Partida Rol por web

-El queso está listo- Dije mientras alargaba a Dieter y al resto periódico con la portada de lo que había escrito y como iba a salir.

Reciénteme ha sido el aniversario del conocido científico Louis Pasteur.
Conocido por su contribución a la ciencia con su descubrimiento de la pasteurización de la leche, también realizó otras investigaciones en diferentes campos como la química y la microbiología.
Lo que no todo el mundo sabe es, gracias a la recuperación de un diario suyo ahora recuperado, que sus métodos no eran tan lícitos como de un científico se espera.
Tras la traducción de dicho diario, y una vez comprobada su veracidad, se puede afirmar que el científico, pese su inteligencia, también era una persona enferma y demente obsesionada con la inmortalidad de cuerpo.
Esto no sería un problema si no fuera porque para ello, se ha valido de la experimentación con personas en contra de su voluntad.
Todo esto, las fórmulas que usaba para ello ,las pautas generales de actuación, así como sus pensamientos más profundos, vienen totalmente especificadas en el documento.

"Comienzo este diario con la ayuda de dios, para desterrar la superstición y vencer a la muerte, en nombre del imperio y de la ciencia, empiezo este camino como un simple hombre pero si alcanzo mi objetivo habrá nacido un Dios..."

El extracto del diario deja en duda su cordura, posiblemente trastornada por un familiar llamado Collete y la impotencia frente a su fallecimiento.

 

¿Es realmente Pasteur un héroe para la comunidad científica o solo un demente obsesionado con la inmortalidad?¿Puede que sus triunfos fuera producto de experimentos fallidos en la obtención de dicha inmortalidad o realmente el científico buscaba salvar a la humanidad con sus logros?
Desde la redacción del Berlinen Zeitung lo tenemos claro. Y sin ninguna duda, nuestra intención es la publicación, integra y traducida, de su diario para que sea del estudio popular y juzguen sus estudios, como producto de la locura o de una mente privilegiada.

Mary Anne Dickinson

Todo estaba preparado.

Si Pasteur lo veía vendría al periódico. Sabía que estábamos allí. Tan solo era cuestión de esperar. Así que saqué el teléfono y llamé a Becquet para decírselo todo. Esperaba que Jack y el resto nos pudieran proteger y llegaran ponto.

El momento que tanto temía ha llegado. El cebo está puesto, solo temo que el ratón sea más rápido que el gato. Pasteur ya ha demostrado que no es sencillo derrotarle, y me preocupa no ser capaz de proteger a Mary de semejante monstruo. Me preocupa que nadie sea capaz de protegernos de semejante monstruo.

Ha demostrado que sabe controlar mentes, obligar a la gente a hacer cosas en contra de su voluntad e instintos. Pero tampoco tenemos muchas más opciones si queremos atraparle y que pague por sus crímenes. Y si queremos tener un futuro juntos.

Miro alrededor y me voy de inmediato a por un extintor. No sé porque me siento más seguro con él en mi mano. Hablar con la otra mano hasta la de Mary y busco con su contacto calmar mis temores y calmar los suyos.

Si todo sale bien, esta será la noche que marcará el inicio de una vida en común, si no sale bien al menos lucharé porque Mary sobreviva.

Todo estaba listo, publicado en la web, recbisteis la confirmación de que las pantallas digitales de las estaciones lo anunciaban, de que las radios lo retransmitían, probablemente la televisión también, aquello era como un puto milagro, estabais bajo la atenta mirada de media alemania, para una periodistas aquello era casi como tocar el cielo. Aunque eso venía con un coste, uno que se hizo patente pronto.

Una bandada de cuervos se posó por el edificio, anunciando un mal presagio, iban de ventana en ventana casi como si inspeccionaran el edificio, después se fue la luz de golpe. 

"Oscuridad tan solo y nada más."

Una luz rompió esa oscuridad para alumbrar el rostro de Jackob. Estaba mirando la pantalla de su móvil.

- Joder, no hay cobertura... - Explicaba Jackob cuando algo le interrumpio dejándole a medias

Un grito horrendo y agónico subió desde el hall. Os pareció el guardia de seguridad. Jackob rebuscó en su maletin, ese que llevaba arrastrando todo el día para coger algo que no visteis bien en la oscuridad.

Mierda, ya debe estar aquí. Observo a Mary y al policía. Creo que tenemos al asesino amarillo en el edificio. Solo nos queda confiar en que pueda defendernos.

