Partida Rol por web

_{- Quisiera tener un hijo o hija contigo, Akemi. No ahora, pero sí después, si sobrevivimos, ambos. Si es niño, pongámosle Kai. Si es niña...} -Pensó en un nombre conjunto entre el suyo propio y el de Akemi. ¿Cómo sería? Pensó en los kanjis y calculó. Ah, lo tenía.- _Akane.

Sonrió entonces y besó a su amada, tal cual, en la frente. Era extraño, lo de ellos era amistad, pero amor, pero platónico pero romántico, pero apasionado pero puro pero... Ah, joder. Paradojas de la humanidad, tal cual. Sus Manos del Juego tenían la ventaja solo porque se las había jugado a esos dos desde antes, y sí, admitía que la cagó con Jess, pero Jess podía aprender un poco de algo, joder.

Por otra parte, tenía listo "[]" de "Enroque Defensivo" para cualquiera/todo posible ataque enemigo una vez por situación en caso de que Gin hiciese alguna mariconada como sacar a Hades o quién sabe qué. Sí, confiaba en su grupo pero no era tonto, y como tenía a Akemi sutilmente echada encima y entre cariños la había sentado encima (en una pose, admitámoslo, algo sugerente, donde la podía casi sentir por completo como mujer sobre él, si bien manteniendo su cara de póker cabrón ante los demás), podría teleportarla con él en el instante en que Gin y/o Jess viniesen con mierdas.

Ah, la vida del jugador.

Me acerco a mirar lo que ha sucedido, simplemente porque la niña esa se ve extraña y prefiero que no maten a Nakamura tan rápido, cuando me encuentro con la bonita escena, ante la que ni siquiera mudo el gesto. No me genera ninguna reflexión ni nada semejante, pues me importa tan poco como todo lo demás una vez visto que no hay conflicto. No obstante, ver a la niña retorciéndose en el suelo mientras algunas de sus partes se transforman hace que saque la espada con una calma que deja claro que no me voy a arrojar sobre ella.

- ¿Podéis controlarla? -digo sin tono alguno casi a la vez que el pelirrojo comienza a hablar.

Centrado en la niña, le presto poca atención aunque sus palabras no terminan de encajar bien en mi cabeza. ¿Evitar un despertar doloroso? Bueno, a lo sumo una parte del dolor. Tampoco es como si hubiese comentado esa decisión con nadie. Pienso ante sus palabras. El "cabrón" del final me trae a la mente la broma que le gastamos en su momento, cuando aún las cosas no eran tan sumamente oscuras, al menos para mí, pero la verdad es que con su forma de actuar no sé qué clase de reacción espera, especialmente con su "advertencia". Como si haberme apuntado con el dardo cargado de Nen por asumir que yo era el que estaba actuando mal hubiese sido un chiste y no una amenaza.

No solo eso, sino que al poco empieza a desplegar manos verdes y rojas a mi alrededor, lanzándome tres preguntas e interfiriendo mis movimientos para que no me lanzase a por ellos mientras hacía algo semejante con la niña, aunque solo para calmarla. Trato de resistirme, pero las manos me guían hacia la respuesta de las preguntas casi sin alternativa.

- Desconocía a la Luna Negra antes de venir, han secuestrado y quizás matado a mi único amigo, y voy a hacer que lo paguen con sus vidas. -digo en primer lugar, centrándome primero en las preguntas que ha hecho sobre mí para ganar tiempo- Mi intención es sacar de Nero allí, o vengarme, o ambas, y a corto plazo ver si entiendo por qué la que era mi amiga ha condenado con sus actos, al parecer, a muerte o algo peor a mi único amigo. -prosigo, pues aunque no me apetece hablar, más que el hecho de no querer contarlo, no parece que tenga gran alternativa. Aunque todas las preguntas tienen fallos, respondo a las dos primeras sin falla, aunque la tercera...- Y mi compañera... -alzo la espada ligeramente, tras lo que añado- Esta es la única que actualmente reconozco como tal. Es de acero, diecisiete centímetros de guarda, treinta de empuñadura, ciento doce de hoja en siete segmentos, pomo liso, una pequeña palanca entre guarda y empuñadura que libera la cadena interna de la hoja, haciendo que se separe comenzando por la punta. Desconozco quién la forjó, pero me fue legada hace menos de un año por alguien que se hace llamar Yamada. -concluyo la explicación.

