Partida Rol por web

Alese vio impotente como los rodeaban, eran muchos enemigos, el plan de atacar a uno silenciosamente había tenido éxito, pero la emboscada era ahora doble y ellos eran los emboscados.

Yoru había sido herido, pero lo urgente era rechazar el ataque al que estaban sometidos.

Mejor conseguir algo de tiempo haciendo huir a unos cuantos para poder reorganizarse y contraatacar. Elevando su símbolo sagrado, sus labios musitaron una oración a los dioses de la luz.

Un maldito par de no muertos habían aparecido de la nada para atacar a Yoru, lo que le sorprendió y molestó especialmente, lo que suponía que había un enemigo inteligente que comandaba a aquellas bestezuelas y que había comprendido que Yoru era un elemento determinante en la lucha contra los no muerto...

- ¡A mi! -grito Yoru lleno de indignación y gruñendo con rostro cabreado. Era curioso ver eso en las facciones de un elfo, aunque en las de un drow, quedaban más acordes- ¡Me tocas con tus sucias garras... apestoso del carajo...!

Thokk aprobecho que tenia el arco en la mano y apunto a las cabezas flotantes, no sabia que era aquella cosa y no estaba muy seguro de si les afectaria pero probó suerte.

Envy al parecer habia acertado al quedarse en la retaguardia cuidando a Thokk, ya que ella habia pensado ponerse en el lugar donde ahora el elfo cambiaformas estaba siendo victima de zombies.

La verdad que ella no era lo que podia decirse una experta en el combate contra los muertos vivientes, pero hasta donde ella sabia no era comun que atacaran de forma tan coordinada. Casi parecia que todo habia sido una trampa para ellos.

Al parecer era hora de empezar a luchar mas en serio... Asi que aun sosteniendo su cimitarra con una mano empezo a ejecutar en rapidos movimientos el lanzamiento de un conjuro que sumado a unas palabras arcanas que salieron en voz alta de su boca emitieron una gran luz blanca desde su cuerpo que de seguro atraeria bastante la atencion.

Y sumado a esto con una orden mental provoco que una perla que lleveba atada a su muñeca con una cadena de hierro brillara. Pero este resplandor quedaba totalmente opacado por la luz que emitia el cuerpo de Envy.

Luego de esto ella se movio unos pasos alejandose de Thokk, si atraia malas miradas no las llevaria hasta el.

Mientras Igor atacaba, trataba de encontrar en su casi iletrada sesera a qué nuevo tipo de criaturas se estaban enfrentando para poder actuar de la mejor manera posible y estar preparados de la mejor de las maneras dado lo imprevisto del encuentro.

Aquel par de enemigos, aparentemente zombies, habían golpeado a Yoru-el-drow, lo que le puso de bastante mal humor. No le gustaba el tacto de aquellos seres, menos aun ser herido por uno de ellos. Era una cuestión de principios. Con ánimo de revancha, interesado en sacar el máximo provecho de los escasos segundos que tenía para actuar, Yoru-el-drow dio un ágil salto en el aire a través de un hueco entre ambos enemigos, escurriéndose de un par de zarpazos con una facilidad insultante.

Evitando ser acorralado contra una pared, el nuevo movimiento le posicionó en ventaja, dado que sus compañeros se encontraban suficientemente cerca de uno de los zombies para que su acoso fuera una ventaja para Yoru-el-drow, quien dandole fluidez a su movimiento, trató de ensartar al enemigo. El movimiento era dificil, pues golpear mientras se pirueteaba tenía gran dificultad, pero su arma invisible buscó un punto sensible en la carne del enemigo.

Tras oir un grito, empecé a mirar a mi alrededor hasta que encontré su origen.

Vaya, pequeñas cabezas de muñecas, muy apropiadas para los zombies pensé.

