Partida Rol por web

- Hey! - Saludo levantando la mano a Saki en un susurro que roza lo correcto dentro de la biblioteca. 

- ¿Interrumpo algo? - Digo mirando a los ojos a Tsukihime

- En absoluto. Toda vuestra. He hablado todo lo que tenía que hablar con ella.

Entonces Tsukihime se va hacia la puerta de la biblioteca para marcharse. Justo antes de salir, dice:

- Podríais tomar ejemplo de ella.

Y se marcha por la puerta sin decir nada más.

Saki se queda mirando como Tsukihime se marcha por la puerta, con expresión preocupada. Se ha quedado con las ganas de hablar, pero ya ha perdido la oportunidad. En parte se alegra de librarse de ella pero sabe que aquella visita no iba a ser la última. 

Después mira a Lylia y los demás... ¿Su salvación o una prolongación de su tortura? No le cabia duda de que ahora iban a comenzar a interrogarla. Ella ya estaba harta hoy de interrogatorios y de verdades a la cara. Necesitaba tiempo para pensar, no tener siempre detrás a alguien que indague sobre ella. 

Saki miró como Tsukihime se marchaba con expresión ausente. Después miró al grupo con tristeza y mirando a la mesa dijo. 

- Supongo que ya no tengo nada que contaros. - Y antes de que pudieran intervenir levanta la vista y mira a Lylia. - Me gustaría no hablar del tema, de momento... Necesito tiempo para pensar. 

Miro a Saki con un poco de preocupación pero acabo diciendo. 

- Okay... Por favor llamame cuando cuando quieras hablar. 

Me giro, miro a Akito y Kyoya. Me voy lentamente de nuevo a la sala de estudio para recoger las cosas. 

Saki mira entristecida como se aleja Lylia. Se siente culpable por haber sido tan directa pero en el fondo sabe que ha hecho lo mejor. Si Lylia hubiese querido indagar en su arcano, ella habría reaccionado de forma agresiva. No estaba en un momento ideal para interactuar con la gente. 

Una vez que Lylia haya entrado en la sala de estudio ella se volverá a sentar en la silla y intentará aparenterar que hace algo.

Después de marcharse Lylia, Saki vuelve a su puesto de trabajo.

Lylia, Kyoya y Akito vuelven a estar juntos en la sala de estudio, pero el ambiente ya no es el mismo. No hay ánimos de estudiar, ni de leer en general. La visión de Saki en ese estado de humor era un recuerdo fuerte que quedaba grabado en la mente, y por poco que se la conozca, comprendéis en parte sus sentimientos. De hecho estáis en una posición parecida.

Después de una improductiva hora de intento de trabajo, la biblioteca está a punto de cerrar y os termináis marchando.

Mientras Saki piensa en sus cosas, el tiempo pasa. En una hora, la poca gente que quedaba en la biblioteca (incluidos Lylia, Akito y Kyoya) se marchan, y quedan Saki y su jefa recogiendo unos libros.

Unos minutos después, termináis y puedes marcharte a casa.

Miro a Lylia y le pregunto

- ¿Tal vez deberíamos acompañar a Saki a su casa aunque sea? Al menos una parte del camino...

- Dejemosla pensar, su arcano ya se ha ido por lo que espero que por hoy ya no pase nada más... - Lo digo casi temblando por la idea de que me esté equivocando. 

Digo con ojos cansados. - Hoy ha sido un día eterno... será mejor que volvamos a casa antes de que nuestros arcanos nos ataquen. - 

Tal como propone Lylia, no esperáis a Saki y le dejáis pensar. De hecho, su Arcano no parece tan peligroso como los vuestros, así que decidís que quizá sea lo mejor por hoy.

Camináis todo lo que podéis juntos hasta el inevitable punto donde tenéis que separaros. Os despedís, esperando veros al día siguiente. Lylia va hacia su casa, mientras que Kyoya y Akito van por su cuenta.

- Tío, sé que quizá no sea el mejor momento pero... ¿podríamos dar un rodeo? Me gustaría hablarte de algo antes de ir a casa.

Le miro un momento, parece seriamente preocupado. 

- Claro tío. Dime.

Lylia llega sana y salva a su casa. Parece que la niebla no ha hecho acto de presencia. Aunque segundos después de entrar a casa, Lylia comienza a pensar que el encuentro con el Arcano hubiera sido, al menos, no tan violento.

- ¡Lylia Repin!

La voz de su madre retumba en la entrada nada más poner un pie en la casa. Su madre lanza una botella de licor que llevaba en la mano directamente a la cara de Lylia, que es suficiente rápida para esquivarlo. Aún así, la botella choca con la puerta y algo de alcohol salpica a la nuca de Lylia.

- Te lo advertí. Mira que te lo advertí. - suelta un taco en ruso - Te doy todo el amor que podría darte una madre. Te mantengo. Te cuido después de ser abandonadas por tu padre. - Lylia conoce otra versión, pero llevarle la contraria es peor - ¿Y no eres capaz de hacer las simples tareas que te digo? ¡Solo te pedí que hicieras la jodida colada!