Si me han molestado las preguntas o algo más de lo que ha dicho o hecho, mi rostro no lo refleja. Vuelvo a largarme envainando la espada con el mismo gesto de desinterés pero añadiendo:

- Vuelve a hacerlo y serás tú quien sufra lo que tengo pensado, aunque nos condene a todos. Se te da mejor forzar a los demás a hablar y amenazar que fijarte en las cosas, parece. -el tono es audible a pesar de que me vaya alejando poco a poco- Y si arruináis un plan y 484 os mata, no digáis que no lo advertí. -concluyo antes de largarme finalmente.

A fin de cuentas, ¿qué importa? Honestamente, estoy harto de todo en este lugar y su gente, solo me dan ganas de quemar la isla entera.

¿Porque... nunca huye nadie cuando lo pido?- fue lo último que conseguí pensar después de conseguir ver que pasaba desde el suelo y la transformación ocurría, pese al intento de Nakamura de frenarlo -¡Ahhhh!- grite de dolor con el tono de voz cambiado. El proceso ya era conocido por el grupo B... pero para los que no lo hubiesen visto, esto sería lo que verían. Jess comenzaría a retorcerse en el suelo como si sus músculos fueran independientes unos de los otros. Entonces, mi cuerpo, acorde a como me retorcía... comenzaba a cambiar; pese a las manos que Nakamura dispuso para ello. Primero, fue simplemente el pelo, el cual comenzó a crecer quedándome una larga coleta. Luego... mis brazos, desarrollándose más y más hasta aparentar ser los de un adulto, al igual que mis dedos, que además portaban unas garras más afiladas que las que siempre mostré. Mis piernas lo continuaron... primero una... luego la otra... ambas crecieron y se muscularon mientras yo temblaba y me retorcía soportando el dolor que me producía y me quedaba a cuatro patas. De mi cabeza, surgieron... dos orejas, asomando por mi cabellera como si fueran las de un zorro. Al igual que en mi espalda, al final de la columna vertebral, surgiendo una peluda cola del mismo color de mi pelo con la punta blanca. Mi torso... también se desarrolló. Se fibró, y desarrollaron dos atributos... que acabaron por desvelar mi género aunque yo lo desconociera. Y mi rostro aniñado, después de retorcerse y poner muecas, también adoptaba nuevas facciones... y asomaban nuevos colmillos y dientes afilados de mi boca.

Así pues, hubo un momento en el que todo el proceso se detuvo... Y poco a poco me fui incorporando, con la apariencia de una mujer adulta, de metro ochenta, fibrosa y musculada, con fuertes piernas, la ropa bastante apretada, rasgos animales como cola y orejas sobre la cabeza, y pelo largo recogido por una larga coleta y que le tapaba un lado de la cara; y obviamente sin esa personalidad aniñada de antes. Pero había algo raro en esa mujer que era Jess ahora. Con sus ojos rojos y negros, observó su alrededor con una expresión... extrañada. No empezó a lanzarse contra todo ser vivo como hizo la primera vez. Parecía... confundida pero calmada -¿Que... ocurrir aquí?- preguntó con voz madura, mientras miraba sus propias manos abriendo y cerrandolas. Algo iba mal -Estar aquí... ¿donde... estar presa? No sentir... ganas matar- preguntaba a si misma. Estaba calmada, sin rabia ni sed de sangre ninguna... estado que jamás había experimentado antes -Volver preguntar vosotros responder... ¿Que... ocurrir aquí? ¿Porque estar aquí?- preguntó a todos los presentes... ¿que hacía aquí? ¡¿QUE HACÍA AQUÍ SI NO TENGO GANAS DE MATAR A NADIE?!.