Empecé a susurrar y tendí mi mano hacia arriba. De ella, empezó a surgir un pequeño orbe verde. Sonriendo, alcé la mano hacia donde estaban las cabezas y deje que el orbe fuera a su encuentro

Envy, Wolkot y Quenya no consiguen resistir el terrible sonido de las criaturas, es un chillido que les penetra en el interior de su cabeza y proyecta imágenes terroríficas. Sus mayores miedos revuelven y cubren sus pensamientos dejándolos totalmente paralizados y vulnerables a cualquier criatura que pueda atacarles.

Entonces Igor trata de recordar contra que criatura se estaban enfrentando, los zombis aunque extraños y más fuertes eran casi como cualquier otro zombi, en cambio las cabeza aladas no las había visto en su vida y no conseguía averiguar nada de ellas. Después decide olvidar su frustración y descarga un par de golpes que solo uno logra surtir efecto. Entonces Igor da una orden de flanqueo a Ocaso, pero es obvio que esta acción casi resulta imposible y mucho más que no sufra posibles ataques, por lo que Ocaso es sabio y decide obviar la estrategia y se lanza contra el enemigo más cercano, fallando estrepitosamente.

A continuaciòn es Yoru el que decide tomar una posición ventajosa para que los combates con el grupo resulten más sencillos y así logren vencer antes.

Realiza un salto increible y sorprendente evitando a uno de los zombis, pero desgraciadamente, Yoru no se dió cuenta que parte de su armadura había quedado enganchada a algún colgajo del zombi cuando trató de dar el salto se vió arrastrado al suelo cayéndose de bruces y no logrando realizar la acción que pretendía. Ahora tirado en el suelo resultaba aún más apetecible para los zombis.

Alese al ver a Yoru y los demás en peligro recurre a todo el poder de su dios y a la fuerza de su fé logrando expulsar a los tres zombis que tenían delante haciéndoles huir del combate, lentamente, pero por lo menos se largan de allí evitando así, por el momento, la amenaza.

Thokk al ver que Alese ha acabado con los zombis decide frenar el otro peligro, las cabezas flotantes. Éste con su arco en mano lanza una flecha contra una de las cabezas, que cae directamente al suelo y sin vida. Entonces echa un ojo a su compañera Envy y ve que todavia no ha reaccionado. Es necesario acabar con la otra para evitar la tortura por la que deben estar pasando sus tres compañeros.

De pronto de los labios de la cabeza parecen salir unos zarcillos más repugnantes todavía, cuyo extremo parece contener otra boca y se lanza, pasando por encima de la cabeza de Thokk, contra la pobre y asustada Envy. Afortunadamente, y a pesar de la paralasis de Envy la criatura falla en su intento de tocarla con los zarcillos. No sabéis bien cuáles eran sus intenciones, pero desde luego no eran nada buenas. El error cometido por la criatura os da una ventaja sobre ella y acabáis en un instante con ella, liberando a vuestros compañeros de las horribles pesadillas que estaban sufriendo. Lo que no consiguen evitar es que caigan de rodillas al suelo y con las manos puestas en sus oidos. Al menos, sus temores se habían ido. Pero no el recuerdo de esas horribles visiones...

Finalmente estáis libres de enemigos y el cadáver sigue ahí tendido a unos pocos metros de vosotros.

No hay presencia de muertos vivientes en varios metros a la redonda.

Tras el rápido combate y la frustración de la certeza de que aquellos no muertos estaban interconectados de alguna forma, debían moverse rápido. La expulsión realizada por Alese no duraría toda la vida y los no muertos volverían en un rato.

No obstante, y pese a que todo les urgía a moverse con rapidez, y a que aquél cuerpo tendido en el suelo pudiera ser el cebo de una trampa, era superior a sus fuerzas verlo ahí tirado, sobre todo teniendo la certeza de que no se trataba de un no muerto.

Hizo una señal a sus compañeros para indicarles que iba a subir a la parte de arriba del edificio adyacente. Por un lado quería tener una mejor perspectiva de la situación, con la vaga esperanza de que la neblina allí arriba fuera menor, y por otra asegurarse de que aquél cuerpo en el suelo no representaba la amenaza de una emboscada.

