Partida Rol por web

Pena, amor, rabia, paz, todo al mismo tiempo. Y se supone que ese era justo el mundo ideal con el que Taku soñaba desde... No, nada de que "desde que llegó a la prueba", desde muy niño, desde que estaba con sus padres y jugaba juegos y aprendía y vivía una vida tranquila, como sabía que ninguno de los tres a su alrededor había tenido, sintiéndose injusto ante ellos. Al pensarlo, sonrió para sí mismo, tapado cobardemente por las cartas a medida que Kuro repartía entonces la última mano, porque ese sería efectivamente el juego final, como dijo Kai.

- Cabronazo, has estado ganando como loco, Kai. -Dijo, de modo bromista pero seco.- Jajaja, dame un poco, venga. -Tomó entonces el alcohol y sorbió un poco él mismo, riéndose en la cara de Kuroko, el ex "484", para luego ponerle la botella en frente a Akemi.- ¿No tomas, ni un poco? ¿No? ¿Segura? Te la puedo dar boca a boca~ -Y pensó en hacerlo, pero no lo hizo, pasándosela a su bro Kai de nuevo.- ...

¿Trampa, eh? Sí, ciertamente, porque Takuro había estado... Qué injusto. Aún cuando tenía la chance de jugar y divertirse, tenía que hacer trampa. ¿Por qué? ¿Acaso el mundo le había enseñado a trampear? Qué injusto, qué cruel, qué infantil, qué... Qué odiosa la necesidad de madurar, de dejar de jugar para siempre, lo que más odiaba. Apostar no era más que jugar como adultos. Apostar era también la actividad más vieja del mundo, posiblemente.

- ¿Sabían que apostar seguramente estuvo ahí, de la mano o fue un primo o descendiente directo del trueque? Seguro usted ya lo sabía, Kuroko-sensei. -Se rió entonces imaginándose a Kuroko con traje de profe, pegándole a sus alumnos dormidos con vendas, todo esto mientras tapaba su vista, sus ojos, sus ojos que querían ver, que querían saber, que querían...- ...M-mirar un mundo como este, un mundo ideal como este... ¿Trampas, eh? Temo que yo las usaré ahora, Kai. Has... Has estado insinuando que quizá pueda volver de este mundo que es mi ideal, y más cosas. Os ganaré, temo.

Y se rió entonces, al ver como el estuche rebotaba de manera asombrosa, nada menos de Akemi esperaba.

- Jaja, ha estado excelente. ¿Cómo hiciste eso?

Su risa venía con llanto en los ojos, ojos que casi no necesitaban mirar para saber. Todo este tiempo había estado viendo como Kai conseugía los mejores resultados y como se movían las cartas, tras cuatro barajadas exactas, en donde le tocaría de nuevo, justamente la quinta, hacerla él mismo, dejando que no solo Akemi, sino que los cuato partieran, como un gesto simbólico. Si todo se conectaba y si sumaba un mero 1 + 1 en contraste con lo que haría contando cartas cochinamente como si esto fuese un serio juego de Black Jack o no se qué, sabía quién era el niño Kuruta y lo que pasaría, se hacía una idea, si volvían como insinuó Kai. ¿Haría esto? Sus manos temblaban.

- Todo este tiempo hemos estado jugando a quién queda con cartas. Ahora jugaremos así, explicándole las reglas a todos: Gana el que quede con cartas, es una carrera de gallina. Y además, como en el Clue, si se tienen cartas para perder cartas, se deben usar siempre y si no se tienen cartas usables, se muestra la mano. Cuando se acabe el mazo el que quede con más cartas, gana. ¿No es genial ser el... Ser el... Dealer? Jaja... Jaja...

Sus manos temblaban, pero debía poder, fallar un juego que le tomó literalmente morir para poder jugar en esta maldita prueba desde que llegó, sería inaceptable, e indigno de teóricamente, volver como insinuaba Kai que podría quizá hacer para ayudar a su hermana. Empezó enonces. Siete, todos roban menos él. Siete, todos roban de nuevo menos él. Jack.