Lylia está bastante convencida de que su madre no le pidió eso. Está segura de ello, de hecho. Pero no es la primera vez que su madre hace esto. Aún así, no hay argumento que valga en una situación como esta.

Saki va camino a su casa, pensando de forma inevitable en lo que ha pasado durante el día.

Tsukihime... todas las cosas que ha dicho... ¿serían verdad? Cómo mínimo, había inundado a Saki de curiosidad. El mundo seguía siendo gris, pero las posibilidades de pintarlo de otros colores, según Tsukihime, estaban al alcance de Saki.

Entre estos pensamientos, Saki se había olvidado de las ganas que tenía de presenciar de nuevo cierto acontecimiento. Pero cuando realmente ve la escena, se siente algo contrariada.

Sobre un contenedor ténuemente iluminado se encuentra "El chico" matadragones. Su pose es épica, como la de su primer encuentro, pero habla con alguien. Está hablando con Tsukihime, que desde la acera, mirando hacia arriba, habla con él.

- Eh, Saki. ¡Mira quién está aquí!

Cuando Tsukihime te llama la atención desde lejos (te parece raro, porque con la poca luz que hay no es normal que te vean a esa distancia), "El chico" gira la cabeza hacia ti y te dedica una de sus extrañas poses.

Kyoya te lleva hacia un viejo descampado que hay cerca de vuestras casas. De pequeños pasabais bastante tiempo ahí jugando. Ahora solo sirve de trastero para aquellos objetos demasiado grandes como para dejar tirados por otros sitios. Hoy, hay una simple mesa de madera. Kyoya te dice que te sientes ahí, y entonces comienza a hablar:

- Creo que he visto a mi Arcano.

No parece que Kyoya esperara una reacción concreta, pero se detiene unos segundos antes de continuar.

- De hecho, me acompaña siempre. - suena preocupado - Aunque es extraño. Juraría que lleva mucho tiempo ahí, pero no lo vi hasta que pensé en verle.

Toma aire.

- Fíjate bien... encima de mi cabeza.

¿Encima de su cabeza? Llevabas todo el día junto a Kyoya, pero no habías visto nada extraño. Levantas la vista y...

Una espada. Una espada de hierro apuntando hacia abajo, que colgaba de algo invisible, estaba encima de la cabeza de Kyoya. Parecía que en cualquier momento pudiera caerse. Esto te suena de algo, aunque no sabrías decir exactamente el qué.

Al ver tu cara de impresión, dice:

- No hace falta que lo digas. Lo sé. Pero lo sorprendente es que sé que lleva mucho tiempo ahí. No sé bien cuánto, pero estaba ahí. Solo que ahora además lo veo.

¿Cómo demonios puedo no haberla visto antes? Me levanto y me acerco a mirar más de cerca. Es como si colgara de la nada...

- ¿Estés como estés siempre está así? ¿Alguna vez la has notado tratar de hacerte algo?

- Es como si a veces se alejara. Pero otras veces se acerca. Aunque creo que solo serían unos milímetros, de alguna forma lo siento. Por el momento parece que no pretende matarme...

- ¿ En qué piensas cuando se aleja? ¿ O cuando se acerca?... 

No quiero ni imaginarme lo horrible que debe ser para él tener eso constantemente ahí... Me gustaría relajar el ambiente pero no sé como...

- De hecho... es solo una idea, pero creo que depende de... de...

Ves que se lo piensa un momento, pero en pocos segundos dice:

- Mira, no quería explicarte esto para no preocuparte. No quiero que mis problemas se conviertan en los tuyos, al igual que tu no quieres que los tuyos se conviertan en los míos. Hace un tiempo que he tenido serias dudas sobre mi... estilo de vida, por decirlo de alguna manera. - una vez ha empezado a hablar, parece que no va a parar - Sabes que sobre todo mis fans me conocen como "Kyoya el perfecto" ¿no? - sabes que no se quiere echar flores, pero es un hecho - Aunque solo mis fans lo digan, lo piensa mucha gente. Hay de gente que no me importa pero... es duro, ¿sabes?

Te cuesta un poco asimilar lo que dice porque está hablando muy rápido. Justo al terminar de asimilar sus palabras, el vuelve a retomar la palabra.

- Tío, todos esperan que haga todo perfecto. ¡No tengo margen de error! ¿Sabes lo que es eso? Si se me ocurre sacar algo menos que la nota perfecta en un examen, mis padres se... bueno. Se decepcionan. No me castigan, ni me dejan sin comer ni nada por el estilo. Pero veo la decepción en su cara, y es suficiente castigo. Cuando en clase alguna de mis fans dice - y para decir esto pone una voz exageradamente aguda - "Oh Kyoya, que raro que no saques la máxima nota." lo único que consiguen es recordarme ese hecho. Si salgo a divertirme o si veo un rato la tele, sé perfectamente que si no sacara la máxima nota tendré remordimientos de conciencia.

Aunque te puedes hacer una idea de qué tiene que ver esto con la espada, sin preguntar, Kyoya te soluciona la duda.

- Al mínimo error... ¡zas! - Kyoya hace un gesto como cortándose el cuello - O ¡zas!, en este caso - dice haciendo un gesto rápido hacia su coronilla - No creo que sea una coincidencia.