Haciendo un gesto, Ocaso fue a su lado y ambos entraron por el hueco de la pared por donde había salido el no muerto y trataron de encontrar el camino de ascenso a la azotea para poder mirar desde allí.

 Ella estaba empezando a concentrarse para lanzar el conjuro hasta que ese sonido llego a sus oídos y el mundo se detuvo. Envy al principio sintió como si el mundo se hubiera partido a la mitad, ese aullido o lo que sea era desgarrador. Se llevó las manos a los oídos y creyó que moriría, o eso quiso después que pasara cuando empezó a ver en su cabeza esas escenas.

Era de noche, la noche de su huida de su casa, el pueblo entero le seguía, le gritaba e insultaba, le culpaban de muertes, de comerse bebes, de ser el diablo, sus amigos, los niños, todos le arrojaban piedras, le lastimaban, le cortaban, sus padres adoptivos incluso, su madre era la única que le protegía y también le lastimaban a ella, la asesinaban y su cuerpo muerto le miraba y le pregunta que porque le había hecho eso.

No podía soportarlo, todo el mundo odiándola, ella estaba en ese mundo de oscuridad y tortura en el cual a pesar de que le golpeaban, cortaban y apuñalaban no moría.

Luego todo desapareció, se levantaba en su cama, en su casa, todo había sido un simple mal sueño, pero al mirar a su alrededor se daba cuenta que estaba en el cuarto de Milio y Marusca, al tocar las sabanas, siente que están húmedas y cuando se mira la mano, nota que la humedad es sangre, un terror profundo le atenaza el corazón, y ve alrededor como hay marcas de garras por las paredes, mucha sangre y sus padres muertos. 

Luego oye gritos fuera, en el pueblo, pero siente más que solo eso, y al saltar de la cama para mirar por la ventana, ve sombras deslizarse por el pueblo, entrando a las casas, atravesando puertas y paredes, sacando a la gente en pedazos y gritando, era toda una manada de su especie atacando al pueblo. Y de alguna manera ella sabía que era su culpa, que ella los había atraído. Luego detrás de ella oye ruidos detrás de ellos y Milo y Marusca, o lo que queda de ellos se levantan como zombies gimiendo y señalándola. Se acercan y parecen querer vengarse, ella sabe que debe escapar pero no puede moverse y espera solo al momento en que Milo la toma, abre la boca y le muerde en su cuello. Siente el dolor de sus dientes desgarrando su carne, pero el terror psicológico es infinito y solo grita, grita y grita con una desesperación enorme.

Luego abre los ojos, y se dan cuenta que esta de rodillas en el suelo de un pueblo en que recuerda vagamente haber venido y luchado junto a otras personas contra monstruos. Poco a poco vuelve a recuperar el recuerdo de donde se encontraba y que había pasado. Pero sus lágrimas aun corren por sus mejillas y ve su cimitarra tirada en el suelo frente a ella. Ni se había dado cuenta de cuando la había soltado. Sabe que ya es libre, pero aun siente el dolor de esas pesadillas…

Una mano recoge la cimitarra de Envy del barro y extiende la otra ofreciendola como forma de apoyo.

- Vamos querida, levanta del barro... -comentó Yoru con un extraño tono amable y tierno. Volvía a ser el elfo de siempre, dejando atrás su aspecto de drow- Sea lo que sea lo que vieras, ya pasó... -con un gesto amable limpió el arma de barro y se lo ofrecio con gentileza. Lo más extraño de todo es que no había ni una pizca de sarcasmo en su voz ni en su mirada, que por una vez había perdido ese rasgo de locura y resultaba más bien... bondadosa...

Yoru se había salvado gracias a la buena intervención de Alesse, que había espantado a aquellos malditos con su poder cuando un desafortunado azar del destino le había puesto a la merced de los no muertos. Tras ayudar a Envy y comprobar que recuperaba la compostura, se dirigió a Quenya, a quien también ayudó con gentileza a alzarse.