_{- "Pica".}

La pinta del odio, tal cual, la espada que cruza corazones, que mataba. Se buscó calmar entonces a medida que iba jugando. ¿Quién querría jugar para perder? Revertir este "Uno", este juego sin nombre, jugar para no ganar era... Era imposible y solo él podía torcer así las reglas y torcerse a sí mismo. Pensó en lo absurdo de: "Kuroko vs Akemi y Takuro... Ganadora: Adelita", y rió, apenas, comenzando entonces a narrar a medida que el juego pasaba. Kairen puso un siete de picas y un dos de pica entonces para que el 484, ex-vendado, robase cartas, el cual a su vez le metió otro dos pero de diamante ahora a Akemi, la cual robó dos cartas. Takuro dió vuelta el juego con un K de diamante y ella a su vez le lanzó un K de corazones, que dió vuelta el juego y le hizo sonrojarse, pasando él mismo a darle un amigable Joker bajo la pila a Kai. Casi estaba ignorando el juego, si bien sabía cómo podía ganar a medida que se comía el mazo y calculaba el futuro. Comenzó su cuento.

- "Una vez hubo un niño...". "Uno que nunca tuvo problemas ni dificultades mayores en su propia casa, en su hogar. Fue consentido él entonces, por sus padres...". "Aquellos entonces mostráronle a él los juegos, y el amor que producían. Perder o ganar, divertirse, de nuevo jugar." -Poco a poco el mazo se iba consumiendo rápidamente a medida que la historia seguía.- "Aquel niño creció y de la vida normal se cansó, a lo que en un momento viajar decidió. Buscar y buscar el mundo, buscar cómo entenderlo, a la sociedad, civilización, humanidad. Una forma de hacer paz, de hacer algo mejor quiso, y miró y miró." -Terminó robando y robando, sabiendo como todas las cartas convenientes le quedarían. Cada vez que robaba, mostraba su mano para confirmar, sonriendo casi victorioso, del todo.- "Al final, a un extraño evento del que nada y poco conocía llegó, a ciegas cual idiota se le enfrentó. En él a dos seres... A dos ángeles..." -Sollozó, ganándose entonces un jugoso dos de parte de Akemi, que le regaló una única carta útil capaz de hacerle perder o ganar todo. Un siete de corazón, como diciendo que la suerte y el amor podían estar juntos.- "...Y esos dos ángeles sentido le dieron a su vida entonces. Un poderoso rey demonio les separó, pero a su vez les unió... Y luego a..." -Se ahogó entonces, jugando el siete.- "A dicho poderoso ser de nuevo se encontró, enfrentándole una vez más, muriendo junto a él y con los ángeles hallándose a posterior."

Última carta del mazo entonces, sacándola. ¿Qué sería?

Un siete, uno de corazón, igual que el de Akemi. Ya lo sabía, pero se entrampó, no, lo entramparon sus amigos jugándole su juego... O al final él quiso jugar bien, tal cual, aún con su truco. O quizá, ante todo, era imposible predecir todos los resultados, no se podían ganar todos los juegos. Sus lágrimas llenaron su cara y mostró el siete. En teoría, no quedaba mazo, pero como perdía una carta de la mano, el juego terminaba. ¿Quién ganó de los tres que no fuese Takuro, el apostaperdedor?

Se puso a reír, a carcajadas, llorando.

- Obviamente que Kai iba a ganar, más cartas y todo, siempre dije que él era el más inteligente.

Derrotado, se echó entonces, buscando el alcohol o algo, o tomando sus cartas, el estuche, jugando con dichos infantilmente.

- No quiero irme. No quiero irme de aquí, de este mundo ideal, con ustedes, todos ustedes, con juegos, con paz, no quiero, me niego, pero... Kai, tú ganas, cabronazo, venga. Tu ley habla. Ya dejaré de ser infantil. Un poco.

Se calmó entonces, sonriendo, incluso a Kuroko, tal cual. Posiblemente ese había sido el mejor tiempo de su vida, recordando a sus padres, viejos amigos, personas que conoció en sus múltiples destinos, personas de pueblos, grupos, ciudades con las que jugó, que buscó conocer, y estos, sus seres celestiales con los que ahora compartía el vacío. Sonreía.

Sonreía en la nada, ante la nada, en un juego de cartas ya terminado tras la muerte.

Típico lunes de Nakamura Takuro.

- Apostaperdedor más bien. Pfft.

Sacó la lengua, bromeando al final.