Juan llego donde se encontraba Balder y la demas gente, los cuales se encontraba hablando de diversas temas,algunos importantes, otros no tanto. Juan podia ver que era un grupo de lo mas disparejo entre si, yukako la pacifista,natsuki la quesuda del pelo rojo y balder el timido que le da igual todo, pese a todo no parecia verse como tan malas personas, si no como almas en penas que se encontraron con una fuerte maldicion Nen en su vida.

-Hola,soy Juan un gusto.

Le dijo a balder y yukako, queria iniciar una conversacion con ellos para relacionarse con ellos y asi ganar confianza.

-¿Ninguno estan heridos ? puedo sanarlo con mi nen.

Aurora se paró de un salto sin mediar muchas palabras, por alguna razón sentía lo que estaba por pasar y no le parecía divertido, por lo que ir a pasear podría ser lo mas divertido..., además, el hambre golpearía dentro de poco, observó los alrededores y optó por ir a dar una vuelta por la isla, tenía mejor pinta que quedarse a ver a nenes pelear...

Aurora entonces emprendió camino luego de observar los lugares y cantar una canción típica infantil para decidir el lado al que iría, señaló un camino y paso a paso avanzó por ese lado a ver que encontraba..

Akemi parece triste pero me alegra saber que está feliz de verme. Le sonrío mientras me presenta a la chica galletas, quien se llama Aurora. Le sonrío también y levanto la mano para saludarla cuando un fuerte sonido nos deja sordos un momento. Es la chica gritona y Nakamura, que parecen estar bien.

No alcanzo a decir nada cuando la niña extraña que se hace llamar Jess se lleva a Nakamura y a Akemi para que hablen en privado. Me pongo de pie de un salto pues no me gusta como los trata pero, al ver que Akemi no opone resistencia, tuerzo el gesto y me quedo esperando.

Todo el mundo se pone a hablar de cosas hasta que se acerca un extraño hombre con gafas en sus ojos y me habla, a quien respondo de inmediato:

 - "¿Quién eres tú y como sabes mi nombre?"

Me gusta tener un nombre y que la gente lo sepa pero a ese tipo no lo había visto nunca y no sé como se lo aprendió. Algo me parece extraño en él y me gustaría saber de donde sabe quien soy.

Pero un grito suena y corro a ver qué sucede. Veo que Akemi discute con Nakamura y lo golpea pero lo que más me extraña es la transformación que parece estar sufriendo Jess.

El resto no parece prestarle demasiada atención y Ginnei se mete en la discusión, donde de alguna forma le obliga Nakamura a hablar. Supongo que es parte de su técnica, mientras que como le dijo cosas a Jess, esta se calma. Cambia a una mujer de tamaño adulta con partes de gato pero no parece saber nada.

Me quedo en silencio, a la espera de ver qué sucede mientras no quito los ojos de Jess, quien se ve mucho más amenazadora de lo que debería ser.

El viento ondeaba de una manera extraña, el clima se sentía más cargado de hierro y sangre que los días pasados y el hedor a explosión inminente se hacía sentir entre toda la congregación, unos cuantos bastardos reunidos a la fuerza por un poder mayor, víctimas voluntarias de una conspiración paranoica que bien podría ser todo una broma de un gusto terrible orquestada por un desquiciado maestro, o todo el intrincado complot que se armaba conforme se nos desvelaba era una realidad que dependía únicamente de nosotros, gente sin experiencia apenas con aquel poder, enfrentándose a la experiencia letal que seguramente traerían nuestros captores, ¿qué seríamos nosotros más que simples testigos de los que deshacerse? Era ya un milagro que siguiéramos con las venas intactas y la mente sin ofuscar por el temor, parte del instinto de supervivencia innato, o talvez que la experiencia acechante nos mantuviese con vida a la fuerza, sea por el miedo al más allá o por proteger algo que sobrepasaba la simple mortalidad, así como la razón que había encontrado yo para seguir derramando sangre, esta vez contando cada vida arrebatada como un paso hacia un ideal de ensueño.

