Partida Rol por web

Inter oves locum (A place among the sheep. +18)

1- Contraespionaje

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24/03/2014, 19:56
Director

La noche había oscurecido por completo cualquier atisbo de luz natural y la contaminación lumínica de la ciudad había borrado del cielo cualquier rastro de estrellas. Además, el silencio se había apoderado de aquel barrio de clase baja de Los Ángeles. Parecía que nada iba a perturbar la paz de aquel lugar, pero fue entonces cuando un vehículo cruzó a gran velocidad por una de las calles principales.

Tras él, había dos furgonetas de color negro que intentaban dar caza al vehículo que huía entre disparos. Al volante del vehículo iba Benedict di Angelo, con la joven Temperance de copiloto. En la parte de atrás, pistola en mano, Black Crow y Pamela intentaban mantener a raya a las dos furgonetas que les perseguían. Por el tamaño de ambas, Temperance ya había calculado que aproxidamente serían 8 hombres por cada furgoneta.

Se encontraban realmente confusos, pues aquello había sido ciertamente inesperado. Se encontraban a punto de llegar a la casa de uno de los lugartenientes de la familia Luchesse cuando de repente varios hombres de traje aparecieron de la nada para comenzar a dispararles. Su reacción, obviamente, fue defenderse, pero pronto se vieron sobrepasados debido a la emboscada y tuvieron que huir del edificio hacia la calle. Allí cogieron el coche que habían utilizado para llegar y salir corriendo. No pudieron ni cruzar dos calles cuando vieron que dos furgonetas de color negro les estaban siguiendo y abrían fuego contra ellos.

Ahora intentaban perderles de vista, pero no parecían desistir y el coche cada vez estaba sufriendo más y más los disparos recibidos. Aquellas furgonetas, sin embargo, parecían preparadas para cosas como aquella, pues apenas tenían pequeñas marcas allí donde las precisas balas del cuervo y la militar habían impactado. No sabían cuánto serían capaces de aguantar aquello, pero no sería mucho más.

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25/03/2014, 23:07
Pamela Winston

Agazapada en el asiento trasero del coche que nos habían asignado, espero el ataque de quienes fueran los que estaban pisándonos los talones con sus malditos camiones blindados. El sonido de la bala impactando en la carrocería sirvieron de alerta para el próximo movimiento.

Saco la mano por la ventanilla y asomo el rostro ligeramente, pudiendo efectuar mi tiro con mayor puntería. Apenas me toma tres segundos el apuntar y disparar a la rueda derecha delantera del vehículo.

Vuelvo a protegerme tras el respaldo de los asientos traseros. Miro a mi compañero de tiro. No sé qué estará pensando, pero yo no puedo evitar esbozar una sonrisa ante la perspectiva que me aporta el estar sumidos en una persecución. Hacía tiempo que no usaba un arma contra una persona. El calor del cañón, tras el reciente tiro, me aportan una extraña sensación... que casi tenía en el olvido.

Espero que vayáis bien ahí delante - digo, con la mirada puesta en el hombre que se hacía llamar Black Crow, esperando a que el siguiente disparo impactara nuevamente contra nuestro coche, para poder repetir así la operación.

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26/03/2014, 02:39
Black Crow

Allí estaba... Agazapado en el otro lado de la parte trasera de aquel vehículo, tratando de devolver el castigo que estaban recibiendo. Desafortunadamente, y pese a que la vista de Black Crow resultaba envidiable, apenas había conseguido lastimar los coches que venían tras de ellos.

Turno de recargar. Se metió en el vehículo, y desde el asiento, sacó el cargador del arma con presteza, tomó de un lado del asiento el nuevo, y sin pestañear, en apenas dos segundos, lo colocó. Era evidente que había hecho aquello durante mucho, mucho tiempo. Miró hacia delante, respiró profundamente y comentó, con toda naturalidad.

-No vamos a aguantar mucho mas. Id pensando en algo, rápido. 

