos seguros. Busquemos un taxi y volvamos a casa... por ahora no podemos entretenernos. Miro nervioso a la calle de la que veníamos corriendo, pero también giro la vista hacia el fondo del callejón, como si en cualquier momento alguna de las sombras que hay en ese sitio fuera a empezar a moverse. Trago saliva, siento mi corazón acelerado, mi respiración también. Tirito de frío, y encima no consigo calmarme.

Come one insto a Mary, hablando en su idioma quizá por los nervios, mientras reviso en mis bolsillos, buscando mi teléfono móvil. Si lo encuentro, llamaré a un taxi, buscando la calle en que estamos en alguna esquina. Si no lo encuentro, seguiremos camino hasta alguna calle principal y allí buscaremos un taxi, o volveremos al Milliner, lo que pille más cerca. ¿Qué pasó allí atrás? pregunto a Mary, mientras caminamos, pero al momento niego con la cabeza. No, mejor no me cuentes. Espera a que estemos en casa, allí me contarás...

Un mendigo en el que no habíais reparado se movio entre las sombras siendo perceptible por primera vez para vosotros. El hombre se incorporó desde detrás de un contenedor.
¿No se puede dormir tranquilo? preguntó en voz alta, sin gritar pero perceptible desde fuera del callejón, si seguía hablando si cualquiera de esos dos os estaba buscando acabaría por encontraros.
Es increible.... tengo que dormir en la calle y dos niños bien vienen a tocarme las narices ¿No teneis otro sitio mejor donde meteros vuestras drogas de diseño? ¡Largaos! Dijo por ultimo señalando la entrada del callejón.

Dieter me llevó en volandas a.. algún sitio.

No sabia a donde, solo corria y yo iba, literalmente colgando de él, hasta que paramos en un callejón. Me arrebujé como una niña entre los brazos de Dieter, con los ojos semi cerrados, los oidos alerta y una sensación extraña en mi cabeza. Jadeante miré a la abertura y por un momento creí que aparecerían esos dos de nuevo, pero el tiempo pasaba y no aparecía nadie.

Me separé, empapada por la lluvia, de Dieter, para comprobar que no nos seguían. Temerosa, como cuando entras en el Pasaje del terror, sabiendo que un susto te espera tras la próxima esquina.

- Mierda!- Grité angustiada, sintiéndome inútil -Se han quedado mi cámara, joder!- Di una patada a una lata del callejón, mientras me llevaba las manos mi cabeza, tirándome del pelo mojado, y escuchando a Dieter.

-Si, si... será lo mejor.- Necesitaba tranquilizarme. Un Té, quizá.

Vagabundo salio de entre las sombras, posiblemente por hacer tanto ruido y trastornar su sueño. Me sobresalté sin poder evitar un pequeño grito de alarma. Pero no eran ellos. No. Era un jodido sin techo que casi me hace saltar el corazón por la boca.

- Vamonos.- Me agarré a Dieter, temblando y suplicando por llegar a casa cuantos antes.

Por un momento me giro, preparándome para el combate. Si no había más remedio, no iba a permitir que nada nos pasara. Siento mi corazón bombear a toda prisa sangre y adenalina a mis músculos, siento mi cuerpo tensarse.

Pero resulta que solo es un vagabundo. Me giro y me agarro a Mary, haciendo que se pegue a mi cuerpo, invitando a que comparta el poco calor que aún pueda ofrecerle. Tenemos que llegar a casa, tenemos que irnos ya.

Nos dirigiremos a lo más cercano que podamos: una parada de taxi o una cabina desde donde llamar a un taxi, en caso que yo no tenga mi teléfono. En cualquier caso, seré reacio a meternos en callejones oscuros, eso es seguro.

En cuanto lleguemos a casa, tenemos una buena charla pendiente. Pero ahora lo más importante es llegar a casa.

A las horas que eran el Taxi dijo que tardaría en llegar 15 minutos, no estabais tan lejos de vuestra casa así que decidisteis ir andando, esperar allí no parecía la mejor idea del mundo.
La noche no mejoró, el viento, la lluvia y el frío os siguieron castigando todo el camino a casa, caminasteis encogidos, mirando sobre vuestros hombros, nerviosos, incapaz de sacar de vuestra cabeza la escena que acababais de vivir. Al llegar agradecisteis lo caliente y seco del piso, el silencio y la seguridad, cuando os disponíais a meteros en vuestras habitaciones a quitaros la ropa mojada sonó la puerta. Tres golpes estruendosos en la puerta blindad de madera y contrachapado.
El sonido os sobresalto y volvió a sonar otra vez.
Al mirar por la mirilla no visteis nada, pero cuando volvisteis a daros la vuelta pensando que hubiera nadie, salvo algún sin vergüenza que se dedicara a molestar a semejantes horas volvisteis a oír la puerta.
Había sido una noche rara y no erais vosotros mismos, alterados como estabais reaccionasteis de un modo extraño. Abristeis la puerta para poner en su sitio al gamberro que os estaba molestando, pero al abrir la puerta no encontrasteis nada mas que el objetivo de la cámara de Mary arrancado del cuerpo de la cámara sobre el felpudo y abajo en el portal estallo una carcajada histérica.