- Vamos encanto... -dijo Yoru con tono animado, mientras le ofrecía ánimos- El barro no es lugar apropiado para alguien de tu clase... Sonríe a este viejo enano y muestrale esa sonrisa llena de perlas... -y mientras Yoru decía esto, su aspecto volvió a mutar, esta vez en un enano de cara regordeta y risueña y aspecto bonachón, con la nariz redondeada y una larga barba blanca como la de un abuelo. Buscó prestarle un poco de ánimo dándole una palmaditas en la espalda.

Cuando Quenya pareció algo más recuperada, Yoru-el-enano se dirigió a Alesse, recuperando mientras avanzaba su aspecto habitual con su mirada demente y su sonrisa lobuna. Estirándo una mano acarició a Alesse en la mejilla.

- Buen trabajo, jovencita -su mano se retiro de su rostro- Ya se porqué fuiste elegida... Te debo una. Una que no olvidaré...

Manteniendo la mirada aun por un par de segundos, finalmente Yoru se separó de ella y se dirigió al caballero, el tal Wolkot, quien también había sufrido los efectos de aquel chillido. Puso una mano en su hombro y comenzó a animarle. A el no le ofreció la mano, pues los caballeros solían ser orgullosos de dar una imagen fuerte y varonil y Yoru no quería ofenderle.

- ¿Que hay, abuelete...? -comentó Yoru con tono divertido y socarrón. No era el mejor momento para hacer bromas, pues la herida que le habían producido los no muertos le dolía horrores, pero había que apartar de la mente del caballero lo que fuera que les había dejado indefensos. Y nada como el humor y una buena carcajada para apartar los fantasmas- Peleas bastante bien para tu edad, pero veo que la espalda te ha dado problemas. Venga, arriiiiiba, que aun puedes hacer algo más de ejercicio para desentumecer y que no te pase de nuevo... -Yoru esperó que con sus palabras el caballero pudiera recomponerse del ataque, a priori mental, que le había postrado de rodillas al igual que a las otras mujeres.

Alese aceptó las palabras de Yoru con un gesto que quitaba importancia. Después, sin decir nada, volvió a murmurar unas palabras y la herida de éste se cerró rápidamente y por completo.

- Es mi trabajo, yo no soy una buena luchadora...

- Se lucha con lo que se tiene y se puede, Alese... -comentó Yoru encogiéndose de hombros, mientras seguía dando apoyo a Wolkot- No todo es dar espadazos, tal y como la experiencia ha dejado claro... Yo valoro la actitud... No me importa quien logra causar el mal o el bien... sino quien intenta avanzar en una u otra dirección... Has hecho un buen trabajo, jovencita... Algunos clérigos más veteranos no lo hubieran hecho mejor ni en sus propias iglesias...

Creo que Envy, al escuchar esas palabras agradables y calidas, a la ultima persona del grupo que esperaba ver al levantar su mirad era a Yoru. A lo cual no pudo menos que sonreir quedamente, ya que aun estaba muy atormentada como para dar mas que eso y acepto su arma de buen agrado.

-Gracias...- Dijo para asi levantarse, y secarse las lagrimas. Luego busco con la vista a todo el grupo para ver como se encontraba. Al parecer no habia protegido a Thokk, sino que mas bien el la habia protegido ya que veia una flecha en uno de las cabezas muertas. Menuda proteccion le habia sido. Pero igual siguio buscando con la vista a quienes habian sido tambien afectados por el ruido. Si sus pesadillas habian sido la mitad de horribles que las suyas sentiria una lastima enorme por ellos.

Tras acabar con la amenza de los gritos, Thokk se giró preocupado por el estado de sus compañeros. Cuando iba a acercarse a Envy a ver siestaba bien, Yoru se le adelanto para asombro de Thokk y, segun pudo leer en su cara, de Envy. Cuando Yoru se hubo alejado, Thokk se acerco a Envy y rodeandola con el brazo, le mostro su apollo ¿Que tal estas pequeña? Mientras estes conmigo no dejare que te pase nada prometió Thokk intentando que se relajase. 