Entonces, sintió aquella incómoda mirada de la muchacha a su izquierda. La miró de reojo, con aquel gesto frío, que se había vuelto aún mas frío que de costumbre ante la escena que se ponía en sus narices. Volvió a mirar hacia delante.

-No me gustaría morir por que me estuvieses mirando. Mejor haz cosas mas productivas.

Dicho lo mismo volvió a salir por la ventana. Esta vez esperaba disparar a las ruedas del vehículo. Si consiguiese hacerlo... Si consiguiese encontrar ese punto débil, al menos ganarían algo de tiempo.

Lo suficiente para esconderse y poner en marcha otro plan. O al menos separarse y tener mas posibilidades de sobrevivir... Aunque sería una lástima. La muchacha a su lado, al menos, parecía manejar las armas. Podía serle útil.

Pensar... No. No fui entrenado para pensar. Deja de preocuparte por logística, y atiende a la destrucción que debes causar.

..

..

Cuanta mas, mejor.

 

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26/03/2014, 02:58
Temperance "Wasp" Snow

Atrás defendían como podían y repelían con disparos, pero las balas y poco nada hacían a los automóviles que los estaban siguiendo, y Wasp se preguntaba que estaba haciendo ahí...

Todo empezó dos días atrás, cuando un email llegó a  cuenta "personal", y la solicitaban para un trabajo de espionaje, la chica luego de hacer una pequeña investigación y dar con la fuente de ese email, accedió, parecía ser un tema interesante, y aunque a ella no le significaba en sí algo necesario, los desafíos teñían de rojo sus mejillas por la emoción - quizás era la única cosa que le agregaba algo de  emoción a ese rostro pétreo-, así, siguió las indicaciones del email, y de paso preguntó por los demás integrantes de ese grupo. 

Su trabajo sería sencillo, interceptar las señales de radio de los guardias, burlar el mecanismo de seguridad,  y dejar entrar al resto del grupo, además, de intervenir la computadora del hombre con el que hablarían, pero ahora, estaban intentando correr por sus vidas, mientras la chica, con un computador en las piernas buscaba información sobre los carros blindados que los seguían, ya se había dado cuenta  de que tipo de vehículo eran. Una bala pasó por el lado de ella, el sonido de esta silbó en su oído, lo cual fue molesto, y se llevó la mano derecha a su oreja, sintiendo un ligero aroma a cabello quemado. "casi me atraviesa la cabeza" Pensó para sí, sin dejar de teclear en la pc.

- el punto débil  es la puerta de carga de la gasolina, en la chapa-la única parte donde no estaba blindado aquel vehículo, levantó las cejas, no había forma que le dieran a ese punto tan específico, así que, la chica pasó su mano por su nariz, y abrió más programas, entrando directamente a la red de  semáforos de la cuidad, que curiosamente es muy sencillo de hackear, ella ya lo tenía intervenido para la retirada. Tendrían los semáforos en verde, pero tendrían que conducir  hasta poder llegar a la calle principal en donde podrá hacer algo más.

- sigue por esta calle, hasta la avenida principal - también monitoreaba el tráfico, y tomarían calles sin tráfico, pero notaría que el gps detectaba dos camiones, estos estaban siempre  siendo rastreados - sigue adelante, no te detengas

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26/03/2014, 03:54
Benedict Di Angelo

-No me digas lo que tengo que hacer niña!- respondí directamente a la pequeña de rostro inerte, era una hacker, no un guerrero, demasiado vulnerable para esta misión y demasiado joven...una molestia, pero al menos sus conocimientos podían llegar a ser útiles.

-Ustedes ahí atrás al menos procuren molestar su vista si no pueden darle a las ruedas, maten a los que disparan este auto no va a resistir mucho más-

El disparo que casi le da a la niña rompió el cristal delantero, Benedict se inclinó un poco sobre el asiento para patearlo y arrancarlo de cuajo, a fin de poder seguir conduciendo sin complicaciones.