Sujeto fuertemente la mano de Mary, temiendo por ella, buscando alguna salida por donde pueda escapar. Por supuesto haré lo imposible por protegerla, pero debimos esperar a tener un escudo antes de soltar la bomba.

Tragué saliva al ver lo que se avecinaba.

Me esperaba lo peor, desde luego, por ello cuando Dieter me dio la mano la agarré con ambas manos y cerré los ojos momentáneamente. Me hice sentarme a mi misma sobre una silla giratoria, pero con él aún detrás de mí, agarrándole las manos.

-No podrá.- Susurro, disconforme con los flecos que sabía que nuestro plan tenía.- Pero confío en Jack y en el resto para que nos protejan, llegado el momento.- Porque si no, íbamos a morir.

Aun así el plan estaba servido y nos serviría hasta que Pasteur se cansase o dejara de necesitarnos. Para eso teníamos la cabeza y no el culo. Para pensar. Cogí una grabadora, de cinta, de esas que solían llevar los periodistas profesionales a sus entrevistas y la pegué con celo bajo la silla giratoria en la que me sentaba. Accioné el botón de Rec y esperé atenta a la aparición de ese hombre.

En la semi oscuridad estaba realmente temblando. Era todo o nada.

El policía estaba en un despacho recostado y se acercó hasta vosotros cuando escuchó el alarido subiendo por las escaleras.

- ¿Que coño...? - En ese momento Los cristales reventaron y una bandada de cuervos entraron con violencia, revoloteando por todos lados y dos perros aparecieron por la escalera, precediendo a Pasteur.

Jackob alzó lo que había sacado del maletin, en un destello pudisteis ver lo que era, una pistola. Y con un grito disparó 3 veces. Si dio a algo no llegasteis a verlo.

Pasteur os vio, sus ojos eran rojos, como los de sus perros.

- Tengo curiosidad por saber que váis a hacer ahora que habéis conseguido convencerme de que la única salida para vosotros es morir... - Dijo mientras por su lado subía el guardia de seguridad también hacia vosotros, con un gesto enloquecido y se enfilaba hacia vosotros.

Me pongo instantáneamente delante de Mary, mientras vuelvo a mirar si encuentro alguna salida para ella. Miro a Pasteur. Quizá darle la vuelta a la situación. Quizá impedir que siga llevando a cabo sus experimentos.

Me giro hacia Mary un momento. Quizá lo mejor sería quemarlo. Me vuelvo a dar la vuelta y me preparo para combatir contra lo que quiera que nos mande Pasteur. No me importa demasiado, mientras pueda proteger a Mary y evitar que la hagan daño.

No puedo evitar un grito al saltar los cristales.

Los cuervos se enredan en mi pelo, haciéndome agitar las manos, intentando espantarlos. Desde luego Pasteur sabe hacer una entrada, pero yo aún estoy sentada. Tan solo el disparo de Jakob me hace bota del asiento gritando de nuevo.

Trago saliva al ver a los perros. De pronto el dolor del brazo se manifiesta como una herida fantasma y me lo toco inconscientemente. Odio a los perros. Sobre todo a los que quieren comerme. Pero suspiro profundamente, entrecortadamente también, para que negarlo, y aprieto los dientes mientras Dieter se pone delante de mí.

- ¿Cambiaría algo?- Pregunto desde mi sitio intentando que mi voz suene serena.- Quizá aumente su ego y el número de víctimas, pero su trabajo ya es de dominio público.- Pausé un par de segundos antes de continuar.-¿Recuerda nuestra visita en el hotel? Le ofrecimos un trato, pero creyó que no teníamos el diario. - Intento sonreír, aunque me sale más bien una mueca un poco extraña, mezcla de ironía y sonrojo.- ¿Hasta cuando piensa seguir ignorándonos, Pasteur?

Me quedé mirándolo unos instantes. Sabía que en cualquier momento, su ira vendría a atacarnos en forma de perros y dientes.

- ¿Hasta cuando piensa seguir matando a gente con sus experimentos para conseguir aquello que quiere? ¿Es realmente necesario hacerlo? ¿Es lo que Collete querría? - me puse seria en ese momento.- Yo amo a Dieter y haría cualquier cosa por él. ¡Cualquier cosa!- Alcé levemente la voz. Quizá la sangre de vampiro también me había dado unas pocas fuerzas.

Y recordé algunos pasajes escritos de su diario y alcé las cejas al darme cuenta de algo.