-Nisiquiera sé si soy digno de merecer tanto...

La corriente del viento ondeaba ligeramente los bordados del abrigo sucio que llevaba, signo de una bandera infame que portaba con orgullo, impregnada de la sangre que ha salpicado cada bala, la pólvora residual que salta del arma cada vez que la enfundo, las lágrimas internas de alguien que no quería enfrentar a sus demonios. Solo pensaba vagamente en la forma de mi arma, una preciosa .55 de cañón ampliado, ¿pero qué importaban los detalles? El cargador expandido, las balas reforzadas, la mira nocturna, todo se reducía a nada cuando jalabas el gatillo, cuando el resorte golpeaba el casco trasero de la bala, cuando se dirigía como depredadora en busca de su presa, todo se reducía a un momento de confrontación con el cráneo y tus deseos de conservar la miserable vida que cargabas. Y si sobrevivías, habrías arrebatado una vida más o saldrías corriendo a refugiarte de la siguiente ronda, eso era el reflejo de la vida, la bala. Mi querida dama de pólvora era más bien mundana, arrastrada entre el fango parecía su mandíbula metálica, forcejeaba el resorte y se atascaba si no la tratabas como una dama entrando a una masacre en la corte del rey.

Todo lo que ocurría a mi alrededor era una metáfora de la historia de la bala, todo lo que ocurriría sería una futura parábola sobre la bala, y cuando estuviese muerto y esparciera entre boca y boca mi vida y su desamparado y amargo final, sería acabándola con la bala atravesando a alguien. No había más, almenos no para mí además de confiarle el destino a la combustión interna del casquillo de pólvora.

-¿Por qué carajo me hablas como si fuera un perro?- se quejó Mugen con la chica extraña- Tranquila, no vengo a buscar problemas, sólo quiero descansar un poco.

Cuando estaba escondido creyó escuchar más voces, por un momento pensó que era de la mafia, pero al ver a la pelirroja se le despejaron las dudas, se veía algo caprichosa por el berrinche que parecía estar haciendo, por lo que no hubiese podido llevarse bien con una chica más caprichosa como era Hime. El malandra guardó su espada y caminó hacia la chica, sacó de su bolso una cantimplora y comenzó a tomar agua, se apoyó contra un árbol mirando hacia la dirección por la que había venido como si esperase que Jaime apareciera persiguiéndolo.

-No vengo a buscar pelea, sólo necesito descansar un poco, ¿no te molesta, no? Y si de casualidad sabés algo de enfermería te lo agradecería. Por cierto, soy Mugen- le dijo en un tono inusualmente amable para el espadachín.

A Adelita le gustóque el tipo le dijera lo que no le gustaba. Por otro lado, ya le había dicho que estaba de mal humor, así que le molestó que no entendiera que ¡ya te dije que estoy de mal humor joder! Además estabas ahí escondidito y asustadito, como un perrito callejerito al que adoptas por lastimita... La caracola en la mano bajó hasta la altura de su cintura. ¡ERA UNA IMAGEN BONITA A SU MANERA! Yo tampoco busco problemas. La caracola volvió a la oreja.