No sacó el pie del acelerador en ningún momento, aunque pisó el freno para derrapar en las curvas con la esperanza de que las camionetas blindadas no pudieran hacer lo mismo y se estrellaran contra las paredes o quedaran rezagadas.

Siguió hasta la avenida principal, sin detenerse y miró de reojo la pantalla de la computadora de la niña, poniendo los cambios comenzó a esquivar algunos vehículos hasta que encontró la calle despejada.

-Busca un paso de tren, quizás podamos perderlos de esa forma...-

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26/03/2014, 04:03
Temperance "Wasp" Snow

- vienen  dos camiones, calculo que tenemos 3 segundos para pasar entre ellos, y cerrarles el paso a las camionetas - responde, aun tacleando y cambiando los semáforos - y obviamente los neumáticos son blindados... dah - responde secamente,  ya estaban de frente a la avenida principal, la cruzarían, pero la Avispa siguió buscando la linea del tren, este estaba a tres minutos de pasar del cruce más cercano.

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26/03/2014, 17:42
Director

Los disparos a las ruedas parecen no romperlas, pero sí que desequilibran la carrera de la furgoneta, que se tambalea un poco antes de recuperar el equilibrio y continuar la persecución. Efectivamente, parecía que el caucho de las ruedas estaba blindado. Y ellos apenas tenían un vehículo normal, aunque fuese bastante rápido.

Pasaron aquellos camiones que no tardaron en ser rodeados por las furgonetas: les regalaron unos pocos segundos de gracia pero sabían que pronto les volverían a dar caza. Estaban en una situación bastante peliaguda y fue entonces cuando Wasp se alarmó. De la nada en su pantalla aparecieron dos vehículos que parecían haberse materializado de la nada... e iban directos a cortarle el paso.

Tuvo tiempo a reaccionar y dar el aviso, pero a la velocidad que iban era demasiado tarde para cambiar de dirección. Benedict vió aparecer dos furgones, más grandes que los que les estaban persiguiendo, y supo de inmediato que aquellos no eran vehículos de persecución, eran vehículos de bloqueo. A la velocidad que iban no sería capaz de pasar entre ellos a tiempo y no había otra salida. Benedict comenzó a frenar y fue entonces cuando un disparo golpeó la rueda trasera derecha del coche, que desequilibró todo el vehículo.

El impacto hizo girar hacia un lado al vehículo, que por la velocidad y la frenada comenzó a girar de forma descontrolada. El italiano intentó equilibrar el giro, pero le fue totalmente imposible. De no ser por los cinturones de seguridad se habrían golpeado contra los cristales y Wasp tuvo que agarrar con fuerza su ordenador para que no saliera disparado.

Pasaron girando unos pocos segundos hasta que el vehículo quedó clavado en el suelo. Pudieron ver desde allí dentro que estaban rodeados y varias linternas y armas apuntaban hacia ellos, impidiéndoles ver con claridad a los perseguidores. Se encontraban en un serio aprieto.

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26/03/2014, 18:38
Temperance "Wasp" Snow

Habían ganado segundos extra, pero no había servido de nada, los vehículos blindados de todas formas los habían seguido, y rodeado los camiones, Wasp chasqueo la lengua, pensó que los bloquearían, pero no había sido así, y siguió usando el satélite de la policía para poder ver los vehículos que habían, sin embargo de pronto unos aparecerían de la nada, los bloquearían justo antes de llegar a las líneas del tren.

- mierda - exclamó, y luego se los dijo al grupo, pero mucho no pudieron hacer, el auto donde le destruyeron uno de los neumáticos,  y se perdió el control del vehículo, si no fuera por los cinturones, su cuerpo delgado hubiera salido despedido del asiento, pero debió afirmar su computadura, era demasiada cara como para perderla...ya cuando todo terminó, sintió sobre su cara los focos de las van blindadas, y la presión en su pecho del cinturón de seguridad. Ya no podían escapar,  ni nada. Estaban perdidos.