Adelita esquivó mis zarpas por muy poco con ese salto... eso no hizo más que acrecentar mi sonrisa dentada. Había una chica pelivioleta que también trataba de atacar a la chica... pero no me interesaba. Solo tenía ojos para mi presa. Miré a la rama donde se había apoyado la pelirroja que seguía provocándome... pidiendo a gritos que "la probase". Sonreí con malicia -Presa Adelita... ser interesante... no aburrida...- dije riendo mientras adoptaba una posición erguida -Querer cazar presa... deber tomar serio situación...- dije concentrándome -Hybrid Gen...- fui diciendo mientras tensaba todos mis músculos... y volvía a apreciarse cambios en mi -¡Foxbear!- y con ese grito y una sonrisa desquiciada, totalmente de golpe sin ningún tipo de retorcimiento ni nada, cambié. Me hice más grande, rondando los dos metros y creciendo mi cuerpo en compensación. La ropa me quedaba aún más apretada. Y lo más importante: mis garras y mis colmillos fueron lo que más crecieron, asomando ahora más de mi boca mis incisivos superiores e inferiores y teniendo uñas afiladas más gruesas y largas. Si antes era intimidante... ahora infundía miedo.

Una vez preparada y sin dar tiempo a procesar la información de lo que había pasado, pegué un enorme salto en dirección a la rama donde descansaba la pelirroja, con la cara por delante -¡Probar ahora carne presa Adelita!- grité mientras saltaba y preparaba mis fauces para un brutal mordisco.

Jess fue el primero en atacar mientras que Nival bajaba del árbol dispuesto a correr tras Garou. Tardó poco en llegar a él, pero cuando llegó a su lado, ya todo había pasado y Adelita no estaba más ahí...

Jess había saltado con fuerza para golpearla, pero Adelita había saltado con fuerza para entonces quedar de pie en unas ramas cercanas. Mientras Jess seguía transformándose, esta le incitaba a pelear y perseguirla. Entonces, una abultada Jess, más grande, más rápida y más fuerte, saltó tras ella dando un fuerte zarpazo que destrozó el tronco... Solamente porque el violento salto de Adelita la alejó de las garras de la "niña", quien tenía una apariencia más de Zorro-Oso que de Niña...

Sin Adelita de por medio, las garras de Jess impactaron contra el tronco partiendo el árbol en dos con la potencia de su ataque, cayendo este, por donde Nival y Garou estaban.

Aurora, cegada por la furia corrió entre los árboles guiada por sus instintos salvajes, llegando entonces a donde Adelita caería, dándole dos fuertes zarpazos por la espalda antes que esta tocara el suelo

Adelita estaba consiguiendo esquivar a la niña-monstruo, lo que le daba placer, evidente placer. Con lo que no había contado, era con que también estaría ahí la señorita-gata. Todos son unos putos animales menos yo. Mientras la sangre bajaba, joder, veía como Jess se inflaba y se inflaba, como un... ¡puto globo!

Se creía capaz de mantener a raya a una de las dos, pero a las dos juntas... la sangre le hervía, su mente era una olla a presión. Tenía miedo. De morir. Estaba disfrutando. ¡TENGO QUE PENSAR JODER! Estaba claro que el tiempo que Adelita usaba gritando y vanagloriándose, las otras dos lo usaban para atacarla, cosa que, además de ser una forma aburridísima de usar el tiempo a ojos de Adeiita, hacía que tuviera que ¡PENSAR! primero en esquivar. A ese ritmo, la señorita-gata la desangraría mientras esquivaba a la grande.

La grande era un problema. Era demasiado fuerte y... grande. Le había dado dos golpes devastadores, y puedde que le llegara un tercero ahora que se había inflado... Y encima, Adelita seguía fiel a la idea de no atacar... pero algo debía hacerse... 

Fue entonces cuando recordó una cosa que dijo Akemi antes de morir: "si nos matas, también morirás tú". Como un flash de información, entendió la causalidad del hilo rojo, que llevaba a la casualidad de convertirla en triple asesina a ojos de esas dos: el daño que recibía uno, lo recibían los otros tres. Eso fue un suicidio joder...

De repente, se le iluminó la cabeza, pero no literalmente, si no metafóricamente, como decir que si su mente fuera una olla a presión, entonces justo en ese momento levantó la tapa para que se fuera todo el vapor asfixiante. Era algo arriesgado, pero ese era el tipo de algo que más le gustaba a nuestra heroica antiheroina. Venid a por mi si tenéis ovarios...