El explorador acompañado de su fiel compañero se adentro en la casa, haciendoles una señal. Thokk no crei que ir solo fuese buena idea, pero tampoco podia entrar a ayudarle pues su tamaño se lo impedia asi que espero otra señal para acercarse al cadaver e inspeccionarle.

En mi mente surgieron las palabras del hechizo esperado. Empecé a mover las manos lentamente, sonriendo triunfalmente, porque sabía que la cabeza iba a morir...

Pero con pude terminar de hacerlo. Un ruido espeluznante me paralizó. ¡Oh! Se parece tanto a la voz de mi primera suegra... pensé mientras me llevaba las manos a los oídos y giraba la cabeza instintivamente para intentar sofocar el ruido.

Pero de pronto, vi todo blanco. Me vi a mi misma rodeada por la nada. Y, de pronto, un espejo. 

¡NO! ¡NO PUEDE SER! grité desesperada mientras me llevaba las manos a mi cuerpo. 

Soy fea. Qué digo fea, ¡SOY HORRIBLE! pensé mientras me desesperaba. No era posible que eso ocurriera.

Ante mi asombro, el espejo desapareció y ocupó su lugar Yoru. Me miró con esos ojos suyos tan llenos de perspicacia y, sonriéndome, empezó a cambiar. Tomó mi imagen, ¡MI HORRIBLE IMAGÉN!

¡NO, YORU! No me hagas esto... terminé susurrando mientras me arrodillaba en el suelo. Vi como su mano se acercaba lentamente hacia mí, sabía que, si me tocaba, mi pesadilla se haría realidad, pero no podía moverme... Y justo cuando me tocó...

Desperté. Volvía a estar en el pueblo rodeado de esas casas horribles y esa niebla. Efectivamente, Yoru estaba a mi lado, diciéndome unas palabras que supuse amables. Sólo entendí "barro". Miré hacia el suelo y vi que tenía las rodillas sucias.

Dichosos bichos y sus pesadillas susurré mientras me levantaba y veía como Yoru se había convertido en un enano.

Sonriendo como me había pedido, le dije:

¡Oh, cállate! mientras tiraba de su sombrero y le tapaba los ojos.

Me giré y miré al cadáver. Era lo primero que quise hacer cuando lo vi, y parecía que ahora tenía tiempo. Así que me acerqué y me puse a registrarle

Todavia soy lo bastante joven para patearte el culo.- contesto el veterano guerrero mientras aceptaba la mano de Yoru. No le falta razon .- penso

Los monjes estaran donde la batalla, guianos explorador.- habia visto lo suficiente para saber que el explorador iria sin demora pero extremando las precauciones.

Se sacudio un poco el barro, recojio la espada y se dispuso a ir detras de Igor y su lobo

Igor se subió a lo alto del tejado de uno de los edificios, le resultó algo complicado pues no tenía forma de acceder a él pero con la ayuda de Thokk este consiguió subir con más facilidad.

Desde lo alto y a pesar de la horrorosa niebla que parecía cubrir todo aquello podía distinguir varias figuras en el centro del pueblo. También parecían alejarse varios de los zombis que había expulsado Alese. Eran bastantes los seres que se encontraban en la plaza del pueblo, pero no lograba distinguir quien de aquellos era aliado y quien no.

Entonces vio que Quenya se movía hacia el cadáver que aún permanecía en el suelo y cuando fue a rebuscar en su interior...

 Un par de gusanos anillados de más de un metro de largo y de un color blanco enfermizo, carentes de ojos y goteando un líquido apestoso de sus mandíbulas, parecían unas babosas que habían crecido más allá de lo que la Naturaleza podría aconsejar. Por suerte, hasta ahora nadie se ha encontrado con la criatura capaz de poner semejantes larvas monstruosas.

Ambas criaturas atacaron a la mujer que a pesar de pillarla desprevenida y morderla su armadura paró los ataques.

- Centraos en esos gusanos, si vuelven los muertos los volveré a expulsar.