"no es la manera en que pensaba morir" se dijo" pero si es una manera entretenida, imagino que mi cuerpo aparecerá flotando en alguna bahía, o mejor, en algún basurero, en donde nadie lo encontrará" Repasó esa idea en su cabeza, antes de cerrar los ojos, y llevar la mano a la puerta, sólo quedaba salir, a menos que los desearan liquidar en el asiento, pero no abrió la puerta, aguardó al resto de los chicos para ver si a alguno se le ocurría algo interesante, mientras tanto, soltó su cinturón,  y bajó su portátil sobre su regazo.

-C'la vie - sicéo como si fuera un juego, como si le hubieran dicho Game Over, pero de una manera más poética, como película de Tarantino, que mientras suena una pieza de música clásica, los cuerpos son despedazados por las rafágas de metralleta. 

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26/03/2014, 18:57
Black Crow

-Mierda..

Soltó Black Crow mientras mantuvo abierta la ventana del coche para que el cristal no le destrozara la cara al explotar. El vehículo empezó a girar descontroladamente, mientras el muchacho intentaba mantener su pistola en mano. Puso el seguro solo por si el gatillo se apretase en uno de esos giros...

Dolía.. Dolía mucho. Todo el cuerpo. Y lo peor era que se sentía un tanto mareado. Se llevó una mano a la cara.

Su cuerpo se encontraba entumecido. Era imposible salir de allí con vida.

-No hay otra alternativa. Combatir no servirá de mucho.. 

 

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26/03/2014, 19:14
Benedict Di Angelo

Pasé entre los camiones pero una maniobra tan obvia no los iba a detener, además ellos debían de tener otro hacker a su servicio pues evidentemente contaban con que lleguemos a esa ubicación, lo cual se hizo evidente en cuanto las dos combis blindadas nos atravesaron.

-Figlios di potana- pronuncié en mi italiano natal para segundos después buscar maniobrar inutilmente para enderezar el vehículo.

El golpe fue brutal y los giros dolían tras cada impacto, los vidrios estallaron y la carrocería se abolló por completo, sentía dolor en el pecho por el cinturón de seguridad y un hilo de sangre me corría por la frente producto de los golpes.

Al sentir las linternas y las armas apuntándonos supe que era el final de este acto, Black Crow dijo que combatir no serviría de mucho.

-Te servirá para ir al Valhalla, guerrero...- le dije buscando entre la palanca de cambios el mango de mi katana y desabrochando el cinturon de seguridad, preguntándome a cuantos podría matar antes de que el plomo tomara mi cuerpo.

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26/03/2014, 20:34
Pamela Winston

Había disparado varias veces a las ruedas, pero, como ya anunció Wasp, las ruedas estaban blindadas. Quizás las llantas fueran de chapa, pero no había forma de lograr el ángulo óptimo para poder dispararles desde dentro del vehículo.

Cuando desestabilizaron el coche, tensé todo mi cuerpo para no salir disparada contra el asiento del copiloto.

Habían encontrado la forma de acorralarnos y, por los focos que nos apuntaban, no tenía pinta de que quisieran inmolarnos dentro del vehículo... aún. 

Recargué discretamente la pistola que tenía en la mano. Era una lástima que no hubiera traído otro tipo de armamento. Pero, curiosamente, había traído conmigo diferentes armas blancas que mantenía ocultas bajo mi ropaje. Con luz cegándonos y a oscuras, probablemente no pudiera hacer mucho con ellas. Pero nunca se sabía cuando podría presentarse la siguiente oportunidad.

Vamos, todos abajo. No hagáis ninguna tontería; un movimiento en falso puede suponer la muerte de todos. Si abren fuego no tendremos muchas probabilidades de sobrevivir. Pero, al menos - digo, guardando el arma recién recargada en la parte trasera de mi pantalón -, pienso llevarme a uno conmigo. 

Dicho esto, abro la puerta del coche y salgo.

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26/03/2014, 20:58
Director

Cuando Pamela bajó del coche, escuchó el sonido de muchas armas que se levantaban para apuntarla. Sin embargo, nadie abrió fuego todavía. Dentro serían un blanco fácil, así que comenzaron a salir poco a poco del interior. Cuando todos estuvieron fuera, notaron como las luces se movian unos milímetros.