Su plan iba pasando por su mente en forma de imágenes ysonidos que saltaban como sapos, saltamontes y agujeros en el espacio-tiempo: esquivar el primer zarpazo de la niña-monstruo saltando... ¡hacia ella! De la misma forma en que había usado ¡Adelita se fue! para saltar hacia una rama, podía usar la técnica para saltar hacia el hombro de Jess, sin violar ninguna de sus restricciones. De la misma manera, nada le impedía esquivar un segundo ataque saltando hacia los hombros de Aurora, y el tercero volviendo hacia Jess... claro que entonces, la señorita-gata podría atacarle mientras estaba en el aire... a no ser que volara, cosa que Adelita sabía hacer. 

Y luego, huir, como no podía ser de otra manera, de un salto.

Aurora en su furia, no noto aquel árbol que se dirigía a sus compañeros – Rayos!! – Se maldijo Aurora por su error, Músculos-kun estaba sin los brazos, y parchecito no tenía un ojo!!, eso podía lastimarles! – Simon dice!, Aurora llega antes que el árbol que va a golpear a Nival y a Músculos-kun los lastime!, sácalos del camino! Aunque te de a ti!!! – en la desesperación por ver en peligro la vida de sus camaradas en algo donde una parte de culpa era de ella, Aurora dijo aquellas palabras que decía cuando se proponía a hacer algo, esas palabras que ella imponía para darse una orden cuando algo le daba miedo y no la dejaba avanzar, un juego tonto de niños que Charry le enseñó, pero que en ese momento le dieron una carga que Aurora no entendió y un collar de gato con un cascabel apareció en su cuello, sus ojos se nublaron por completo perdiendo todo el brillo, como si estuviera muerta y aceleró a una velocidad descomunal su mente estaba en blanco, aceleró de una forma que jamás había podido acelerar, levantando una nube de polvo.

Sin vacilas, su cuerpo se movió solo buscando a sus camaradas, a aquellas dos personas que debía salvar de aquel aterrador golpe que podría dejarlos mal heridos, si hacía falta, se comería el golpe, si llegaba, los agarraría del cuello de sus remeras y los subiría a un árbol, sentía que debía hacerlo, todo su cuerpo y voluntad se movían en esa dirección, quería hacerlo!! Quería salvarlos!! No quería que nadie mas muriera!! Su corazón gritaba eso!! No quería mas muertes!! – Por favor llega!! – gritaba su corazón en su mente, pero su rostro se mantenía estático, muerto…

Esta presa era ágil. Me había vuelto a esquivar, haciendo que ese árbol recibiera todo el impacto. No me gustaba fallar dos veces seguidas... pero esto estaba siendo divertido. Aterricé en el suelo y me giré a ver a la pelirroja, ignorando por completo a la chica que corría hacia el árbol caído y que había golpeado a mi presa -No ser presa... aún... poder ser siguiente- pensé al verla. Me daba igual que alguien atacase a mi presa... mientras no fuera ella quien la rematase y me quitase el privilegio.

Pero me volví a fijar en Adelita, riendo como una hiena -¿Garras chica violeta doler presa Adelita?- pregunté -Ser caricias comparado hacer una vez coger...- dije con una gran confianza en mi misma. Entonces, sin dialogar más, empecé a correr hacia ella. Esta vez no con toda la velocidad de antes... esta vez estaba más enfocada en golpearla que en mi velocidad. Si trataba de saltar de nuevo... esta vez la atraparía... y me encargaría de que no vuelva a saltar... ¿una presa se escapa de un cepo? No... y el bocado que le pegaría a su pierna sería su cepo... su satisfecho cepo de por fin "probarla" como bien sugería.

El juego se siguió desarrollando, las cartas fluían una a una, y en poco tiempo el mazo se acabó. Se podría decir que fue el último juego con Kairen?? Había ganado... Eso significaba una sola cosa... Debían volver... El azar así lo había querido, Kairen también... "no era su momento"

-De verdad te vas a comportar como un adulto?? Vaya Tako, me impresionas!- Dijo un poco burlón 

[color=#0489B1]-Oye Kai... De verdad tenemos que irnos??-[/color] Preguntó Akemi tomando tu mano con fuerza, como si no quisiera irse. Kuroko bajó la vista y suspiró con fuerza [color=#8904B1]-Oigan... Puedo pedirles... Algo??-[/color] Dijo entonces con algo de vergüenza quizás -No es necesario- Dijo Kairen -Tu también te vuelves- Soltó