-Es eso, ¿verdad? Los odia- Omití la palabra vampiro.- Porque no le ayudaron. Por eso los persigue y los caza hasta matarlos. Dígame la verdad. Y prometo que me pondré en sus manos.

Tragué saliva nuevamente mientras me ponía de pies y daba un paso al frente poniéndome al lado de Dieter.

-O mátenos, y demuestre al mundo cómo es en realidad. Demuestre que mi artículo está en lo cierto y usted solo es un asesino. Porque si nosotros morimos, el resto del diario saldrá a la luz. Así lo he dispuesto.

Mentí ligeramente, aunque ¿qué más podría hacer? Esperaba que Jack y el resto estuvieran cerca.

Alrededor de la Dieter y Marie estallaron los cristales, los cuernos revolotearon por todas partes graznando y hubo algunos disparos, el hombre que se abalanzaba sobre vosotros, que anteriormente hubiera sido el guardia jurado fue abatido por dos disparos más de un arma, esta vez del policía, que disparó tras gritarle que se detuviera. Pero los perros no tuvieron piedad con el policía que se vio acosado por ambos. Algo pasaba con esos dos chuchos, no eran como los demás, eran más salvajes, más intimidantes, más feroces que los demás que hubierais visto.

Todo eso generaba un ruido a vuestro alrededor que ensordecía vuestras palabras. Los cuervos a vuestro alrededor os hicieron algunos arañazos con picos y garras al chocar con vosotros.

Pero para sorpresa vuestra Pasteur si lo oyó, había llegado hasta el primer escritorio y en un arrebato de rabia gritó:

- ¡NO MENCIONES SU NOMBRE! - y en un gesto furioso, cogió con una mano el escritorio que tenía delate y de un tirón se lo lanzó a jacob, el escritorio salió disparada en su dirección, girando sobre si mismo y Jackob tuvo que tirarse al suelo para evitar la peor parte del golpe, aunque le abrió una brecha en la frente. La pistola cayó al suelo no muy lejos de vosotros. Y el escritorio se estrello generando un ruido de mil demonios.

Pasteur parecía fuera de si, el hombre cruel y disciplinado que habíais conocido los días de atrás no se reconocía en la persona que teníais delante con la mirada desencajada de rabia. Marie había llamado su atención. Y de tiro de la empuñadura de ese bastón que siempre llevaba, revelando una hoja metálica y puntiaguda que brillo con un toque peligroso.

- ¡¡¡Mataré hasta que la cure!!!! - Dijo rabioso conforme se acercaba hasta donde estabáis, al estar más cerca no tuvo que alzar la vista tanto. - ¡¡¡Lo que haga falta!!! ¡¡¡ Son monstruos y os ponéis de su lado!!!

Nunca he manejado una pistola, ni siquiera sé cómo hacer que dispare más allá de lo que se ve en la tele. No me atrevo a coger el arma, además que no estoy seguro de que fuera efectiva contra Pasteur.

Así pues, cojo una silla y me planto directamente en su camino, preparado para golpearle con ella. Les llamas monstruos y tú eres peor que ellos. ¿En qué te convierte eso entonces? Solo ruego porque no tengas éxito en tu objetivo y así Collete no puede ver en lo que te has convertido.

Mary digo, en voz baja, la pistola y a los perros.

La ira de Pasteur no se hizo esperar.

Acompañó sus gritos con la bandada de cuervos y nos trajo más confusión y desasosiego. Miedo también. Mi instinto me instaba a correr, pero estaba paralizada. ¿Saldríamos de allí con vida? Los chuchos, más grandes que los normales no parecían decir eso.

La grabadora me dio lo que necesitaba. Era justo la confesión, las palabras, que un juzgado condenaría a prisión a ese hombre. Pero había que atraparlo y no parecía que las cosas estuvieran de nuestra parte.

- ¿Curarla? ¿Experimentando con eso que llama monstruos?- Dije mientras me tiraba al suelo asustada.- Creo que algo falla en su lógica, Pasteur.

Alcancé la pistola.

No tenía ni idea de usarla. Puede que fuera americana pero no todos tenemos pistolas bajo nuestra almohada... Así que apunté lo más rápido que pude a los animales y disparé intentando darles.

El estruendo fue abrumador, los disparos resonaron por toda la instancia, los ladridos, los gritos, los pájaros. Era dificil tenre una visión clara del panorama general.

Mary disparó a los perros, a uno le dio, y se reitró de un salto hacia atrás y el otro cayó abatido por varios tiros del policía que, por fin, libre del acoso de ambos chuchos pudo defenderse. Comenzó a incorporarse, aunque tenía mordeduras mas severas de las que había presentado Mary al principio de la noche.