Parecía que estaban listos para abrir fuego cuando escucharon una voz que pidió el alto. Una voz que les recordaba a algo, pero la adrenalina que recorría sus cuerpos en aquel momento les impidió darse cuenta de con quién. Entonces, le vieron. Con una mano en alto, una silueta totalmente negra (debido a las luces tras él, que hacían más difícil verle) se acercó varios pasos hacia ellos. Entonces, de repente, la mayoría bajaron las linternas.

Los ojos de los 4 tardaron unos cuantos segundos en acostumbrarse a la oscuridad, pero cuando lo hicieron, pudieron ver quién era aquel hombre. Su rostro estaba henchido de ira.

Era Salvatore Moretti.

Notas de juego

Sigo, no posteéis todavía

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26/03/2014, 21:08
Director

~~ Varias horas antes... ~~

Cada miembro del futuro equipo que buscaría el Oculus Veritatis estaba apunto de llegar a la mansión de Salvatore Moretti en las afueras de Los Ángeles. A unos cuantos kilómetros del centro y a unos quince minutos en coche (y eso cuando hay poco tráfico), todos se encontraron un control de seguridad enorme tanto para acercarse a la mansión como para entrar en el propio edificio. Sin embargo, tras varios chequeos de identidad y alguna que otra llamada al interior de la mansión a todos les acabaron permitiendo el acceso.

Cada uno de ellos fue dirigido por un hombre corpulento, con traje y gafas de sol hacia el interior de la mansión, ricamente decorada al más puro estilo victoriano. Salvatore Moretti era un hombre muy ostentoso, de gustos clásicos y refinados, cosa que quedaba bien clara al observar su domicilio. La seguridad dentro era incluso mayor que en el exterior, con varios hombres armados que estaban alerta a cualquier cosa que ocurriese. Aquello era especialmente notorio en el segundo piso, donde los subordinados de los Moretti incluso patrullaban. No les costó mucho deducir que en aquel piso debía encontrarse Natalia, la hija del Don.

Les llevaron a una pequeña sala, como un estudio, donde había sillones para todos y estanterías en las paredes llenas de libros, junto a una chimenea encendida. Los días por aquel entonces eran bastante largos y pese a haber bastante luz, el frío comenzaba a ser notorio. La sala, cómo no, tenía unas cuatro cámaras que vigilaban cada rincón de la estancia. Casi parecían prisioneros más que invitados en aquel lugar.

Notas de juego

Ya podéis volver a postear ^^ Postead para todos, pero por ahora estáis por separado. Llegáis a la casa en orden de posteo, así que el primero estará solo en la habitación, y cuando el segundo postee se encontrará al primero en la sala común, así hasta que estéis todos. Podéis postear libremente, pero esperad a aquellos que ya estén en la sala. Si alguien no ha llegado aún podéis saltarle.

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27/03/2014, 02:13
Temperance "Wasp" Snow

Pasó su lengua por sus labios rojos, a su lado, una lata de cerveza helada, mojaba la mesa que había visto tiempo mejores,  mientras escribía en su computadora, las teclas sonaban armoniosamente, y el replicar cesaba sólo cuando la joven tomaba la lata de cerveza para darle un gran sorbo, hinchando sus mejillas con el amargo líquido y seguir viendo sus archivos y los emails que iban llegando. 

Temp estaba sentada con las piernas recogidas, así decía que llegaba más sangre a su cerebro, aunque pudo ser por las series que a veces le daba por ver. Movió su cuello, para sacarse la tensión del cuello, este crujió,  mientras seguía teclando y hackeando un  computador de una secretaria, el cliente creía que la mujer estaba vendiendo información de la empresa, lo cierto es que estaba haciendo mucho más que eso.