Un silencio sepulcral apareció, casi era palpable... Los ojos de todos estaban clavados en Kairen esperando una explicación, y la dió, aunque tardó en salir, pero así lo hizo -Los tres están conectados, por ende, los tres volverán... Oye Kuroko, no vuelvas a matarlos!- Dijo entonces al vendado [color=#8904B1]-Sabes que no puedo controlar eso...-[/color] Dijo bajando su cabeza

Pasó un momento cuando entonces volvió a hablar, esta vez con una mirada decidida, estaba serio y toda sensación de tristeza había desaparecido de sus ojos. Se acercó a Nakamura y Akemi, y con una mano en el hombro de cada uno continuó hablando [color=#8904B1]-Entonces... Voy a pedirles algo más! Confíen en mí! Cuando volvamos... Ya no seré el mismo... Es algo que no puedo controlar... Pero... Confíen en mí! Se los pido-[/color] Y lejos de todo pronóstico, aquel loco de remate, aquel sádico, el vendado... Se arrodillo y agachó su cabeza en señal de súplica [color=#8904B1]-Sé que pido mucho... Pero es lo único que les pido... Por favor...-[/color] Soltó

Sentiste la mano de Akemi apretando a la tuya con fuerza. Estaba aterrada, ni ella debía saber por qué, pero cuando le tocó el hombro se asustó bastante. Kairen por su lado solo observaba la escena, ya que, tenía prohibido interferir en asuntos terrenales...

Nunca jamás. Nunca jamás quería perder el ideal que había alcanzado y encontrado ahora. Hacía falta la muerte para poder tener un mundo perfecto donde las personas pudiesen estar en paz, felices y jugando juegos por toda la eternidad. Y sin embargo, hizo acopio de su fuerza y tomó aire, calmándose.

- Nunca. Primero muerto, no, ni siquiera muerto.

Se rió al decir eso y se secó las lágrimas que tenía de antes tras devolverle la burla a Kairen. Sin embargo y por fin vino el asunto, el asunto que Kai estuvo insinuando desde el comienzo y que incluía ahora con Kuroko, sin embargo el mismo hacía saber que no podrían ser los mismos, de la forma que ahora, que volvería a intentar matarles, pero... ¿Pero qué? ¿Qué?

Al escuchar al vendado, al asesino, a quién le quitó a su amigo, a quién maltrató y humilló a su amada, a quién hizo todo lo que hizo, supo, sintió que algo había ahí, alguien, lo había visto. Y aún si todos se pasaron por el culo su historia, la contó, porque tenía que hacerlo, porque incluso este Rey Demonio podía mostrar algo más... Tenía que.

_{- Tú. Tú que me quitaste a mi amigo. Tú que humillaste a mi amada. Tú que hiciste todo lo que hiciste por reírte... Tú. Tú... Tú que me diste poder, lo que vine a buscar a esta prueba, tú, que últimamente me hiciste probarme a mí mismo. Tú... ¿Quieres perdón?}

Al ver ese dogeza casi perfecto casi con la frente en el piso pensó en pisarle el rostro o pegarle la pistola contra la sien hacia abajo o incluso con la mano, como si su cráneo fuese una bola deporitva, para que tocara el suelo y hacerlo rogar. Pero sentir con su otra mano la de Akemi, con miedo, y a su vez con amor y al ver a Kairen ahí, y ahora, le hizo suspirar. Tomando el pelo de Kuroko dando por segundos la idea de que iba a darle un maltrato bien bueno al estar este apegado a ellos... Pero lo levantó, nada más, soltándoselo y mirándole entonces.

- Algo hay ahí. Un ser vivo, un ser que amó, quiso, buscó o al menos, le importó. Alguien que perdió algo. Quise buscar una opción positiva antes cuando te alejé de todos. -Tomó aire.- ...Te encontraré, devolveré al Kuroko que conocí aquí allá al volver, lo lograré, y coño, te haré trabajarte tu alma para pagar por lo que le hiciste a Akemi y a Kai. Nos ayudarás tanto que te aburrirás. -Suspiró entonces, compasivo. Así era, un blanducho, porque los días con sus padres le hicieron alguien lleno de amor.- ...Algo haremos.

Miró a Kairen entonces.

- A este mundo le hace falta amor. -¿De quién citó eso? Sentía que de alguna fuerza misteriosa lo sacó entonces. Amor. Tal cual. No odio, no venganza, amor. Simple.- Por tí, por tu causa, y por la oportunidad que nos estás dando, mi sol personal, señor Ángel de las Almas, Kairen-sama.