La pelirroja se fijó en las pintas de pordiosero de Mugen. Ese estilo no ayudaba a Adelita a dejar de verlo como un perrito con ojos lastimosos. Parecía honesto, claro que no me molesta. Y si me molestara ¿qué? ¿¡No descansarías solo porque me molesta? ¡ESO ES ESTUPIDEZ! La pregunta sobre si sabía algo de enfermería provocó que Adelita ¡HAhahaHAhaHAha! Se había doblado tanto de la risa, que literalmente se había doblado hasta que la caracola y la mano libre se apoyaron en sus rodillas. Se volvió a incorporar, a poner la caracola en la oreja, y parecía que iba a decir algo, pero entonces se imaginó a ella misma ejerciendo de enfermera y Ppffffff ¡HAhahaHAhaHAha! Ay... que risa.

Entonces vino uno de los momentos más importantes de la escena. El momento en el que ¡SOY ADELITA! Yo no sé curar a nadie, pero por allí - señaló el camino por el que había venido - hay más gente, sé que hay como mínimo 2 que saben curar. Guardó la caracola, dejándola pegada a su cintura con la presión de la cuerda que aguantaba la funda de su espada. ¡ME FUI PORQUE ME INFLABAN LOS OVARIOS! Pero pensaba volver, cuando se me pase un poco.

Entonces caminó hasta el árbol más cercano, y se puso a treparlo. Siguió hablando mientras se perdía entre las hojas. Nos juntamos... porque... se ve que el examen este... es porque quieren hacer experimentos genéticos con nosotros... ¿¡FUERTE, NO!? Y... estábamos planeando matar... a la mafia y a los examinadores... y supongo que a los altos cargos de la asociación de cazadores... rompí mi placa... me peleé con un tipo para enseñarle lo que es el autoamor para que... pueda dejar su machismo atrás... ¡SOY ADELITA! Ya llevaba una buena altura, y de repente dejó el cuerpo muerto, y se dejó caer con los ojos cerrados.

Aproximadamente a un metro del suelo, los abrió, su cuerpo dio un giro, y ya estaba poderosamente incorporada sobre las dos patas. Parecía bastante más tranquila. La caracola volvió a su oreja. Todavía no tenemos nombre... ¿Te quieres unir?

-Matar la mafia y la Asociación? Jajaja- la risa fue tan estruendosa como en la cueva, las coincidencias se hacían cada vez más espléndidas-Apenas te conozco y ya me caes bien, aunque seas un tanto rara y estruendosa. Mugen se recompuso del árbol y se acercó a la chica -Acabo de declararle la guerra a la jefa de Luna Negra y a su guardaespaldas maricón, así que claro que me uniré.

Mugen notó mejor a la chica, las volteretas y giros en el aire hicieron que pueda ver mejor su figura y curvas. Aunque no tenía tantas tetas como la difunta rubia, tenía lo suyo, así que un poco de baba cayó de su boca, a lo que limpió rápidamente.

Adelita gozó de la risa de Mugen, porque reír es algo que hace la gente viva. Consciente de ese hecho, rió con él. ¡HA! ¡hahaha! ¡HA! Además, era la primera vez en toda la prueba que alguien le decía que le caía bien, hecho que también era ¡hahaha! Además, eso de haberle declarado la guerra a la jefa de la Luna Negra y a su guardaespaldas maricón ¡Ese es el tipo de acto simbólico que les digo que tenemos que hacer joder! Se tiraba de los pelos con la mano libre, y la de la caracola los acariciaba frenéticamente, como si quisiera hacer fuego. ¡Llevo diciéndolo DESDE QUE EMPEZÓ ESA PUTA REUNIÓN DE MIERDA! ¡Y NO ME HACEN CASO! ¿Puedes creer? ¡hahahaha! ¡TÚ TAMBIÉN ME CAES BIEN! Y no solo eso, ya con los pelos quietos, aunque visiblemente despeinados, y la caracola en la oreja: Justo antes decíamos que queríamos encontrar a esos dos para matarlos, seguro tendrás información que te hará un miembro respetable de la comunidad.

