Partida Rol por web

Tras unas cuantas horas de camino al pueblo, por fin llegasteis sin tener que lamentar ningún incidente.

Desde que la infección zombie ya había sido erradicada los locales comenzaban a prosperar y Barovia ya no era el pueblo fantasma que parecía cuando llegasteis allí.

Ya había gentes por la calle, barovianos que se movían por la ciudad y que estaban tratando de solucionar el caos que aquella plaga había causado. Aunque de forma lenta, poco a poco, las cosas iban volviendo a estar en su lugar.

Ha sido la mejor decisión que podíamos tomar asentí al llegar al pueblo. Sabía que los Iluminados eran demasiado orgullosos para no presentar combate si se daba la ocasión. Pero si yo había sobrevivido toda mi vida era por ser inteligente y hacer las cosas a su debido tiempo.

Alese, ¿dónde vas a preguntar primero?

Urik miró a Alesse esperando la respuesta, luego se giró hacia Irina y le pregunto-. Y vos ¿qué vais a hacer en el pueblo?- le preguntó-. Tal vez podamos encontrar algún tipo de información en... en algún sitio... alguna biblioteca del pueblo o de un particular... no sé- dijo mirando a la joven.

- Está bien, Quenya, necesitaré que identifiques esto si puedes -dijo Alese entregándole las pertenencias de Madame Eva, por si pudiesen ser de utilidad. 

Y sin añadir más se dirigió a la taberna, donde busco al parroquiano que lideraba el pueblo para preguntarle donde se encontraban las Marismas Ivlis y la colina Lysaga.

Cogí los objetos que me daba Alese y los miré con suspicacia.

Muy bien, haré lo que pueda.

Averiguar donde se encontraban ambos lugares no era una tarea demasiado complicada.

Las marismas Ivlis estaban bastante cerca del Bosque de Svalich, a muy pocos minutos desde el pueblo. La única pega es que habría que desviarse del camino principal y eso implicaba encontrarse con más problemas de lo necesario. Exactamente las criaturas que campaban a sus anchas por aquellos dominios.

La Colina Lysaga estaba un poco más lejos, para ir allí habría que andar varias horas más, y aunque no estaba tan lejos como el Castillo Ravenloft, sí había que tomar el camino que os llevaría hacia él.

Los territorios no eran difíciles de conocer, todo el mundo en Barovia había oído hablar del lugar.

Mi intención de ir al pueblo es más que nada para que Quenya se recupere y nos pueda ayudar más adelante - contesté a Don Urik.

Siempre nos vendrá bien tenerla a tope de fuerzas...

¿Has conseguido averiguar algo de esos objetos Quenya?

Le dije a Alese:

Parece, a priori, que el camino hacia la Colina Lysaga es el que deberíamos tomar, ¿no?

- Yo iría primero a las marismas, si superamos esa misión volveríamos aquí a descansar una vez más, después ya tomaríamos el camino a la colina, y de ahí podríamos continuar hacia el castillo. Si vamos a la colina primero, son varias horas de marcha de ida y otras tantas de vuelta.

El veterano aguardó pacientemente la resolución que tomara Alese para acompañarla

Me parece bien, Alese, pero siempre que Quenya se recupere antes...

Urik asintió a la propuesta de Irina. Tenían que estar todos en perfectas condiciones para enfrentarse a una prueba tan dura como la que habían pasado hace unas horas. Y más si no coontaban con la ayuda de Thokk.

También pensó en su problema. El enfrentamiento con ese ser lo había debilitado tanto que creía que no se recuperaría en vida. Pero no lo sabía así que debía encontrar alguien que se lo certificara o que le ayudara. Eso o buscar la forma de encontrar el remedio en algún manuscrito o similar.

- Dama Alese- dijo el caballero acercándose a la mujer curandera-. Con respecto a mi problema de fuerza tras enfrentarnos con aquel ser vil, ¿podría decirme cuál es el remedio? ¿qué tengo que hacer o buscar para recupererme?- preguntó.

- Un clérigo, más poderoso que yo, y pronto. El problema es que no conozco ninguno... En los próximos días nos enfrentaremos a nuevos enemigos, la experiencia te da poder, quizás consiga el poder que necesito antes de que sea demasiado tarde... lo ignoro, eso solo los dioses lo saben.

La varita no se lo que hace dije agitándola. En cambio, las pociones sí que las reconozco. Ésta dije cogiendo un frasco confiere un escudo alrededor del que la bebe. Esta otra da el poder de que los enemigos no te ataquen, al igual que tú no puedes atacarles a ellos. Es lo que usó Madame Eva en nuestro encuentro. Ésta potencia los ataques naturales y esta otra... Alese, lo que le ocurre a Urik, ¿es una maldición? Porque esta poción quita las maldiciones.

Urik al oir que podían curarle con una poción se acercó y prestó atención.

No creía que funcionase pues ese ser le había robado algo vital no parecía haberle hechizado, pero él no era un experto por lo que puso atención por si era el remedio que necesitaba.

- No, hasta donde yo sé eso no es una maldición, y no se curará con esa poción. Le han robado vida, y requiere un conjuro poderoso para restablecérsela. En el encuentro con Madame Eva fui yo quien usó el conjuro de la otra poción, se conoce como Santuario y es muy útil para los curadores. Creo que la de Santuario debería llevarla yo, dado que a mí no me afecta el no poder atacar enemigos, tengo muy poco poder en ese sentido. Las demás repartirlas a gusto. Es una lástima no saber qué hace la varita. Pensaré en ello esta noche a ver si se me ocurre un modo de averiguarlo.

Quenya, las otras pociones podríais repartirlas entre Don Urik y tú - le dije.

Espero que pronto podamos recuperarte de nuevo - comenté a Don Urik. Sin duda, eres una pieza vital en este grupo y no quiero perderte de vista.

- Gracias mi señora- dijo Urik haciendo una reverencia-. Curado  o no daré todo para protegeros y al resto del grupo. Si seguimos unidos formamos una fuerza a tener en cuenta.