Se rió burlesco, de nuevo usando términos de RPG's y nerdeces tales, poniéndose serio, "adulto" por una vez.

- Tenemos que hacer un plan, Akemi, Kuroko. No podemos contar esto. Necesitamos, primero, hacerlo ver como que "sobrevivimos", pretendí distraerte, Kuro, pero nos tiré una Save Hand en secreto y parecimos estar muertos, nos dejamos en "coma" o algo. -Rió entonces.- Y luego largarnos lejos. Algo haremos, contigo. -A Kuroko.- ...Y con nosotros. -Miró a Akemi, no solo por el asunto de ella misma con Takuro sino por su asunto personal con... Sí, con aquel niño Kuruta al que estaba buscando, que sabía en un 99.99% quién tenía que ser. ¿Quién más?.- Tenemos que alejarnos del Grupo B, algo haremos, algo lograremos.

Asintió entonces, mirando a Kairen, indicándole que estaba listo y rodeando a los dos seres por el hombro, mirando a su vez a su salvador a la cara, con un gesto sonriente, genuino, triste, pero ya no con lágrimas, infantil pero maduro, si eso se podía ser siquiera.

- Kai... Sé que no puedes darme pistas y un perdedor no puede exigir del que ganó, pero... -Suspiró.- Creo que ya sé quién es tu hermana. ¿Me la encontré, no? -No esperaba que respondiera, y ni con su habilidad para ver todo de otros y de las cosas, cada detalle por mínimo que fuese, pensaba que podría notarlo, aún si secretamente buscase hacer trampa.- Ya la he encontrado e incluso hablado con ella.

Sonrió de nuevo y sin más, esperó. ¿Cómo rayos enfrentarían al Kuroko loco o "484"? Algo haría. Algo había que hacerse para vencer al odio o al menos balancearlo, para propagar paz. Para darle el amor que al mundo le hacía tanto falta. Ya estaba listo.

- Ah. Sí. Gracias a todos por el juego. Lo necesitaba.

Cerró sus ojos entonces, para prepararse y abrirlos en la realidad al ocurrir aquel milagro.

Kuroko comenzó a llorar entonces tras las palabras de Nakamura y sin que el pelirrojo pudiera hacer algo, le abrazó. Fue un abrazo suave, calmado... El abrazo de un hombre lleno de felicidad, sea cual sea su historia... Sentiste como su mano bajó hasta tus nalgas y la metía en tu bolsillo trasero _{[color=#4B088A]-Shhh, no digas nada-[/color]} Te susurró en completo secretismo, solo para tí

Continuó entonces con un ​[color=#4B088A]-Gracias snif Muchas gracias!-[/color] 

Ni Akemi ni Kairen parecían haber visto lo que sea que Kuroko intentó hacer, sea lo que sea, lo que haya hecho, quedaba en tí denunciarlo

Nakamura podía ser super sentimental, débil, llorón y todo lo que fuese, pero algo no era, tonto, o al menos, poco atento.

Algo pasaba y algo había hecho Kuroko. Y una cosa era que le sobase el culo sin más pero otra era que le metiese la mano en el bolsillo. Algo estaba haciendo, y era algo relevante. Optó por confiar en él sin más y le abrazó de vuelta, palmeándole la espalda sin delalarte, dejando así que el subterfugio pasase. ¿Podía confiar en este monstruo? Kai de alguna forma respaldó el actuar de este hombre, este ser, tal cual, suficiente como para hacerle pensar que no era una trampa elaborada, pero sí un engaño necesario.

- Algo se hará. Tenemos que jugarla bien, Kuroko, Akemi. -Hablaba hacia los otros mientras mantenía el abrazo, por encima del hombro de Kuroko, que creía era tan alto como él.- Probablemente deberemos hacer todo en inmensa rapidez y precisión, ir a puro Zetsu, mover cosas aquí y allá, etc., y desvanecernos. Tenemos una sola chance, de paso.

¿Confiar o no? ¿Creer o no? ¿Apostarlo todo o jugar a la segura? Eso definía al ser humano, a la vida humana.

- Ya estoy listo.

Confió en él al final, un sujeto al que odiaba con todo su ser, pero si quería la compasión que buscaba pregonar y el amor que pretendía encontrar en el mundo, ese ideal de paz, entonces por ahí debía partir. Pensar que podía ser un aparente casanova sin control, honestamente, pensar que flirteó y pensó flirtear con la posible hermana de Kai y la persona que buscó y ahora recibir estas atenciones de su (posiblemente) antaño antagonista y nemesis.

