Partida Rol por web

El día anterior fue largo. Saki lo estaba notando al levantarse. Pese a haber dormido las 8 horas de rigor, estaba cansadísima. También se podía notar en Tsukihime. Habían pasado varios segundos desde que había sonado la alarma y aún no se había metido con Saki.

Aún así, se presentaba un día bello. Saki había perdido una enemiga y ganado una aliada. No parecía que Mei fuera a hacer más cosas molestas.

Saki se ducha, se viste, desayuna, y sale a su último día de clase... y de trabajo. Su contrato por el que Saki ganaba créditos terminaba ese mismo día. Aunque la jefa le había propuesto ampliarlo sin ningún problema, aún estaba el asunto de la empresa a la que tenía que ir a realizar la entrevista.

Cuando se encuentra a Chika, Chika no salta hacia ella. De hecho, tenía mala cara, como si hubiera dormido poco.

La cabeza de Saki era un hervidero de ideas, aunque aquello no resultaba nuevo para ella. Lo que si que le extrañaba es que hubiera podido dormir con los pensamientos que atravesaban su cabeza, aunque también era cierto que no recordaba haber estado nunca tan cansada cómo la noche anterior. 

En todo caso, si había conseguido algo había sido que Mei dejara de ser una amenaza real. Pero a pesar de ello, las tensiones con ella no habían llegado a su fin. Si bien Mei parecía dispuesta a colaborar, Saki no podía evitar guardarle aún un cierto rencor por todo lo que había pasado. Quizás la batalla, e incluso el hecho de que los siguiera a todas partes lo podía superar, pero si había algo que no aguantaba es que se hubiera estado viendo con Hana a pesar de todo. Y por mucho que Saki no quisiera reconocerlo, esa rabia se originaba en la envidia.

Mei había podido ayudar a Hana y ella no... Y peor aún, parecía que se llevaban bastante bien. 

Pero tenía que superarlo, o al menos intentarlo... Aquel sentimiento de envidia nacía en el egoísmo de Saki por "poseer" la amistad de Hana. Una idea defectuosa... producto de su miedo a perderla. Pero Hana seguía siendo la misma, ¿Verdad? Saki no la había perdido... Ni iba a perderla... A no ser que hiciera alguna tontería. Por lo que era mejor seguir hacía adelante y apartar sus irracionales sentimientos. 

Como si fuera un robot haciendo tareas paralelas, Saki se prepara para su último día de clase mientras que su mete está perdida en dichos pensamientos. Solo cuando Chika se acerca su mente vuelve a la realidad. 

"Chika... Si supieras todo lo que pasó ayer..." Saki sentía que hacía mucho tiempo que no veía a su pequeña acompañante, su mente casi había olvidado la idea de encontrarla. "Pero ayer sólo fue un día más, un largo día más..." 

Saki no puede evitar recordar que había pensado en Chika más de una vez con la idea de que quizás ella supiera cuál era el arcano de Mei. Por suerte, preguntárselo ya no sería necesario. Por suerte, su relación ya no tendría que tomar un rumbo tan turbio cómo aquel. Quizás, con suerte... Podría volver a simplemente disfrutar de sus rutinarios encuentros. 

Pero Chika no estaba de buen humor, y aquello no tenía nada de rutinario. Saki no estaba precisamente dando saltos de alegría, por lo que cualquier intento de animarla sonaría demasiado forzado. La mejor estrategia, por mucho que le fastidiara a Saki, era ir directa al grano. 

- Hola, Chika. - Dice en un tono ligeramente animado. - Pareces estar cansada, ¿Has dormido bien? 

- ¿Uh? Ah, ¡hola Saki!

Chika te hace un highfive. Parece como si se despertara de golpe. Aunque seguía teniendo cara de sueño.

- No mucho. Es que... me dan mucho miedo las tormentas.

La tormenta de ayer... Chika podía verla, claro. Y duró un rato después de terminar la pelea. Pero cuando Saki fue a dormir la tormenta se había dispersado. Debía tener mucho miedo, o quizá había algo más.

- ¿La viste? Mis padres decían que no había tormenta, pero estoy seguro de que tú la viste.

Saki intercala pensamientos con palabras, por lo que habla de forma bastante pausada. 

"Supongo que no tiene sentido que mienta... Igualmente se me va a notar."

- ¿La tormenta? Bueno... 

"Tarde o temprano lo descubrirá, ¿No? Y al fin y al cabo es amiga de Mei, quizás merezca saber algo de lo que pasó..." 

- Ayer tuve un día... Bastante ajetreado... 

"Por otro lado, podría decirle que no me llegué a fijar en el tiempo. No es como si le estuviera diciendo que no había ninguna tormenta... Es solo que no llegué a verla." 