Mientras tanto Dietter enarbolaba la silla como si Pasteur fuera un León enfuercido, y en parte lo parecía, pero con el bastón golpeó los dedos de una mano, haciendo le soltar la silla de uno de los lados, no la pudo sujetar con la otra mano sin bajarla, momento que el propio Pasteur esperaba y aprovechó para atacar, atravesó a Dietter de lado a lado.

Este sintió el dolor punzante en el abdomen y la espalda y algo rígido atravesando le, fue puntual y rápido, pues como si fuera una serpiente se retiró rápidamente. La sangre comenzó a empapar a dieter de al herida hacia abajo, las piernas le temblaron, pronto caería al suelo.

Mary pudo ver como el estoque de Pasteur salía por la espalda de Dietter.

El dolor lacerante me sirve para recordarme la complicada situación en que estoy. Ni siquiera me atrevo a mirar hacia abajo, sé que lo que ha hecho Pasteur ha sido grave. Probablemente incluso mortal. Tengo que usar la silla para evitar caerme, mientras mis ojos se oscurecen y mi vista se desvanece poco a poco.

Solo mantener en mi cabeza imagen de Mary evita que me sumerja en esa oscuridad. Lanzo un rugido de rabia y, con lo que probablemente sean mis últimas fuerzas, alzo la silla para golpear con ella al monstruo, mientras me despido mentalmente de Mary. No creo que vaya a salir con vida que esta.

Los disparos me atruenan y aprieto los dientes mientras las detonaciones se suceden.

Vacío el cargador en los chuchos. ¿Cuántos disparos? Ni idea. Solo aprieto y aprieto el gatillo, una y otra vez, hasta que los Clik- Click del percutor se suceden y no sale más que humo por la pistola. Tengo los ojos entrecerrados pero veo como uno de los perros cae muerto, y sin embargo el trabajo no esta del todo terminado pues el otro chucho, solo está herido.

¿Qué más puedo hacer?

Cualquier cosa que pudiera pensar se mezcla con la sangre que cae al suelo. Dieter es atravesado por Pasteur y yo no puedo evitar soltar un grito al ver como el estoque sale por la espalda de mi chico.

-Nooo!- Me levanto como puedo, arrastrándome, tropezando y llegando hasta él para abrazarlo e interponer mi cuerpo, entre sollozos, antes de que Pasteur le remate del todo. 

Me daba igual morir. El trabajo estaba hecho. Miro al inspector para ver si aún sigue con nosotros. Tenía más que pruebas suficientes para arrestarlo o incluso dispararlo en defensa propia. Además su confesión estaba en la grabadora. Pasteur estaba 100% desacreditado y con las pruebas a la luz, le perseguirían allá donde fuera.

¿Dónde coño estaban los vampiros? ¿Nos habían abandonado? Cobardes!

- Pare, Pasteur!!- Dije alzando una mano - Pare ya! - Pare para respirar y tocar con la otra mano ensangrentada de la sangre de Dieter, el rostro de mi amado. Mi cara de pena lo decía todo. Y mis lagrimas más aún. -Matará a todos en su locura y solo servirá para darme la razón y demostrarle al mundo cómo es en realidad.

Le miré con pena. Poco más podía hacer y menos contra ese hombre.

- A no ser que les deje vivir a todos a cambio de mi misma.- Era una locura pero podía valer de algo.- Soy lista y podría ayudarle y además... he bebido de la sangre de uno de ellos.- Puede que en parte también fuera un monstruo.

Le enseñé el brazo sin heridas que me provocaron sus perros en su casa. Muestra mas que suficiente.

- Pero pare ya... se lo suplico.- Dije en un hilo de voz.

Dietter golpeó con la silla a pasteur que se apartó lo justo para que el policía le disparara mientras Mary se interponía entre el y Dietter. Mary pudo sentir el calor de su sangre y pudo ver como una pernera de su pantalon estaba oscurecida por la sangre empapandolo todo.

Pasteur recibió los impactos del arma con sacudidas leves con cada bala que le mantuvieron quieto(pero no le mataron¹), de un rasgón en su ropa generado por el golpe con la silla, que había ocasionado el golpe de Dietter cayeron aquellos dos viales al suelo, con un repiqueteo aguido y fino.

"Clink, Clink"

Pero Pasteur centrado en el policía no se dió cuenta.