Qué difícil era. Siempre lo era.

Tras separarse todos y despedirse, aún sin querer hacerlo, pero era mejor eso que irse sin despedidas, un halo de luz les envolvió a los tres en esta inmensa sala vacía... La imagen de Kairen poco a poco se empezó a difuminar, a desaparecer, y en última instancia, viste tras tu pregunta sobre su hermana, su rostro... Quizás era porque estaba algo difuminado, quizás era porque la luz te molestaba... Pero no lograste ver del todo sus facciones... Aún así, con tu aguda mirada, te pareció notar algo... Algo que a simple vista podría ser... Tristeza...

-Sabes que no puedo decirte nada, Tako...- Su voz se escuchaba de todos lados, mientras su cuerpo comenzaba a desaparecer por completo -Pero encontrarás la respuesta en el grupo...- En tu corazón, podías sentir que era una negativa, que te estaba queriendo decir "no..." aunque de una forma rebuscada...

La mano de Akemi te apretó con fuerza, una fuerza que incapaz de lastimarte, llegó a llamar tu atención [color=#084B8A]-Tako... Abrázame...-[/color] Dijo entonces... Tenía miedo, pero no de volver, no de Kuroko, sino de Kai... Miedo de olvidarlo, de olvidar estos bellos momentos vividos en este paraíso a medias, en este limbo existencial donde todo y nada existía al mismo tiempo... Era fascinante, pues, todo lo que quisieran, se materializaba por el poder de su mente, y allí estaban ustedes, con un mazo de cartas, una botella y un grupo de amigos... Qué más necesita un hombre para ser feliz qué eso??

La voz de Kairen les guió entonces, y parecieron caer desde las alturas hasta sus cuerpos, una vez más... Cayendo rápidamente en una caída vertiginosa y apresurada, una caída que les trajo de vuelta a sus cuerpos de forma violenta, abriendo los ojos como si se hubieran despertado al caer de la cama.

El golpe de Jess impactó en el tronco de árbol, partiendo a este a la mitad. Este caería sobre Nival y Garou, siendo quizás, capaces de esquivarlo, pero sin poder hacerlo del todo.

Aurora, en un impulso instintivo, gritó con fuerza y soltó todo su ser a una única tarea, la de salvar a sus amigos! Su voz se volvió monótona, sin variaciones, como un robot... Soltó un -Objetivo Adquirido- Se agachó como si estuviera acechando a una presa, y con una poderosa carrera desapareció de la espalda de Adelita.

Antes que incluso Jess pudiera comenzar sus reacciones, la chica de pelo rosa ya estaba junto los cadáveres de sus compañeros y el vendado, con Garou y Nival en sus brazos, cargándolos como si no pesaran nada.

-Objetivo Cumplido- Dijo entonces, antes que el collar se deshiciera en pequeñas partículas que el viento se llevó... El tronco cayó entonces al mismo tiempo que Aurora, quien ahora tenía los músculos acalambrados por la sobre exigencia...

Al disiparse la nube de polvo levantada por el tronco, Jess ya no estaba allí... Podían verlo correr tras Adelita entre los árboles, a punto de golpearla. Las piernas de Adelita presionaron con fuerza para saltar, al punto que la rama misma sucumbió ante el poder de sus piernas y se partió, dejándola libre para el impacto, impacto que llegó con fuerza, con un fuerte mordisco en el hombro de la pelirroja, quien ahora mismo, no podía escapar como solía hacerlo, saltando...

Con la gigantesca Jess mordiéndola, casi abarcando media espalda con sus poderosos dientes, uno podría pensar que la situación no sería capaz de empeorar para la pobre Adelita ni para el ya golpeado Grupo B... Pero no fué así...

Un Halo de luz violeta llegó entonces desde lejos, desde donde Aurora estaba junto a Garou y Nival... La luz salía de un cadáver... Kuroko... El poder de ese Nen era enorme, intenso, agresivo, al punto que tanto Aurora como Garou debieron usar TEN y aún así se sentían mal... Nival en cambio, estando desprotegido, recibió esa intensa Aura de lleno, sintiendo un extremo malestar al punto de comenzar a vomitar...