- Me pasé el día en casa... 

"Quizás pueda tapar la verdad con otra verdad..." 

- Estoy buscando un lugar dónde trabajar por el verano, y investigué diferentes ofertas. Apenas mire por la ventana...

"¡Argh! ¿Que sentido tiene que mienta? No es como si fuera ya un problema..." 

- Bueno, a quien voy a engañar... - Dice por fin Saki, con tono de culpabilidad. - Si que vi la tormenta, y está estrechamente relacionada con los arcanos, por eso tus padres no podían verla... No es que quisiera mentirte es sólo que... - Silencio incómodo. - Ayer pasó algo... Pero no quiero que te preocupes por ello. Ya está solucionado.

"¿Debería decirle que está relacionado con Mei? De hecho, nunca me dijo el nombre de su compañera... Hasta ahora he estado dando por hecho que era Mei y que Chika se acordaba de ella..." 

- Una conocida nuestra... 

"Así ya estará bien, al fin y al cabo nunca le he dicho que conocía a Mei, tampoco." 

- Se podría decir que perdió el control de su arcano y provocó la tormenta. Su problema había empeorado un poco pero... Pudimos ayudarla a controlarlo. Todo salió bien. - Sonrisa. 

Chika no hace ningún comentario respecto al intento de mentira.

- Vaya... pobre amiga. Ahora esto tiene más sentido. Tendría que estar muy enfadada para que hubieran tantos rayos, y muy triste para que la tormenta fuera tan negra. ¡Pero si lo habéis solucionado ya está todo bien!

Chika se estaba despertando más. Ahora ya tenía los ojos plenamente abiertos.

- Al fin y al cabo los Arcanos son así. Pueden ser muy problemáticos a veces, pero cuando paran, es como si nada hubiera pasado.

Eso dice Chika, pero el hecho de que volviera a ser pequeño no le daba muchos puntos a su favor.

Había algo en Chika y en sus palabras que llamaba la atención de Saki, pero su mente no parecía procesar de que se trataba exactamente. Y de pronto, cómo si alguien le diera al interruptor de la luz, se da cuenta. Chika... ¡Chika volvía a ser la Chika de siempre! ¿Cómo no se había dado cuenta? Apenas se había acostumbrado a Chikane... ¿Quizás era por eso? Quizás por eso había sentido al verla que hacía tanto tiempo que no la veía... 

Pero en todo caso, Chika se había acostumbrado a adoptar la forma de su arcano, o al menos eso parecía. ¿Dónde estaba Chikane? Si pensaba en sus últimas palabras... "Al fin y al cabo los Arcanos son así. Pueden ser muy problemáticos a veces, pero cuando paran, es como si nada hubiera pasado." No podía ser, ¿No?

- Chika. - Dice algo dubitativa, sin saber muy bien cómo plantear el tema. - ¿Dónde está Chikane? 

- Ah, Chikane. Ayer se fue por miedo a la tormenta, pero cuando se le pase volverá. Ella es así.

Ya... ¿está? ¿tan simple como eso? ¿habría pasado alguna otra vez? La naturalidad de Chika al decir esa frase no era normal. No en la mente de Saki al menos.

"¿Debería insistir...?" 

A Saki no le gustaba relacionar a Chika con los arcanos, aunque fuese inevitable. Y si no quería hablar sobre el tema... ¿Que derecho tenía ella a insistir? Pero... ¿Por qué un arcano cómo Chikane huiría de la tormenta? Se supone que un arcano estaba allí para solucionar sus problemas, ¿No? ¿Que significaba que uno tuviera sus propios problemas (Cómo miedo a las tormentas)? No tenía ningún sentido. 

"Tsukihime, ¿Hay algún rastro de Chikane en Chika?" 

Y a la espera de la respuesta de Tsukihime, Saki decide cambiar de tema por el momento. 

- Que... Extraño. - Dice Saki como respuesta, pero después añade. - Supongo que ya se le pasará, si. Dime, Chika, ¿También es tu último día de clase? ¿Tienes ganas ya de que lleguen las vacaciones? 

- No. No creo 7058bd1ffcf17 por completo. No... espera...  equivocadas ghqbvb adsbyq hgwbhw;

- Saki

- Saki

- SAKI

- ¡Yo ya tengo fiesta! No tengo que ir a clase hoy tampoco. Solo he venido aquí para verte~

La sorpresa de Saki la deja en silencio durante un rato. ¿Que Chika era el arcano y Chikane fuera la verdadera? No podía acabar de creérselo, conocía a Chika desde hacía un tiempo, antes incluso de conocer a Tsukihime... Si de verdad era el arcano, ¿Cómo era capaz ella de verla? Por otro lado, Tsukihime había dicho que llevaba tiempo buscando conocer a Saki... Por lo que que quizás había conocido a Chika cuando la presencia de Tsukihime aún estaba latente. 

