Partida Rol por web

Mary creyó reconocer lo que contenía en su boca, como una versión aguada de lo mismo que había bebido de la muñeca de becquet. De no haber provado la sangre de becquet aquello le hubiera parecido l más fuerte que jamás hubiera provado, pero ahora le resulto insustancial.

Dietter al besar a Mary pudo apreciar aquello por vez primera y sintió una necesidad casi inmediata por consumir aquello. Besó a Mary con un ansia y necesidad dificil de describir por falta de tener un antecedente previo a aquella sensación. La besó, pero pronto dejo de besarla para convertirse aquella sensación de necesidad, de sed, de hambre insatisfecha en el objeto de todo cuanto hacía.
Mientras Mary sentía cómo Dieter recobraba fuerzas y de como la cogía por los brazos con más fuerza. Poco a poco se volvió más vigoroso. Y presa de aquella lujuria de sangre tras separarse de sus labios miró a Mary, pero no lo hacía con los mismos ojos, miro su boca, sus labios aún manchados de sangre, sus mofletes ligeramente enrojecidos por aquel liquido que parecía sangre y  que los labios de Dietter habían esparcido alrededor de su boca.

Pero de repente su mirada bajó de su boca a su cuello y se fijó en la linea de la yugular de su precioso cuello, que creyó distinguir de una forma que jamás hubiera creído posible.

Aquella sensación era atroz, aquella necesidad era incontrolable y la sed que le quemaba se mezclaban con el atontamiento ocasionado por el dolor, el desangramiento previo y la falta de experiencia para controlar aquellas sensaciones nuevas.

La sensación es irrefrenable. Mi respiración se agita mientras mi cuerpo tiembla intentando contener unos impulsos irrefrenables. En lo más profundo de mi mente sé que ella es Mary, mi amada, mi amor.

Pero por alguna razón que no acabo de comprender ese grito desesperado de lo más profundo de mi mente queda acallado por otro grito más urgente y necesitado. Lucho con todas mis fuerzas pero es imposible aguantarme. Me acerco a mi novia buscando besar su cuello, acercarme a esa vena palpitante que parece gritarme.

Mis labios se unen a su cuello para un beso que pronto, sin embargo, se convierte en un mordisco. No puedo contener mis ansias de sangre en este momento. Cuando la primera gota atraviesa mis labios sé que por mucho que luche no voy a poder parar. Aunque tengo que conseguirlo, no puedo hacerla más daño.

Era mi última alternativa.

Mi esperanza puesta en un frasquito de cristal. Yo no me moría, aun,  pero ver como mi amado agonizaba... eso si es morir. No... mi amor resistiría la muerte si era necesario. Esperaba que Dieter viviera al menos un día más. Y si no... bueno, esperaba que el Eliseo nos esperara a los dos de alguna manera.

En mis brazos, mientras le besaba, sentí como el cuerpo de Dieter se volvía más fuerte, o al menos esa debilidad ya no le abandonaba. Quizá eran solo unos segundos antes del fallecimiento. Dicen que alguien antes de morir, milagrosamente el cuerpo reacciona unos momentos para mejorar. 

Y sin embargo el mío se empezaba a debilitar.

¿Estaba muriendo? El beso de Dieter era cada vez más dulce, más placentero. Algo en lo que querer perderse para toda la eternidad. Y así parecía ser. Pues a cada segundo que pasaba, sentía como mi mente se nublaba, vagando por una nube sanguínea, como si fuera algodón de azúcar con la forma de los labios de Dieter sobre mí.

- Oh...- deje escapar por mis labios sintiendo como me estremecía y entre mis piernas empezaba a humedecerme, queriendo algo más de ese beso.

Dietter poco a poco recuperó el dominio sobre si mismo y la conciencia de lo que estaba haciendo y de las consecuencias de sus actos, cuando se separó de Mary se encontró con su vista perdida, con su cara pálida como nunca la había visto y el sabor metálico de la sangre en su boca ¿Qué había pasado? ¿Qué había hecho? 

El reconfortante sabor de la sangre y su calor empieza a recorrer mi cuerpo mientras siento como cada vez más me encuentro más fuerte. Es como si ese elixir mágico devolviera la vida a mi cuerpo, mientras mi mente se va despejando poco a poco.

De pronto la idea acude a mi cabeza, ¿de quién estoy bebiendo? ¿Quién era la persona que estaba a mi lado cuando tome ese brebaje?

Me aparto lentamente temblando de miedo mientras mis ojos se abren de par en par y un profundo grito de tristeza sale de mis labios. ¡Nooooo! Dios mío, Mary, tú no... Nooo...

Mis ojos se llenan de inmediato de lágrimas que corren sin control mientras abrazo su cuerpo. ¡Socorro, socorro, necesito ayuda! grito desesperado mientras siento como su vida se va apagando poco a poco. Por favor, necesitamos ayuda, que alguien nos ayude. Mi voz suena extraña, suplicante a un nivel que nunca había escuchado.

A vuestro alrededor dándoos por insignificantes o por irrelevnates Pasteur se las ve con Jack, Jackob se está incorporando  en aquella escena caótica, cubriendose la cabeza con las manos tratando de ubicarse entre la bandada de pájaros, los perros, el cadaver del guardia jurado. Y milliner se acababa de librar del último de aquellos perros monstruosos.

Con horribles heridas se tambalea hacia vosotros. No tanto para auxiliaros sino para hacerse con el arma que tenéis cerca.

- ¡¿Qué coño ....?! - Dijo al comprender lo que acababa de pasar.