A su lado, habia un notebook con el computador hackeado de Walter, el cerdo estaba viendo páginas para poder borrarse el tatuaje que tan lindamente le había tatuado en el pecho "soy un cerdo asqueroso", esa máquina había valido cada dolar que había costado.Luego tendría que hacerle una visita a ese animal. No volverá a lastimar a ninguna otra chica, y Alicia podría estar a salvo.

Siguió revisando los email, de fondo estaba sonando Vivaldi, cuando leyó el asunto del email:

Título: Temperance, bienvenida a la revolución

Origen: ¿$%·"!%&

¿Quién se tomaría tantas molestias como para crear una dirección encriptada? Temp antes de leer el email, investigó su fuente, intentando dar con el origen del mismo, no iba a abrir nada que fuese potencialmente nocivo para sus equipos, dado que ya habían intentado invadir su computadora con troyanos que buscaban ver que era lo que hacía en las codificaciones específicas para infiltrarse en sistemas operativos de sus investigaciones. Pero lo peor era que ese email usaba su nombre real, y no el de "Waps" como era conocida. 

Pero no encontró nada, por más que violó códigos e intentó rastrear el código de aquel email, frustrada lo terminó abriendo y leyendo, se dio cuenta que quien fuera que la había citado, se había dado el trabajo de no solo de averiguar su nombre real, sino de que deseaban contratarla para una interesante Misión, y quién contrataba era Salvatore Moretti, el mismo hombre que hablara con ella cuando atacó a sus padre y evitó que la encerraran de por vida en un sanatorio.

La chica meditó si ir, sabían como atraerla, no le gustaban los misterios, y precisamente ocultarle información sólo hacía que se abstuviera en ir, sin embargo se daría el trabajo de investigar a ese hombre, sólo un poco, luego accedería a sus más oscuros secretos. Un dato curioso salió de esa investigación y una media sonrisa se dibujó en el frío rostro de la avispa.

Llegaría en su motocicleta, y bajó de esta, dejando su casco, y caminó hacia la entrada de la mansión, ella sentía que entraba en boca del lobo, pero ella no era una cordero, simplemente se resistía tozudamente a esa posición, pero cada vez se sintió más vulnerable cuando le quitaron su navaja, y la manopla que llevaba en los bolsilos de su chaqueta.Fue la primera en ser conducida a una sala, y la chica miró la hora en su reloj de pulsera, no iba a perder demasiado tiempo, por mucho dinero que le pagaran, después de todo, siempre tenía trabajos que le encomendaban.

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27/03/2014, 03:11
Black Crow

Habían sido días desde que se habían comunicado con él para llegar a aquella importante reunión..

Después de todo, era bastante famoso. Y pensar que todo había iniciado de una manera tan extraña.

Había sido transportado hasta allí en un coche negro de cristales tintados, y no porque no supiese conducir, sino, mas bien, porque no le apetecía tener que hacerlo.

Encendió un cigarro en su interior, y dio una calada que pareció eterna, mientras aquel hombre contratado para llevarle alcanzaba la mansión de Salvatore Moretti.

No había pensado que llegaría tan lejos, y todo sin siquiera quererlo. Si estaba allí era porque conocían de sobra su reputación, y querían un trabajo limpio. Y él estaba dispuesto, siempre que la suma de dinero fuese lo suficientemente sustancial como para merecer la pena.

Había escuchado sobre aquel libro que estaban buscando, así que entendía que lo que querían era, en suma, conseguir ese libro.

Bajo del vehículo, con su porte normal y las manos en los bolsillos. Siguió a aquel mastodonte que le quitó las dos pistolas y los cargadores, junto a varios artefactos mas, y tras ello lo metieron en una habitación bastante pequeña, comparada con otras estancias de la mansión, donde estaba una muchacha de cabello gris, bastante guapa.

Nada mas entrar, se quedó mirándola por unos segundos, y después de ello, siguió de largo, se colocó frente a la chimenea y observó las cámaras.

Una vez mas, cesó en su empeño de observar, y perdió su mirada en el crepitar de las llamas.

A decir verdad, le daba igual esa chica, y le daba igual quien fuera a estar allí con ellos. No se le daba bien compartir protagonismo.