¿Y era acaso una locura aquella revelación? Realmente no... Chika siempre había sido una chica un tanto extravagante y fuera de lugar. Aunque no sólo era eso. Saki pensaba que cuando Chika había comenzando a resolver sus problemas Chikane había comenzado a tomar control sobre su cuerpo... ¡Pero era justo lo contrario! ¡Chikane estaba recuperando su cuerpo debido a que estaba resolviendo sus problemas! Y no sólo eso, Chika nunca había aparantado tener la edad que realmente tenía... ¡Pero Chikane sí! Por mucho que le costara reconocerlo a Saki, aquello tenía demasiado sentido para no ser real... 

Pero aunque aquello cambiara mucho las cosas sólo despertaba más preguntas, aunque todas giraban en torno a la misma. ¿Cuál era el verdadero problema de Chikane? Según le había contado a Saki, llevaba años junto con su arcano. Si un problema había durado tanto tiempo aquello no podía ser algo trivial. 

¿Que era lo que Saki sabía? Un chica se comportaba de una forma mucho más infantil de la que le correspondería a su edad. Este comportamiento hizo nacer un arcano... ¿No? Pero si el arcano estaba ahí para solucionar ese problema, entonces no tenía sentido que lo hubiera intensificado y que hubiera tomado total control de su dueño... 

Pero si no era eso... Quizás Saki tenía que verlo desde otro punto de vista. ¿Y si la solución que había adoptado el arcano para solucionar el problema de Chikane había sido el comportarse de una forma más infantil? Pero aquella solución sólo creaba más problemas... Sólo existían dos opciones. O Chikane no era consciente de la mejor forma de solucionar su problema... O quizás su problema era mucho más grande que su solución. 

¡Pero había algo más! Cuando Chikane y Chika habían hablado, era cómo si Chikane quisiera enseñar a comportarse a Chika... ¿Era acaso posible que un arcano se sometiera a la voluntad de su dueño? Chikane quería que Chika fuera una chica se comportara con educación, que hiciera amigos... No, no tenía ningún sentido. Por muchas vueltas que Saki le diera no lo tenía... Si Chikane tenía la voluntad para solucionar los problemas de un arcano, ¿Por que siquiera existía dicho arcano? 

A Saki se le estaba escapando algún detalle, estaba segura de ello. ¿Algo de lo que se había olvidado? ¿Algo de lo que no se había dado cuenta? O quizás... ¿El problema de Chikane sería uno que ella no podía entender cómo un problema? 

Eso si, había una cosa clara. Durante una temporada, Chikane había conseguido superar su problema, fuera cuál fuera. ¿Y si Saki le estaba dando demasiadas vueltas? No conocía la vida de Chikane, sólo conocía sus pequeños encuentros. Pero desde su punto de vista, si sólo consideraba esos encuentros... Chika era una chica que sólo buscaba alguien con quien hablar... Una amiga. ¿Sería eso lo mismo que buscaba Chikane? ¿Sería Chika solamente una forma de Chikane para acercarse a la gente?

Tantas posibilidades... Cuando parecía que todas las piezas del puzzle encajaban... Saki descubría que sólo había completado la mitad del mismo. Pero aquel puzzle podría ser muy delicado. No podía forzar unas piezas con otras... Debía tomarse su tiempo para buscar las que mejor encajaran. Y para ello, sólo tenía dos posibilidades... Acercarse poco a poco a Chikane o... Ir directa al grano. 

- Chika... ¿Sabes dónde está Chikane? ¿Podrías encontrarla?

Chika se detiene a pensar un momento. Parece que hace un esfuerzo por pensar.

- N..no, ahora mismo no. Sé que está por ahí, pero no sé donde.

Y no se preocupa más por ello. Sigue caminando, tan contenta como siempre. ¿Cómo podía algo tan grave dejarla tan tranquila?

"¡Argh! Así no llegamos a ninguna parte... Será mejor dejar de insistir por el momento, no hay nada que pueda decir al respecto ahora que no se pudiera interpretar cómo que estoy indagando demasiado..." 

- Bueno... Esto... Cuando la veas dile que quiero hablar con ella, ¿Vale? - Dice Saki con una sonrisa que intenta ser animada. - En fin... ¡Tengo muchas ganas de que...! Todas... ¡Vayamos a la piscina un día de estos!  

- ¡Síiii piscina!

Chika comienza a dar saltitos. Parece que el plan le gusta mucho.

- ¿Te parece bien que lo ponga en el grupo de Whatsapp?