Entonces Adelita se fijó en como la estaba mirando Mugen. ¡El perro baboso le estaba mirando el cuerpo! ¡Sin avisar! Sin pensárselo dos veces, RRRR, levantó el puño, y saltó. Saltó a una velocidad casi supersónica, salió disparada como un colibrí con armadura saldría disparado por un cañón, salió disparada como la mismísima materia salió disparada en el big bang, salió disparada como EL PEDO DE DIOS en dirección a Mugen, puño en alto y cara seria. Frenó en seco, levantando polvo con el impacto de sus pies contra la Tierra, que salió herida con dos huecos para el comfort y comodidad de Adelita. Su cara estaba muy cerca de la de Mugen, tanto, que lo único que podría ver él de este bello mundo sería la cara de Adelita con una mueca asimétrica y su cicatriz de mejilla a mejilla. ¡Perro machista! ¡FEO! Si me vuelves a mirar así sin que te lo pida, te doy. ¡CONTRÓLATE! ¡A VECES ME GUSTA QUE BABEEN POR MÍ! ¡ASÍ QUE AGUÁNTATE LAS GANAS PARA CUANDO TE LO PIDA JODER! ¡CUANDO TE DIGA "Mugen, Ahora" ES QUE TE ESTOY DICIENDO QUE PUEDES MIRARME ASÍ! Adelita bajó el puño, volvió a llevar la caracola a su oído, y se separó. ¿Quedó claro, perro? 

Añadió: Bueeeeno, vamos, que eres buena gente y el resto también querrá conocerte. Es hacia allí - señaló el camino - ves delante mío, voy a mirarte el culo y a juzgarlo y valorarlo.

-QUIÉN PUTA ES ESTE FRIKI?!- Soltó Natsume al escucharte -Quién te dijo que podías acercarte puto friki de mierda, voy a quemarte hasta que tus cenizas se consuman!- Dijo mientras sus manos se encendían en llama.

Su hermana mayor, Yuki, la chica de Hielo, soltó un -Natsume!- Con cierta timidez mientras le tironeaba la ropa. 

Las llamas de Natsume comenzaron a bajar, sin embargo, lejos de calmarse, dio un salto y soltó un coscorrón en la cabeza de su hermana mayor, quien se llevó las manos a la cabeza en señal de dolor -Uf! Sabes que me molesta que me frenes cuando voy a incinerar a la gente!- Soltó malhumorada, mientras Yuki soltaba un -E-Eres mala!- Con ojos vidriosos.

Balder soltó una risilla ante el espectáculo, por lo que Natsume enojada le soltó una bola de fuego a Balder, la cual estalló con fuerza provocando una fuerte explosión en la zona. Yuki se protegió con su fuerte TEN y su helada coraza, mientras que Juan y la misma Natsume fueron empujados unos pasos hacia atrás por la fuerza de la explosión.

Al desaparecer el humo, el árbol dónde estaba Balder apoyado se había partido, y aquel con cara pintada yacía en el piso humeando.

-QUE TE CALLES!! PUTO PAYASO!!- Soltó enojada Natsume.

Por primera vez, Yuki, se paró frente a su hermana pequeña y le arreó una bofetada. Natsume quedó perpleja al recibir la cachetada de su hermana mayor, quien siempre era buena con ella -Basta! Pudiste haberlo matado! Contrólate Natsume, ya no eres una niña pequeñita!!- Soltó temblando y más llorando que regañándola, para luego girarse a Juan y decirle -Puedes tratarlo??- Mientras Natsume se quedaba estática tocándose el cachete donde su hermana le había dado la cachetada.

Una fuerte explosión, seguida de mucho humo llega desde la zona donde todos estaban reunidos, al parecer estaban bajo ataque o algo parecido.

En un instante y sin que Mugen se diera cuenta, lo siguiente que vio fue el puño de Adelita a centímetros de su cara y un ventarrón que tiró sus pelos hacia atrás con algo de tierra levantada que cubrió su boca abierta, sorprendida por la acción de la chica. De más cerca pudo ver una cicatriz en su cara, junto al extraño poderío que demostró casi golpeándolo hizo notar que ella realmente sabía pelear. Sus glándulas salivales comenzaron a trabajar horas extras y a toda su capacidad.