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28/03/2014, 00:48
Pamela Winston

Venía de la pequeña parroquia que había a varias manzanas de mi apartamento, como cada día. La sensación de ayudar a los más necesitados era extrañamente reconfortante; y lo cierto es que tampoco tenía mucho más que hacer con mi vida. 

Me paré frente al casillero donde se suponía que llegaba la correspondencia personal. Digo esto, porque en mi caso jamás llegaron cartas. Y, en parte, era lo que quería. Nadie de mis conocidos sabía donde vivía. Nadie tenía mi dirección, y nadie jamás había venido a visitarme.

Mi apartamento en Pasadena no era demasiado lujoso, ni se encontraba en las mejores zonas de la ciudad. Apenas recibía visitas comerciales, y mi trato con los vecinos era prácticamente nulo. 

Por eso, no tuve más remedio que pararme, cuando vi que había una carta a mi nombre, a pesar de que en el casillero no apareciera indicación alguna de mi persona. 

Cogí el correo y subí directamente a mi apartamento. Por un momento me olvidé de la correspondencia. No quería abrirlo; había visto que no traía remitente, y carecía de sello, por lo que alguien tuvo que venir expresamente a mi dirección a dejarme el sobre. 

Alguien sabía donde vivía.

Cuando cayó la noche, la curiosidad pudo más que la voluntad, por lo que me decidí a leer el contenido de aquel extraño mensaje. 

"Moretti", rezaba al final del mismo. Me sonaba el nombre, pero no fue hasta unos segundos después que fui consciente de quien era el tal Moretti. 

La cita era al día siguiente. 

Mientras iba en el coche, conducido por un corpulento hombre de aspecto nada pacífico, pensaba en los motivos por los que había aceptado la citación. 

Sabía que el apellido Moretti no traía consigo nada bueno, en el sentido de que habría sangre de por medio. Esto me extasiaba y desagradaba por partes iguales. 

Finalmente, y por muchas excusas que quisiera ponerme a mí misma, el motivo por el que había ido era bastante claro: matar.

Los controles fueron exhaustivos. Por otro lado, también era necesario.

Al entrar en la mansión y dirigirme hacia la sala donde me conducían no pude evitar dirigir mi mirada a la segunda planta. 

Sacudí la cabeza levemente y entré en la habitación. 

Eché un rápido vistazo a las dos personas que ya se encontraban allí. Podía imaginar qué era lo que compartían conmigo para aceptar también la misión. Pero ignoraba el motivo por el que ellos la habían aceptado.

Sin decir una palabra, me alejé y me dirigí hacia las estanterías, en busca de algún título que me llamase la atención entre todos los libros.

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28/03/2014, 04:10
Benedict Di Angelo

Los cuervos graznaron y el apareció en la puerta, como si la bandada que se agitaba y se iba lo hubiese traído hasta la puertas de aquella mansión.

Se encontraba recluido hace tiempo, solo concentrado en su entrenamiento y en su saciar una sed que nunca amainaba, solo había pocos momentos de paz durante el día, jadeos y respiración agitada tras algunos golpes, pero lo peor eran las noches, llenas de recuerdos y pesadillas.

Ahora tenía una nueva oportunidad, solo debía de hacerse con el libro que de la noche a la mañana había vuelto loco a todo el sub mundo, debía de obtener ese bien y el podría obtener lo que tanto anhelaba.

Solo hizo falta mencionar eso al teléfono para que el mejor asesino de la familia di Angelo saliera de la oscuridad del anonimato para servir a su don o mejor dicho ayudar a su aliado, daba lo mismo, Benedict no estaba en ese lugar por dinero y eso era algo que todo Moretti sabía.

Atravesó los portones y caminó hasta le entrada de la estancia dejándose revisar y entregando los cuchillos arrojadizos y armas ocultas en las mangas, pero se mostró reacio a dejar la katana.