Las vendas le cubrieron de nuevo, y de entre los muertos, Kuroko... Se levantó... Su único ojo miraba con ira a los tres que tenía cerca, brillando con un maligno resplandor...

Así como el hilo del destino de Akemi puede atar personas para morir, mismo puede atarlas para la vida, habiéndose demostrado cuando Nakamura curó a los dos bandidos por medio de Akemi y su extraño hilo rojo...

Al levantarse Kuroko, podían ver que los hilos que le unieron a Akemi y Nakamura, seguían ahí... Una mirada rápida y allí estaban sentados, los dos... Nakamura se sentó antes, y luego Akemi...

El panorama no era del todo claro... Aurora estaba sentada a un lado suyo, con Garou y Nival... Ambos en TEN, Garou con brazos de fideo y Nival vomitando... Por qué?? Por la intensa Aura que emitía Kuroko, quien al despertar de su letargo, solo desprendía hostilidad. La palabra "Muerte" daba vueltas por toda su Aura...

A lo lejos, Wade y Ravenant estaban ocultos en diferentes árboles, y una enorme mujer/oso/zorro, peleaba contra Adelita... Sus fauces le aprisionaban, impidiéndole escapar...

En mitad del terreno, medio árbol tirado, habiendo caído de quién sabe dónde y por qué... En todo este latente caos, confundido y mareado, Nakamura despertó. Estaba cubierto por un poco de tierra, tierra que Garou le echó para enterrarlo, un entierro que se vio interrumpido por la imperiosa necesidad de matar de Jess y que hubiera sido más fácil cumplir con sus manos y no con su boca...

[color=#210B61]-HIJOS DE PUTA!!! VOY A MATARLOS!! A TODOS!! LO JURO!!-[/color] La voz del vendado resonaba por el bosque mientras su Aura violeta se arremolinaba con hostilidad...

[color=#0B3861]-Tako! Qué está pasando?!-[/color] Preguntó Akemi confundida, mareada, sin entender del todo lo que sucedía... El hilo rojo seguía allí... Quizás se había debilitado y perdido color tras la muerte de todos, pero ahora mismo, con tanta intensidad de auras y emociones, parecía brillar....

Un recuerdo fugaz pasó por la mente de Nakamura... Casi como si hubiera sido un sueño, pudo ver la cara de Kairen... Recordó a Kuroko decirle algo y... EL BOLSILLO! Definitivamente tenía que probar...

Permanecía analítico ensimismado en el árbol, cualquier refugio contra esa bestia sonaba agradable. Pero abajo se desataba el infierno en tierra, y no había mucha manera de mantener la situación segura, y un disparo no parecía afectar demasiado a la situación. Quizá podría retener a la bestia liberada, pero... 

Lo que me faltaba otro, psicótico despierto... 

Suspiro pesadamente mientras canalizo de nuevo el arma, un tiro especial no sería realmente impactante y más con la complicada situación, pero... ¡qué terrible es la vida a veces! Vuelvo a exhalar una bocanada de aire cargado de cansancio, a pesar de estar en riesgo los huesos me dolían como un demonio. 

-Salvarles el culo desde las sombras... 

En declaración de guerra, recargo la sed de pólvora de mi arma. Otro tiro certero tendría que ser, pero... ¿a quién? ¿Al vendado con el Ten de una muralla, o al titán de músculos? Daba un poco igual, porque.. 

-¡Traten de debilitarlos! Si pueden herirlos lo suficiente, puedo dejarlos inmovilizados por un buen rato-Vociferé desde mi nido de hojas, sosteniendo el cañón con vista hacia el que, bajo mi punto de vista, sería más riesgoso, el maldito vendado- Y aquí vamos de nuevo, Gunpowder... -Pronuncio solemne antes de disparar-¡Huntress Lady! 

Sería mi querer, un disparo directo en el rostro, ardiente y vengativo. La misión era desgastarlo ahora, quebrar sus terribles defensas hasta que tuviera que abrazar al fuego de la pólvora. 

Al revisar su bolsillo, encontró una carta... Un comodín... Está escrito con un fibrón negro... Allí dice "Alterados"... Sea lo que sea la letra no es la letra de Nakamura..

Súbitamente, flashes y recuerdos llegaron a su cabeza haciéndole sentir una leve punzada, y recordó... Recordó TODO! todo lo que vivió allí con Kairen, con Akemi, con Kuroko... Las bromas, las cartas, la bebida...