Un suspiro se escapa de mis labios al entrar en el piso. Está caliente y seco, y aquí ya me siento seguro. Miro a Mary.

Dúchate tú primero para entrar en calor, luego lo haré yo.

En el momento que me dirigía a mi habitación, para cambiarme de ropa y luego preparar algo caliente, llaman a la puerta como si no hubiera un mañana, con unos golpes que por poco hacen que esta se salga de sus goznes. El sonido tan fuerte me sobresalta, y miro a Mary, poniéndome instintivamente ante ella para protegerla. Entonce sonó de nuevo, y enfurecido por esa forma de llamar me aproximo a la mirilla, mirando fuera.

No veo a nadie... será algún gamberro. Pero vaya puta forma de llamar, joder...

Cuando me voy a dar la vuelta, vuelve a sonar la llamada. Enfurecido por la noche que hemos tenido, el encuentro tan raro del callejón, los tipos que nos perseguían... en definitiva, por todo, abro la puerta hecho una furia, dispuesto a hacer pagar a quien estuviera llamando todos los platos rotos.

Entonces mi cara se pone blanca, mientras la risa maníaca que antes ya había escuchado un par de veces resuena de nuevo. Me agacho, temblando, a recoger el objetivo, y me doy la vuelta con él en la mano. Sa... saben donde vivimos. ¿Me vas a contar que cojones está pasando aquí?

En el taxi venía encogida, empapada y algo asustada.

Habíamos dejado aquel callejón, y aun sentía temor, como si cada peatón que pasaba cerca de taxi fuera uno de aquellos dos. Pero afortunadamente llegamos a casa, intentando hacer le menos ruido posible, ya que nuestro compañero de piso levaría tiempo dormido. Era un buen tio, un friky de libro, pero era muy rarito y que armáramos jaléo seguro nos traería problemas con él. Sobre todo por lo pesado que se pondría con una explicación científica sobre " la metodología del descanso y las horas de sueño para una mente científica". Sobre todo la suya. Que le dejáramos dormir, vamos.

Me metí en la ducha, sin pensármelo dos veces en cuanto Dieter me lo sugirió. Quería hablar con alguien, estallar si hacía falta, pero no sabía por donde empezar. Necesitaba esa ducha caliente para poner en orden las cosas, lo que había visto, lo que había oido...joder!

Salí enrollada en mi albornoz rosa, y en ese momento, los golpes de la puerta. Alguien llamaba. Me acerqué temerosa hasta la entrada, con los pies descalzos, detrás de Dieter. Nadie. Luego llamaron otra vez, y de nuevo..nadie. Dieter encontró la segunda vez el objetivo de mi cámara en el felpudo de la entrada-

-Joder...- solté abrazándome a mi misma, como si tuviera frio y la ducha caliente ni hubiera sido suficiente. Mi piel se erizó al oir esa risa de nuevo abajo, en el descansillo del portal.

Retrocedí hasta el sofá y me senté, encogiéndome en un rincón, con los pies subidos.

- Esos tíos... La chica y el chico... Han asesinado a un policía, Dieter. Yo..yo.. lo vi!- Temblaba solo de decirlo, mientras le miraba con ojos asustados.- Les saqué una foto pero..pero... me vieron...maldición.

Suspire y después endurecí mi mirada. En ella había odio e impotencia.

- Son animales...Dieter. Se lanzaron sobre el policía como si fueran animales! Nunca he visto anda igual...

Estoy empapado, congelado, casi tiritando. Pero no puedo verla así. Me coloco de cuclillas cerca de ella (cualquiera aguanta a nuestro compañero si me siento en el sofá estando como estoy empapado) y le agarro la mano.

Yo... creo que debimos haber hecho caso a Milliner. ¿Estás segura que... era un policía? Joder, vaya chorrada de pregunta, pues claro que estás segura. Y  no tenemos pruebas, y si vamos a la policía además de ponernos en el punto de vista de la policía estos tipos nos tendrían localizados.

Pero... ¿por qué dices como animales? Quiero decir, le acuchillaron, le molieron a palos...? Me estremezco de solo pensar en esa posibilidad. Joder, un policía es un tipo acostumbrado a entrenar, a pelear... muy bestia tienes que ser para matar a palos a un policía. ¿Y estás segura que estaba... me cuesta trabajo hasta decir la palabra, pero trago saliva y termino la frase, que estaba muerto?

Me sentía mas segura allí con Dieter, pero aun así me parecía tan raro lo que estaba intentando explicar que..

-Ella...al policía...tenia pistola y todos, si, era un poli de verdad.- Aseguré- Ella, le agarró como..como.. si fuera un muñeco y ..y ..le mordió en el cuello hasta que el policía dejó de patalear. Era.. como si se alimentara.. no se. No se explicarlo y ...- Confusa nerviosa le miré- Tenía colmillos, Dieter, colmillos!! Y se movían muy rápido..no era normal..se que es una locura pero no  parecían...humanos.

Me llevé una cara al rostro par apartarme el pelo húmedo de la cara.