-Debería ser demasiado estúpido para atacar a un aliado, pueden dudar de mercenarios comunes, no de mi-

Tras decir eso ingresó en la casa y posteriormente en la sala donde se llevaría a cabo la reunión, vio que ya había 3 personas ahí, una mujer y un hombre y una niña jugando mirando su reloj.

Levantó la mirada y caminó hacía uno de los sillones, sentándose y colocando la espada al hombro, sin decir absolutamente nada, no se esperaba estar con más personas en el lugar pero sabía que esa no era su elección, examinó a los presentes y dedujo que el hombre era el mejor preparado, pero había estado demasiado tiempo lejos y el mundo se había llenado de rostros nuevos, rostros que no debía subestimar, pero que le hacían preguntarse cuántos de ellos estarían realmente listos...

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28/03/2014, 14:58
Black Crow

Observó a los que fueron integrando el grupo que llegaba hasta allí: Cada uno mas peculiar que el anterior. Era el otro hombre aparte de el, el que se había sentado en una de las sillas, con una... ¿Espada?

¿Había entrado allí con una espada? Eso podía significar dos cosas: O que era un niño mimado de los Moretti, o le tenían tan poco miedo que le dejaban tener allí sus armas. Ninguna de las dos opciones era positiva para el de cabello gris.

Luego observó a las dos mujeres: Una era una niña, mirando su reloj, y la otra una mujer que estaba trasteando entre.. ¿Libros? ¿Ahí , en aquel momento?

Vaya tres...

Pero claro, no le correspondía a él juzgar a nadie. Aunque ya lo hubiese hecho.

Tenía bastante claro que aquellos, a primera vista, ni siquiera el de la espada, daba miedo. A él le habían quitado el arma por algo... Y no era precisamente por protocolo.

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29/03/2014, 10:53
Director

Por curioso que pareciera, Pamela se dió cuenta que la inmensa mayoría de libros que allí había eran libros infantiles y juveniles. Cuentos, libros de amor, novelas adolescentes, unas cuantas enciclopedias especializadas en diversos temas (naturaleza, geografía...) y un sinfín más de libros que no tuvo tiempo de revisar.

Los minutos pasaron y el silencio no se quebró ni un instante, como si el más respetuoso de los funerales estuviese ocurriendo allí mismo, frente a ellos. Pero en cierto momento, la puerta se abrió y observaron a uno de los fornidos guardias que habían participado en el chequeo de armas. - Si me acompañan, por favor... el señor Moretti les está esperando. - les dirigió por unas escaleras hacia el piso superior donde la seguridad era extrema. Al acercarse a una puerta concreta, los guardias se colocaron delante de ella dejando bien claro que aquel no era el camino.

El que les estaba guiando les llevó a una puerta que abrió con llave y aparecieron en un anodino pasillo que parecía muy distinto del resto de la casa: además había varias puertas, pero entraron por la tercera. Allí llegaron a un pequeño despacho sin ventanas, iluminado apenas por unas cuantas velas.

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29/03/2014, 11:13
Salvatore Moretti

Salvatore se encontraba sentado en una silla tipo ejecutivo, con los brazos reposando sobre el escritorio que tenía frente a él. Las paredes estaban impolutas salvo por 3 cuadros que había colgados. Un retrato de su difunta esposa, una fotografía de ellos dos juntos en algún sitio que ninguno pudo reconocer (pero que estaba al aire libre) y un bodegón que parecía estar firmado algún pintor famoso.

Cuando entraron, el Don sonrió y les hizo un gesto para que se sentaran en las sillas que claramente habían habilitado para ellos, pues una era similar a la decoración de la sala y las otras cuatro estaban claramente fuera de lugar. - Bienvenidos, amigos míos. - dijo él con una voz grave pero serena - Por favor, sentaos y poneos cómodos. Espero que no hayáis tenido que esperar demasiado y que mis hombres no hayan sido demasiado rudos con vosotros. Como comprenderéis, los nervios están a flor de piel tras lo ocurrido. Benedict, me alegro mucho de volver a verte. ¿Cuántos años han pasado ya? -