- Claro... ¿Por que no? - La anima Saki. 

Chika escribe rápidamente el mensaje y recibes el Whatsapp.

- Jeje, espero que quieran venir.

- Seguro que sí... - Dice Saki, aunque no las tenía todas consigo. No es cómo si quisiera que todos vinieran... O que algunos trajeran a otras personas consigo. No puede evitar pensar en quien vendría si venía Kyoya... 

Saki se mantiene en silencio, algo incómodo. No tenía ni idea de que decirle a Chika. Aún tenía en mente descubrir cuál era el misterio que se escondía tras aquel arcano... Era doloroso que en ese momento resultara extraño mantener una conversación trivial cuando siempre lo había hecho sin ningún problema. Hubiera sido mejor no descubrir nada... 

Cuando llega el bus Chika te avisa de ello como es habitual, os despedís, y entras en tu mundo de lectura en el momento en que se cierran las puertas del bus.

Al llegar a tu clase de la universidad, hay una cosa destacable: Watanabe no está. En cambio, Atsuko sí. Tiene los brazos sobre la mesa, y la cabeza hundida entre ellos. Cuando te oye llegar, levanta la cabeza y dice: "Hola" en un tono bastante flojo. Instantes después, como si recordara algo, levanta la cabeza y se coloca en la silla como una persona normal, y entonces te habla en un tono más normal, aunque algo apagado para como suele ser ella.

- Fukano, me han dado esta carta para ti.

Te tiende un sobre blanco, sin destinatario y remitente. Está completamente cerrado.

- Me lo ha dado esa sacerdotisa esta mañana.

Saki levanta una ceja, escéptica, pero se acaba acercando a Atsuko. Coge la carta, aunque no sin antes decir. 

- Espero que esto no sea ningún truco tuyo. - Y mirando hacía otro lado murmura. - Gracias por traerla. 

Y dicho esto, vuelve a su asiento. Observa el sobre, algo desconfiada. 

"¿Una carta de Mei? Eso no tiene el menor sentido... ¿Pasa de perseguirnos allí dónde vamos a mandarnos cartas?" 

Abre el sobre. 

Era una carta escrita a mano, con una caligrafía bien cuidada.

Hola Saki,

Seguramente te preguntes por qué te envío una carta. La respuesta es sencilla: Te debo una explicación.
Sé que nunca confiaste realmente en mí, y no te culpo. Mis maneras de acercarme a vosotros no fueron las mejores, y de ello me arrepiento. Mi maestra me dejo muy pocas instrucciones, y aún menos conocimientos sobre los Arcanos. Con el tiempo me he dado cuenta que quería que yo aprendiera sobre ellos por mi cuenta, en vez de simplemente leer en alguna parte sobre ellos. Pese a que comprendo su intención, eso solo nos ha traído problemas.

Todo lo que os conté puede que no sea cierto, pero la mayoría eran las cosas que yo pensaba en ese momento. Ahora sé que los Arcanos pueden atacar a cualquiera, aunque no sea su dueño. También sé que pueden hacer mucho daño, aunque no sea su intención. Pero es tarde para eso. Además, he tomado una aproximación para resolver vuestros problemas que no ha sido la mejor. Por ello he acabado siendo vuestra enemiga. Al menos de la mayoría. Daichi nunca me tomó por una impostora o traidora. De hecho, solo era la Sacerdotisa de Luz en su mundo. Nunca supe si a él debía ayudarle, si ya es feliz así. Pero eso es otro tema.

Te escribo esto para decirte que lo siento. Hice lo que pude como sacerdotisa, pero fracasé. No fue suficiente, y fue debido a mi inexperiencia. Nuestro encuentro ayer no fue como esperaba, pero no me arrepiento de ello. Ayer aprendí más de lo que había aprendido en todo este tiempo: Que el problema de los Arcanos no se resuelve con una sola persona. Es algo que siempre sospeché, pero nunca lo vi tan claro. Ayudáos. Confiad en vosotros y no perdáis la calma ni la esperanza. Sed comprensivos y empáticos. Y sobre todo, sed amigos.

En el tiempo que nos hemos conocido has cambiado mucho, Saki. Tsukihime no te ha enseñado todo lo que has aprendido: solo te ha mostrado cómo aprenderlo. Es uno de los mejores ejemplo de que los Arcanos puedan ser buena influencia para las personas. Pero ten cuidado y siempre, en última instancia, toma tú tus propias decisiones.

Ese era mi último consejo. Ayer prometimos que seríamos amigos, y es algo que mantengo. Pero no puedo seguir aquí. No después de lo que os hice. Me voy en busca de la experiencia, tal como en su momento hizo mi maestra. Os dejo en buenas manos.

Siempre tuya,

Mei