-Jajaja, todavía seguis tratándome como un animal- rió frente a las advertencias de Adelita mientras gotas de saliva volaban por los aires. Sacudió su cabeza como para tratar de quitarse el polvo y volver a peinarse de forma "despeinada", eso hizo que pareciera más un perro sacudiendo y tirando su baba por todos lados, lo que le daba más razón a la pelirroja para seguir llamándolo así -Sólo seguís insistiendo con perro esto y perro aquello, jaja, no entiendo bien el por que tus reacciones pero me gustan. Y qué es esa caracola que tanto escuchas?

El espadachín comenzó su andar hacia el lugar indicado, en la posición que estaba no tenía muchas opciones y sólo debía confiar en que no lo atacarían por la espalda.-Bien, lo haremos a tu modo, espero que tus compañeros sean tan divertidos como vos. Y si querés ver mi culo, adelante, no es tan lindo como el tuyo pero podés disfrutarlo, jaja.

Aurora se estaba alejando de todos, ya que estaba algo cansada de las batallas. Pasó un tiempo largo en dónde no se sabía bien dónde estaba, pues, ya había olvidado un poco qué estaba haciendo allí. Llegó entonces a una zona boscosa donde poco a poco comenzó a escuchar sonidos... 

Siguiendo la linea que la caracterizaba, la curiosidad y despreocupación, continuó camino hasta encontrarse con quienes originaban los sonidos. Ya no recordaba las enseñanzas de la gente del circo, pero su cuerpo sí, por lo que llegó hasta una distancia segura y a escondidas desde unos arbustos cercanos observó.

Eran siete personas. Más bien, parecían seis, intimidando a una sola. Dos de esas seis personas, desprendían un halo blanquecino de su cuerpo... En sus manos, un tatuaje de una luna negra en fase menguante, llenos de estrellas subiendo por su brazo.

La reacción del perro fue bastante más decente que la de muchos hombres. Ni que ser un perro fuese algo malo joder. La caracola - le dio dos golpecitos con una uña - me la dio un amigo que se llama Juan, es un rapero estereotipado. Dentro de ella se oye un mar falso. Odio el silencio, así que la escucho para escuchar algo. ¡SIN ELLA GRITO MUCHÍSIMO MÁS! 

Adelita miró pasar a Mugen, y, efectivamente, le miró el culo, con la caracola en la oreja. ¡Claro que no es tan bonito como el mío! ¡Porque el mío es el de ADELITA! La verdad es que lo tienes un poco asimétrico... pero tampoco es buena demasiada simetría bilateral... le doy... un 13 sobre 17. Podría estar mejor, pero no está mal. 

Cuando acabó de mirar, dio tres saltitos para ponerse al lado de Mugen, y se oyó aquella explosión. Es ahí donde se ve el humo. ¿Por qué hacen las cosas divertidas sin nosotros joder?

En medio del caos reinante en el área, un extraño portal se abrió dejando ver a dos personas que salían del mismo. La primera era Kuroko, seguida de Phryne, quien no tenía tan buena cara.

Kuroko parecía pensativo, en cierto modo radiante. Al salir inspiró hondo y soltó un -Ya volví... Qué me perdí?!- Mientras miraba a los alrededores.

Las personas estaban todas desperdigadas por la zona, Jess transformada, Nakamura rodeado de manos con Akemi encima, faltaba mucha gente, y del otro lado estaban Yuki sentada junto al humeante cuerpo de Balder mientras parecía que hace poco, algo o alguien provocó una explosión tumbando un árbol en el proceso.

Su felicidad se vió completamente mermada por la visión, por lo que suspiró con pesadez para terminar frotándose el entrecejo. -Tiene que ser una puta broma...- Soltó por lo bajo.