El policía dejó de disparar cuando el perro volvió y se le abalanzo desde la espalda. Lo derribó y lo agaró del cuello por la parte de atrás con sus fauces, sus gritos se elevaron sobre todo el estruendo, pero duraron poco.

Y pasteur se giró hacia vosotros. 

- ¿Crees que me importa lo que piensen? Yo estoy muerto y enterrado a los ojos de otros. - Dijo a Mary señalandolos con la punta del bastón espada.

Entonces lo que fuera a decir a continuación quedó en el aire, pues una figura se abalanzó sobre él. Pudisteis reconocer a Jack, que lo hubierra apresado contra la pared, de noser por el perro. 

Por detrás llegaba Milliner, pero no pudo detenerse con vosotros. Pues Jack trataba de sacarse de encima al perro. Paso de largo de vosotros para ayudar a Jack.

Jackob se estaba levantando, con una brecha en la cabeza, mirando aquel caos, perdido en mitad de todo aquello, ni siquiera sabía hacia donde correr para sentirse más seguro.

Abrazo a Mary mientras siento mi sangre escapar de mi cuerpo. La sonrío llevando una ensangrentada mano hasta su mejilla buscando apartar un mechón de pelo que tapa su hermosa cara.

Me parece que no tendremos un final feliz, mi princesa. Vive por mí, vive y sé feliz. Busca a alguien que te quiera y empieza una vida con él. En el shock ni siquiera me doy cuenta de la situación tan precaria que vive Mary junto con Pasteur. Al menos hasta que llegan los vampiros y todo se vuelve un caos.

Pero para mí solo existe ella, esa cara preocupada y ese gesto casi lloroso. Fuerzo una sonrisa que se anteponga al dolor y suspiro. No creo que vaya a salir adelante, amor mío. Puedo notar mi vida marcharse.

Finalmente la caballería llega.

Algunos salen mejor parados de esto, como Jackob, pero no así como el policía, que acaba prácticamente sin cabeza. Era desde luego una tragedia pero sin él, la parte de la cárcel para Pasteur era difícil. No tendríamos una coartada efectiva, salvo por la grabación. 

Aun así, mi atención estaba puesta en Dieter. Sangraba demasiado y por mucho que apretara su pecho no dejaba de salir sangre.

- Te vas a poner bien, cariño...- lloraba apenada mientras le intentaba recostar sobre mi regazo de la mejor forma posible. 

Esperaba que Jack y Milliner acabaran con ese hijo de puta. Por dentro sentía rabia. Y pena. Dolor como nunca antes había sentido. Siquiera el brazo mordido por el perro me había dolido tanto. Las palabras de Dieter solo pesaban más en mi alma y negaba con la cabeza, sin poder pronunciar una palabra al respecto.

Por el rabillo del ojo vi los frascos de Pasteur. Miré a Dieter como su vida se iba consumiendo. No quería pero no podía perderlo. Ahora no. Después de tanto tiempo, a su lado me sentía feliz. No quería que todo desapareciera. No quería. ¡No!

Me incliné para coger los viales y los destapé. Mantuve uno cerca de la boca de Dieter y el otro cerca de mis labios. 

- No puedo dejarte morir. No puedo verte morir.- Las lágrimas salían presurosas de mis ojos, sin control, pero con una pasión inusitada. - Juntos, ¿recuerdas?

Con un gesto rápido vertí el líquido sobre mi garganta y me lo tragué. Con otro vertí el otro sobre la de Dieter.* Viniendo de Pasteur algo haría. Esa era la esperanza. Aunque bien podía matarnos, desde luego. Era un riesgo que quería correr. Mejor muerta que sin Dieter en mi vida.

- Que sea lo que Dios quiera, amor.- E inclinándome sobre él, le besé esperando que no fuera por última vez. Cerré los ojos esperando que el brebaje hiciera su cometido. El que fuera. 

Si la muerte me llegaba, que al menos mi último aliento quedara en los labios de mi amor.

- Te quiero.-

Me gustaría detenerla, impedir que abriera los viales, impedir que se tomara el suyo y que pusiera el contenido del otro en mi boca, pero simplemente ya no soy capaz de moverme.

Con ojos llorosos niego suavemente con la cabeza y murmuro, tras tragar el contenido del vial que puso en mis labios, un estás loca antes de fundirme con ella en un beso que espero no sea el último.

Aunque la herida es demasiado grave y yo he perdido demasiada sangre. Pero al menos si muero moriré besando a lo que más quiero.