Pero algo os obliga a mirar a vuestro espalda, Jack se saca unas jiringuillas del pecho, 2 o 3, y cae de rodillas comenzando a vomitar sangre, una cantidad asombrosa de sangre que parece no acabar, al menos de momento,  sin poder contenerse y dejando de luchar contra Pasteur por las arcadas incontrolables.

Mientras Pasteur cogía camino hacia el despacho dónde había visto el decano.

- Busca el otro vial, imbécil, teníamos dos - Dijo Milliner - No tienes mucho tiempo. - Lo dijo inspirando de una forma muy humana, cogiendo fuerzas para ir a por ese hijo puta, era humano, pero era asombrosamente duro. Y se encaminó contra Pasteur cargando con el hombro por delante como si fuera un jugador de rugby.

Pasteur altivo dejando atrás a Jack dice:

"¿Acaso creíste que no venía preparado para vosotros?.... Ah, ahí está mi buen amigo el decano. Debo recuperar lo que es mío...."

En ese momento ve por el rabillo del ojo a Milliner, lo bastante antes como para prepararse y dar una estocada en el pecho que en cualquier vivo sería mortal, pero Milliner, por cortesía suya, ya no lo es, atrvesado de lado a lado prosigue su carrera llevando se lo por delante hasta que ambos tropiezan con una mesa volcándola y cayendo los dos al otro lado de la mesa que obstaculiza lo que allí pasa, tras dos segundos dos fogonazos de disparo de arma de fuego iluminan ese lado de la habitación.

POM...POM.

Poco a poco una nube negra se extendía por mis ojos.

Empezaba a tener frío y esa sensación de lujuria empezaba a abandonarme. También me notaba más relajada y mis brazos dejaron de moverse para poco a poco ir cayendo a ambos lados. Ya no tenía fuerzas y no conseguía ni siquiera mantener la mano sobre el rostro de Dieter.

POM........POM.

Mis ojos se cerraron finalmente. Solo oía ruidos, algunas frases y palabras inconexas. ¿Alguien llorando? Aún había jaleo a mi alrededor. Me pareció ir el tono gutural de la voz de Pasteur. También la de Miliner. Luego un ruido de una detonación, pero poco más.

POM................POM.

Una bruma se extendía delante de mí, en medio de una negrura constante e infinita. Pequeñas volutas de humo se elevaban etéreas a cada paso que daba a ninguna parte, sobre un charco de agua helada. Sentía frio pero ya no tenía dolor de nada. Siquiera el dolor de cabeza producido por la adrenalina de la situación tan caótica en al que nos habíamos visto envueltos.

POM................................POM

Suspiré. No era dueña de mí. Algo tiraba en alguna dirección y era como si soñara si sueño. Como cuando estar a medio dormir, ese duerme vela en el que todo te da igual. ¿Estoy muerta? Quizá este era el limbo de las mujeres que morían jóvenes, pero que han rozado el nirvana del amor.

Ese repiqueteo leve que cada vez se hacía más tenue dejó de sonar. Sabía lo que eso significaba. Solo quedaba esperar a ver que pasaba ahora. Si ciertamente existe Dios, que proteja a Dietter.

POM.

No, no, no es lo único que puedo decir acunando a Mary entre mis brazos mientras las lágrimas ruedan sin control. Entonces me llega, como con un poco de retardo, las palabras de Milliner mientras este se lanza a por Pasteur.

El vial... Empiezo a buscar desesperadamente alrededor hasta que se me ocurre mirar bajo el cuerpo de mi chica. Allí estaba escondido, debajo de ella.

Me agacho sobre su oído mientras vuelco el contenido en sus labios. No puedo vivir sin ti. Si tú no estás, prefiero irme yo también. Vive por mí, vive conmigo. Por favor.

Una vez vacío, sigo abrazándola rezando porque despierte de nuevo.

Mientras Dietter se estiró para recoger el vial encontró a su lado el revolver del policía, con el tambor abierto, pero lleno de balas, listo para cerrarlo y disparar, mientras, observó cómo Pasteur se alzaba al otro lado de aquel escritorio.

Pasteur se dirigía a la oficina en que su diario y el decano se escondían, su mirada tenía intenciones mortales. Matar al decano, llevarse el diario y todo aquello habría sido para nada, pero Mary parecía al borde de la muerte y aquel liquido podría hacer por ella lo que ya había hecho por ti.

Apenas dudo un segundo. Quizás podría detenerle, pero si Mary desapareciese yo me moriría. Recojo el vial y se lo doy, me da igual Pasteur y su maldito diario.

El liquido cae en los labios de Marie, su sabor es metálico y se cuela por su garganta mientras el sueño la invade, un último pensamiento  le hace preguntarse si va a morir, no sabe lo que acaba de deslizarse por su garganta y sus ojos se cierran plácidamente.

...Oscuridad y frío es todo cuanto puede sentir...
Mientras tanto Pasteur ha penetrado en el despacho donde el decano se escondía y tras un movimiento violento en el interior del despacho una salpicadura de sangre se puede ver a traves de la cristalera.

Jack trata de incorporarse consciente de que todo se va a la mierda rápidamente, pero está debil y vuelve a vomitar sangre. Ni siquiera puede maldecir la puta situacion entre vomitos y mas vómitos. Pero intenta alcanzar a donde ha caido Milliner, empapado en su sangre.

... Oscuridad y frío... Pero nada de lo que pasa alrededor desaparece. Mary sigue siendo consciente de todo aquello y de repente una punzada de hambre hace que abra los ojos de una forma desesperada.

Mira alrededor con mirada depredadora y buscando una víctima, ve a Dietter y le descarta como lo que busca ahora mismo y no está muy lejos Jakob, parece desprender calor y ella tiene tanto frío....